Sunday, December 21, 2014

Coyuntura especial

Se acerca el 2015 de manera vertiginosa y ello significa mucho para mí. A diferencia de años anteriores, este que se avecina y que ya está a la vuelta de la esquina representa una coyuntura especial en el recorrido de mi vida. Me encuentro en lo que sería en Inglés un "turning point", exactamente en una intersección o encrucijada de mi existencia.

Debo tomar decisiones importantes al estilo de si deseo seguir siempre viviendo solo o si quiero tener una compañía a largo plazo y algunas consecuencias que podrían derivarse de ello, etc., etc.. La verdad es que siempre he querido compartir mi vida con otra persona. Pero hasta ahora los pocos casos en que me he sentido a gusto y dispuesto a dar el salto, no me han correspondido. ¿Qué se le va a hacer?

Ahora que todavía gozo de una salud casi perfecta y que mi cuerpo aún no comienza a deteriorarse pienso que es el momento de no postergarlo más. El futuro es impredecible y por lo mismo debo aprovechar las circunstancias actuales para poder ejecutar lo que podría venirse a continuación. Creo que soy mercadeable y al tratar en mis relaciones de dar más que lo que de ellas recibo, tengo esperanzas de hacer un buen intercambio.

Parece que a todo el mundo le llega su momento. En mi caso, creo que estoy ahí. Tengo la edad suficiente para saber lo que quiero y el juicio para saber que la perfección no existe y que todo no es más que un juego de adaptarse en este mundo de cambios constantes. Estoy más que dispuesto a hacer los ajustes necesarios.

Espero desde el inicio del nuevo año comenzar a eliminar todos los obstáculos que se interpondrían en el alcance de mis metas y uno de los más importantes es tratar de poner mis finanzas en orden o por lo menos bajo control y con ello abrirme las puertas para emprender y hacer las cosas que he dejado de hacer en los últimos años.

En síntesis quiero hacer estas tres cosas: quiero viajar mucho, quiero aprovechar mejor mi tiempo y quiero conocer de manera directa más gente con la que pueda compartir ideas y experiencias!

Wednesday, December 17, 2014

Calentando los motores

Es 17 de Diciembre. Con el de hoy habrán pasado ya diez días desde el 7 de este mismo mes que marcan la culminación de un período de trabajo intenso y frenético como no me veía enfrascado en mucho tiempo.

Los resultados en matería económica todavía no se materializan pero creo de manera preliminar que han sido satisfactorios. No estuvieron en el tope más alto de mis expectativas pero tampoco en el más bajo y por tanto para ser una primera vez me considero satisfecho del trabajo logrado.

Ahora queda la resaca de toda esta actividad y de estar ocupado todo el día ya sólo manejo las secuelas de todo lo que quedó y uno que otro problema relacionado con el manejo de los clientes.

En estos últimos días me queda la sensación de tener mucho tiempo libre y a la vez me he sentido un poco desorientado y hasta culpable por no estar sacando el mejor provecho del mismo.

Y no es que no haya nada que hacer. Si observamos bien, siempre hay algo que hacer. Los deseos, sin embargo no están ahí.

Mas poco a poco, quiero volver a retomar las cosas que forman parte de la rutina que quiero llevar y que en realidad no son costosas. Me interesa leer más libros, quiero escribir más en este blog, quiero mantener mi salud física corriendo por lo menos una vez por semana y más si es posible y el tiempo así lo permite.

Son compromisos que quiero mantener conmigo mismo y el exponerlo aquí es una forma para mí de comprometerme con ello.

En tiempos pasados me hice el propósito firme de retomar el hábito de la lectura al margen de lo que leía online, que ahí no tengo problemas. Escogí para esa tarea y me lo leí a Orlando de Virgina Wolf, un libro que me había regalado Daniel hace más de 3 años.

Lo terminé a finales de Septiembre y me prometí hacer una reseña de las impresiones que me provocó ese libro. 

Considero esta entrada el preámbulo (un calentando los motores) para esa próxima entrega ...., que vendrá en breve. Ta-da!!!

Sunday, November 30, 2014

Una semana más ...

Días agitados estos últimos, a contar desde mediados de Octubre y todo el mes de Noviembre. Mucho trabajo, poco tiempo para descansar y la cosa aún no termina todavía. Nos queda una semana más de actividad intensa que será la culminación no sólo de casi dos meses de trabajo arduo y continuo sino también de todo un año de muchos sacrificios en el que nos hicimos el propósito de hacernos independientes, dejar de ser empleados a sueldo al servicio de empresas o compañías.

Han sido tiempos difíciles, valga la redundancia pero al final de esta etapa puedo ver una luz que ilumina mejor el sendero por donde camino.

Ser dueño de mi propio tiempo no tiene sentido si no me puedo dar los lujos que quiero, si no puedo disponer de los medios materiales necesarios para disfrutar del tiempo libre, de la gente, de los amigos, de la vida.

Por eso en medio del cansancio que he sentido algunos días de jornadas larguísimas me he reanimado diciéndome que vendrán tiempos mejores y que todo este esfuerzo ha sido necesario para poder sacar el mejor provecho de las circunstancias presentes y futuras.

Debo decir que la incertidumbre no ha sido el único obstáculo a vencer en esta lucha por la libertad y la independencia. Factores externos inesperados también han jugado un papel preponderante para intentar disuadirnos en nuestro propósito de seguir adelante con este proyecto.

