Monday, January 18, 2010

En dos actos

Acto 1.
Me despierto en medio de la noche a causa de sentir un calor insoportable. Demasiadas cobijas. Me deshago de algunas de ellas y recupero el sueño interrumpido.

Acto 2.
Me vuelvo a despertar. Debe ser la madrugada y tengo muchísimo frío. Pocas cosas me están cubriendo. En la oscuridad, a tientas, busco y encuentro las sábanas y una colcha que me cubrían anteriormente y afortunadamente me vuelvo a dormir.

Colofón.
¡Es muy difícil en un mundo tan cambiante encontrar el punto exacto de equilibrio..., en todo!

Sunday, January 17, 2010

Voluntad

Nos enfocamos tanto en ver y descifrar las contradicciones que existen afuera que sin querer no le prestamos la suficiente atención a ésas que existen dentro de nosotros mismos. Y qué gran fuente generadora de contradicciones está siempre presente en nosotros. Hasta podemos juzgarnos por la manera cómo las manejamos y más aún podemos juzgar a los demás por cómo manejan ellos las suyas. 


Y para ilustrar eso que digo se me ocurre pensar en la cosa esa que llamamos voluntad. ¿Qué será eso? Un día queremos algo y decidimos que lo vamos a hacer y al día siguiente ya no queremos hacer eso, a pesar de que el día anterior nos habíamos convencido de lo importante que era hacerlo.


Y como en el post anterior seguir el curso de lo planeado aún a costa de contrariarnos, a pesar de que el cuerpo y la mente estén desalineados; de resistir la tentación de abandonar, ello es bastante halagador y nos produce un gozo superior al que obtendríamos como cuando simplemente nos dejamos llevar por el impulso del momento.


Dualidades que tambien encontramos cuando decidimos romper con algunos hábitos en favor de la creación e instauración de otros que pudieran ser mucho mejores y que no necesariamente vienen impuestos o sugeridos desde afuera...

Monday, January 11, 2010

Lo que nos cuesta...

Nunca me olvido, debido a la profunda impresión que me dejó, de aquella idea (aunque si olvidé la fuente de donde la extraje) de lo que significa ser valiente. Hacer algo que consideramos apropiado, algo que es nuestro deber hacer a pesar del miedo que sentimos al hacerlo.

Con el tiempo he descubierto más cosas que se han agregado a aquella idea original. No sólo tiene mérito hacer eso que a pesar del miedo consideramos justo y necesario, sino también todo aquello que nos molesta y nos saca de nuestra zona de confort pero cuya ejecución produce un beneficio duradero, un beneficio que va más allá del placer simple, inmediato y efímero que conseguimos al hacer lo que nos place y no nos cuesta ningún esfuerzo realizar.

Y creo que ahí es que se resume todo en la vida si queremos llenarla de algún significado. En hacer cosas que no queremos hacer, dedicarnos a actividades que nos resultan incómodas y que nos hacen sentir a veces que vamos cuesta arriba pero cuya realización al final le dan sentido a nuestro paso por este mundo de azares, mundo de laberintos y acertijos como dirían algunas gentes más sabias que yo.

Sunday, January 3, 2010

Un paso adelante

Hay que tratar de llevar/estar un paso adelante en todo. Del dolor, de la muerte, del hastío y del olvido. Puede parecer cruel, hasta maquiavélico el pensar en la puerta de salida antes de siquiera haber cruzado la puerta de entrada. Pero peor es quedar atrapado y sin saber siquiera en dónde ella se encuentra o si existe una. El saberlo no siempre pesa y por cierto no siempre tenemos que usarla. Me refiero a la puerta de salida. Después de entrar podemos sentirnos tan bien que lo único que deseamos es quedarnos. Tambien podemos decidir que no vale la pena la estadía y entonces ni siquiera es necesario utilizar la puerta de entrada.

Especialmente en el sexo en oposición al amor hay que pensar en una puerta de salida. Porque estamos claros que amor y sexo no son la misma cosa. Pueden darse en el mismo espacio y tiempo pero no siempre. Pero que el sexo puede llevar al amor, de eso no me caben dudas pero tambien algunos podríamos confundirnos de que por tener sexo ya existe amor y esto no tiene que ocurrir necesariamente.  Ah! mucha tela por donde cortar.

Toda esta reflexión por haber celebrado el año nuevo ayer y haber tomado unas cuantas copas de más; haberme dirigido hacia la casa y al acostarme tomarme los análgesicos indicados para impedir el dolor de cabeza invariable con que amanecería en caso de que no los hubiese tomado; medidas de precaución como dicen por ahí para atacar el mal antes de que él nos abata, escapar del dolor antes de que el mismo nos aprisione.

Friday, January 1, 2010

Un día como hoy

Un día como el de hoy -primero de Enero y probablemente todos los primeros de este mes en nuestras culturas-, le cabe muy bien la expresión de que después de la tormenta viene la calma. Pues eso y no otra cosa es lo que se siente por doquier. 


Una tranquilidad inmensa dentro y fuera de estos mundos virtuales y externos es lo que experimentamos todos aquellos que no participamos en la celebración y los excesos generalizados de la noche anterior. Y no me uní al jolgorio porque sea un aguafiestas ni nada que se le parezca. Más bien porque en ese sentido yo trabajo contrario a como hace la mayoría de la humanidad. Aprendí a disfrutar de las cosas cuando nadie las disfruta, en la discreción de los días entre semana (de lunes a viernes) y casi nunca los sábados, domingos ni días festivos. Esos días pues se los dejo a la multitud y yo voy en ese particular en contra de la corriente. 


No ayuda mucho el hecho que se trabaje en el negocio de proporcionarle la energía a los Night Clubs, Gentlemen clubs, bares y restaurantes (trabajo indirectamente para Red Bull). Cuando puedes ir a 20 lugares distintos sin tener que pagar entrada, que todo el mundo te conoce y algunos tragos te los regalan, pues deja de ser algo atractivo ir a cualquiera de esos sitios.


Pero hoy es un día excelente para salir a hacer correrías. Es bueno estar en un estado físico y de ánimo excelentes cuando los demás están de capa caída y jodidos por la juerga y la 'mala noche' de anoche. Porque todos los excesos se pagan y es bueno no tener que pagar por no haberse excedido y así poder disfrutar de todos los espacios que han quedado libres para moverse tanto en las vías y lugares públicos como en cuanto a la claridad de ideas o pensamientos que no han sido afectados por la borrachera y el trasnoche colectivos. 
¿Alguien me quiere acompañar?
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