Saturday, January 26, 2013

Invasión personal

Se imaginan escribir un diario por 26 años seguidos. Eso hizo Virginia Woolf desde el 1915 hasta 1941, año de su muerte. 26 tomos dejó y tanta prolijidad hace que nos sintamos muy precarios y avergonzados ante lo que nos cuesta escribir más de una entrega semanal en este blog.

Hay que apurar el paso pues las neuronas no dejan nunca de trabajar y son muchas las ideas, muchos los puntos de vista y las opiniones propias que tenemos sobre el mundo y lo que en él acontece, que por desidia dejamos pasar y necesitan ser expresadas y compartidas.

De manera particular me pregunto el porqué me enfurecen tanto las actualizaciones con motivos religiosos (hay de otros tipos también) que hace la gente en plataformas como las de Facebook.

Debe ser porque la gente prácticamente se desnuda con algunas entregas y no todo el mundo refleja una buena imagen al estar "en cueros".

Puede ser también porque se siente como una invasión personal, es como si entraran de manera inesperada a tu casa, sin pedir permiso, cada uno de esos 'estatuses' donde se comparte de manera íntima el sentir real de alguien.

¿Qué necesidad tengo yo de enterarme de la oración que hace alguien? ¿Y qué necesidad tiene la otra persona de hacerla explícita y hacerme partícipe de su agradecimiento, devoción y entrega al "altísimo"?

Para colmo me da mucha risa y me pregunto, ¡cómo puede ser la gente tan tonta de creerse y proyectar todas esas imágenes antropomórficas de lo que es Dios, los ángeles, la vida en el cielo, etc., proyecciones todas creadas sin mucha imaginación y siempre hechas a imagen y semejanza de los seres humanos y la vida terrenal!

Lo extraño del caso es que las personas en vivo, de carne y hueso, no son tan insoportables cuando nos las encontramos en la calle, en fiestas o en el trabajo y compartimos e intercambiamos impresiones del mundo y sus afanes.

Friday, January 25, 2013

Ideas sueltas

Es preciso contrarrestar algunos planteamientos erróneos que se cuelan por ahí sin que se le hagan las debidas aclaraciones y correcciones de rigor.

La idea de pecado es un buen ejemplo. Hay que recordar que algo es pecaminoso dentro de cierto marco, dentro de cierto contexto, las más de las veces de carácter religioso.

Si una persona se considera fuera de ese marco entonces la palabra o la acción por la que se peca deja de tener sentido. Estaría fuera de lugar toda conversación en la que el elemento pecado saliera a relucir.

Es bueno también precisar que no se debe confundir algo que es caracterizado como pecaminoso (para algunos) con algo que es ilegal. Podría serlo pero no necesariamente.

Lo importante es poder discernir y no dejarse chantajear por la idea de pecado o aceptar que algo es conducente a pecar sin percatarnos que al responder al agravio de alguna manera estamos aceptando el marco teórico que sirve de base a su enunciación.

No importa que un acto sea agradable o desagradable a nuestros ojos. Es el marco bajo el cual se pretende juzgar tildándolo de ser un pecado o no lo que determina la presencia y la aceptación de premisas ocultas.

Otro tópico de interés es el ateísmo. Considero innecesaria la constante negación que hacen los ateístas de la existencia de Dios. No veo el porqué la insistencia en negar algo que no existe. ¿Para qué hablar de ello? Con su afán se vuelven tan fanáticos como los mismos fanáticos que pretenden combatir.

El hacer referencia de manera incesante hacia algo que es inexistente de alguna manera le da validez al discurso contrario. Es como hacerle el juego al otro bando. La existencia de esa contraparte o de esa resistencia activa no consigue otra cosa que reforzar y radicalizar la posición de los que sí son creyentes.

Llama también la atención la falta de independencia que exhiben las personas en cuanto a tener ideas por sí mismas. Atacan una posición bajo una coyuntura y dejan de atacarla bajo otra. La misma posición. Y entonces uno se pregunta, ¿dónde está la consistencia?

Sunday, January 20, 2013

Los afectos

Estoy pensando en las fuerzas que impulsan la actividad de los seres humanos en el mundo. Lo que hace que nos movamos de un lado a otro, recorramos grandes distancias, nos mudemos de país en país y sin pensarlo dos veces nos traslademos hacia lugares insospechados.

