Friday, June 28, 2013

La comunicación es una calle de doble vía

Parece algo sencillo y que se cae de la mata pero no lo es. Damos por sentado que nos estamos comunicando cuando decimos algo. Pero no es así si la otra persona no está escuchando o si el intercambio se realiza de manera digital y una de las partes no le presta atención a lo que dice la otra, no responde al mensaje implícito o por lo menos no deja constancia de que sí lo hace.

Comunicarse no es hablar solo o escribir una sola persona. Se habla o se escribe, dependiendo del caso, entonces se escucha o se espera la respuesta que el interlocutor puede decir o escribir al respecto y para este caso esperar el tiempo prudente (que puede ser corto y largo dependiendo de los interlocutores) debe ser un pre-requisito.

En otras palabras, debe haber un balance. Las cosas no deben estar más inclinadas de un lado que de otro a menos que ambas partes estén de acuerdo en el desbalance.

Parece sentido común pero no lo es. Es la base de muchísimos desacuerdos y malentendidos. Y eso que he dejado de lado los encontronazos que se generan por las diferentes interpretaciones que se le pueden dar a un mensaje. Una cosa piensa quién lo emite y otra muy distinta quién lo recibe. ¡Si señor!

Thursday, June 27, 2013

Interacciones

Debo confesar que no soy fanático -que conste, fanático- de la naturaleza, ni del mar ni de todas esas maravillas por la que mucha gente se desvive y le gusta viajar y visitar países tratando de descubrir bellezas naturales o sitios espectaculares. Sé de gente para las que ir al gran cañón es cosa de sueño o conocer las pirámides Mayas o de Egipto o pasar por París y tirarse una foto en la torre Eiffel.

De igual manera, hay muchas otras personas a las que le produce la misma fascinación visitar New York y subir al Empire State o ir de compras por las tiendas de la quinta avenida sin dejar de pasar por Times Square y otras obras de deslumbramiento en la gran metrópolis.

En cambio yo, los gustos míos son más simples. Aunque no soy insensible a todas esas cosas, puedo muy bien disfrutar de todas ellas, soy capaz de cambiar todas esas experiencias por una buena conversación, un buen intercambio, un diálogo interesante o la interacción con otra persona cuyos puntos de vista sean relevantes y significativos para mí.

La realidad es que de todas las cosas asombrosas que la vida me ha presentado, la que me resulta más difícil de entender, la más insondable, misteriosa y fascinante la constituye la naturaleza humana y yo cambio cualquier cosa por una conversación con alguien que le guste eso, que pueda hablar de eso o por lo menos tenga inquietudes similares sobre las grandes verdades de la existencia, la realidad, la vida y su contraparte la muerte. Lo demás son a mi modo de ver, beneficios adicionales.

No sé, creo que Borges dijo algo parecido por ahí: la vida es una serie de conversaciones. Lo único que para tenerlas hace falta tener buenos interlocutores (y estos escasean).

Sunday, May 12, 2013

El oro brilla, mas todo lo que brilla no es oro

Una amiga que trabaja en un restaurante me pidió ayuda para conseguirle empleo a su sobrina que vino a radicarse a los Estados Unidos. Tiene 24 años y mi amiga no quiere que trabaje en restaurantes.

Le dije que sí, que si veía algo se lo haría saber. Y claro que si sé o veo algo se lo digo. El problema es que no es tan fácil conseguir un trabajo "decente" para alguien cuando no se tienen las credenciales.

En primer lugar, ella no habla Inglés. Y sólo por ese detallito sus posibilidades de conseguir trabajo se reducen considerablemente. La educación que tiene no debe pasar de un bachillerato y aún si hubiese estudiado en la universidad, eso no es suficiente para agenciarse una colocación en una buena empresa.

Tienen dificultad para emplearse los que se gradúan aquí y la van a tener aún más quiénes tienen una educación superior fuera de este país. Además, lleva tiempo convalidar los estudios realizados en otras partes del mundo.

¿Qué le queda? Pues emplearse en lo primero que encuentre, tratar de sobrevivir con cualquier trabajo en cualquier lado, una factoría e ir aprendiendo algún oficio, el idioma y hacer lo posible por estudiar algo, lo que sea para poder salir adelante.

Insertarse en la dinámica de una sociedad diferente y más avanzada toma su tiempo y llegar a entender los obstáculos que se interponen para lograr eso, es crucial para poder sortearlos con éxito.

La gente en Santo Domingo se hace muchas expectativas de lo que es la vida en los Estados Unidos y cree erróneamente que al mudarse para acá su situación va a mejorar inmediatamente. Podría, pero no necesariamente.

Los que van desde la gran urbe a pasar sus vacaciones allá con ropas nuevas, cargados de regalos y nueva tecnología a cuestas, no dicen toda la verdad y contribuyen a mantener el mito de que USA es el país de las maravillas. No es tan sencillo como parece.

El refrán lo dice bien claro: no todo lo que brilla es oro. Poca gente, sin embargo, se muestra dispuesta a romper la creencia y a admitir que el cambio de país ha sido doloroso y que los resultados no son como se había esperado.

Hay que tomar en consideración también que aún digas la verdad poca gente está dispuesta a creerte. Pero la realidad tarde o temprano se impone y cuando ocurre, la frustración lleva a muchas personas a dejarse ilusionar por esquemas de enriquecimiento rápido de muy dudosa reputación y que conllevan altísimos riesgos.

Lo puedo ver todos los días, en las esquinas de Washington Heights, gente joven desperdiciando su vida y su futuro porque no tiene las herramientas para prosperar en esta sociedad y tampoco quiere pagar el precio de ir contra-corriente para ajustarse a este nuevo modelo de vida.

O talvez me equivoco y todo esto se hace por la carga de adrenalina que proporciona vivir al margen de la sociedad, ganándose la vida realizando actividades prohibidas.

Hay de todo en la viña del Señor. Eso me consta!

Sunday, April 21, 2013

Educar en la escuela o la casa: ¿peligros?

El interés mío por enterarme de las ventajas y desventajas de la educación en casa en oposición a la educación que se recibe en la escuela, se despertó de manera reciente. De un año para acá, aproximadamente y coincide con haber estado leyendo artículos relacionados con el tema de Penelope Trunk, quién se ha convertido en una defensora ardiente de este método de educación no sólo para sus hijos sino para todo el público en general.

No debe confundirse la educación en la casa con lo que es la adquisición de buenos modales y buenas costumbres que se instilan, promueven y transmiten de manera informal en el seno de la familia. Tampoco lo es aprender por cuenta propia, de manera auto-didáctica, aunque debemos resaltar lo mucho que podemos instruirnos de esta manera y lo positivo que es estudiar a nuestro propio paso y por nuestros propios medios, decidiendo nosotros mismos lo que nos gusta o no.

