Friday, May 30, 2025

El mito del sueño americano

 El sueño americano es comprar una casa. Por muchas razones. Es parte de la cultura popular. La gente quiere dejar de pagar renta, es una inversión para el futuro, para tener más independencia y habrá otras más razones que son particulares a cada quien.

Pero yo tengo mis reservas en cuanto a los beneficios que la inversión en bienes raíces finalmente representa y me cuestiono el si es una buena decisión para todos los casos. Hay muchas cosas que uno desconoce o no se dicen de manera explícita y que uno viene a enterarse una vez se ha comprometido en la compra de una propiedad.

Por un lado está el asunto de los impuestos que hay que pagar, los costos en que se incurre al cerrar la compra y venta de una casa, las comisiones que tanto el comprador como el vendedor pagan por la misma transacción y los intereses que se pagan a lo largo de los años por el préstamo o hipoteca del banco que permiten a uno hacer la compra inicial. Creo que esos intereses sólo hacen ricos a los prestamistas.

Luego de hacer mis cálculos he llegado a la conclusión de que todo es un mito, el cual sólo se descubre una vez que la susodicha compra está consumada. 

Para evitar malinterpretaciones, parto del punto de vista mío y el de posiblemente mucha gente como yo que inicialmente no cuenta con los medios financieros o carece de la acumulación originaria de capital necesaria para poder embarcarse en transacciones de esta envergadura. No hay que olvidarse de que estamos empeñando nuestro futuro. Una vez enganchados no somos libres de hacer lo que queramos con el dinero que ganamos.

He hecho mis cálculos y luego de multiplicar los pagos mensuales que se incurren al ser dueño de una propiedad por una cantidad de años X, uno puede darse cuenta de que sin importar el factor inflación, las matemáticas están a favor de quien se decidiera a ahorrar esa misma cantidad a través de los años.

La duda queda sin embargo de si uno sería capaz de hacer eso -ahorrar lo que pagaría siendo propietario de un inmueble, mes tras mes, año tras año, de igual manera que lo haría como cuando se es dueño de algo. Parece que la obligación de tener que cumplir con un contrato/compromiso, más el miedo a dañar el crédito entre otras cosas son factores que hay que tomar en consideración para entender la disciplina que se requiere en estos casos.

La verdad es que es difícil saber lo que pasaría pero una vez se sabe, uno se pregunta si vale la pena intentarlo. Es lo que por el momento se me ocurre aunque creo que en este caso estoy nadando contra la corriente. Hay todo un conglomerado y muchos intereses comprometidos en favor de la creación y mantenimiento de estas ideas y realidades. La premisa clave es que ahorrar es una opción antes de hacer una compra mayor (hay que crear la disposición y el compromiso) pero deja de serlo una vez ya todo está consumado.

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