Thursday, March 7, 2024

Nunca conozcas a tus héroes

 "Nunca conozcas a tus héroes" es una expresión a la que originalmente me familiaricé a través del inglés. Supongo que es la traducción correcta al español de la frase "never meet your heroes". Y es literalmente una advertencia de lo que podría significar realmente el "conocer a tus héroes" -y hay que ponerlo entre comillas, pues te podrían defraudar. ¿Y porqué razón? Porque las personas que una endiosa y/o coloca por encima de un pedestal, esas personas a la vez que tienen virtudes, uno descubre que casi siempre, tienen también defectos tan grandes y odiosos que se vuelven insoportables. 

Y es lo que de hecho me ha pasado en varias ocasiones en las que la admiración que he sentido por algunos de estos "héroes" se ha convertido en desilusión una vez las he conocido de manera más profunda. Es como si desde lejos esos individuos proyectan unas cosas que llaman la atención y una vez que nos acercamos descubrimos otras que hacen que nos alejemos rápidamente.

A veces se toma su tiempo descubrir las fallas o lo que yo considero debilidades en el carácter de esos personajes.

A la conclusión que llego es que ya no sé si aceptar la gente con sus defectos o por el contrario salir corriendo cada vez que alguien nos decepciona o nos defrauda y/o deja de llenar las expectativas que nos habíamos creado de antemano.


Wednesday, February 28, 2024

De la conciencia y otros asuntos

 Cuando nos ponemos a cuestionar la mente, el cuerpo y la estrecha relación que existe entre ambas entidades, de inmediato nuestras deliberaciones nos llevan al terreno de la conciencia. Somos conscientes de que tenemos un cuerpo y una mente y a la vez somos conscientes de que somos conscientes. ¿Qué es esto? El cuerpo es la parte física y la mente aunque depende del cuerpo no podemos de manera fácil reducirla a una forma física. Es algo inmaterial. O si se quiere, la mente es quizás el resultado de la materia cuando se hace consciente de su propia existencia. ¿Serán entonces la mente y la conciencia equivalentes? No sé pero para los fines de lugar, asumámoslo así aunque hay que seguir investigando. El cuerpo, sabemos, ocupa un lugar físico, pero aunque podemos decir que la mente está en el cerebro y por añadidura, la conciencia también, es imposible determinar dónde en el cerebro reside la mente o la conciencia si es que de hecho ocupan algún lugar físico.

Otras inquietudes que surgen con el cuerpo, la mente y la conciencia tienen que ver con los diferentes cursos que siguen cada cual. El cuerpo aunque quisiera creerlo, no es mío. Sigue sus propias directrices y reglas marcadas por la evolución y la vida que van más allá de lo que yo pueda comprender. Es verdad que interactúo con él. Le doy de comer (o me hace que tenga que darle de comer), me da placer (o me permite sentir sensaciones placenteras) por actividades que como el sexo y la misma comida no son más que trucos para por un lado mantenerse vivo y por el otro, asegurar que la vida continúe en otro organismo.

Podemos decir que el cuerpo físico es la base para la existencia de la mente y la conciencia. La mente, sin embargo, al igual que la existencia, parece existir y tener vida propia. Parecen estar separadas hasta cierto punto del cuerpo material. ¿Podría la conciencia tener una existencia fuera del cuerpo? No hay forma de saberlo. Hasta ahora toda la mente y la conciencia de la que hablamos necesitan un organismo material con el cual expresarse. Debe esperarse entonces que con la muerte del cuerpo, la conciencia y la mente mueren también o dejan de existir. No sabemos con seguridad pero puede existir también la posibilidad de que la conciencia tenga vida propia y se vaya a algún lugar a la espera de poder encontrar otro cuerpo en el cual comenzar otra vida nueva. Cómo se haría todo eso, es terreno de pura especulación y nadie que haya o pudiera haberlo hecho recuerda haberlo hecho y todo es sólo confusión y material para ciencia ficción, etcétera, etc..

Friday, January 26, 2024

Lo que hay que hacer dadas las circunstancias

 Una nueva entrega para estrenar el 2024. Es una continuación de ideas anteriores o mejor dicho, de ideas expresadas en entregas anteriores. Al menos son algunas ramificaciones y extrapolaciones de esas ideas. Vamos al grano.

Ya sabemos que no somos responsables de la genética particular con la que nacemos, ni tampoco de las circunstancias particulares dónde y cómo lo hacemos. Siendo esto así, es injusto entonces juzgarnos a nosotros mismos y a los demás por nuestra apariencia ya sea a favor o en contra. Sin embargo, a pesar de las restricciones y limitaciones que nos imponen la biología y la geografía creo que todavía existe cierto espacio que nos pertenece para hacer cambios y cosas.

Ciertamente nuestra apariencia y la de nuestros semejantes está determinada de antemano por muchos factores que escapan a nuestro control. Un ejemplo de ello sería el color de nuestra piel, el sexo o nuestro tamaño. De manera semejante, nuestra apariencia cambia con la edad y no hay nada que podemos hacer para evitarlo.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, también es cierto que tenemos el poder de cambiar nuestra apariencia. A cualquier edad, perteneciendo a cualquier cultura o raza, siempre podemos mostrar la mejor versión (o en su defecto, la peor) de nosotros mismos. Si nos lo proponemos y concentrándonos casi exclusivamente en los aspectos positivos, creo que está en nosotros la capacidad de presentar y realzar la imagen inicial con la que venimos al mundo.

A la conclusión que llego y quiero expresar aquí es que somos una plantilla, un molde, una materia prima que podemos moldear y hacer con ella lo que queramos. Podemos hacerlo a la manera como lo hacen los artistas y en la dirección que se nos antoje o lo dejamos todo al azar de acuerdo a nuestras inclinaciones emocionales y estados de ánimo del momento.

La idea es que no somos del todo impotentes e incapaces de mejorar nuestra realidad y de cambiar la forma como nos percibimos y perciben. Es alentador el darnos cuenta de que aún a pesar de lo difícil que puedan ser nuestras circunstancias especiales y particulares, podemos aún trabajar con ellas y mejorarlas. Por lo pronto y de ahora en adelante, me voy a comprar mejor ropa, mejores zapatos, usaré más perfume y oleré mejor y trataré de estar mejor aliñado la mayor parte del tiempo posible.

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