En otras palabras, la educación casera no es estudiar en la casa. Más bien, es un sistema de instrucción formal administrado por padres y/o tutores de un individuo dado (¿descendientes?) que vendría a sustituir todo lo que una escuela podría proporcionar en materia de aprendizaje sin tener que asistir a ella.

La idea parece ser viejísima. De hecho, parece ser el método utilizado por las personas pudientes y de la nobleza en otros siglos para instruir a su prole. Contratar un tutor era casi la norma según uno puede enterarse a través de películas o literatura de la época.

En estos tiempos de educación obligatoria, esto de instruir en la casa no es tan común ya o por lo menos no se da a conocer tanto. Del país de donde vengo, creo que no existe. Al menos yo, no tengo ese conocimiento. Puede haber quizás una combinación de tutorías en la casa con instrucción formal en escuelas y colegios pero no de manera exclusiva en la casa como parece ser el estilo utilizado y aceptado por gran cantidad de familias en Estados Unidos.

Visto desde la perspectiva de Penelope, la idea a mí me parecía brillante. Algunos niños que son tímidos o superdotados o a la inversa, parecerían beneficiarse con el método. Es más fácil ajustar la educación a las necesidades de un individuo o un grupo pequeño que a las necesidades y las variabilidades de un grupo grande. Obviamente, hacer eso no es fácil y los padres que deciden hacer algo semejante tienen que salvar muchos obstáculos.

Hasta ahí todo iba bien hasta que el mes pasado encontré una noticia que ha abierto nuevas puertas para mí hacia el entendimiento del movimiento detrás de educar a los hijos en casa. Una familia Alemana (viviendo ya aquí) está luchando para conseguir que le den asilo en Estados Unidos porque si regresa a Alemania podría ser procesada y hasta encarcelada debido a que ellos educan a sus hijos en la casa.

Me escandalicé y hasta hice un tuit al respecto. Le tengo miedo a los estados cuando ejercen y tienen tanto poder. Creo mucho en la libertad y me resisto (mentalmente) a todo lo que huela a hacer algo compulsoriamente aunque sea por mi bien supuestamente. Creo que se debe tener la libertad de escoger. Pero en Alemania la escuela es obligatoria y esto crea un conflicto que una familia para resolverlo prefirió huir antes que someterse... Lo cual puedo comprender perfectamente, es algo con lo que puedo empatizar.

La otra cara de la moneda es que la razón por la que esta familia quiere educar a sus hijos en la casa es por motivos religiosos. Ellos son cristianos y desean asegurarse de transmitir esos mismos valores a sus hijos... y ahí entonces se abrieron nuevas interrogantes para mí. ¿Qué derecho tienen los padres de querer imponer en sus hijos una creencia en particular? ¿Quién defiende y representa a estos niños para que reciban una educación imparcial, sin sesgos de ningún tipo y de acuerdo a lo que es más lógico y racional en el mundo?

Resulta que el movimiento de educar a los hijos en la casa tiene también una agenda. No siempre es con el propósito de ayudar a los niños a tener una visión real de las cosas, contribuir a su bienestar, sino que sirve más bien a los intereses de los padres para tratar de perpetuar sus valores y su visión del mundo. Y esto para mí es también horrible y alarmante.

Parece ser que dependiendo de cómo se utilice el método de educar en la casa, éste puede hacer tanto bien como daño y ya hay voces de personas que se resisten y alertan contra los perjuicios de una educación orientada en tal dirección. Por ejemplo el caso de algunos padres evangélicos que prefieren textos acordes con la aceptación de la evolución en vez de aquellos que sitúan el inicio de la vida en la tierra en unos cuantos miles de años (Adán y Eva: génesis).

Quizás la mejor advertencia del peligro que representa educar en la casa cuando se tiene una agenda detrás, nos la proporciona alguien que fue educada bajo un régimen similar, de espaldas al mundo, la ciencia y la realidad y quién ha creado un blog (y un libro que todavía no está publicado) para denunciar todos los excesos y abusos a que pueden estar sometidos y expuestos los niños y que podrían encubrirse bajo tal tipo de educación. Es información anecdótica pero sirve a los mismos propósitos. Como bien dice ella, su caso no es aislado.

La moraleja es que hay que estar abiertos a que podemos equivocarnos y lo que creemos que es mejor para mí no necesariamente es lo mejor para un tercero, llámese como se llame, hijo-a, pariente, amigo, etc..

Sunday, April 14, 2013

Vanagloriarse no aumenta nuestro valor, lo disminuye!

Será falsa modestia lo que tengo, pero la verdad es que yo no siento esa necesidad imperiosa, que parece ser ubicua, y que tiende a cristalizarse de manera especial en las redes sociales, de hacerle saber al mundo entero cuáles son o han sido mis mayores éxitos. O tal vez no tengo muchos logros que exhibir o quizás no tengo ninguno. O lo que para otros es un éxito para mí no tiene la mayor relevancia.

No es que sea un delito, ni tampoco un pecado salir a vociferar lo que se ha hecho o alcanzado. Cae más bien en lo que sería una indelicadeza desde mi punto de vista, algo de no buen gusto. ¿Qué se supone que haga uno cuando alguien comienza a hablarnos de sus méritos y sus bondades sin uno haberle preguntado? ¿Está uno supuesto a inclinarse y responder "Sí Señor, Señora o Señorita", "lo que usted mande", etc., etc.

No está mal, de hecho es una obligación, es absolutamente recomendable, hablar de estas cosas en ciertas circunstancias como en un résumé, cuando se está ante una entrevista de trabajo o se le pregunta a uno de manera directa. Fuera de ahí no veo cuál es el uso, cuál es el afán o la prisa por hacerle saber a "titirimundi" y tratar de introducir el tema a como dé lugar. Excepto, claro, que haya un vacío muy grande que llenar, o exista un problema de valoración personal, etc.

No es que critique a quiénes así lo hacen y creo que sí los critico. Los que quieran satisfacer sus egos, envaneciéndose y jactándose por sus logros que así lo hagan. Sus razones tendrán pero creo que yerran el tiro si creen que con eso conseguirán la adulación y la admiración del público que tanto buscan. Todo lo contrario. Las personas verdaderamente humildes venden más y a la larga consiguen mejores adeptos que aquellos que presumen y se ufanan de sus virtudes y sus éxitos.

Creo que los méritos de una persona salen, se cuelan y se desbordan y si son auténticos, la trascienden sin que haya necesidad de decirlo o estarlo pregonando como diría Emily Dickenson.

