Tengo varios días tratando de escribir un post sobre un tema y la idea la tengo muy clara en la cabeza pero no he podido en el instante ponerla en un papel porque siempre estoy haciendo algo que me lo impide. Ya sea que he estado conduciendo o que voy caminando por la calle, lo cierto es que en cada ocasión algo me ha impedido el tomar una nota rápida.
Esta mañana por ejemplo tenía la idea en perfecto estado de fruición y estaba loco por detenerme o quería encontrar un semáforo en rojo para rápidamente asentarla en una libreta y cuando al fin lo encuentro la luz cambia casi inmediatamente a verde evitando el que pudiera escribir una mísera línea. No sucedió esto una sola vez sino tres veces. ¡Cuándo más necesito de una luz roja ella nunca aparece! ¡Ay si fuera lo contrario!
Cuando al fin logro estacionarme y creo tener tiempo suficiente para ponerle tinta a mis pensamientos estos o las palabras que los representaban ya se han ido. Por más esfuerzos que hago por acordarme no llego a conseguir absolutamente nada. Bueno, no fue que lo perdí todo pues la idea no se ha ido, todavía persiste pero no con las palabras exactas que tenía seleccionadas y que encajaban perfectamente con eso que quería decir.
Parecería como si todo estuviera conspirando en contra de la expresión de mis ideas, como si estas estuvieran condenadas a existir sólo en mi cabeza o un plan macabro hubiera sido diseñado de manera específica para impedirme plasmarlas de manera definitiva en algún medio perdurable.
Por ahora, entonces, tengo que conformarme con esta incómoda sensación de saber que tenía algo entre las manos, algo que no he podido asir a plenitud y en cambio se ha escapado como agua que se escurre entre los dedos por más que he intentado encontrar a tiempo un recipiente adecuado que hubiera sido capaz de retenerla.
3 comments:
Fernando, te entiendo a la perfección. A mí me llegan las mejores ideas con las mejores palabras por la noche, con la luz apagada y con sueño a punto de vencerme. Por las mañanas sólo quedan retazos de pensamientos y mucha rabia...
a mí también me pasa muchas veces, y lo que dice Raymunde también, me vienen las ideas cuando me estoy durmiendo y me quedan dos opciones romper ese estado de estar casi dormida y anotarlo o confiar en que lo recordaré por la mañana (cosa que normalmente no suele pasar). Lo que alguna vez también me ha pasado es que las ideas y los razonamientos me salen en sueños, de hecho escribí una entrada a partir de un sueño...http://todolodemasynadaenparticular.blogspot.com/2010/02/ni-siquiera-el-bien-y-el-mal-son.html
¿No es maravilloso eso de que a otras personas le pase lo mismo que a ti? Pues sí y creo que tres cabezas piensan mejor que una, y se me ocurre entonces si no sería una buena idea el tratar de encontrar una solución para evitar que nuestras mejores ideas sean saboteadas por culpa de no sabe qué que se interpone entre ellas y su desembocadura final en un trozo de papel o su equivalente digital...
Y Grace, en cuanto a tu entrada con relación al extraño sueño que tuviste vengo de allá y te acabo de dejar un comentario: me encanta ese tema que tratas.
Existen historias asombrosas sobre los sueños. Recuerdo de mis clases de metodología de la investigación (creo) gente que encontraba la solución a ecuaciones en sus sueños, respuestas que al despertarse inmediatamente le revelaban la clave que le había sido negada mientras permanecían en vigilia...
Yo quiero que algún día y en algún sueño me den los números de la Loto y al despertar pueda recordarlos pero más importante que me decida a jugarlos (soy mal jugador: no juego mucho).
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