Saturday, March 31, 2018

Amsterdam

La verdad es que ahora mismo no me viene muy bien a la memoria la razón por la cual yo quería ir a Amsterdam. Parece ser un destino que se repite mucho en la lista de destinos preferidos de turistas de todo el mundo y quizá por eso estaba en el inconsciente mío de los lugares que algún día quería visitar.

La oportunidad de ir se me presentó a mediados de Enero de este año cuando apareció una oferta muy tentadora a través de una promoción de mis líneas aéreas favoritas y no lo pensé dos veces e inmediatamente aproveché para comprar mi pasaje para Amsterdam. Una estadía que recién acaba de finalizar y que estuvo programada del 21 al 27 de Marzo del 2018.

La impresión que me dejó esa visita sobrepasó cualquier expectativa que hubiera podido tener al respecto. Porque era muy poca la exposición mía a la historia de Holanda y su influencia en el mundo. Al final de cuentas resultó que los holandeses han jugado un papel muy importante en la historia mundial tanto en el comercio como en la tecnología como la construcción de barcos por poner unos cuantos ejemplos.

En pocas palabras voy a expresar las cosas que más me llamaron a la atención de Amsterdam. Lo primero y quizá era de las pocas cosas que sabía, fueron los canales. Esta gente y el agua se llevan muy bien. Y es una cuestión de muchos años. Algo que no sabía y que me dijo un hermano mío es que los mejores ingenieros hidráulicos del mundo son holandeses. Y con razón. A Holanda se le llama también Los Países Bajos porque como en el caso de Amsterdam, la ciudad está por debajo del nivel del mar y los canales son una manera de controlar y sacar el exceso de agua, sirven para evitar inundaciones.

Me llamó a la atención sobremanera, los molinos de viento que aunque quedan pocos en la ciudad, servían para todo, pero en un tiempo además de moler eran la herramienta preferida para sacar el exceso de agua de los canales. Es impresionante estar en uno de ellos y ver toda la tecnología envuelta en su funcionamiento.

Las bicicletas son algo que impresionan de Amsterdam. Están por todas partes y son el modo de transporte por excelencia de todo el mundo: niños, niñas, adultos de todas las edades, ancianos sin distinción género. Es una locura. Lleva un tiempo acostumbrarse. Si no se tiene cuidado uno puede ser arrollado fácilmente por una bicicleta; salen de todas partes y por dónde menos uno lo espera.

La gente en Amsterdam parece muy abierta y tolerante y de hecho lo es no solamente en cuestiones sociales y morales como ya sabemos de la prostitución y el uso de drogas menores, sino también en otros detalles un poco más sutiles. El hotel en el que me quedé está situado en un vecindario de casas de un solo nivel y de camino a la parada de autobús pasaba por el frente de las casas a diferentes horas y siempre se podía ver el interior de las mismas: la sala, cocina y otras dependencias iluminadas tras los ventanales de cristal. Parecía como una muda invitación a entrar en sus moradas y hacernos partícipes de su forma de vivir.

Por otro lado, debido al ejercicio físico a que los obliga el pedaleo constante en sus bicicletas, la gente local de Amsterdam parece estar físicamente muy en forma sin importar la edad o el sexo. Y el tamaño es otra cosa que sobresale. Estos holandeses que encontré son muy altos hasta el punto que como no soy alto tuve que empinarme al ir a un baño para poder alcanzar el urinal.

De seguro se me escapan muchas otras cosas pero las anteriores son las que más difieren de otras ciudades en las que he estado y por eso he querido resaltarlas antes de que me acostumbre y ya comience a pasarlas por alto.

Wednesday, February 28, 2018

La nueva esclavitud

Son las 6:30 PM y acabo de recibir las cajas de las solicitudes que he pedido recientemente a la compañía para la que trabajo. Me las entrega un empleado de una de esas multinacionales líderes del mercado, especialistas en el servicio de entregas a domicilio.