Recurrir a estas estrategias para llamar la atención producen en mí un efecto contrario al que se intenta producir. Así que se equivocó medio a medio el esposo de una amiga mía que sugirió que hasta yo iba a tener que llamarlo Doctor cuando el consiguiera su PHD pues a él le había costado mucho tiempo, muchísimo trabajo, el lograr ese objetivo que él se merecía la distinción de que se le llamara así.

¡Qué ridículo! Para llamar a alguien así tiene que salirme a mí, no que alguien me lo solicite. ¿Y quién lo mandó? Como si yo tuviera algo que ver con que el se pusiera a estudiar para eso.

¡Si el supiera lo que yo pienso y hago con los títulos y las menciones universitarias!

Sunday, March 31, 2013

Misterios

Hoy es Domingo de Resurrección en la tradición Católica / Cristiana.

Me he quedado pensando en los misterios esos de resucitar y elevarse, levantarse del suelo, ir a los cielos. De verdad que eso es un verdadero milagro. Pero un milagro mayor es creérselo.

Pero prefiero no entrar en controversia con los que sí creen en estas cosas.

Tengo otras cosas en qué pensar que no son necesariamente milagros, pero que sí son misterios para mí.

Como por ejemplo el del sexo: ¿Cómo puede uno cambiar tanto de un momento a otro? Antes y después del clímax. No importa si es solo o con una pareja, es uno de esos grandes misterios que no he podido comprender ni explicar satisfactoriamente.

Con el tiempo la intensidad de la reacción se suaviza pero de todos modos persiste. Uno es uno y de repente es otro. Y es la misma persona.

Lo que se experimenta de manera empírica no se compara y es muy superior, a la explicación que podemos encontrar en cualquier tratado sobre la materia.

Saturday, March 30, 2013

La culpa es mía

La señora le pidió a Frank que le hiciera el favor de buscarle unas cosas que estaban en Manhattan y el dijo que sí. Para hacerlo utilizó el carro de mi hermana. Cuando llegó al sitio no encontró donde aparcar el vehículo y lo dejó en doble parqueo mientras subía al tercer o cuarto piso de un edificio a buscar las cosas.

Cuando bajó, encontró que la policía — que tampoco duerme en New York  ya le había dejado un regalito: una multa de 115 dólares por estacionarse mal.

Se podía apreciar la inconformidad de mi hermana al contar esa historia de lo que había pasado. El enojo aún persistía y con suficiente razón. Sin haber hecho nada malo, ella era la perjudicada, a final de cuentas, por ser dueña del vehículo y responsable ante la ley de pagar el ticket en cuestión.

Ante la eventualidad, la señora le dio el dinero de la multa a mi hermana y ella lo cogió porque estimaba que nada de ello hubiera ocurrido si la necesidad no se le hubiera presentado a la doña y esta le pidiera a Frank que fuera a Manhattan a resolverle su asunto.

No estuve de acuerdo y así se lo hice saber. Esa señora no lo mandó a parquear doble en caso de no encontrar un espacio libre. Esa fue una mala elección de quién conducía el vehículo, en este caso Frank y él y sólo él debería pagar por ello.

Los errores y las imprudencias pueden tener consecuencias negativas y cuando uno decide hacerle un favor a alguien —  igual como si uno estuviera haciendo algo para sí mismo  ello no exime a uno de las reglas y los deberes que debemos cumplir en la ejecución de la tarea que tenemos entre manos.

Si la policía nos agarra en un exceso de velocidad porque vamos tarde al trabajo, es nuestra culpa, no del trabajo que no nos ha mandado a infringir las leyes de tránsito. Pueden sumarse muchas otras causas y circunstancias que podemos sacar de la manga y decir que fue por esto o aquello la razón por la que íbamos tarde y ni aún así se justifica el que si la policía nos para, le tenemos que echar la culpa a cualquiera de esas circunstancias.

Es una práctica más generalizada de la cuenta el uno no querer asumir las culpas o las responsabilidades de las cosas y querer buscar culpables en los otros, como si uno fuera un títere que no tiene poder de decisión para determinar lo que es correcto o no, o cuál es el mejor curso de acción que se debe emprender ante una eventualidad.

Si nos ponemos a analizar, es este mismo tipo de razonamiento de echarle la culpa a los demás y no a nosotros mismos, el que está detrás de expresiones como: "él o ella me provocó"; "él me asustó y por eso..."; "las mujeres no deben vestirse así provocando que las violen"; "me insultó y por eso lo maté".

Culpabilizar a los otros (culpabilizar a la víctima), de una acción originada por nosotros, no nos lleva en ninguna buena dirección. Aceptar nuestra cuota parcial o total de responsabilidad en los resultados ya sean estos buenos o malos, sí. En fin, you know what I mean!

Wednesday, March 27, 2013

Conversión

Y mi última conversión no tiene nada que ver con religión, sino con comida. El año pasado les informaba que había dejado la carne, la leche y los huevos. En esta ocasión no se trata de eso aunque guarda una estrecha relación. Ambas decisiones están conectadas con aprender a comer mejor y de manera más saludable.

Es emulando la frase: deja que la comida sea tu medicina y la medicina sea tu comida (atribuida a Hipócrates).

Ahora me he convertido a los jugos y no a todos los tipos, sino a los de vegetales mayormente. De preferencia a la combinación amplia de todos ellos sin distinción: apio, ajíes morrones, jengibre, col, cilantro, pepino, ajo, zanahoria, manzana, remolacha junto con sus hojas, perejil, etc.

Debo confesar que sólo he dejado la carne en teoría. Aunque he reducido mucho su consumo, en realidad lo único que he dejado es la leche y sus productos derivados y ahora como huevos de manera muy escasa. De paso he dejado de comer pan, arroz y este año he consumido muy poco alcohol. Esto último me vino caído del cielo pues igual como dije en otra entrada, no me lo había propuesto.

Tiene que ser que libé mucha bebida el año pasado y debo haber llegado a un punto de saturación y saciedad. Ya el cuerpo no quiere más. Por eso quizás no me ha hecho falta ...

Un converso que se precie de serlo, en la materia esta de los jugos, debe agenciarse a como dé lugar una máquina para hacerlos, un extractor, pues de lo contrario corre el riesgo de no hacerlo de la manera debida o de quedar en bancarrota comprando los jugos en la calle. Los jugos son caros.

Es bueno también conseguirse un buen asesor para en caso de necesidad, asesorarse, obviamente. Yo tengo la mía, una asesora en este caso, muy buena, por cierto, por suerte ...

Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras no basta que yo lo diga. Es mucho mejor si presento la prueba de lo que digo y para ello los dejo con dos reproducciones del antes y después. A juzgar por ustedes mismos.










Monday, March 25, 2013

Vivir en sí mismo como si no hubiera mañana

"Dónde quiera que vayas ahí estarás" reza más o menos el título de un libro sobre meditación escrito por Jon Kabat-Zinn (Where ever you go, there you are).

Y es la pura verdad. Donde quiera que vayamos nos acompañamos a nosotros mismos, vamos con todos nuestros problemas, esperanzas, ilusiones, frustraciones y fracasos. Podemos olvidarnos por un momento, distraernos, pensar que no existen, que ha desaparecido del todo ese hilo conductor que nos une con lo que nos ha marcado, pero no es así. Por más que queramos no podemos escapar a nuestra esencia, a eso que somos y que en el fondo y en el momento menos esperado puede empezar a aflorar, resurgir, resucitar.

Es una realidad el que no podemos escapar de nosotros mismos y que tampoco le damos la mayor importancia al momento, a lo que nos está pasando aquí y ahora. Hacemos muchas cosas de manera automática, sin pensar que la vida es eso, la vida son esas cosas, ellas son la vida, y en suma constituyen y forman nuestra historia.

De lo que se trata es de estar plenamente conscientes de que todas esas sensaciones internas y externas que experimentamos, todas esas acciones que ejecutamos día a día, ellas componen nuestra existencia. Al final de cuentas, no hay otra cosa, eso es todo y no hay porqué tratar de romperse la cabeza intentando encontrarle sentido o lógica a eso que está ahí, en primera fila sin tener que rebuscar o complicarlo todo.

Si lo viéramos así quizás, no hoy o ahora, sino en cada momento de la vida no desperdiciaríamos tanto el tiempo en actividades inútiles, discusiones sin sentido o en la espera de lo que o quién no va a llegar.

Y todo esto es preferible decirlo con las palabras de Anaïs Nin quien lo expresa de manera muy lúcida y coherente en una de las partes de su diario dónde habla del significado de la vida tal y como lo recoge Maria Popova en esta entrada:

The secret of a full life is to live and relate to others as if they might not be there tomorrow, as if you might not be there tomorrow. It eliminates the vice of procrastination, the sin of postponement, failed communications, failed communions. This thought has made me more and more attentive to all encounters. meetings, introductions, which might contain the seed of depth that might be carelessly overlooked. This feeling has become a rarity, and rarer every day now that we have reached a hastier and more superficial rhythm, now that we believe we are in touch with a greater amount of people, more people, more countries. This is the illusion which might cheat us of being in touch deeply with the one breathing next to us. The dangerous time when mechanical voices, radios, telephones, take the place of human intimacies, and the concept of being in touch with millions brings a greater and greater poverty in intimacy and human vision.


Traduzco de manera libre:

El secreto de una vida plena es vivir y relacionarse con los demás como si ellos no fueran a existir mañana, como si uno no fuera a existir mañana. Eso elimina el mal hábito de procrastinar, el pecado de posponer, las comunicaciones fallidas y las comuniones que fracasan. Este pensamiento me ha hecho ser más y más atenta a todos los tipos de encuentros, reuniones, introducciones, que podrían contener la semilla de profundidad y que de otro modo podríamos pasar por alto de manera descuidada. Este sentimiento se ha vuelto una rareza, y mucho más raro cada día ahora que hemos alcanzado un ritmo de vida más superficial y apresurado, ahora que creemos que estamos en contacto con una mayor cantidad de personas, más gente, más países. Esta es la ilusión que podría engañarnos y prevenirnos de estar profundamente en contacto con la persona que respira al lado de uno. [Este es] El tiempo peligroso en el que las voces mecánicas, los radios, los teléfonos toman el lugar de las intimidades humanas y el concepto de estar en contacto con millones trae consigo más y mayor pobreza en lo que son la intimidad y la visión humanas.

Anaïs Nin dijo esto hace más de medio siglo y no supo hasta que punto sus ideas estarían vigentes hoy día. Su profecía se cumple al pie de la letra y ante lo dicho por ella creo que no hay nada más que agregar.

Friday, March 1, 2013

Un día en el hospital

A todos nos toca un día, de lo que sea, haciendo cualquier cosa o en el hospital como me sucedió a mí este Martes recién pasado y no como visitante o invitado especial sino como paciente común y corriente.

Es la segunda vez en algo más de 8 años. Y casi por el mismo problema. Aquella vez para reparar una hernia inguinal (de la ingle) en el lado derecho. En esta ocasión, otra hernia pero del otro lado, el izquierdo.

 Es bueno recalcar que las hernias se reparan, no se sacan como mucha gente supone y cree. Una debilidad en la musculatura lisa que rodea los intestinos o cualquier otro órgano interno, provoca algún agujero a través del cual los mismos se escabuyen y esa es la protuberancia que uno puede notar a simple vista. 

Inicialmente una hernia no representa una emergencia y es una cirugía que puede hacerse de manera laparóscopica, que es un procedimiento poco invasivo y generalmente se realiza de manera ambulatoria. No te internan: te dejan ir el mismo día si no hay complicaciones.

La primera operación que me hicieron de ese tipo me dejó 3 hoyitos que casi han desaparecido ya. Esta segunda me ha dejado 4 y espero que no sólo desaparezcan, sino que no hayan más por los próximos 15 o 20 años.

Todo salió según el librito. Llegué al hospital a las 6:00 AM y a las 3:00 PM estaba de vuelta en la casa. No me dio mareos como la primera vez. Pude caminar sin demasiada dificultad y el dolor o no era muy intenso o fue amortiguado perfectamente por la anestesia y los calmantes que me administraron.

Me llamó la atención la cantidad de gente por la que tuve que pasar antes y después de la cirugía (incluyendo el cirujano y sus asistentes). Fueron más de 20, sin mentir, y no, no creo estar exagerando.

La nota alegre y divertida la puso una enfermera que ya casi cuando me iba se acercó a mi cubículo (no recuerdo el motivo) y se quedó extasiada al mirar mis brazos, que ¡qué hermosos eran!, que si hacía ejercicios, porque tengo muchas venas que aparecen y desaparecen con mucha facilidad.

Con razón dicen que la belleza es subjetiva y depende de los ojos que la miren, porque yo particularmente no les encuentro nada de atractivos ni tienen a mi parecer, nada especial que les pueda llamar la atención a nadie. Pero parece que estoy equivocado, y no, tampoco es la primera vez que me equivoco.

