Immersion Journalism o periodismo de inmersión es lo que practica Norah Vincent. Ese tipo de periodismo utiliza una forma de reportar intensiva y demandante y lleva a los escritores a lo profundo de los mundos de sus sujetos segun la descripción de un curso que con el mismo título imparte la Universidad de California en Irvine: los que se embarcan en proyectos de inmersión pueden trascender los límites del periodismo tradicional e impregnar sus historias con la clase de detalle, drama, textura y diálogo que es característica en lo mejor de la narrativa.
Eso y no menos es lo que ha hecho Ms Vincent en sus dos últimos libros.
WNYC el 4 de Julio del 2006 la entrevistó en ocasión de la publicación de uno de esos libros: "Self-made Man: One Woman's Journey into Manhood and Back" (El hombre que se hizo a sí mismo: El viaje de una mujer hacia la masculinidad y su vuelta de regreso).
"Norah Vincent quería saber de qué manera los hombres realmente actuaban cuando no estaban acompañados por mujeres. Por eso se cortó el cabello, se puso un traje y vivió disfrazada durante un año y medio... Ella revela lo que aprendió haciéndose pasar por un hombre en citas con mujeres, formando parte de una liga de boliche masculina y asistiendo a una terapia de grupo para hombres".
En una entrevista para 20/20 ella relata que su experiencia con los hombres de la liga de boliche volvieron patas arriba algunas de sus ideas más arraigadas como aquella de que los hombres son ásperos y excluyentes y las mujeres cálidas y acogedoras.
"Quiero decir, fue la emoción más grande poder estrechar las manos de esos tipos, y yo me sentí tan cómoda como podía sentirme desde el primer momento. Ellos simplemente me aceptaron...sin hacer preguntas", ella dijo.
Más adelante ella describe su experiencia como "infernal" luego de visitar varios clubes de strippers con un amigo:
"Ví a los hombres allá. Vi la expresión en sus caras. Por supuesto que no tiene nada que ver con la apreciación de las mujeres. Tampoco tiene que ver con la apreciación de su propia sexualidad. Tiene que ver con un impulso...y realmente no es siempre tan placentero".
Los clubes donde bailan mujeres al desnudo, dice Vincent, lo que se ve es puro impulso sexual, completamente desprovisto de cualquier interacción significativa ni aún siquiera cuando una mujer está dando vueltas sobre tus piernas. "De un golpe pude ver la diferencia entre la sexualidad masculina y la femenina. La sexualidad femenina es mental...Para un hombre es un impulso".
"En su esencia, es una funcion corporal. Es una necesidad. Es un impulso tan poderoso y yo pienso que debido a que nosotras [las mujeres] no tenemos testosterona en nuestros sistemas, nosotras no entendemos qué tan difícil es eso".
Vincent tambien se interesó en el arte de cortejar y seducir mujeres. Rápidamente le fue recordado que en esta arena son las mujeres las que tienen el poder. "De hecho, nosotras nos sentamos allí y con sólo una palabra 'no', nosotras aplastaremos a alguien. No tenemos que hacer la parte donde alguien tiene que cruzar el salón y va hacia una persona extraña con la que nunca se ha juntado y en medio del lugar lleno de gente decir las primeras palabras. Y esas primeras palabras son tan difíciles de decir sin sonar como una bola de queso o como un imbécil".
Al final y luego de sus experiencias con el grupo de terapia y como aprendiz en un monasterio, Vincent concluye que "los hombres están sufriendo. Ellos tienen problemas diferentes a los que las mujeres tienen, pero no los tienen mejor. Ellos necesitan nuestra compasión. Necesitan nuestro amor y quizás se necesitan entre sí más que cualquier otra cosa. Ellos necesitan estar juntos".
Por hacer trabajos de este tipo se paga un precio, sin embargo. Tratar de parecer lo que no se es produce muchísimo stress y Ms Vincent no es la excepción.
"La presión de ser alguien que tu no eres y ... el miedo a ser descubierta y el engaño que ello envuelve se acumula y se acumula. De tal manera que para el tiempo que yo estaba haciendo la terapia de grupo, esta presión estaba alcanzando un punto crítico".