Es el mismo empleado que conozco por más de 18 años y existe con él la suficiente familiaridad y confianza para ir más allá del acto de firma y entrega de los artículos entregados. Pequeña conversación, bromas, cambio de impresiones son prácticamente parte y norma de nuestras interacciones en los segundos previos y posteriores a ese ritual de entrega de mercancías.

Se ha ido ya y estoy en el proceso de abrir las cajas recibidas cuando suena el timbre de nuevo pues nuestro amigo ha olvidado entregar otro paquete que venía dirigido a mi persona.

El aprovecha entonces para decirme con cara de mucha seriedad que hoy su jornada de trabajo termina a las diez de la noche. Se le ve muy disgustado y me agrega que el número de entregas que tiene que hacer en el día de hoy es de 130, lo cual es mucho menos que el número de 180 que tienen que hacer los empleados nuevos.

Parece que no puede más y está aprovechando para desahogarse. Me dice que están abusando de él (y de los demás, especialmente los que entran nuevos en la empresa) y que ello le afecta en la casa, con su familia. La noche anterior no pudo dormir.

Es duro escuchar estas historias sin uno poder hacer nada, sin uno poder dar una que otra solución o expresar algunas palabras de aliento. Sólo me da tiempo a poner cara de asombro y las palabras de consolación se atragantan: al final no salen de la boca. ¿Qué podría uno decir para ayudar?

Te sientes un poco culpable también pues es un costo indeseado que se paga por la conveniencia de recibir entregas en la comodidad de la casa. Yo, la sociedad, el nuevo estilo de capitalismo, estamos todos contribuyendo a este tipo de explotación que las empresas ejercen sobre estas personas.

Y no le veo una escapatoria posible. Hasta ahora no se me ocurre ninguna solución más o menos realista: viable. ¿Cómo decirle que lo deje todo y haga otra cosa? Tiene esposa, tiene hijos, tiene una hipoteca que pagar y quién sabe cuántos otros gastos adicionales. Probablemente tiene seguro médico a través de la empresa que no sólo lo cubre a él sino también a toda su familia.

Por si fuera poco, ya no tiene 20 ó 30 años. Los mejores años de su vida los ha dejado/dedicado a esta empresa y ya no tiene la fortaleza física ni mental para comenzar de nuevo. Ni siquiera tiene tiempo para descansar adecuadamente si calculamos la hora a la que debe de llegar a la casa luego que termina de trabajar. Apenas tiene tiempo para irse a acostar. Y yo aquí especulando que tampoco va a tener la fortaleza para poder continuar: un día se va a enfermar. El estrés se hará cargo de él.

Está metido en una trampa, está atrapado y el lo sabe de la misma manera que lo saben todas esas personas que trabajan en el nuevo tipo de economía dominada por la tecnología.

Se suponía que ella, la tecnología, nos liberaría pero lo contrario ha sucedido; nos ha encadenado. Es la nueva esclavitud. Ella se ha convertido en la nueva forma de esclavización, a la que no podemos escapar pues nos controla todos los pasos, día y noche y es omnipresente, está en todas partes sin nunca darnos la más mínima tregua.

Tuesday, January 30, 2018

El precio de reducir la realidad

He estado pensando últimamente en lo grande que es el mundo y en el poco tiempo que uno le dedica a pensar en esa grandeza.

Sí, parece que simplificamos la vida y el mundo de tal manera que no nos damos cuenta las muchas cosas que hay a nuestro alrededor. Y lo mucho que nos falta por conocer o lo mucho que ignoramos.

Vivo en una gran ciudad y cuando ando manejando son miles de carros que van en la misma dirección que yo o en la contraria. Cuando en la noche miro esos edificios grandes con centenares de ventanas iluminadas, me imagino que detrás de ellas se ocultan vidas, personas, otros seres vivientes con sus penas, sus alegrías, sus pesares.

Por igual cuando me toca viajar. Uno tan ensimismado en su propio viaje creyendo que es algo único y especial que aunque es probable que lo sea, ese sentimiento es también compartido por millones de viajeros en miles de aviones que cruzan los cielos de aquí y de por allá.

Y de igual manera, qué de los demás, la inmensa mayoría que no puede hacer lo mismo. ¿Nos detenemos a pensar en toda esa gente?

