Tuesday, December 31, 2019

Mis metas para el 2020: el cambio climático

Se acerca el 2020, el comienzo de una nueva década y ello supone plantearse nuevas metas y objetivos que cumplir para los años venideros. Cualquier día del año es bueno para hacer cosas, revisar proyectos, hacer cambios, mas en mi caso el comienzo de año crea condiciones estratégicas especiales para proponerse nuevas actividades, empresas o aventuras.

Una de esas condiciones especiales es la disponibilidad de más tiempo y otra no menos importante, es la de contar con más dinero al inicio del año y debo decidir cómo hacer el mejor uso de los recursos mencionados.

En los últimos 5 años estos recursos (tiempo y dinero) han sido invertidos sin mucho criterio, atendiendo más que nada a planear y efectuar viajes de placer por el mundo y a satisfacer otras necesidades inmediatas.

En esta ocasión siento que las cosas son diferentes, el mundo es diferente y en consecuencia mi respuesta tiene que ser diferente a los retos que como individuo y sociedad debemos darle a los grandes problemas con los que nos enfrentamos tanto en el presente como en el futuro.

El año del 2019 ha sido crucial para tomar más conciencia sobre el cambio climático y la perspectiva de la agudización de los problemas generados por el mismo hacen que no podamos estar de brazos cruzados siendo sólo puros espectadores de las consecuencias nefastas que desde hace ya cierto tiempo se dejan sentir.

El futuro no es halagüeño y ello hace que nos sintamos muy comprometidos a hacer algo, lo que sea, para crear más conciencia en el mundo. La solución no es individual, es de todos y en la medida en la que más personas nos involucremos más pronto podremos encontrar maneras de contrarrestar y/o mitigar los efectos catastróficos de los cambios del clima.

En vista de todo lo anterior quiero darle otro sentido a mis futuros viajes. Quiero desde el 2020 combinar mis aventuras por el mundo con un activismo que tome en cuenta el medio ambiente, la ecología, el cambio climático. No sé exactamente cómo lo voy a hacer pero se me ocurre asistir a conferencias, ser portavoz de las noticias relacionadas con el tema y/o apoyar de manera más decidida (económicamente) a las personas que están al frente de esta lucha por la supervivencia de la vida en el planeta.

No queda de otra. No hay otro planeta al que podamos ir. La ignorancia es el enemigo principal que tenemos que vencer junto a la propaganda que niega la existencia de lo que está ocurriendo y que sirve a los propósitos de los verdaderos causantes de estos problemas. Sabemos quiénes son y hay que enfrentarlos, denunciar su orquestada campaña de desinformación.

Hay que hacer algo, hay que actuar y yo pretendo desde este nuevo año aportar más de lo que he estado aportando hasta ahora para enfrentar las consecuencias negativas del calentamiento global.

Eso espero. Esas serán mis metas más importantes para el 2020.

Saturday, November 30, 2019

¿Somos víctimas de nuestro propio éxito?

Es paradójico el título de esta entrega pero así es la realidad, paradójica y también contradictoria. La idea me intriga y lo he expresado otras veces por aquí. Luchamos por alcanzar objetivos y lograr metas, no obstante es mucho más fácil mantener la cordura y la ecuanimidad antes de la consecución de una meta que después de alcanzarla y sobrepasarla. Parecería que luego de cumplir los objetivos propuestos nos deberíamos mantener por siempre en un estado de éxito total. Pero en cambio lo que parece ocurrir es que nos adentramos en un territorio desconocido lleno de confusión y desconcierto y la falta inmediata de nuevos retos que reemplacen los anteriores provocarían en nosotros un mar de caos y conductas erráticas. Por eso el encabezado, porque aunque suene raro, muy a menudo podemos ser víctimas de nuestro propio éxito.
La idea no es tan loca como parece. Tiene mucho sentido cuando se la analiza de cerca. El ser humano tiende a reaccionar a los desafíos que le presenta la existencia dando respuestas o creando estrategias encaminadas a enfrentar o solucionar los problemas y las dificultades que encuentra a su paso. Consciente o inconscientemente estas estrategias nos permiten sobrevivir. Mientras más claro podemos ver las fuerzas que nos subyugan más fácil es crear un plan de acción que nos libere de nuestras ataduras.
Si tenemos éxito en nuestra empresa de liberación, y aquí vienen las interrogantes: ¿qué nos queda?, ¿Hacia dónde vamos, desde ese momento en adelante? ¿A dónde nos dirigimos una vez dejada atrás la razón de nuestra lucha? El haber cumplido con nuestras metas y objetivos y no encontrar un reemplazo de manera rápida nos puede dejar un poco insatisfechos y vacíos. Son esas ausencias y vacíos que al intentar llenarlos de una forma o de la otra, los que provocan nuestras caídas.
Si no tenemos claro porqué hacemos lo que hacemos día a día, perdemos la perspectiva de las cosas. Nuestros esfuerzos y nuestras luchas carecen de sentido y no hay incentivos suficientes para mantenernos entretenidos en lo que hacemos.
Quizás por eso es que nos movemos en ciclos. O en forma zigzagueante. Y experimentamos altibajos. Subimos y bajamos; caemos y nos levantamos como si todo fuera parte de un entramado donde la vida nos coloca en distintos lugares y diferentes posiciones y es un proceso continuo de adaptación y re-adaptación dónde nada es definitivo, así como en las estaciones del año cuando de repente te das cuenta que ha terminado una y ya estás bien entrado en la siguiente.