En la presencia de estas fuerzas, hacemos obras grandiosas que pueden parecer grandes sacrificios pero en realidad no requieren ningún esfuerzo, pues son cosas que se hacen por gusto y por placer.

No me refiero al dinero ni siquiera al petróleo que es el combustible que enciende los motores de la modernidad.

No son cosas tangibles ni materiales, en su mayoría, las que nos propulsan a alterar nuestros estados de movimiento o inercia.

Son más bien las intangibles, las inmateriales, las no visibles, las que nos proveen la chispa y el carburante necesarios para iniciar y mantener el viaje.

Me refiero a las pasiones, los sentires, esas emociones que cohesionan el ser y lo convierten en una sola entidad altamente funcional y productiva.

Sobretodo me refiero a los afectos. Todos los tipos.

En su presencia todo es posible, cercano, accesible, alcanzable.

En su ausencia todo es difícil, lejano, imposible, inalcanzable.

Saturday, January 19, 2013

Me cuesta mucho trabajo

Les voy a hacer una confesión.

Me cuesta mucho trabajo disfrutar de algo a lo que no le veo futuro. Llámese esto un trabajo, una relación amistosa, una relación amorosa o cualquier otra cosa.

Mi expectativa inicial al entrar en cualquier actividad o empresa de cierta envergadura, es siempre que voy a durar mucho tiempo, aún si el asunto tiene corta duración o sólo sobrevive una noche o talvez un día. Busco y espero siempre que ese algo pueda ser duradero.

Si de antemano sé o descubro que hay escollos u obstáculos que se interponen para que esa relación a largo plazo -de lo que sea-  no tenga muchas probabilidades de éxito, se marchita mi interés y se me hace muy difícil continuar.

La frustración que produce el encontrar ciertas barreras que parecen infranqueables, cosas que parecen imposibles de superar o solucionar me paralizan y con mucha frecuencia a la menor oportunidad busco la primera puerta que se abre para salir.

Se me hace muy cuesta arriba recorrer un camino que de antemano veo no me lleva a un destino deseado. Hago proyecciones, elaboro teorías con los datos y los elementos que tengo a mi disposición en esos momentos y si los resultados no van en la dirección que creo deben ir las cosas no le veo sentido a quedarme ahí varado. Prefiero seguir adelante pero en otra dirección.

Puedo disfrutar de una relación casual, donde uno se deja llevar por el momento y las circunstancias y dónde no hay ningún tipo de compromiso pero tengo que no haber pensado en ello, tengo que haberme abandonado a los sentidos exclusivamente, pues si me pongo a pensar, dejo de encontrarle placer pues veo todo como una pérdida de tiempo.

Por otro lado, el saber que algo va a terminar, que algo que me gusta va a acabar, me arruina el momento y hago como el general Argentino (no logro acordarme de si es una historia real o ficticia que leí o me contaron) que en medio de la batalla le traen un vaso de agua y prefiere tirarla pues si no hay agua para todos y si la sed los va a arrasar de todos modos, el quiere adelantarse a eso y en vez de esperar, en vez de dilatar la llegada del mal, el sale a su encuentro.

Hasta hace poco tiempo no me había puesto a cuestionar la validez de manejarse en base a premisas como las enunciadas anteriormente. Y de repente otras ideas han surgido dentro de mi cabeza.

¿Y qué tal si yo estuviera equivocado? En mi trabajo anterior yo sólo pensaba durar 3 meses y sin embargo por circunstancias que no vienen al caso señalar, me pasé más de 6 años. Y desde hace casi un año he vuelto a trabajar en el área de la cual me salí tiempo atrás, pues estando fuera descubrí que me produce más satisfacciones que las que he derivado de mi trabajo previo.

Talvez, si no le ponemos restricciones, debería ocurrir lo mismo en las otras esferas de la vida. Debería preocuparme menos por encontrar la situación ideal que no existe y vivir más la actual que sí existe y es la que está ahí en frente nuestro todos los días. 

Nada es estático. Uno cambia, las personas cambian, las circunstancias cambian 

¿Quién dice que lo que hoy no es ideal no puede evolucionar para serlo y viceversa?

