- ¡Oh!, tenemos que averiguar quién fue el responsable de esto, quién fue el que se equivocó, porque estoy cansado de que siempre que se presenta un problema nos echen la culpa de todo a nosotros.
Bla, bla, bla..., y así continuó el jefe hablando y haciendo llamada tras llamada luego de descubrirse que una orden que debió haberle llegado al cliente un Lunes pues nunca llegó ese dia y ya era el Mediodía del Martes y probablemente nunca llegaría pues la misma no se hubo enviado todavía.
Mientras tanto el problema del cliente seguía igual, sin resolverse porque el jefe estaba dedicando todas sus energías en hallar un culpable más que en buscar una solución que podía encontrársele a la situación que se había presentado.
Las emociones se contagian. Molesta mucho ver a alguien que está molesto. Esos tonos de voz altos, esas expresiones en el rostro reflejando desagrado y malestar son muy inquietantes y desestabilizadoras.
Unos minutos bastan para hartar y se me ocurrió una idea pero no quiero tampoco ser irrespetuoso (a los jefes no les gusta que los subordinados sean los que dicten el paso de cómo deben de hacerse las cosas) y con pretendido tacto y no menos sutileza me atreví a sugerir que nos concentráramos mejor en buscarle una solución a la situación creada y luego que fuera resuelta pues nos dedicáramos a averiguar quién fue el que cometió el error.
En unos cuantos segundos ya teníamos un plan a ejecutar con más de una opción para escoger. Incluímos hacerle una visita al nombrado para con ello darle gusto y tratar así de resarcir un poco parte de los inconvenientes creados al no recibir la orden a tiempo. Nos pusimos en acción, ejecutamos y como por arte de magia durante el resto de la tarde no se volvió a hablar más del asunto. Cuál fue la razón o quién fue la causa de que se originara el impasse quedaron en un muy lejano segundo plano.
¡Uff, qué cambio y qué alivio!
Aquí se intercambian ideas. La administración se esfuerza en garantizar a todos los mismos derechos y privilegios.
Thursday, August 26, 2010
Thursday, August 19, 2010
¿Será la rutina?
La muerte del amor o la muerte del deseo hacia sus parejas -con el pasar de los años, era el tema de conversación entre los dos.
¿Cómo se originó ese diálogo? No lo sé con exactitud. Creo que fue una hermosa joven caminando por la acera con la gracia y la frescura características de su edad, y que nos dejó a todos boquiabiertos, lo que los hizo abrir su corazón y revelar parte de sus intimidades.
Uno de ellos dijo que no podía mirar esas cosas porque el era un hombre casado.
El otro resignadamente dijo que iba a cumplir 20 años con su esposa y que ya no podía mirarla como su mujer. Con cierta amargura y resentimiento declaró que ya no la soportaba y que hasta le pedía que se volteara para el otro lado de la cama. El ya no sentía nada por ella.
Y José que abrió los ojos con gestos de sorpresa y casi se puso las manos en la cabeza sólo se limitó a decir que el apenas iba a cumplir 10 años de matrimonio. De seguro se quedó pensando, si sería eso lo que a él también le esperaba.
¿Serán la rutina y el hastío los responsables de matar el deseo, los que le ponen fin al interés y al amor de sus parejas? Si así fuera, ¿podrían esos factores liberar a las personas de toda culpabilidad?
¿Cómo podría la gente protegerse de eso?
¿Cómo se originó ese diálogo? No lo sé con exactitud. Creo que fue una hermosa joven caminando por la acera con la gracia y la frescura características de su edad, y que nos dejó a todos boquiabiertos, lo que los hizo abrir su corazón y revelar parte de sus intimidades.
Uno de ellos dijo que no podía mirar esas cosas porque el era un hombre casado.
El otro resignadamente dijo que iba a cumplir 20 años con su esposa y que ya no podía mirarla como su mujer. Con cierta amargura y resentimiento declaró que ya no la soportaba y que hasta le pedía que se volteara para el otro lado de la cama. El ya no sentía nada por ella.
Y José que abrió los ojos con gestos de sorpresa y casi se puso las manos en la cabeza sólo se limitó a decir que el apenas iba a cumplir 10 años de matrimonio. De seguro se quedó pensando, si sería eso lo que a él también le esperaba.
¿Serán la rutina y el hastío los responsables de matar el deseo, los que le ponen fin al interés y al amor de sus parejas? Si así fuera, ¿podrían esos factores liberar a las personas de toda culpabilidad?
¿Cómo podría la gente protegerse de eso?
Sunday, August 15, 2010
Here comes The Bridge!
Y esta es la presentación oficial de nuestro nuevo blog. Porque si no lo sabían pues ahora se enteran de que hemos estado trabajando en la construcción de otro blog. En un puente para ser más precisos. Y ese es el nombre con el cual lo hemos bautizado: The Bridge. A diferencia de El Café de Fernando, en aquél tengo compañía.
Bueno, debo aclarar que aquí también tengo compañía: la de todas las personas que vienen a visitarme y sobretodo las asiduas que me regalan con sus comentarios o las que se han hecho miembros de este espacio. Pero aquí a diferencia de en aquél los posts los hago sólo yo. En El Puente no. Mejor dicho en The Bridge tengo una co-participante o una co-blogger si así prefieren. Somos mi amiga Sophie y yo. Dos polos opuestos en muchos sentidos pero a la vez con muchísimas cosas en común. Ella vive en París y yo en New york. Establecer una conexión entre los dos mundos, entre las dos ciudades a la manera como nosotros las vemos es la idea que está detrás de nuestro proyecto.
Hasta ahora la colaboración mutua, trabajar en conjunto con Sophie ha sido un encanto y por demás los resultados no menos excelentes y la respuesta que le han dado algunas personas a la iniciativa además de ser muy positiva ha sido también muy motivadora.
El hecho de que vivamos en ciudades distintas y con un gran charco de por medio no ha sido un obstáculo para que podamos encontrar una manera de comunicarnos efectivamente y llegar a acuerdos. A pesar de las diferencias hemos coincidido en buscarle una salida negociada a todos los obstáculos que se nos han presentado hasta la fecha comenzando por la designación del nombre hasta la resolución de otros detalles no menos importantes.
Algo curioso es que el blog es en Inglés. No en español que es mi primer idioma. Tampoco en Francés que es su primer idioma. Decidimos que nos interesa comunicarnos en la lengua de Shakespeare y expresar nuestra manera de sentir y pensar en ese idioma y que es algo que a la vez y por igual ambos compartimos.
El contar el uno con la otra y viceversa es el antídoto que hace más improbable la posibilidad de abandonarlo todo en mitad del camino. Compartir las responsabilidades de manera equitativa es nuestra manera de apoyarnos mutuamente sin importar las divergencias que nos separan. Ellas, por el contrario, se constituyen en los estímulos que necesitamos para encontrar el camino del entendimiento mutuo. Y nuestra actitud hasta puede servir de ejemplo a otros-as.
¿Quién sabe?
Bueno, debo aclarar que aquí también tengo compañía: la de todas las personas que vienen a visitarme y sobretodo las asiduas que me regalan con sus comentarios o las que se han hecho miembros de este espacio. Pero aquí a diferencia de en aquél los posts los hago sólo yo. En El Puente no. Mejor dicho en The Bridge tengo una co-participante o una co-blogger si así prefieren. Somos mi amiga Sophie y yo. Dos polos opuestos en muchos sentidos pero a la vez con muchísimas cosas en común. Ella vive en París y yo en New york. Establecer una conexión entre los dos mundos, entre las dos ciudades a la manera como nosotros las vemos es la idea que está detrás de nuestro proyecto.
Hasta ahora la colaboración mutua, trabajar en conjunto con Sophie ha sido un encanto y por demás los resultados no menos excelentes y la respuesta que le han dado algunas personas a la iniciativa además de ser muy positiva ha sido también muy motivadora.
El hecho de que vivamos en ciudades distintas y con un gran charco de por medio no ha sido un obstáculo para que podamos encontrar una manera de comunicarnos efectivamente y llegar a acuerdos. A pesar de las diferencias hemos coincidido en buscarle una salida negociada a todos los obstáculos que se nos han presentado hasta la fecha comenzando por la designación del nombre hasta la resolución de otros detalles no menos importantes.
Algo curioso es que el blog es en Inglés. No en español que es mi primer idioma. Tampoco en Francés que es su primer idioma. Decidimos que nos interesa comunicarnos en la lengua de Shakespeare y expresar nuestra manera de sentir y pensar en ese idioma y que es algo que a la vez y por igual ambos compartimos.
El contar el uno con la otra y viceversa es el antídoto que hace más improbable la posibilidad de abandonarlo todo en mitad del camino. Compartir las responsabilidades de manera equitativa es nuestra manera de apoyarnos mutuamente sin importar las divergencias que nos separan. Ellas, por el contrario, se constituyen en los estímulos que necesitamos para encontrar el camino del entendimiento mutuo. Y nuestra actitud hasta puede servir de ejemplo a otros-as.