Thursday, October 31, 2019

Adiós a Facebook

Renuncié de Facebook. ¡Me salí! Bueno, no del todo..., casi.
No he cancelado la cuenta...todavía no, pero lo estoy pensando.
Tampoco he dejado de entrar aunque ya no con la misma frecuencia de antes. Lo hago quizás una o dos veces por día, sin embargo he dejado de postear desde hace más de tres meses.
Siento como una especie de liberación luego de haber tomado esta decisión.
Para mí en los últimos años FB se ha convertido más en una carga que un entretenimiento.
Cada vez me resultaba más difícil manejar las asimetrías, los falsos amigos, la obligación de darle "like" o "me gusta" a entregas por deber u familiaridad en vez de por identificación o belleza.
No puedo mantener la hipocresía por mucho tiempo y ese es el juego que se juega en muchas de estas publicaciones de las redes sociales. El aspecto relacional de los intercambios te hace darle "like" a entregas que en realidad no te gustan o no te interesan. Se siente uno como rata de laboratorio o paloma de Skinner dándole a una palanca para recibir una recompensa o mantener una relación...
Y Facebook hace de todo para mantenerte engatusado, cautivo y siempre viniendo por más. El objetivo es tratar de mantenerte interesado creando cosas, inventando algoritmos, manipulando tu ego o haciendo que todos lo realcemos con el objetivo de venderte al mejor postor.
Facebook pasó de ser un medio para convertirse en un fin. No es un instrumento para conectar personas o desarrollar ideas. El fin es volverte adicto explotando tus vulnerabilidades y debilidades y de esa manera aprisionarte o encarcelarte psicológicamente  para luego bombardearte con los anuncios y la propaganda de todo tipo proveniente de cualquiera que esté dispuesto a pagar por ella. No hay una discriminación real para su aceptación y como ha quedado evidenciado, los usuarios de Facebook no tenemos mecanismos para rechazarla. La propaganda es una parte esencial de la red social y no hay muchos miramientos de las consecuencias y los efectos que la misma puede causar.
Lo lamentable de todo esto es que en vez de unir y sacar la mejor parte de nosotros, en realidad, FB divide y saca nuestra peor parte. Descubrimos con horror que el odio, el racismo y la intolerancia son motivos que aglutinan a la gente y la incentivan a escoger bandos y Facebook es un vehículo ideal para promover estas adherencias.
Con cada me gusta, cada like que damos, cada grupo que nos unimos o identificamos y con cada entrega que compartimos vamos creando un perfil psicológico de nosotros que a la larga sin la existencia de una barrera moral que impida el abuso, se convierte en un arma de doble filo que puede y será usada para manipularnos en cualquier dirección por todo aquel que esté dispuesto a pagar por el acceso a nuestra información.
Y hay más pero lo dejamos hasta aquí por hoy...

Sunday, September 29, 2019

Aceptación a la reversa

He estado reflexionando los últimos días en el énfasis que le damos a aceptar a los demás, el otro o la otra, tal y como son, con sus diferencias y peculiaridades, con sus aciertos y sus fallas sin discriminarlos (negativamente) por el origen, educación, raza, sexo, orientación sexual, clase social y muchos criterios más.

Alcanzar este objetivo sería un gran logro social que nos permitiría vivir en paz los unos con los otros porque si todos hacemos lo mismo (no discriminar) la convivencia en sociedad sería casi perfecta pues por simetría el otro del otro o de los otros soy yo o nosotros mismos y por "las leyes" de reciprocidad debería esperar y recibir el mismo tratamiento que doy o damos.

Lamentablemente la realidad no es así y generalmente hacemos mucho esfuerzo por plegarnos a los demás aceptándolos y acomodándonos a sus idiosincrasias y formas de ser que no siempre son compatibles con las nuestras. 

