Sunday, July 25, 2010

Distorsiones

Una especie de espejos cóncavos o convexos de todas las formas y estilos imaginables, eso somos, tratando de reflejarnos en superficies convexas y cóncavas, que son los otros, y que al igual que nosotros también se reflejan y proyectan entre sí -pues son espejos también- para así crear una realidad deformada que es el producto de la suma y multiplicación de distorsiones individuales.

Hay que allanarlas y pulirlas esas superficies, todas, para tratar de limitar las imperfecciones que van de un lado a otro y se devuelven en todas las direcciones exagerando y presentándonos una visión irreal de las cosas.

La imagen que se refleja nunca concuerda con la que realmente es. La que se quiere proyectar tampoco es equivalente a la que se percibe. Ilusión y decepción son quizás las dos caras de la misma moneda.

Saturday, July 24, 2010

Buenas Intenciones

Tengo que agradecerle a Daniel sus buenas intenciones.

Sí, ¿porqué no?

¿Quién no le agradecería a alguien el hecho de que al encontrar la amiga olvidada de un amigo o familiar, se ofrezca a tratar de restablecer la comunicación perdida entre ambos?

Y eso intentó hacer él, como buen samaritano, con bastante éxito. No que sea algo por lo que merezca la entrada al paraíso, claro que no, pero si apreciable aunque fuera lo usual y esperable dadas las circunstancias. Además es una característica compartida en la familia el que nos guste agradar o hacer feliz a la gente.

Es nuestra manera de sentirnos satisfechos y ser felices a nuestra vez. Y si su recuento es fiel, el vio el entusiasmo que despertó en la señora el hecho de haberlo encontrado a él con la esperanza de que le abriese las puertas a alguna información o hasta la posibilidad de algún futuro encuentro.

No se equivocó, pues Daniel llamó a todos los números conocidos y al rato ya estábamos conversando él y yo, luego la chica y yo y los intercambios de números no se hicieron esperar y antes de finalizar el día o la noche para ser más precisos, ya hubimos conversado tres o quizás más veces.

Al día siguiente lo mismo y quiso repetirse al tercero, lo cual y es deplorable, puede producir muy mala digestión. Demasiada información en muy corto período de tiempo, sin contar la que no dude en pedir y sin premura pero tampoco sin demora llegó a través de Daniel.

No podemos hacernos los tontos. El tiempo cambia a las personas en más de un sentido y la mayor parte de las veces no precisamente para bien..., lo cual nos lleva a reflexionar si no sería mejor dejar las cosas allí donde estaban y donde no hieren ni le hacen daño a nadie.

La saciedad, sin embargo no siempre es un fenómeno compartido y cuando ocurre se hace necesario controlar de inmediato la entrada descontrolada de ciertos ingredientes en un cuerpo que no está acostumbrado a alimento sin antes pedir de comer o estar hambriento.

Es desolador que haya que buscar vías para desacelerar la exaltación ajena. Y que no siempre estemos de humor para hacer feliz a la gente.

Parece cierto lo que dice el dicho. Cuando todo luce demasiado bueno para ser verdad es porque...

Sunday, July 18, 2010

Cartas

Cartas, cartas. Hay algo mágico en ellas que nos encanta. 
¿Será porque es un arte perdido y en peligro de extinción real? Poca gente que conozco las escribe ya. Y sabemos el porqué: los teléfonos, los correos electrónicos, los mensajes de texto se han encargado de sustituirlas. A pesar de eso, no es lo mismo ni es igual la expectativa de saber que al abrir el buzón puedes encontrar una dirigida a ti. La emoción que se siente es difícil de describir.

No me refiero a las facturas para que pagues la luz, el teléfono, el agua o las tarjetas de crédito. Ni tampoco a la invasión de ofertas que llegan por correo para que compres cosas. Me refiero a esas misivas personales donde lo que se dice muy bien pudo haberse dicho en un e-mail pero se ha preferido escribirlo con tinta, a puño y letra como dirían algunos. Nada podría ser más personal ni hacerte sentir más exclusivo.  Y lo que se dice no tiene que ser necesariamente muy relevante ni muy secreto en términos de contenido. 

Precisamente porque existen todos esos medios eficientísimos para transmitir y enviar mensajes con información de todo tipo es que toma más relevancia el que alguien decida tomarse todas las molestias de buscar bolígrafo, papel, un sobre e ir al correo a hacer una fila y entregar la carta a un dependiente para su posterior envío. Sumar a todo eso el tiempo de por medio entre la ida, la llegada y la espera. Con suerte tendremos otra de vuelta.