¿Quién sabe?
Saturday, August 7, 2010
Penelope Trunk encore
Anteriormente ya había expresado en otra entrega el porqué de mi devoción por Penelope Trunk. Tenía pensado abundar más sobre ella en otro post y estaba preparando una entrada sustanciosa. El tiempo pasó y no busqué toda la información que requería para documentar bien lo que quería expresar. Sin embargo no quise desaprovechar del todo el borrón que había ya comenzado y por eso decido poner lo que ya tenía preparado.
Además, voy a agregar la cita que utilicé el otro día en Facebook y que extraje de uno de sus últimos posts. En ella nos hablaba de que "el mundo no es una carrera hacia una gran mansión, el mundo es una disputa sobre quién tiene el corazón más noble y tolerante. Eso es lo que hace una buena vida - a cambio tu recibes bondad. Por lo tanto sé cortés y agradecido".
A Penelope la hacen interesante sus teorías y saca una de la manga como por arte de magia. En especial si se trata de sexo. Aquí ella es realmente prolífica. Como ésta en la que especula que las mujeres de más altos ingresos podrían tener también más sexo oral. Y no sólo lo dice sino que intenta justificarlo con muchísimos estudios y referencias. Sus argumentaciones se inician diciendo que es bien conocido en la investigación sobre el sexo que mientras más educada es una mujer, de manera más frecuente ella recibe sexo oral.
¿No les parece interesante? A mí me parece genial.
Además, voy a agregar la cita que utilicé el otro día en Facebook y que extraje de uno de sus últimos posts. En ella nos hablaba de que "el mundo no es una carrera hacia una gran mansión, el mundo es una disputa sobre quién tiene el corazón más noble y tolerante. Eso es lo que hace una buena vida - a cambio tu recibes bondad. Por lo tanto sé cortés y agradecido".
A Penelope la hacen interesante sus teorías y saca una de la manga como por arte de magia. En especial si se trata de sexo. Aquí ella es realmente prolífica. Como ésta en la que especula que las mujeres de más altos ingresos podrían tener también más sexo oral. Y no sólo lo dice sino que intenta justificarlo con muchísimos estudios y referencias. Sus argumentaciones se inician diciendo que es bien conocido en la investigación sobre el sexo que mientras más educada es una mujer, de manera más frecuente ella recibe sexo oral.
¿No les parece interesante? A mí me parece genial.
Thursday, August 5, 2010
Ser uno mismo
Se recomienda que las personas sean auténticas o que seamos nosotros mismos. La hipocresía y la falsedad no son atributos agradables de encontrar y mucho menos queremos transmitir esa impresión de nosotros a otros. Pero es algo muy delicado y no es tan fácil serlo si se trata de salir bien parado de la experiencia. Al ser muy auténticos se corre el riesgo de chocar de frente con otras personas que a su vez son muy genuinas y originales en su forma de ver y reaccionar al mundo que les rodea.
Lo extraño y asombroso es el cómo se hace posible la convivencia entre las personas aún manteniendo ellas valores y posiciones totalmente contrarias que van desde simples preferencias hasta planteamientos muy profundos que afectan las actitudes, los gustos y las aficiones, las creencias religiosas e ideales políticos entre otras. No ocurre ningún problema mayor porque las personas saben eso y no andan predicando a viva voz cuáles son sus inclinaciones y se intuye que las nuestras aunque diferentes tampoco tienen que ser expuestas o clarificadas de la manera como hacemos un listado de cosas para aplicar para un empleo o ir de compras al supermercado.
¿Ocurren transgresiones? Todo el tiempo. Pero las personas aprenden a soportarlas y tolerarlas sobretodo si usan el tacto y algunas pequeñas estrategias sociales que como el pasar por alto e ignorar pequeños detalles discordantes, evitan los escalamientos hacia mayores conflictos.
Muchas personas les encanta vivir dentro de las limitaciones que les imponen su forma de pensar o sus creencias (para ellas no son limitaciones), y se sienten cómodas dentro de un territorio o demarcación y nunca sienten la necesidad de ver la realidad desde otra perspectiva u otro punto de vista.
Pero no todos los individuos florecen dentro de ese estado de cosas.. En estos últimos la existencia de límites es una mayor desventaja y se resienten ante la mínima presencia de ellos. En especial aquellos que no poseen ningún territorio ni les interesa defender alguno. Sus fronteras son vagas y difusas: si las hay serían muy permeables o prácticamente inexistentes y aunque traten les sería sumamente difícil aceptar vivir dentro de las mismas. A ellos les cuesta mucho trabajo someterse y por eso prefieren vivir a campo abierto, con el máximo de libertades permisibles bajo las circunstancias (madre de todas las cosas) y muy alejados de lo que parezca tener muchas reglas y limitaciones pues en extremo podrían parecerse a algunos lugares donde se recluyen aquellos que no actúan según las normas.
Yo creo parecerme mucho a esa segunda clase de individuos aunque me resisto mucho a estar encasillado en algún tipo de clasificación.
Lo extraño y asombroso es el cómo se hace posible la convivencia entre las personas aún manteniendo ellas valores y posiciones totalmente contrarias que van desde simples preferencias hasta planteamientos muy profundos que afectan las actitudes, los gustos y las aficiones, las creencias religiosas e ideales políticos entre otras. No ocurre ningún problema mayor porque las personas saben eso y no andan predicando a viva voz cuáles son sus inclinaciones y se intuye que las nuestras aunque diferentes tampoco tienen que ser expuestas o clarificadas de la manera como hacemos un listado de cosas para aplicar para un empleo o ir de compras al supermercado.
¿Ocurren transgresiones? Todo el tiempo. Pero las personas aprenden a soportarlas y tolerarlas sobretodo si usan el tacto y algunas pequeñas estrategias sociales que como el pasar por alto e ignorar pequeños detalles discordantes, evitan los escalamientos hacia mayores conflictos.
Muchas personas les encanta vivir dentro de las limitaciones que les imponen su forma de pensar o sus creencias (para ellas no son limitaciones), y se sienten cómodas dentro de un territorio o demarcación y nunca sienten la necesidad de ver la realidad desde otra perspectiva u otro punto de vista.
Pero no todos los individuos florecen dentro de ese estado de cosas.. En estos últimos la existencia de límites es una mayor desventaja y se resienten ante la mínima presencia de ellos. En especial aquellos que no poseen ningún territorio ni les interesa defender alguno. Sus fronteras son vagas y difusas: si las hay serían muy permeables o prácticamente inexistentes y aunque traten les sería sumamente difícil aceptar vivir dentro de las mismas. A ellos les cuesta mucho trabajo someterse y por eso prefieren vivir a campo abierto, con el máximo de libertades permisibles bajo las circunstancias (madre de todas las cosas) y muy alejados de lo que parezca tener muchas reglas y limitaciones pues en extremo podrían parecerse a algunos lugares donde se recluyen aquellos que no actúan según las normas.
Yo creo parecerme mucho a esa segunda clase de individuos aunque me resisto mucho a estar encasillado en algún tipo de clasificación.
Sunday, July 25, 2010
Distorsiones
Una especie de espejos cóncavos o convexos de todas las formas y estilos imaginables, eso somos, tratando de reflejarnos en superficies convexas y cóncavas, que son los otros, y que al igual que nosotros también se reflejan y proyectan entre sí -pues son espejos también- para así crear una realidad deformada que es el producto de la suma y multiplicación de distorsiones individuales.
Hay que allanarlas y pulirlas esas superficies, todas, para tratar de limitar las imperfecciones que van de un lado a otro y se devuelven en todas las direcciones exagerando y presentándonos una visión irreal de las cosas.
La imagen que se refleja nunca concuerda con la que realmente es. La que se quiere proyectar tampoco es equivalente a la que se percibe. Ilusión y decepción son quizás las dos caras de la misma moneda.
Hay que allanarlas y pulirlas esas superficies, todas, para tratar de limitar las imperfecciones que van de un lado a otro y se devuelven en todas las direcciones exagerando y presentándonos una visión irreal de las cosas.
La imagen que se refleja nunca concuerda con la que realmente es. La que se quiere proyectar tampoco es equivalente a la que se percibe. Ilusión y decepción son quizás las dos caras de la misma moneda.
Saturday, July 24, 2010
Buenas Intenciones
Tengo que agradecerle a Daniel sus buenas intenciones.
Sí, ¿porqué no?
¿Quién no le agradecería a alguien el hecho de que al encontrar la amiga olvidada de un amigo o familiar, se ofrezca a tratar de restablecer la comunicación perdida entre ambos?
