Una nueva entrega para estrenar el 2024. Es una continuación de ideas anteriores o mejor dicho, de ideas expresadas en entregas anteriores. Al menos son algunas ramificaciones y extrapolaciones de esas ideas. Vamos al grano.
Ya sabemos que no somos responsables de la genética particular con la que nacemos, ni tampoco de las circunstancias particulares dónde y cómo lo hacemos. Siendo esto así, es injusto entonces juzgarnos a nosotros mismos y a los demás por nuestra apariencia ya sea a favor o en contra. Sin embargo, a pesar de las restricciones y limitaciones que nos imponen la biología y la geografía creo que todavía existe cierto espacio que nos pertenece para hacer cambios y cosas.
Ciertamente nuestra apariencia y la de nuestros semejantes está determinada de antemano por muchos factores que escapan a nuestro control. Un ejemplo de ello sería el color de nuestra piel, el sexo o nuestro tamaño. De manera semejante, nuestra apariencia cambia con la edad y no hay nada que podemos hacer para evitarlo.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, también es cierto que tenemos el poder de cambiar nuestra apariencia. A cualquier edad, perteneciendo a cualquier cultura o raza, siempre podemos mostrar la mejor versión (o en su defecto, la peor) de nosotros mismos. Si nos lo proponemos y concentrándonos casi exclusivamente en los aspectos positivos, creo que está en nosotros la capacidad de presentar y realzar la imagen inicial con la que venimos al mundo.
A la conclusión que llego y quiero expresar aquí es que somos una plantilla, un molde, una materia prima que podemos moldear y hacer con ella lo que queramos. Podemos hacerlo a la manera como lo hacen los artistas y en la dirección que se nos antoje o lo dejamos todo al azar de acuerdo a nuestras inclinaciones emocionales y estados de ánimo del momento.
La idea es que no somos del todo impotentes e incapaces de mejorar nuestra realidad y de cambiar la forma como nos percibimos y perciben. Es alentador el darnos cuenta de que aún a pesar de lo difícil que puedan ser nuestras circunstancias especiales y particulares, podemos aún trabajar con ellas y mejorarlas. Por lo pronto y de ahora en adelante, me voy a comprar mejor ropa, mejores zapatos, usaré más perfume y oleré mejor y trataré de estar mejor aliñado la mayor parte del tiempo posible.