Algo grandioso se pierde cuando dejamos de pensar en el conjunto. Parece que debe tener algún beneficio el proceso de abstracción que hacemos cuando reducimos el mundo a pequeñas unidades y cuando dejamos de ver las múltiples cosas que ocurren a nuestro alrededor.

Ciertamente debe tener un beneficio: el mundo se vuelve quizás más manejable, más predecible pero a qué precio.

Es un precio muy caro el que se paga cuando tenemos una visión reducida de la realidad, cuando dejamos de conocer la manera de pensar de los otros y cuando dejamos de abrirnos a las miles de posibilidades que el mundo ofrece.

Sunday, December 31, 2017

Las culturas y las diferencias individuales

Falta un poco más de una hora para terminar el año y de igual manera falta lo mismo para comenzar otro. No que en realidad falte nada. Los finales y comienzos de año son arbitrarios. Al universo nada de esto le importa. Son más bien un constructo, una invención que creamos nosotros los humanos basados en este parámetro del tiempo que tarda la tierra en dar una vuelta completa alrededor del sol. Esa vuelta sin embargo pudo haber comenzado en cualquier otro mes o cualquier otra estación y no necesariamente tenía que estar vinculado por un acontecimiento de carácter religioso.

Antes que termine Diciembre me debo un post o se lo debo al blog y aprovecharé la ocasión para hablar o especular de las disimilitudes, las diferencias que existen entre nosotros los humanos y de las cuales no siempre somos conscientes y por ello la mayoría de las veces no nos preparamos para enfrentarlas, minimizarlas o sobrellevarlas.

Asumimos casi siempre que por hablar el mismo idioma nos estamos comunicando, que compartimos las mismas ideas y sentimientos, las mismas emociones.

Pero no es así. No es la realidad. Es más fácil de ver cuando se tiene la oportunidad de compartir con personas de otras culturas y resulta chocante lo que para uno es lo más normal del mundo para la persona de la otra cultura puede ser un acto de lo más desagradable.

Hablo por experiencia propia. Recientemente estuve de visita en Roma, Italia y allí de manera casual conocí a una chica proveniente de China. Nos hicimos amigos, salimos un par de veces a charlar, a comer y beber y de paso conocer las atracciones de la ciudad. Teníamos los mismos objetivos: éramos turistas, de visita por primera vez a Italia y el acompañarnos mutuamente en nuestras correrías hacía mucho más ameno el recorrido por la ciudad.

                                                               

El segundo día que acordamos encontrarnos en un lugar y llevado por la camaradería con las que nos habíamos desenvuelto el día anterior, intenté saludarla con un beso en la mejilla y noté que sutilmente me esquivó por lo que opté por darle la mano. Sin embargo, a partir de ese momento un tanto raro y de incomprensión todo el resto del día nos la pasamos de lo más bien andando, compartiendo y tirando fotos por doquier a todo lo que nos parecía interesante incluidos nosotros mismos.

Al tercer día de hacer más de lo mismo y mientras comíamos y descansábamos de nuestras andanzas del día no pude resistir más la curiosidad y le pregunté cómo era la costumbre de saludarse en China. Me contestó que generalmente en China son muy circonspectos, no expresan mucho sus emociones, las reprimen; para ellos la costumbre de Occidente de darse besitos les parecía asquerosa (gross) y que tampoco era costumbre el darse abrazos (con la excepción de las parejas aunque no con mucha frecuencia)...

A partir de ese momento, para mí todo comenzaba a tener sentido... Me dijo que poco a poco, en la medida que ella veía más TV de Estados Unidos ella comenzaba a desensibilizarse y por ende reaccionaba menos a las costumbres de occidente.

Cuando nos despedimos esa noche me dio un abrazo...

Esa experiencia para mí fue sólo la punta del Iceberg. Ello me puso a reflexionar en cuántas otras cosas nos equivocamos, no sólo en una dirección sino desde otros ángulos. Qué transmitimos y cómo es interpretado y qué los demás transmiten y cómo nosotros lo interpretamos.