Y eso intentó hacer él, como buen samaritano, con bastante éxito. No que sea algo por lo que merezca la entrada al paraíso, claro que no, pero si apreciable aunque fuera lo usual y esperable dadas las circunstancias. Además es una característica compartida en la familia el que nos guste agradar o hacer feliz a la gente.
Es nuestra manera de sentirnos satisfechos y ser felices a nuestra vez. Y si su recuento es fiel, el vio el entusiasmo que despertó en la señora el hecho de haberlo encontrado a él con la esperanza de que le abriese las puertas a alguna información o hasta la posibilidad de algún futuro encuentro.
No se equivocó, pues Daniel llamó a todos los números conocidos y al rato ya estábamos conversando él y yo, luego la chica y yo y los intercambios de números no se hicieron esperar y antes de finalizar el día o la noche para ser más precisos, ya hubimos conversado tres o quizás más veces.
Al día siguiente lo mismo y quiso repetirse al tercero, lo cual y es deplorable, puede producir muy mala digestión. Demasiada información en muy corto período de tiempo, sin contar la que no dude en pedir y sin premura pero tampoco sin demora llegó a través de Daniel.
No podemos hacernos los tontos. El tiempo cambia a las personas en más de un sentido y la mayor parte de las veces no precisamente para bien..., lo cual nos lleva a reflexionar si no sería mejor dejar las cosas allí donde estaban y donde no hieren ni le hacen daño a nadie.
La saciedad, sin embargo no siempre es un fenómeno compartido y cuando ocurre se hace necesario controlar de inmediato la entrada descontrolada de ciertos ingredientes en un cuerpo que no está acostumbrado a alimento sin antes pedir de comer o estar hambriento.
Es desolador que haya que buscar vías para desacelerar la exaltación ajena. Y que no siempre estemos de humor para hacer feliz a la gente.
Parece cierto lo que dice el dicho. Cuando todo luce demasiado bueno para ser verdad es porque...
Sí, ¿porqué no?
¿Quién no le agradecería a alguien el hecho de que al encontrar la amiga olvidada de un amigo o familiar, se ofrezca a tratar de restablecer la comunicación perdida entre ambos?
Y eso intentó hacer él, como buen samaritano, con bastante éxito. No que sea algo por lo que merezca la entrada al paraíso, claro que no, pero si apreciable aunque fuera lo usual y esperable dadas las circunstancias. Además es una característica compartida en la familia el que nos guste agradar o hacer feliz a la gente.
Es nuestra manera de sentirnos satisfechos y ser felices a nuestra vez. Y si su recuento es fiel, el vio el entusiasmo que despertó en la señora el hecho de haberlo encontrado a él con la esperanza de que le abriese las puertas a alguna información o hasta la posibilidad de algún futuro encuentro.
No se equivocó, pues Daniel llamó a todos los números conocidos y al rato ya estábamos conversando él y yo, luego la chica y yo y los intercambios de números no se hicieron esperar y antes de finalizar el día o la noche para ser más precisos, ya hubimos conversado tres o quizás más veces.
Al día siguiente lo mismo y quiso repetirse al tercero, lo cual y es deplorable, puede producir muy mala digestión. Demasiada información en muy corto período de tiempo, sin contar la que no dude en pedir y sin premura pero tampoco sin demora llegó a través de Daniel.
No podemos hacernos los tontos. El tiempo cambia a las personas en más de un sentido y la mayor parte de las veces no precisamente para bien..., lo cual nos lleva a reflexionar si no sería mejor dejar las cosas allí donde estaban y donde no hieren ni le hacen daño a nadie.
La saciedad, sin embargo no siempre es un fenómeno compartido y cuando ocurre se hace necesario controlar de inmediato la entrada descontrolada de ciertos ingredientes en un cuerpo que no está acostumbrado a alimento sin antes pedir de comer o estar hambriento.
Es desolador que haya que buscar vías para desacelerar la exaltación ajena. Y que no siempre estemos de humor para hacer feliz a la gente.
Parece cierto lo que dice el dicho. Cuando todo luce demasiado bueno para ser verdad es porque...
Sunday, July 18, 2010
Cartas
Cartas, cartas. Hay algo mágico en ellas que nos encanta.
¿Será porque es un arte perdido y en peligro de extinción real? Poca gente que conozco las escribe ya. Y sabemos el porqué: los teléfonos, los correos electrónicos, los mensajes de texto se han encargado de sustituirlas. A pesar de eso, no es lo mismo ni es igual la expectativa de saber que al abrir el buzón puedes encontrar una dirigida a ti. La emoción que se siente es difícil de describir.
No me refiero a las facturas para que pagues la luz, el teléfono, el agua o las tarjetas de crédito. Ni tampoco a la invasión de ofertas que llegan por correo para que compres cosas. Me refiero a esas misivas personales donde lo que se dice muy bien pudo haberse dicho en un e-mail pero se ha preferido escribirlo con tinta, a puño y letra como dirían algunos. Nada podría ser más personal ni hacerte sentir más exclusivo. Y lo que se dice no tiene que ser necesariamente muy relevante ni muy secreto en términos de contenido.
Precisamente porque existen todos esos medios eficientísimos para transmitir y enviar mensajes con información de todo tipo es que toma más relevancia el que alguien decida tomarse todas las molestias de buscar bolígrafo, papel, un sobre e ir al correo a hacer una fila y entregar la carta a un dependiente para su posterior envío. Sumar a todo eso el tiempo de por medio entre la ida, la llegada y la espera. Con suerte tendremos otra de vuelta.
Hay que estar un poco locos para hacer algo así con tantas cosas que nos distraen y con tan poco tiempo del que disponemos... ¡Pero no!
No me lo podía creer cuando la oferta para que nos escribiéramos el año pasado provenía de una jovencita de 24 años enamorada de la belleza en todas sus formas y quién como toda buena romántica disfruta y cultiva el arte olvidado y en desuso de escribir correspondencias. Sin medir las consecuencias o sin pensar mucho en lo que me estaba involucrando, acepté.
Hace un año que comenzó esa experiencia que no era del todo ajena para mí. Antes, me había carteado con varias amigas para los tiempos que salía de la escuela secundaria. Pero era casi una obligación en esa época. No habían muchas opciones. Ahora, en cambio, es una elección. Y quizás sea ahí, en la libertad de elegir algo que tiene un costo real y entraña cierto grado de sacrificio donde reside el placer dulce y sutil de enviar y recibir cartas.
Es un acto auténtico de entrega real y recíproca. Sus cartas son mías y las mías no lo son más pues pasaron a ser de su propiedad. No sé qué hará con ésas que yo le escribí, pero las de ella yo las conservo como si fueran trofeos y las releo de vez en cuando, especialmente cuando quiero levantar el espíritu pues la condenada que me ha tocado como compañera de correspondencia escribe endiabladamente bien y es perfeccionista lo que hace que cada uno de sus escritos alcance la categoría de pequeña joya bendita.
Me voy...La tentación de releer esas de las que acabo de hablarles es irresistible... Oscar Wilde ya lo había dicho: la mejor forma de vencer una tentación es rendirse ante ella. ¡Amén!
Friday, July 16, 2010
El silencio no se negocia
Los amigos(as), los(as) amantes se escogen, la familia no. Huir de ella no podemos, separarnos tampoco nos es permitido como lo podemos hacer con los primeros. A ellos los escogemos en base a afinidades y desde el momento que nos estorban o los estorbamos la solución es muy simple: cada cual coge por su lado.
¡Qué lujo si pudiéramos hacer lo mismo con nuestros familiares!
Pero no, tenemos que aguantarlos y acallar nuestro sufrimiento del modo más estoico posible para no desencadenar una crisis peor que la de Watergate o no salgan a relucir cuestiones como la ingratitud, la intolerancia o hasta la indignidad (¡qué indigno! es una expresión de mi mamá). Esos sí que son verdaderos chantajes. ¿Cierto?
Tener supuestamente mal carácter o defender las posiciones en las que se cree de manera muy vehemente no es razón suficiente para espantar familiares. Probablemente es un magneto porque la gente busca dirección y sabe que ahí la puede encontrar. Los inestables encuentran también una razón para acercarse. No hay mejor manera para encontrar un destino mejor o ponerle un rumbo a la vida que subirse a un barco que aunque no se sabe para dónde va, por lo menos no se está hundiendo.
El dominó se ha barajado en múltiples ocasiones y las fichas se cambian, se alternan. También los escenarios sufren profundas modificaciones y las piezas vuelven a terminar de nuevo en las manos del mismo jugador. Por suerte algunos se van a jugar con otros jugadores que han emergido pero no se van muy lejos y se quedan gravitando dentro de la órbita original por si acaso y se temiera perder el punto de equilibrio que los mantiene atraídos hacia un centro de gravedad. Lo que no se explica es cómo han aparecido últimamente nuevas piezas que suplantan a las existentes y ello no genera ninguna señal de alarma.