¡Ah! Hoy, luego de 3 días en la casa me sentí tan bien que hasta fui a trabajar. Sin contratiempos: todo bien, más o menos normal.

Sunday, February 24, 2013

Reciprocidad en las redes

Y esta entrega va para desahogarme ...

Me da muchísima "cuerda" o "pique" como diríamos en Dominicana cuando una persona por una razón o la otra le pasa por encima, atropella y se salta las normas de la reciprocidad y la cortesía elementales.

Podría ser por ignorancia, porque uno nunca sabe con exactitud que es lo que pasa en la mente del otro y hay que darle por eso el beneficio de la duda. No por ello, sin embargo, deja uno de sentir el malestar.

La cuerda es con una tipa que es amiga mía en Facebook. Ella tiene una cuenta en Twitter y lo descubrí porque sus 'posts' salen publicados simultáneamente en ambas redes. Traté como es natural de seguirla allí pero su cuenta tenía el candadito indicándome con ello de que su acceso era restringido y había que pedir autorización para poder seguirla.

Mi política en esos casos es no seguir a nadie en esas condiciones. Sólo los sigo si la persona comienza a seguirme primero o si nos seguimos mutuamente antes de poner la restricción. Tengo más de un caso así.

En días pasados me llegó casualmente una invitación por Hotmail - no sé cómo llegó ahí porque no tengo asociado ese email con Twitter-, de esta persona invitándome a seguirla y yo de pendejo pues lo hice teniendo que esperar el proceso de ser aceptado como si estuviera solicitando un trabajo o un préstamo.

El caso es que a mí realmente no me interesaba seguirla. Sus contenidos no me llaman a la atención ni agregan nada relevante a mi vida. Me pareció, no obstante descortés rechazar su invitación pues es alguien conocido a nivel de hablar por teléfono y además hemos compartido en persona en más de una ocasión.

¡Adivinen! La tipa aceptó que yo la siguiera (¡qué gran honor!) pero ella no fue capaz de seguirme a mí. De eso hace ya varios días y de ahí viene mi descontento.

¿Y quién se cree ella que es? ¿Qué me está queriendo decir con eso? Soy bueno para seguirla pero no a la inversa. Me le acerco por una invitación que ella misma (supuestamente) me manda, me acepta pero al mismo tiempo no cree que debe seguirme a mí.

Eso no me parece muy justo y por lo tanto muy pronto, en unos días, dejaré de seguirla. La gente, si no sabe, tiene que aprender a comportarse. Los buenos modales, ante todo.

La duda siempre quedará

En estos días como casi siempre, ocurren cosas, se superponen historias, se suceden acontecimientos que no son del todo nuevos. La vida está hecha de repeticiones.

Eventos similares ocurren todos los días, en todas partes y a todas horas, los cuales pueden cobrar o no notoriedad dependiendo de los actores que participan en ellas.

Sin quitarle importancia a ningún evento porque creo que todos tienen igual valor, quiero llamar la atención de dos casos que resuenan con bastante fuerza en los medios de comunicación. Situaciones de este tipo son espejos que permiten reflejar nuestra naturaleza de manera fidedigna.

Uno es la muerte de la modelo sudafricana Reeva Steenkamp a manos de su novio el famoso atleta olímpico y para-olímpico Oscar Pistorius a quién se le ha apodado con el nombre de Blade Runner por la prótesis que usa a manera de zapatos para correr.

El otro caso que me llama la atención es el de Jodi Arias a quién se le acusa de dar una muerte horrenda a quién fuera su novio y amante, Travis Alexander. Le propinó 27 puñaladas, además de dispararle con una arma de fuego y prácticamente degollarlo, cortándole la garganta casi de oreja a oreja.



¿Qué resentimiento tan grande puede guardar una persona para ensañarse así contra el cuerpo de alguien? Me imagino que mucho antes de llegar a la cuenta de 27, el tipo debe de haber estado muerto si no es que lo estaba antes a consecuencia del balazo recibido.

Va a ser muy difícil por no decir imposible, determinar con certeza las circunstancias que provocaron la muerte de estas personas. No hay testigos. Estamos a merced de lo que los victimarios digan y/o las evidencias en su contra que puedan salir a relucir en los juicios respectivos.

El hecho es que hay dos personas muertas y hágase "justicia" o no, el daño causado es irreversible, irreparable. Estas personas no volverán a vivir. Y la duda siempre quedará de si lo que se dijo allí, en la corte, fue la verdad.

Creo que cualquiera puede matar a otro-a en defensa propia y/o en un momento de locura. Ahora bien, si como se especula también ambas muertes fueron premeditadas y existen indicios en el caso de Pistorius de que este era muy celoso y controlador, estas cosas yo no las puedo entender fácilmente.

Se me hace difícil racionalizar la persona celosa que con una actitud posesiva y controladora pretenda obligar al otro-a a estar con él o con ella.

¿Qué mérito tiene el hacer que alguien esté con uno por intimidación, miedo o chantaje?

Hay que estar en los zapatos del otro-a para poder entender cosas como esas pero en mi caso yo lo veo siempre como un defecto en el razonamiento, una incapacidad en el procesamiento de la información y mi recomendación en situaciones parecidas, la mejor solución que puedo dar es que hay que salirse de ellas a como dé lugar.

Hay que tratar de romper el marco (de cualquier lado del marco en que nos encontremos), hay que tratar de poner pies en polvorosa y de ese modo tratar de ver la realidad desde otras perspectivas, en lo que las pasiones, que son siempre malas consejeras, se enfrían.

Cualquier mente fría y calmada puede ver con claridad que hay mucho mejores soluciones que quitarle la vida a otra persona o que se la quiten a uno, porque nunca se sabe ...

Sunday, February 17, 2013

En la búsqueda de la mente perdida

¿Saben qué? Sin ser una meta o habérmelo propuesto de manera específica, yo, Fernando, he parado de tomar. No quiere decir que me haya vuelto un abstemio... Mi interés ha sido el de reducir a un mínimo la ingesta de alcohol con el fin de contrarrestar los desagradables efectos secundarios del día siguiente, llámese resaca y/o los dolores de cabeza que siempre acompañan cuando se toma mucho o ingiero cerveza (no importa la cantidad).

No preví, sin embargo, el que mi cuerpo se fuera a acostumbrar de manera tan rápida a estar sin nada de bebida en el sistema. No me ha estado haciendo falta. Debe estar relacionado con los cambios que he estado implementando en los últimos años pues como ya he dicho he ido cambiando mis hábitos de alimentación y nutrición por otros nuevos, en este caso, mucho más saludables. 