Mas, este fenómeno de interpretar de manera diferente ya sea con una connotación positiva o negativa las expresiones culturales de un grupo, no se da exclusivamente entre grupos que están muy separados física o geográficamente.

La realidad es que aunque es más fácil de entender y procesar estas reacciones a las diferencias de ver el mundo en grupos disímiles, estas también existen dentro de un mismo grupo y más aún entre individuos de la misma cultura.

Lo difícil de todo esto es que no siempre o talvez sea casi imposible ser consciente de todas las fuerzas y todos los factores que actúan a favor o en contra de una interpretación acorde o ajustada a la manera como un mensaje ha querido enviarse o transmitirse.

Debido a esto las fuentes de incomprensión y desconcierto que existen entre los emisores y los receptores de mensajes son muchas.

Aparentemente la única solución viable que yo le veo es la apertura, la búsqueda de explicaciones más allá de las que ofrece nuestro propio marco, sobretodo si este no es lo suficientemente amplio y grande y si se tiene la oportunidad como en el caso mío con mi amiga China...,de poder hacer unas cuantas preguntas.

Thursday, November 30, 2017

Abuso de poder

Que el poder corrompe a las personas más que un dicho, es un hecho harto conocido y del que se ha escrito desde tiempos inmemoriales.

El poder es importante. Tener poder es aún más importante y parece ser una recompensa en sí mismo. Todo el mundo lo busca de alguna manera u otra, de manera abierta y también de un modo sutil y soterrado.

El poder lo da el dinero, las posesiones, el status, la clase social a la que se pertenece y en sociedades desiguales sirve para mantener y afianzar las desigualdades y el status quo.

Existen gran cantidad de marcadores que sirven para determinar el poder que tienen unas personas sobre otras dependiendo de si pertenecen o encajan en ciertas categorías. El sexo es una de esas y por igual la raza, el color de la piel, el lugar de origen, etc., elementos que en particular o en conjunto sirven para determinar si se tiene más poder o no en la sociedad.

Todas estas categorías se entremezclan y hacen mucho más difícil una evaluación objetiva del poder pues dentro de un mismo grupo ciertos elementos que sobresalen les dan más poder a unos individuos más que a otros y así nos encontramos con una telaraña de situaciones y|o relaciones de poder que trascienden los límites de los grupos particulares y viceversa.

No toca aquí analizar todas las dinámicas en las que está envuelto el poder ni tampoco voy a entrar en detalles analizando lo que es o no el poder. Asumo que todo el mundo tiene una idea subjetiva de lo que significa y es quizás una de esas cosas que aunque no se pueda definir de manera muy clara, todo el mundo lo ha experimentado de una forma u otra cuando ha sido una víctima de él.

De lo que sí me interesa hablar o llamar la atención es del abuso de poder. Tener poder es bueno cuando se posee y se usa para hacer el bien; cuando nos permite hacer justicia, hacer cosas buenas y ayudar a los demás.

Por el contrario, utilizar el poder para beneficio propio y en detrimento del bienestar o sin importar el daño que podemos causar a los demás es un abuso y en ese sentido estamos en contra del mismo.

Lo triste del caso es que las mismas personas que han sido víctimas del abuso de poder, a su vez abusan de su poder con relación a otras y estas a otras en una sucesión escalonada produciendo una cadena o un círculo vicioso del que parece no hay escapatoria.

Por un lado uno encuentra personas que se quejan del maltrato sufrido por los que están por encima de ellas pero al mismo tiempo ellas maltratan a otras que están por debajo. Ya lo dice la expresión popular: A Dios rogando y con el mazo dando.

Me alegra mucho la situación que estamos viviendo en los últimos meses en la que casi a diario han salido a relucir públicamente los abusos cometidos por figuras poderosas quiénes utilizando su poder se han aprovechado sexualmente de sus víctimas y para colmo habían logrado amedrentarlas y chantajearlas logrando silenciarlas por años.

