Vivir en la ciudad más excitante del mundo es una arma de varios filos. A veces nos paralizamos al tener tantas opciones, sobretodo porque sólo se tiene un cuerpo y una sola mente y no nos fue otorgado el don de estar en todas partes.
Y dependemos tanto de nuestros cuerpos y si lo maltratamos dándole cosas que lo alteran pues lo pagamos con mucho cansancio y luego no vamos para ningún lado, lo mismo si nos divertimos en demasía y si no lo hacemos también lo pagamos con mucho aburrimiento y encontrar el equilibrio perfecto de hacer muchas cosas pues es una verdadera proeza.
Pero es la dirección correcta. No somos eternos y cada día que pasa es un día menos y hay que tratar de sacarle el máximo provecho a cada minuto de la existencia no con la idea última de que ello va a tener significado o alguna trascendencia, sino por el simple hecho de darle sentido a los sentidos con los que vinimos y que están ahí precisamente para eso: para sentir.
Nuestro paso por el mundo es limitado y ya sea que veamos o no nuestra conexión con el resto de lo que nos rodea de manera tal que podamos procesar nuestros cambios de estado físicos para así llegar a hacer la última de las transiciones con la menor fricción posible, pues no nos queda otra alternativa que ensanchar y realzar la experiencia que los sentidos nos dan en la medida siempre de nuestras posibilidades.
Y estamos apostando al arte como medio para maximizar esa experiencia de los sentidos. Y dentro del arte y sin negarle validez a todas las otras formas con que ella se expresa, pues nos sentimos muy cómodos con la música. ¿Qué mejor manera para elevar la mente y el alma? Evidentemente no toda la música sirve a esos propósitos pero con un poco de esfuerzo hay para todos los gustos y todos los estados de ánimo.
Confieso que me están gustando increíblemente las misas. Digo de manera increíble porque no soy religioso. Tampoco soy anti-religioso ni ateo. He decidido mantenerme al margen de la discusión pues no puedo lógicamente darle una salida satisfactoria al asunto. Me encanta eso sí el estudio comparativo de las religiones y como literatura creo que todas son dignas de objeto de estudio.
Con el propósito de escuchar música he visitado dos iglesias últimamente y me he sorprendido de la calidad cómo el sonido se desplaza en esos sitios. Una fue la iglesia de St Mary's y la otra fue la Trinity Wall Street Church apoyando una actividad en beneficio del pueblo haitiano. En una las "Lamentaciones de Cavalieri" y en la otra el coro y la orquesta barroca de la Trinity Church. En Ambas temas religiosos pero no por ello música que dejaba de cumplir los objetivos anteriores de elevar la mente, el cuerpo y el espíritu... Y es algo que debemos aprender. Las cosas buenas se aprecian independientemente del origen. La mejor música coral está inspirada en motivos religiosos y seamos creyentes o no, es un desperdicio dejarla de apreciar.
Me emocioné tanto que compré los 8 CDs de las Misas Completas de Haydn y ya los transferí a mi teléfono...
Y dependemos tanto de nuestros cuerpos y si lo maltratamos dándole cosas que lo alteran pues lo pagamos con mucho cansancio y luego no vamos para ningún lado, lo mismo si nos divertimos en demasía y si no lo hacemos también lo pagamos con mucho aburrimiento y encontrar el equilibrio perfecto de hacer muchas cosas pues es una verdadera proeza.
Pero es la dirección correcta. No somos eternos y cada día que pasa es un día menos y hay que tratar de sacarle el máximo provecho a cada minuto de la existencia no con la idea última de que ello va a tener significado o alguna trascendencia, sino por el simple hecho de darle sentido a los sentidos con los que vinimos y que están ahí precisamente para eso: para sentir.
Nuestro paso por el mundo es limitado y ya sea que veamos o no nuestra conexión con el resto de lo que nos rodea de manera tal que podamos procesar nuestros cambios de estado físicos para así llegar a hacer la última de las transiciones con la menor fricción posible, pues no nos queda otra alternativa que ensanchar y realzar la experiencia que los sentidos nos dan en la medida siempre de nuestras posibilidades.
Y estamos apostando al arte como medio para maximizar esa experiencia de los sentidos. Y dentro del arte y sin negarle validez a todas las otras formas con que ella se expresa, pues nos sentimos muy cómodos con la música. ¿Qué mejor manera para elevar la mente y el alma? Evidentemente no toda la música sirve a esos propósitos pero con un poco de esfuerzo hay para todos los gustos y todos los estados de ánimo.
Confieso que me están gustando increíblemente las misas. Digo de manera increíble porque no soy religioso. Tampoco soy anti-religioso ni ateo. He decidido mantenerme al margen de la discusión pues no puedo lógicamente darle una salida satisfactoria al asunto. Me encanta eso sí el estudio comparativo de las religiones y como literatura creo que todas son dignas de objeto de estudio.
Con el propósito de escuchar música he visitado dos iglesias últimamente y me he sorprendido de la calidad cómo el sonido se desplaza en esos sitios. Una fue la iglesia de St Mary's y la otra fue la Trinity Wall Street Church apoyando una actividad en beneficio del pueblo haitiano. En una las "Lamentaciones de Cavalieri" y en la otra el coro y la orquesta barroca de la Trinity Church. En Ambas temas religiosos pero no por ello música que dejaba de cumplir los objetivos anteriores de elevar la mente, el cuerpo y el espíritu... Y es algo que debemos aprender. Las cosas buenas se aprecian independientemente del origen. La mejor música coral está inspirada en motivos religiosos y seamos creyentes o no, es un desperdicio dejarla de apreciar.
Me emocioné tanto que compré los 8 CDs de las Misas Completas de Haydn y ya los transferí a mi teléfono...