Sunday, July 3, 2011

Picture imperfect

Wednesday, June 29, 2011.

Hoy hacía mucho calor. Suficiente como para extrañar un poco el invierno o el aire acondicionado de los negocios que visitaba. Es que mi vehículo no tiene refrigeración desde el año pasado. Fui para que le cambiaran la bomba de agua y cuando lo entré al taller el aire funcionaba. Una semana más tarde cuando lo encendí ya no enfriaba sino que tiraba aire caliente. No puedo afirmar de manera rotunda que los mecánicos lo dañaron pero estoy casi seguro que fueron ellos quiénes lo hicieron -aunque se denegaron- pues nada relevante pasó mientras tanto como para que yo pudiera atribuirlo a otra causa. No sólo ocurre con los mecánicos y todas esas personas que reparan cosas y te arreglan algo. Ellos resuelven un problema pero corres siempre el riesgo de que te dañen o te creen otro. Los médicos y los dentistas (que no son médicos, según lo dicho en Seinfeld) también son así.

No tener aire acondicionado en un carro en NY no es un inconveniente tan grave como podría parecer. El calor sólo dura tres meses y el recuerdo del invierno sirve de contrapeso para apreciar un poco el intenso calentón que nos invade por algunos días. Tener un vehículo sí que a veces es una incomodidad mayor en esta ciudad porque es frecuente el que escaseen los espacios libres para estacionar, no tienes un lugar dónde dejarlo y no puedes aunque quisieras, ponértelo en la cabeza. Si no fuera porque lo necesito para trabajar ya hace rato que me hubiera desecho de él. Los fines de semana no lo uso y si salgo en las noches trato de no llevármelo a menos que sea absolutamente necesario pues nunca se sabe si le da deseos a uno de tomarse un trago y no vaya la policía a sorprenderte o que tengas un accidente con algo de alcohol en el sistema, pues te daña tu suerte y tu vida peor que si hubieras roto una docena de espejos: adiós trabajos decentes, adiós seguros y no se diga tu reputación una vez tengas un DWI o DUI en tu récord.

Me alejo del tema y lo que quiero decir con la observación inicial es que necesitamos los contrastes, necesitamos que las cosas no salgan como uno quiere que salgan para poder apreciar cuándo así ocurren. ¿Qué valor podrían tener los eventos, los hechos, cuando todo nos sale como queremos, todo sale como a pedir de boca? Creo que los opuestos deben existir para darle sentido a nuestras elecciones, para justificar las decisiones que tomamos en una dirección o en otra y para poder apreciar las diferencias.

Nadie debería pasar hambre o sed pero es innegable que el agua y el alimento tienen un sabor muy diferente cuando estamos sedientos o nos morimos por un plato de comida. Todo el mundo quisiera que las cosas encajaran de la misma manera como encajan las piezas de un rompecabezas, pero si así fuera no habría lugar para el esfuerzo, para la lucha en conseguir que las cosas sean mejores, no habría lugar para la búsqueda de mejores alternativas a las que tenemos, no habría lugar para el cambio.

Y en cambio se me ocurre que quizás es perfecto el que haya cosas imperfectas, que no todo sea como se quiere, que a cada rato uno se encuentre con cosas absurdas y que haya entonces lugar para la existencia de extravagancias, de los sin sentidos, las faltas ortográficas y todas esas cosas que nos sobresaltan y asaltan nuestros sentidos dentro y fuera de nosotros mismos. No es un trabalenguas, ni es un contrasentido el que quizás sea correcto, que la imagen que vemos del mundo sea imperfecta..., así debe ser, es la perfección el que veamos las cosas de manera incompleta, inacabada para que nos pongamos a trabajar en la dirección que nos parezca más apropiada.

2 comments:

Daniel said...

Dicen algunos que vivir en paises fríos fue una de las causas de que esos pueblos se desarrollaran mas rápido que los habitantes de regiones cálidas. En un sentido la comodidad genera conformismo, lasitud. Siempre me he preguntado por qué el indígena caribeño tenía tan poca tecnología, tanto atraso general. Una vez un amigo me dijo que era porque vivían en un eterno resort (all in). Parece tener sentido.

Por lo tanto, sigue sudando en tu carro. Será ahí que generas los post?

Fernando said...

Jaja! La verdad es que lo que genera la escritura de los posts es el movimiento. Cuando estoy en la casa los fines de semana sin salir a ninguna parte y sin hacer nada no se me ocurre gran cosa a menos que haya asentado las ideas de antemano y sólo tenga que trabajarlas.

En cuanto a esa idea del desarrollo dependiendo de la latitud en que se viva es así y ya lo habíamos discutido antes: o sucumbimos a las dificultades de la vida o ellas nos hacen más fuertes. Con todo no encuentro para nada despreciable el modo de vivir de esos indígenas caribeños (si observas es el mismo estilo como caracterizan a los hawaianos, la gente de Maui y demás islas del pacífico perdido).

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