El tener una cara de fresco no ayuda algunas veces. El otro día en medio de unas cervezas sazonadas con Tabasco mi amiga me dijo que yo si estaba 'puto'. No tuve más remedio que preguntarle si eso era una buena o mala cosa. Me respondió que eso era bueno.
Bueno, parece que no tanto. Porque por estar de 'puto' como diría mi amiga he tenido que dejar de visitar el sitio aquél. Una de las jefas del lugar, una señora que debería tener biznietos, me tiene atemorizado. Cada vez que me aparezco por ahí se me sienta al lado, me restrega todos sus atributos personales (que por cierto son muy grandes) y se pone a tomar conmigo como una desgraciada. Me cuenta historias, me hace insinuaciones y he tenido que decirle a mi amiga que temo quedarme solo con ella pues me siento incómodo y no quiero hacerla sentir mal ni tampoco quiero parecer descortés...
Y la culpa de todo esto la tiene mi padre. De él heredamos esa tendencia a ser más sabrosos de la cuenta. Y quizás sea una buena cosa que a veces nos mete en problemas y como todo, tambien nos saca de líos en los momentos que uno menos lo espera.
Mientras tanto debo ensayar otra manera de ver a mi amiga sin estas indeseables interrupciones....
4 comments:
Seguramente andas con tu camisa medio desabotonada para que te vean el pecho y las mangas medio remangadas.
"De él heredamos esa tendencia a ser más sabrosos de la cuenta."
Hasta en la blogósfera se da uno cuenta de esa sabrosura.
Saludos
jajajajaj. ¡Coge ahí tienes para que te entretengas! jajajaja.
Como sufro, poco o mucho, del mismo mal he visto que si la puteria es dirigida, preferiblemente hacia alguien que nos acompañe, eso evita que se arrimen otras.
Si eso es dificil manejarlo ahora, como seria en los tiempos del señor ese del que heredaste la sabrosura?
Bueno la sabrosura se debería emplear en determinadas situaciones, por ejemplo en la intimidad. Controla el sazón que llevas por dentro, no siempre es bueno dejarlo ver del todo jejeje
Saluditos Fer.
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