Saturday, December 31, 2016

Descubrimiento

En días pasados, de manera fortuita, al poner un status en Facebook hice un descubrimiento sobre las redes sociales.

En ese status me planteaba que para el 2017 iba a emprender la tarea de entender el porqué algunas personas se auto-gustaban (auto-like) las publicaciones que ellos mismos hacían.

Lo dije, o más bien lo escribí, en son de broma. No pretendía realmente hacer una verdadera investigación o resolución al respecto para el año entrante. Ni tampoco era mi objetivo el convertirme en crítico, policía o juez de las publicaciones de nadie. Mi idea es que la gente hay que dejarla hacer lo que quiera, siempre y cuando no le haga daño a nadie e independientemente de lo tonta y hasta a veces ridícula que me parezca la manera como se comportan en algunos aspectos de sus vidas.

No obstante, eso me llamaba la atención y tampoco quería censurarme. Finalmente la curiosidad tomó la mejor parte de mí y de manera un tanto jocosa así lo expresé.

Desde mi punto de vista eso no tenía ningún sentido. Para mí, Facebook y las otras redes siempre han sido un medio de compartir cosas con los demás, aunque como en todo, siempre se comparte con algunos más que con otros. Se sobreentendía, creía yo, que al poner algo, ya nos gustaba; no había necesidad de subrayarlo.

¡Cuán equivocado estaba!

No tardé mucho tiempo en recibir las reacciones al post. Algunos aprovecharon la ocasión para abundar sobre el tema y relataron una que otra extravagancia y más de una persona se sintió aludida por el mismo.

Y fueron estas últimas quienes me proporcionaron la clave para elaborar mi hipótesis de lo que podría estar ocurriendo en la mente de ellas al empecinarse en dejar su huella. Darle un click al me gusta o el "like" en FB o el corazoncito o "red heart" en Instagram, es una manera de aprobación personal aún cuando sean ellas mismas que hayan puesto la publicación.

La redundancia que yo veía no lo era tal pues Facebook o Instagram para estas personas son algo más que medios para compartir cosas con los demás. Según mis cálculos, estos son medios para compartir cosas con las demás personas pero mucho más importante, son instrumentos para compartir cosas consigo mismas. La línea entre lo que es público y privado desaparece.

Las redes de comunicación social se convierten así en una especie de casa virtual donde vivimos y compartimos pero sobretodo consumimos los mismos productos que inicialmente yo creía debían estar destinados exclusivamente a terceros.

No tuve que esperar el 2017 para resolver el acertijo...

Mientras tanto, mis mejores deseos para todo el mundo en el año que recién comienza pero sobretodo, ¡seamos felices!

Les Muses et les Heures du Jour et de la nuit

                               Jules-Eugène Lenepveu (1872) Musée D'orsay, Paris                                 

Wednesday, November 30, 2016

Caja de Pandora

¡Por fin acaba Noviembre!
Hoy llega a su final el mes pero no así las consecuencias de lo que podría sobrevenir en el mundo en un futuro cercano como resultado de las cosas que han ocurrido en los últimos treinta días.
En Estados Unidos hemos elegido un nuevo presidente y ello podría significar un gran retroceso en cuanto a los avances que hemos conseguido en los últimos años. Me refiero a las libertades de los grupos minoritarios, el derecho de las mujeres a decidir lo que es mejor para ellas, el impacto de nuevas políticas que niegan el peligro del cambio climático y un largo etcétera
Se ha abierto una caja de Pandora y lo que saldrá de ella es desconocido pero a todas luces no se augura nada bueno.    
                         

Noviembre del 2016 ha sido un mes nefasto, un mes para recordar y no precisamente de buena manera.
Para colmo hemos perdido a Leonardo Cohen, un ser humano maravilloso y excepcional a quien he conocido no hace tanto tiempo y al que no me ha costado ningún esfuerzo apreciar y admirar sobremanera.
Por todas estas cosas, me he sentido muy conmocionado a nivel personal, como si hubieran removido las bases sobre las que hubiera construido mi castillo de sueños.
Mucha gente lo ha sentido así también.

Ha sido una hecatombe y por momentos he llegado hasta el extremo de cuestionar si es posible la convivencia pacifica con personas que albergan ideologías tan distintas a las propias. Por suerte no he dejado que esas ideas se adueñen de mí y al final ha prevalecido la mesura, pudiendo refrenar satisfactoriamente los impulsos y la exteriorización de mis sentimientos y pensares reales respecto al estado de cosas presente y futura del mundo.

Al paso de los dias, luego de algunas lecturas y mucho reflexionar, una idea finalmente ha calado en mí: lo importante no es buscar lo que nos distingue y nos diferencia, sino lo que nos une, lo que nos hace común con otros seres humanos y sobre esa base se puede pensar en un futuro en el que en vez de dividirnos podamos comprendernos y podamos vivir en paz.

No sé si sera una utopía todo esto, lo que sí sé es que a partir de ahí pude dormir y encontrar un poco de paz para sobrellevar el profundo dolor que me ha embargado todos estos días.

Monday, October 31, 2016

Las caras del éxito.

Una idea le da vueltas a mi cabeza desde hace algunos meses. Lo efímero que puede ser el éxito y lo difícil que es mantenerlo.

Lo que me da a pensar que no todos estamos preparados para manejarlo y si lo conseguimos lo mucho que nos puede costar permanecer disfrutándolo.

Al fin y al cabo nos preguntamos: ¿cuál es el propósito que nos mueve a tratar de lograr los objetivos, cualesquiera que estos sean, y una vez alcanzados, ¿qué hacemos? ¿Nos detenemos, nos regodeamos en los laureles y los beneficios que nos proporcionan, nos quedamos ahí o simplemente nos planteamos otros objetivos?

