Llegó la hora de la verdad.
Hay que decir que he presenciado tres elecciones en los Estados Unidos y en ninguna de las anteriores se han despertado tanto el interés, el seguimiento y el entusiasmo como los que se han observados en esta última.
Habitualmente el cambio de un presidente a otro no representa mayores cambios en un sistema federal dónde los estados prácticamente son pequeños países que se gobiernan a sí mismos.
En el caso actual, estas elecciones representan una perspectiva totalmente diferente. Por primera vez se podría estar hablando de un presidente negro (en realidad es mitad blanco y mitad negro) y habría que remontarse a la gran depresión de los años treinta en el siglo pasado para encontrar la economía en una situación peor que la que sufrimos hoy.
Existen otros retos como la situación de guerra que se vive en Irak y Afganistán, la constante deteriorización que ha sufrido la imagen de los Estados Unidos en el exterior y la crisis de los combustibles que amenaza con la estabilidad mundial.
A lo interno habría que mencionar la crisis que representa el modelo de sistema de salud nacional que no garantiza cuidado médico para todo el mundo y no hay que olvidar la deuda nacional que en los últimos 8 años ha llegado a niveles alarmantes luego de haberse eliminado bajo la administración de los Clinton.
Como dije antes ha llegado el momento y habrá que estar pegados al televisor para observar los resultados. Por mi parte, no estoy tan excitado. No me registré para votar (sorry) y además en NY mi voto no representa mucha diferencia pues el voto popular no cuenta y mis inclinaciones iban para un partido que de manera aplastante siempre gana: el partido demócrata.
No creo que mi vida vaya a cambiar demasiado porque gane uno u otro candidato, pero me agradaría que ganara Obama, no por oportunismo ya que es el favorito para ganar, sino porque sería un gran motivo de alegría para mi querida amiga Sonia que en estos últimos días le han hecho bastante falta motivos como esos y tambien porque ella fue de las primeras personas que abrazó la causa cuando él todavía era casi un desconocido para la mayoría de nosotros.
Debo agregar otra razón: Sería tambien una manera de darle una gran lección al mundo de que América con todos sus problemas puede sobreponerse y estar por encima de los prejuicios, sobretodo del racismo que aunque nuestras contrapartes europeos (sin olvidar el racismo solapado de los latinoamericanos) que se las dan de cultos y educados (hipócritas?), todavía ni en Francia, ni en Inglaterra por sólo mencionar dos países, ellos han podido superar la discriminación rampante que sufren los ciudadanos de un origen racial dudoso y oscuro.
1 comment:
Finalmente la elección de Obama como presidente de los Estados Unidos, es una realidad. Hay muchas esperanzas en que se produzca un cambio para bien. Suerte a EE.UU. y al mundo.
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