Thursday, August 5, 2010

Ser uno mismo

Se recomienda que las personas sean auténticas o que seamos nosotros mismos. La hipocresía y la falsedad no son atributos agradables de encontrar y mucho menos queremos transmitir esa impresión de nosotros a otros. Pero es algo muy delicado y no es tan fácil serlo si se trata de salir bien parado de la experiencia. Al ser muy auténticos se corre el riesgo de chocar de frente con otras personas que a su vez son muy genuinas y originales en su forma de ver y reaccionar al mundo que les rodea.

Lo extraño y asombroso es el cómo se hace posible la convivencia entre las personas aún manteniendo ellas valores y posiciones totalmente contrarias que van desde simples preferencias hasta planteamientos muy profundos que afectan las actitudes, los gustos y las aficiones, las creencias religiosas e ideales políticos entre otras. No ocurre ningún problema mayor porque las personas saben eso y no andan predicando a viva voz cuáles son sus inclinaciones y se intuye que las nuestras aunque diferentes tampoco tienen que ser expuestas o clarificadas de la manera como hacemos un listado de cosas para aplicar para un empleo o ir de compras al supermercado.

¿Ocurren transgresiones? Todo el tiempo. Pero las personas aprenden a soportarlas y tolerarlas sobretodo si usan el tacto y algunas pequeñas estrategias sociales que como el pasar por alto e ignorar pequeños detalles discordantes, evitan los escalamientos hacia mayores conflictos.

Muchas personas les encanta vivir dentro de las limitaciones que les imponen su forma de pensar o sus creencias (para ellas no son limitaciones), y se sienten cómodas dentro de un territorio o demarcación y nunca sienten la necesidad de ver la realidad desde otra perspectiva u otro punto de vista.

Pero no todos los individuos florecen dentro de ese estado de cosas.. En estos últimos la existencia de límites es una mayor desventaja y se resienten ante la mínima presencia de ellos. En especial aquellos que no poseen ningún territorio ni les interesa defender alguno. Sus fronteras son vagas y difusas: si las hay serían muy permeables o prácticamente inexistentes y aunque traten les sería sumamente difícil aceptar vivir dentro de las mismas. A ellos les cuesta mucho trabajo someterse y por eso prefieren vivir a campo abierto, con el máximo de libertades permisibles bajo las circunstancias (madre de todas las cosas) y muy alejados de lo que parezca tener muchas reglas y limitaciones pues en extremo podrían parecerse a algunos lugares  donde se recluyen aquellos que no actúan según las normas.

Yo creo parecerme mucho a esa segunda clase de individuos aunque me resisto mucho a estar encasillado en algún tipo de clasificación.

Sunday, July 25, 2010

Distorsiones

Una especie de espejos cóncavos o convexos de todas las formas y estilos imaginables, eso somos, tratando de reflejarnos en superficies convexas y cóncavas, que son los otros, y que al igual que nosotros también se reflejan y proyectan entre sí -pues son espejos también- para así crear una realidad deformada que es el producto de la suma y multiplicación de distorsiones individuales.

Hay que allanarlas y pulirlas esas superficies, todas, para tratar de limitar las imperfecciones que van de un lado a otro y se devuelven en todas las direcciones exagerando y presentándonos una visión irreal de las cosas.

La imagen que se refleja nunca concuerda con la que realmente es. La que se quiere proyectar tampoco es equivalente a la que se percibe. Ilusión y decepción son quizás las dos caras de la misma moneda.

Saturday, July 24, 2010

Buenas Intenciones

Tengo que agradecerle a Daniel sus buenas intenciones.

Sí, ¿porqué no?

¿Quién no le agradecería a alguien el hecho de que al encontrar la amiga olvidada de un amigo o familiar, se ofrezca a tratar de restablecer la comunicación perdida entre ambos?

Y eso intentó hacer él, como buen samaritano, con bastante éxito. No que sea algo por lo que merezca la entrada al paraíso, claro que no, pero si apreciable aunque fuera lo usual y esperable dadas las circunstancias. Además es una característica compartida en la familia el que nos guste agradar o hacer feliz a la gente.

Es nuestra manera de sentirnos satisfechos y ser felices a nuestra vez. Y si su recuento es fiel, el vio el entusiasmo que despertó en la señora el hecho de haberlo encontrado a él con la esperanza de que le abriese las puertas a alguna información o hasta la posibilidad de algún futuro encuentro.

No se equivocó, pues Daniel llamó a todos los números conocidos y al rato ya estábamos conversando él y yo, luego la chica y yo y los intercambios de números no se hicieron esperar y antes de finalizar el día o la noche para ser más precisos, ya hubimos conversado tres o quizás más veces.

Al día siguiente lo mismo y quiso repetirse al tercero, lo cual y es deplorable, puede producir muy mala digestión. Demasiada información en muy corto período de tiempo, sin contar la que no dude en pedir y sin premura pero tampoco sin demora llegó a través de Daniel.

No podemos hacernos los tontos. El tiempo cambia a las personas en más de un sentido y la mayor parte de las veces no precisamente para bien..., lo cual nos lleva a reflexionar si no sería mejor dejar las cosas allí donde estaban y donde no hieren ni le hacen daño a nadie.

La saciedad, sin embargo no siempre es un fenómeno compartido y cuando ocurre se hace necesario controlar de inmediato la entrada descontrolada de ciertos ingredientes en un cuerpo que no está acostumbrado a alimento sin antes pedir de comer o estar hambriento.

Es desolador que haya que buscar vías para desacelerar la exaltación ajena. Y que no siempre estemos de humor para hacer feliz a la gente.

Parece cierto lo que dice el dicho. Cuando todo luce demasiado bueno para ser verdad es porque...

Sunday, July 18, 2010

Cartas

Cartas, cartas. Hay algo mágico en ellas que nos encanta. 
¿Será porque es un arte perdido y en peligro de extinción real? Poca gente que conozco las escribe ya. Y sabemos el porqué: los teléfonos, los correos electrónicos, los mensajes de texto se han encargado de sustituirlas. A pesar de eso, no es lo mismo ni es igual la expectativa de saber que al abrir el buzón puedes encontrar una dirigida a ti. La emoción que se siente es difícil de describir.

No me refiero a las facturas para que pagues la luz, el teléfono, el agua o las tarjetas de crédito. Ni tampoco a la invasión de ofertas que llegan por correo para que compres cosas. Me refiero a esas misivas personales donde lo que se dice muy bien pudo haberse dicho en un e-mail pero se ha preferido escribirlo con tinta, a puño y letra como dirían algunos. Nada podría ser más personal ni hacerte sentir más exclusivo.  Y lo que se dice no tiene que ser necesariamente muy relevante ni muy secreto en términos de contenido. 

Precisamente porque existen todos esos medios eficientísimos para transmitir y enviar mensajes con información de todo tipo es que toma más relevancia el que alguien decida tomarse todas las molestias de buscar bolígrafo, papel, un sobre e ir al correo a hacer una fila y entregar la carta a un dependiente para su posterior envío. Sumar a todo eso el tiempo de por medio entre la ida, la llegada y la espera. Con suerte tendremos otra de vuelta.

Hay que estar un poco locos para hacer algo así con tantas cosas que nos distraen y con tan poco tiempo del que disponemos... ¡Pero no!

No me lo podía creer cuando la oferta para que nos escribiéramos el año pasado provenía de una jovencita de 24 años enamorada de la belleza en todas sus formas y quién como toda buena romántica disfruta y cultiva el arte olvidado y en desuso de escribir correspondencias.  Sin medir las consecuencias o sin pensar mucho en lo que me estaba involucrando, acepté.

Hace un año que comenzó esa experiencia que no era del todo ajena para mí. Antes, me había carteado con varias amigas para los tiempos que salía de la escuela secundaria. Pero era casi una obligación en esa época. No habían muchas opciones. Ahora, en cambio, es una elección. Y quizás sea ahí, en la libertad de elegir algo que tiene un costo real y entraña cierto grado de sacrificio donde reside el placer dulce y sutil de enviar y recibir cartas.

Es un acto auténtico de entrega real y recíproca. Sus cartas son mías y las mías no lo son más pues pasaron a ser de su propiedad. No sé qué hará con ésas que yo le escribí, pero las de ella yo las conservo como si fueran trofeos y las releo de vez en cuando, especialmente cuando quiero levantar el espíritu pues la condenada que me ha tocado como compañera de correspondencia escribe endiabladamente bien y es perfeccionista lo que hace que cada uno de sus escritos alcance la categoría de pequeña joya bendita.

Me voy...La tentación de releer esas de las que acabo de hablarles es irresistible... Oscar Wilde ya lo había dicho:  la mejor forma de vencer una tentación es rendirse ante ella. ¡Amén!

Friday, July 16, 2010

El silencio no se negocia

Los amigos(as), los(as) amantes se escogen, la familia no. Huir de ella no podemos, separarnos tampoco nos es permitido como lo podemos hacer con los primeros. A ellos los escogemos en base a afinidades y desde el momento que nos estorban o los estorbamos la solución es muy simple: cada cual coge por su lado.
¡Qué lujo si pudiéramos hacer lo mismo con nuestros familiares!
Pero no, tenemos que aguantarlos y acallar nuestro sufrimiento del modo más estoico posible para no desencadenar una crisis peor que la de Watergate o no salgan a relucir cuestiones como la ingratitud, la intolerancia o hasta la indignidad (¡qué indigno! es una expresión de mi mamá). Esos sí que son verdaderos chantajes. ¿Cierto?

Tener supuestamente mal carácter o defender las posiciones en las que se cree de manera muy vehemente no es razón suficiente para espantar familiares. Probablemente es un magneto porque la gente busca dirección y sabe que ahí la puede encontrar. Los inestables encuentran también una razón para acercarse. No hay mejor manera para encontrar un destino mejor o ponerle un rumbo a la vida que subirse a un barco que aunque no se sabe para dónde va, por lo menos no se está hundiendo.

El dominó se ha barajado en múltiples ocasiones y las fichas se cambian, se alternan. También los escenarios sufren profundas modificaciones y las piezas vuelven a terminar de nuevo en las manos del mismo jugador. Por suerte algunos se van a jugar con otros jugadores que han emergido pero no se van muy lejos y se quedan gravitando dentro de la órbita original por si acaso y se temiera perder el punto de equilibrio que los mantiene atraídos hacia un centro de gravedad. Lo que no se explica es cómo han aparecido últimamente nuevas piezas que suplantan a las existentes y ello no genera ninguna señal de alarma.

Una explicación se aventura y es que acostumbrados a observar transferencias positivas que ocurren en una sola dirección los actores se olvidaron y no se prepararon para las también existentes y conocidas transferencias negativas, las que dependiendo de su magnitud pueden afectar el bienestar de los jugadores muchísimo aún si estos creyendo sabérselas todas las ignoran. Lo más difícil que hemos encontrado es la cuestión de los gustos. Es increíble cuán diferente pueden ser y diferir en dos personas que poseen los mismos antecedentes. No sólo en música y en preferencias televisivas sino en todo....
Lo más difícil sin embargo es tener que oír lo que no se quiere oír. El qué, cuándo y cómo se oye, importa mucho. O cuando no se quiere escuchar nada en absoluto. Por la razón que sea...
¡Qué difícil se hace negociar los espacios de silencio!

Tuesday, July 13, 2010

Oh Nature!

