Thursday, December 31, 2015

Tuve una especie de epifanía, algo así como una iluminación. Fue como si de repente pudiera constatar y entender lo diferente que es el mundo y cómo no nos damos cuenta  'realmente' de lo que percibimos y las representaciones que hacemos de ese mundo. La gran diferencia entre la realidad y cómo creemos que es y cómo intentamos entenderla e interpretarla.

Sucedió de la manera más extraña. A consecuencia de una incompetencia lingüística. El que alguien no supiera o pudiera pronunciar bien una palabra. Y que ese alguien no fuera consciente de qué tan lejos estaba de lo que se estimaría era correcto o aceptable. Y de repente me vino a la mente la idea de que esa falta de consciencia era extrapolable a otras situaciones. Otros eventos.

Pensé que el mundo y las cosas simplemente son y nosotros llegamos a percibir o asir una parte única o un reflejo de ese mundo y de esas cosas.

Fue una palabra mal pronunciada en Inglés y a mí me pareció de lo más extraño la manera como fue vocalizada. Era evidente la influencia que ejercían los otros idiomas en esa forma de pronunciación. Para haberlo podido hacer bien hubiera tenido que olvidarse de su pasado, de lo ya aprendido y abrirse a la nueva manera, la manera como lo hacían los otros. Y eso exigía prestar un poco más de atención. O preguntar o investigar: empezar de nuevo. Talvez eso era algo muy difícil de pedir o esperar en esa persona o quizás cualquier otra.

Esa observación trivial me llevó a generalizar a otras situaciones. Otros eventos.

¿Qué tal si yo o todos, hacemos igual como esta persona y vemos sólo una parte de la realidad y la manera de ver esta realidad estaría siempre influenciada por todo nuestro aprendizaje anterior?

Y qué tal si para poder ver el mundo tal cual es sea necesario juntar todas las maneras particulares como cada quién lo mira y lo interpreta de tal manera que podamos tener una visión completa de lo que es...

La moraleja que saco es que el mundo, lo externo o interno de él siempre están y estarán ahí. La verdad o la realidad de las cosas están a nuestro alrededor, a nuestra vista mostrándose siempre pero probablemente carecemos de todas las herramientas necesarias para poder evaluarlas e interpretarlas correctamente... Unos tendrán más habilidades que otros en algunas cosas y viceversa. Se necesita una visión colectiva y un verdadero intercambio para poder tener una visión más completa de las cosas.


Las diferencias

Aparentemente todos los seres humanos somos iguales en nuestra capacidad de aprender. Mas, por distintas razones que escapan al control individual e incluirían el lugar dónde nacemos, la educación que recibimos, la religión que nos inculcan los mayores y/o la clase social a la que pertenecemos entre otras múltiples causas más, nos vamos poco a poco separando los unos de los otros; aprendemos en el curso de la vida a ver el mundo en términos muy diferentes que al final de cuentas terminamos no siendo tan iguales entre sí, sino todo lo contrario, nos convertimos en seres muy disímiles en nuestra manera de pensar y abordar la realidad que nos circunda. 

Sunday, November 29, 2015

Hipocresía

La lógica es exhaustiva. Debe aplicarse a todos los miembros pertenecientes a una clase sin excepción o no aplicarse a ninguno. No se le puede aplicar a un grupo que es parte de la clase  y a otro no.

Me ha tocado encontrarme con algunas feministas que públicamente denostan de la objetivación que se hace del cuerpo femenino y sin embargo en cualquier momento se les zafa hacer lo mismo con el cuerpo masculino.

Soy de los que cree y aclaro que me considero feminista, que las personas todas sin importar el género o más bien sin excepción somos sujetos y objetos a la vez. Objetivar (ver y que nos vean como objetos) no siempre se hace con mala intención. Todo el mundo lo hace querámoslo o no, seamos conscientes o no.

Ahora bien pretender que eso es un anatema y públicamente criticarlo sin hacer ningún tipo de clarificación o presentar atenuantes y luego hacer lo mismo para con algún miembro del sexo contrario en un grupo en el que no se sospecha que alguien puediera descubrir la incoherencia, eso está muy cuestionable.