Una explicación se aventura y es que acostumbrados a observar transferencias positivas que ocurren en una sola dirección los actores se olvidaron y no se prepararon para las también existentes y conocidas transferencias negativas, las que dependiendo de su magnitud pueden afectar el bienestar de los jugadores muchísimo aún si estos creyendo sabérselas todas las ignoran. Lo más difícil que hemos encontrado es la cuestión de los gustos. Es increíble cuán diferente pueden ser y diferir en dos personas que poseen los mismos antecedentes. No sólo en música y en preferencias televisivas sino en todo....
Lo más difícil sin embargo es tener que oír lo que no se quiere oír. El qué, cuándo y cómo se oye, importa mucho. O cuando no se quiere escuchar nada en absoluto. Por la razón que sea...
¡Qué difícil se hace negociar los espacios de silencio!
¡Qué lujo si pudiéramos hacer lo mismo con nuestros familiares!
Pero no, tenemos que aguantarlos y acallar nuestro sufrimiento del modo más estoico posible para no desencadenar una crisis peor que la de Watergate o no salgan a relucir cuestiones como la ingratitud, la intolerancia o hasta la indignidad (¡qué indigno! es una expresión de mi mamá). Esos sí que son verdaderos chantajes. ¿Cierto?
Tener supuestamente mal carácter o defender las posiciones en las que se cree de manera muy vehemente no es razón suficiente para espantar familiares. Probablemente es un magneto porque la gente busca dirección y sabe que ahí la puede encontrar. Los inestables encuentran también una razón para acercarse. No hay mejor manera para encontrar un destino mejor o ponerle un rumbo a la vida que subirse a un barco que aunque no se sabe para dónde va, por lo menos no se está hundiendo.
El dominó se ha barajado en múltiples ocasiones y las fichas se cambian, se alternan. También los escenarios sufren profundas modificaciones y las piezas vuelven a terminar de nuevo en las manos del mismo jugador. Por suerte algunos se van a jugar con otros jugadores que han emergido pero no se van muy lejos y se quedan gravitando dentro de la órbita original por si acaso y se temiera perder el punto de equilibrio que los mantiene atraídos hacia un centro de gravedad. Lo que no se explica es cómo han aparecido últimamente nuevas piezas que suplantan a las existentes y ello no genera ninguna señal de alarma.
Una explicación se aventura y es que acostumbrados a observar transferencias positivas que ocurren en una sola dirección los actores se olvidaron y no se prepararon para las también existentes y conocidas transferencias negativas, las que dependiendo de su magnitud pueden afectar el bienestar de los jugadores muchísimo aún si estos creyendo sabérselas todas las ignoran. Lo más difícil que hemos encontrado es la cuestión de los gustos. Es increíble cuán diferente pueden ser y diferir en dos personas que poseen los mismos antecedentes. No sólo en música y en preferencias televisivas sino en todo....
Lo más difícil sin embargo es tener que oír lo que no se quiere oír. El qué, cuándo y cómo se oye, importa mucho. O cuando no se quiere escuchar nada en absoluto. Por la razón que sea...
¡Qué difícil se hace negociar los espacios de silencio!
Tuesday, July 13, 2010
Oh Nature!
Una amiga mía dice que los hombres son (¿somos!?) unos perros. Ella lo descubrió a partir del momento que todos le miraban el escote de la blusa del uniforme del trabajo aprovechando que se abría con facilidad y dejaba entrever de manera un poco generosa la parte de arriba de su hermoso tórax.
Y la otra cara de la debilidad: ¿porqué tenían ellas que reaccionar así?; ¿porqué tenían que ser tan debiles e incapaces de soportar la legión de aduladores que como abejas en busca de alimento sólo estaban atraídos por la miel escondida en esos pétalos que cual rosas en la mañana se abrían al aire y al viento inundando de olores tentadores el mundo?
¡Qué otra cosa se puede hacer sino dejar que la naturaleza siga y labre su propio camino!..
Debe haber sido una pesadilla ese descubrimiento pues ella no sabía, ella no estaba preparada para sacar provecho del poder que eso le confería. Mucho peor porque reaccionaba muy negativamente al mismo y se resentía de que todo el mundo pudiera estar más pendiente de algunas partes de su cuerpo que otros lugares que como dentro de su cabeza ella consideraba residía más su valía. Lo que la turbaba también fue descubrir su propia dualidad: ella no era sólo ella sino y con mucho énfasis, la parte más visible de su anatomía.
Y la decepción debe haber sido grande porque era difícil resistirse a no mirarla donde ella no quería que la mirasen. Vaya malestar que se creó, pues entonces, con el objeto de protegerse, trató de ocultarse y hasta de encogerse con tal de no darle nada de gusto a un ferviente público de admiradores que invariablemente tenía que pasar primero por donde ella estaba, pues era cuasi la recepcionista del piso en el que trabajaba. ¡Vaya que sí duele mirar a alguien pasar por ese tipo de sufrimientos y ver el temor reflejado en sus ojos como los de una presa perseguida por lobos! Pero no es menos triste y no deja de ser una tarea complicada y difícil esa de compadecerse de la presa cuando dentro lo que corre es sangre felina y también se está hambriento como toda la manada y con deseos de comer del delicioso manjar apetitoso que presenta el cuerpo de la víctima asustada.
Y la decepción debe haber sido grande porque era difícil resistirse a no mirarla donde ella no quería que la mirasen. Vaya malestar que se creó, pues entonces, con el objeto de protegerse, trató de ocultarse y hasta de encogerse con tal de no darle nada de gusto a un ferviente público de admiradores que invariablemente tenía que pasar primero por donde ella estaba, pues era cuasi la recepcionista del piso en el que trabajaba. ¡Vaya que sí duele mirar a alguien pasar por ese tipo de sufrimientos y ver el temor reflejado en sus ojos como los de una presa perseguida por lobos! Pero no es menos triste y no deja de ser una tarea complicada y difícil esa de compadecerse de la presa cuando dentro lo que corre es sangre felina y también se está hambriento como toda la manada y con deseos de comer del delicioso manjar apetitoso que presenta el cuerpo de la víctima asustada.
Lo mismo le pasó a una prima preciosa que cuando el tiempo le llegó comenzó a desarrollar un cuerpo muy bonito que incluía de todo con mucha gracia y elegancia pero que a ella le sentaba muy mal porque de un momento a otro todos comenzaron a mirarla y no precisamente al rostro que se iluminaba lleno de sonrojo. Lo que más le molestaba eran esas miradas de lujuria, esas que la hacían sentirse desnuda y en las que los perpetradores no hacían ningún esfuerzo por al menos amortiguar el deseo de tocar que ella sin mucho esfuerzo podía adivinar.
¡Oh mal de males! ¡Qué culpa tenían esos mortales de haberlos hecho tan débiles, de no poder ignorar la pobre niña que florecía al sol y se abría a la vida con todos sus maravillas!
Y la otra cara de la debilidad: ¿porqué tenían ellas que reaccionar así?; ¿porqué tenían que ser tan debiles e incapaces de soportar la legión de aduladores que como abejas en busca de alimento sólo estaban atraídos por la miel escondida en esos pétalos que cual rosas en la mañana se abrían al aire y al viento inundando de olores tentadores el mundo?
¡Qué otra cosa se puede hacer sino dejar que la naturaleza siga y labre su propio camino!..
Monday, July 12, 2010
Socialización
La sangre se infla y no importa si es en un adulto o en un niño de 7 años el resultado será bien visible y observable desde cierta distancia. Lo que no le parece muy bien a las mujeres de mi familia que ven en ello un acto de depravación y obscenidad. La valoración y el juicio que le dan parece transmitirse de generación en generación. Recuerdo que a mi madre le molestaba muchísimo (debe molestarle todavía) y en nuestra presencia lo criticaba muy abiertamente cuando se percataba de su ocurrencia sin importar quién cometía la transgresión.
Recientemente me sorprendió ver casi la misma expresión de desagrado en la cara de mi sobrina cuando me contó que descubrió a su hijo jugando con la maravilla de su sangre alborotada en esa parte de su cuerpo no siempre expuesta a la vista pública. A ella no le pareció nada gracioso la hazaña y esos primeros experimentos con su masculinidad (no sé si el término es apropiado) deben haber terminado muy mal para el pobre niño pues su padre fue llamado a disciplinarlo con urgencia por el grandioso acto pecaminoso de a tan corta edad haber decepcionado así a su madre con tales despliegues lascivos. ¡Oh mi madre, qué precocidad!, no dudaría ella en quejarse.
No quiero imaginarme lo que debe haber sentido "el pequeño" al no poder comprender cómo algo tan espontáneo y natural puede ser y generar una reacción que provoque tanta acritud en las personas mayores. De ahora en adelante el tendrá que ocultarse y será su responsabilidad la manera cómo su cuerpo responde aún cuando el no tiene control sobre esa parte que decide levantarse sin que de manera explícita se le haya ordenado despertarse.