Una amiga mía dice que los hombres son (¿somos!?) unos perros. Ella lo descubrió a partir del momento que todos le miraban el escote de la blusa del uniforme del trabajo aprovechando que se abría con facilidad y dejaba entrever de manera un poco generosa la parte de arriba de su hermoso tórax.

Debe haber sido una pesadilla ese descubrimiento pues ella no sabía, ella no estaba preparada para sacar provecho del poder que eso le confería. Mucho peor porque reaccionaba muy negativamente al mismo y se resentía de que todo el mundo pudiera estar más pendiente de algunas partes de su cuerpo que otros lugares que como dentro de su cabeza ella consideraba residía más su valía. Lo que la turbaba también fue descubrir su propia dualidad: ella no era sólo ella sino y con mucho énfasis, la parte más visible de su anatomía.

Y la decepción debe haber sido grande porque era difícil resistirse a no mirarla donde ella no quería que la mirasen. Vaya malestar que se creó, pues entonces, con el objeto de protegerse, trató de ocultarse y hasta de encogerse con tal de no darle nada de gusto a un ferviente público de admiradores que invariablemente tenía que pasar primero por donde ella estaba, pues era cuasi la recepcionista del piso en el que trabajaba. ¡Vaya que sí duele mirar a alguien pasar por ese tipo de sufrimientos y ver el temor reflejado en sus ojos como los de una presa perseguida por lobos! Pero no es menos triste y no deja de ser una tarea complicada y difícil esa de compadecerse de la presa cuando dentro lo que corre es sangre felina y también se está hambriento como toda la manada y con deseos de comer del delicioso manjar apetitoso que presenta el cuerpo de la víctima asustada.

Lo mismo le pasó a una prima preciosa que cuando el tiempo le llegó comenzó a desarrollar un cuerpo muy bonito que incluía de todo con mucha gracia y elegancia pero que a ella le sentaba muy mal porque de un momento a otro todos comenzaron a mirarla y no precisamente al rostro que se iluminaba lleno de sonrojo. Lo que más le molestaba eran esas miradas de lujuria, esas que la hacían sentirse desnuda y en las que los perpetradores no hacían ningún esfuerzo por al menos amortiguar el deseo de tocar que ella sin mucho esfuerzo podía adivinar. 
¡Oh mal de males! ¡Qué culpa tenían esos mortales de haberlos hecho tan débiles, de no poder ignorar la pobre niña que florecía al sol y se abría a la vida con todos sus maravillas! 

Y la otra cara de la debilidad: ¿porqué tenían ellas que reaccionar así?; ¿porqué tenían que ser tan debiles e incapaces de soportar la legión de aduladores que como abejas en busca de alimento sólo estaban atraídos por la miel escondida en esos pétalos que cual rosas en la mañana se abrían al aire y al viento inundando de olores tentadores el mundo?

¡Qué otra cosa se puede hacer sino dejar que la naturaleza siga y labre su propio camino!..

Monday, July 12, 2010

Socialización

La sangre se infla y no importa si es en un adulto o en un niño de 7 años el resultado será bien visible y observable desde cierta distancia. Lo que no le parece muy bien a las mujeres de mi familia que ven en ello un acto de depravación y obscenidad. La valoración y el juicio que le dan parece transmitirse de generación en generación. Recuerdo que a mi madre le molestaba muchísimo (debe molestarle todavía) y en nuestra presencia lo criticaba muy abiertamente cuando se percataba de su ocurrencia sin importar quién cometía la transgresión.

Recientemente me sorprendió ver casi la misma expresión de desagrado en la cara de mi sobrina cuando me contó que descubrió a su hijo jugando con la maravilla de su sangre alborotada en esa parte de su cuerpo no siempre expuesta a la vista pública. A ella no le pareció nada gracioso la hazaña y esos primeros experimentos con su masculinidad (no sé si el término es apropiado) deben haber terminado muy mal para el pobre niño pues su padre fue llamado a disciplinarlo con urgencia por el grandioso acto pecaminoso de a tan corta edad haber decepcionado así a su madre con tales despliegues lascivos. ¡Oh mi madre, qué precocidad!, no dudaría ella en quejarse.

No quiero imaginarme lo que debe haber sentido "el pequeño" al no poder comprender cómo algo tan espontáneo y natural puede ser y generar una reacción que provoque tanta acritud en las personas mayores. De ahora en adelante el tendrá que ocultarse y será su responsabilidad la manera cómo su cuerpo responde aún cuando el no tiene control sobre esa parte que decide levantarse sin que de manera explícita se le haya ordenado despertarse.

Por su parte mi sobrina no ayuda mucho y la hacía mejor informada o acaso la información se va por un lado y al final la reacción es más fuerte que todo, echando por tierra todo lo aprendido en sus muchos años escolares. Parecería que ella no sabe que estas son expresiones involuntarias que ni se acallan por un simple deseo pero tampoco se pueden evocar con un chasquido de dedos como pretenden ellas sugerir por no entender lo que ocurre dentro de esos cuerpos cercanos pero a la vez bien ajenos y alejados por diseños incompresibles y complicados.

Y a todo esto es a lo que llamamos socialización. Un proceso absurdo en el que la sociedad a través de figuras como los padres se empeña de manera ciega de negar el reconocimiento de las pulsiones internas, lo que ayudaría de manera eficientísima en la creación de conflictos en sus portadores quienes en última instancia se sentirían impotentes para diferenciar lo que es correcto sentir y lo que es apropiado decir que se siente en tales circunstancias.

Saturday, July 10, 2010

Te pido un favor

En la oficina Jodi no quiere hacerme un favor que le estoy pidiendo con mucha insistencia. Intento chantajearlo con palabras tratando de encontrar un punto débil y así lograr mis propósitos. Se resiste no obstante el desgraciado y fracaso en conseguir que acceda a mis requerimientos.

Mi técnica aunque no me da los resultados esperados parece que hace alguna mella en el sujeto pues me lanza un contraataque del tipo: Fernando, di que Jodi es una persona malvada, dilo y me lo repite una y otra vez.

No hago lo que me sugiere y en cambio le contesto: oh quieres poner palabras en mi boca; ¿quieres que diga eso de ti para de esa forma tener una justificación de que así es como yo te catalogo y entonces tratar de sentirte menos culpable por no haberme dado lo que con tanto empeño te he pedido?

No señor, ¡no voy a hacer eso!

Monday, July 5, 2010

Alta Autoestima

Toda la vida he oído hablar de las bonanzas de tener una alta autoestima. Poca gente se atreve a señalar las desventajas. Hacerlo es como cometer un pecado. Confieso entonces que voy a convertirme en pecador. Pero no sólo yo, también Martin Seligman nos previene contra los excesos de esta fiebre por crear y vender una alta autoestima como la cura y la solución a todos los problemas.

Promover el sentirse bien a toda costa sin importar si estamos logrando las cosas que deberíamos lograr y por las que todos deberíamos luchar para sentirnos bien es en síntesis la crítica que le hace Seligman al movimiento generalizado de subir la autoestima.

En la introducción a la segunda edición de su libro "Learned Optimism" (1998) dice (la traducción es mía):
"Yo no estoy en contra de la autoestima, pero yo creo que la autoestima es sólo un indicador que sirve para medir el estado del sistema. No es un fin en sí mismo. Cuando te está yendo bien en la escuela o en el trabajo, cuando te está yendo bien con la gente a la que amas, cuando te está yendo bien en el juego, el medidor debe dar un registro alto. Cuando te está yendo muy mal, el indicador debe registrar bajo".
"Hasta Enero del 1996, yo creía que la autoestima era escasamente un medidor con poca y si acaso alguna, efectividad causal. El artículo principal en  "Psychological Review" me convenció que yo estaba equivocado y que la autoestima produce un efecto causal: Roy Baumeister y sus colegas (1996) revisaron la literatura sobre los genocidas, asesinos a sueldo, los líderes de pandillas y criminales violentos. Ellos argumentaron que estos perpetradores tienen una autoestima alta y que esta autoestima injustificada causa la violencia. El trabajo de Baumeister sugiere que si uno le enseña a los niños a tener una alta autoestima sin razones justificadas, luego vendrán los problemas. Un subgrupo de esos niños también tendrá un rasgo mezquino dentro de ellos. Cuando estos niños se confronten con el mundo real y este les diga que ellos no son tan grandiosos como ellos han sido enseñados que son, ellos arremeterán con violencia. Es posible entonces, que las epidemias gemelas que tenemos hoy en los Estados Unidos entre la gente joven, depresión y violencia, ambas vienen de esa descabellada empresa: de valorar la manera cómo se siente nuestra gente joven sobre sí misma de manera más alta que cómo nosotros valoramos lo bien que ellos se están desempeñando realmente en el mundo".

En mi caso particular y como dice una amiga el problema puede ser de arrogancia, pero yo no descarto es producto también de un exceso de autoestima. Y podría haberse originado desde el momento que se descubre que a uno le costaba menos esfuerzo conseguir algunas cosas que al resto de los otros. Es el comienzo quizás de uno creerse que es la gran cosa y que puede hacerlo todo y también es el inicio de crearse malos hábitos, muy malos que con el tiempo sólo han logrado empeorar, magnificarse y hasta multiplicarse. Nada sustituye el esfuerzo sostenido y la práctica constante para poder estar por encima de la mediocridad. Haber aprendido a leer por su cuenta, de manera casi solitaria y sin antes haber ido a una escuela, o poder aprobar el examen de una materia con sólo estudiarla el día anterior es un gran desperdicio considerando todas las cosas que hubieran podido hacerse con el tiempo restante si y sólo si se hubiera dedicado ese espacio temporal que quedaba libre en actividades productivas y no como ha sido el caso malgastadas en cosas destructivas... ¿Habrá todavía tiempo para enmendar errores?

Friday, July 2, 2010

Contigo aunque me mates, sin ti ...

Hay que leerse a la gente y sus dinámicas de la manera como se lee un libro cualquiera o se observa una obra de arte. Y de igual manera hay que sumergirse de manera profunda en sus páginas pues los personajes nunca se nos revelan de inmediato, nunca en el primer capítulo y por tanto siempre hay que ahondar en ellos para poder encontrar el hilo o los hilos que mueven toda la trama.

En uno de esos capítulos intermedios se puede leer que no sólo es el placer de estar juntos lo que une o mantiene a las personas apegadas las unas hacia las otras sino también el dolor. Sí, efectivamente, el dolor que produciría la separación entre las partes. Porque de qué otra manera puede explicarse el hecho de que muchísima gente se mantenga junta más allá de cuando se han agotado los recursos para proporcionar gozo y alegría a las personas con la que comparten sus días y también sus noches.

Es fácil estar con alguien que nos hace reír, nos hace ver todo desde una perspectiva glamorosa y con quién la vida se nos vuelve excitante, llevadera y digna de ser vivida. Pero todos sabemos que si no luchamos muy fuerte la rutina puede imponerse y todo eso que hemos mencionado puede desaparecer para en su lugar instalarse la monotonía, la inercia y los desazones propios del desencanto. Y a pesar de todo eso uno puede leer en sus páginas, allá muy adentro que hay gente que prefiero eso a buscarse nuevas alternativas.

En otros capítulos y aquí viene la intriga, descubrimos que las personas se detestan abiertamente, se maltratan de todas las formas posibles, no se gustan y así lo manifiestan sin mucho reparo los unos a los otros y muy a pesar de ello la separación no es una opción pues sin darse cuenta o talvez intuyéndolo otras fuerzas gravitan sobre ellos y los mantienen en su centro atrayéndolos no dispersándolos como sería lo lógico suponer.