Hay que estar un poco locos para hacer algo así con tantas cosas que nos distraen y con tan poco tiempo del que disponemos... ¡Pero no!

No me lo podía creer cuando la oferta para que nos escribiéramos el año pasado provenía de una jovencita de 24 años enamorada de la belleza en todas sus formas y quién como toda buena romántica disfruta y cultiva el arte olvidado y en desuso de escribir correspondencias.  Sin medir las consecuencias o sin pensar mucho en lo que me estaba involucrando, acepté.

Hace un año que comenzó esa experiencia que no era del todo ajena para mí. Antes, me había carteado con varias amigas para los tiempos que salía de la escuela secundaria. Pero era casi una obligación en esa época. No habían muchas opciones. Ahora, en cambio, es una elección. Y quizás sea ahí, en la libertad de elegir algo que tiene un costo real y entraña cierto grado de sacrificio donde reside el placer dulce y sutil de enviar y recibir cartas.

Es un acto auténtico de entrega real y recíproca. Sus cartas son mías y las mías no lo son más pues pasaron a ser de su propiedad. No sé qué hará con ésas que yo le escribí, pero las de ella yo las conservo como si fueran trofeos y las releo de vez en cuando, especialmente cuando quiero levantar el espíritu pues la condenada que me ha tocado como compañera de correspondencia escribe endiabladamente bien y es perfeccionista lo que hace que cada uno de sus escritos alcance la categoría de pequeña joya bendita.

Me voy...La tentación de releer esas de las que acabo de hablarles es irresistible... Oscar Wilde ya lo había dicho:  la mejor forma de vencer una tentación es rendirse ante ella. ¡Amén!

Friday, July 16, 2010

El silencio no se negocia

Los amigos(as), los(as) amantes se escogen, la familia no. Huir de ella no podemos, separarnos tampoco nos es permitido como lo podemos hacer con los primeros. A ellos los escogemos en base a afinidades y desde el momento que nos estorban o los estorbamos la solución es muy simple: cada cual coge por su lado.
¡Qué lujo si pudiéramos hacer lo mismo con nuestros familiares!
Pero no, tenemos que aguantarlos y acallar nuestro sufrimiento del modo más estoico posible para no desencadenar una crisis peor que la de Watergate o no salgan a relucir cuestiones como la ingratitud, la intolerancia o hasta la indignidad (¡qué indigno! es una expresión de mi mamá). Esos sí que son verdaderos chantajes. ¿Cierto?

Tener supuestamente mal carácter o defender las posiciones en las que se cree de manera muy vehemente no es razón suficiente para espantar familiares. Probablemente es un magneto porque la gente busca dirección y sabe que ahí la puede encontrar. Los inestables encuentran también una razón para acercarse. No hay mejor manera para encontrar un destino mejor o ponerle un rumbo a la vida que subirse a un barco que aunque no se sabe para dónde va, por lo menos no se está hundiendo.

El dominó se ha barajado en múltiples ocasiones y las fichas se cambian, se alternan. También los escenarios sufren profundas modificaciones y las piezas vuelven a terminar de nuevo en las manos del mismo jugador. Por suerte algunos se van a jugar con otros jugadores que han emergido pero no se van muy lejos y se quedan gravitando dentro de la órbita original por si acaso y se temiera perder el punto de equilibrio que los mantiene atraídos hacia un centro de gravedad. Lo que no se explica es cómo han aparecido últimamente nuevas piezas que suplantan a las existentes y ello no genera ninguna señal de alarma.

Una explicación se aventura y es que acostumbrados a observar transferencias positivas que ocurren en una sola dirección los actores se olvidaron y no se prepararon para las también existentes y conocidas transferencias negativas, las que dependiendo de su magnitud pueden afectar el bienestar de los jugadores muchísimo aún si estos creyendo sabérselas todas las ignoran. Lo más difícil que hemos encontrado es la cuestión de los gustos. Es increíble cuán diferente pueden ser y diferir en dos personas que poseen los mismos antecedentes. No sólo en música y en preferencias televisivas sino en todo....
Lo más difícil sin embargo es tener que oír lo que no se quiere oír. El qué, cuándo y cómo se oye, importa mucho. O cuando no se quiere escuchar nada en absoluto. Por la razón que sea...
¡Qué difícil se hace negociar los espacios de silencio!