Por su parte mi sobrina no ayuda mucho y la hacía mejor informada o acaso la información se va por un lado y al final la reacción es más fuerte que todo, echando por tierra todo lo aprendido en sus muchos años escolares. Parecería que ella no sabe que estas son expresiones involuntarias que ni se acallan por un simple deseo pero tampoco se pueden evocar con un chasquido de dedos como pretenden ellas sugerir por no entender lo que ocurre dentro de esos cuerpos cercanos pero a la vez bien ajenos y alejados por diseños incompresibles y complicados.
Y a todo esto es a lo que llamamos socialización. Un proceso absurdo en el que la sociedad a través de figuras como los padres se empeña de manera ciega de negar el reconocimiento de las pulsiones internas, lo que ayudaría de manera eficientísima en la creación de conflictos en sus portadores quienes en última instancia se sentirían impotentes para diferenciar lo que es correcto sentir y lo que es apropiado decir que se siente en tales circunstancias.
Recientemente me sorprendió ver casi la misma expresión de desagrado en la cara de mi sobrina cuando me contó que descubrió a su hijo jugando con la maravilla de su sangre alborotada en esa parte de su cuerpo no siempre expuesta a la vista pública. A ella no le pareció nada gracioso la hazaña y esos primeros experimentos con su masculinidad (no sé si el término es apropiado) deben haber terminado muy mal para el pobre niño pues su padre fue llamado a disciplinarlo con urgencia por el grandioso acto pecaminoso de a tan corta edad haber decepcionado así a su madre con tales despliegues lascivos. ¡Oh mi madre, qué precocidad!, no dudaría ella en quejarse.
No quiero imaginarme lo que debe haber sentido "el pequeño" al no poder comprender cómo algo tan espontáneo y natural puede ser y generar una reacción que provoque tanta acritud en las personas mayores. De ahora en adelante el tendrá que ocultarse y será su responsabilidad la manera cómo su cuerpo responde aún cuando el no tiene control sobre esa parte que decide levantarse sin que de manera explícita se le haya ordenado despertarse.
Por su parte mi sobrina no ayuda mucho y la hacía mejor informada o acaso la información se va por un lado y al final la reacción es más fuerte que todo, echando por tierra todo lo aprendido en sus muchos años escolares. Parecería que ella no sabe que estas son expresiones involuntarias que ni se acallan por un simple deseo pero tampoco se pueden evocar con un chasquido de dedos como pretenden ellas sugerir por no entender lo que ocurre dentro de esos cuerpos cercanos pero a la vez bien ajenos y alejados por diseños incompresibles y complicados.
Y a todo esto es a lo que llamamos socialización. Un proceso absurdo en el que la sociedad a través de figuras como los padres se empeña de manera ciega de negar el reconocimiento de las pulsiones internas, lo que ayudaría de manera eficientísima en la creación de conflictos en sus portadores quienes en última instancia se sentirían impotentes para diferenciar lo que es correcto sentir y lo que es apropiado decir que se siente en tales circunstancias.
Saturday, July 10, 2010
Te pido un favor
En la oficina Jodi no quiere hacerme un favor que le estoy pidiendo con mucha insistencia. Intento chantajearlo con palabras tratando de encontrar un punto débil y así lograr mis propósitos. Se resiste no obstante el desgraciado y fracaso en conseguir que acceda a mis requerimientos.
Mi técnica aunque no me da los resultados esperados parece que hace alguna mella en el sujeto pues me lanza un contraataque del tipo: Fernando, di que Jodi es una persona malvada, dilo y me lo repite una y otra vez.
No hago lo que me sugiere y en cambio le contesto: oh quieres poner palabras en mi boca; ¿quieres que diga eso de ti para de esa forma tener una justificación de que así es como yo te catalogo y entonces tratar de sentirte menos culpable por no haberme dado lo que con tanto empeño te he pedido?
No señor, ¡no voy a hacer eso!
Mi técnica aunque no me da los resultados esperados parece que hace alguna mella en el sujeto pues me lanza un contraataque del tipo: Fernando, di que Jodi es una persona malvada, dilo y me lo repite una y otra vez.
No hago lo que me sugiere y en cambio le contesto: oh quieres poner palabras en mi boca; ¿quieres que diga eso de ti para de esa forma tener una justificación de que así es como yo te catalogo y entonces tratar de sentirte menos culpable por no haberme dado lo que con tanto empeño te he pedido?
No señor, ¡no voy a hacer eso!
Monday, July 5, 2010
Alta Autoestima
Toda la vida he oído hablar de las bonanzas de tener una alta autoestima. Poca gente se atreve a señalar las desventajas. Hacerlo es como cometer un pecado. Confieso entonces que voy a convertirme en pecador. Pero no sólo yo, también Martin Seligman nos previene contra los excesos de esta fiebre por crear y vender una alta autoestima como la cura y la solución a todos los problemas.
Promover el sentirse bien a toda costa sin importar si estamos logrando las cosas que deberíamos lograr y por las que todos deberíamos luchar para sentirnos bien es en síntesis la crítica que le hace Seligman al movimiento generalizado de subir la autoestima.
En la introducción a la segunda edición de su libro "Learned Optimism" (1998) dice (la traducción es mía):
"Yo no estoy en contra de la autoestima, pero yo creo que la autoestima es sólo un indicador que sirve para medir el estado del sistema. No es un fin en sí mismo. Cuando te está yendo bien en la escuela o en el trabajo, cuando te está yendo bien con la gente a la que amas, cuando te está yendo bien en el juego, el medidor debe dar un registro alto. Cuando te está yendo muy mal, el indicador debe registrar bajo".
"Hasta Enero del 1996, yo creía que la autoestima era escasamente un medidor con poca y si acaso alguna, efectividad causal. El artículo principal en "Psychological Review" me convenció que yo estaba equivocado y que la autoestima produce un efecto causal: Roy Baumeister y sus colegas (1996) revisaron la literatura sobre los genocidas, asesinos a sueldo, los líderes de pandillas y criminales violentos. Ellos argumentaron que estos perpetradores tienen una autoestima alta y que esta autoestima injustificada causa la violencia. El trabajo de Baumeister sugiere que si uno le enseña a los niños a tener una alta autoestima sin razones justificadas, luego vendrán los problemas. Un subgrupo de esos niños también tendrá un rasgo mezquino dentro de ellos. Cuando estos niños se confronten con el mundo real y este les diga que ellos no son tan grandiosos como ellos han sido enseñados que son, ellos arremeterán con violencia. Es posible entonces, que las epidemias gemelas que tenemos hoy en los Estados Unidos entre la gente joven, depresión y violencia, ambas vienen de esa descabellada empresa: de valorar la manera cómo se siente nuestra gente joven sobre sí misma de manera más alta que cómo nosotros valoramos lo bien que ellos se están desempeñando realmente en el mundo".
En mi caso particular y como dice una amiga el problema puede ser de arrogancia, pero yo no descarto es producto también de un exceso de autoestima. Y podría haberse originado desde el momento que se descubre que a uno le costaba menos esfuerzo conseguir algunas cosas que al resto de los otros. Es el comienzo quizás de uno creerse que es la gran cosa y que puede hacerlo todo y también es el inicio de crearse malos hábitos, muy malos que con el tiempo sólo han logrado empeorar, magnificarse y hasta multiplicarse. Nada sustituye el esfuerzo sostenido y la práctica constante para poder estar por encima de la mediocridad. Haber aprendido a leer por su cuenta, de manera casi solitaria y sin antes haber ido a una escuela, o poder aprobar el examen de una materia con sólo estudiarla el día anterior es un gran desperdicio considerando todas las cosas que hubieran podido hacerse con el tiempo restante si y sólo si se hubiera dedicado ese espacio temporal que quedaba libre en actividades productivas y no como ha sido el caso malgastadas en cosas destructivas... ¿Habrá todavía tiempo para enmendar errores?
Promover el sentirse bien a toda costa sin importar si estamos logrando las cosas que deberíamos lograr y por las que todos deberíamos luchar para sentirnos bien es en síntesis la crítica que le hace Seligman al movimiento generalizado de subir la autoestima.
En la introducción a la segunda edición de su libro "Learned Optimism" (1998) dice (la traducción es mía):
"Yo no estoy en contra de la autoestima, pero yo creo que la autoestima es sólo un indicador que sirve para medir el estado del sistema. No es un fin en sí mismo. Cuando te está yendo bien en la escuela o en el trabajo, cuando te está yendo bien con la gente a la que amas, cuando te está yendo bien en el juego, el medidor debe dar un registro alto. Cuando te está yendo muy mal, el indicador debe registrar bajo".