No sé, no me parece lo mismo. No es lo mismo. Si los problemas que hemos tenido son los que nos han impulsado a hacer y lograr cosas, una vez esos problemas han quedado resueltos, la motivación no es la misma. Queda un vacío y es talvez en la búsqueda de llenar ese vacío que podemos meternos de nuevo en problemas y de esa manera es como se inicia el ciclo de nuevo.

Es como un círculo vicioso del que no todo el mundo sale airoso. Hay gente que triunfa una y otra vez, pero hay otra que el azar no les da esa segunda o tercera oportunidad. Creo que hay más personas en esta segunda categoría que en la primera.

Michael Phelps, el exitoso nadador olímpico de USA es un ejemplo del primer caso... José Fernández el exitoso pitcher proveniente de Cuba y de los Marlins de la Florida, ilustra de manera trágica el segundo tipo.

Y en el medio de estos dos casos extremos y bien documentados en la prensa, nos encontramos con los innumerables casos anónimos - y otros que no lo son tanto, de todas aquellas personas que la vida les ha dado una oportunidad y al mismo tiempo se las ha quitado porque no han sabido aprovecharla, porque han sabido cómo llegar a ella pero no así a cómo permanecer ahí, como si hilos invisibles los estuvieran halando y alejándolos de ese lugar al que no han estado acostumbrados y por ende es como si no les perteneciera.

Pienso en todos esos casos de la gente que se gana la lotería y luego de cierto tiempo, no mucho por cierto, vuelven a ser tan pobres como antes. O los de esos jugadores profesionales que terminan endeudados al poco tiempo de terminar sus carreras deportivas.

Quizás ese haya sido el caso que me relató mi hermana de un chofer dominicano aparentemente muy orgulloso de su posición que se había acostumbrado a pasar por su casa en horas de trabajo y cuando fue descubierto fue despedido inmediatamente del mismo.

O me imagino que en esa dirección va la sabiduría popular y el dicho, "cuando las hormigas se quieren perder, alas les han de nacer", que fue el caso de una amiga que en la cúspide de su éxito se creyó que podía volar muy alto con alas propias y le pasó igual que a ícaro, el personaje mitológico griego que al tratar de volar más alto que lo debido, el sol le ablandó la cera con la que estaban pegadas las plumas de sus alas y cayó y sucumbió en el mar.

                                              La Rueda de la Fortuna (La Roue de la Fortune)
                                                                 Edward Burne-Jones: Musée d'Orsay, Paris

Friday, September 30, 2016

Ocho días en Paris

Por fin se me dio el viaje a Paris, Francia... Después de incontables e incansables horas estudiando Francés por mi cuenta en los tiempos de mi juventud y sobretodo escuchando y viviendo al mismo tiempo lo que era la vida parisina a través del único medio accesible para mí en aquellos tiempos: la radio. Después de muchísimos años de postergación, pude hacer mi viaje, vale decir.., una vez que llegué a Nueva york.



Antes de llegar a Nueva York era prácticamente imposible para mí lograr algo semejante, sencillamente por la escasez de recursos materiales y logísticos (experiencia). Una vez me establecí en la gran urbe pues parece que me desconecté. Cuando no era una razón era la otra lo que supuestamente me impedía emprender la travesía. Era como si yo mismo estuviera creando las razones, me inventara los obstáculos para no hacer ese viaje soñado desde mis tiempos de estudiante de secundaria. Luego las cosas realmente se complicaron y cuando yo realmente quería entonces realmente no podía (léase crisis monetaria).


Por suerte las cosas no se quedan estáticas. Ellas cambian por sí solas o uno las hace cambiar a la fuerza también. Las circunstancias, la vida, todo da vueltas y como consecuencia lo que parecía difícil antes, de pronto se hizo fácil... Un proceso muy largo que ahora que miro retrospectivamente ha valido bastante la pena. La desconexión con todo lo francés no fue absoluta ni definitiva.


Mi Francés estuvo casi impecable. Me faltaron un poco las palabras por el desuso; podía reconocer y entender perfectamente lo que me decían pero al hacer la contraparte reconozco que me faltaba la fluidez que un tiempo tuve. No obstante pude desenvolverme con normalidad como si no fuese extraño en ese país que visitaba por primera vez. Paris, es un sueño, Una ciudad encantadora, hermosa, sublime. No tengo idea de cómo sería la realidad si viviera allí pero pude observar a la gente común que vive bastante relajada, mucho menos estresada que en donde vivo.

Las palabras no serán suficientes para expresar mis emociones allí, No me es fácil describirla porque París, más que todo, es una ciudad que se vive y se siente. Montmartre, El Sena, Los Campos Eliseos, El Arco de Triunfo, La Plaza de la Concordia, El Louvre, El Museo De Orsay, el Barrio Latino, etc.,, en fin, muchos sitios recorridos y la esperanza de volver muy pronto a recorrerlos de nuevo y los que no tuve tiempo y aún faltan por recorrer y que desde ya esperan por mí...






Tuesday, August 23, 2016

Viajar, Paris

El preludio de un viaje es tan importante como el viaje en sí.
Las expectativas, la anticipación, los preparativos, es todo un acontecimiento.
Viajaré a Paris por primera vez este fin de semana y todo lo dicho anteriormente se magnifica porque desde muy temprana edad me ha atraído todo lo relativo a Francia: la libertad, el idioma, Paris, la música, el cine, Juana de Arco, etc.
Aunque la realidad actual diste mucho de lo imaginado o de lo ideal, el encanto todavía persiste y aunque se corra el riesgo de matar la gallina de oro hacia allá vamos.
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