La meta final-final no es agradable y todos la conocemos y llega de todos modos sin proponérnosla. No hay que salir a su encuentro. Por el contrario hay que tratar de demorarla lo más que se pueda.

Mientras ese final no deseado llega, lo más juicioso parece ser hacer que las cosas funcionen con lo que se tiene a mano. Sin buscar soluciones fáciles. Y sobretodo, sin preocuparnos tanto hacia donde nos llevará ese tren que llamamos vida.

Al final de cuentas, controlamos menos de lo que creemos podemos controlar. Es la conclusión a la que he podido llegar en estos últimos días. Y creo que llegaré a otras más.

Sunday, January 13, 2013

El suicidio de Aaron Swartz. ¿Qué podemos hacer?

Todas las muertes duelen. Al menos eso creo yo. A alguna gente más que a otra, claro está. Y dependiendo de las circunstancias, unas se sienten con mayor intensidad que otras.

El suicidio es una de esas muertes que más impactan. Es como si fuera un accidente. Es algo inesperado que no da tiempo a reaccionar hasta que ya es muy tarde.

El dolor es más pronunciado si quién decide quitarse la vida es una persona joven, brillante: casi un genio. Además un activista social, alguien que se preocupa por el bien común, la libertad colectiva, el bienestar general de todos y que contribuye con acciones y hechos a hacer de este mundo uno mejor.

Si lo que llevó a esta persona a tomar esa decisión fue la persecución injusta, hasta cierto punto provocada por el ensañamiento del estado y del sistema judicial en contra de ella por un crimen que no provocó víctimas, entonces el sentimiento de dolor e impotencia es más profundo.

Estoy hablando de Aaron Swarts que a estas alturas todo el mundo debe saber quién es y quién se suicidó el pasado viernes 11 de Enero.

Gran parte del día de ayer y parte del de hoy me la he pasado leyendo sobre su vida y su obra, su legado y sobretodo las abrumadoras muestras de afecto, amor y cariño que no han dejado de manifestarse a través de todos los medios de comunicación.

Y me queda la duda, me queda la pregunta de si Aaron sabía que el iba a provocar todo eso, si el sabía que iba a ser extrañado tanto. Y de haberlo sabido, de haberlo sentido, si eso habría podido ser suficiente, si eso habría podido evitar que se suicidara.

Son interrogantes que me hago una y otra vez: ¿qué cosas puede hacer uno para prevenir el suicidio de alguien? ¿Cómo saber que se ha hecho todo lo que es posible antes de que sea demasiado tarde?

Es fácil lamentar lo que ya ha ocurrido... Llorar, afligirse, acusar el gobierno son todas cosas válidas que podemos hacer, pero ninguna de esas podrá devolver la vida a esta persona tan apreciada y tan querida.

¿Cuántos más como él (o quizás sea una ella) existen por ahí y de alguna manera nosotros tenemos en nuestras manos el poder de evitar que lleguen a tomar una solución tan extrema?

¿En realidad tenemos ese poder? Y si lo tenemos, ¿qué podemos hacer?

Friday, January 11, 2013

¿Quién controla la bestia?

Hoy tuve una pequeña discusión amistosa con un compañero de trabajo. Mientras hablábamos por teléfono me contaba que en esos momentos le acababa de cruzar por el frente, una muchacha con unas licras muy ajustadas.

A su juicio eso era una provocación. Ella no debía vestirse así. Si alguien se ponía de fresco, ella era la culpable, ella se lo buscaba... que su esposa no se atrevería a salir así de la casa, a la calle y más cosas en el mismo orden.

Lo paré en medio de la conversación y le dije que ella podía vestirse como le diera la gana y que eso no significaba que nadie tuviera derecho a propasarse.

Para mí su forma de ver las cosas implicaba que las mujeres debían pensar o saber la manera como piensan los hombres y que en todo caso eran ellas quiénes debían protegerlos vistiéndose de manera que no despertaran ningún deseo malsano de decirle cosas de mal gusto o el manosearlas como sugirío él estaban ellas expuestas al usar ese tipo de vestimenta.

¡Increíble! Lo que uno tiene que oir. Esta es una persona con la que hablo todos los días y que me llama para cada cosa y así es como piensa, así es como ve la realidad en cuanto a la relación y el intercambio entre los sexos.

