Monday, April 30, 2012

Pensando en voz alta


Por momentos y no sólo por momentos sino hasta por días, meses y la vida entera, las personas somos necias. También somos vanidosos y narcisistas hasta más no poder. Y nos encanta criticar a los demás y muchas veces vemos el pecado o mejor dicho, vemos la paja en el ojo ajeno pero no hacemos lo mismo en los ojos propios.

En otras palabras, creo que aunque no lo admitamos, todos somos pecadores de una manera o de otra, lo que nos quita el derecho y la moral de andar juzgando a los otros sin reflexionar que nosotros mismos adolecemos de las mismas cosas que criticamos.

Para caer en materia voy a mencionar uno de esos pecadillos nuestros: el criticar la excesiva ostentación que hacen los demás de los bienes que poseen del tipo que sean, materiales, espirituales o carnales. Sin embargo nosotros también sin proponérnoslo o no, hacemos mucha ostentación de las cosas que sabemos, conocemos, disfrutamos. ¿Qué nos hace pensar que los demás no sufren por eso que hacemos de manera tan sutil y no tanto?

De igual manera, nos horrorizamos de ver la cantidad de errores gramaticales que la gente comete y que sólo nosotros sabemos que los cometen pues no creo que si ellos lo supieran, los cometerían y salimos con tonterías y cartelitos tratando de enseñar gramática remedial a un pueblo que no tiene remedio...

Si pensáramos bien, si razonáramos bien no sería difícil llegar a la conclusión de que la única manera de aprender gramática es leyendo libros y para mucha gente es muy tarde ya y si no lo es entonces con nuestra actitud pues los espantamos.... Me da la impresión que esa forma nuestra es otra forma de ostentación (de nuestros conocimientos y nuestra superioridad) y la misma es tan condenable como la material, la religiosa y la carnal (qué bueno o qué buena estoy, soy) que exhiben otros (no olvidemos que se trata de resaltar lo que se cree son nuestros puntos fuertes, ¿no?), y si no es condenable entonces ninguna forma de ostentación tampoco lo es ...

Monday, April 16, 2012

Fui a ver a Darrelle London

Darrelle London es una joven cantautora canadiense que por casualidad he llegado a conocer a través de twitter. Canta lindísimo y la fuimos a ver cuando nos enteramos, también por twitter, que se presentaba este Domingo pasado en Rockwood Music Hall.

Ese sitio, he averiguado, que se especializa en llevar gente nueva y parece como si se tratara de una hilera de artistas de música desfilando con el grandioso propósito de darse a conocer y desplegar sus dotes y sus canciones a todo lo largo de la noche.

El objetivo de todos ellos es exhibirse al selecto público que se da cita allí. De sitios como ese es que salen las Lady Gaga's del futuro y es reconfortante descubrirlos y descubrirlas antes de que sean super famosos.

Es un espacio sumamente pequeño y los artistas sólo disponen de una hora para presentarse. Resulta sumamente divertido porque los shows son gratis y casi al final de la presentación la bartender al estilo de como se hace en las parroquias, solicita, extendiendo una vasija, si queremos contribuir (con dinero) con el grupo o el cantante de turno... También los artistas, los músicos venden sus CD's y es agradable verlos como se manejan con el dinero y esas cosas que no son tan artísticas pero que forman parte también del mundo de ellos... Si no se preocuparan por vender y cobrar por lo que hacen, pues de qué vivirían.

He aquí una foto que me tiré con Darrelle:



Pero les tengo una sorpresa. Aunque buscando un lugar donde parquear nos perdimos parte de la actuación de D.L. y en la prisa de llegar y establecernos parece que se perdió un poco el hilo y no se me ocurrió grabar ninguna de sus canciones. No me pasó así con el siguiente grupo que se presentó a continuación de ella y de esos tipos si tengo dos videos que pude hacer con mi teléfono...

Veamos:


El nombre del grupo o no sé si del cantante principal es "Jann Klose" y la siguiente actuación fue electrizante. Pero no se lleven de mí, juzguen ustedes mejor por sí mismos...un ambiente buenísimo. Y por hoy ya está bueno, ¿no les parece?



Sunday, March 25, 2012

Una pequeña crisis

Conocen la expresión esa que dice "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde".

No, ¡alto ahí! No vayan a adelantarse y pensar que acabo de perder algo y recién me vine a dar cuenta de lo mucho que me importaba. Por suerte todavía eso no ha acontecido. Me ha pasado, como a todos, pero no es el caso ahora. No obstante pudo serlo y sentí como si así hubiera ocurrido recientemente luego de un mes sin trabajo. La ansiedad se apoderó de mí por momentos, luego de ver que nada estaba pasando a unas escasas semanas de haber dejado mi otro trabajo, haber ido a varias entrevistas y ver que no me llamaban de manera definitiva a seguidas de ninguna.

La situación llegó a su punto más crítico cuando al comienzo de la tercera semana de Febrero descubrí con horror que no había más ofertas de trabajo para el sector que yo estaba interesado y en donde había estado enviando solicitudes desde comienzos de ese mes. Y la razón se debía a que para asegurar un puesto yo debí haber comenzado a solicitar a comienzos de año pero yo no podía en ese entonces porque puse mi renuncia el 2 de Enero y le di 2 semanas de aviso, lo que quiere decir que salí efectivamente el 16 de ese mes. Además necesitaba sacar una licencia de seguros (Accidente, Vida y Salud) que era crucial para los fines del sector en el que deseaba emplearme.

Me pasé casi una semana en una aula estudiando como un loco para conseguir esa licencia que era un requísito obligatorio y tuve que pasar dos exámenes que poca gente pasa en su primera oportunidad (dicho por los administradores del examen). El 30 de Enero lo conseguí todo por fin y entonces pensé que por tener la dichosa licencia iba a ser como pan comido ... todo muy fácil y con ello trabajo la semana siguiente.

