In Sync

Todo es sincronización o la falta de ella. Mientras recorro la ciudad he visto los semáforos (las luces como les dicen por aquí) cambiar de verde a amarillo y luego a rojo. He podido robarme una que otra intersección aprovechando hasta el máximo la impaciente luz amarilla. Lo he hecho tantas veces. Pero no en esta ocasión. Es como si mi mente estuviera de alguna manera programada a la manera de estas luces. Obedezco de manera casi automática al mandato que representan y hoy no tengo ninguna prisa por burlarlas. Hasta yo me sorprendo de mi civilidad y la ausencia de descontrol ante la parada a que la luz roja nos obliga.
Dice Jonah Lehrer que el cerebro siempre busca patrones y de alguna manera trata de entender, reproducir y predecir la ocurrencia de los mismos en el futuro. Mi cerebro parece estar conectado a los aparatos del control de tráfico y de alguna manera prevee el desenvolvimiento y la lógica de los mismos sin la tensión que produce en la mente adelantarse a los acontecimientos y el querer llegar más rápido que lo que las circunstancias permiten.
Se me ocurre que la sincronización es un fenómeno que desborda todos los límites: muchos conocidos y otros por conocer. Ello explicaría el porqué algunas cosas ocurren y otras no. Creo que cuando dos personas se gustan están in Sync. Y si una de ellas lo está y la otra no, se podría decir que están out of sync. Para que la sincronización ocurra, el tiempo y el espacio en el que las cosas se dan es vital.
Descubro que la falta de sincronización mía con terceros tanto en el tiempo como en el espacio es la responsable de que en el pasado existiendo los sentimientos y las emociones correctas los mismos no hayan producido los resultados esperados. Pienso que eso mismo pudiera estarle pasando a muchas personas ahora mismo, en este mismo instante. Tal vez hasta a mí mismo en el presente.
Creo tambien que el gusto que le he encontrado al Jazz últimamente es el responsable de todas estas teorizaciones.