No es que de pronto nos hemos convertido en egoístas y quisiéramos que todo fuera a la inversa y que todo el mundo comenzara a girar a nuestro alrededor. No, no es eso. El hecho es que tratando de enfocarnos demasiado en las características que hacen distintas a los demás con el propósito de satisfacer las necesidades ajenas, podemos perder la perspectiva de que no siempre es el otro o los otros los que son diferentes, sino uno mismo; nosotros mismos somos los que no encajamos, los que nos salimos del molde, no con el objetivo de que nos complazcan sino para nuestro propio reconocimiento del porqué no necesariamente tenemos que ir siempre al encuentro de cumplir los deseos de terceros a costa de sacrificar los nuestros.

Todo parece indicar que es mucho más fácil para las personas, el atribuirle a los demás cualidades buenas o malas. Sin mucha dificultad somos capaces de endilgarle todo tipo de etiquetas a terceros, pero no somos tan hábiles o tenemos emplazados mecanismos de defensa para evitar reconocer cualidades en nosotros que podrían definirnos como malos, extraños o los raros de la película.

No voy a ser exhaustivo y me voy a concentrar en un aspecto de todo esto: qué tal si el que es raro soy yo o mejor dicho, qué tal si yo soy el diferente o el que tiene la razón y los demás son los que están equivocados por decirlo de otra manera.

¿Saben qué? He hecho este pequeño ejercicio los últimos días y me ha resultado liberador. No porque me interese imponer mis ideas y mis criterios a los demás, para que me sigan o hagan lo que yo quiera, sino porque me libera de la necesidad de querer pertenecer al rebaño o al grupo y me da la oportunidad de abrir mi propio camino, el cual es siempre menos transitado, más solitario pero al mismo tiempo es el que me produce las mayor satisfacción de descubrir y saber quién yo soy.

Saturday, August 31, 2019

Conocer y explotar el potencial que se lleva dentro

En períodos de adversidad hay gente que se crece y saca lo mejor de sí misma si las circunstancias así lo permiten. En otras situaciones ello no es posible a pesar de todo el esfuerzo que se haga pero eso no le quita mérito al empeño desmesurado que ponemos en enfrentar los malos momentos. Se dice que la manera como uno reacciona a los problemas en la vida define nuestro carácter.

Ahora bien, ¿Qué pasa si la vida no nos brinda los sinsabores, retos o "las oportunidades" que permitan probarnos y sacar lo mejor de nosotros mismos?

Se entiende que si estamos en el bosque o la selva y un león nos va persiguiendo trataremos de correr lo más rápido posible hasta superar límites que nos sorprenderían bastante porque hasta llegado ese momento nos eran desconocidos e insospechados. O si estoy dentro del mar y veo un tiburón acercándose trataré de llegar a la orilla a una velocidad que no sabía mis brazos y piernas me permitirían.

Situaciones como las anteriores nos abren las puertas para conocer destrezas y habilidades que no sabíamos existían en nosotros.

Lamentablemente, muy pocas veces la vida moderna nos presenta situaciones extremas de los tipos anteriores que ayuden a determinar de lo que somos capaces.

He estado pensando mucho en esto porque la mayor parte del verano me la he pasado en una máquina de correr en casa con el propósito de perder las casi 20 libras que gané los primeros cinco meses del año cuando anduve de país en país sin muchos frenos dejándome seducir y satisfaciendo los placeres de la boca, el gusto y el paladar que encontré al paso de mi recorrido (o yo los busqué cuando no me los encontraba de manera fortuita).

A mediados de Junio y sin tener detrás un tigre o un tiburón que me quisiera comer, se me hacía casi imposible pensar que yo podía ser capaz de recorrer dos millas y mucho menos las 8 que es la cantidad máxima a la que he llegado los últimos días.

No obstante sí lo logré y por hacerlo me llevo la recompensa adicional de recuperar el peso que tenía en Enero antes de comenzar el desenfreno de este año de los viajes por el mundo.

El truco para lograr esto fue el empujarme día a día con un minuto más o dos, o terminar con números redondos y hacer un cuarto de milla o media milla más o hacer más de una sesión con intervalos de descanso cada vez más reducidos.

A la conclusión a la que he llegado y es extrapolable a todos los demás aspectos de la vida, es que no conocemos muy bien nuestros límites ni las cosas que somos capaces de hacer porque no nos hemos encontrado con las situaciones desfavorables que nos hayan puesto a prueba. Por igual los límites no son fijos sino cambiantes y movibles dependiendo del esfuerzo que pongamos en sobrepasarlos.

Es paradójico que todos queremos llevar una vida llena de placeres y sin contratiempos pero al mismo tiempo ese mismo tipo de vida nos empobrece en muchos otros aspectos de nuestro desarrollo físico y mental. Como si no fuera poco, la vida fácil, sin vicisitudes, sin dificultades, a la larga nos impide conocer y disfrutar de la grandeza de nuestro potencial y la moraleja que yo saco de todo esto es que a falta de problemas debemos entonces crearlos nosotros mismos para poder descubrir y explotar el gran potencial que todos llevamos dentro.