No tan rápido. Aunque tenía experiencia trabajando en el área de la salud, específicamente en Ventas y Marketing yo estaba en desventaja porque había estado fuera de ese sector por más de 6 años. Y el área de interés era realmente nueva y mucho más delicada por el tipo de población a la que se dirige (personas retiradas en su mayoría).

Para no cansarlos, realmente conseguí emplearme no a través de los sitios de internet especializados en publicar ofertas de trabajo de las compañías sino por la referencia que me hizo una amiga de una compañía nueva en el mercado y que ni siquiera tenía anuncios en ninguna parte.... Me las ingenié para enviarles un resumé y lo demás es historia. Luego de una entrevista me enviaron un email el 24 de Febrero en donde me hicieron la oferta para comenzar el 28, la cual acepté sin titubear (seguro lo seguro) aún faltando asistir a otra entrevista con otra compañía.

Y la razón de todo el estrés inicial vino porque realmente durante mucho tiempo no me había puesto a pensar en serio en las cosas que iba a perder o debía renunciar una vez el dinero con que contaba se hubiera acabado. El pensar en las alternativas que tenía por delante y las vicisitudes que se avecinaban me hicieron realmente tambalear... Por lo menos durante un par de días. Recuerdo que la calma vino luego que comencé a aceptar cuál iba a ser mi nueva realidad y el llamado a la humildad comenzó a imponerse dentro de mi cabeza.

Y luego de esa pequeña crisis no hay día que no haya dejado de pensar en lo cómoda que ha sido mi vida estos últimos años y lo agradecido que debería estar de vivir en mis términos dando por sentado o haciendo cosas que realmente no todo el mundo puede darse el lujo de disfrutar...

Saturday, March 3, 2012

La libertad

La libertad es algo difícil de definir. Pero es una de esas cosas que uno sabe que nos hace falta a partir del momento en que no la tenemos. O que uno siente que no tiene cuando quiere hacer cosas y por alguna razón no puede. Podríamos decir que es algo que no sabemos exactamente lo que es pero aún así, podemos identificar y señalar cuando de inmediato la percibimos o en cambio podemos descubrir su ausencia cuando por algún motivo nos sentimos asfixiados de todo aquello que nos circunda (debe ser como el aire).

En otras palabras, uno sabe, sin entrar en detalles, cuando se tiene libertad y cuando no, aunque no se pueda explicar claramente el porqué. Sabemos cuando no somos libres, aún cuando sólo podamos contar con la inefable y frustrante sensación del sentimiento; aún cuando no exista ningún atajo de palabras que nos guíe y nos haga más fácil descifrar la ruta por la que podamos llegar al preciso lugar que lo describe.


Y no nos referimos precisamente a ese tipo de libertad que por razones físicas y biológicas se nos ha negado y que no podremos nunca alcanzar de manera directa, motivos que nos impiden realizar muchas cosas que quisiéramos hacer. Volar como los aviones o las aves, nadar como los peces, respirar bajo el agua son ideas que se me ocurren en el momento y así como esas hay miles de ellas.

Para mí ser libre es algo muy precioso y preciado y quizás hasta imprescindible como lo es respirar. Pero no significa lo mismo para todos. Existe en grados y parece que cometemos el error de dar por sentado que para todo el mundo es igual y que todos la vemos o la comprendemos de la misma manera. El que no todo el mundo la aprecie en la misma proporción o que las personas no la vean tan clara como otros puede hacernos aparecer en algunas circunstancias, talvez, como difíciles de entender y hasta inseguros de las cosas que queremos.

Nada más lejos de la realidad. Quizás no nos gusta que influyan en nuestras decisiones. Nos gusta elegir, formarnos nuestra propio juicio de las cosas, tratamos de ser independientes. Pero por lo mismo creemos que todo el mundo tiene el mismo derecho y por tanto no debemos influenciar las decisiones que deben tomar nuestros semejantes y en consecuencia nos guardamos de opinar sobre asuntos en los que aunque tengamos un idea clara ya formada no creemos debemos intervenir.

En mi caso particular respeto tanto la libertad de decidir, escoger y opinar de las personas sin que se ejerza ningún tipo de presión que llego hasta cohibirme en muchos casos de expresar algunos sentires y deseos míos si estos llegan a estar en conflicto con el de mis interlocutores. Me disgusta sentirme coartado, me parece un método inadecuado de imponer nuestras ideas y  a veces me excedo tratando de ser lo más cuidadoso posible en el sentido de no coartar el derecho de los demás a ser y expresarse. Es una decisión difícil de tomar a veces para no parecer demasiado complaciente, pero creo que va más en la dirección de hacer lo que se cree más correcto y racional. Hasta hace poco no había pensado que pudiera estar cometiendo un error.

Y en muchos casos las consecuencias no son muy buenas. No en todas las ocasiones se debe tratar de ser imparcial, sobretodo con asuntos que nos conciernen directamente. Por el contrario debemos ser parciales y expresar nuestras ideas y opiniones aunque con ello corramos el riesgo de entrar en contradicción con terceros. Es la única manera también de ser un agente de cambio y de tratar de llegar hacia un destino: hay que mover el timón del barco para llegar a algún lugar o sacarlo de uno. Para alcanzar una meta, un objetivo, hasta para conseguir un trabajo no se puede ser totalmente neutral. El barco no puede ir exclusivamente en la dirección que el viento quiera llevarlo. Hay que tratar de moverlo en alguna dirección o en contra de alguna.

El temor de quitarle la libertad de decidir a un tercero y el miedo de atentar hacia su derecho de ser totalmente libre, no debe llegar hasta el extremo de que parezca el que no se tengan sus propias preferencias y de que en consecuencia se corra el riesgo de que las mismas pasen totalmente inadvertidas. Independientemente del conflicto de intereses que pudiera crearse, una vez el mismo se ha presentado es prácticamente imposible no tomar algún partido y en una situación así es mejor subir a cubierta y empuñar el timón o abandonar el barco para que otros puedan dirigirlo.