Y la teoría que se puede concluir y que se esboza de manera un poco más clara al final de las páginas de los tantos libros similares como esos que existen, ya nos fue explicada en aquellas clases de análisis funcional de la conducta en dónde nos enseñaban las teorías del condicionamiento operante: el refuerzo y la evitación. Somos no sólo capaces de hacer cosas por la recompensa placentera que obtenemos pero más aún tratamos por todos los medios de hacer o no aquéllo si eso nos evita una experiencia dolorosa.

Para algunos-as imaginarse la vida sin algunas personas a su lado, el vacío y el dolor resultante de su ausencia es tan insoportable que no existe nada que se le pueda comparar y cualquier otro dolor menor es algo infinitamente preferible a la ilusíón de felicidad real o ficticia que podría encontrarse en otras partes.

Yo no soy quién para cuestionar el "imprinting", la naturaleza de la huella que dejan terceros en estas personas y a las que ellas parecen ser especialmente vulnerables pero tampoco me gustaría estar del lado de quién produce un efecto así en otra, aún a pesar de lo halagador que podría ser para el ego en sus inicios.

Monday, June 28, 2010

Resentimientos

El tiempo es muy traicionero y es ahora cuando nota que ha sido especialmente duro con ella. No puede evitar mirarse en esa señorita que se le parece pero que es como una copia que ha sido mejor sacada y reproducida y que tiene su propia luz con la que quiere alumbrar a su manera los senderos por los que sus pasos inseguros encamina. En suma no es ella y ni siquiera es como ella. A la manera de espejos que se reflejan a sí mismos y se alejan hasta el infinito, cuánta cercanía y a la vez cuánta distancia entre la una y la otra. Casi se tocan para luego alejarse. Esas son ellas dos.

Y siente mucha envidia, siente celos, porque en un tiempo fue así y le da rabia sentir la impotencia de no poder volver atrás todos esos años. No hay recuperación posible. Es tiempo perdido en esa otra cara, esa otra dimensión donde se pierden todas las cosas y en dónde un día no tan lejano iremos todos a parar para ser el pasado de todo lo que fue o alguna vez tuvo vida y presencia, si así podemos llamar a esa forma de existencia.

Demasiados años, piensa ella, que nada ni nadie se los va a devolver y que han sido dedicados al cuidado y la creación de esa desgraciada malagradecida que para colmo es tan bonita y tan bien parecida. Y qué lástima el que nunca se podrá imaginar y ni aunque se lo dijera, llegaría realmente a saberlo, todos los suplicios y las vicisitudes por los que tuvo que pasar para que pudiera verse como era ella antes de tenerla a ella.

Wednesday, June 23, 2010

De los pequeños detalles

Recién empieza el verano y los días son bastante largos. Son las 7:30 PM y el sol está todavía afuera y suficientemente alto. Si no fuera por la humedad y el intenso calor que se siente me quedaría en la calle un poco más tarde luego de terminar el trabajo por el día de hoy. Subo por la Atlantic Avenue y doblo/tuerzo hacia mi izquierda para tomar el Expreso Brooklyn-Queens (BQE) en dirección al Brooklyn Bridge que es el camino de retorno para la casa pasando todo el FDR Drive (Franklyn Delano Roosevelt) y en dirección hacia el Bronx.

Al final de la rampa que conecta la avenida Atlantic con el BQE hay una señal de Pare que hay que obedecer aunque el conductor no sea muy buen ciudadano pues los vehículos en el expreso podrían estarse moviendo con mucha rapidez. Quiénes vienen en la misma dirección generalmente bajan un poco la marcha y le ceden el paso a los que se acercan desde el lado adyacente. Yo vengo casualmente desde ese lado y me llama a la atención que un señor que viene en su auto deportivo se para casi de manera completa de modo tal que me está cediendo el paso. En cambio yo, reconociendo que es él quién tiene todo el derecho para continuar la marcha le hago señas para que siga y él no obstante insiste y se detiene, ahora sí, por completo en la vía  y con la mano me insta a que entre a la autopista.

No me hice de rogar. Con la primera velocidad que tenía el carro puesta, solté el pedal del clutch y pisé el acelerador. El vehículo saltó hacia adelante, pasé la segunda y la tercera velocidades y saqué la mano izquierda hacia afuera y un poco hacia arriba en señal de saludo y aprobación hacia la admirable conducta del conductor.

Y esas son las pequeñas cosas, los pequeños detalles que si te suceden o eres parte de ellos son capaces de levantarte y devolverte la esperanza en la convivencia humana. Esos detallitos son los que te permiten ver la vida desde otra perspectiva y te hacen cambiar la percepción que podrías tener del planeta de ser un lugar inhóspito y hostil. En su lugar no descartarías la posibilidad de que sí sea posible un mundo en el que todos los seres humanos podamos vivir teniendo la cooperación, la generosidad y el altruísmo como las divisas primordiales de nuestros entendimientos e intercambios mutuos.

Monday, June 21, 2010

Posesiones

Qué era suya ahora y que por siempre lo sería; eso le dijo ella. En cambio el era y sería suyo toda la vida. En medio de los besos y los abrazos cruzados el hacía un intercambio con las palabras y las expresiones que salían de su boca. Desde ese momento se convertía también en su propiedad y asumía a su vez la de ella. Le pertenecía y él se ofrecía a cambio cerrando de esa forma el círculo que los envolvía y los ataba, los convertía a ambos en las dos caras de la misma moneda, pero una sola al fin y al cabo.

¡Qué absurdo todo esto! El que nunca se había sentido como la posesión de nadie ni había querido adueñarse de persona alguna ni de nada en absoluto, de repente no comprendía el porqué le gustaba tanto esa idea de pertenecerle y de que ella con tanto gusto se entregase hasta el punto de sentir que en realidad era suya porque ella así lo quería y él también lo aceptaba. Le parecía bueno y válido que lo considerara suyo. Ese reclamo para fundirse en su ser y ella en él no le parecía ahora fuera de lugar y más bien era una idea que empezaba a cobrar un inusitado interés y sentido dentro de su propio mundo.

Se estaría volviendo loco o de repente los límites de la realidad se estaban ensanchando. O talvez era lo contrario y esos linderos se estaban constriñendo y sólo veía lo que quería ver ignorando otras realidades que eran más palpables y verosímiles. Porque todas esas ideas habían salido de su hermosa cabeza y él sencillamente las había aceptado. Le gustaban porque por primera vez no le importaba dejar de ser quién era para convertirse en una entidad nueva e indefinible que no era ella ni él sino algo más, diferente y desconocido hasta ese momento y que ni para sí mismo el podía explicarse de manera simple y razonable.

Sunday, June 20, 2010

El arte de Traducir

Una traducción atroz que hizo uno de mis amigos de Facebook del español al inglés tratando de poner un "status" en ambas lenguas, me hace reflexionar sobre el significado de los idiomas y las palabras como medios o transportadores de esos significados.

No es tan sencillo como parece eso de traducir. No se transcribe de un idioma a otro buscando la equivalencia de palabras individuales y transponiéndolas a un tercero como si fueran bloques que se trasladan de lugar o de un edificio al siguiente sin que en el movimiento no se altere la calidad o la funcionalidad de la obra en construcción.

Aprender nuevos lenguas es como vivir en mundos diferentes. Es como cambiar de país, de entorno y de realidades. Podemos expresar y tratar de reproducir la experiencia de un idioma a un segundo utilizando ese primero como referencia pero muchas veces equivale a reducirla. No todo el mundo puede hacerlo. Hay gente que se vuelve excepcionalmente buena tratando de captar ese espíritu pero la mayoría fracasamos en el intento.

Sin embargo no todos somos tan humildes para aceptar o reconocer el fracaso. Lo que me extraña es la falta de percepción para no ver cuándo estamos cometiendo el disparate. ¿O será acaso que el interés de aparentar, quizás hasta de ostentar que se está diciendo algo en dos lenguas sea más importante que mantenerse fiel a una ética de decir algo coherente y con sentido? No lo sé, pero creo que yo no podría.

Y abundando un poco sobre los mundos diferentes en el que los idiomas nos hacen vivir, no es extraño para todas las personas que hablan más de uno el confrontarse con la dificultad de que hay cosas que se dicen mejor en uno que en otro, ideas y palabras que aún haciendo el mejor esfuerzo no se traducen fácilmente y hay que conformarse con una pobre aproximación. Pero más aún, existe el caso de personas que hablan perfectamente un idioma y en él lucen muy inteligentes e ilustradas pero en un segundo que puede ser el idioma de sus padres se expresan terriblemente mal con giros, expresiones en desuso y hasta un acento que si no los conociéramos denotaría todo lo contrario. De ese tipo, conozco ejemplos muy renombrados...y otros no tanto.

Friday, June 18, 2010

Viernes

Qué un Viernes como el de hoy me parezca igual que un Lunes, es algo que me interesa conseguir. Y voy a tratar hasta el cansancio. Tanta emoción anticipada por la llegada del fin de semana y los dos días supuestamente libres para hacer lo que uno quiera, lo que más le venga a uno en ganas. Lo que significa en resumidas cuentas no hacer nada.

Al pasar un balance más detallado esos dos días se convierten en uno. Llega el Domingo y se nos arruina todo sólo de pensar que al día siguiente hay que ir a trabajar. Lo cual no es justo. Imaginarnos que vienen 5 días ininterrumpidos de labores conspira con nuestros mejores deseos de disfrutar ese día libre.

Hacer todos los días iguales haría que los disfrutáramos todos con igual entusiasmo o que los convirtiéramos en días miserables e inservibles para el disfrute del cuerpo y del alma. No más picos y valles. O en la cima de la euforia todo el tiempo o en la profundidad del abismo aburrido, monótono y hostil. No queda otra alternativa.

Ojalá y todo pueda ser reversible. Si al conseguir lo que quiero no me siento cómodo con los resultados alcanzados. Es que no podemos descartar la insatisfacción que siempre acecha y es algo intrínseco, inherente de todos los seres humanos.

Ah!, me olvidaba: creo que soy uno de ellos...

Tuesday, June 15, 2010

El Arte del Himalaya

En días pasados visité el Rubin Museum of Art, un museo dedicado a resaltar el arte y las culturas alrededor del Himalaya, las cuales han sido influenciadas y son representativas del Budismo y sus variantes en todos esos países y ese gran territorio que circunda los alrededores de esa cadena de montañas, es decir la india, la china y Nepal entre otros.

Son cinco o seis pisos de exposiciones y me salté dos o tres.

Puedo recordar claramente algunas cosas que me impactaron de esa visita como por ejemplo la exposición en el último piso "Remember that you will die" (Recuerde que usted se va a morir) en la que a través de pinturas, cuadros y libros se nos habla de la eventualidad de nuestra muerte. Se nos recuerda de manera vívida que cargamos o llevamos nuestro propio cadáver a cuestas y por mucho que  presumamos y mayores sean las conquistas que alcancemos nada podrá evitar que nos vayamos a morir. Se exhiben varios cuadros al estilo de Vanitas que nos hablan de la falta de significado de la vida terrenal y la naturaleza transitoria de la vanidad (según la traducción de Wikipedia) bajo la perspectiva de dos grandes religiones: la budista y la cristiana.

