En estos días como casi siempre, ocurren cosas, se superponen historias, se suceden acontecimientos que no son del todo nuevos. La vida está hecha de repeticiones.
Eventos similares ocurren todos los días, en todas partes y a todas horas, los cuales pueden cobrar o no notoriedad dependiendo de los actores que participan en ellas.
Sin quitarle importancia a ningún evento porque creo que todos tienen igual valor, quiero llamar la atención de dos casos que resuenan con bastante fuerza en los medios de comunicación. Situaciones de este tipo son espejos que permiten reflejar nuestra naturaleza de manera fidedigna.
Uno es la muerte de la modelo sudafricana Reeva Steenkamp a manos de su novio el famoso atleta olímpico y para-olímpico Oscar Pistorius a quién se le ha apodado con el nombre de Blade Runner por la prótesis que usa a manera de zapatos para correr.
El otro caso que me llama la atención es el de Jodi Arias a quién se le acusa de dar una muerte horrenda a quién fuera su novio y amante, Travis Alexander. Le propinó 27 puñaladas, además de dispararle con una arma de fuego y prácticamente degollarlo, cortándole la garganta casi de oreja a oreja.
¿Qué resentimiento tan grande puede guardar una persona para ensañarse así contra el cuerpo de alguien? Me imagino que mucho antes de llegar a la cuenta de 27, el tipo debe de haber estado muerto si no es que lo estaba antes a consecuencia del balazo recibido.
Va a ser muy difícil por no decir imposible, determinar con certeza las circunstancias que provocaron la muerte de estas personas. No hay testigos. Estamos a merced de lo que los victimarios digan y/o las evidencias en su contra que puedan salir a relucir en los juicios respectivos.
El hecho es que hay dos personas muertas y hágase "justicia" o no, el daño causado es irreversible, irreparable. Estas personas no volverán a vivir. Y la duda siempre quedará de si lo que se dijo allí, en la corte, fue la verdad.
Creo que cualquiera puede matar a otro-a en defensa propia y/o en un momento de locura. Ahora bien, si como se especula también ambas muertes fueron premeditadas y existen indicios en el caso de Pistorius de que este era muy celoso y controlador, estas cosas yo no las puedo entender fácilmente.
Se me hace difícil racionalizar la persona celosa que con una actitud posesiva y controladora pretenda obligar al otro-a a estar con él o con ella.
¿Qué mérito tiene el hacer que alguien esté con uno por intimidación, miedo o chantaje?
Hay que estar en los zapatos del otro-a para poder entender cosas como esas pero en mi caso yo lo veo siempre como un defecto en el razonamiento, una incapacidad en el procesamiento de la información y mi recomendación en situaciones parecidas, la mejor solución que puedo dar es que hay que salirse de ellas a como dé lugar.
Hay que tratar de romper el marco (de cualquier lado del marco en que nos encontremos), hay que tratar de poner pies en polvorosa y de ese modo tratar de ver la realidad desde otras perspectivas, en lo que las pasiones, que son siempre malas consejeras, se enfrían.
Cualquier mente fría y calmada puede ver con claridad que hay mucho mejores soluciones que quitarle la vida a otra persona o que se la quiten a uno, porque nunca se sabe ...
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