Thursday, February 27, 2025

Hay que ser justos

 Estoy reevaluando esa norma o propensión nuestra que se extiende tanto a nivel personal como también social e institucional, de juzgar a los demás por su peor conducta o sus peores errores sin tener en consideración los elementos atenuantes en su favor.

La historia de las personas es muy compleja y está matizada por muchas circunstancias en las cuales ellas desempeñan tanto roles positivos como negativos. Lo justo sería no juzgar los individuos no sólo por las características adversas que poseen sino también por los aspectos positivos con los cuales han contribuido y se han destacado en su relación con los demás.

Dicho de otro modo, las personas no son ni buenas ni malas del todo. Hay que ser justos y decir que todo el mundo tiene sus momentos buenos y también sus malos. Juzgar a los demás únicamente por los sinsabores que nos hicieron pasar sin tener en consideración sus aportaciones y los buenos ratos es talvez un tanto injusto.

Ciertamente pasar balance de la vida de una persona es más fácil cuando ya no existe. Mirando hacia atrás, en retrospectiva, se pueden ver más claros los puntos salientes que la caracterizaron tanto en su favor como en contra.

Hacer esas reevaluaciones no significa necesariamente que hay que ir a correr a restablecer relaciones con las personas que por una razón u otra ya no forman parte de nuestras vidas. Aunque nuestras susceptibilidades con el tiempo cambian, hay que dejar la vida correr su curso sin detenerse y no se puede volver atrás a tratar de arreglar situaciones o corregir cosas que uno cree podrían estar ya superadas.

En fin, tampoco hay que olvidarse que las fricciones y desacuerdos que inevitablemente produce la interrelación de las personas son también catalizadores que ayudan a las personas a ponerse en movimiento, permiten el que no se queden estáticas y ayudan a buscar nuevas alternativas más favorables en otras direcciones y en ese sentido se justifican en sí mismas.

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