http://www.youtube.com/watch?v=ZgTBjH2-Mr0
Resulta interesante cómo fenómenos que se vienen repitiendo por los siglos de los siglos, desde tiempos inmemoriales no dejan una huella y en cada individuo, con cada nueva generación vemos ejecutarse las mismas danzas, los mismos ritos y los mismos asombros tanto cuando nace una vida, se siente el primer amor -o el segundo amor y quién tiene suerte pues llega a experimentar tres o más-, o cuando nos sorprende la muerte, esta vez vivida a través de un tercero pues no vamos a tener tiempo de describir la nuestra cuando la misma nos sorprenda al final de nuestro recorrido por la vida.
Y he estado pensando en la muerte y cómo afecta a unos más que a otros pero sobretodo cuán difícil se hace aceptarla muy a pesar de que es algo que nos va a tocar a todos por igual, sin distinción de clase, raza, sexo y religión, ricos o pobres, creyentes o no, tarde o temprano.
Pero no es la muerte en sí lo que veo preocupante sino cómo el pensar que va a llegar o ya le llegó a miembros cercanos nuestros nos afecta hasta el punto de contaminar nuestra propia existencia convirtiendo la vida que llevamos en un puro suplicio lleno de miedo y temor hacia lo que un día va a ocurrirnos.
Resulta interesante cómo fenómenos que se vienen repitiendo por los siglos de los siglos, desde tiempos inmemoriales no dejan una huella y en cada individuo, con cada nueva generación vemos ejecutarse las mismas danzas, los mismos ritos y los mismos asombros tanto cuando nace una vida, se siente el primer amor -o el segundo amor y quién tiene suerte pues llega a experimentar tres o más-, o cuando nos sorprende la muerte, esta vez vivida a través de un tercero pues no vamos a tener tiempo de describir la nuestra cuando la misma nos sorprenda al final de nuestro recorrido por la vida.