"Hasta Enero del 1996, yo creía que la autoestima era escasamente un medidor con poca y si acaso alguna, efectividad causal. El artículo principal en "Psychological Review" me convenció que yo estaba equivocado y que la autoestima produce un efecto causal: Roy Baumeister y sus colegas (1996) revisaron la literatura sobre los genocidas, asesinos a sueldo, los líderes de pandillas y criminales violentos. Ellos argumentaron que estos perpetradores tienen una autoestima alta y que esta autoestima injustificada causa la violencia. El trabajo de Baumeister sugiere que si uno le enseña a los niños a tener una alta autoestima sin razones justificadas, luego vendrán los problemas. Un subgrupo de esos niños también tendrá un rasgo mezquino dentro de ellos. Cuando estos niños se confronten con el mundo real y este les diga que ellos no son tan grandiosos como ellos han sido enseñados que son, ellos arremeterán con violencia. Es posible entonces, que las epidemias gemelas que tenemos hoy en los Estados Unidos entre la gente joven, depresión y violencia, ambas vienen de esa descabellada empresa: de valorar la manera cómo se siente nuestra gente joven sobre sí misma de manera más alta que cómo nosotros valoramos lo bien que ellos se están desempeñando realmente en el mundo".
En mi caso particular y como dice una amiga el problema puede ser de arrogancia, pero yo no descarto es producto también de un exceso de autoestima. Y podría haberse originado desde el momento que se descubre que a uno le costaba menos esfuerzo conseguir algunas cosas que al resto de los otros. Es el comienzo quizás de uno creerse que es la gran cosa y que puede hacerlo todo y también es el inicio de crearse malos hábitos, muy malos que con el tiempo sólo han logrado empeorar, magnificarse y hasta multiplicarse. Nada sustituye el esfuerzo sostenido y la práctica constante para poder estar por encima de la mediocridad. Haber aprendido a leer por su cuenta, de manera casi solitaria y sin antes haber ido a una escuela, o poder aprobar el examen de una materia con sólo estudiarla el día anterior es un gran desperdicio considerando todas las cosas que hubieran podido hacerse con el tiempo restante si y sólo si se hubiera dedicado ese espacio temporal que quedaba libre en actividades productivas y no como ha sido el caso malgastadas en cosas destructivas... ¿Habrá todavía tiempo para enmendar errores?
Friday, July 2, 2010
Contigo aunque me mates, sin ti ...
Hay que leerse a la gente y sus dinámicas de la manera como se lee un libro cualquiera o se observa una obra de arte. Y de igual manera hay que sumergirse de manera profunda en sus páginas pues los personajes nunca se nos revelan de inmediato, nunca en el primer capítulo y por tanto siempre hay que ahondar en ellos para poder encontrar el hilo o los hilos que mueven toda la trama.
En uno de esos capítulos intermedios se puede leer que no sólo es el placer de estar juntos lo que une o mantiene a las personas apegadas las unas hacia las otras sino también el dolor. Sí, efectivamente, el dolor que produciría la separación entre las partes. Porque de qué otra manera puede explicarse el hecho de que muchísima gente se mantenga junta más allá de cuando se han agotado los recursos para proporcionar gozo y alegría a las personas con la que comparten sus días y también sus noches.
Es fácil estar con alguien que nos hace reír, nos hace ver todo desde una perspectiva glamorosa y con quién la vida se nos vuelve excitante, llevadera y digna de ser vivida. Pero todos sabemos que si no luchamos muy fuerte la rutina puede imponerse y todo eso que hemos mencionado puede desaparecer para en su lugar instalarse la monotonía, la inercia y los desazones propios del desencanto. Y a pesar de todo eso uno puede leer en sus páginas, allá muy adentro que hay gente que prefiero eso a buscarse nuevas alternativas.
En otros capítulos y aquí viene la intriga, descubrimos que las personas se detestan abiertamente, se maltratan de todas las formas posibles, no se gustan y así lo manifiestan sin mucho reparo los unos a los otros y muy a pesar de ello la separación no es una opción pues sin darse cuenta o talvez intuyéndolo otras fuerzas gravitan sobre ellos y los mantienen en su centro atrayéndolos no dispersándolos como sería lo lógico suponer.
Y la teoría que se puede concluir y que se esboza de manera un poco más clara al final de las páginas de los tantos libros similares como esos que existen, ya nos fue explicada en aquellas clases de análisis funcional de la conducta en dónde nos enseñaban las teorías del condicionamiento operante: el refuerzo y la evitación. Somos no sólo capaces de hacer cosas por la recompensa placentera que obtenemos pero más aún tratamos por todos los medios de hacer o no aquéllo si eso nos evita una experiencia dolorosa.
Para algunos-as imaginarse la vida sin algunas personas a su lado, el vacío y el dolor resultante de su ausencia es tan insoportable que no existe nada que se le pueda comparar y cualquier otro dolor menor es algo infinitamente preferible a la ilusíón de felicidad real o ficticia que podría encontrarse en otras partes.
Yo no soy quién para cuestionar el "imprinting", la naturaleza de la huella que dejan terceros en estas personas y a las que ellas parecen ser especialmente vulnerables pero tampoco me gustaría estar del lado de quién produce un efecto así en otra, aún a pesar de lo halagador que podría ser para el ego en sus inicios.
En uno de esos capítulos intermedios se puede leer que no sólo es el placer de estar juntos lo que une o mantiene a las personas apegadas las unas hacia las otras sino también el dolor. Sí, efectivamente, el dolor que produciría la separación entre las partes. Porque de qué otra manera puede explicarse el hecho de que muchísima gente se mantenga junta más allá de cuando se han agotado los recursos para proporcionar gozo y alegría a las personas con la que comparten sus días y también sus noches.
Es fácil estar con alguien que nos hace reír, nos hace ver todo desde una perspectiva glamorosa y con quién la vida se nos vuelve excitante, llevadera y digna de ser vivida. Pero todos sabemos que si no luchamos muy fuerte la rutina puede imponerse y todo eso que hemos mencionado puede desaparecer para en su lugar instalarse la monotonía, la inercia y los desazones propios del desencanto. Y a pesar de todo eso uno puede leer en sus páginas, allá muy adentro que hay gente que prefiero eso a buscarse nuevas alternativas.
En otros capítulos y aquí viene la intriga, descubrimos que las personas se detestan abiertamente, se maltratan de todas las formas posibles, no se gustan y así lo manifiestan sin mucho reparo los unos a los otros y muy a pesar de ello la separación no es una opción pues sin darse cuenta o talvez intuyéndolo otras fuerzas gravitan sobre ellos y los mantienen en su centro atrayéndolos no dispersándolos como sería lo lógico suponer.
Y la teoría que se puede concluir y que se esboza de manera un poco más clara al final de las páginas de los tantos libros similares como esos que existen, ya nos fue explicada en aquellas clases de análisis funcional de la conducta en dónde nos enseñaban las teorías del condicionamiento operante: el refuerzo y la evitación. Somos no sólo capaces de hacer cosas por la recompensa placentera que obtenemos pero más aún tratamos por todos los medios de hacer o no aquéllo si eso nos evita una experiencia dolorosa.
Para algunos-as imaginarse la vida sin algunas personas a su lado, el vacío y el dolor resultante de su ausencia es tan insoportable que no existe nada que se le pueda comparar y cualquier otro dolor menor es algo infinitamente preferible a la ilusíón de felicidad real o ficticia que podría encontrarse en otras partes.
Yo no soy quién para cuestionar el "imprinting", la naturaleza de la huella que dejan terceros en estas personas y a las que ellas parecen ser especialmente vulnerables pero tampoco me gustaría estar del lado de quién produce un efecto así en otra, aún a pesar de lo halagador que podría ser para el ego en sus inicios.
Monday, June 28, 2010
Resentimientos
El tiempo es muy traicionero y es ahora cuando nota que ha sido especialmente duro con ella. No puede evitar mirarse en esa señorita que se le parece pero que es como una copia que ha sido mejor sacada y reproducida y que tiene su propia luz con la que quiere alumbrar a su manera los senderos por los que sus pasos inseguros encamina. En suma no es ella y ni siquiera es como ella. A la manera de espejos que se reflejan a sí mismos y se alejan hasta el infinito, cuánta cercanía y a la vez cuánta distancia entre la una y la otra. Casi se tocan para luego alejarse. Esas son ellas dos.
Y siente mucha envidia, siente celos, porque en un tiempo fue así y le da rabia sentir la impotencia de no poder volver atrás todos esos años. No hay recuperación posible. Es tiempo perdido en esa otra cara, esa otra dimensión donde se pierden todas las cosas y en dónde un día no tan lejano iremos todos a parar para ser el pasado de todo lo que fue o alguna vez tuvo vida y presencia, si así podemos llamar a esa forma de existencia.