Ya que no salía a relucir en la conversación, tuve que recordarle que como hombres el problema de controlarnos era nuestro, no necesariamente de las mujeres.... Esfuerzo inútil: no lo convencí. Diplomáticamente me dijo que respetaba mis opiniones pero que no estaba de acuerdo.

Ante la sorpresa que me dió escuchar el punto de vista de este individuo debo reconocer que no todo el mundo ha tenido la suerte que he tenido yo de haber convivido siempre rodeado de mujeres: amigas, familiares, compañeras de estudio y de trabajo, lo cual me da cierta ventaja para conocer la realidad del segundo sexo (o el primero dependiendo de donde o quién empiece a contar).

Asimismo creo que por la misma razón anterior me paso de ser super controlado y atiendo menos a mis pulsiones y presiones internas que a algunas señales externas. Debido a eso también, en más de una ocasión he perdido oportunidades de tener sexo, alguna que otra gente ha confundido mi orientación sexual y hasta reprimido sexual me han llamado.

No obstante, prefiero dar todas esas señales falsas y no a la inversa de comportarme como un cretino o un imbécil que no sabe diferenciar la bestia que todos llevamos dentro y sobre quién recae el control que debemos ejercer sobre ella.

No tengo tiempo

Un amigo me manda un texto con un enlace de un video de dos horas en YouTube, diciéndome que cuando tenga tiempo debo verlo porque me aclarará lo que está pasando en el mundo hoy.

Para convencerme me pone que no lo voy a lamentar pero me chantajea al agregarle que si no lo veo soy yo el que se lo pierde.

Debo decirlo aquí porque por respeto y consideración no se lo puedo decir en su propia cara:

Pues lo siento mucho amigo, pero no tengo tiempo. Además sé por donde vas y creo que no me vas a convencer con tus argumentos o los que tomas prestados.

En las últimas elecciones votaste y defendiste a Romney, crees que la gente que recibe asistencia pública son el principal problema de este país y eres un defensor de la NRA (National Rifle Association) y la tenencia irrestricta de armas de fuego.... y esas son sólo muestras de la forma de pensar tuya.

Para colmo eres de los que cree que los niños que mataron en la masacre de Sandy Hook se convirtieron en ángeles y ahora están en un lugar mejor porque están en el cielo.

Oye, pero eso sí que es una aberración, cuánto sin sentido está detrás de creer algo así, porque la derivación lógica de hacer ese razonamiento es que le han hecho un favor a estos niños.

Imagínate que a los 8 años ya yo había descubierto que algo semejante era ilógico e irracional pues si todos los niños cuando mueren van al cielo (lugar del que nadie tiene pruebas reales de su existencia pero que supuestamente es ideal para vivir eternamente) entonces morir a una temprana edad era una bendición, no había razón para llorar o lamentar sus muertes. Había que morir joven decía yo, entonces.

Además, el día primero de Enero nos mandaste a la mierda por FB (y que sabíamos quiénes éramos) porque no te hicimos mucho caso con tus mensajitos de navidad, cumpleaños, etc., etc.

Y la verdad es, que nos tienes harto. A mí en particular que me dan tres pitos la navidad, el año nuevo y demás fiestas del día del padre, Thanskgiving, blah, blah.

Para más decirte, creo que tienes una idea muy equivocada de mí. Ni siquiera el día de mi cumpleaños lo celebro. Con eso te digo todo ...

Wednesday, January 2, 2013

Libertad de expresión

La frase con la que se titula esta entrega de hoy no era el tema de lo que quería escribir originalmente.

No puedo, sin embargo, dejar pasar por alto el asunto en cuestión pues me acaban de invitar a firmar una petición para pedir la prohibición en Facebook de un grupo que se piensa formar allí con el nombre de "Fundación Rafael Leonidas Trujillo Molina" (no sé si ya está formado y tampoco me interesa).

Y yo no estoy de acuerdo con la petición. No estoy de acuerdo con que se quiera prohibir semejante cosa. Por más repulsivo que a mí personalmente me parezca, creo que es primordial el derecho que tienen las personas de expresarse libremente.

Hasta tanto estas personas no cometan ningún delito o no atenten contra algún derecho "legal" de los demás, no veo el porqué se les deba tratar de impedir su deseo.