Me ha costado mucho trabajo deshacerme de algunos alimentos como la carne pero sí he logrado aumentar grandemente la ingestión de vegetales y he suprimido casi por completo los huevos, el azúcar y la leche.

En el 2007 me propuse algo similar, un mes y medio antes de la juramentación para la ciudadanía. Dizque el diablo tienta (dice mi mamá) y no quería que fuera a ocurrir algo o que la policía me parara de manera casual y por coincidencia estuviera yo bajo la influencia del alcohol. En esa ocasión me sentí de maravillas pero una vez pasó el evento retomé mi rutina habitual como a los dos meses.

Pero en esta ocasión existe una nueva razón que se suma a las anteriores para querer tratar de disminuir el consumo de bebidas alcohólicas: quiero tener la mente que tenía antes. Siento que la perdí al entrar a la universidad, después de mudarme del campo para la Capital. Y quiero tener esa mente de nuevo, la que me permitió aprender Francés en mi casa, escuchando a RFI, la emisora internacional de Francia. Añoro volver a tener el cerebro prodigioso que tenía, el que me hizo posible que aprendiera a leer solo, sin profesor y sin ir a la escuela (le hacía preguntas a mi hermano mayor), el mismo que me permitió leer todo, absolutamente todo lo que cayó en mis manos y en las ajenas, con una voracidad insaciable dónde los únicos límites los impusieron la falta de recursos y la escasez de libros.

Creo que tengo ahora una idea más clara de qué fue lo que pasó y los factores que contribuyeron al descarrilamiento de ese tren. Lo importante es que esos factores no existen ya y por lo tanto es muy posible que aplicando los correctivos de lugar se puedan revertir los daños causados. 

Por lo pronto debo confesar que algunas cosas están saliendo mejor de lo esperado.

Saturday, February 16, 2013

Sin saberlo nos controlan

Hace más de un mes dejé de utilizar el buscador de Google. Ahora utilizo Bing pero no estoy tan seguro de que este último no esté ejecutando el mismo tipo de acciones que me hicieron salir corriendo de las garras del primero.

¿A que tipo de acciones me refiero? Nada más y nada menos que al recuento y registro que hace Google (y no sólo Google sino también los demás buscadores -incluyendo a Facebook) de todos los lugares y sitios de Internet que yo visito y como quien no quiere la cosa, arreglárselas para presentarme en las páginas posteriores, duplicados de las cosas y/o los artículos a los que le había prestado interés en las páginas previas.

Si por alguna razón has 'clickeado' o le has puesto atención a una camisa específica de Jos A Bank o te has interesado en un artículo de Vitacost, esas mismas cosas te las presentan sin ningún tipo de sutileza, anunciadas en las márgenes de las nuevas páginas que visites desde ese momento en adelante.

A menos que te des cuenta y pongas algún tipo de correctivo.

Así de repente, un buen día fue como para volverme loco tratando de averiguar cómo lo hacían y a partir de qué momento comenzaron a hacerlo. Tuve que andar mucho en los controles del navegador Chrome para desactivar algunas cosas que de manera consciente nunca activé, cosas que probablemente pusieron ahí en una de esas actualizaciones que con bastante frecuencia ellos hacen.

Porque eso hacen los todopoderosos motores de búsqueda con Google a la cabeza. Ellos te estudian basados en las clases de preguntas que haces, las cosas que buscas, los lugares que frecuentas, los objetos a las que les prestas atención por el número de clicks que le das y así se hacen dueños de tu mente pues con cada tecla que pulsas te das más a conocer y ya casi adivinan lo que quieres.

Todo esto genera mucha suspicacia y con razón. Un artículo recientemente titulado "The Searchers" (Los buscadores), toca de manera profunda el tema y llama especialmente la atención de que Google (y los demás motores de búsqueda) ya no hacen una investigación 'hacia afuera' tratando de satisfacer las necesidades de quién busca o investiga sino que la hacen 'hacia adentro' intentando presentar una respuesta a la medida, basada en lo que saben de antemano del individuo. A partir del conocimiento previo que ya poseen de las personas, extraído de las inferencias que pueden hacer por sus conductas anteriores, intentan suplirle lo que consideran la persona necesita o anda buscando.

La realidad es que la verdadera búsqueda, la verdadera exploración es encontrarse con lo que no se está esperando, lo nuevo, lo desconocido... No avanzamos cuando se nos sirve el mismo platillo, visitamos los mismos sitios, recorremos territorios ya explorados o repetimos las mismas experiencias.

Y parece que la tendencia creciente es hacia este tipo de manipulación en todos los niveles. Existen compañías que al igual que Google analizan la inmensa cantidad de información digital que a diario producimos, estudian nuestros hábitos de navegación, investigan todos los rastros que vamos dejando y a través de espiarnos con las "galletitas" esas (cookies) pretenden servirse de ello para los fines que mejor les parezca, ya sea, para cosas inofensivas como tratar de vendernos algún producto pero también para influenciarnos políticamente o darnos a la carta la serie o película que supuestamente nos interesa ver.

"House of Cards", la nueva serie que acaba de producir y sacar al aire Netflix es el resultado directo de ese tipo de conocimientos que las empresas pueden extraer y generar a partir de la información que sin saberlo, nosotros les proporcionamos. Esta compañía ha creado una serie 'original' a la carta, creada en base a toda la información que han logrado acumular de qué es lo que le gusta a la gente.

Lo mismo puede esperarse de los gobiernos. Teniendo a su disposición todos los datos de las cosas que le interesan o no a la gente es difícil que se resistan y no traten de sacarle provecho, que no los usen con el propósito de controlar a sus ciudadanos y si fuera necesario privarlos de su libertad cuando los mismos presenten algún tipo de riesgo o peligro al status quo.

La ironía es que cuando supuestamente la tecnología debería salvarnos y darnos más libertad, parece que nos lleva por el camino contrario y en vez de liberarnos, nos aprisiona, nos pone más a merced de todos los que tienen el poder de controlarla para hacer con ello lo que les venga en gana.

Saturday, January 26, 2013

Invasión personal

Se imaginan escribir un diario por 26 años seguidos. Eso hizo Virginia Woolf desde el 1915 hasta 1941, año de su muerte. 26 tomos dejó y tanta prolijidad hace que nos sintamos muy precarios y avergonzados ante lo que nos cuesta escribir más de una entrega semanal en este blog.

Hay que apurar el paso pues las neuronas no dejan nunca de trabajar y son muchas las ideas, muchos los puntos de vista y las opiniones propias que tenemos sobre el mundo y lo que en él acontece, que por desidia dejamos pasar y necesitan ser expresadas y compartidas.