La segunda cosa que me llamó la atención fue la observación de que una pintura del tipo que vemos en cualquier  museo tradicional está casi siempre firmada y eso le da un gran valor a la obra si la firma le corresponde a un gran maestro, llámese Van Gogh o Matisse o Monet, etc.. En el caso de los cuadros, esculturas y otras obras de arte que se enfocan a las culturas del Himalaya y que algunas se pueden ver en exhibición en el Rubin, ninguna tiene firma. Son hechas por artesanos a los que por encargo se les ha pedido una obra centrada en algún tema de la religión budista y ellos así lo reproducen en sus creaciones artísticas sin tratar de ganar fama ni conseguir crédito por la realización.

También pude observar en detalle varios cuadros y esculturas en las que se presentan a dioses o semidioses dentro de la mejor tradición del Budismo con cuerpos perfectos y simétricos adornados con joyas preciosas y vestiduras costosas lo cual contrasta con las enseñanzas budistas que hacen énfasis en la humildad y el desinterés por las posesiones materiales. Una explicación dada refiere que los artistas intentan con esta lujosa apariencia externa de los personajes tratar de corresponder y reflejar los estados de perfección e iluminación internos de que gozan y en el que se encuentran las deidades. Lo externo vendría a ser un reflejo de lo interno de tal modo que no debe confundirse nunca con el significado que le damos a la apariencia en nuestras culturas en donde a final de cuentas y debido al énfasis que se le da, ella se convierte en un fin en sí misma sin mayor conexión con nuestros estados de satisfacción o bienestar internos.

Sunday, June 13, 2010

Prejuicios

En medio de una conversación con mis hermanas, la menor expresó que le encanta estar en Downtown Manhattan. Estar ahí es como estar en otro mundo, dijo ella. Y yo estuve de acuerdo. Agregué que todas las personas sin importar el color o la raza a la que pertenezcan elevan su nivel en esa parte de New York City. La hermana mayor no lo ve así. Ella dice que "los blanquitos" ciertamente son más corteses pero que en realidad ellos se sienten superiores.

Y se armó la discusión...
La manera como yo lo veo es que no hay manera de presuponer que alguien se siente superior así porque sí, si a la vez quién lo atribuye no se siente inferior. No hay manera de sentir lo que el otro siente. Podemos intuirlo y hasta estar en lo cierto pero es muy difícil que el otro te lo diga pero es mucho más difícil de determinar cuando la otra persona no te da los motivos y por el contrario se comporta de la manera más correcta y amable posible.
Lo extraño para mí es que en Downtown confluyen todas las clases y todas las razas, los visitantes de todas las partes de Estados Unidos y del mundo y sin embargo mi hermana entresacó a "los blancos" (una denominación que le dan de manera despectiva algunos hispanos a la WASP = white, anglo-saxon, protestant).

Oír a mi hermana expresarse así era como estar en presencia de una persona prejuiciada. Un ejemplo de que el prejuicio se da en todas las direcciones. Es muy fácil atribuirle a los otros la manera como nos sentimos y de esa manera poder descalificar sus acciones, aún las más amigables y nobles. El recelo puede estar en nosotros y cuando está presente podemos proyectarlo hacia esas personas de manera inconsciente lo que haría que los rehuyéramos y estos a su vez podrían hacer lo propio pues probablemente les parecerían extrañas nuestras actitudes defensivas, sobretodo cuando no se dan ni existen razones claras y evidentes.

Tal vez sea un buen ejemplo de lo que son las falacias o las profecías de auto-cumplimiento.

Saturday, June 12, 2010

Timidez

¿Qué puedo decir si soy terriblemente tímido para las celebraciones que se podrían hacer en mi nombre? Esa es la pura verdad y en un tiempo hice esfuerzos conscientes muy grandes para tratar de cambiar eso y por lo menos hacerlo llevadero para satisfacer un poco el interés de los demás. Reconozco, sin embargo, que he fallado miserablemente tratando de conseguirlo. Por más que lo pienso, lo razono y trato de procesarlo no he podido sobreponerme ni encontrarle lógica, mi lógica, la que me permitiría manejarlo adecuadamente.

Recientemente cumplí años como todos los años y como todos los mortales y/o todas las cosas que se supone tienen una fecha de origen, un punto de partida. Sólo unas pocas personas lo sabían o lo recordaban pero dentro de mi familia algunos nunca se olvidan y las felicitaciones no se dejan esperar. Con la tecnología ahora recibo llamadas de larga distancia y mensajes de texto que dicho sea de paso estos últimos (esto es un cambio) son muy prácticos para el manejo de las emociones que se suscitan y mis respuestas en consecuencia, aunque menos espontáneas resultan ser más fluidas, mejor pensadas y hasta podrían llevar una pizca de humor.

Reconozco que soy bastante irracional en estos aspectos. Y quién sabe en cuantos más. Soy el primero que salta para promover la celebración de los otros y me interesa sobremanera el bienestar de los demás, sin embargo no soy bueno para hacer los ajustes y verme en primer lugar como el objeto de la atención general con fines puramente festivos. Es probable que sea muy bueno para complacer y absurdamente difícil para dejarme agradar y ser el foco de interés de terceros.
Soy de los que si quisiera podría llegar a cualquier fiesta de esas que se organizan a nivel privado y hacerme dueño de ella pues tengo la habilidad de poder ver el conjunto y descubrir fácilmente dónde están las fallas y corregirlas, dar la mano aquí y allá y resolver uno que otro problema que se presenta. Esa es la verdad, pero no puedo hacerlo en los casos en que la estrella designada del show soy yo, como en ocasión de un cumpleaños y una de las consecuencias resultantes de ese comportamiento es que días como esos me retraigo y mi conducta y actitud hasta podrían parecer hostiles y con razón pues no conozco demasiadas personas que actúen de esa forma.

Agradezco, eso sí, y de manera inmerecida a todas las personas que conociéndome me protegen y aún felicitándome hacen todo lo posible para evitar exponerme de manera pública al horror de ver mi nombre ahí en sitios como Facebook y/o el blog, etc. Es un verdadero honor contar con gente así y por mi parte prometo seguir trabajando el asunto de tal manera que en futuros aniversarios podamos responder de manera más acorde con el sentir de los demás...

Monday, June 7, 2010

Puntos de Intersección

Tiene unos ojos negros muy grandes y un corte de cejas en forma de arco que los agrandan aún más. He llegado al mostrador del Restaurante y hago ademanes de que quiero saludarla con un beso y ella que así lo entiende se acerca. Pego mi boca a una de sus mejillas que están realzadas con un rosadito pálido y le planto el beso como de costumbre. De paso aprovecho para decirle lo bella que está su boca con sus labios carnosos no muy abultados y acentuados por un esmalte brilloso y transparente que le gusta ponerse en los labios. Se sonríe y me muestra sus dientes diciéndome que ellos también lo son y yo agrego los ojos al inventario y con los míos le sugiero otras partes del cuerpo que me atraen y ella halagada pero pretendiendo que se molesta frunce el ceño sin dejar que le abandone una sonrisa en su rostro y se aleja al llamado de otros clientes, del teléfono o del ajetreo que originan todas las órdenes que tiene que preparar y enviar con el señor que en su bicicleta hace los mandados y las entregas.

Es toda una rutina y al mediodía no hay mucho espacio físico ni mental para escuchar las alabanzas que despiertan sus atributos físicos en medio del arroz y las habichuelas rojas y blancas, las arvejas, la carne y el pescado, el pollo al horno o al caldero y quién sabe cuántas cosas más que hay que ofrecer a los parroquianos atraídos por la comida que debe servir para saciar el hambre que casi a todos y por coincidencia a la misma hora los impulsa a llamar por teléfono o dirigirse hacia allí a ejecutar sin mucha sofistificación el ritual del almuerzo.

O quizás y me equivoco y sí hay tiempo y el espacio se crea porque no sé cómo y nos volvemos magos y hacedores de tiempo y hay una sola brecha que me permite un pequeño atrevimiento más. Los ojos hablan y ella se queja de mi sonrisa que esconde algo según ella, una mezcla de malicia que no lo es tal sino una manifestación de un estado de gozo interno que se activa por la anticipación de lo que se va a decir después sin haberlo realmente dicho de antemano.

Le digo que antes no me atrevía pero que ahora sí; que si estuviéramos solos le robaba un beso y que con su hermosa boca sus besos debían saber riquísimos. Y mientras le digo esas cosas le aprieto la mano que ha colocado encima del mostrador y ella que se le nota la prisa se la deja apretar y acalorada me mira sonriendo y casi cortándome los ojos por ponerla en una situación tan incómoda y con premura se queja en voz alta de mí, que en realidad no es una queja sino una manera de salvar la cara y aprovecha así y se retira a atender sus otros quehaceres.

Todo lo anterior forma parte de un juego que se repite día a día con una que otra pequeña variante. No nos lleva a ninguna parte pero aceptamos gustosamente el jugarlo (al menos yo). A veces hasta incluye una que otra escena de celos si otra persona me atiende pues asume que yo no quise esperarla, pero lo que sí la pone realmente molesta y no lo puede ocultar es cuando pido órdenes para llevar y hasta se niega a tomarla diciendo que su turno ha finalizado, algo que ese día era cierto pero que siendo de otro modo aceptaría sin ningún regañadiente.

La realidad es que somos dos polos totalmente opuestos y debido a nuestra formación y nuestros gustos que son totalmente distintos, si hubiera habido la posibilidad de una vida en conjunto, a excepción de la comida y el sexo que son nuestros puntos en común, esa vida, sería un completo infierno....Y ahora que lo escribo pienso: ¿sexo y comida no son más que suficientes?
En todo caso cuando yo quería y estaba dispuesto ella no lo estaba y ahora que para mí todo es un juego no sé si realmente ella quisiera  pero yo veo lo que nos separaría y nos diferencia con mucho más claridad y precisión y a la larga pienso que esas cosas nos habrían desbordado, nos hubieran arropado y opacado todo lo que inicialmente nos atrae y produce el acercamiento entre nosotros..

De todas maneras el punto aquí es demostrar que a pesar de las diferencias los seres humanos siempre podemos encontrar puntos en los que nos entendemos, nos comprendemos y  podemos estar en total acuerdo. Ella y yo por razones diferentes tenemos una hora y un lugar determinados donde ambos estamos de acuerdo, nuestras líneas confluyen y por ende se vuelve nuestro punto de encuentro. Es ahí dónde nuestras lineas o nuestras coordenadas se interconectan. Fuera de ahí esas líneas no tienen otra manera de conectarse y se alejan para volver a re-encontrarse otro día a la misma hora y en el mismo lugar de siempre.

Sunday, June 6, 2010

El arte de sintonizar

Unos se van pero otros-as más vienen y se suman con nuevos ánimos, nuevos bríos y nuevas energías. Le respondo aquí a un comentario de Raymunde quién muy gentilmente comenta en el post titulado "la felicidad es relativa". Vale decir que ella es muy enigmática y misteriosa, juega muy bien con las palabras lo que demuestra que es muy inteligente, es también encantadora y sus razonamientos son las más de las veces muy provocativos.

