Saturday, April 30, 2022

De la dualidad mente y cuerpo, Covid y estadísticas

 Aquí estamos otra vez, como de costumbre, escribiendo sobre lo que se nos ocurre y nos da la gana en este espacio de bienes raíces virtual. 

En esta ocasión quiero seguir abundando sobre la dualidad de la mente y el cuerpo, entendiendo por la mente el Yo que incluye nuestra percepción de nosotros mismos, lo que son nuestros deseos y aspiraciones y el darnos cuenta de cómo muchas veces nuestro cuerpo, nuestro organismo tiene otras directrices de las cuales nosotros no somos para nada conscientes y luego vamos a ser los primeros en sorprendernos cuando las cosas salen diferentes de cómo pensábamos y/o las hubiéramos planeado.

Para muchos de nosotros que no sabíamos, el Covid debió de ser la llamada de alerta para despertarnos de nuestra ignorancia o del desconocimiento de la realidad y la existencia de la dualidad existente con la mente y el cuerpo. No somos una entidad sino dos en una y gran parte de nuestro tiempo no sabemos como se interconectan la una con el otro.

Eso fue lo que tuve que decirle a una amiga con la que hablé ayer y me enteré que sufre de los efectos prolongados del Covid. Ella nunca pensó que el virus la haría sentir como ella se está sintiendo ahora casi un mes después de haberse infectado. Se siente super cansada la mayor parte del tiempo que hasta le habia costado trabajo el levantarse hoy día y le falta la respiración al hacer el menor esfuerzo. Hablando por teléfono pude notarle la respiración entrecortada así como un pequeño jadeo.

La cuestión es que cualquiera puede infectarse aún tomando las mayores precauciones. Sólo basta un pequeño descuido en la presencia de alguien portador del virus para contraerlo. 

El error está en nuestro ciego optimismo. En creer que no le va a pasar nada a uno y el organismo va a reaccionar de la mejor manera posible. La realidad es que no sabemos nada o sabemos muy poco de lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo. Somos sistemas muy complejos a manera de una caja negra (un aparato de radio y TV) dónde lo que ocurre en el interior nos está vedado en su mayoría.

Esto no sólo ocurre con el Covid. También pasa con cualquier otro virus y también con cualquier enfermedad como por ejemplo, el cáncer. La verdad es que sabemos muy poco a nivel individual y a veces no nos queda más remedio que tratar el problema una vez el mismo ya se ha presentado.

No obstante, a pesar de nuestra incapacidad para entender lo que ocurre dentro de nosotros mismos debido a la complejidad de todos los sistemas que interactúan por debajo de nuestro nivel de conciencia, ello no significa que no haya personas que sepan más que nosotros, esos que se pasan la vida estudiando esos fenómenos y que por lo tanto se convierten en expertos y pueden darnos indicaciones de lo que hay que hacer dadas las circunstancias. 

Hay que oír a esos expertos y hacerles caso. Ciertamente se le está haciendo difícil al vulgo decidir quién es experto y quién no. Ahora todo el mundo tiene una opinión y para el ciudadano común y corriente distinguir el árbol del bosque se está convirtiendo en un trabajo arduo. Las políticas de comunicación oficiales y gubernamentales en cuanto a lo que debe hacerse en materia de salud están siendo contrarestadas con mensajes alternos y desinformativos que obscurecen el tipo de decisiones que  debemos tomar a nivel individual y colectivo.

La amiga de referencia sólo se ha puesto 2 vacunas contra el Covid mientras que yo llevo 4. Ella no creyó necesario el ponerse más. En cambio yo, he estado al tanto de que el efecto de las vacunas disminuye con el tiempo y por eso desde que he sido elegible he optado por ponérmelas porque eso es lo que dicen los expertos. Es lo menos que yo puedo hacer. Creo que todavía no me he contagiado con el virus y no sé cómo reaccionaría mi cuerpo en caso de infectarme y ese detalle, el no saber, me hace tomar las medidas preventivas a mi alcance que amortiguarían y/o impedirían una enfermedad grave.

Todo puede ocurrir. Las estadísticas no son 100% seguras. Pero hasta ahora, con las vacunas, ellas están a mi favor. Eso dicen los expertos.

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