De manera particular me pregunto el porqué me enfurecen tanto las actualizaciones con motivos religiosos (hay de otros tipos también) que hace la gente en plataformas como las de Facebook.

Debe ser porque la gente prácticamente se desnuda con algunas entregas y no todo el mundo refleja una buena imagen al estar "en cueros".

Puede ser también porque se siente como una invasión personal, es como si entraran de manera inesperada a tu casa, sin pedir permiso, cada uno de esos 'estatuses' donde se comparte de manera íntima el sentir real de alguien.

¿Qué necesidad tengo yo de enterarme de la oración que hace alguien? ¿Y qué necesidad tiene la otra persona de hacerla explícita y hacerme partícipe de su agradecimiento, devoción y entrega al "altísimo"?

Para colmo me da mucha risa y me pregunto, ¡cómo puede ser la gente tan tonta de creerse y proyectar todas esas imágenes antropomórficas de lo que es Dios, los ángeles, la vida en el cielo, etc., proyecciones todas creadas sin mucha imaginación y siempre hechas a imagen y semejanza de los seres humanos y la vida terrenal!

Lo extraño del caso es que las personas en vivo, de carne y hueso, no son tan insoportables cuando nos las encontramos en la calle, en fiestas o en el trabajo y compartimos e intercambiamos impresiones del mundo y sus afanes.

Friday, January 25, 2013

Ideas sueltas

Es preciso contrarrestar algunos planteamientos erróneos que se cuelan por ahí sin que se le hagan las debidas aclaraciones y correcciones de rigor.

La idea de pecado es un buen ejemplo. Hay que recordar que algo es pecaminoso dentro de cierto marco, dentro de cierto contexto, las más de las veces de carácter religioso.

Si una persona se considera fuera de ese marco entonces la palabra o la acción por la que se peca deja de tener sentido. Estaría fuera de lugar toda conversación en la que el elemento pecado saliera a relucir.

Es bueno también precisar que no se debe confundir algo que es caracterizado como pecaminoso (para algunos) con algo que es ilegal. Podría serlo pero no necesariamente.

Lo importante es poder discernir y no dejarse chantajear por la idea de pecado o aceptar que algo es conducente a pecar sin percatarnos que al responder al agravio de alguna manera estamos aceptando el marco teórico que sirve de base a su enunciación.

No importa que un acto sea agradable o desagradable a nuestros ojos. Es el marco bajo el cual se pretende juzgar tildándolo de ser un pecado o no lo que determina la presencia y la aceptación de premisas ocultas.

Otro tópico de interés es el ateísmo. Considero innecesaria la constante negación que hacen los ateístas de la existencia de Dios. No veo el porqué la insistencia en negar algo que no existe. ¿Para qué hablar de ello? Con su afán se vuelven tan fanáticos como los mismos fanáticos que pretenden combatir.

El hacer referencia de manera incesante hacia algo que es inexistente de alguna manera le da validez al discurso contrario. Es como hacerle el juego al otro bando. La existencia de esa contraparte o de esa resistencia activa no consigue otra cosa que reforzar y radicalizar la posición de los que sí son creyentes.

Llama también la atención la falta de independencia que exhiben las personas en cuanto a tener ideas por sí mismas. Atacan una posición bajo una coyuntura y dejan de atacarla bajo otra. La misma posición. Y entonces uno se pregunta, ¿dónde está la consistencia?

Sunday, January 20, 2013

Los afectos

Estoy pensando en las fuerzas que impulsan la actividad de los seres humanos en el mundo. Lo que hace que nos movamos de un lado a otro, recorramos grandes distancias, nos mudemos de país en país y sin pensarlo dos veces nos traslademos hacia lugares insospechados.

En la presencia de estas fuerzas, hacemos obras grandiosas que pueden parecer grandes sacrificios pero en realidad no requieren ningún esfuerzo, pues son cosas que se hacen por gusto y por placer.

No me refiero al dinero ni siquiera al petróleo que es el combustible que enciende los motores de la modernidad.

No son cosas tangibles ni materiales, en su mayoría, las que nos propulsan a alterar nuestros estados de movimiento o inercia.

Son más bien las intangibles, las inmateriales, las no visibles, las que nos proveen la chispa y el carburante necesarios para iniciar y mantener el viaje.

Me refiero a las pasiones, los sentires, esas emociones que cohesionan el ser y lo convierten en una sola entidad altamente funcional y productiva.

Sobretodo me refiero a los afectos. Todos los tipos.

En su presencia todo es posible, cercano, accesible, alcanzable.

En su ausencia todo es difícil, lejano, imposible, inalcanzable.

Saturday, January 19, 2013

Me cuesta mucho trabajo

Les voy a hacer una confesión.

Me cuesta mucho trabajo disfrutar de algo a lo que no le veo futuro. Llámese esto un trabajo, una relación amistosa, una relación amorosa o cualquier otra cosa.

Mi expectativa inicial al entrar en cualquier actividad o empresa de cierta envergadura, es siempre que voy a durar mucho tiempo, aún si el asunto tiene corta duración o sólo sobrevive una noche o talvez un día. Busco y espero siempre que ese algo pueda ser duradero.

Si de antemano sé o descubro que hay escollos u obstáculos que se interponen para que esa relación a largo plazo -de lo que sea-  no tenga muchas probabilidades de éxito, se marchita mi interés y se me hace muy difícil continuar.

La frustración que produce el encontrar ciertas barreras que parecen infranqueables, cosas que parecen imposibles de superar o solucionar me paralizan y con mucha frecuencia a la menor oportunidad busco la primera puerta que se abre para salir.

Se me hace muy cuesta arriba recorrer un camino que de antemano veo no me lleva a un destino deseado. Hago proyecciones, elaboro teorías con los datos y los elementos que tengo a mi disposición en esos momentos y si los resultados no van en la dirección que creo deben ir las cosas no le veo sentido a quedarme ahí varado. Prefiero seguir adelante pero en otra dirección.

Puedo disfrutar de una relación casual, donde uno se deja llevar por el momento y las circunstancias y dónde no hay ningún tipo de compromiso pero tengo que no haber pensado en ello, tengo que haberme abandonado a los sentidos exclusivamente, pues si me pongo a pensar, dejo de encontrarle placer pues veo todo como una pérdida de tiempo.

Por otro lado, el saber que algo va a terminar, que algo que me gusta va a acabar, me arruina el momento y hago como el general Argentino (no logro acordarme de si es una historia real o ficticia que leí o me contaron) que en medio de la batalla le traen un vaso de agua y prefiere tirarla pues si no hay agua para todos y si la sed los va a arrasar de todos modos, el quiere adelantarse a eso y en vez de esperar, en vez de dilatar la llegada del mal, el sale a su encuentro.

