Después de más de un año en el que nuestra manera de vivir ha sido alterada en todas sus manifestaciones, es hora de irse preparando ya para vivir la vida después de la pandemia. No quiere decir que la misma haya acabado; por el contrario, en muchos países ha resurgido con fuerza inusitada y aunque ya existen vacunas para prevenir los casos graves de la enfermedad, por asuntos logísticos de producción y también de implementación, está muy lejos todavía el poder hablar de tener un adecuado control de la enfermedad.
No obstante, para los que hemos sido vacunados ya, ha llegado el momento de romper el letargo y comenzar el proceso de vuelta a cómo era la vida en los tiempos previos a la epidemia de Covid-19.
Particularmente, no pensé que un año en aislamiento parcial podía desconectarnos tanto del mundo y no precisamente porque hubiera una real desconexión. A diferencia de otras epidemias, nosotros hemos gozado de una comunicación indirecta a través del internet, la TV, Netflix, Amazon, UPS y así sucesivamente por mencionar algunos de los medios más emblemáticos.
Lo que realmente viene a ocurrir en mi caso es que uno se ha adaptado a la nueva manera de hacer las cosas de tal forma y hasta tal punto que ello dificulta el volver a la realidad anterior pre-pandemia. A mí me está constando bastante trabajo el pensar en insertarme de nuevo a un esquema de trabajo, buscar clientes, ganar más dinero. Es como si mis prioridades hubieran cambiado de un año a otro. En realidad, no tengo tan claro cuáles deberían ser esas prioridades o si las sé no tienen nada que ver con lo que he estado haciendo estos últimos años.
Es como si se hubiera roto una continuidad. El hilo que unía el pasado con el presente y conectaba con el futuro no existe o está extraviado y necesita ser reemplazado de urgencia. Las prioridades que existían antes no son las mismas que existen hoy, mas, sin embargo no podemos de buenas a primeras romper con todo y decidirnos a emprender nuevos horizontes. Es importante preservar los medios de producción existentes aunque no tengamos muchas ganas de mantenerlos.
A pesar de eso, se hace absolutamente necesario poner cierto orden en la casa y en medio del desorden que la epidemia ha creado en el mundo y en nosotros mismos, debemos encontrar el camino de vuelta a cierta normalidad a pesar de lo elusiva que la misma parezca a estas alturas.
Por lo pronto, para mí ahora mismo la receta para enderezarme requiere que viaje a uno o talvez dos lugares y porqué no a tres ...
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