Thursday, July 2, 2009

¿Quiénes Somos?

Pasarle las manos a los muertos, tocarlos parece ser una especie de ritual. No sé si surge de manera espontánea o si se transmite por observación. Lo que sí sé es que parece ser como una especie de adiós, algo así como un último contacto con la persona muerta o lo que queda de ella.
Quizás vi hacer eso muchas veces pero comencé a prestarle atención cuando murió la madre de Simón. Salvador Tavárez un amigo común al observar esta especie de ritual hizo una especie de comentario filosófico dirigido a hacer resaltar que lo que veíamos ahí en la caja tenía muy poco que ver con la persona por la que estábamos allí. Esos restos no eran la persona, o muy poco de ella podíamos atribuírle a esa presencia ya muerta.

Vi a mi hermana mayor pasarle las manos con mucha devoción a lo quedó de nuestro padre y vi a mi hermanita menor hacer lo mismo en días pasados ante el cuerpo de lo que fue nuestra tía. Sin quitarle mérito al significado que hacer esto podría tener, a mí en lo particular me resulta difícil hacer cosas como ésas. No creo que tenga ningún miedo en hacerlo pero no le veo ningún sentido sabiendo ya que muy poco de la persona venerada ya no está ahí.

Lo que quiero resaltar al recontar estas historias es la dificultad de ubicar donde reside la personalidad de alguien. Y pienso en la mía y en las de las personas a mi alrededor.
No somos y somos nuestros cuerpos y ahora que está de moda Facebook, somos algo más que nuestras caras y sin embargo mucha de la evaluación que hacemos de nosotros y de los demás está basada en nuestra apariencia y la de los otros/as.
¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú? ¿Quiénes somos todos nosotros y hacia dónde vamos cuando morimos?
Pienso que tal vez el cuerpo sea un medio de expresión que nos es entregado para que nos transportemos, lo disfrutemos, lo utilicemos sabiamente pero ni remotamente somos su equivalencia ni podemos reducirnos ni reducir a los demás a lo que aparentamos a través de él..., aunque esta sea una tarea difícil de ejecutar como Daniel y yo pudimos constatar al ver un chromo de mujer (Dolce Gabana desde la cabeza hasta los pies) que desde una mesa de al lado coqueteaba con nosotros en la capital dominicana...

7 comments:

Sheila said...

Es una realidad. Somos a través de nuestro cuerpo, que es sólo un instrumento, la expresión física de algo de mucho mayor significado que piel y ropas. Pero la vanidad humana no nos permite comprender eso a muchos.

Sobre el ritual del que hablas, no he tenido la oportunidad de hacerlo. Talvez lo haga por mis padres, mis hijos o mi pareja (tocando madera).

Carol, Lur, o llámame algo bonito xD said...

Qué interesante lo que cuentas Fer!. La tanatología (desde el punto de vista psicológico y antropológico me interesa muchísimo), de hecho mi pareja está doctorándose en Antropología y esta tratando el tema para una de sus investigaciones... inspirado en parte, por todo lo que siempre me ha interesado el tema.

Esa costumbre de "pasar las manos" en esos momentos y que lo hayas observado como "ritual" en diferentes momentos y personas.

En mi caso, siempre tuve la necesidad de "velar" el cuerpo de un ser querido incluído el tocarle de algún modo, pero por donde yo he crecido esto no es tan habitual... debe ser además una necesidad humana inscrita como información en alguna parte.

Me encanta tu reflexión sobre quiénes somos. Ojalá muchos más se lo plantearan y se pudiera hablar abiertamente de ello, sin dogmatismos,ridiculizaciones, ni tapujos.

Con el gran maestro Hellinger y algun@s compañeros de camino, he aprendido mucho sobre ello, algo ínfimo para el basto campo de lo trascendente -aquello en lo que estamos inmersos y que nos incluye y trasciende-. (También con Ken y Terry Wilber, Francis Vaughan y Mitch Albom).

Mi experiencia me dice que formamos literalente parte de almas colectivas mayores, se puede comprobar por una gran cantidad de fenómenos si se estudia exponiéndose a la experiencia y observando. Ahora también te digo, que difiero de muchos movimientos de la New Age en la que entronizan al yo-ego y sus chiquitos deseos, identificándolo a un Yo que nos incluye, pero que no está ahí para cumplir 100% nuestros deseos egoicos....
en fin, que este tema daría mucho para hablar... ya seguiremos...

Carol, Lur, o llámame algo bonito xD said...

"basto campo" sería vasto con uve, perdón...
y otro muxu sincronizado que me lo dejé sin enviar ;)

Anonymous said...

Por si te interesa todo esto del narcisismo rampante detrás de tantas propuestas de la New Age:

Los peligros de confundir nuestro pequeño yo y sus deseos, con el Yo que nos trasciende y del que formamos parte:

Tratado aquí: http://www.naceira.com/2007/06/la-nueva-ciencia-ficcion-o-el-mundo-dentro-de-40-anos/

y por maese Wilber con su término "boomeritis"
http://www.integralworld.net/es/jornadas_I_10_Gonzalies.html

Carol

Unknown said...

Es que....YO IMAGINO el momento en que muera alguien a quien yo adore..ame, aprecie... ES EL ULTIMO MOMENTO EN QUE VERE SU CUERPO... porque será enterrado, es una manera de dar el último adios al cuerpo y al mismo tiempo a lo que representó en nuestras vidas... manifestaciones de afectos... de decirle quizas cosas que no expresamos cuando estuvieron vivos .... es lo que creo....

Fernando said...

Así es Sheila. Nos cuesta un poco hacer la separación entre lo que es la persona y su cuerpo. Pero quién sabe? La naturaleza quizá para fines de conservación de las especies, quiere que las cosas sean así. Sólo cuando vemos más allá, cuando trascendemos los límites de la conciencia podemos ver las cosas de manera diferente.

Y ciertamente Carol que la muerte es un tema que a todos tiene que interesarnos y una de las lecturas que más me han llamado la atención sobre ella son los libros de Elisabeth Kübler-Ross. Si no has oído hablar de ella, pues te sugiero que le des una miradita a sus libros.
Y vaya, te agradezco el tiempo que te has tomado haciendo recomendaciones y me he tomado mi tiempo leyendo algunas. Sobretodo me gustó el último link y esa idea me parece genial: la ontogenia repite la filogenia y la microgenia las recapitula a ambas. Y sin proponérselo tambien toca lo que va a ser mi próximo post...Ya verás!

Y Adelaida entiendo tu punto de vista, lo comprendo. En mi caso lo que ocurre es que para mí inmediatamente alguien muere, el cuerpo se convierte en algo vacío, sin significado. Yo dejo de hacer la conexión entre el contenedor y el contenido. Sin el contenido, el cuerpo deja de tener el menor significado. Y sin embargo como atestiguo al final ante una persona viva es difícil hacer la separación...

Anonymous said...

Sí que conozco a Kübler Ross, fue de las primeras autoras que leí sobre el tema. La Rueda de la vida por ejemplo, está genial, aunque tiene anteriores también muy interesantes. :) Me alegra saber que compartimos más referencias.

Ayer con unos amigos sacamos el tema y algunas de nuestras experiencias... tema apasinante para el que guste de mantener la mente abierta y explorar la realidad, sí señor. AbrazoTE

Carol

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