Hasta hace poco tiempo no me había puesto a cuestionar la validez de manejarse en base a premisas como las enunciadas anteriormente. Y de repente otras ideas han surgido dentro de mi cabeza.

¿Y qué tal si yo estuviera equivocado? En mi trabajo anterior yo sólo pensaba durar 3 meses y sin embargo por circunstancias que no vienen al caso señalar, me pasé más de 6 años. Y desde hace casi un año he vuelto a trabajar en el área de la cual me salí tiempo atrás, pues estando fuera descubrí que me produce más satisfacciones que las que he derivado de mi trabajo previo.

Talvez, si no le ponemos restricciones, debería ocurrir lo mismo en las otras esferas de la vida. Debería preocuparme menos por encontrar la situación ideal que no existe y vivir más la actual que sí existe y es la que está ahí en frente nuestro todos los días. 

Nada es estático. Uno cambia, las personas cambian, las circunstancias cambian 

¿Quién dice que lo que hoy no es ideal no puede evolucionar para serlo y viceversa?

La meta final-final no es agradable y todos la conocemos y llega de todos modos sin proponérnosla. No hay que salir a su encuentro. Por el contrario hay que tratar de demorarla lo más que se pueda.

Mientras ese final no deseado llega, lo más juicioso parece ser hacer que las cosas funcionen con lo que se tiene a mano. Sin buscar soluciones fáciles. Y sobretodo, sin preocuparnos tanto hacia donde nos llevará ese tren que llamamos vida.

Al final de cuentas, controlamos menos de lo que creemos podemos controlar. Es la conclusión a la que he podido llegar en estos últimos días. Y creo que llegaré a otras más.

Sunday, January 13, 2013

El suicidio de Aaron Swartz. ¿Qué podemos hacer?

Todas las muertes duelen. Al menos eso creo yo. A alguna gente más que a otra, claro está. Y dependiendo de las circunstancias, unas se sienten con mayor intensidad que otras.

El suicidio es una de esas muertes que más impactan. Es como si fuera un accidente. Es algo inesperado que no da tiempo a reaccionar hasta que ya es muy tarde.

El dolor es más pronunciado si quién decide quitarse la vida es una persona joven, brillante: casi un genio. Además un activista social, alguien que se preocupa por el bien común, la libertad colectiva, el bienestar general de todos y que contribuye con acciones y hechos a hacer de este mundo uno mejor.

Si lo que llevó a esta persona a tomar esa decisión fue la persecución injusta, hasta cierto punto provocada por el ensañamiento del estado y del sistema judicial en contra de ella por un crimen que no provocó víctimas, entonces el sentimiento de dolor e impotencia es más profundo.

Estoy hablando de Aaron Swarts que a estas alturas todo el mundo debe saber quién es y quién se suicidó el pasado viernes 11 de Enero.

Gran parte del día de ayer y parte del de hoy me la he pasado leyendo sobre su vida y su obra, su legado y sobretodo las abrumadoras muestras de afecto, amor y cariño que no han dejado de manifestarse a través de todos los medios de comunicación.

Y me queda la duda, me queda la pregunta de si Aaron sabía que el iba a provocar todo eso, si el sabía que iba a ser extrañado tanto. Y de haberlo sabido, de haberlo sentido, si eso habría podido ser suficiente, si eso habría podido evitar que se suicidara.

Son interrogantes que me hago una y otra vez: ¿qué cosas puede hacer uno para prevenir el suicidio de alguien? ¿Cómo saber que se ha hecho todo lo que es posible antes de que sea demasiado tarde?

Es fácil lamentar lo que ya ha ocurrido... Llorar, afligirse, acusar el gobierno son todas cosas válidas que podemos hacer, pero ninguna de esas podrá devolver la vida a esta persona tan apreciada y tan querida.

¿Cuántos más como él (o quizás sea una ella) existen por ahí y de alguna manera nosotros tenemos en nuestras manos el poder de evitar que lleguen a tomar una solución tan extrema?

¿En realidad tenemos ese poder? Y si lo tenemos, ¿qué podemos hacer?

Friday, January 11, 2013

¿Quién controla la bestia?

Hoy tuve una pequeña discusión amistosa con un compañero de trabajo. Mientras hablábamos por teléfono me contaba que en esos momentos le acababa de cruzar por el frente, una muchacha con unas licras muy ajustadas.

A su juicio eso era una provocación. Ella no debía vestirse así. Si alguien se ponía de fresco, ella era la culpable, ella se lo buscaba... que su esposa no se atrevería a salir así de la casa, a la calle y más cosas en el mismo orden.

Lo paré en medio de la conversación y le dije que ella podía vestirse como le diera la gana y que eso no significaba que nadie tuviera derecho a propasarse.

Para mí su forma de ver las cosas implicaba que las mujeres debían pensar o saber la manera como piensan los hombres y que en todo caso eran ellas quiénes debían protegerlos vistiéndose de manera que no despertaran ningún deseo malsano de decirle cosas de mal gusto o el manosearlas como sugirío él estaban ellas expuestas al usar ese tipo de vestimenta.

¡Increíble! Lo que uno tiene que oir. Esta es una persona con la que hablo todos los días y que me llama para cada cosa y así es como piensa, así es como ve la realidad en cuanto a la relación y el intercambio entre los sexos.

Ya que no salía a relucir en la conversación, tuve que recordarle que como hombres el problema de controlarnos era nuestro, no necesariamente de las mujeres.... Esfuerzo inútil: no lo convencí. Diplomáticamente me dijo que respetaba mis opiniones pero que no estaba de acuerdo.

Ante la sorpresa que me dió escuchar el punto de vista de este individuo debo reconocer que no todo el mundo ha tenido la suerte que he tenido yo de haber convivido siempre rodeado de mujeres: amigas, familiares, compañeras de estudio y de trabajo, lo cual me da cierta ventaja para conocer la realidad del segundo sexo (o el primero dependiendo de donde o quién empiece a contar).

Asimismo creo que por la misma razón anterior me paso de ser super controlado y atiendo menos a mis pulsiones y presiones internas que a algunas señales externas. Debido a eso también, en más de una ocasión he perdido oportunidades de tener sexo, alguna que otra gente ha confundido mi orientación sexual y hasta reprimido sexual me han llamado.

No obstante, prefiero dar todas esas señales falsas y no a la inversa de comportarme como un cretino o un imbécil que no sabe diferenciar la bestia que todos llevamos dentro y sobre quién recae el control que debemos ejercer sobre ella.
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