Veamos su comentario:
"El otro día, por mucho que esté de acuerdo contigo en la teoría, fallé en la práctica: al igual que tú, fui de visita, aunque yo fui a ver a mi hermana. No me fue posible hacerle comprender que lo único que necesitaba era un poco de paz, de calma, y no su avalancha de preguntas destinadas de hacerme sentir cómoda. 
Supongo que la comprensión depende también del estado de ánimo de uno. Y el mío el día de la visita a mi hermana estaba por los suelos. Y ella no lo vio.
Se llama empatía y los huéspedes y los anfitriones deberían compartirlo :) ".

Es muy frustrante cuando situaciones de este tipo ocurren, digo yo. Me pasa a mí de vez en cuando. Cuando nuestras condiciones particulares no siempre son visibles para los demás y nuestros interlocutores no se destacan precisamente por saber descifrar nuestros estados internos. Y es difícil expresarnos en esas condiciones o mejor dicho poder transmitir al otro por lo que estamos pasando. El esfuerzo que los demás hacen para tratar de agradarnos no hace otra cosa más que agravar la condición por la que atravesamos.
Sin embargo no quiere decir que del otro lado las cosas anden mejores. Errar el tiro desconcierta. No saber qué hacer también frustra. Y el no hacer nada como solución no siempre es la más fácil de hacer de todas las soluciones. Casi de manera natural todas las personas nos sentimos impulsadas siempre a querer hacer algo o a tratar de ejecutar una acción destinada a producir un efecto tendente a aliviar el malestar que percibimos. 
No todo el mundo desarrolla la habilidad de tomar en cuenta que el silencio y la comprensión que de él puede emanar puede ser de mucha ayuda y hasta podríamos agradecerlo más pues nos sentimos menos invadidos. De hecho, si lo que quisiéramos fuera hablar y el hacerlo no nos resultara algo difícil de hacer para salir de nuestro estado de deploro, de seguro que ya lo hubiéramos tratado.
En fin, una cosa es tratar de ser empático y otra muy diferente es el de conseguirlo. Pero aunque no siempre se logra el hacer coincidir la comprensión en tiempo y espacio idénticos, cuando existe el verdadero interés y hay demasiadas cosas en juego, sí es posible al menos hacer las revisiones de lugar. 
Si las mismas se hacen con todo el detalle y cuidado necesarios, ellas permitirían con el paso del tiempo afinar las percepciones de las partes involucradas y podrían producir un mejor entendimiento sin tanto esfuerzo en vano pues tanto receptores como emisores podrían compartir o estar sintonizados en la misma frecuencia... (sonó al final como una clase de física). 
¡Al menos, eso creo yo!

Saturday, June 5, 2010

Sobre el amor y sus secuelas

Hablando con una amiga surgió el tema del amor. Es tanto lo que se dice y habla de la grandiosidad del sentimiento y las emociones que se experimentan bajo su influjo que muchas veces pasamos por alto lo apáticos y desinteresados que podemos llegar a ser con los individuos que antes amábamos hasta la muerte o la locura, una vez desaparece el interés y dejamos de estar bajo la invisible influencia de su poder.

Tienen razón los que dicen que es uno de los sentimientos más excelsos y que somos capaces de los mayores sacrificios por las personas amadas. Sin embargo este no es un sentimiento altruísta. En la mayoría de los casos las personas quieren y exigen reciprocidad en las mismas cantidades y proporciones de como se dan.

Cuando no ocurre de la manera como lo queremos el sentimiento puede muy bien metamorfosearse y convertirse en otra cosa mucho más parecida a su contrario y en vez de constructivo puede volverse -en el peor de los casos- muy destructivo y hasta extremadamente peligroso.

Me surgen preguntas que como en el buen estilo socrático ni yo mismo conozco las respuestas.
¿Podría existir algún sentimiento superior al amor que no sea egoísta, no exija reciprocidad y que no quiera si y sólo si se quiere de vuelta? ¿Puede llamarse amor a ese sentimiento de entrega que se da sin esperar nada a cambio, no pone condiciones y encuentra en la entrega su propia recompensa? ¿Si eso no es amor o es otra clase de amor, cómo podríamos llamarle a eso de tal manera que no nos confundiéramos con el otro en el que hay una mezcla de sentimientos de posesión física de la cosa amada con experiencias de transformación casi mística y espiritual? ¿Podría el uno transformarse en el otro y viceversa?

Tuesday, June 1, 2010

Los niños de la calle

El arte no debe servir sólo para transmitir belleza. Puede y tiene que ser también un vehículo a través del cual se denuncie todo lo malo que hay en el mundo.

Unas cuantas imágenes de Pedrito Guzmán en dónde se refleja la pobreza material y espiritual en la que vive la población más vulnerable y que sufre más esa condición de injusticia como lo son los niños y una canción de Patxi Andión han sido suficientes para estremecernos y hacer secundarias otras preocupaciones, existenciales o de cualquier tipo, que pudiéramos tener.

La realidad es tan dura, pero más aún es el cómo nosotros nos alejamos de ella para no sentir el peso de nuestra propia culpa. Real o imaginaria, de manera directa o por omisión y más que todo por darle la espalda  e ignorarla nosotros también somos culpables como los que más al no hacer nada por cambiar el actual estado de cosas que permite situaciones como la que experimentan los niños y los adultos cuando les falta lo más esencial para vivir y desarrollarse de manera mínima y adecuada.

De repente nos sentimos que hemos sido y somos muy egoístas y que el no tener suficiente sexo, la preocupación por el final que tarde o temprano nos espera, el derrame de petróleo en el golfo de México y/o el calentamiento de la tierra son problemas muy secundarios y que pasan a un segundo o tercer planos.

Hay tantas cosas a las que prestarle atención y tanto que resolver para que podamos vivir una existencia moralmente digna que nuestros problemas se vuelven de repente ínfimos ante la urgencia y la inmediatez de tener hambre o vivir desnudo sin más pecado que el haber nacido en el lugar y la familia equivocada.

Wednesday, May 26, 2010

La felicidad es relativa

Ya no podía más con la vergüenza y el otro día fui a visitar a la mamá de unos amigos míos de mucho tiempo atrás. Hacía un par de semanas que alarmada me había llamado porque no había podido verme en 2 o 3 viajes previos que había hecho a NY.

No bien hube llegado y cruzamos unas cuantas palabras me preguntó que si había comido. La verdad es que no lo había hecho pero tampoco había ido con el propósito de quedarme a comer. Estaba mucho más interesado en el intercambio cordial y el trato cortés con que siempre nos habíamos tratado.

Por su parte ella insistió y en cuestión de segundos inició los preparativos para darme de comer. En pocos instantes ya había servido café, arroz, habichuelas, carne, ensalada y hasta una cerveza estaba lista para mí en la mesa de la cocina. Cuando hubo concluído con todo eso se retiró a la sala del apartamento a ver la televisión.

Le reclamé que volviera para la cocina pues yo había ido a verla a ella y no a ponerla a hacer oficios. Me respondió que se había ido para que yo pudiera comer tranquilo.

Entonces la entendí. A partir de ahí todo fue más fácil. Parece que la felicidad de alguna gente no está donde uno cree que debe estar. La de ella en relación conmigo no estaba subordinada a hablarme, ni a verme. Tampoco a los intercambios de palabras, a las conversaciones que podían suscitarse entre nosotros. Ella era más feliz sintiéndose útil y/o haciendo lo que creía me hacía sentir más cómodo a mí. En otras palabras, ella era más feliz sirviéndome.

Con mi prolongada ausencia de los últimos meses, le había quitado la oportunidad de que ella me sirviese y por tanto le había quitado la oportunidad de que ella se sientiese de valor. Como muchas personas, pero como madre en particular su razón de ser es el servicio. Quitándole eso también le estaba quitando el derecho de ser feliz a su modo.

Monday, May 24, 2010

Memoria de largo plazo

La memoria de largo, muy largo plazo no es tan necesaria en las grandes ciudades. La realidad cambia de manera tan constante y acelerada y hay tantas cosas a las que prestar atención que sólo es suficiente con que te acuerdes en donde dejaste tu carro la noche anterior... y alguna que otra cosa de mayor o menor importancia. Lo demás es irrelevante, ¿será así?

Saturday, May 22, 2010

Para liberar la mente

Acostumbrado al machismo de República Dominicana me sorprendí mucho cuando supe que Enerio Rodríguez Arias no manejaba el carro de su casa. Y probablemente no sabe y no creo que haya estado interesado nunca en aprender.

¡Qué el profesor Enerio no conducía vehículos de motor!

Eso sí que era una novedad y más que una sorpresa, algo muy inusual en un país del tercer mundo. Su esposa era quien lo llevaba desde su casa a la universidad y de vuelta lo recogía cuando terminaba sus clases para llevarlo de regreso a ella. Me tocó en varias ocasiones hacer el recorrido de vuelta con ellos pues muchas veces lo ayudaba a administrar exámenes a sus estudiantes. Me dejaban en el Parque Independencia desde dónde era mucho más fácil para mí conseguir transporte de vuelta para mi casa ubicada en la parte alta de Santo Domingo.

La explicación que daba Enerio para no aprender a conducir y creo talvez habérsela oído a él mismo o a alguno de sus seguidores más cercanos en alguna ocasión, era algo parecido como que su mente no podía estar preocupada con detalles tan mundanos como esos que tenían que ver con el manejo y mantenimiento de un vehículo.

Hay que destacar que conocer y compartir con Enerio Rodríguez Arias es una experiencia casi religiosa. El se graduó de Doctor en filosofía en la UASD cuando todavía existía ese título en la academia y lo hizo con los máximos honores. Fue enviado a estudiar psicología a la UNAM (México) e hizo lo mismo allá. Se graduó Summa Cum Laude. Me contaron que hubo gente que lo invitó y trató de convencerlo a venir a Estados Unidos pero parece que de manera particular y los compromisos contraídos con la universidad impidieron que semejante cosa ocurriera. Latin es probablemente su segundo idioma y el Inglés aunque nunca lo he oído hablarlo todos sabemos que lo lee, lo escribe y lo traduce con perfección asombrosas.

En fin, el cerebro de Enerio es excepcional y se desenvuelve en un nivel de abstracción sumamente alto. Puedes hacerle cualquier pregunta de filosofía, lógica o de psicología por poner un ejemplo (en su amplia área de conocimientos el lo sabe casi todo y lo desborda) y su respuesta siempre te deslumbrará pues el puede, con la mente prodigiosa que tiene, poner esa pregunta en su justa perspectiva y generar todas las respuestas atinentes a esa cuestión no sólo a lo largo de la historia sino al estado del conocimiento actual. No kiddind! Con él aprendí a que si quieres convertirte en un experto en un área sólo tienes que seguir las referencias y las referencias de las referencias. O adquirir los libros citados en los libros que lees y así sucesivamente. En poco tiempo vas a saber tanto como la persona de quién tomaste la idea inicial que despertó tu atención.

Ante todo lo dicho anteriormente no sé porqué tuvo que tomarme tanto tiempo el dejar de lado los sentimientos de culpa que me producía y por fin me decidí a agarrar toda la ropa sucia que nunca había tenido la costumbre de llevar a lavar y/o planchar y en vez de hacerlo yo mismo en la lavandería, pues acepté la oferta de dejar que ellos lo hicieran al precio de 89 centavos por cada libra. Un precio verdaderamente barato si lo comparamos con la cantidad de cosas en las que uno gasta por encima de 20 y 30 dólares. Ir al cine, a un bar, una cena, etc.

