Saturday, August 31, 2013

Si me engañas una vez ...

A mí me engañaron una vez pero no lo van a hacer dos veces. Como dice el refrán: "si me engañas una vez tuya es la culpa, si me engañas dos, es mía".

Ante la posibilidad de una nueva guerra, esta vez con Siria, las personas toman partido a favor o en contra de la invasión. Soy de los que está en contra, de esta y de cualquier otra invasión, sin importar que el tiempo sea pasado, presente o futuro.

En el caso de la que podría avecinarse, estar en contra de ella, no significa necesariamente estar a favor de los gobernantes de turno en ese país. Podemos dejar de lado el argumento de que ellos hicieron uso de armas químicas en contra de su pueblo, porque este recurso no debe aplicarse selectivamente para unos como es el caso que nos ocupa y hacernos de la vista gorda o ser cómplice del mismo delito en otros (y hay pruebas de que es así).

Obviamente que este sería un hecho horrendo, pero ¿a quién creerle? No precisamente a quien quiere encontrar una justificación para bombardearlos y es capaz de fabricar cualquier evidencia para atribuírsela a ellos como ya ocurrió con la invasión de Irak... Es obvio que a toda guerra hay que buscarle una justificación que la haga palatable, digerible pero hay que preguntarse si en realidad los verdaderos motivos son otros como el de castigar a alguien por no seguir los lineamientos políticos que convendrían a sus intereses.

¿Dónde están las armas de destrucción masiva que supuestamente Sadam Hussein tenía guardadas? Nunca aparecieron porque no existían. Los inspectores de la ONU nunca encontraron nada y luego de más de 600,000 muertos iraquíes (cifras oficiales), todo fue un error. Tamaño error. Entonces, vamos a caer en lo mismo. ¿Debemos provocar la muerte de 100 mil personas, 200 mil, quién sabe si hasta un millón y/o destruir un país y arriesgarnos a los impredecibles alcances y repercusiones internacionales que podría tener una estúpida guerra como esta por la supuesta defensa unilateral de principios morales cuestionables?

Las guerras no son cosas que se festinan y si estamos tan entusiasmados por hacer lo que es correcto porqué no dejar que sean otros quiénes lleven la voz cantante. En vez de que sea una superpotencia militar que se crea en el derecho de corregir o hacer las veces de policía del mundo, porqué no dejar que sea un organismo como las Naciones Unidas, que aún con todas sus fallas y deficiencias, debe tener mayor representatividad que un país o un grupito de países.

Estoy opuesto a las guerras. En ellas se saca lo peor de la especie humana. Es el horror en su máxima expresión. Y no hay que estar ahí o ser partícipe de ellas para experimentar y sufrir su poder destructivo. No es fortuito el hecho de quienes sobreviven quedan marcados y afectados para toda la vida, si no es que antes deciden acabar con ella antes de tiempo.

Las únicas guerras "justificables" son las guerras defensivas y aún estas deben cuestionarse. Las clases gobernantes, las élites y los poderosos utilizan siempre a otros, los más pobres, los más jodidos, para lograr sus propósitos, a los pendejos que armados de fervor "patriótico" defienden sus intereses (de un lado y del otro). Pero eso es parte de otra historia.

No comments:

Powered By Blogger