Wednesday, July 31, 2019

Vivir es un arte

Nunca antes como ahora había visto de manera tan clara la íntima relación existente entre la creación artística y el desarrollo individual, personal y/o colectivo. Creo estar convencido de que el éxito es en cierto modo una función de nuestra capacidad creadora, de nuestra habilidad para trascender las normas e ir más allá de los límites que nos han impuesto o nos hemos creado nosotros mismos.

Desafiar las reglas, romper con las costumbres, inventar ideas y nuevas formas de ver el mundo, oír y gustar de cosas novedosas son todos aspectos intrínsecos del proceso creativo que generalmente asociamos casi de manera exclusiva con "las artes". Sin embargo estas características no se circunscriben sólo a ellas y van mucho más lejos; son partes integrales en la ejecución de cualquier empresa que conlleve cierta importancia y envergadura.

Si, por extensión, y a manera de simplificación, denominamos "arte" al objetivo final de todo proceso creativo nos resultará fácil observar que el arte y en consecuencia el artista, pueden estar en todas partes, no únicamente en una obra de teatro, danza, escultura, pintura o pieza musical. De hecho forma parte esencial de toda creación intelectual.

El cine, la literatura, la arquitectura son parte también de este selecto grupo pero también hay arte en el diseño de cualquier teoría científica, en la ejecución de un trabajo manual, en la cocina creando nuevos recetas. Tanto el herrero, el repostero y alfarero como la moda, el barista que crea nuevos cócteles, o el DJ que mezcla música, etc., comparten por igual los mismos elementos presentes en el acto creativo.

Crear e innovar parecen ser cualidades innatas en el Homo Sapiens. Mas, no se desarrollan por igual en todos los humanos. Aparentemente también, estas características, que están ligadas estrechamente con el arte, la invención y experimentación de cosas nuevas, pueden ser promovidas, estimuladas o en su defecto, ser desincentivadas y hasta reprimidas durante el largo proceso de crecimiento y socialización de los seres humanos.

No obstante, el saboteo que puede sufrir nuestra capacidad creativa y artística fruto de las fuerzas que se ejercen en su contra, la misma puede reaparecer como por arte de magia en tiempos de grandes tribulaciones y dificultades. Pero también puede recuperarse y reaprenderse si se dan las condiciones necesarias y/o se hace el esfuerzo consciente para sacarlas a la luz.

Una vez nos damos cuenta de la importancia que ejercen estos factores y la relación que tienen en proporcionarnos las herramientas necesarias para conseguir las cosas que queremos, entonces quedan bien claras las barreras que debemos eliminar y las fuerzas que tenemos que contrarrestar para desarrollar al máximo estas capacidades.

No hay que hacer nada trascendental. Sólo hay que conectar con nuestra curiosidad reprimida, darle rienda suelta a la imaginación y a las posibilidades y dejarse llevar por ellas sin importar hacia donde nos lleven. Vamos a descubrir entonces lo que nos ha sujetado hasta ese momento, las cosas que nos habían impedido movernos en diferentes direcciones y los obstáculos que hay que vencer en el camino.

Tener una visión artística del mundo ayuda a resolver problemas pues ello nos impulsa a crear distintas soluciones, diferentes alternativas, nos estimula a ensayar sin descanso sin el temor a fracasar. La cuestión que me queda por averiguar es si el incentivo de las artes logra de por sí conectar los lazos que nos unen con el mundo real o por el contrario el cultivo de ellas se convierte en un subterfugio para escapar de sus precariedades y dolencias.

Si este fuera el caso de que los mundos en los que viven los artistas y entes creadores fuera diferente del de las demás personas, es hora ya entonces de tender un puente que una estos mundos paralelos en los que nos desenvolvemos. Cuánto más pronto nos decidamos a cruzar este puente más pronto veremos los beneficios que nos aporta incorporar el arte y la creatividad en la resolución de problemas y la satisfacción de nuestras vidas.

                                          Mural de Diego Rivera en Ciudad de México
                                                                                

Sunday, June 30, 2019

Las fallas de la memoria

Un amigo mío me llamó recientemente para entre otras cosas informarme que se había cambiado de compañía. Sin entrar en detalles, parece que el cambio era necesario porque aunque el nuevo trabajo se hacía prácticamente lo mismo que en el anterior, las cosas no estaban saliendo como el quería.

En la conversación que sostuvimos salió a relucir el trabajo que yo realizo, el cual es similar al de él con la diferencia de que yo trabajo hasta cierto punto por mi cuenta, soy un contratista, no soy un empleado y por tanto no estoy restringido a la rigidez que imponen los horarios de trabajo y muchas otras normas y/o regulaciones que son propias de las empresas, compañías u organizaciones.

