No debe ser sorpresa. El cambio contínuo es la única constante en este negocio, en la vida, y las demás cosas.
Y a pesar de la inercia, la resistencia inicial que ponemos para hacer cambios en uno u la otra, ellos nos permiten adaptarnos a las nuevas realidades que siempre alteran nuestras percepciones de las cosas. Como la recién cambiada hora. Lo hicieron el Sábado o el Domingo pasado y me sigo acostando a la misma hora que siempre acostumbro para los días de trabajo pero me estoy despertando como si fuera la hora anterior, o sea, una hora antes y ando con sueño todo el día.
Por suerte existe el café y esta mañana al tomar mi dosis matinal de 8 onzas, pude sentir la diferencia a manera de un corrientazo, un electrochoque que estremeció todas las neuronas de mi cerebro. Difícil de negar el impacto que sustancias externas producen en él.
Y volviendo al cerebro, al mío, al de todo el mundo que hace jugadas inesperadas. Sueños terribles, inverosímiles como no hacía mucho tiempo me sucedía. Vaya, que la mente crea cosas o talvez eran premoniciones de cosas malas que iban a ocurrir. Hasta se mereció un status mío en Facebook la semana pasada.
Y hablando de FB, caramba, he visto el exhibicionismo más rampante desplegado sin la más mínima dosis de recato en algunas cuentas. Oh Dios, cuánto afán por llamar la atención. Un poco de narcisismo se perdona pero en demasía tambien espanta, sobretodo porque qué le importa a uno los detalles del supuesto éxito alcanzado por determinados personajes..; y cambiando de tema, hay que probar la comida jamaiquina y dentro de ella el Jerk chicken.
Ahora que lo recuerdo, prometí llevar a Daniel -pero se nos pasó-a degustar el estilo super original de comida que ellos tienen; comida cargada de especias, realmente un sabor especial y diferente. Hoy precisamente estuve pensando que esa comida debe provocar adicción porque las ganas que tenía hoy por comerla eran casi irracionales. Pero con razón o sin ella satisfice mis deseos porque como dice Maribel, no se sabe lo que puede pasar mañana y quedarse con las ansias de hacer algo parece no ser muy juicioso.
¿Cómo podría cuantificarse la cantidad de ansias insatisfechas que andan esparcidas por el mundo? ¡A ver!
Por último debo darle las gracias, debo felicitar de manera efusiva a los asiduos visitantes de la franquicia por seguir un esquema independiente y a manera de un Chat room hacerse preguntas que se contestan entre sí y donde no necesariamente me siento aludido o tengo que responder a las intervenciones y/o respuestas individuales. Y esa iniciativa cuenta con todo mi apoyo y así debe seguir (sin coerción).
Como invitada tenemos un plato riquísimo de música china auténtica: Liu Fang.