Peor aún, justificarlo debido que los hombres lo han hecho todo el tiempo que por eso les da derecho a esa persona a hacerlo por una vez es un descaro y una hipocresía.

Si algo está mal, está mal siempre y no debería haber excepciones...

En mi caso, no me molesta o por lo menos lo acepto. Entiendo que soy sujeto y objeto al mismo tiempo. Todo el tiempo estamos haciendo juicios sobre las personas basadas en su apariencia física, incluyendo su edad, color de piel, etc. Nuestras preferencias están ahí y no hay nada que podamos hacer en términos de la atracción que esas personas ejerzan hacia nosotras.

Soy culpable de hacerlo. No es lo único ni lo más importante que cuenta para mí pero lo hago. Y sé que lo hacen conmigo. Creo que no es justo pero es la realidad. Hay que dejar a los instintos jugar su papel también.

Lo que cuestiono es la doble moral. Cuando nos conviene tenemos un discurso y cuando no, enarbolamos otro.

Saturday, October 31, 2015

Para que no te quejes: un recuento

Por si no nos ha quedado claro que el futuro es hoy voy a recontar la conversación que tuve recientemente con una amiga.

Ella me mandó una foto por WhatsApp de cuando ella era 10 o 15 años más joven. Al pie le puso el primer verso del famoso poema de Rubén Dario y que comienza con "Juventud divino tesoro".

Le riposté diciendo que qué va, qué uno no sabe lo que tiene. Ella me contesta que así es "yo no sabía que yo era una Estrella".

Me le reí: Jajajá!

Ella agrega que: sin cirugías ni cosas caras.

Le contesto que "cuando vienes a saberlo es tarde relativamente".

Yes, replica: Ahora me veo y digo coñoooo!

"Pero eso te dice algo: Una lección! Hoy estás mejor de lo que estarás en 10 o 15 años. Piénsalo".

- Yes, así es! Así que a disfrutar este pedazo de carne que nos dieron.

- Exacto. Aprovéchalo ahora para que no te quejes luego.

-Yes.


Y ahi acabó la conversación.

Wednesday, September 30, 2015

El Futuro es Hoy

Creo en eso, que el futuro es hoy aunque reconozco que este encabezado puede ser engañoso. No significa que vivo sólo el momento o vivo cada día como si fuera el último. Ya saben que no creo en nada de eso. Es una locura.

Para mi poder vivir el momento significa formar parte de una estructura, tener un sentido, una dirección o una finalidad que me permita cierta estabilidad o al menos la visión de poder insertarme en un esquema duradero, en una situación de largo plazo, etc.

Lo que quiero significar con eso de que el futuro es hoy, es que hoy por hoy, en este instante yo soy el resultado de lo que he planeado o he dejado de planear 3 meses atrás, un año atrás o 5 años atrás y más si se quiere.

Y la moraleja de todo esto se traduce en que mi vida futura está relacionada de manera directa y propociornal a lo que haga o deje de hacer hoy.

Poder ver la vida a la manera de una continuidad es lo que le da sentido y valor a los hechos y las acciones presentes y ello nos da la clave para si queremos, poder alterar nuestro futuro.

Monday, August 31, 2015

No puedo vivir cada día como si fuera el último

No estoy de acuerdo con la idea esa de que hay que vivir cada día como si fuera el último. Sí así fuera, si pensara que hoy sería mi último día, me paralizaría. No creo que disfrutaría mucho o nada ni que haría algo en especial. No me valdría de mucho tratar de hacer algo placentero porque la expectativa de saber que sería lo último que voy a hacer en la vida lo arruinaría, no me permitiría gozarlo. No es una elección, es un sentimiento.

Son características muy humanas. Disfrutamos las cosas no sólo en el momento presente cuando estamos haciendo algo que nos agrada, sino también mucho antes de que se haga o ocurra aquello que nos es grato. Es decir, cuando anticipamos su realización y además mucho tiempo después al recordar que la estuvimos haciendo.