En algún momento le debe haber pasado por la cabeza tratar de hacer lo que yo hago pues hay muchas ventajas en ser independiente y si uno sabe hacerlo es probable que le vaya bien. Pero no todo el mundo sabe y esta manera de trabajar tiene sus desventajas también.

De hecho, mi amigo me contó que conocía muchas personas que habían tratado, habían dado el salto pero parece que habían fracasado en sus intentos de hacerse prósperos con este modelo de trabajo pues al cabo de cierto tiempo los había visto empleados de nuevo.

Alguna de esa gente que no le ha ido bien intentando hacer la transición, debió haber intentado reclutar a mi amigo resaltando solamente las ventajas de este tipo de "emprendedurismo" que yo hago, sin tomar en cuenta los riesgos y los muchos otros obstáculos que se interponen para lograr el éxito.

De una cosa estoy seguro, sin embargo, y es que yo no fui uno de esos que trato de convencerlo de que dejara de hacer lo que estaba haciendo para venir a inventar y tratar de hacer una carrera por su cuenta de la manera como yo lo estoy haciendo. A mí me parece que si las cosas están bien, si a uno le va bien y lleva gusto en lo que hace, uno no debe tratar de hacer cambios innecesarios a menos que exista otra razón más importante y valedera.

Por eso me sorprendió mucho cuando este amigo me dijo en la misma conversación de referencia que yo había sido uno de esos que le hizo la recomendación de dejar su trabajo original y hacer trabajo independiente de la manera como yo lo hago. En todo caso, si se lo hubiera sugerido, yo soy de los pocos que tengo calidad moral para hacerlo pues modestia y aparte, no me puedo quejar de cómo me ha ido.

No obstante, yo, más que nadie soy consciente de que el trabajo que hago no es para todo el mundo. No porque sea especial o superdotado. Es sencillamente porque hay que tener experiencia (trabajé 10 años por mi cuenta, siendo mi propio jefe) y también paciencia para ver resultados satisfactorios. Hay que pensar a largo plazo, no a corto plazo. Hay que resistir las tentaciones de un cheque semanal o cada quince días y hay que saber administrar el tiempo. No es lo mismo trabajar porque te obligan que tener la disciplina de trabajar aunque nadie te lo exija o te mande.

Por todo lo anteriormente dicho, sé que no pude hacer esas recomendaciones. No se pueden hacer a la ligera. Sólo si me las piden. Creo que sé lo que hago y lo que digo. Hasta prueba de lo contrario creo que tengo buena memoria. Eso en ciertas situaciones y esta parece ser una de ellas, parece ser más una maldición que una bendición.

Me molesta que por una falla de memoria se me atribuyan cosas que no he siquiera dicho o pensado.
Y me queda entonces la duda, ¿cuántas otras cosas se nos atribuyen a nosotros o le atribuimos a otros sencillamente porque no recordamos claramente o porque nuestra memoria es deficiente?

Friday, May 31, 2019

Las interacciones revelan qué y quiénes somos

Uno tiende a juzgar por las apariencias y aunque ellas nos dicen algo de nosotros y de los demás, las mismas no nos lo dicen todo. En muchos casos lo que dejamos ver de nosotros en una foto (o lo que los otros ven), en una entrega de las redes sociales o hasta en un post como este es insuficiente para dar o transmitir una verdadera idea de quiénes somos.

Lo que sí me parece revelador y es también chocante acerca de nosotros mismos y de los demás son las respuestas que damos y/o nuestra reacción a cómo los demás interpretan y reaccionan a nuestras entregas.

En otras palabras, es la interacción con los demás lo que nos revela y nos delata, más que todas las descripciones que hacemos de nosotros mismos o las fotos que publicamos por doquier.

De las múltiples e innumerables interacciones que se dan entre los individuos voy a entresacar unas pocas muy vinculadas a las redes sociales y a las actividades digitales. Por ejemplo, he observado como las personas tendemos a identificarnos con las caras y las expresiones que vemos y nos gustan. Igual nos pasa con lo que leemos. Para bien o para mal creamos también lazos emocionales y sentimentales con los autores de eso que leemos y compartimos.

Lamentablemente esa relación de cercanía afectiva que nosotros establecemos con esas personas con las que nos identificamos es muy probable que se establezca en una sola dirección, sin darnos cuenta, a veces de manera inconsciente y también unilateral.

En otras palabras, es muy probable que esa sensación de cercanía que sentimos no sea de doble vía, sea asimétrica y no sea compartida debido en su mayor parte porque lo que produce el acercamiento y la identificación de un lado no necesariamente ocurre del otro por más buenas intenciones y buenos deseos que parezcan poseer quiénes albergamos tales sentimientos.

