Monday, June 7, 2010

Puntos de Intersección

Tiene unos ojos negros muy grandes y un corte de cejas en forma de arco que los agrandan aún más. He llegado al mostrador del Restaurante y hago ademanes de que quiero saludarla con un beso y ella que así lo entiende se acerca. Pego mi boca a una de sus mejillas que están realzadas con un rosadito pálido y le planto el beso como de costumbre. De paso aprovecho para decirle lo bella que está su boca con sus labios carnosos no muy abultados y acentuados por un esmalte brilloso y transparente que le gusta ponerse en los labios. Se sonríe y me muestra sus dientes diciéndome que ellos también lo son y yo agrego los ojos al inventario y con los míos le sugiero otras partes del cuerpo que me atraen y ella halagada pero pretendiendo que se molesta frunce el ceño sin dejar que le abandone una sonrisa en su rostro y se aleja al llamado de otros clientes, del teléfono o del ajetreo que originan todas las órdenes que tiene que preparar y enviar con el señor que en su bicicleta hace los mandados y las entregas.

Es toda una rutina y al mediodía no hay mucho espacio físico ni mental para escuchar las alabanzas que despiertan sus atributos físicos en medio del arroz y las habichuelas rojas y blancas, las arvejas, la carne y el pescado, el pollo al horno o al caldero y quién sabe cuántas cosas más que hay que ofrecer a los parroquianos atraídos por la comida que debe servir para saciar el hambre que casi a todos y por coincidencia a la misma hora los impulsa a llamar por teléfono o dirigirse hacia allí a ejecutar sin mucha sofistificación el ritual del almuerzo.

O quizás y me equivoco y sí hay tiempo y el espacio se crea porque no sé cómo y nos volvemos magos y hacedores de tiempo y hay una sola brecha que me permite un pequeño atrevimiento más. Los ojos hablan y ella se queja de mi sonrisa que esconde algo según ella, una mezcla de malicia que no lo es tal sino una manifestación de un estado de gozo interno que se activa por la anticipación de lo que se va a decir después sin haberlo realmente dicho de antemano.

Le digo que antes no me atrevía pero que ahora sí; que si estuviéramos solos le robaba un beso y que con su hermosa boca sus besos debían saber riquísimos. Y mientras le digo esas cosas le aprieto la mano que ha colocado encima del mostrador y ella que se le nota la prisa se la deja apretar y acalorada me mira sonriendo y casi cortándome los ojos por ponerla en una situación tan incómoda y con premura se queja en voz alta de mí, que en realidad no es una queja sino una manera de salvar la cara y aprovecha así y se retira a atender sus otros quehaceres.

Todo lo anterior forma parte de un juego que se repite día a día con una que otra pequeña variante. No nos lleva a ninguna parte pero aceptamos gustosamente el jugarlo (al menos yo). A veces hasta incluye una que otra escena de celos si otra persona me atiende pues asume que yo no quise esperarla, pero lo que sí la pone realmente molesta y no lo puede ocultar es cuando pido órdenes para llevar y hasta se niega a tomarla diciendo que su turno ha finalizado, algo que ese día era cierto pero que siendo de otro modo aceptaría sin ningún regañadiente.

La realidad es que somos dos polos totalmente opuestos y debido a nuestra formación y nuestros gustos que son totalmente distintos, si hubiera habido la posibilidad de una vida en conjunto, a excepción de la comida y el sexo que son nuestros puntos en común, esa vida, sería un completo infierno....Y ahora que lo escribo pienso: ¿sexo y comida no son más que suficientes?
En todo caso cuando yo quería y estaba dispuesto ella no lo estaba y ahora que para mí todo es un juego no sé si realmente ella quisiera  pero yo veo lo que nos separaría y nos diferencia con mucho más claridad y precisión y a la larga pienso que esas cosas nos habrían desbordado, nos hubieran arropado y opacado todo lo que inicialmente nos atrae y produce el acercamiento entre nosotros..

De todas maneras el punto aquí es demostrar que a pesar de las diferencias los seres humanos siempre podemos encontrar puntos en los que nos entendemos, nos comprendemos y  podemos estar en total acuerdo. Ella y yo por razones diferentes tenemos una hora y un lugar determinados donde ambos estamos de acuerdo, nuestras líneas confluyen y por ende se vuelve nuestro punto de encuentro. Es ahí dónde nuestras lineas o nuestras coordenadas se interconectan. Fuera de ahí esas líneas no tienen otra manera de conectarse y se alejan para volver a re-encontrarse otro día a la misma hora y en el mismo lugar de siempre.

3 comments:

Carol, Lur, o llámame algo bonito xD said...

... qué sabrosos tus almuerzos,, con algo de picante y todo ;-)

Sonia Tejada said...

Nueva casa :). Los cambios siempre son buenos.

Fernando said...

De seguro Carolina que si tu anduvieras por estos territorios, esos almuerzos no serían menos de sabrosos... ; ) ¿Qué tu crees?

Sí Sonia, los cambios en algunos direcciones pueden ser muy buenos, sobretodo cuando se trata de cambiar para mejor... : ) Todavía no estoy seguro de si esta es la casa con la que me voy a quedar para un rato..., pero dicen que probando es que se guisa!

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