Monday, December 31, 2012

Continuidad

De eso se trata todo, de continuar, de seguir, de avanzar, darle continuidad a las cosas, a los proyectos, a la vida.

Las paradas son necesarias y un cambio de año no es más que eso. Una pausa en el camino, una pausa en el andar, un marcador en el tiempo arbitrario que nos hemos inventado los humanos para descansar, para comenzar un nuevo período y proseguir la ruta marcada.

Es todo parte de un ciclo porque todo se mueve así, en ciclos, en períodos, en estaciones y al final vamos a repetir todo a menos que cambiemos de curso, de objetivos, de perspectivas, de destino.

Y todo pasa y al mismo tiempo todo vuelve. Y cuando vuelve quizás no seamos los mismos, quizá hayamos cambiado.

Y ojalá hayamos cambiado para bien o hayamos encontrado algo en el camino por qué cambiar o por quién cambiar.

Bienvenido 2013!

Desde ya vislumbramos que en su recorrrido nos pondrás a prueba más de una vez. Pero no importa, nos gustan los retos y vemos estos como oportunidades para volvernos mejores personas.

Creo que estaremos preparados para enfrentarlos y si no, haremos lo que sea necesario para ponernos a la altura de las circunstancias.

Wednesday, December 26, 2012

Asignaturas pendientes

¿Qué hubiera pasado si el mundo se hubiese acabado el 21 de Diciembre del 2012? Por lo pronto no hubiera escrito esta entrada ni nadie hubiera tenido la oportunidad de leerla.

Aunque fuera tonto el suponer que el mundo iba a finalizar ese día, no lo es el hacer suposiciones en base a si de repente el mundo se nos acabase a nosotros. De hecho el mundo se termina para cada persona que muere a cada instante por cualquier circunstancia.

Hacer ejercicios de este tipo nos ayuda a establecer prioridades y nos señala el camino hacia donde dirigirnos. ¿Qué es lo que realmente importa en este mundo? ¿Estamos preparados para lo que puede ocurrir en cualquier momento? ¿Qué cosas tenemos pendientes y quisiéramos resolver antes de partir definitivamente?

Son preguntas obligadas para quiénes no le gusten las sorpresas y debemos hacérnoslas a la menor brevedad posible. Y si está a nuestro alcance, debemos también tratar de darles una respuesta satisfactoria lo más rápido que se pueda.

Es un tema que exploramos con mucha frecuencia una amiga y yo. Antes de mudarme a New York, creí haber resuelto todos los problemas de este tipo y supuestamente estaba preparado para todo, hasta para lo peor. 

En los últimos tiempos no estoy tan seguro. Uno se encariña con ciertas cosas, con el cuerpo, con la vida y sobretodo se convierte en una víctima de los afectos que por doquier se manifiestan en una u otra dirección.

Tuesday, December 25, 2012

Festividades

Por una noche nos olvidamos de quién es cada cual como diría el cantor. Por una noche podemos dejar atrás nuestras tristezas e imperfecciones. Por unas cuantas horas podemos dejar a un lado nuestros dramas particulares y nuestras insatisfacciones con la realidad y con la vida.



De alguna manera, al estar juntos, la suma de los parciales nos completa y nos hacen sentir parte de una colectividad más grande. No nos sentimos seres fragmentados. Al unir las partes somos un todo. Eso es la Nochebuena o Thanksgiving o el año nuevo para los que tienen suerte y se dejan arrastrar por el ritual y la fuerza de la tradición.

No está mal! Eso es la felicidad aunque el efecto sea efímero. El encantamiento es parecido al del cuento aquel. Dura hasta la medianoche, talvez algo más. Unas cuantas horas más, pero no más! ...


Friday, December 14, 2012

No podemos negar el futuro

Hay problemas técnicos si queremos eliminar el futuro así por así. Porque hasta ahora ese es el lugar dónde se resuelven las insatisfacciones del hoy en día. La existencia del futuro es lo que nos permite atacar todo aquello que nos agobia en el diario vivir y que nos da fuerzas para luchar y seguir hacia adelante.

Por eso no podemos negarlo así, sin más. Si lo eliminamos de golpe y porrazo, a dónde se irían todas las esperanzas, todos los sueños y todas esas expectativas de una vida mejor que son las que nos hacen la vida llevadera y alimentan nuestros desvelos y esfuerzos cotidianos.

El futuro puede ser un constructo, un lugar en nuestra mente. Talvez no exista como entidad pero es necesario para nuestra supervivencia.

Sin él nuestra vida deja de tener sentido y se vuelve vacía y miserable. Talvez sea esa la "fe" que hay que tener y sea parecida a aquella de la que hablan los creyentes. Esa creencia de que todo va a ser mejor y por eso nos movemos. Porque si creyéramos que todo va a ser peor entonces no nos queda de otra que tirar la toalla.

Y viene la pregunta entonces de qué sería el presente. El presente no es más que la conjugación de todos los futuros anteriores que ya  hemos vivido y que forman parte de nuestra experiencia y a la vez son parte de nuestro pasado.

Muy interesante el que tanto el pasado como el futuro tienen como hilo conductor el presente. Ninguno existe en su ausencia.

Thursday, December 13, 2012

El futuro es el presente ... postergado!

Qué el futuro no existe se ha convertido casi como un clichet. Lo único aceptado como existente y real lo sería el presente. Lo cual es verdadero y falso al mismo tiempo. Si el futuro no existiese, el presente sería eterno y las cosas no cambiarían y como ya sabemos las cosas sí cambian. Tampoco haríamos nada para alterar nuestro estado actual.