El trabajo de publicar y compartir una foto, una entrega, un artículo de periódico o hasta una presentación de cualquier tipo (teatro, TV, cine, etc) sólo toma en cuenta las emociones y los sentimientos del emisor y puede ser un proceso introspectivo en el cual el emisor no necesariamente está tomando en cuenta los efectos que provoca o podría provocar en la audiencia.

Para el publicador de un artículo puede resultar una sorpresa muy agradable la aceptación que ha alcanzado su mensaje en el público, pero aunque ello es atractivo y halagador la cercanía emocional que siente el receptor no se equipara a la del emisor y por ende es muy fácil la creación de malentendidos.

La cortesía puede malinterpretarse y es muy fácil herir las susceptibilidades de terceros que esperan un mayor nivel de acogimiento y comprensión. Lo que ocurre es que no siempre la persona que origina o provoca reacciones afectivas en terceros, está preparada para devolver en la misma medida y con la misma moneda las manifestaciones de afecto dirigidas en su favor.

Lo que para una parte pueden parecer muestras de estimación y cariño que deben ser bienvenidas y aceptadas sin ningún tipo de cuestionamiento u objeción, la otra parte puede sentir que es una invasión a su privacidad o peor, pueden llegar a provocar sensaciones de malestar, asedio y acoso si no son dosificadas y dirigidas de manera apropiada.

Situaciones de este tipo pueden convertirse en un círculo vicioso pues la fascinación que siente una de las partes hacia su objeto de atracción la puede llevar a ser más inquisitiva de la cuenta y a llamar o buscar la atención utilizando todos los medios a su alcance, en especial, saltándose una que otra norma de civilidad al dirigirse a personas con las que a pesar de creer que se comparte una familiaridad, en realidad se sabe muy poco de ellas.

Todo este empeño por acercarnos, sin embargo, nos lleva obviamente a tratar de justificar nuestras acciones y los motivos por los que actuamos de la manera que actuamos. Pero al final lo que provocamos es un efecto boomerang donde producimos lo contrario de lo que intentamos conseguir.

Los sentimientos de acoso que siente el destinatario se pueden exacerbar y las conductas de rechazo se instalan hasta tal punto que provocan el colapso y la ruptura total de la comunicación entre las partes involucradas. Quién se defiende puede quedar luego sorprendido de las reacciones a las que se es capaz de llegar cuando se sienten asedio y acorralamiento ya sea de manera real o imaginada.

Tuesday, April 30, 2019

De viaje por Barcelona - Valladolid - Barcelona

Ya casi me puedo considerar un viajero consuetudinario. El casi es la palabra clave. Aunque no sé si todavía me queda grande la etiqueta, el ir de país en país o de una ciudad a la otra se ha convertido en una especie de juego, en algo que me excita pero que no me altera demasiado los nervios o las hormonas del estrés lo cual es un buen síntoma.

Inicialmente tenía pensado ir a Barcelona lo cual era casi como una especie de obligación. Un turista que se respete no puede resistirse a la tentación de visitar ciudades como París, Madrid, Roma, Londres, New York o Barcelona entre otras grandes ciudades del mundo.

Ahora bien, ya que estaría en Barcelona porqué no salirme un poco de la rutina y aprovechar la ocasión para conocer otras ciudades españolas. Habiendo tantas opciones, la decisión de escoger dónde ir quedó resuelta cuando me plantée aprovechar la ocasión para tomarme un café (o una cerveza) con Carolina con quién he compartido tanto aquí en el blog como en Facebook.

De esa manera fue como Valladolid entró a formar parte del escenario.

Introducir otra ciudad al destino inicial tiene sus retos y genera una serie de cambios que hay que ponderar y añadir a la logística inicial del viaje, como por ejemplo, qué medio de transportación utilizar tomando en cuenta la eficiencia y el costo (Omio es un app que me facilitó las cosas por ese lado); buscar otro hotel para pasar por lo menos 2 noches y también debía preparar un nuevo itinerario de los sitios a visitar pues no tenía la menor idea de lo que podía encontrar allí.

Por experiencia, sólo necesito un punto de partida, a manera de palanca (para mover el mundo), y desde ahí preguntando uno llega a Roma (que por coincidencia fue el nombre del hotel donde me hospedé). Por suerte no fue necesario esforzarme mucho en esa dirección pues ese punto de partida me lo proporcionó Carolina quién de manera muy entusiasta y ayudada por Luis (su compañero) me preparó no un punto sino una hoja con suficientes recomendaciones de lugares para un recorrido de por lo menos dos o tres días.