Si alguien ha comprendido lo que he escrito por favor que me lo explique... No estoy seguro de qué se trata todo esto. Yo mismo no me entiendo y mucho menos pretendo que alguien me pueda entender....

Sunday, February 26, 2012

Porqué soy agnóstico

A simple vista puede parecer controversial el que la ciencia no sea lógica, pero no lo es. Para los entendidos en la materia, lógica, ciencia, racionalidad no son la misma cosa. Lo cual para nada le quita el valor que tiene ni quiere decir que el esfuerzo de la ciencia sea inútil en su búsqueda incesante por descubrir la verdad de las cosas. Ese no es el punto.

La lógica y la ciencia desde esta perspectiva pueden correr de manera separada. La lógica trata de la justeza y la validez de un razonamiento. De si es posible hacer inferencias válidas, conclusiones valederas o verdaderas a partir de ciertas premisas.

No siempre las conclusiones que sacamos de nuestros razonamientos son conclusiones lógicas: ver este enlace de algunos ejemplos de razonamientos no válidos y falacias no formales. Pero vamos a explicarnos en detalle y a tratar de simplificar todo esto.

Todo lo que se ha considerado como ciencia de manera tradicional -hasta la llegada de Popper que se encargó de dilucidar el problema de lo que debería considerarse científico o no (al menos para mí), se ha basado en la premisa de que: Si P entonces Q. Obtenemos Q (en lógica proposicional: afirmación del consecuente) y de ahí inferimos que entonces se da P (el antecedente). Lo cual no necesariamente es cierto. Lógicamente esta conclusión no es válida.

Veamóslo de la siguiente manera. Una conclusión válida es del tipo: Si P entonces Q. Se da P y de manera automática se tiene que dar Q. Dicho con palabras la afirmación anterior puede expresarse de esta forma.
Todos los hombres (P) son mortales (Q). Juan es un hombre (P), por lo tanto Juan es mortal (Q). La inferencia  o la conclusión extraída de las premisas es verdadera, es válida y por lo tanto es lógica.

En el ejemplo previo si decimos que Todos los hombres (P) son mortales (Q). Y Juan es un mortal (Q), no podemos concluir necesariamente, lógicamente que Juan tiene que ser un hombre (P). Podría serlo, eso no está en discusión, pero también podría ser un caballo, un perro o un elefante que lleve el nombre.

Y toda la ciencia se basa en esa simple construcción lógica. Tenemos ideas, tenemos teorías, hipótesis que intentan explicar el mundo y su funcionamiento partiendo de la evidencia que encontramos y toda ella cae dentro de la categoría de que por darse Q (la afirmación del consecuente) o sea, los hechos, los datos pues tenemos necesariamente que inferir P que en este caso es la teoría, la hipótesis, ella sería válida.... Y como hemos visto ello puede ser posible pero no es lógicamente concluyente, no se deriva necesariamente de las premisas

La suma de datos, la suma de evidencia, la suma de hechos aunque sea importante no justifica el hacer la conclusión de que una teoría determinada sea verdadera. Y lo que viene a ocurrir es que todas las teorías, de cualquier tipo, sin importar el campo de la realidad, ellas sólo son aproximaciones a la verdad, maneras de explicar el mundo y el universo de manera provisional, su validez no se determinará sólo por acumular elementos y evidencias a su favor. Pero eso es asunto de otra entrega.

Encontrarnos con 100,000 cisnes blancos y concluir por ello que todos los cisnes son blancos no es correcto por mucho que la tentación nos lleve a razonar de esa manera. La evidencia encontrada parece apoyar esa creencia pero no es garantía de que para ser cisne tiene que ser necesariamente blanco o de que no pueda existir un cisne negro, o rojo, o verde, etc (aunque nunca hayamos visto uno de esos).

Y lo mismo se aplica a ser creyente o no. Afirmar o negar la existencia de Dios con hechos, teorías, datos y otras evidencias es sencillamente inútil. No lleva a ninguna conclusión lógicamente válida. De hecho ambos bandos pueden traer estos elementos y presentarlos a su favor como les dé la gana... Pero son irrelevantes. A mí no me convencen. Desde el inicio hay una falla. Y como desde el principio es lógicamente imposible llegar a una conclusión satisfactoria yo soy lo que se llama un agnóstico.

Saturday, February 25, 2012

El verdadero precio de las cosas

Al iniciar el 2012 o finalizar el año anterior les anunciaba que iba a dejar mi trabajo y de hecho el 16 de Enero pasado fue mi último día en la compañía en la que he pasado los últimos 6 años y casi 8 meses. Parecería que después de trabajar por tanto tiempo en una empresa, la decisión de dejarla hubiera sido muy difícil y de hecho lo fue pero por razones muy distintas a las que tendrían que ver con el amor que se le pudiera profesar al proveedor de empleo.

Parece hasta mentira que cuando comencé a trabajar en la empresa, mi interés era solamente durar 3 meses. Sin embargo estando allí quedó vacante una posición para cubrir los clubes, bares, restaurantes y como ese sector me atraía bastante pedí el puesto y me lo dieron. Eso hizo que en vez de tres meses pasara cuatro años ahí pues aunque no ganara mucho dinero, el trabajo era muy fácil. Todavía así me lo recuerda una amiga de vez en cuando. Además, inicialmente tenía un estatus de Manager o de Supervisor que luego se quedaría sólo en el nombre por reajustes internos dentro la compañía relacionados con el descalabro económico en el 2008.

Luego vinieron otros cambios y nuestro suplidor decidió darle a otra compañía la porción del negocio que nosotros hacíamos. Y para no quedar sin trabajo, no me quedó de otra que volver a hacer lo que hacía cuando entré a trabajar: vender a bodegas, estaciones de gasolina, supermercados, farmacias, etc..Y no saben hasta qué punto he odiado tener que hacer todo eso. Ha sido un verdadero suplicio estos últimos meses haberme mantenido trabajando.