Y de hecho su estabilidad emocional continuó bajando en picada y una semana después tuvo que internarse en un hospital con síntomas de depresión severa. La identidad, concluye ella, no es algo con lo que se puede jugar.
"Cuando tu juegas con eso, estás realmente jugando con algo que tu necesitas y que te ayuda a funcionar. Y yo me di cuenta que el género reside en tu mente y es algo mucho mayor que un hábito. Y yo lo aprendí a las malas".
Pero como todo perro huevero que aunque le quemen el hocico sigue comiendo huevos, Ms vincent utilizó su depresión para hacer más periodismo de inmersión y para hablar de lo que se siente en el momento cuando se siente y tambien para cuestionar el estado de cosas en esta área, llámese las instituciones, los pacientes, el personal a cargo de brindar cuidado y los conflictos acerca del mejor tratamiento a seguir.
Y ese es el tema de su segundo libro (Voluntary Madness) que tambien fue objeto de una segunda entrevista en WNYC (Tuesday, January 06, 2009) y que tal vez me interese hablar de él en el futuro.
10 comments:
Bueno, habría que matizar que las mujeres no tenemos tanta testosterona como los hombres -en general-, pero sí que la tenemos. Y así tantas y tantas matizaciones.
No sé por qué o mejor dicho no sé todos los por qués... pero me he sorprendido encontrándome con una sensación de cierto rechazo/incomodidad/reprobación/críticas a lo que ha elegido hacer esta persona y a sus conclusiones.
Creo que no tiene que ver con su orientación sexual.
Para empezar, el hecho de "disfrazarse de hombre" y relacionarse pretendidamente desde esa identidad cuando no lo es para mí sesga o introduce demasiadas "variables" extrañas en las relaciones que pretende investigar y luego además generaliza jugando con estereotipos, para volver a estereotipar.
Y juega también con las personas como cuando tiene citas con mujeres. Parece que ahora todo vale por una pretendida "buena investigación" periodística. No sé, no me convence nada este caso en concreto. En ocasiones he leído sobre periodistas infiltrados y me ha parecido interesante, pero en este caso, lo que me llega es puramente morbo y nada, absolutamente nada nuevo o valioso. Igual en otro momento cambio de opinión.
Pero ha sido interesante husmearlo (he leído más por internet a partir de tu reporte acá).
Mmmm... he sido un tanto dura ¿no?
mmmm... de hecho sí me interesa que en algún momento hablaras de su segundo libro, aunque sea para critical-lo jajajaj...
de algún modo me da "mal rollo" lo que hace esta mujer en concreto, pero investigar(me) el por qué también está bien -para conocer(me) más. :)
Gracias Carol por tus comentarios. Igual que tu yo me sentí intrigado por el libro (los libros) y la forma, el método que la autora utiliza para collectar sus datos. El caso es novedoso pero ella no ha sido la única en llegar a esos extremos. Los críticos inmediatamente conectan su trabajo con el de otro periodista (blanco) que al inicio de los años 60, se pintó de negro para infiltrarse entre los negros y de esa manera saber y sentir lo que era la discriminación.
Estar en la piel del otro es a veces algo muy difícil de ver y sentir. ¿Cuáles son los límites?...Eso es algo mucho más difícil de determinar. ¿Cuándo parar?.... Tambien es dificultoso. Pero ella pagó un precio por ello. La misma incomodidad tuya de leer lo que ella había hecho de alguna manera ella tambien lo ha sentido y como consecuencia de ello ella ha sufrido las consecuencias: una profunda depresión que la llevó a internarse al terminar su trabajo o quien sabe si lo terminó porque no pudo aguantar más.
Prometo hablar un poco más de su segundo libro. Hay algo que me interesa y quizás lo compre. Es sobre los diferentes paradigmas como pueden verse los problemas mentales. O una pregunta que se hace ella; si es el lugar que hace a la gente o es la gente la que hace el lugar?, por ejemplo, solo bastaron 24 horas para que en uno de esos sitios donde ella fingia estar depresiva se sintiera como tal...
Hola Fernando. Hacía dias no pasaba por aqui. No tenía ni idea de qué trataba tu post hasta que me adentré en él.