¡Y qué bueno que lo hice! Aunque siempre existe el riesgo de que se pierda algo, la verdad es que nadie está contando. La economía de tiempo tanto mental como real es grandiosa y la comodidad de ver la ropa doblada como nunca yo podría hacerlo supera con creces los probables inconvenientes que podrían haber al confiarle a terceros cosas que uno tenía por costumbre hacer. Y la mente entonces puede seguir dedicada al nivel de abstracción que se quiera sin distraerse o estar preocupada por las interrupciones propias que conlleva vivir una vida en esta época moderna. Pero con un poco más de suerte podría hasta llegar a parecerse a la de Enerio. ¡Qué más podría uno pedir!

Espero, eso sí, que al liberar la mente de estas y otras obligaciones, esta no se encumbre tanto que entonces tenga problemas para hacerla bajar y así pueda atender a otras necesidades ineludibles también para la convivencia y el buen desenvolvimiento con el resto de los congéneres, con los demás miembros de la misma especie.

Wednesday, May 19, 2010

Los caminos de la vida

Uno de estos próximos días se van a cumplir 3 años que se inició esta aventura de escribir un blog. Y ya no hay vuelta para atrás. Decidimos quemar las naves y adentrarnos en la espesura dentro de este terreno de exploración de la existencia en donde somos testigos de sus miserias y desventuras pero que incluyen también las bonanzas y alabanzas que encontramos en el recorrido y estamos en esto ya, repetimos, de manera definitiva.

La vida, sin avisarnos, nos lleva por caminos que nos son totalmente insospechados en sus inicios. El otro día Daniel se encontró con Jan Paul Olsen, uno de mis amigos de la universidad del que la distancia, los vientos contrarios y otras circunstancias me habían separado al igual que con el resto del grupo donde crecí de manera espiritual e intelectual.

La tecnología ayuda mucho en estos tiempos y hábilmente Daniel (mi hermano) hizo una llamada y el resultado ha sido varias conversaciones posteriores dónde nos hemos puesto al día de lo acontecido en los últimos años. Jan Paul ahora es profesor de la universidad y lo ha sido por más de 20 años. ¡Cómo pasa el tiempo! Y me decía que al igual que un amigo suyo que no anticipaba que en su caso el se dedicara al mundo académico y la docencia, tampoco él pudo imaginarse nunca que yo pudiera estar fuera de eso  y por el contrario dedicado más al mundo de las ventas y los negocios. El me veía con más inclinación hacia la academia y no voy a negar que en un tiempo yo también.

El viernes pasado cuando iba de camino a una fiesta "loca" organizada en cuestión de horas a través de facebook por una artista francesa (Soko) encontramos en la salida del Brooklyn-Queens Express Way (BQE) un señor con apariencia de estar entre sus treinta y cuarenta años todo desaliñado, vistiendo harapos, faltándole varios dientes y pidiendo dinero para comer a todos lo vehículos que se veían obligados a parar por la luz roja del semáforo.

En ese momento pensé que en un tiempo esa persona no era así; en un pasado no muy lejano el tenía todos sus dientes y probablemente la ropa que usaba era limpia. Imaginé las múltiples cosas que debieron haber pasado en su vida para haberlo llevado hasta donde el estado deplorable en que se encontraba ahora. Y quién sabe si talvez me equivoco y ahora está mejor que como estaba antes. Sí, ¿quién sabe?

Cuando se tiene un blog y se tiene la suerte de encontrarse con viejos amigos, uno los dirige hacia él para entre otras cosas ahorrarse palabras y mostrarle lo que se ha estado haciendo. Hice lo mismo con Jan Paul y parece que como resultado de lo que ha visto el no ha perdido las esperanzas de que yo todavía pudiera volver al mundo del que él me veía formando parte de manera estrecha e indisoluble.

Me parece que el tiempo es siempre quien tiene la última palabra pero ciertamente me veo más cerca de ese mundo del que creo nunca me he separado que de aquel representado por aquella persona sin hogar y desposeída de todo el orgullo y la dignidad que deberían ser inherentes en la vida de todos los seres humanos.

Sin exagerar y para eso los contrastes son buenos, creo que aún dedicado a otras actividades desligadas del trabajo intelectual, si se tiene la actitud y se crea la disciplina apropiada, esas otras actividades pueden muy bien servir y ayudar en proporcionar el material adecuado (y el dinero) para ver la vida en su justa perspectiva y bajo un ángulo más humilde, más real y desprovisto de todo los apasionamientos y engreimientos que pululan en algunos círculos académicos y de los que yo de ninguna manera he querido ni quiero formar parte.

Sunday, May 16, 2010

Negativos

Si no te llamo es porque no te necesito me contestó él cuando al llamarlo por teléfono la semana pasada le pregunté si iba a ordenar de nuevo el producto que nosotros le suplimos...

Con su respuesta él se economizaba de tener que hacer una llamada en caso de que no me necesitara pero al mismo tiempo abría un circuito en mi cerebro que no se cerraba de manera autómatica. Por el contrario, se quedaba abierto y de esa manera su respuesta era cualquier otra cosa menos económica para mí.

El dejaba de ese modo mis neuronas activadas y muy bien podía quedarme esperando todo el día sin que el estuviera en falta pues sus parámetros eran muy indefinidos, muy oscuros y no detallaban cuánto era lo prudente que yo debía esperar para que el circuito se cerrara o mis neuronas se desactivaran en ese respecto.

Con su respuesta no hizo más que acordarme las clases de procesos cognoscitivos en dónde se demostraba lo difícil que es para el cerebro manejar los cuestiones (resolución de problemas) cuando se incluyen varios negativos, etc.. Y claro está, a éstas se añade también la incertidumbre...

Saturday, May 15, 2010

Defragmentar dijo ella

Leí en el blog Pedacito de Luna que a su autora le encanta defragmentar aromas, los aromas de la gente. Para ella eso se ha convertido en una afición. A mí en cambio lo que me encanta es defragmentar las expresiones de la gente. Me interesa sobretodo defragmentar los verdaderos significados detrás de sus gestos independientemente de las palabras que podrían usarse para disfrazar los sentimientos o las emociones que los producen y que se cuelan de manera subrepticia sin el consentimiento de sus dueños. Porque lo que la gente dice, lo que decimos no siempre es de fiar. Y no es de fiar porque se hable mentiras sino porque no siempre se dice la verdad. Es difícil hablar cuando se está en medio de una emoción intensa sin importar cuál sea la naturaleza de ella. Las reglas sociales nos imponen que debemos guardar las apariencias y por eso no siempre decimos lo que verdaderamente pensamos y sentimos sobre las cosas, aún en aquellos casos en que parezca inocuo el decirlas.

Ya lo dijo Sheila como comentario en la entrega titulada Icebergs refiriéndose a lo que no se ve en una situación determinada y de la que no podemos hablar porque "debemos acallar, porque 'no es prudente' expresarlas, o puede ser inconsciente, sin percatarnos qué nos motiva a actuar, sentir o decir ciertas cosas". Ella muy acertadamente agrega que "la cultura nos ha construído de un modo tal que es más lo que no expresamos con palabras que lo que decimos con ellas".

Debo decir que yo desconfío de ellas y tomo lo que se dice siempre con un grano de sal. Es paradójico sin embargo el que sean precisamente palabras las que usemos para decir que desconfiamos de las palabras, de las que se dicen oralmente y de las que se utilizan de manera escrita. Y no es que haya que desconfiar del todo pero ellas no deben tener valor en sí mismas hasta tanto no podamos contrastarlas con los hechos, pues los hechos y sólo ellos deberían ser los últimos jueces en determinar el valor de verdad de lo que se dice o lo que nos dicen.

Pero más que todo hay que desconfiar de lo que se escribe, del lenguaje escrito en contraposición del lenguaje oral que con el avance tecnológico de los últimos años ha perdido terreno como medio de intercambio cotidiano y le ha cedido el paso a los correos electrónicos y/o de mensajería de textos. En manos hábiles se puede decir lo que no se siente y hacerlo pasar como si realmente se sintiera. Es mucho más fácil escribir un "te amo" a una persona a través de un mensaje escrito que decirlo como parte de un intercambio verbal. Nos podemos robar cosas que encontramos por ahí y hacerlas pasar como que son nuestras apoyándonos en la ignorancia de nuestra audiencia. En una conversación en vivo las personas no ensayan las respuestas y lo que se dice bueno o malo casi siempre es producto de una reacción auténtica de lo que se siente en el momento.

Porque de manera personal nosotros no seamos capaces de hacer o decir ciertas cosas no significa que otros no sean o no son capaces de hacer otras cosas totalmente diferentes. Las palabras dependiendo de quién las diga y al igual que teorías pueden ser engañosas, vacías y desprovistas de todo significado hasta tanto los hechos las confirmen o las desmientan.

Me parece que yo no las necesito tanto y que de vez en cuando puedo prescindir de ellas. Dos experiencias recientes me confirmaron mi susceptibilidad o debilidad personal para apoyarme más en las sutiles expresiones, gestos y posturas de los demás que en lo que pudiera oírse o averiguarse apoyándose en expresiones verbales. Una fue al asistir a un show de un comediante. A la vez que lo miraba a él y escuchaba lo que decía no dejaba de prestar atención a todas las personas que estaban en mi campo visual y por lo que ellas reflejaban podía imaginarme sus estados internos y hasta cómo estaba la relación con las personas que les acompañaban. La otra fue al servir de guía a una joven para subir al edificio Empire State. Para mí su cara de alegría y felicidad lo decía todo. No tenía que preguntar. Era como un libro abierto. Las palabras sobraban y no era necesario que dijera nada de como se sentía pues en su expresión todo estaba dicho ya.

Thursday, May 13, 2010

Muchas opciones

Pensé que tener gustos diversos y preferencias de todo tipo en materia de bebidas alcohólicas me hacía una persona adaptable y fácil de complacer en ese terreno. Me equivoqué y las cosas no se quedaron ahí. Parece que conmigo ella experimentó una variante de lo que se conoce por ahí cómo el síndrome del comprador. Ése no es otro que los síntomas, el estrés que se experimenta cuando se tienen demasiadas opciones y la elección resulta difícil pues hay que escoger y no se sabe qué o cuál.

Me lo explicó de la siguiente manera. Si yo le hubiese preguntado cuál perfume le gustaba más había uno y sólo uno; qué cuál bebida era su favorita y tenía una por encima de todas y así sucesivamente. Según su punto de vista ella era fácil de complacer. En cambio yo no lo era pues conmigo no se sabía lo que me gustaba ya que todo dependía de las circunstancias: de la hora, la ocasión, el estado de ánimo, el día, etc... Claro, que estaba exagerando.

Al preguntarme, ella quería encontrar éso que me produciría la máxima emoción, quería ir sobre lo seguro sin tener que hacer malabares en su cabeza tratando de averiguar qué era eso. Probablemente se sentía en desventaja al no encontrar algo concreto con lo que poder conplacerme. Y eso la hacía sentir frustrada. Pero ella no podía entender que para mí contaba más la intención que el objeto en sí. Después de un tiempo y cuando se han probado muchas cosas bajo diferentes condiciones, ellas determinan más que todo el bienestar que nos van a producir. Su manera de ver las cosas también refleja el temor y la resistencia que la gente tiene a probar cosas nuevas con el riesgo de que puedan cambiar como consecuencia de encontrar alternativas mejores a las que ya habían conocido.