De igual manera lo contrario también ocurre. El recuerdo de un evento desagradable nos desestabiliza nuestro presente y la posibilidad de su ocurrencia futura nos impide por igual aprovechar al máximo lo que estemos haciendo en un momento dado.

En este sentido, qué podría ser más desestabilizante que la imagen de nuestro propio final a la vuelta de la esquina. Y no quiere decir que seamos ingenuos y que no creamos que la posibilidad siempre existe y que cada vez es mayor en la medida en la que pasa el tiempo. Claro que sí, pero qué ganamos martirizándonos y recordando ese evento fatal todos los días. Un día al año estaría bien o con cierta frecuencia dependiendo de lo que ocurra a nuestro alrededor pero de manera contínua me parece enfermizo.

La idea también me parece muy reductiva, tiene un componente hedonista de incentivar el gozo al máximo (como si el propio cuerpo no nos impusiera ya los límites) y es muy limitante en cuanto a las acciones y decisiones que como individuos debemos emprender si queremos alcanzar grandes cosas.

Mucha gente, incluso personas muy educadas, utilizan un razonamiento falaz para adoptar en teoría este tipo de filosofía de vida. El más común es el tipo anecdótico donde utilizando una muestra sesgada de nuestra vida diaria y debido al impacto que provoca en nosotros la muerte de algunas personas por ser muy queridas o relacionadas, les damos un peso y un valor irreal que está muy por encima del que en realidad tienen.

Una persona conocida por ejemplo, que desaparece de forma inesperada y/o a una edad muy temprana nos podría conmover mucho y podría llevarnos a hacer reconsideraciones importantes en nuestra vida. Sin embargo, esa sola desaparición aunque representa mucho para nosotros, no es significativa desde un punto de vista estadístico, ni siquiera en nuestro pequeño universo de todas las personas que conocemos. De hecho, casos como esos son de alguna manera estadísticamente esperados como muy bien lo sabe la industria aseguradora.

Entiendo que la idea de ser conscientes de nuestra propia finitud nos puede ayudar a no posponer y a de inmediato poner manos a la obra a proyectos importantes de nuestras vidas, pero la misma idea no debe reducirse tanto hasta el punto de convertirse en una obsesión que nos persiga todo el tiempo y que en vez de ayudarnos, nos impida realizar las tareas más simples de nuestra existencia.

Además, todos sabemos que a pesar de lo lindo que pueda parecer la frase de que "debemos vivir al máximo" y "vivir cada día como si fuera el último de nuestra vida", la idea es impracticable. Al día siguiente hay que lavar los platos, recoger la basura y hacer frente a la resaca. A menos que nosotros mismos con nuestra conducta desordenada y siguiendo al pie de la letra las instrucciones subyacentes a la filosofía entredicha, hagamos realidad el dicho y provoquemos por adelantado el final de nuestros días.

Friday, July 31, 2015

C'est la vie!

¿Qué decir? ¿De qué hablar?

Pues que si no fuera porque miro de manera expresa el calendario no sabría decir si hoy es Viernes o Lunes o Domingo y en realidad no importa demasiado.

Sé, eso sí, que hoy es el último día del mes y que debo escribir por lo menos una entrega en Julio.

Sé también que para mí todos los días han vuelto a ser iguales en cuanto a hacer las cosas que quiero hacer y cuando quiero hacerlas.

Sé además qué he recuperado esa sensación de control del tiempo y casi no siento ya que sea éste quien me controle a mí.

Pero sé que falta todavía bastante camino por recorrer y que debo controlar más variables para volver a sentir esa sensación de libertad que es a la vez insuperable e indescriptible y que me ha eludido los últimos años.

Debo decir que mis horizontes se han expandido los últimos meses y ahora más que nunca sé el lugar donde me encuentro y tengo aún más claro hacia dónde debo dirigirme.

¿Hacía qué nuevos rumbos me llevarán los nuevos vientos?

Ni yo mismo lo sé ..., ¿para qué adelantarse?

Sé que he dicho mucho y al final, en concreto, tampoco he dicho nada.

Así es la vida!


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