Tuesday, July 13, 2010

Oh Nature!

Una amiga mía dice que los hombres son (¿somos!?) unos perros. Ella lo descubrió a partir del momento que todos le miraban el escote de la blusa del uniforme del trabajo aprovechando que se abría con facilidad y dejaba entrever de manera un poco generosa la parte de arriba de su hermoso tórax.

Debe haber sido una pesadilla ese descubrimiento pues ella no sabía, ella no estaba preparada para sacar provecho del poder que eso le confería. Mucho peor porque reaccionaba muy negativamente al mismo y se resentía de que todo el mundo pudiera estar más pendiente de algunas partes de su cuerpo que otros lugares que como dentro de su cabeza ella consideraba residía más su valía. Lo que la turbaba también fue descubrir su propia dualidad: ella no era sólo ella sino y con mucho énfasis, la parte más visible de su anatomía.

Y la decepción debe haber sido grande porque era difícil resistirse a no mirarla donde ella no quería que la mirasen. Vaya malestar que se creó, pues entonces, con el objeto de protegerse, trató de ocultarse y hasta de encogerse con tal de no darle nada de gusto a un ferviente público de admiradores que invariablemente tenía que pasar primero por donde ella estaba, pues era cuasi la recepcionista del piso en el que trabajaba. ¡Vaya que sí duele mirar a alguien pasar por ese tipo de sufrimientos y ver el temor reflejado en sus ojos como los de una presa perseguida por lobos! Pero no es menos triste y no deja de ser una tarea complicada y difícil esa de compadecerse de la presa cuando dentro lo que corre es sangre felina y también se está hambriento como toda la manada y con deseos de comer del delicioso manjar apetitoso que presenta el cuerpo de la víctima asustada.

Lo mismo le pasó a una prima preciosa que cuando el tiempo le llegó comenzó a desarrollar un cuerpo muy bonito que incluía de todo con mucha gracia y elegancia pero que a ella le sentaba muy mal porque de un momento a otro todos comenzaron a mirarla y no precisamente al rostro que se iluminaba lleno de sonrojo. Lo que más le molestaba eran esas miradas de lujuria, esas que la hacían sentirse desnuda y en las que los perpetradores no hacían ningún esfuerzo por al menos amortiguar el deseo de tocar que ella sin mucho esfuerzo podía adivinar. 
¡Oh mal de males! ¡Qué culpa tenían esos mortales de haberlos hecho tan débiles, de no poder ignorar la pobre niña que florecía al sol y se abría a la vida con todos sus maravillas! 

Y la otra cara de la debilidad: ¿porqué tenían ellas que reaccionar así?; ¿porqué tenían que ser tan debiles e incapaces de soportar la legión de aduladores que como abejas en busca de alimento sólo estaban atraídos por la miel escondida en esos pétalos que cual rosas en la mañana se abrían al aire y al viento inundando de olores tentadores el mundo?

¡Qué otra cosa se puede hacer sino dejar que la naturaleza siga y labre su propio camino!..

Monday, July 12, 2010

Socialización

La sangre se infla y no importa si es en un adulto o en un niño de 7 años el resultado será bien visible y observable desde cierta distancia. Lo que no le parece muy bien a las mujeres de mi familia que ven en ello un acto de depravación y obscenidad. La valoración y el juicio que le dan parece transmitirse de generación en generación. Recuerdo que a mi madre le molestaba muchísimo (debe molestarle todavía) y en nuestra presencia lo criticaba muy abiertamente cuando se percataba de su ocurrencia sin importar quién cometía la transgresión.

Recientemente me sorprendió ver casi la misma expresión de desagrado en la cara de mi sobrina cuando me contó que descubrió a su hijo jugando con la maravilla de su sangre alborotada en esa parte de su cuerpo no siempre expuesta a la vista pública. A ella no le pareció nada gracioso la hazaña y esos primeros experimentos con su masculinidad (no sé si el término es apropiado) deben haber terminado muy mal para el pobre niño pues su padre fue llamado a disciplinarlo con urgencia por el grandioso acto pecaminoso de a tan corta edad haber decepcionado así a su madre con tales despliegues lascivos. ¡Oh mi madre, qué precocidad!, no dudaría ella en quejarse.