Su punto de vista podría tener también implicaciones políticas si lo extrapolamos a sistemas sociales dónde no existen muchas opciones. Probablemente no sintamos el síndrome del comprador en esas sociedades pero la experiencia nos ha demostrado que la infelicidad que se experimenta por no tener "suficientes" alternativas para escoger es muchas veces superior al estrés que sufrimos por tener demasiadas. Y en todo caso está algo que se llama 'libertad' que alguien puede preferir independientemente de los sufrimientos que ella nos pueda ocasionar.

Wednesday, May 12, 2010

La Nota

Finalmente él me entrega la nota. Un papelito con el número de ella que promete ser esa brújula o el inicio del camino que llevaría al placer y a la lujuria.

Es carne de primavera que se abre al viento y a la esperanza sin pensar en el caluroso verano venidero o el lejano frío invernadero. Es carne directa que busca atajos, es carne sin versos, un papel casi en blanco, poca mancha y sin tinta en espera de aquél que dibuje casa de dulces y chocolate en medio de ese bosque túrgido que luce despoblado aún de fieras y colmillos puntiagudos o de exploradores malévolos e insensatos.

¿Y quién no siente en sus venas hervir las ganas inmensas de vivir la aventura, sentir la sangre convertirse en vino e ir a explorar más allá de las uvas frescas esparcidas en la pradera?

Ella en su mirada, en su sonrojo se ofrece gustosa al viajero y promete saciar la sed y el hambre a ese que parece ser un caminante hambriento sediento de pan y descanso en ese oasis perdido en mitad de lo que parece ser una meta ilusoria, no menos incierta y desconocida.

Tuesday, May 11, 2010

Defensas

Soy de los que cree que de manera general el ser humano es intrínsecamente bueno y que nunca hace daño de manera adrede a menos de que sea provocado. Para hacer daño, sobretodo a otro ser humano y sin ninguna aparente justificación tendría que denigrarlo y/o imaginarse las peores cosas de ese otro ser humano hasta el punto de no considerarlo como tal. Sólo basta oír las historias de masacres que se han sucedido a través de la historia para entender cómo los perpetradores de ellas le encuentran sentido al mal que le ocasionan a sus víctimas. Sucedió con los Nazis en contra de los judíos, los americanos con los vietnamitas y los comunistas y los dominicanos con los haitianos en el 1937.

Otra cosa muy distinta ocurre cuando nos agreden. La autodefensa es un mecanismo incorporado en nuestros genes que nos ayudan a defendernos, a luchar ya sea enfrentándonos o huyendo y escapando de lo que consideramos un ataque real o imaginario. Porque el ataque muchas veces puede estar sólo en nuestras cabezas y por eso no deja de sentirse tan real como si de verdad fuera dirigido con ese propósito.

Las circunstancias particulares por las que hemos atravesado en la vida podrían habernos hecho quizás más sensibles para percibir amenazas dónde otros no las ven. Y las circunstancias mías, las que me hacen sentir amenazado, podrían no tener sentido o ser increíblemente absurdas para los demás. Y viceversa. No por ello, sin embargo, son menos legítimas.

Esa discrepancia o esa asimetría entre lo que yo percibo como amenazante y lo que los otros perciben como amenazante hace que muy a menudo nosotros y los demás estemos respondiendo a señales de peligro dónde en realidad nunca las ha habido pero sobretodo que ambas partes se estén descalificando por los motivos que suscitan esos caldeados estados de alerta.

Es difícil predecir también el momento cuando somos nosotros que provocamos el que se disparen los mecanismos de defensa de un tercero o desde fuera se provoca el que se disparen los nuestros. Aunque existe el sentido común no siempre este nos ayuda a reconocer los puntos sensitivos nuestros y los ajenos. Las personas no tenemos un manual en nuestras caras que podamos leer e intercambiar con todas las personas con las que interactuamos y aún si se pudiera, hay cosas que ni nosotros sabemos o recordamos que nos molestan o el porqué nos sobresaltan y nos damos cuenta sólo en el momento en que algo inesperado nos hace o los hace reaccionar.

Con todo lo dicho se entiende que la tentación sea fuerte para nosotros y los demás de tratar de tirar la toalla y de desistir el seguir intentando encontrar puntos de vista compartidos con aquéllos-as que provocan las más agudas reacciones de autodefensa en nosotros. Pero hasta que no logremos entender los mecanismos que subyacen a éstas nada nos aseguraría que las mismas no se presentarán de nuevo con nuevos actores o que nosotros no las vamos a reproducir en otras personas. 

Por eso y aunque la frustración a veces alcance niveles intolerables, la razón es también un mecanismo que forma parte de la naturaleza humana y debe imponerse para buscarle solución a los impasses que ocurren entre los intercambios humanos. El abandono, el retiro o el dejar de insistir en buscar vías de convivencia más pacíficas y armoniosas aunque no dejan de ser soluciones atrayentes, nos parecen, al igual que como un ejemplo arbitrario, el suicidio, una respuesta muy fácil y hasta podría ser un tanto cobarde, si no se han agotado antes otras posibilidades ante las dificultades con que nos presenta la vida.

Saturday, May 8, 2010

Conversaciones

La vida está hecha de conversaciones y algunas son como éstas.

En un tono de broma pero quizás me lo estaba diciendo en serio una prima me dice:

- Fernando, cuando usted tenga tiempo dedíqueme un poco a mí.
- Lo mismo le digo. Cuando usted tenga tiempo acuérdese que yo existo.
- Usted sabe que soy una mujer muy ocupada. Yo soy una familia de 5 y no me sobra tiempo para nada.
- Pues debería saber que yo soy una familia de 1 y el tiempo tampoco me alcanza. Quisiera hacer tantas cosas y al final pues siempre dejo muchas sin completar.

                                                      ____________

Se me acerca el empleado quien es hijo o sobrino de la dueña del restaurante en dónde almuerzo y sin prestar atención por la razón que lo dice, él me señala:

- ¿Verdad que es mucho mejor estar feliz? Es más agradable tener siempre una sonrisa en el rostro. Una gente que tiene mala cara o que parece enojada todo el tiempo, eso no es bueno.
- Es que eso es una defensa. Hay gente muy sensible y que no quiere que la molesten o que se molestan por todo lo que la gente le dice. Entonces ponen esa cara y de esa manera se protegen. Nadie las va a molestar.
- Oh, no había pensado en eso. Entonces quiere decir que eso es como una máscara que ellos se ponen.
- Efectivamente.

                                                      ____________

Ayer en la mañana mientras recorría parte de Manhattan me hablaba a mí mismo, es decir, pensaba a la vez que miraba la sorprendente y enigmática dinámica de la ciudad que se mueve 'sin control' en todas direcciones. Todo tiene lugar en medio de un día increíblemente azul, muy soleado y brillante que ayuda a tener claridad en la mente y en los pensamientos.

- Todo funciona a la manera de relojes. Sí, así es. Todos funcionamos como si fuéramos relojes. Pero no todos estamos sincronizados a la misma hora. Algunos están atrasados y por eso tratan de ir más de prisa. Otros, como yo en el día de hoy, cosa rara, estamos adelantados y por eso podemos ir un poco más despacio y también por eso podemos darnos cuenta de lo hermoso que está el día y también podemos ser lo suficientemente precavidos para cederle el paso a aquéllos que están atrasados y que por más que lo intentan no logran equipararse con los demás relojes.

Informalidad en el vestir + Picasso

El fin de semana pasado un amigo que estaba de visita en NY y yo fuimos a ver una exposición de Picasso en el Metropolitan Museum of Art o el Met como más comúnmente se le conoce.

A los newyorkinos muy pocas cosas nos llaman la atención. El, sin embargo y sin hacer mucho esfuerzo pudo observar la informalidad en el vestir que caracteriza a los habitantes de esta ciudad y por extensión a todos los que la visitan que se contagian de inmediato con la libertad y comodidad que proporciona la ropa casual y/o calzado deportivo que no tienen otro propósito que el de permitir movernos de un lado a otro de la manera más rápida y cómoda posible.

En realidad nadie se fija. Nadie está pendiente de nadie y por consiguiente a nadie le importa lo que la otra persona está usando o lo que yo estoy usando.
"Si fuera en el Teatro Nacional [de Santo Domingo], ninguna de estas personas entraría con 'tennis' o con jeans", me dijo. "Las personas hacen mucho énfasis en la apariencia cuando no tienen nada dentro de la cabeza" agregó mi amigo.

Y cuánta razón tiene. Algo que he venido observando desde hace mucho tiempo y que quiero dejar para hablar y hacer de eso una entrega completa.

En cuando a la exposición debo decir que está de lo más interesante. Por primera vez se presenta Picasso en el Met. Debería volver pues fui sin haber comido lo suficiente y eran muchas obras y para los que no somos pintores ni expertos en la materia como dijo mi amigo era evidente el énfasis que hacíamos para apoyarnos en la literatura adyacente a cada cuadro con el objeto de podernos ubicar y entender mejor lo que estábamos mirando.

Un aspecto de la exposición me llamó poderosamente la atención. Era quizás el período llamado cubista que marca uno de las etapas de Picasso como pintor. El experimentaba con los límites de la percepción. Un retrato normal lo descomponía para ver hasta que punto se podía reconocer o no la imagen que había sido el punto de partida. Algo alucinante. Deformar algo hasta el punto de perder todo contacto con lo que había sido la fuente original... Ciertamente una cosa de locos.
Veamos algunas fotos:

Thursday, May 6, 2010

Icebergs

Normalmente no es frecuente el pensar que detrás de los simples intercambios de palabras con los que tratamos de comunicamos todos los días pudieran existir montañas de sentimientos escondidos bajo su superficie. Sin embargo ello es así y el problema que presentan es que a simple vista no son visibles para los ojos comunes y hasta les son un poco difícil de detectar aún para aquellos observadores más adiestrados en esos menesteres. Hay que mirar y mirar bien en detalle eso que nos dicen pues detrás pueden ocultarse innumerables emociones que para el testigo ingenuo no son fácilmente reconocibles.

Y no lo son porque ese observador no quiera reconocerlas sino porque quizás él también esté preocupado por sus propias emociones, las cuales tampoco son tan evidentes para terceros y las que en su intento por mitigarlas pareciera que dejara de prestar la atención debida a la carga emocional subyacente en las expresiones que vienen en sentido contrario.

Y el resultado no puede ser más brutal. Es como asestar una puñalada. Es el diálogo de sordos del que se oye hablar con frecuencia. Sólo lo entiendes cuando te lo dicen y eres parte presencial. Algo se quiebra y se rompe por dentro de la otra persona para sorpresa de ésa que observa que no sabe a que se debe tal resquebrajamiento. ¿Quién le iba a decir a ese observador que al igual que icebergs esas palabras eran la manifestación de una emoción muy profunda y poderosa?

Parecería algo complicado pero no lo es, pues una vez se descubre la parte no visible entonces las palabras cobran nuevo significado y se responde acorde con ese nuevo significado y pasan a un segundo plano todas aquellas respuestas defensivas anteriores. Nuevos intercambios son necesarios para tratar de integrar y recuperar esas áreas desconocidas.

Creo que todo este preámbulo era necesario para relatar la experiencia de alguien quien se sentía en la obligación de agradecer repetidamente favores recibidos y la persona que debía ser la recipiente de esos agradecimientos se resistía tercamente a aceptarlos pues ella consideraba que esa era su obligación y que como tal no merecía ninguna consideración especial. Hay que señalar en defensa de esa segunda persona que ella creció en un ambiente en el que supuestamente las personas deberían hacer siempre lo correcto y que por hacerlo ellas no deberían ser premiadas o recibir otra recompensa que no fuera el sentimiento que produce hacer lo que se considera es apropiado.