Demasiados años, piensa ella, que nada ni nadie se los va a devolver y que han sido dedicados al cuidado y la creación de esa desgraciada malagradecida que para colmo es tan bonita y tan bien parecida. Y qué lástima el que nunca se podrá imaginar y ni aunque se lo dijera, llegaría realmente a saberlo, todos los suplicios y las vicisitudes por los que tuvo que pasar para que pudiera verse como era ella antes de tenerla a ella.
Demasiados años, piensa ella, que nada ni nadie se los va a devolver y que han sido dedicados al cuidado y la creación de esa desgraciada malagradecida que para colmo es tan bonita y tan bien parecida. Y qué lástima el que nunca se podrá imaginar y ni aunque se lo dijera, llegaría realmente a saberlo, todos los suplicios y las vicisitudes por los que tuvo que pasar para que pudiera verse como era ella antes de tenerla a ella.
Wednesday, June 23, 2010
De los pequeños detalles
Recién empieza el verano y los días son bastante largos. Son las 7:30 PM y el sol está todavía afuera y suficientemente alto. Si no fuera por la humedad y el intenso calor que se siente me quedaría en la calle un poco más tarde luego de terminar el trabajo por el día de hoy. Subo por la Atlantic Avenue y doblo/tuerzo hacia mi izquierda para tomar el Expreso Brooklyn-Queens (BQE) en dirección al Brooklyn Bridge que es el camino de retorno para la casa pasando todo el FDR Drive (Franklyn Delano Roosevelt) y en dirección hacia el Bronx.
Al final de la rampa que conecta la avenida Atlantic con el BQE hay una señal de Pare que hay que obedecer aunque el conductor no sea muy buen ciudadano pues los vehículos en el expreso podrían estarse moviendo con mucha rapidez. Quiénes vienen en la misma dirección generalmente bajan un poco la marcha y le ceden el paso a los que se acercan desde el lado adyacente. Yo vengo casualmente desde ese lado y me llama a la atención que un señor que viene en su auto deportivo se para casi de manera completa de modo tal que me está cediendo el paso. En cambio yo, reconociendo que es él quién tiene todo el derecho para continuar la marcha le hago señas para que siga y él no obstante insiste y se detiene, ahora sí, por completo en la vía y con la mano me insta a que entre a la autopista.
No me hice de rogar. Con la primera velocidad que tenía el carro puesta, solté el pedal del clutch y pisé el acelerador. El vehículo saltó hacia adelante, pasé la segunda y la tercera velocidades y saqué la mano izquierda hacia afuera y un poco hacia arriba en señal de saludo y aprobación hacia la admirable conducta del conductor.
Y esas son las pequeñas cosas, los pequeños detalles que si te suceden o eres parte de ellos son capaces de levantarte y devolverte la esperanza en la convivencia humana. Esos detallitos son los que te permiten ver la vida desde otra perspectiva y te hacen cambiar la percepción que podrías tener del planeta de ser un lugar inhóspito y hostil. En su lugar no descartarías la posibilidad de que sí sea posible un mundo en el que todos los seres humanos podamos vivir teniendo la cooperación, la generosidad y el altruísmo como las divisas primordiales de nuestros entendimientos e intercambios mutuos.
Al final de la rampa que conecta la avenida Atlantic con el BQE hay una señal de Pare que hay que obedecer aunque el conductor no sea muy buen ciudadano pues los vehículos en el expreso podrían estarse moviendo con mucha rapidez. Quiénes vienen en la misma dirección generalmente bajan un poco la marcha y le ceden el paso a los que se acercan desde el lado adyacente. Yo vengo casualmente desde ese lado y me llama a la atención que un señor que viene en su auto deportivo se para casi de manera completa de modo tal que me está cediendo el paso. En cambio yo, reconociendo que es él quién tiene todo el derecho para continuar la marcha le hago señas para que siga y él no obstante insiste y se detiene, ahora sí, por completo en la vía y con la mano me insta a que entre a la autopista.
No me hice de rogar. Con la primera velocidad que tenía el carro puesta, solté el pedal del clutch y pisé el acelerador. El vehículo saltó hacia adelante, pasé la segunda y la tercera velocidades y saqué la mano izquierda hacia afuera y un poco hacia arriba en señal de saludo y aprobación hacia la admirable conducta del conductor.
Y esas son las pequeñas cosas, los pequeños detalles que si te suceden o eres parte de ellos son capaces de levantarte y devolverte la esperanza en la convivencia humana. Esos detallitos son los que te permiten ver la vida desde otra perspectiva y te hacen cambiar la percepción que podrías tener del planeta de ser un lugar inhóspito y hostil. En su lugar no descartarías la posibilidad de que sí sea posible un mundo en el que todos los seres humanos podamos vivir teniendo la cooperación, la generosidad y el altruísmo como las divisas primordiales de nuestros entendimientos e intercambios mutuos.
Monday, June 21, 2010
Posesiones
Qué era suya ahora y que por siempre lo sería; eso le dijo ella. En cambio el era y sería suyo toda la vida. En medio de los besos y los abrazos cruzados el hacía un intercambio con las palabras y las expresiones que salían de su boca. Desde ese momento se convertía también en su propiedad y asumía a su vez la de ella. Le pertenecía y él se ofrecía a cambio cerrando de esa forma el círculo que los envolvía y los ataba, los convertía a ambos en las dos caras de la misma moneda, pero una sola al fin y al cabo.
¡Qué absurdo todo esto! El que nunca se había sentido como la posesión de nadie ni había querido adueñarse de persona alguna ni de nada en absoluto, de repente no comprendía el porqué le gustaba tanto esa idea de pertenecerle y de que ella con tanto gusto se entregase hasta el punto de sentir que en realidad era suya porque ella así lo quería y él también lo aceptaba. Le parecía bueno y válido que lo considerara suyo. Ese reclamo para fundirse en su ser y ella en él no le parecía ahora fuera de lugar y más bien era una idea que empezaba a cobrar un inusitado interés y sentido dentro de su propio mundo.
Se estaría volviendo loco o de repente los límites de la realidad se estaban ensanchando. O talvez era lo contrario y esos linderos se estaban constriñendo y sólo veía lo que quería ver ignorando otras realidades que eran más palpables y verosímiles. Porque todas esas ideas habían salido de su hermosa cabeza y él sencillamente las había aceptado. Le gustaban porque por primera vez no le importaba dejar de ser quién era para convertirse en una entidad nueva e indefinible que no era ella ni él sino algo más, diferente y desconocido hasta ese momento y que ni para sí mismo el podía explicarse de manera simple y razonable.
Sunday, June 20, 2010
El arte de Traducir
Una traducción atroz que hizo uno de mis amigos de Facebook del español al inglés tratando de poner un "status" en ambas lenguas, me hace reflexionar sobre el significado de los idiomas y las palabras como medios o transportadores de esos significados.
No es tan sencillo como parece eso de traducir. No se transcribe de un idioma a otro buscando la equivalencia de palabras individuales y transponiéndolas a un tercero como si fueran bloques que se trasladan de lugar o de un edificio al siguiente sin que en el movimiento no se altere la calidad o la funcionalidad de la obra en construcción.
Aprender nuevos lenguas es como vivir en mundos diferentes. Es como cambiar de país, de entorno y de realidades. Podemos expresar y tratar de reproducir la experiencia de un idioma a un segundo utilizando ese primero como referencia pero muchas veces equivale a reducirla. No todo el mundo puede hacerlo. Hay gente que se vuelve excepcionalmente buena tratando de captar ese espíritu pero la mayoría fracasamos en el intento.
Sin embargo no todos somos tan humildes para aceptar o reconocer el fracaso. Lo que me extraña es la falta de percepción para no ver cuándo estamos cometiendo el disparate. ¿O será acaso que el interés de aparentar, quizás hasta de ostentar que se está diciendo algo en dos lenguas sea más importante que mantenerse fiel a una ética de decir algo coherente y con sentido? No lo sé, pero creo que yo no podría.
Y abundando un poco sobre los mundos diferentes en el que los idiomas nos hacen vivir, no es extraño para todas las personas que hablan más de uno el confrontarse con la dificultad de que hay cosas que se dicen mejor en uno que en otro, ideas y palabras que aún haciendo el mejor esfuerzo no se traducen fácilmente y hay que conformarse con una pobre aproximación. Pero más aún, existe el caso de personas que hablan perfectamente un idioma y en él lucen muy inteligentes e ilustradas pero en un segundo que puede ser el idioma de sus padres se expresan terriblemente mal con giros, expresiones en desuso y hasta un acento que si no los conociéramos denotaría todo lo contrario. De ese tipo, conozco ejemplos muy renombrados...y otros no tanto.
No es tan sencillo como parece eso de traducir. No se transcribe de un idioma a otro buscando la equivalencia de palabras individuales y transponiéndolas a un tercero como si fueran bloques que se trasladan de lugar o de un edificio al siguiente sin que en el movimiento no se altere la calidad o la funcionalidad de la obra en construcción.
