Saturday, October 8, 2011

Defensas

No es tan fuerte como parece. Por el contrario, es tan frágil como un molusco que se oculta en su caracol. Y eso mismo ha hecho él. Construirse un gran caparazón alrededor de sí mismo para cubrirse todo el tiempo. Ha sido muy hábil en erigir defensas tan altas que lo protegen de casi cualquier ataque de sus enemigos.

¿Qué enemigos? No veo ninguno.

Y quizás nunca lo hubieron. Si existieron se han ido y los pocos que pudieran quedar, si acaso quedasen, no parecen ensañarse más con él. Todos han quedado en el pasado o quién sabe si en la imaginación.

Si realmente existieron o no, el efecto sin embargo, es el mismo. Los muros altos e inexpugnables persisten, las defensas siguen protegiéndolo sin darse cuenta de que afuera nadie osa derrumbarlos.

¿Acaso lo sabe? Talvez sí pero ya es muy tarde, ya no tiene fuerzas para derribar y romper esas barreras que al paso del tiempo fue creando y que sin querer en vez de darle la libertad terminaron aprisionándolo.

8 comments:

Sonia Tejada said...

Esa es la paradoja de los muros. Los levantas para que te protejan y al final terminan haciéndote prisionero. Abajo los muros, los físicos y emocionales. ¡Viva la libertad individual y la colectiva! Este es un comentario anárquico, lol.

Me gustó el post, y mucho más el símil.

Abrazos, Fer

Fernando said...

Jajaja! Me encanta la anarquía. Creo que soy un libertario también. Pero más que todo me gustan las personas que defienden con entusiasmo militante la libertad en todas sus formas y expresiones.

Gracias Sonia querida! :)

OddBu said...

Yo soy una de esas personas que construyeron el muro en su día. De hecho, hasta utilizo el mismo símil :P Pero bueno, con la gente adecuada en tu entorno, vas venciéndolos poco a poco... Porque al final, cuando se construyen muros por amor/desamor, esas personas se quedan atrás y son otras las que tienen que lidiar con las consecuencias.

Fernando said...

Adorada Bu: todos tenemos uno que otro muro o defensa que necesitamos destruir. En su tiempo cumplieron algún objetivo útil pero ya no más y su presencia nos obstruye, su peso nos agobia y debemos entonces luchar por deshacernos de ellos.

Para ser mejores o hacer cosas mejores debe ser nuestro firme propósito el tratar de liberarnos de algunas cargas que acumulamos (ojalá pudiéramos identificarlas fácilmente) en el camino.

Besines!

Daniel said...

A mi me gusta crear muros y abrirle ventanitas para de vez en cuando, si me da la gana, sacar la cabeza por ellos. Hasta ahora, creo no estar atrapado en ninguno de ellos.

Fernando said...

Mientras estés consciente de que ellos (los muros) existen y que puedes escaparte por las ventanas que les abres estaría bien, diría yo. El problema es cuando no puedes siquiera abrirle esos huecos por temor a lo que puede aparecer en ellos y llegado un momento tampoco quieres o puedes asomarte a ver lo que hay afuera porque te has acostumbrado a estar dentro y entonces no puedes darte cuenta de que el peligro ha desaparecido, de que ya no hay nadie afuera intentando entrar.

Grace said...

Yo no tengo un muro, yo tengo una auténtica muralla china con centinelas y todo! eso sí, cuando a mí me parece toco corneta, descansen y como me sé la muralla y sus pasadizos bastante bien, me escapo y dejo a los centinelas encerrados dentro... el problema es que a veces, con una muralla tan larga, no consigo salir, o me pierdo...

Fernando said...

Jajaja! Muy divertida, tu humor no esconde del todo la verdad encerrada en el comentario. Las prisiones, las cárceles se convierten para muchos en su Modus Vivendi, en la única forma de vida. Vivir en "libertad" para estas personas es lo contrario, es una especie de 'cárcel'. ¡Qué ironía, eh? Parece que esto tiene que aprenderse también....

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