Baste decir que hasta Enero del 2015 no seré recompensado por todo el esfuerzo realizado desde Octubre 15 hasta Diciembre 07 de este año. Ese es un largo tiempo en el que hay que hacer muchos malabares para quedar bien con las obligaciones más perentorias y evitar que se acumulen las deudas.

Como si esto no fuera poco, las tentaciones tampoco han faltado. Nos han llegado ofertas serias de trabajo sin andarlas buscando. Cuando estaba dispuesto a aceptarlas y andaba detrás de ellas no me las ofrecían. Mas, una vez que no me interesan porque entran en conflicto con la manera como quiero vivir mi vida, entonces me llegan.

Y el hambre tiene cara de hereje. Dos amigas, precisamente con las que tuve la suerte de iniciarme en esto de ser un vendedor de seguros independiente (por contrato con compañías de seguros pero no empleado de las mismas), ellas no pudieron resistir las presiones del sistema y sucumbieron, han tenido que emplearse con todo el dolor de sus almas.

Mi situación todavía es crítica. Hasta que llegue Enero no podré cantar victoria ni hay espacio para sentirme seguro. Sin embargo por las proyecciones que he podido hacer por el trabajo realizado en estos días, tengo muchas esperanzas de que no sólo saldré del atolladero en que ahora me encuentro sino que podré salirme con la mía y con el estilo de vida que quiero vivir desde ahora en adelante...

Friday, October 31, 2014

Desestabilizante

Antes que se me olvide y para que no pierda vigencia la experiencia de que fui testigo una tarde de estas, voy relatar aquí lo que pude presenciar cuando iba en camino a una cita con un cliente.

La calle en la que debía doblar según me indicaba el GPS del teléfono, se encontraba bloqueada en la misma entrada de la intersección por un autobús escolar con la señal de 'stop' desplegada a su izquierda y tenía todas las luces rojas encendidas y pestañeando de manera intermitente.

No tuve otra alternativa que evitar la calle y al pasar de largo pude con una ojeada darme cuenta del terrible drama que allí se estaba desarrollando.

Tirado sobre el pavimento yacía un niño, inmóvil, a todas luces inconsciente (o muerto, ¿quién sabe?). A su lado una patineta y muy cerca de él recostado pero sin tocarlo estaba un señor escudriñándolo, observando muy atentamente, tratando en vano, quizás, de reanimarlo. Ese señor, me imagino, parecía ser el chofer del autobús.

¡Qué contrariedad! De por sí un accidente es algo lamentable. Sobretodo cuando hay niños envueltos. Pero un detalle de la escena no he podido borrar de mi memoria. Era la expresión del chofer. No he podido olvidarme de ella. Su cara era una máscara indescriptible de dolor, desesperación, desconcierto y al mismo tiempo impotencia.

Lo que se puede leer en el rostro de una persona en unos pocos segundos!

Casi llegando al lugar de mi cita escuché el ulular de la sirena de una ambulancia que sin demora se cruzó en dirección contraria a la mía.

Me pasé el resto de la tarde pensando en el incidente. Hace dos semanas de ello y todavía me acuerdo de manera vívida. No he podido evitar el ponerme en el lugar del chofer, si me ocurriera a mí, qué haría. No quiero ni pensar. Es todo muy doloroso.

Una hora y media más tarde volví a pasar de regreso por el lugar y ya no había nada... Ningún rastro de lo ocurrido. Todo ha quedado dentro del marco del recuerdo y la especulación.

Tuesday, September 30, 2014

Para despedir Septiembre

                                               
                                                       Una foto para despedir el mes

Desde Jersey City, el rio Hudson y Downtown New York a mis espaldas.

Sunday, September 7, 2014

Más allá de la pista de atletismo

Ayer en la mañana en mi rutina de correr en la pista de atletismo, uno de los corredores, de los más asiduos, un señor de un poco más edad que yo, se apareó conmigo y comenzó a dar vueltas en una línea paralela a la mía...

No duramos mucho tiempo corriendo. Era casi el tiempo de hacer mi pausa acostumbrada en la mitad de la sesión. Creo que corrimos juntos algunos 7 u 8 minutos.

Mas, ese tiempo fue suficiente para reflexionar lo difícil que es llevar el paso con otra persona. Algunas veces debes frenarte, otras debes acelerar, hay que sortear los obstáculos del camino (gente que camina o corre de manera más despacio).

Luego de mi pausa me apareé de nuevo con el señor en cuestión. Este había continuado la marcha de manera impertérrita y no sé si el descanso de algunos 5 o 6 minutos me pusieron más lento, lo que sí percibí fue que el iba más rápido y me costaba más esfuerzo mantener el ritmo esquivando a su vez a las demás personas que encontrábamos en la trayectoria.

En muy poco tiempo pude ver las ventajas y desventajas de correr solo o acompañado... Es más fácil correr solo, no sientes ninguna presión, vas al paso que te da la gana. E igual paras sin tener que dar explicaciones o decirle nada a nadie.

Igualmente no tiene el mismo mérito.

Correr con otra persona te reta a ir o más lento o más rápido. Es una lucha interna para ajustar el paso, ajustar el ritmo al del otro. De repente adquieres conciencia de ti mismo, de tus propias ansiedades y limitaciones. Te haces consciente de los pasos que das, de tu forma de correr y el significado de la palabra sincronía.

Las cosas no se quedan ahí. Es muy tentador el deseo que siento de extrapolar los resultados de estas observaciones más allá de la pista de atletismo. 
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