Fue toda una lucha en contra de mi voluntad el tener que levantarme muy temprano en la mañana. Todavía es algo que me parece inhumano y saber que lo que me esperaba era visitar una cantidad enorme de clientes me quitaba toda la energía desde el comienzo del día, y al atardecer cuando lograba regresar a la casa lo que realmente quería era acostarme a dormir o no hacer nada. Y todo porque en medio de una crisis como la que hemos vivido recientemente era arriesgadísimo dejar el trabajo para irse a aventurar en conseguir otro. Y eso último lo he venido haciendo entonces desde agosto del 2010 hasta el 16 de Enero de este año.

Con todo, no puedo decir que el trabajo fuera complicado. En el fondo era fácil pero no tanto para mí. Porque hacer la misma cosa una y otra vez todos los días es algo que cansa, fastidia, me aburre. La rutina no es lo que me atrae de la vida, más bien es lo desafiante, lo novedoso, lo interesante y hasta cierto punto lo desconocido.

No obstante, por todas las cosas se paga un precio... Por tener un trabajo fácil he dejado de ganar mucho dinero. Y por miedo a no encontrar otro trabajo debido a las dificultades económicas que hemos estado atravesando también he perdido dinero.

Sin embargo, de todos los precios, el peor que me he visto obligado a pagar por tratar de mantener un trabajo fácil y de poca exigencia, ha sido el tener que aguantar y soportar a gente en posición de autoridad que te falten el respeto ... Y que esa gente tenga menos méritos y que esté menos preparada que tu... Y que lo haga con muy malos modales!!!

Pero ya no más....Dejé ese trabajo y luego de un mes de tribulaciones y búsqueda incesante, acabo de conseguirme otro. Un trabajo mejor, mucho mejor. Pues sí, ayer recibí la buena noticia de que tengo una oferta, una que he decidido aceptar y que me hará olvidar todos los sinsabores por los que he pasado estos últimos años.

Monday, February 13, 2012

Porqué nos gusta el cine

El pasado sábado estaba mirando "Melinda Melinda" de Woody Allen en el DVR cuando una frase que salió de la boca de uno de los personajes de la película me hizo pararla y darle un poco para atrás para poder oírla mejor. Quería escuchar la repetición porque de alguna manera eso que se decía ahí resonaba en mí. La frase en cuestión podría traducirse así: A él lo conmueve el sufrimiento de ella (he's moved by her suffering). Esa era la frase saliente pero otras más se sucedieron para darle forma a la descripción del porqué él se sentía tan atraído hacia ella.

De repente se me iluminó la mente y encontré raro el que no pudiera acordarme de haber dedicado antes el tiempo suficiente a analizar eso, que era esa la razón por la que íbamos al cine, veíamos películas, leíamos libros o visitábamos museos. Que era ese el mismo objetivo por el que escuchábamos música, tratando de encontrar un eco en las letras de las canciones o en las notas de algún instrumento, algo que nos reflejara, algo con lo cual pudiérámos identificarnos.

Parece no ser el entretenimiento en sí, entendiendo este como la búsqueda de emociones fáciles o la simple evasión, lo que nos sumerge en un estado profundo de admiración hacia lo oído y visto en la obra de arte, llámesele como se le llame. Es esta identificación, el vernos reflejados ahí con cierta fidelidad lo que parece estremecernos y asustarnos y lo que sin habérnoslo propuesto conscientemente nos atrae y nos hace volver por más en ocasiones posteriores.

También parece haber un factor tranquilizante, un aspecto de sosiego y calma que se instala en nosotros cuando descubrimos que otras personas han pensado de manera parecida, que ellos a su vez han cuestionado las mismas cosas, y se han planteado las mismas interrogantes que nos asaltan día a día. No tiene importancia si tampoco ellos han podido encontrar las respuestas apropiadas.

Produce alivio y solaz el saber que en esta empresa de entender y entendernos no estamos solos y que otros más ya han dejado su preocupación plasmada en alguna forma de expresión que está por ahí oculta, en alguna parte, esperando que en algún momento cualquiera y de manera inesperada podamos ponernos en contacto con ella y así tener un instante de asombro y regocijo sin importar que el mismo pueda ser efímero y fugaz igual que la estrella que lleva el mismo nombre.

Friday, February 10, 2012

Me despido de la carne, la leche y los huevos

Señoras y señores, tengo que informarles de una importante decisión que he tomado. Desde hace unas cuantas semanas he dejado de comer carne, leche, huevos, ..., bueno, no del todo, pero en la medida de lo posible trato de no hacerlo. Todavía no me decido tajantemente a abandonar el pescado y los mariscos pero es lo que podría venir por añadidura pues, en teoría, nada proveniente de algo que tenga ojos debería comerse.

Y no tiene nada que ver con superstición. Tampoco me he convertido a ninguna secta o religión o algo parecido. Por el contrario, ha sido evidencia científica presentada por expertos en la materia lo que me ha llevado a tomar esa importante decisión.

Todo el mundo ha oído hablar de las ventajas que significa alimentarse con una dieta basada en vegetales y plantas exclusivamente. Sin embargo hasta que he visto el documental Forks over Knives (Tenedores en vez de Cuchillos) no me había convencido de manera tan contundente. Así son de ilustrativos e impresionantes los datos presentados por los investigadores.

El trabajo de divulgación presentado ahí de la horrenda realidad de lo que es nuestra alimentación y el papel que juega la política tras bastidores para influir en lo que comemos, ha sido lo que le ha puesto la tapa al pomo para que finalmente me decidera abandonar las fuentes de proteína animal. Esta nueva información viene a culminar y satisfacer de algún modo todas mis preocupaciones de los últimos años en materia de alimento y nutrición.