Aprender nuevos lenguas es como vivir en mundos diferentes. Es como cambiar de país, de entorno y de realidades. Podemos expresar y tratar de reproducir la experiencia de un idioma a un segundo utilizando ese primero como referencia pero muchas veces equivale a reducirla. No todo el mundo puede hacerlo. Hay gente que se vuelve excepcionalmente buena tratando de captar ese espíritu pero la mayoría fracasamos en el intento.
Sin embargo no todos somos tan humildes para aceptar o reconocer el fracaso. Lo que me extraña es la falta de percepción para no ver cuándo estamos cometiendo el disparate. ¿O será acaso que el interés de aparentar, quizás hasta de ostentar que se está diciendo algo en dos lenguas sea más importante que mantenerse fiel a una ética de decir algo coherente y con sentido? No lo sé, pero creo que yo no podría.
Y abundando un poco sobre los mundos diferentes en el que los idiomas nos hacen vivir, no es extraño para todas las personas que hablan más de uno el confrontarse con la dificultad de que hay cosas que se dicen mejor en uno que en otro, ideas y palabras que aún haciendo el mejor esfuerzo no se traducen fácilmente y hay que conformarse con una pobre aproximación. Pero más aún, existe el caso de personas que hablan perfectamente un idioma y en él lucen muy inteligentes e ilustradas pero en un segundo que puede ser el idioma de sus padres se expresan terriblemente mal con giros, expresiones en desuso y hasta un acento que si no los conociéramos denotaría todo lo contrario. De ese tipo, conozco ejemplos muy renombrados...y otros no tanto.
Friday, June 18, 2010
Viernes
Qué un Viernes como el de hoy me parezca igual que un Lunes, es algo que me interesa conseguir. Y voy a tratar hasta el cansancio. Tanta emoción anticipada por la llegada del fin de semana y los dos días supuestamente libres para hacer lo que uno quiera, lo que más le venga a uno en ganas. Lo que significa en resumidas cuentas no hacer nada.
Al pasar un balance más detallado esos dos días se convierten en uno. Llega el Domingo y se nos arruina todo sólo de pensar que al día siguiente hay que ir a trabajar. Lo cual no es justo. Imaginarnos que vienen 5 días ininterrumpidos de labores conspira con nuestros mejores deseos de disfrutar ese día libre.
Hacer todos los días iguales haría que los disfrutáramos todos con igual entusiasmo o que los convirtiéramos en días miserables e inservibles para el disfrute del cuerpo y del alma. No más picos y valles. O en la cima de la euforia todo el tiempo o en la profundidad del abismo aburrido, monótono y hostil. No queda otra alternativa.
Ojalá y todo pueda ser reversible. Si al conseguir lo que quiero no me siento cómodo con los resultados alcanzados. Es que no podemos descartar la insatisfacción que siempre acecha y es algo intrínseco, inherente de todos los seres humanos.
Ah!, me olvidaba: creo que soy uno de ellos...
Al pasar un balance más detallado esos dos días se convierten en uno. Llega el Domingo y se nos arruina todo sólo de pensar que al día siguiente hay que ir a trabajar. Lo cual no es justo. Imaginarnos que vienen 5 días ininterrumpidos de labores conspira con nuestros mejores deseos de disfrutar ese día libre.
Hacer todos los días iguales haría que los disfrutáramos todos con igual entusiasmo o que los convirtiéramos en días miserables e inservibles para el disfrute del cuerpo y del alma. No más picos y valles. O en la cima de la euforia todo el tiempo o en la profundidad del abismo aburrido, monótono y hostil. No queda otra alternativa.
Ojalá y todo pueda ser reversible. Si al conseguir lo que quiero no me siento cómodo con los resultados alcanzados. Es que no podemos descartar la insatisfacción que siempre acecha y es algo intrínseco, inherente de todos los seres humanos.
Ah!, me olvidaba: creo que soy uno de ellos...
Tuesday, June 15, 2010
El Arte del Himalaya
En días pasados visité el Rubin Museum of Art, un museo dedicado a resaltar el arte y las culturas alrededor del Himalaya, las cuales han sido influenciadas y son representativas del Budismo y sus variantes en todos esos países y ese gran territorio que circunda los alrededores de esa cadena de montañas, es decir la india, la china y Nepal entre otros.
Son cinco o seis pisos de exposiciones y me salté dos o tres.
Puedo recordar claramente algunas cosas que me impactaron de esa visita como por ejemplo la exposición en el último piso "Remember that you will die" (Recuerde que usted se va a morir) en la que a través de pinturas, cuadros y libros se nos habla de la eventualidad de nuestra muerte. Se nos recuerda de manera vívida que cargamos o llevamos nuestro propio cadáver a cuestas y por mucho que presumamos y mayores sean las conquistas que alcancemos nada podrá evitar que nos vayamos a morir. Se exhiben varios cuadros al estilo de Vanitas que nos hablan de la falta de significado de la vida terrenal y la naturaleza transitoria de la vanidad (según la traducción de Wikipedia) bajo la perspectiva de dos grandes religiones: la budista y la cristiana.
La segunda cosa que me llamó la atención fue la observación de que una pintura del tipo que vemos en cualquier museo tradicional está casi siempre firmada y eso le da un gran valor a la obra si la firma le corresponde a un gran maestro, llámese Van Gogh o Matisse o Monet, etc.. En el caso de los cuadros, esculturas y otras obras de arte que se enfocan a las culturas del Himalaya y que algunas se pueden ver en exhibición en el Rubin, ninguna tiene firma. Son hechas por artesanos a los que por encargo se les ha pedido una obra centrada en algún tema de la religión budista y ellos así lo reproducen en sus creaciones artísticas sin tratar de ganar fama ni conseguir crédito por la realización.
También pude observar en detalle varios cuadros y esculturas en las que se presentan a dioses o semidioses dentro de la mejor tradición del Budismo con cuerpos perfectos y simétricos adornados con joyas preciosas y vestiduras costosas lo cual contrasta con las enseñanzas budistas que hacen énfasis en la humildad y el desinterés por las posesiones materiales. Una explicación dada refiere que los artistas intentan con esta lujosa apariencia externa de los personajes tratar de corresponder y reflejar los estados de perfección e iluminación internos de que gozan y en el que se encuentran las deidades. Lo externo vendría a ser un reflejo de lo interno de tal modo que no debe confundirse nunca con el significado que le damos a la apariencia en nuestras culturas en donde a final de cuentas y debido al énfasis que se le da, ella se convierte en un fin en sí misma sin mayor conexión con nuestros estados de satisfacción o bienestar internos.
Son cinco o seis pisos de exposiciones y me salté dos o tres.
Puedo recordar claramente algunas cosas que me impactaron de esa visita como por ejemplo la exposición en el último piso "Remember that you will die" (Recuerde que usted se va a morir) en la que a través de pinturas, cuadros y libros se nos habla de la eventualidad de nuestra muerte. Se nos recuerda de manera vívida que cargamos o llevamos nuestro propio cadáver a cuestas y por mucho que presumamos y mayores sean las conquistas que alcancemos nada podrá evitar que nos vayamos a morir. Se exhiben varios cuadros al estilo de Vanitas que nos hablan de la falta de significado de la vida terrenal y la naturaleza transitoria de la vanidad (según la traducción de Wikipedia) bajo la perspectiva de dos grandes religiones: la budista y la cristiana.
La segunda cosa que me llamó la atención fue la observación de que una pintura del tipo que vemos en cualquier museo tradicional está casi siempre firmada y eso le da un gran valor a la obra si la firma le corresponde a un gran maestro, llámese Van Gogh o Matisse o Monet, etc.. En el caso de los cuadros, esculturas y otras obras de arte que se enfocan a las culturas del Himalaya y que algunas se pueden ver en exhibición en el Rubin, ninguna tiene firma. Son hechas por artesanos a los que por encargo se les ha pedido una obra centrada en algún tema de la religión budista y ellos así lo reproducen en sus creaciones artísticas sin tratar de ganar fama ni conseguir crédito por la realización.
También pude observar en detalle varios cuadros y esculturas en las que se presentan a dioses o semidioses dentro de la mejor tradición del Budismo con cuerpos perfectos y simétricos adornados con joyas preciosas y vestiduras costosas lo cual contrasta con las enseñanzas budistas que hacen énfasis en la humildad y el desinterés por las posesiones materiales. Una explicación dada refiere que los artistas intentan con esta lujosa apariencia externa de los personajes tratar de corresponder y reflejar los estados de perfección e iluminación internos de que gozan y en el que se encuentran las deidades. Lo externo vendría a ser un reflejo de lo interno de tal modo que no debe confundirse nunca con el significado que le damos a la apariencia en nuestras culturas en donde a final de cuentas y debido al énfasis que se le da, ella se convierte en un fin en sí misma sin mayor conexión con nuestros estados de satisfacción o bienestar internos.
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