Sunday, December 31, 2017

Las culturas y las diferencias individuales

Falta un poco más de una hora para terminar el año y de igual manera falta lo mismo para comenzar otro. No que en realidad falte nada. Los finales y comienzos de año son arbitrarios. Al universo nada de esto le importa. Son más bien un constructo, una invención que creamos nosotros los humanos basados en este parámetro del tiempo que tarda la tierra en dar una vuelta completa alrededor del sol. Esa vuelta sin embargo pudo haber comenzado en cualquier otro mes o cualquier otra estación y no necesariamente tenía que estar vinculado por un acontecimiento de carácter religioso.

Antes que termine Diciembre me debo un post o se lo debo al blog y aprovecharé la ocasión para hablar o especular de las disimilitudes, las diferencias que existen entre nosotros los humanos y de las cuales no siempre somos conscientes y por ello la mayoría de las veces no nos preparamos para enfrentarlas, minimizarlas o sobrellevarlas.

Asumimos casi siempre que por hablar el mismo idioma nos estamos comunicando, que compartimos las mismas ideas y sentimientos, las mismas emociones.

Pero no es así. No es la realidad. Es más fácil de ver cuando se tiene la oportunidad de compartir con personas de otras culturas y resulta chocante lo que para uno es lo más normal del mundo para la persona de la otra cultura puede ser un acto de lo más desagradable.

Hablo por experiencia propia. Recientemente estuve de visita en Roma, Italia y allí de manera casual conocí a una chica proveniente de China. Nos hicimos amigos, salimos un par de veces a charlar, a comer y beber y de paso conocer las atracciones de la ciudad. Teníamos los mismos objetivos: éramos turistas, de visita por primera vez a Italia y el acompañarnos mutuamente en nuestras correrías hacía mucho más ameno el recorrido por la ciudad.

                                                               

El segundo día que acordamos encontrarnos en un lugar y llevado por la camaradería con las que nos habíamos desenvuelto el día anterior, intenté saludarla con un beso en la mejilla y noté que sutilmente me esquivó por lo que opté por darle la mano. Sin embargo, a partir de ese momento un tanto raro y de incomprensión todo el resto del día nos la pasamos de lo más bien andando, compartiendo y tirando fotos por doquier a todo lo que nos parecía interesante incluidos nosotros mismos.

Al tercer día de hacer más de lo mismo y mientras comíamos y descansábamos de nuestras andanzas del día no pude resistir más la curiosidad y le pregunté cómo era la costumbre de saludarse en China. Me contestó que generalmente en China son muy circonspectos, no expresan mucho sus emociones, las reprimen; para ellos la costumbre de Occidente de darse besitos les parecía asquerosa (gross) y que tampoco era costumbre el darse abrazos (con la excepción de las parejas aunque no con mucha frecuencia)...

A partir de ese momento, para mí todo comenzaba a tener sentido... Me dijo que poco a poco, en la medida que ella veía más TV de Estados Unidos ella comenzaba a desensibilizarse y por ende reaccionaba menos a las costumbres de occidente.

Cuando nos despedimos esa noche me dio un abrazo...

Esa experiencia para mí fue sólo la punta del Iceberg. Ello me puso a reflexionar en cuántas otras cosas nos equivocamos, no sólo en una dirección sino desde otros ángulos. Qué transmitimos y cómo es interpretado y qué los demás transmiten y cómo nosotros lo interpretamos.

Mas, este fenómeno de interpretar de manera diferente ya sea con una connotación positiva o negativa las expresiones culturales de un grupo, no se da exclusivamente entre grupos que están muy separados física o geográficamente.

La realidad es que aunque es más fácil de entender y procesar estas reacciones a las diferencias de ver el mundo en grupos disímiles, estas también existen dentro de un mismo grupo y más aún entre individuos de la misma cultura.

Lo difícil de todo esto es que no siempre o talvez sea casi imposible ser consciente de todas las fuerzas y todos los factores que actúan a favor o en contra de una interpretación acorde o ajustada a la manera como un mensaje ha querido enviarse o transmitirse.

Debido a esto las fuentes de incomprensión y desconcierto que existen entre los emisores y los receptores de mensajes son muchas.

Aparentemente la única solución viable que yo le veo es la apertura, la búsqueda de explicaciones más allá de las que ofrece nuestro propio marco, sobretodo si este no es lo suficientemente amplio y grande y si se tiene la oportunidad como en el caso mío con mi amiga China...,de poder hacer unas cuantas preguntas.

Thursday, November 30, 2017

Abuso de poder

Que el poder corrompe a las personas más que un dicho, es un hecho harto conocido y del que se ha escrito desde tiempos inmemoriales.

El poder es importante. Tener poder es aún más importante y parece ser una recompensa en sí mismo. Todo el mundo lo busca de alguna manera u otra, de manera abierta y también de un modo sutil y soterrado.

El poder lo da el dinero, las posesiones, el status, la clase social a la que se pertenece y en sociedades desiguales sirve para mantener y afianzar las desigualdades y el status quo.

Existen gran cantidad de marcadores que sirven para determinar el poder que tienen unas personas sobre otras dependiendo de si pertenecen o encajan en ciertas categorías. El sexo es una de esas y por igual la raza, el color de la piel, el lugar de origen, etc., elementos que en particular o en conjunto sirven para determinar si se tiene más poder o no en la sociedad.

Todas estas categorías se entremezclan y hacen mucho más difícil una evaluación objetiva del poder pues dentro de un mismo grupo ciertos elementos que sobresalen les dan más poder a unos individuos más que a otros y así nos encontramos con una telaraña de situaciones y|o relaciones de poder que trascienden los límites de los grupos particulares y viceversa.

No toca aquí analizar todas las dinámicas en las que está envuelto el poder ni tampoco voy a entrar en detalles analizando lo que es o no el poder. Asumo que todo el mundo tiene una idea subjetiva de lo que significa y es quizás una de esas cosas que aunque no se pueda definir de manera muy clara, todo el mundo lo ha experimentado de una forma u otra cuando ha sido una víctima de él.

De lo que sí me interesa hablar o llamar la atención es del abuso de poder. Tener poder es bueno cuando se posee y se usa para hacer el bien; cuando nos permite hacer justicia, hacer cosas buenas y ayudar a los demás.

Por el contrario, utilizar el poder para beneficio propio y en detrimento del bienestar o sin importar el daño que podemos causar a los demás es un abuso y en ese sentido estamos en contra del mismo.

Lo triste del caso es que las mismas personas que han sido víctimas del abuso de poder, a su vez abusan de su poder con relación a otras y estas a otras en una sucesión escalonada produciendo una cadena o un círculo vicioso del que parece no hay escapatoria.

Por un lado uno encuentra personas que se quejan del maltrato sufrido por los que están por encima de ellas pero al mismo tiempo ellas maltratan a otras que están por debajo. Ya lo dice la expresión popular: A Dios rogando y con el mazo dando.

Me alegra mucho la situación que estamos viviendo en los últimos meses en la que casi a diario han salido a relucir públicamente los abusos cometidos por figuras poderosas quiénes utilizando su poder se han aprovechado sexualmente de sus víctimas y para colmo habían logrado amedrentarlas y chantajearlas logrando silenciarlas por años.

Me alegraré mucho más cuando además de hacernos conscientes del abuso de poder que cometen con nosotros los que tienen más poder, podamos nosotros a su vez denunciarlo y aún más importante, que nos volvamos conscientes del abuso que también cometemos con los que tienen menos poder e influencia y podamos así tener el poder de parar, romper la cadena, el ciclo y la espiral que perpetúa este estado de cosas.
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