De cómo no perder el equilibrio, de cómo mantener el balance va esta entrega.
Porque es fácil dejarse arrastrar por los extremos y en casi todos los casos, todos los extremos son malos.
Veamos: si trabajamos mucho es bueno por un lado porque conseguimos dinero para pagar las cosas que queremos y necesitamos pero al mismo tiempo trabajar demasiado no es bueno ya que el cuerpo y la mente necesitan descansar de manera apropiada. Divertirse en estas circunstancias sería genial pero si exageramos, si nos divertimos más de la cuenta es malo porque gastamos lo que tenemos y hasta lo que no tenemos.
Como dice un amigo mío, no hay límites para gastar. Siempre va a haber un whisky más caro o una ropa de mayor precio y eso se puede extrapolar a todo: tickets de avión, vacaciones, lujos, etc. Si nos llevamos del gusto nos endeudamos y hasta podríamos perderlo todo cuando ya no podemos seguir el ritmo y se produce un desbalance entre el dinero que entra y el que sale.
Lo mismo nos pasa con la comida.
¡Qué cosa más deliciosa es comer!
Independientemente de que comemos porque es indispensable para vivir, en los tiempos modernos ya no lo hacemos exclusivamente porque lo necesitamos sino, por placer y en demasía, hasta el punto que hemos creado una crisis llamada obesidad por el consumo en exceso de comida.
Sin embargo es difícil encontrar un punto de equilibrio porque al mismo tiempo que se nos incentiva a comer utilizando toda clase de trucos y artimañas de mercadotecnia, también se usan las mismas técnicas para decirnos lo contrario, lo cual en el peor de los casos nos lleva a desarrollar trastornos del comer como la anorexia y/o bulimia.
Existencialmente hablando me doy cuenta que la vida se desenvuelve siempre entre parámetros opuestos a los que hay que prestar mucha atención para poder disfrutarla plenamente y no perderse de manera irreparable en sus extremos.
Como en este caso de que me estoy sintiendo culpable de que estoy gozando de demasiado tiempo libre y siento que no lo estoy aprovechando al máximo y de que ese puede ser el origen de la creación de malos hábitos que interfieran o me incapaciten para mis labores productivas posteriores...
No me gusta dormirme en mis laureles ...
Porque es fácil dejarse arrastrar por los extremos y en casi todos los casos, todos los extremos son malos.
Veamos: si trabajamos mucho es bueno por un lado porque conseguimos dinero para pagar las cosas que queremos y necesitamos pero al mismo tiempo trabajar demasiado no es bueno ya que el cuerpo y la mente necesitan descansar de manera apropiada. Divertirse en estas circunstancias sería genial pero si exageramos, si nos divertimos más de la cuenta es malo porque gastamos lo que tenemos y hasta lo que no tenemos.
Como dice un amigo mío, no hay límites para gastar. Siempre va a haber un whisky más caro o una ropa de mayor precio y eso se puede extrapolar a todo: tickets de avión, vacaciones, lujos, etc. Si nos llevamos del gusto nos endeudamos y hasta podríamos perderlo todo cuando ya no podemos seguir el ritmo y se produce un desbalance entre el dinero que entra y el que sale.
Lo mismo nos pasa con la comida.
¡Qué cosa más deliciosa es comer!
Independientemente de que comemos porque es indispensable para vivir, en los tiempos modernos ya no lo hacemos exclusivamente porque lo necesitamos sino, por placer y en demasía, hasta el punto que hemos creado una crisis llamada obesidad por el consumo en exceso de comida.
Sin embargo es difícil encontrar un punto de equilibrio porque al mismo tiempo que se nos incentiva a comer utilizando toda clase de trucos y artimañas de mercadotecnia, también se usan las mismas técnicas para decirnos lo contrario, lo cual en el peor de los casos nos lleva a desarrollar trastornos del comer como la anorexia y/o bulimia.
Existencialmente hablando me doy cuenta que la vida se desenvuelve siempre entre parámetros opuestos a los que hay que prestar mucha atención para poder disfrutarla plenamente y no perderse de manera irreparable en sus extremos.
Como en este caso de que me estoy sintiendo culpable de que estoy gozando de demasiado tiempo libre y siento que no lo estoy aprovechando al máximo y de que ese puede ser el origen de la creación de malos hábitos que interfieran o me incapaciten para mis labores productivas posteriores...
No me gusta dormirme en mis laureles ...
No comments:
Post a Comment