No quiero imaginarme lo que debe haber sentido "el pequeño" al no poder comprender cómo algo tan espontáneo y natural puede ser y generar una reacción que provoque tanta acritud en las personas mayores. De ahora en adelante el tendrá que ocultarse y será su responsabilidad la manera cómo su cuerpo responde aún cuando el no tiene control sobre esa parte que decide levantarse sin que de manera explícita se le haya ordenado despertarse.

Por su parte mi sobrina no ayuda mucho y la hacía mejor informada o acaso la información se va por un lado y al final la reacción es más fuerte que todo, echando por tierra todo lo aprendido en sus muchos años escolares. Parecería que ella no sabe que estas son expresiones involuntarias que ni se acallan por un simple deseo pero tampoco se pueden evocar con un chasquido de dedos como pretenden ellas sugerir por no entender lo que ocurre dentro de esos cuerpos cercanos pero a la vez bien ajenos y alejados por diseños incompresibles y complicados.

Y a todo esto es a lo que llamamos socialización. Un proceso absurdo en el que la sociedad a través de figuras como los padres se empeña de manera ciega de negar el reconocimiento de las pulsiones internas, lo que ayudaría de manera eficientísima en la creación de conflictos en sus portadores quienes en última instancia se sentirían impotentes para diferenciar lo que es correcto sentir y lo que es apropiado decir que se siente en tales circunstancias.

Saturday, July 10, 2010

Te pido un favor

En la oficina Jodi no quiere hacerme un favor que le estoy pidiendo con mucha insistencia. Intento chantajearlo con palabras tratando de encontrar un punto débil y así lograr mis propósitos. Se resiste no obstante el desgraciado y fracaso en conseguir que acceda a mis requerimientos.

Mi técnica aunque no me da los resultados esperados parece que hace alguna mella en el sujeto pues me lanza un contraataque del tipo: Fernando, di que Jodi es una persona malvada, dilo y me lo repite una y otra vez.

No hago lo que me sugiere y en cambio le contesto: oh quieres poner palabras en mi boca; ¿quieres que diga eso de ti para de esa forma tener una justificación de que así es como yo te catalogo y entonces tratar de sentirte menos culpable por no haberme dado lo que con tanto empeño te he pedido?

No señor, ¡no voy a hacer eso!

Monday, July 5, 2010

Alta Autoestima

Toda la vida he oído hablar de las bonanzas de tener una alta autoestima. Poca gente se atreve a señalar las desventajas. Hacerlo es como cometer un pecado. Confieso entonces que voy a convertirme en pecador. Pero no sólo yo, también Martin Seligman nos previene contra los excesos de esta fiebre por crear y vender una alta autoestima como la cura y la solución a todos los problemas.

Promover el sentirse bien a toda costa sin importar si estamos logrando las cosas que deberíamos lograr y por las que todos deberíamos luchar para sentirnos bien es en síntesis la crítica que le hace Seligman al movimiento generalizado de subir la autoestima.

En la introducción a la segunda edición de su libro "Learned Optimism" (1998) dice (la traducción es mía):
"Yo no estoy en contra de la autoestima, pero yo creo que la autoestima es sólo un indicador que sirve para medir el estado del sistema. No es un fin en sí mismo. Cuando te está yendo bien en la escuela o en el trabajo, cuando te está yendo bien con la gente a la que amas, cuando te está yendo bien en el juego, el medidor debe dar un registro alto. Cuando te está yendo muy mal, el indicador debe registrar bajo".
"Hasta Enero del 1996, yo creía que la autoestima era escasamente un medidor con poca y si acaso alguna, efectividad causal. El artículo principal en  "Psychological Review" me convenció que yo estaba equivocado y que la autoestima produce un efecto causal: Roy Baumeister y sus colegas (1996) revisaron la literatura sobre los genocidas, asesinos a sueldo, los líderes de pandillas y criminales violentos. Ellos argumentaron que estos perpetradores tienen una autoestima alta y que esta autoestima injustificada causa la violencia. El trabajo de Baumeister sugiere que si uno le enseña a los niños a tener una alta autoestima sin razones justificadas, luego vendrán los problemas. Un subgrupo de esos niños también tendrá un rasgo mezquino dentro de ellos. Cuando estos niños se confronten con el mundo real y este les diga que ellos no son tan grandiosos como ellos han sido enseñados que son, ellos arremeterán con violencia. Es posible entonces, que las epidemias gemelas que tenemos hoy en los Estados Unidos entre la gente joven, depresión y violencia, ambas vienen de esa descabellada empresa: de valorar la manera cómo se siente nuestra gente joven sobre sí misma de manera más alta que cómo nosotros valoramos lo bien que ellos se están desempeñando realmente en el mundo".

