Recientemente le propuse a una amiga que acababa de separarse de su pareja de cinco años que fuéramos amigos más que amigos, "amigos con derechos" y me dijo que no.
Una semana antes, sin embago, me había manifestado que quería conseguirse a alguien como yo, alguien con quién poder hablar y conversar de cualquier cosa, cuando le sugerí que se buscara una persona con el propósito exclusivo de tener una relación física en lo que aparecía algo mejor que la satisfaciera.
"El cuerpo había que disfrutarlo mientras se pudiera, mientras se llevara gusto (y cuando los otros llevaran gusto también)", era mi teoría. Y en su caso, ella debía aprovechar eso ahora, cuando el deseo de la carne todavía existía y no ha desaparecido de ella la llama que le da vida.
Mi amiga sufre de atraer personas indeseables y cae con frecuencia en relaciones abusivas en las que siempre sale perdiendo tanto económica como emocionalmente, por no decir agobiada, herida y maltratada en más de un sentido.
Ella se sentía feliz y contenta de poder estar soltera de nuevo y poder salir y hacer lo que quisiera.
Luego de mi propuesta duró como dos semanas sin hablarme. Después de ese intervalo ya todo ha vuelto a la normalidad. El Viernes pasado celebramos su cumpleaños que cayó a mediados de la semana.
Me preguntó que cuándo iba a visitarla a su casa . . . me quedé pensando: no estoy tan seguro de que quiera hacer eso ya!
3 comments:
Segun yo lo veo, ya dijo que sí.
Sí y no! Ella quiere algo más ...
Pues yo no lo veo como Daniel, quiero decir que sea tan claro. Si en un principio te dijo que no... también puede ser que quiera retomar la relación de amigos, sin más, ni menos.
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