Llegué desde New York al Aeropuerto El Prat de Barcelona en la mañana del 4 de Abril y desde ahí tomé el Aerobús hacia el centro. Sabía que tenía que quedarme en la plaza Cataluña desde dónde mi hotel localizado en Sant Antoni estaba a menos de 15 minutos. En relación al costo, distancia y a la facilidad de transporte desde el aeropuerto hay que decir que Barcelona es una de las ciudades más amigables (friendly) del mundo. Hice uso del Aerobús en 4 ocasiones y no me puedo quejar de ninguna de ellas pues el servicio es excelente: muy rápido y eficiente.

Plaza Cataluña
Barcelona es una gran ciudad y está llena de turistas por todos lados. No le dediqué todo el tiempo que se merecía porque lo dividí con Valladolid. Mas, tuve tiempo de recorrer sus calles, La Rambla, La plaza de Colón, El arco de Triunfo, La casa Batlló (Gaudí), El museo de Picasso, la ciudad gótica y pude admirar de cerca la grandiosidad de La Sagrada Familia (Gaudí) entre otras cosas. Sustrayendo el tiempo que me tomaron los viajes internos me pasé 3 días yendo de un lugar a otro de Barcelona tanto degustando de la comida, en especial las tapas como disfrutando de las cervezas de la región. Vale mencionar que Sant Antoni tiene unos lugares muy acogedores.

Plaza Colón


La Sagrada Familia




En Cuanto A Valladolid la experiencia fue mucho más significativa. Aunque no es una ciudad ni muy grande ni muy chica, conserva el encanto y la acogida de los pueblos pequeños. Tanto en los bares y los cafés cuando la gente se entera que eres un visitante se nota el esfuerzo por entretenerte y agradarte y hacerte la vida más fácil y llevadera. Es un lugar más apartado y apacible que digamos Madrid o Barcelona, con mucha tradición religiosa y en el que te encuentras con grandes sorpresas como El Museo Nacional de Escultura y La Casa Cervantes. 

Plaza Mayor de Valladolid


Debo señalar que el punto culminante del viaje a Valladolid fue haberme encontrado con Carolina quién me ayudó bastante en la segunda parte de mi recorrido; me introdujo al Penicilino, un café muy original frecuentado por estudiantes y gente bohemia (como yo), y me llevó a conocer el Museo Nacional de Escultura donde se exhibe una muy importante colección de piezas valiosísimas en su mayoría de carácter religioso, la cual lamentamos no haber podido ver de manera completa.
En El Penicilino

San Onofre (hacia 1500)
Madera Policromada





















No sólo fue el recorrido con Carol lo que más nos entusiasmó sino la conversación que se desarrolló a través de este como en los sitios a los que fuimos, como en los viejos tiempos de los blogs. Se habló y se abarcó de todo: antropología, psicología, filosofía, redes sociales, experiencias de trabajo, etc. Creo que nos faltó tiempo para tocar a profundidad todos los temas.

Y como todas las cosas, se hizo tarde, muy tarde y nos tuvimos que despedir en la mitad de la noche y de igual manera este post ya se hace largo y hay también que darle fin que no necesariamente es el fin porque todo queda inconcluso y todo sigue hasta la próxima entrada, visita, encuentro...

Sunday, March 31, 2019

Cuando el cuerpo y la mente lo piden

Se acerca la fecha de hacer un nuevo viaje y mi excitación esta vez no es tan grande como en ocasiones anteriores. Y a mí me parece una buena cosa esto que me está pasando.

Bueno, debo admitir que días antes de iniciar cada viaje mi nivel de entusiasmo no es muy grande. Me activo el día anterior y me sobrecoge la emoción de último minuto cuando comienzo a arreglar el equipaje a la carrera.

Esta vez, sin embargo, la situación es diferente. Luego de regresar de unos cuantos viajes y no bien he comenzado el proceso de disfrutar las experiencias vividas, otra nueva experiencia está ya a la vuelta de la esquina antes de que pueda asentarse todo lo vivido y experimentado en los que he acabado de realizar.

Me propuse hacer un viaje cada mes en los primeros meses del año y el próximo, que viene a ser el cuarto, está ya a la vuelta de la esquina, a comienzos de Abril. El siguiente tampoco se hace esperar y es hacia Paris, Francia, en el mes de Mayo.

A mí me parece una buena cosa el que yo ahora piense que necesite dejar más tiempo de por medio entre viajes porque parece que he alcanzado un grado más de madurez como persona interesada en conocer y disfrutar del encanto y la diversidad del mundo. Todavía es mucho lo que falta por aprender y explorar pero hay que darle tiempo a la mente y al cuerpo para que pueda digerir y acostumbrarse a toda la nueva información que le llega.

La comparación que puedo hacer es como el proceso digestivo. Hay que esperar digerir la comida que acabamos de ingerir antes de pensar en echarle más comida al estómago. Hay que dar tiempo al hambre que se establezca para luego pensar en qué vamos a comer.

