Sunday, April 21, 2013

Educar en la escuela o la casa: ¿peligros?

El interés mío por enterarme de las ventajas y desventajas de la educación en casa en oposición a la educación que se recibe en la escuela, se despertó de manera reciente. De un año para acá, aproximadamente y coincide con haber estado leyendo artículos relacionados con el tema de Penelope Trunk, quién se ha convertido en una defensora ardiente de este método de educación no sólo para sus hijos sino para todo el público en general.

No debe confundirse la educación en la casa con lo que es la adquisición de buenos modales y buenas costumbres que se instilan, promueven y transmiten de manera informal en el seno de la familia. Tampoco lo es aprender por cuenta propia, de manera auto-didáctica, aunque debemos resaltar lo mucho que podemos instruirnos de esta manera y lo positivo que es estudiar a nuestro propio paso y por nuestros propios medios, decidiendo nosotros mismos lo que nos gusta o no.

En otras palabras, la educación casera no es estudiar en la casa. Más bien, es un sistema de instrucción formal administrado por padres y/o tutores de un individuo dado (¿descendientes?) que vendría a sustituir todo lo que una escuela podría proporcionar en materia de aprendizaje sin tener que asistir a ella.

La idea parece ser viejísima. De hecho, parece ser el método utilizado por las personas pudientes y de la nobleza en otros siglos para instruir a su prole. Contratar un tutor era casi la norma según uno puede enterarse a través de películas o literatura de la época.

En estos tiempos de educación obligatoria, esto de instruir en la casa no es tan común ya o por lo menos no se da a conocer tanto. Del país de donde vengo, creo que no existe. Al menos yo, no tengo ese conocimiento. Puede haber quizás una combinación de tutorías en la casa con instrucción formal en escuelas y colegios pero no de manera exclusiva en la casa como parece ser el estilo utilizado y aceptado por gran cantidad de familias en Estados Unidos.

Visto desde la perspectiva de Penelope, la idea a mí me parecía brillante. Algunos niños que son tímidos o superdotados o a la inversa, parecerían beneficiarse con el método. Es más fácil ajustar la educación a las necesidades de un individuo o un grupo pequeño que a las necesidades y las variabilidades de un grupo grande. Obviamente, hacer eso no es fácil y los padres que deciden hacer algo semejante tienen que salvar muchos obstáculos.

Hasta ahí todo iba bien hasta que el mes pasado encontré una noticia que ha abierto nuevas puertas para mí hacia el entendimiento del movimiento detrás de educar a los hijos en casa. Una familia Alemana (viviendo ya aquí) está luchando para conseguir que le den asilo en Estados Unidos porque si regresa a Alemania podría ser procesada y hasta encarcelada debido a que ellos educan a sus hijos en la casa.

Me escandalicé y hasta hice un tuit al respecto. Le tengo miedo a los estados cuando ejercen y tienen tanto poder. Creo mucho en la libertad y me resisto (mentalmente) a todo lo que huela a hacer algo compulsoriamente aunque sea por mi bien supuestamente. Creo que se debe tener la libertad de escoger. Pero en Alemania la escuela es obligatoria y esto crea un conflicto que una familia para resolverlo prefirió huir antes que someterse... Lo cual puedo comprender perfectamente, es algo con lo que puedo empatizar.

La otra cara de la moneda es que la razón por la que esta familia quiere educar a sus hijos en la casa es por motivos religiosos. Ellos son cristianos y desean asegurarse de transmitir esos mismos valores a sus hijos... y ahí entonces se abrieron nuevas interrogantes para mí. ¿Qué derecho tienen los padres de querer imponer en sus hijos una creencia en particular? ¿Quién defiende y representa a estos niños para que reciban una educación imparcial, sin sesgos de ningún tipo y de acuerdo a lo que es más lógico y racional en el mundo?

Resulta que el movimiento de educar a los hijos en la casa tiene también una agenda. No siempre es con el propósito de ayudar a los niños a tener una visión real de las cosas, contribuir a su bienestar, sino que sirve más bien a los intereses de los padres para tratar de perpetuar sus valores y su visión del mundo. Y esto para mí es también horrible y alarmante.