Aglutinarse en torno a la memoria de quién fuera un líder sanguinario y opresor como lo fue el extinto dictador es parte de las libertades a que se hacen merecedoras esa gente, precisamente por haber desaparecido la era atroz de esa figura a la que pretenderían reivindicar.

Es un gusto que desapruebo, pero no son tan irracionales como podrían parecer, las razones por las que algunas personas decidirían crear una agrupación como tal.

No debemos olvidar que ayer al igual que hoy, mucha gente se benefició del status quo en aquel entonces. Los regímenes totalitarios no existen en el vacío.

La dictadura trujillista, igual que en esta época el régimen del PLD, se sostuvo con el apoyo de mucha gente que con su silencio se hizo partícipe y cómplice de todas las atrocidades que se produjeron durante ese horrendo, oscuro y largo período de nuestra historia.

Esas personas de alguna manera propiciaron el que la ocurrencia de las mismas se prolongara por tanto tiempo.

Igualito que ahora.

Pero independientemente de cúan ruín pueda parecer una agrupación, ni cuán espúreos puedan ser los motivos que existan detrás de su formación, no se le pueden quitar a quiénes están detrás de ella, los mismos derechos de cuya inexistencia en otros tiempos nos hemos quejado, derechos que personas como esas nos hubieran negado.

En tal caso, ¿en qué estaríamos? ¿Qué hemos aprendido? ¿Acaso no estaríamos haciendo lo mismo, no estaríamos reproduciendo lo que ellos hubieran hecho en una situación similar? ¿A qué le tenemos miedo, en realidad?

No se puede enseñar tolerancia exhibiendo una conducta intolerante.

Las conquistas deben mantenerse a pesar de todo y a toda costa. Dentro de ese costo está incluída la repugnancia que llegamos a sentir cuando nos enteramos de la existencia de grupos como estos.

Tuesday, January 1, 2013

En el 2013

Una parte importante de la continuidad es el poder fijar nuestras metas y objetivos a largo plazo, no a corto plazo.

Lo cual no es una tarea fácil pues nos obliga a resistir y rechazar las distracciones del camino en miras de algo que no sabemos a ciencia cierta si existe o si lograremos algún día alcanzar.

Encontrar el balance perfecto sería la solución ideal a ese problema anterior. Disfrutar de las bonanzas del recorrido mientras se trabaja a largo plazo en la consecución de una meta deseada, parece ser la respuesta más apropiada.

En otras palabras, si nuestra meta final es disfrutar del sexo dentro de una relación estable (por poner un ejemplo cualquiera), una en la que los lazos afectivos y sentimentales predominen, no por eso debemos desaprovechar las oportunidades de disfrutar del mismo cuando las circunstancias nos son favorables.

Aunque sólo sea de manera transitoria, no definitiva.

El temor existe, sin embargo, de que por estar persiguiendo o atendiendo a urgencias inmediatas y temporales perdamos de vista nuestro objetivo principal, la meta mayor y de más largo plazo.

O peor, que alguien con potencial para ser una meta duradera nos descarte de manera definitiva por estar nosotros entretenidos en asuntos efímeros o de corta duración.

Lo cierto es que desde hace bastante tiempo, desde antes de llegar a los Estados Unidos para ser más precisos, he sabido que otros objetivos diferentes a los sentimentales y afectivos no vale la pena perseguir.

La vida es corta y una vez las necesidades elementales son resueltas todo lo demás es una distracción para alcanzar la felicidad, si es que existe acaso algo con un nombre así.

Ante la perspectiva de la muerte que se yergue incólume en cada recodo del trayecto por la vida y como recompensa final a todos nuestros esfuerzos, pocas cosas resisten un análisis profundo y real de lo que vale o merece la pena comprometerse.

Para mí lo material es secundario. Únicamente los sentimientos como algo que deja huella en la existencia es lo que cuenta y queda.

Por eso se hace tan difícil disfrutar de algo que de antemano uno sabe que no va a durar o que uno cree que es transitorio y temporal. ¡Vaya ironía porque de hecho, todo es temporal!

Talvez esté equivocado y lo pasajero puede convertirse en algo prolongado, duradero y firme.

No lo sé con certeza y son de las cosas que con prioridad me interesa explorar y trabajar más a fondo en el 2013.
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