Creo que de alguna manera el futuro es una especie de presente postergado que se construye en base a otros presentes y que es a la vez diferente de lo que vivimos y disfrutamos ahora, para así diferenciarlo en relación con esos otros tiempos que vislumbramos y que se experimentarían de manera distinta de como lo experimentamos ahora.

Además, parece ser que en el presente nunca estamos totalmente conformes.

Y por eso nos sacrificamos en cambiarlo. Por eso hacemos cosas ahora que nos resultan pesadas y odiosas con tal de que en otro ahora, en otro presente más lejano en el tiempo las cosas sean mejor que lo que lo son hoy y ahora. Al menos eso creemos. Esa es nuestra esperanza y eso nos mueve.

La paradoja es que todo ese sacrificio y todo ese esfuerzo que hacemos no siempre produce resultados tan satisfactorios como los que esperábamos. Porque al momento de evaluar esos resultados ya no somos los mismos, hemos cambiado.

Y aún así no nos queda de otra que seguir alterando nuestro presente en miras de un presente futuro que sentará las bases para más de lo mismo.

Hasta que nos damos cuenta que todo es parte de un juego en el que nunca ganaremos ... Los mejores tiempos los hemos dejado atrás y los seguiremos dejando ... Todo es parte de un gran esquema para decepcionarnos.

Desencanto

A veces las personas no sabemos con claridad qué es lo que queremos pero sí sabemos con certeza lo que no queremos. Es un tema de conversación recurrente en El Café.

Ocurre con las comidas, con las bebidas y también con la gente. Pruebas un plato y no tienes que saborearlo mucho para darte cuenta si no te gusta, de que no es lo que quieres. Te tomas un vaso de cerveza, por poner un ejemplo y de inmediato sabes si es lo que andas buscando. En caso de que no sea así, de inmediato lo pones a un lado.

De igual manera pueden existir cosas en el trato con las personas que producen mucho desencanto. A la más mínima exposición con ellas sabes que no vas a poder tolerarlas por mucho tiempo. Qué si sigues no podrás tener una paz duradera.

Como cuando la gente no entiende que estás indispuesto, no es tu mejor día y esa gente insiste que sí debes hacer tal cosa porque ellas sí la harían, independientemente de que hayas dejado claro que no tienes el deseo, te sientes mal o no es lo que quieres hacer.

Pero bueno, ¿y seremos locos? ¿Y quién se cree fulano o fulana de tal para decidir por mí lo que quiero o no quiero hacer?

Lo que hace sentir bien (o cómodo) a alguien no necesariamente tiene que hacerme sentir bien a mí (y viceversa).

En detallitos así es que la gente se pierde. Querer imponer nuestros gustos o querer que los demás sientan lo que nosotros sentimos es un grave error.

¿Porqué no podemos respetar el deseo de los demás cuando ese deseo es un derecho elemental que les asiste?

Es tan elemental ese derecho y de tanto sentido común que cuando uno ve a alguien queriendo transgredirlo uno se da cuenta que no vale la pena continuar, no vale la pena hacer nada. Es mejor dejar las cosas ahí donde estaban ... ¡Todo lo demás sale sobrando!

Sunday, December 2, 2012

¡Líbrame Señor!

¡Qué el glamour se va con los años, lo sabemos todos bastante bien, pero no todo el mundo está dispuesto a aceptarlo con la misma resignación!. Y se entiende, pues no hay nada glamoroso en envejecer. Es el destino al que sin excepción vamos si no morimos antes a causa de una enfermedad incurable o a consecuencia de un accidente.

No importa la clase social a la que pertenezcamos, el color de la piel, el sexo, la raza o el lugar de origen, a todos nos pasará lo mismo.

Es un hecho, sin embargo, que algunas personas envejecen con más gracia que otras. Esas se ajustan mejor tanto física como emocionalmente a esta ley de la vida.

No precisamente es el caso de este señor de 60 años (según su propia confesión) que se nos unió en la conversación que sosteníamos el otro día en la barra de Manolo Tapas. Fue uno de esos Viernes sociales a los que yo acudo regularmente a entretenerme en ese lugar. La persona con la que el señor compartía parece que se había marchado ya.

Muy agradable, muy educado y muy atento el Míster y trabaja, según nos confió, en la parte administrativa del Departamento de Educación de la ciudad de NY. Es divorciado, vive solo y sus hijos ya son mayores de edad.

Todo iba muy bien hasta que se sentaron dos chicas a su derecha. Ellas, probablemente  menos de 30 años y si no, escasamente por encima y no se veían para nada mal.

Inmediatamente las muchachas llegaron, ese hombre cambió, el tipo se transformó. Hizo un giro de 180 grados y en vez de darle la cara al grupo, nos dio la espalda y le hizo frente a las chicas de una manera tal que no podía quitarles la vista de encima.

Nos desentendimos de él y unos minutos más tarde, un vaso se desparramó en el mostrador por culpa de una de las señoritas recién llegadas y me pregunto si no sería que se puso nerviosa de tener al tipo al lado con los ojos fijos en ellas tratando sin el menor disimulo de llamar su atención.

Hasta yo salí salpicado de la bebida que contenía el vaso y aunque no duré mucho tiempo ahí después del incidente me quedé pensando en cómo alguien puede perder la cabeza de esa manera, sobretodo porque era visible que ellas no estaban interesadas en hablar con él, algo que parece, el no percibía.

La verdad es que me dio mucha pena observar eso y si fuera creyente le pediría a Dios (así dice mi mamá) que me librara de que con los años yo pudiera caer en tal grado de locura, pues tenía algo de enfermizo la manera como ese señor se volvió loco mirando y tratando de abordar a las jovencitas.
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