Parece ser que dependiendo de cómo se utilice el método de educar en la casa, éste puede hacer tanto bien como daño y ya hay voces de personas que se resisten y alertan contra los perjuicios de una educación orientada en tal dirección. Por ejemplo el caso de algunos padres evangélicos que prefieren textos acordes con la aceptación de la evolución en vez de aquellos que sitúan el inicio de la vida en la tierra en unos cuantos miles de años (Adán y Eva: génesis).

Quizás la mejor advertencia del peligro que representa educar en la casa cuando se tiene una agenda detrás, nos la proporciona alguien que fue educada bajo un régimen similar, de espaldas al mundo, la ciencia y la realidad y quién ha creado un blog (y un libro que todavía no está publicado) para denunciar todos los excesos y abusos a que pueden estar sometidos y expuestos los niños y que podrían encubrirse bajo tal tipo de educación. Es información anecdótica pero sirve a los mismos propósitos. Como bien dice ella, su caso no es aislado.

La moraleja es que hay que estar abiertos a que podemos equivocarnos y lo que creemos que es mejor para mí no necesariamente es lo mejor para un tercero, llámese como se llame, hijo-a, pariente, amigo, etc..

Sunday, April 14, 2013

Vanagloriarse no aumenta nuestro valor, lo disminuye!

Será falsa modestia lo que tengo, pero la verdad es que yo no siento esa necesidad imperiosa, que parece ser ubicua, y que tiende a cristalizarse de manera especial en las redes sociales, de hacerle saber al mundo entero cuáles son o han sido mis mayores éxitos. O tal vez no tengo muchos logros que exhibir o quizás no tengo ninguno. O lo que para otros es un éxito para mí no tiene la mayor relevancia.

No es que sea un delito, ni tampoco un pecado salir a vociferar lo que se ha hecho o alcanzado. Cae más bien en lo que sería una indelicadeza desde mi punto de vista, algo de no buen gusto. ¿Qué se supone que haga uno cuando alguien comienza a hablarnos de sus méritos y sus bondades sin uno haberle preguntado? ¿Está uno supuesto a inclinarse y responder "Sí Señor, Señora o Señorita", "lo que usted mande", etc., etc.

No está mal, de hecho es una obligación, es absolutamente recomendable, hablar de estas cosas en ciertas circunstancias como en un résumé, cuando se está ante una entrevista de trabajo o se le pregunta a uno de manera directa. Fuera de ahí no veo cuál es el uso, cuál es el afán o la prisa por hacerle saber a "titirimundi" y tratar de introducir el tema a como dé lugar. Excepto, claro, que haya un vacío muy grande que llenar, o exista un problema de valoración personal, etc.

No es que critique a quiénes así lo hacen y creo que sí los critico. Los que quieran satisfacer sus egos, envaneciéndose y jactándose por sus logros que así lo hagan. Sus razones tendrán pero creo que yerran el tiro si creen que con eso conseguirán la adulación y la admiración del público que tanto buscan. Todo lo contrario. Las personas verdaderamente humildes venden más y a la larga consiguen mejores adeptos que aquellos que presumen y se ufanan de sus virtudes y sus éxitos.

Creo que los méritos de una persona salen, se cuelan y se desbordan y si son auténticos, la trascienden sin que haya necesidad de decirlo o estarlo pregonando como diría Emily Dickenson.

Recurrir a estas estrategias para llamar la atención producen en mí un efecto contrario al que se intenta producir. Así que se equivocó medio a medio el esposo de una amiga mía que sugirió que hasta yo iba a tener que llamarlo Doctor cuando el consiguiera su PHD pues a él le había costado mucho tiempo, muchísimo trabajo, el lograr ese objetivo que él se merecía la distinción de que se le llamara así.

¡Qué ridículo! Para llamar a alguien así tiene que salirme a mí, no que alguien me lo solicite. ¿Y quién lo mandó? Como si yo tuviera algo que ver con que el se pusiera a estudiar para eso.

¡Si el supiera lo que yo pienso y hago con los títulos y las menciones universitarias!
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