Creo que tenía mucha hambre por conocer otros países, sus culturas y sus enigmas. Los últimos tres años he hecho mucho para satisfacer y saciar esa hambre de manera tanto literal como metafórica. Pero al paso que voy, si no aminoro, el exceso de  "comida" me va a causar una indigestión.

No es que teóricamente sea una mala idea vivir en un estado latente de euforia provocado por estar descubriendo cosas nuevas e interesantes todo el tiempo. El problema es mantenerlo.

Aparentemente tanto el cuerpo y la mente necesitan cierto descanso de vez en cuando. Y cuándo ellos lo piden es mejor hacerle caso y dárselo.

Thursday, February 28, 2019

Laberintos involuntarios

El otro día reflexionaba yo acerca de la importancia de que en nuestra vida cotidiana uno se encontrara siempre con problemas y necesidades que resolver pues ellos y ellas en vez de entorpecer o afectar nuestras habilidades, al contrario, nos las afinaban y nos motivaban a salir en la búsqueda de respuestas y soluciones a las dificultades que se nos cruzaran en el camino.

Especulaba que de alguna manera esto era lo que impulsaba al mundo y me alegraba de que siempre uno pudiera encontrar situaciones en las que uno tenía la capacidad para enfrentarse a los retos y obstáculos que trae consigo el diario vivir.

Sin problemas, sin complicaciones y sin dificultades no habría incentivos para hacer cambiar las cosas, el status quo. El mundo sería muy aburrido. 

Hasta ahí todo estaba bien. Era y es muy poderoso y reconfortante el sentimiento que produce creer poder estar en control de las cosas y hasta poder creer que se puede cambiar el mundo.

La felicidad sin embargo dura poco. Es efímera como un sueño placentero del que te despiertas antes del momento más esperado y culminante. 

¿Qué ocurre cuándo no está en uno o no depende de uno el que las cosas cambien? O peor, ¿qué ocurre cuando te ves involucrado en situaciones en las que tu vinculación es simplemente circunstancial, pero igual estás metido de lleno dentro de ellas y no puedes hacer nada para escaparte o deshacerte de ellas?

La vida parece ser un rompecabezas o quizás un laberinto donde el azar parece jugar una parte muy importante y decisiva en la solución de sus enigmas. La entrada al laberinto no siempre depende de nuestra voluntad, ni la salida del mismo de las habilidades propias sino también de la suerte.

Todo este preámbulo para decir que uno no debe confiarse demasiado pues cuando mejor van las cosas la vida te presenta situaciones que van más allá del propio control y humildemente hay que volver un poco hacia atrás para medir y reevaluar nuestras perspectivas. 

Afortunadamente uno aprende la lección y todo vuelve a la normalidad, al menos por un tiempo. Luego nos confiamos y volvemos a andar distraídos por el mundo hasta que se nos atraviesa otra piedra en el camino, la cual hará que levantemos los pies y así volvemos a reiniciar el ciclo.

Thursday, January 31, 2019

Para apreciar lo que se recibe

Siguiendo con la idea de la entrega anterior en la que destacaba que todo debe costar, he comenzado un nuevo proyecto basado en la premisa de que no sólo quién da debe pagar un precio sino también quién recibe lo que se da. Es decir, este último debería ser capaz de aportar algo de su parte para poder recibir y apreciar lo que se le da.

No es complicado de entender. De la misma manera que no tiene mucho mérito dar o regalar lo que nada nos duele o nos cuesta, así mismo no le damos el mismo valor e importancia a todo aquello que recibimos sin nosotros habérnoslo ganado, sin que haya habido ningún esfuerzo o sacrificio de nuestra parte.

¿Cómo poner esto en la práctica? Muy sencillo: en mi reciente y último viaje a Santo Domingo me dediqué a iniciar un nuevo proyecto. Un poco limitado en cuanto al número de participantes (n=5) pero que me permitirá evaluar actividades similares en un futuro. En esta ocasión me dediqué a promover el cultivo de hortalizas a nivel barrial y por ello le pagué a 5 personas una pequeña cantidad de dinero para que hicieran un pequeño huerto en sus casas. Yo les proporcioné las semillas.
El huerto y los resultados que obtenga cada quién son para el beneficio de cada individuo participante.

Se trata de no dar dinero por dar dinero a la gente que regularmente se le acerca y le pide a uno para comprar bebidas o jugar, etc., sino en su lugar yo se lo doy si a cambio ellos hacen algo por ellos mismos. Yo contribuyo entonces con dinero contante y sonante a manera de incentivo para el logro de un objetivo que los beneficia directamente.

Lo anterior puede constituirse en un modelo para diseñar estrategias que ayuden a identificar necesidades y "financiar" pequeños proyectos de ayuda dentro de la comunidad.

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