A cada quién le tocará juzgar por sí mismo y considero que es mi deber aportar, contribuir y hacer correr la voz pues los intereses que se mueven en contra son grandes y poderosos. Lo que está en juego es nuestra calidad de vida y en último término la vida de un incontable número de personas.

Y seamos honestos, pienso también en mi futuro y ese futuro no comienza mañana: el futuro es ahora, el futuro es hoy. Si las cosas salen bien y no muero antes a consecuencia de un accidente, (uno nunca sabe) debo tratar de vivir 25 o 30 años más sin dolores ni achaques. Y para conseguir eso debo tomar algunas decisiones desde ya.., no cuando estos problemas comiencen a aparecer.

Tuesday, February 7, 2012

De luto

Todas las muertes no son iguales. Algunas duelen y se sienten más que otras. Como en este caso que nos hemos enterado de la ocurrencia de varias al mismo tiempo, hasta más numerosas y sin embargo sentimos más de cerca el dolor y el pesar por la desaparición de una sola persona quién después de una larga, ardua y sostenida lucha digna de admiración, no ha podido más y se nos ha ido para siempre. No porque no quisiera quedarse en esta vida que era lo único que conocía y lo único verdadero en lo que creía, sino porque el enemigo que estaba enfrentando era más poderoso, fue más fuerte y al final pudo más que ella y la venció.

Y la razón por la que su desaparición duele no es porque fuera una celebridad, jefa de estado, heredera de millones, sino porque era fácil identificarse con ella. Amaya creó su propio mundo, un mundo particular en el que cabíamos todos, sin importar el país o la nacionalidad, un mundo moderno, virtual, transparente en el que nos contaba sus pequeñas cosas, sus triunfos y sus fracasos, su diario vivir tal como ella lo percibía y experimentaba.

De algún modo se nos ocurre que este Domingo pasado nos hemos empobrecido un poco, algo de nuestra propia vida se nos ha ido con ella y ahora nos toca tratar de recuperar eso y ver si entre las muchas cosas que nos ha dejado podemos encontrar eso que ahora nos falta, averiguar si su ejemplo nos sirve de algo; ver si nos sirve a tratar de enfrentar de manera digna y honorable el destino común que a todos nos espera.

Y creo que quizás sea posible conseguir eso. Amaya Marichal nos ha dejado su mundo y en él su historia y dentro encontramos un ejemplo vital de humanidad, valentía, humor, sentido común, alegría y muchas cosas más y estoy seguro que todo el mundo necesita o ha necesitado tener en algún momento algunas o todas esas cosas juntas ...

Siguiendo su trayectoria, estoy seguro que la pena de su partida es sólo transitoria y el legado que nos deja que es bastante copioso, nos enseñará a tratar de vivir mejor y más plenamente, al mismo tiempo que nos ayudará a convertirnos en mejores personas, mejores individuos, mejores seres humanos.

¡Un inmenso placer el haberte conocido y que hayas compartido el mundo, tu mundo con nosotros!


Wednesday, February 1, 2012

Las oportunidades perdidas

Como lo había anunciado antes aquí, deben saber que hace más o menos dos semanas que abandoné el trabajo en la compañía para la que estuve empleado por varios años. Y precisamente hoy me llamó quién me sustituyó allí para preguntarme algo y de paso me imagino, tendría curiosidad  por enterarse de mi situación laboral actual después de esas dos semanas. De antemano y más por motivo de cortesía para con mis clientes, yo lo había autorizado a que me llamara en caso de necesidad.

Hablamos bastante y caímos en todos aquellos que habían preguntado por mí... Más o menos tenía una idea de a quién o a quiénes les habría hecho falta. De alguna manera uno intuye y sabe la gente con la cual hemos conectado y establecido un vínculo aunque esa conexión no se haya hecho explícita o se haya expresado de manera formal.

Pero hubo una persona dentro del grupo que me mencionó a la que no esperé nunca que me hubiera extrañado. Y mucho menos que se hubiera atrevido a preguntar con insistencia que si no volvería más y responder que no tenía mi número de teléfono, que no se lo había dado, cuando mi amigo así le preguntó. La sorpresa es tal que he decidido que vale la pena reseñarlo porque cosas como esa no deberían pasarse por alto sin que uno fuera capaz de reconocerlo.

Porque esa señora -porque es una señora-, nunca me dio la más mínima señal de que podía estar interesada. Más bien parecía lo contrario. Sentía que me trataba con cierto desdén. ¿Sería quizás una manera de proteger alguna debilidad?

Debido a su actitud un tanto defensiva yo hacía lo mismo, la trataba con cierta distancia para no alborotarla, haciendo un esfuerzo para no darle ninguna justificación a sus señales aprensivas. Y lo que me duele ahora es que la malvada está buenísima. Tiene un rostro muy agradable con señales inconfundibles de que está en la parte intermedia o final de sus treinta pero lo que destaca, lo que es por mucho su fuerte, es su cuerpo. Tiene un figura voluptuosa, impecable, marcada por curvas (muy peligrosas) y un vientre llano y liso como el de una serpiente.

Aunque ha sido bueno para mí el enterarme, no dejo de hacerme la pregunta: ¿no hubiera sido mejor el que ella me hubiera dado algún ligero indicio, alguna pequeña pero inconfundible señal en un idioma que hubiera podido entender (no en el suyo, obviamente)? Si lo hubiese hecho así, quién sabe, las cosas hubieran podido ser de manera totalmente diferente.

Aunque me alegra mucho saber que he sido echado de menos por ella, no puedo menos que extrapolar, no dejo de sentir ese mal sabor, un sabor amargo por esta y las tantas otras veces que sin saberlo se han presentado maravillosas oportunidades y por no darme cuenta las he perdido, se han perdido, las he desperdiciado miserablemente.