Sunday, May 2, 2010

Otros riesgos

"No es lo que dices sino el cómo lo dices", escribe Karen. O dicho de otro modo lo que se dice puede revelar aspectos del lenguaje que van más allá del simple contenido de las palabras expresadas.

La entonación, la manera de hablar y hasta la expresión (los gestos) se convierten todos en fieles marcadores y moduladores del mensaje que se intenta transmitir. Porque el lenguaje, la comunicación no es sólo palabras. Hay mensajes ocultos en ellas, metamensajes y siempre se puede hablar de las claves no verbales como reveladoras más fidedignas del contenido real de lo que se dice.

Y las cosas pueden complicarse aún más. Porque el hablante muchas veces quiere decir una cosa y el recipiente puede interpretar otra y como resultado se podría provocar una crisis de consecuencias insospechables como me cuenta un amigo le pasó a él luego de una conversación telefónica con una persona con la que comenzaba una relación.

Ella lo llama en la noche porque quiere reunirse con él, mas él le responde que está muy cansado y se va a acostar. No bien han transcurrido unas pocas horas se despierta sobresaltado al escuchar que lo llaman a gritos desde la calle. Y no es otra voz que la de ella muy contrariada y en medio del llanto, quién no se sabe si sintiéndose abandonada , celosa e imaginándose que quizás estaba con otra, no le creyó lo que él le dijo y se le aparece allí todo confusa y hasta sangrando por querer entrar a la casa en medio de la obscuridad y tratando de sortear los alambres de púas que hacen más difícil el acceso a la propiedad...

Tuesday, April 27, 2010

Tentación

Pensando yo que sería tan tentador tratar de encontrar siempre gente que te entienda y que a su vez tu puedas entender o en el peor de los casos que aún no existiendo tal comprensión ambas partes hicieran el máximo esfuerzo por entenderse.

Sería genial tratar de conseguir eso con todas las personas que nos rodean: amigos/as, personas involucradas emocionalmente con nosotros, familiares, etc.

En el otro extremo la dificultad existiría cuando las personas no se entienden, no te entienden a ti, ni tu las entiendes a ellas, ni ellas entre sí y tu tratas y ellos tratan y ni haciendo el máximo esfuerzo se logra el objetivo de comprensión deseado que hiciera la existencia llevadera.

La vida sería una maravilla si se pudiera lograr siempre lo primero y por todos los medios se pudiera evitar lo segundo.

Nada nos aseguraría sin embargo que no estaríamos creando otro problema todavía mayor. Quién sabe si entoces nuestra lucha estaría dirigida a desesperadamente tratar de encontrar maneras de cómo evitar el aburrimiento.

Sunday, April 18, 2010

Los blogs y Darwin

Una segunda entrega del significado de escribir es necesaria para describir y explorar la razón que puede animarnos a continuar con un acto solitario (como diría Patricia de Souza) como ese de externar pensamientos, ideas y vivencias a través de la escritura, muy a pesar de que los lectores escasean, muchos bloggers abandonan y la actividad le cede paso a otras alternativas más de moda y que implican menores grados de dificultad.

Porque la verdad hay que decirla y cada vez que nos enteramos de que alguien deja de publicar, escribe de manera cada vez más espaciada o en el peor de los casos anuncia su retiro de manera definitiva, se produce una especie de malestar, un vacío que se siente casi igual como cuando se nos va un amigo del barrio, un compañero de trabajo o perdemos una amistad entrañable. Ese resultado lo obtenemos casi por igual ya sea la persona muy conocida de nosotros de manera directa o la conozcamos a través de terceros o por referencias. Y a la vez se nos hace difícil evitar sentir esa sensación de tristeza, de estar quedándonos solos, desiertos y aislados de la realidad. Parecería como si de pronto hacer esto careciera de todo mérito e importancia. El desaliento de algunos pudiera ser algo contagioso.

Pero para mí sí que esto es importante y por ello trato de racionalizar y entender el porqué cada vez somos menos o se acorta el tiempo de permanencia en esta actividad que aunque no tiene fines de lucro, tampoco nos cuesta un centavo y nos sirve, nos ayuda muchísimo a mantenernos activos y críticos con lo que sucede a nuestro alrededor.

Sin ser ideas muy descabelladas, las teorías de Darwin podrían proporcionarnos cierta claridad.en lo que estaría ocurriendo con algunos blogs. Si estamos en lo cierto, sólo los más fuertes sobrevivirán y los más débiles no le quedará otro camino que el de desaparecer (¿para bien de todos los restantes?). Nos duela o no, porque en la desaparición se cuentan blogs amigos y blogs amigos de amigos, el hecho es que aquéllos cuyas bases no hayan estado bien cimentadas pues parecen no tener mejores alternativas.

¿Quién puede mantenerse haciendo algo que en realidad no le gusta demasiado o lo hace por estar a la moda, o para satisfacer una necesidad momentánea de buscar notoriedad y/o llamar la atención?

Cuando nuestros gustos y preferencias no se alinean con eso que realmente hacemos o pretendemos hacer se produce una tensión que con el tiempo crece y llega un momento que se vuelve insoportable y evidentemente un rompimiento, una separación y hasta una explosión no son difíciles de predecir. ¿No es eso lo que vemos en los matrimonios, cuando los participantes no pueden mantener la misma dirección del barco y hay que partirlo o hundirlo porque la tripulación no se pone de acuerdo y quiere dirigirlo hacia destinos opuestos y aún si quisieran ponerse de acuerdo la nave ya no sirve o los vientos ya no le son favorables para poder dirigirla a puerto seguro?

Wednesday, April 14, 2010

The glue

You're the glue who hold us together
If you're not there my Dear,
Something is going to be missing
Only despair would fill my breathing!


Wednesday, April 7, 2010

Escribir

Escribir parece ser una cosa fácil pero realmente no lo es. Si lo fuera, entonces mucho más gente que comenzó con la moda de hacerlo en blogs hace un tiempo hoy todavía lo estuviera haciendo. Daba la impresión de que todo el mundo quería ser escritor. Sólo unos pocos años han bastado para disuadir a muchos a retirarse.

Hay múltiples razones por las cuales alguien decide escribir. De lo que sea. Pero al paso del tiempo esas razones podrían desaparecer, el entusiasmo inicial decaería o ya no habría nada de que hablar. Podría decirse también que otras actividades nos resultarían quizás más placenteras y requerirían de nosotros mucho menos esfuerzo (pienso en Facebook). Y aquí la palabra esfuerzo es importante. Cuando escribir es un acto que supone el que tengamos que esforzarnos para pensar y exige de nosotros un mínimo de dedicación para mantener cierto orden y coherencia con las ideas que queremos transmitir, entonces de seguro que habiendo otras alternativas con menor grado de dificultad pues las preferiríamos estas últimas a aquéllas que nos resultarían más difíciles de ejecutar.

Y ciertamente se entiende. Nadie quiere perder demasiado tiempo tratando de analizar algo o buscando el trasfondo de una situación y/o tratando de señalar la existencia de una contradición o un conflicto existencial. Es mucho y demasiado pedir el tratar de describir la realidad de manera llana pero imagínense lo que sería tratar de expresarla en versos o a través de metáforas y/o parábolas; cambiar el sentido de cómo percibimos las cosas y sentimos la vida a nuestro alrededor. En esta cultura de consumo se impone el modelo de que todo funciona al estilo de los restaurantes de comida rápida. Somos impacientes y no podemos esperar. Lo queremos todo y lo queremos ya.

Sin embargo para otros, escribir no supone un esfuerzo tan grande. Por el contrario es un placer. Conozco varios casos en los que hacer escritura es algo que se presenta de manera muy natural. Y se me ocurre talvez encontrarle una explicación. Escribir es una forma de lenguaje, de expresión, una manera de hablar. Obviamente que si tenemos dificultad al hablar pues va a ser mucho más difícil el escribir. Creo que estaba en la escuela secundaria cuando al atascarme escribiendo una carta  me llegó a la cabeza de que eso no podía ser posible. Al hacerla no debería tener que esforzarme. No debía rebuscar palabras para hacerla bonita sino que debía expresarme en ella de la misma manera como me hubiera expresado si estuviera hablando con esa persona en frente de mí. A partir de ahí todo fue más fácil y los atascamientos se producirían por otras razones.

Y quizás ahí esté la clave. Escribir cualquier cosa y en cualquier idioma es una extensión de nuestro propio lenguaje; una extensión de nuestra propia capacidad de pensar y de comunicarnos. De hecho nos ayuda a darle sentido y coherencia a todo lo que nos sobresalta, nos conmueve, nos sobrecoge de temor, placer y hasta nos llena de éxtasis. Y paro aquí pues el post ya se hace muy largo, pero probablemente continúe en el siguiente pues me quedo con las ganas de expresar muchas ideas a las que quiero darle seguimiento.

Monday, April 5, 2010

Las Palabras

Qué las palabras no significan lo mismo para todo el mundo no es una noticia nueva. O por lo menos lo que ellas representan o significan en un momento dado cuando las emitimos. Ellas deberían ser precursoras de la acción si lo que decimos tiene relación con alguna actividad futura que nos comprometemos a realizar.

¡Cuánta diferencia hay sin embargo en cuanto a la ligereza o el compromiso que estamos dispuestos a afrontar una vez las palabras han salido de nuestras bocas! Y no quiere decir que no se tenga derecho a cambiar de idea con relación a algo, pero en casos semejantes se debería tomar con seriedad lo dicho con anterioridad y hacer los enunciados de lugar que permitan dar cuenta con tiempo de esos cambios y de los ajustes necesarios que hay que hacer para manejarlos apropiadamente.

Inicialmente produce frustación el experimentar el valor diferente que cada quién le da a lo que dice y la consecuente expresión o ausencia de acciones que se derivarían de ellas. Con el tiempo, ya sea por habituación u otro mecanismo psicológico, uno llega a acostumbrarse a estas discrepancias o asimetrías si se quiere y nuestras reacciones llegan a ser comprensivas hasta cierto punto de lo que ocurre y el porqué de la ocurrencia de estos fenómenos de nuestra vida cotidiana.

Toda esa iluminación no ocurre por arte de magia. Hay siempre un comienzo que algunos podemos rastrear en el tiempo como el inicio de tal entendimiento. Para mí ocurrió al final de un semestre en la universidad y ante la eventualidad de la separación, cuando todo el mundo se retiraba a sus pueblos de origen a consecuencia de la llegada de las vacaciones intersemestrales. Un grupo de mis amigos más cercanos y más afines acordamos e hicimos el compromiso de reunirnos en uno de los pueblos (Puerto Plata) en una fecha también importante para que nadie puediera olvidarla. Si mal no recuerdo debió haber sido un 27 de febrero, día de la independencia.

Tomamos los datos de lugar. Supuestamente no era necesario confirmar nada. Teníamos los teléfonos de todos y sólo teníamos que aparecer en el lugar a aproximadamente una hora determinada. Uno del grupo iba a ser el anfitrión.

Llegado el día, sólo Fernando acudió a la cita. Ni siquiera el anfitrión esperaba que alguien se presentara. Obviamente yo fui el único que creyó en el valor del compromiso que estábamos contrayendo...
Powered By Blogger