Mientras leía sobre la compasión que hay que tenerles a los hombres,según Norah, recordé un libro que leí hace poco, llamado "Las paradojas de la sexualidad masculina", que nos dice que para los varones es más difícil elaborar su identidad masculina que para las mujeres, pues ellos tienen que hacer un desapegamiento y una des-identificación con sus madres, para poder comenzar a identificarse con sus padres y transitar el camino hacia la masculinidad, y que eso es un proceso no siempre exitoso y doloroso por demás. Que para las hembras es diferente, en tanto desde que nacemos estamos pegadas a la madre, y para identificarnos con ellas y elaborar nuestra identidad femenina seguimos teniéndolas a ellas como referentes, sin tener que hacer ninguna ruptura. Por tanto, era un proceso mucho menos escabroso.
Es mucho lo que se espera de los hombres, en todos los sentidos, y honestamente, cuando me pongo a pensar en todas las ilusiones desvanecidas causadas por un NO de una mujer, no quisiera estar en sus zapatos. Como dice Norah, es duro pararte a buscar una chica a una mesa para bailar y que la joven te diga NO delante de todo el mundo, que andes como un perro enamorado de una mujer y ella ni te pele, como dicen en México, o que te diga abiertamente un NO, querer sexo con una mujer, sea tu pareja o no, cuando lo tienes erecto, y que te digan NO, y asi, muchisimos otros NO. Muchos no lo aguantan, y sencillamente intentan reparar su masculinidad herida golpeando y maltratando a esa u otras mujeres.
Yo no le tengo pena a los hombres y sus vicisitudes. Los hombres eligieron ese papel, y nos asignaron el "pasivo" a nosotras. Los comprendo, pero no les tengo lástima.
Me han encantado los comentarios de las lectoras tanto como el Post.
.....
Es dolorosa la masculinidad???
Daniel, claro que sí, que es dolorosa la masculinidad. Es mucho lo que se espera de los hombres, lo que se les exige, lo que se les demanda, a fin de mantener el título de "hombre". En ese trayecto, es mucho lo que sacrifican y mucho lo que pierden en nombre de la masculinidad.
Sabes que el análisis que hace Norah es contradictorio a lo que la mayoría de los hombres dicen en cuanto a lo feliz que se sienten de nacer hombres y no mujer. Y todo eso creo sé debe a pensar que ellos tienen todas las de ganar porque mandan en la casa, porque la sociedad lo ve como el sostén principal de la familia y sencillamente por ser hombres creen que tienen el control en la mujer. Pero he aquí lo peor, no muestran sus sentimientos por no permitir que los demás vean su sensibilidad o lo triste que se puedan sentir en algún momento, quizás por eso es que Norah dice que tenemos que sentir compasión por ustedes...
A mi me parece interesante lo que hace Norah.
Me parece absurdo, fernando.
Una mujer se podrá disfrazar de varón, pero su mirada y su ángulo de interpretación continurará siendo femenina.
Por otra parte, como investigación, está vicida, no solo por lo subjetivo, sino porque se parte de un engaño.
Por otra parte, no hizo ningún descubrimiento. Todo lo que comentá ya fue dicho.
"Dime a quien no se puede criticar y te diré quien manda". Voltaire.
Creo que el principal problema, ha roto varios dogmas del feminismo, el hecho de ser mujer y ser lesbiana, impide una serie de objeciones que normalmente se pudieran hacer... es por eso que genera molestias, esta historia es una patada en la espinilla al dogma feminista, es por eso que las mujeres (feministas principalmente), son las que más rechazan este trabajo. Hay que anular ese tipo de discursos que planteen la posibilidad de que el hombre no sea tan privilegiado como dicta el dogma y la mujer no sea ni tan víctima ni tan pasiva... por eso las feministas la odian.
Yo creo que esta investigación tiene muchos problemas de rigurosidad, pero es muy interesante el ejercicio que plantea en cuanto a intentar ponerse en los zapatos de otro sujeto. Personalmente creo que uno de los grandes problemas de nuestra sociedad es que solo nos interesa el mundo desde nuestro punto de vista, solo vemos la vida desde nuestro balcón y en ese sentido nos resulta muy difícil entender que el otro también sufre, también tiene derechos y también necesita afecto, y esto es independiente del sexo, genero, color, estatus social, creencias religiosas, etc, etc, etc.
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