Un día como hoy, el 11 de febrero de 1999, vine por primera vez a la ciudad de New York. No hay nada como la primera impresión. Y ojalá todo se quedara ahí. La admiración, el atolondramiento y hasta la majestuosidad inicial que uno percibe y siente al llegar por primera vez se pierden con el tiempo. Pero tambien marcan a uno para no esperar menos en futuras aventuras. No hacía tanto frío como hoy, pero hacía muchísimo frío para mis estándares de entonces.
La nostalgia que Cecilia despierta en mí, a quién decidí conocer profundamente gracias a mi amiga Dora (gracias), puede mejor que nada expresar las emociones que siento al recordar esos días.
2 comments:
Un dia cualquiera en la vida siempe constituye una fecha señalada aunque no nos demos cuenta creyendo que vivimos un dia igual al otro. Pe4o años mas tarde nos damos cuenta de la crucial importancia de aquella fecha en nuestras vidas.
Por qué será que esa fecha uno la recuerda tan bien.
Lamentablemente mientras más común se nos hace lo que vemos, el brillo de la ciudad se nos va desapareciendo.
Lo que más yo recuerdo de mi llegada son las luces amarillas de la autopista, todo iluminado. Y también los letreros, los verdes y esos de bombillas amarillas.
Saludos.
P.D. En la universidad me están sacando el 'juice', por eso se me ha hecho difícil continuar el cuento.
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