En estos días he llegado a la conclusión de que uno no debería trabajar. Entiéndase como trabajar toda actividad remunerada que no se alinea con lo que uno desea en un momento determinado. Según mi punto de vista uno debería dedicarse a hacer cosas que se desean y se quieran hacer y en consecuencia debería recibir un pago por ello. Pero eso no quiere decir que lo que se quiere hacer hoy es lo que vamos a querer hacer mañana. Todo cambia, las situaciones y las circunstancias cambian y por ende lo que nos gusta hoy no necesariamente tendrá que gustarnos mañana.
Me parece que la situación del trabajo debe ser una situación fluida y adaptarse a las circunstancias cuando las mismas cambien. Ya no me gusta hacer esta cosa por lo tanto debo buscar hacer otra y que me paguen igual o más que la anterior.
En la vida real esto es muy complicado porque permanecemos en los trabajos más tiempo que el que deberíamos, mucho más allá de la satisfacción que nos provocaba en sus inicios.
Visto así, la expresión aquella que habla de que el trabajo dignifica al hombre no es correcta. En cambio, si uno está en un trabajo por la fuerza (de lo que sea, las circunstancias, los compromisos, seguro médico, etc.), entonces el trabajo no es una liberacion y no dignifica nada: es en cambio una esclavitud.
Sé que estoy caminando un terreno un poco inestable y pedregoso pero haber pasado un año prácticamente sin hacer nada ha cambiado mis expectativas y la forma de ver las cosas en muchos aspectos y el trabajo es uno de ellos. Quiero seguir ganando el mismo dinero que he estado ganando hasta ahora pero en estos instantes quiero hacer otra cosa y me parece que esa otra cosa u en esas otras cosas no me van a pagar ese dinero que estoy recibiendo actualmente.
Mientras tanto debo seguir atado a esta clase de esclavitud que he acabado de descubrir como resultado de tener tanto tiempo libre en mis manos.
No comments:
Post a Comment