Wednesday, January 18, 2012

La importancia del otro

Vivimos una época marcadamente narcisista. Un período en el que el 'Yo', los egos, están por encima de todo. Con razón pero muchas veces sin ella, nos creemos celebridades y nos hemos convertido en los principales portavoces de lo que consideramos son nuestras características más atractivas y relevantes.

No nos vayamos a confundir, sin embargo. En todas las épocas ha habido narcisistas. Lo que creo es que en este período que estamos, con el advenimiento de la red y los 5, 15 o 50 centavos de fama, hemos tenido más éxito que nunca en eliminar las barreras que impedían auto-resaltar sin culpa ni remordimiento los valores propios. Hemos perdido el pudor y como consecuencia no nos sentimos avergonzados de exaltar todo lo que consideramos meritorio en nosotros.

Hasta ahí el problema no es grave. Lo es cuando toda esa demostración de nuestras valías se logra ignorando el valor que poseen los méritos de los demás. Llamar con descaro la atención hacia nosotros sin hacer el más mínimo reconocimiento de las cosas que hacen a los demás valiosos es sencillamente de muy mal gusto y como diría Emily Dickinson a la vez triste y deprimente.

Porque detrás del otro, detrás de los otros se esconden otros Yo(s) con iguales deseos y necesidades de ser reconocidos por mí o por nosotros. Pero a veces por estar tan empeñados en demostrar lo que somos, lo que tenemos, lo que valemos, no percibimos que estamos alienando ese mismo deseo nuestro en aquella otra persona que es otro yo en otro cuerpo.

Peor aún, nuestro excesivo énfasis por hacer resaltar nuestras cualidades superiores provoca las más de las veces efectos contrarios a los que andamos buscando. De la misma manera que provoca en nosotros resistencia ver ese auto-despliegue desenfrenado de cualidades sobresalientes en un tercero, asimismo esa misma resistencia provocamos nosotros en los demás, en los otros y así nos autocancelamos mutuamente.

Si nos ponemos a analizar, el otro del otro soy Yo y por lo tanto tratarlo, tratarla, tratarlos bien es una manera de tratarme bien a mi mismo. Al menos eso dice la ley de la reciprocidad.... Y si esa ley se equivoca, por lo menos en mí provoca que me sienta mejor como individuo, como persona y sobretodo como ser humano.

Thursday, January 12, 2012

Discrepancias

A mi interlocutora le parece inaudito que la hermana de su esposo tenga maneras de pensar tan diferentes a las suyas. Con una cara que parece más de espanto que de incredulidad, ella me confiesa que su cuñada se acuesta con los hombres por el gusto.

Y dentro de mí el que se espantó fui yo. ¿Acaso no se suponía que las mujeres todas, sin ninguna excepción, cuando se acuestan con un hombre es por placer, por amor y no por ningún otro elemento envuelto que no sea el mutuo interés, el interés común de disfrutar el intercambio, la relación?

Creo que tuve más éxito que ella en ocultar mi sorpresa y me contuve a duras penas de no decirle la verdad de lo que verdaderamente pensaba al respecto. Me sonreí y dejé que la conversación se fuera por otros rumbos.

No siempre el interlocutor con el que se está resulta apropiado para razonar algunas cosas.

Thursday, January 5, 2012

Noche de insomnio

Tengo sed y quiero agua. Quiero apagar esta ansia que cual llama arde y quema mi garganta. Pero tengo frío, mucho frío y no quiero levantarme a buscarla. Estoy acurrucado en las sábanas, inmóvil, temeroso de dejar el único lugar en que a estas horas me siento seguro en medio de la oscuridad más negra de la noche. Fuera, a unos pocos centímetros, pegado a las cobijas, el gélido invierno se abate con toda su fuerza y crudeza. Es otra noche sin poder dormir y en el silencio puedo oir, puedo escuchar el corazón latir apresurado. Parecería que quisiera salirse, que quisiera correr al galope y desbocarse al encuentro de ese lugar hacia donde los pensamientos se dirigen y vuelan alados, con furia y fervor alocados.

Saturday, December 31, 2011

Hechizo

Voy a aprovechar que estoy bajo el efecto de un hechizo, uno al que me someto con mucho placer todos los días provocado por los efluvios que emanan del café recién acabado de preparar, para hacer una última entrega este año.

El café, ya saben, es nuestra droga preferida y lo disfrutamos desde el primer momento en que sus partículas invaden el ambiente con su olor característico, tan embriagante, penetrante y estimulante de los sentidos. No paramos hasta que la última gota de la taza, pozuelo, vaso ha caído dentro de nuestra garganta ..., a destiempo. Siempre a destiempo. Siempre nos parece que se acaba demasiado rápido.

Los últimos meses de este año han sido muy fructíferos en cuanto a ponernos a pensar, reflexionar y cuestionar los parámetros lógicos en que se desenvuelve nuestra vida.

Dos cosas quiero resaltar de las conclusiones a las que he llegado. La primera ya la había mencionado antes y es que necesito otro trabajo, uno diferente del que tengo ahora. Este Lunes finalmente presentaré la carta de renuncia de donde estoy y será efectiva en 2 semanas. Trataré lo más rápido posible de conseguir otro. Si no, pues viviré de la caridad pública, de los familiares y de los amigos.

En la segunda cosa, algunas experiencias particulares han influido en lo que voy a decir y desde ya alteran la manera de relacionarme con las personas que me interesa mantener cerca de mi vida... Independientemente de los grandes desafíos que presenta el mantener una relación con otro ser humano, no deben ser los eventos que nos separan, los malos momentos, los que deben servir de base para el éxito y continuidad de la misma, sino las instancias que los unen, aquellas que los hacen estar juntos y buscarse, en suma,  los buenos momentos que se han compartido a través del tiempo y los años los que deben tomarse en cuenta.