En mi caso particular y como dice una amiga el problema puede ser de arrogancia, pero yo no descarto es producto también de un exceso de autoestima. Y podría haberse originado desde el momento que se descubre que a uno le costaba menos esfuerzo conseguir algunas cosas que al resto de los otros. Es el comienzo quizás de uno creerse que es la gran cosa y que puede hacerlo todo y también es el inicio de crearse malos hábitos, muy malos que con el tiempo sólo han logrado empeorar, magnificarse y hasta multiplicarse. Nada sustituye el esfuerzo sostenido y la práctica constante para poder estar por encima de la mediocridad. Haber aprendido a leer por su cuenta, de manera casi solitaria y sin antes haber ido a una escuela, o poder aprobar el examen de una materia con sólo estudiarla el día anterior es un gran desperdicio considerando todas las cosas que hubieran podido hacerse con el tiempo restante si y sólo si se hubiera dedicado ese espacio temporal que quedaba libre en actividades productivas y no como ha sido el caso malgastadas en cosas destructivas... ¿Habrá todavía tiempo para enmendar errores?

Friday, July 2, 2010

Contigo aunque me mates, sin ti ...

Hay que leerse a la gente y sus dinámicas de la manera como se lee un libro cualquiera o se observa una obra de arte. Y de igual manera hay que sumergirse de manera profunda en sus páginas pues los personajes nunca se nos revelan de inmediato, nunca en el primer capítulo y por tanto siempre hay que ahondar en ellos para poder encontrar el hilo o los hilos que mueven toda la trama.

En uno de esos capítulos intermedios se puede leer que no sólo es el placer de estar juntos lo que une o mantiene a las personas apegadas las unas hacia las otras sino también el dolor. Sí, efectivamente, el dolor que produciría la separación entre las partes. Porque de qué otra manera puede explicarse el hecho de que muchísima gente se mantenga junta más allá de cuando se han agotado los recursos para proporcionar gozo y alegría a las personas con la que comparten sus días y también sus noches.

Es fácil estar con alguien que nos hace reír, nos hace ver todo desde una perspectiva glamorosa y con quién la vida se nos vuelve excitante, llevadera y digna de ser vivida. Pero todos sabemos que si no luchamos muy fuerte la rutina puede imponerse y todo eso que hemos mencionado puede desaparecer para en su lugar instalarse la monotonía, la inercia y los desazones propios del desencanto. Y a pesar de todo eso uno puede leer en sus páginas, allá muy adentro que hay gente que prefiero eso a buscarse nuevas alternativas.

En otros capítulos y aquí viene la intriga, descubrimos que las personas se detestan abiertamente, se maltratan de todas las formas posibles, no se gustan y así lo manifiestan sin mucho reparo los unos a los otros y muy a pesar de ello la separación no es una opción pues sin darse cuenta o talvez intuyéndolo otras fuerzas gravitan sobre ellos y los mantienen en su centro atrayéndolos no dispersándolos como sería lo lógico suponer.

Y la teoría que se puede concluir y que se esboza de manera un poco más clara al final de las páginas de los tantos libros similares como esos que existen, ya nos fue explicada en aquellas clases de análisis funcional de la conducta en dónde nos enseñaban las teorías del condicionamiento operante: el refuerzo y la evitación. Somos no sólo capaces de hacer cosas por la recompensa placentera que obtenemos pero más aún tratamos por todos los medios de hacer o no aquéllo si eso nos evita una experiencia dolorosa.

Para algunos-as imaginarse la vida sin algunas personas a su lado, el vacío y el dolor resultante de su ausencia es tan insoportable que no existe nada que se le pueda comparar y cualquier otro dolor menor es algo infinitamente preferible a la ilusíón de felicidad real o ficticia que podría encontrarse en otras partes.

Yo no soy quién para cuestionar el "imprinting", la naturaleza de la huella que dejan terceros en estas personas y a las que ellas parecen ser especialmente vulnerables pero tampoco me gustaría estar del lado de quién produce un efecto así en otra, aún a pesar de lo halagador que podría ser para el ego en sus inicios.
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