Friday, December 30, 2011

Lo esencial

Tantas cosas que hacemos en la vida que hasta se nos olvida el porqué existimos... Lo esencial de la existencia se pierde en detalles mundanos, intrascendentes, irrelevantes.

Nos podemos volver hedonistas, vivir para el placer de los sentidos, del cuerpo, la carne, tratando de darle satisfacción a nuestros instintos primarios y a pesar de ello nada es suficiente para aplacar nuestra sensación de vacuidad. Por más que lo intentamos y ensayamos con esos y otros métodos, no logramos sentirnos del todo satisfechos, realizados, completos.

Por un momento nuestras rutinas y afanes cotidianos pueden distraernos, de hecho, buscamos divertirnos, recrearnos, tratando de encontrar eso que le da sentido a la vida y llegamos a convencernos de que en el trabajo o el entretenimiento podemos conseguir eso, pero no, no es ahí que se logra alcanzar la meta.

Creo, sin embargo, haber encontrado una respuesta satisfactoria a esa necesidad nuestra de encontrarle sentido a la vida. A través de mi recorrido personal por ella puedo decir que he descubierto qué es lo que buscamos, qué es lo que nos completa, qué es lo que le da sentido a nuestra existencia.

Pero es tan elusivo, tan difícil de reconocer y encontrar que si tenemos suerte y logramos descubrirlo a tiempo debemos dejarlo todo y seguirlo a cómo dé lugar.

Sé que voy a parecer un poco cursi, quizás hasta afectado, pero es fin de año y comienzo de otro, tiempo para reflexionar y plantearse objetivos y entonces creo que no debe haber otro mayor que tratar de conseguir éste.

Sí señor, aquí lo tengo. Lo que todos buscamos, lo que nos mueve, nos completa, nos llena, aunque no siempre lo tenemos del todo claro, se llama, no tiene otro nombre, es: El Amor, L'Amour, Love...

Wednesday, December 21, 2011

La foto en que no estás

Había oído esa historia antes y la noche del Domingo la volví a escuchar. He ahí una foto de la familia, una foto grande proyectada en la pantalla portátil que adosaron a la pared para rememorar en imágenes tiempos pasados, recientes y no tan recientes en ocasión de la celebración del aniversario que los volvía a reunir a casi todos.

En esa foto aparecen todos los integrantes menos ella. No los conté, pero eran muchos y era la única que faltaba. ¿Acaso no era un miembro de la familia también? Era una foto muy vieja, en blanco y negro, no porque fuera tirada adrede o reproducida así por razones artísticas sino porque en los tiempos en que fue tomada, la fotografía a colores era muy escasa, casi inexistente.

Probablemente, las pocas cámaras a colores que existían en esa época debían ser muy caras, inaccesibles por el precio para mucha gente, pero sobretodo para los bolsillos de un fotógrafo provinciano.

Parece que es la única foto que queda de la familia completa y el hecho de no figurar en ella debe haberla perseguido y atormentado durante toda su vida. Tanto así que cuando una parte de la concurrencia con edad suficiente para reconocer quién era quién en ese entonces no la pudo descubrir dentro del grupo, ella saltó a explicar con increíble rapidez, como si lo tuviera todo bien memorizado, el porqué no estuvo allí. Lo debe haber tenido que contar muchas veces.

Se estaba bañando, probablemente preparándose para el acontecimiento y cuando logró salir, José, el fotógrafo ya se había ido en su motor. Nos contó que lloró muchísimo, sin parar por horas y yo creo que todavía es la hora que le duele bastante a pesar de querer disimularlo con risas, el ser la única persona que no está en la diapositiva.

Y lo que duele más, quizás, es la impotencia, ese sentimiento de indefensión ante lo que no se puede cambiar, el no poder volver el tiempo atrás para estar ahí presente como todos los demás para siempre.

Tuesday, December 20, 2011

Veinte el Veinte pero también el Veintisiete

Hoy es 20 de Diciembre y hace veinte años nació la incomparable de Grace. Pero también fue 27 de Noviembre hace menos de un mes y ya celebramos el cumpleaños veinte de la increíble Bu.

Sin importar qué tanto significado le atribuyamos a estas fechas, aniversarios de sus llegadas a este mundo, lo importante es que las mismas sirven de marcadores para resaltar el cariño y la admiración que siento por estas chicas.

Nos conocimos a través de nuestros respectivos blogs y a pesar de la distancia y otras grandes diferencias que nos separan, con el paso del tiempo hemos podido consolidar una muy buena y bonita relación de amistad que no hecho más que incrementarse, intensificarse, extenderse desde el momento en que nos descubrimos los unos a los otros.

¡Qué viva Bu! ¡Qué viva Grace! Long live both of you!

Espero que igual como ha sido en estos últimos dos años, el futuro (que es un hoy en espera) nos permita mantenernos con el mismo deseo y entusiasmo de hoy por querer compartir nuestras cosas, buenas y malas, nuestros triunfos pero también nuestros fracasos y que podamos estar ahí de mente y corazón apoyándonos mutuamente en nuestros recorridos individuales por la vida.

Volver a lo básico

Es motivo de preocupación cuando descubres que cosas que antes eran normales y rutinarias en tu vida y que deberían continuar siéndolo ya no lo son.

¿A partir de qué momento dejas de pegar un botón que se desprende de la camisa o del pantalón; o no arreglas un descosido en la ropa que sabes hacer muy bien porque aprendiste a coser cuando estabas en la escuela primaria; o dejas de ponerte una camisa porque no la quieres planchar, lo que sólo te tomaría 5 o 10 minutos hacerlo?

Y así como esas que he enumerado no resuelves un montón de pequeñas cosas insignificantes (recoger papeles y revistas, correspondencia abierta que dejas regada por todas partes), pero que al dejarlas acumular, se convierten en conjunto en un verdadero problema: un completo desorden.

Y todo ello porque el tiempo que deberías dedicarle a ello te la estás pasando haciendo otras cosas (¿online?) que no son tan importantes y al final cuando te cansas, es tiempo de ir a dormir, para al día siguiente ir a trabajar y a la vuelta repetir el ciclo, y ya no sobra tiempo ni siquiera para contestar e-mails o escribir cartas o visitar a los amigos, hacer llamadas por teléfonos, blah, blah, blah.

En fin, de lo que me doy cuenta es de que hay que volver a lo básico, hay que restaurar el orden, hay que poner uno nuevo que equilibre las cosas, hacer un mejor balance con el tiempo y de esa manera impedir que nuestro pequeño universo se convierta en un caos, a menos que estemos dispuestos a crear las teorías y las ecuaciones que nos permitan entenderlo y explicarlo.

Por lo pronto ya he pegado un botón que tenía como dos o tres meses despegado de un pantalón y que había dejado muy a la vista precisamente para no olvidar que tenía que hacerlo. He planchado unas camisas que a propósito no he llevado a la prensa para ir practicando. Un descosido pequeño en el bolsillo de un abrigo que me gusta mucho y que tenía más de un año así lo he arreglado con hilo y una aguja.

Esta entrega es una manera mía de mostrar mi determinación de continuar haciendo conciencia del mal y a la vez una forma de comprometerme a seguir enfrentándolo. La idea es que por buenos y placenteros que algunas conductas y hábitos puedan ser, ellos no deben instaurarse a costa de otros que están probados son absolutamente necesarios para mantenernos viviendo en el mundo de una manera digna y civilizada.

Saturday, December 17, 2011

Ideas y palabras

Me desperté en medio de la noche el otro día con el súbito reconocimiento del poder que tienen las ideas, no las palabras, en todos nosotros. No dejó de asombrarme el cómo las palabras al unirse de una manera determinada adquieren un sentido y un significado muy distinto del que poseen de manera individual.

Una idea pueda constar de una sola palabra, pero no siempre una palabra es una idea. Generalmente se necesita más de una y un cierto orden para producir una buena idea. Solas, aisladas no significan mucho. Es cuando las combinamos que se convierten en algo funcional, algo que cobra vida y tienen un efecto poderoso en nuestros cuerpos y nuestras mentes.

Luchando entre tratar de volver a dormirme o seguir el hilo de mis pensamientos no pude evitar comparar las palabras con los átomos, esas unidades pequeñísimas de que está compuesta la materia y encontrar que es su combinación con otros átomos lo que les da 'vida',  lo que los hace funcionales.

Las ideas vienen a ser como las moléculas o combinación de átomos distintos que son necesarios para producir unidades más complejas y completamente diferentes de sus componentes originales.

Me vino a la mente "el agua" como ejemplo para ilustrar este razonamiento.

Es la combinación de dos elementos simples, el oxígeno y el hidrógeno al que debemos toda la belleza que representa en sus distintas formas y expresiones: el azul de una playa paradisíaca, el río que cae en cascada sobre un despeñadero, las algodonosas y mullidas formas de las nubes cuando se pasean o corren apresuradas en las alturas o cuando cae en forma de nieve y podemos observarla por una ventana y desde la comodidad de un albergue caliente.

Pero también, el agua tiene un lado oscuro y tenebroso. Representa destrucción, muerte y desolación. Los maremotos, las inundaciones, los huracanes, y algunas nevadas son algunas de sus manifestaciones más desastrosas.

De igual modo las ideas pueden presentar un lado altruista, enaltecedor, brillante y hermoso del ser humano. Sólo hay que preguntarle a la ciencia, la poesía, la literatura para encontrar eso que acabamos de describir.

Pero al mismo tiempo las ideas pueden ser terribles, pueden morder, hacer daño y hasta matar dependiendo de la manera como se organicen ellas a través de las palabras que escogemos para representar la realidad que nos circunda. Los ejemplos sobran...

Tuesday, December 6, 2011

Me cogió la hora

El domingo pasado "me cogió la hora" para usar una expresión que no sé si sea utilizada de manera general por todos los hablantes del castellano y que quiere decir que se me hizo tarde.

Iba para la reunión del club de lectura al que me incorporé semanas atrás. Esta vez el encuentro tenía lugar en Brooklyn y a último momento tenía la hora encima y no había comprado la botella de vino que había decidido llevar a la reunión.

¡Vaya suerte la mía! Escojo el Liquor Store que creo me va a ser más fácil entrar y salir y a duras penas consigo estacionarme. Para colmo cuando llego al local está cerrado. Un cartel en la puerta anuncia las horas en que están abiertos de Lunes a Sábado. Los domingos están cerrados.

No me queda de otra y vuelvo a montarme en el vehículo. Hago una vuelta en U y enfilo para la intersección en busca del próximo lugar en que con seguridad voy a encontrar la dichosa botella.

Pero no tan rápido. La verdad es que por un pelo o por dos y no llego. Al menos a comprarla. Tampoco tarde ni temprano a la reunión que tenía programada con mis amigos-as.

Una señora y su hija deciden cruzar la calle corriendo, sin mirar, para tratar de alcanzar el autobús que está en su parada, del otro lado, recogiendo pasajeros. Justo a mitad de la cuadra y en el preciso momento que vengo bajando la calle en pendiente para tratar de coger la luz verde del semáforo.

En fracciones de segundo muevo el guía hacia mi izquierda, tomo el centro y voy del lado contrario, a la vez estoy pisando los frenos, corrijo otra vez hacia mi derecha y me deslizo lentamente hasta el final de la calle.

Por el retrovisor de mi carro y talvez de mi mente veo cuando se pararon súbitamente en medio de la vía al descubrir mi presencia y luego corrieron de nuevo hacia el autobús como si nada hubiera pasado.

Respiro, o talvez suspiro con alivio mientras siento el efecto de la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo. La luz del semáforo está roja.

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