Me alegraré mucho más cuando además de hacernos conscientes del abuso de poder que cometen con nosotros los que tienen más poder, podamos nosotros a su vez denunciarlo y aún más importante, que nos volvamos conscientes del abuso que también cometemos con los que tienen menos poder e influencia y podamos así tener el poder de parar, romper la cadena, el ciclo y la espiral que perpetúa este estado de cosas.

Tuesday, October 31, 2017

El valor del dinero

La nota más sobresaliente del mes de Octubre del 2017 es el descubrimiento de que me he vuelto más sabio, más juicioso en ciertos aspectos del vivir.

A principios de este mes terminó la culminación de ciertas aventuras financieras especulativas con mi cuenta de Wall Street. Las había iniciado a mediados de Julio de este año y aunque no salí mal parado de la experiencia (todo lo contrario), quedé sumamente agotado, extenuado mentalmente y sufriendo de hasta dolor y cansancio en los ojos.

Primeramente, debo decir que no se necesitan grandes habilidades para conseguir dinero. Lo que sí se necesita es contar con cierta cantidad a tu disposición; se necesita una cierta cantidad de capital del que puedas disponer por un tiempo determinado. No tiene que ser muchísimo dinero pero tampoco puede ser muy poco. Porque uno puede tener suerte y ganar dinero de una vez pero también, uno puede equivocarse haciendo malos negocios y lo más común es que se pierda dinero al principio, en lo que se aprenden las reglas del juego, pero sin llegar a perderlo todo, lo que le permitiría a uno ganar tiempo y poder recuperarse más adelante o en un futuro un poco más lejano.

Luego que uno aprende a ganar dinero, entonces hay que evaluar el costo de ese dinero: ¿a qué precio se consigue? Si para conseguirlo se deja de gozar de las bondades de la vida y/o uno se envicia y deja de disfrutar de otras cosas y se vuelve esclavo de los negocios, entonces no vale la pena.

Aunque no era precisamente un novato en estos menesteres, esa fue la otra gran enseñanza que obtuve en esta ocasión de mis incursiones en las actividades financieras y era algo que quizás me había eludido las veces anteriores. No esta vez: me pasé más de dos meses 24/7 pegado a las pantallas del celular, la computadora y el Ipad y es cierto que logré la meta que me propuse en ese período, pero terminé muy estresado y hasta cierto punto decepcionado.

Por fin he podido cuestionar el valor del dinero... Fue un experimento: sé que puedo volver a hacerlo, si quisiera y me lo propusiera, y con lo aprendido podría hasta irme mejor, mas creo que talvez no valga tanto la pena el sacrificio....

Saturday, September 30, 2017

Otras fuerzas que nos mueven

El placer y el bienestar que sentimos cuando estamos con algunas personas son fuerzas que predicen y/o pronostican la posibilidad de que busquemos la permanencia futura al lado de ellas.
Mas, no son esas las únicas fuerzas que nos mueven y hacen que nos mantengamos ahí a su lado. 

Muchas veces el estar al lado de ciertos individuos puede acarrearnos también muchos problemas y sinsabores, cuando no mucho dolor y malestar.

¿Qué nos hace pues continuar la relación con ellos o ellas? Paradójicamente y sin caer en el masoquismo, es la simple constatación de que su ausencia de nuestras vidas podría y de hecho provoca mayores problemas que los que intentamos resolver al prescindir de su presencia.

Dicho de otro modo, para saber lo que algo o alguien significa en nuestra vida, sólo tenemos que perderlo o fingir perderlo o imaginarlo perdido irremediablemente e inmediatamente sabremos lo importante que es o ha sido.

Con el tiempo las relaciones se vuelven muy complejas. No sólo cuenta lo bien que la pasamos con la otra gente. La evitación del dolor y sus corolarios parece jugar un papel tanto o más importante que el placer que nos brinda la compañía de esas personas.

La cercanía de determinada gente parece provocar en nosotros la formación de hábitos y rutinas que hacen la convivencia predecible, llena de significado y generalmente le dan sentido a nuestra vida más allá de las ventajas aparentes que brindan. De manera imperceptible se producen conexiones y ataduras invisibles que son las que se ponen en evidencia cuando las relaciones se rompen. 

Por eso es tan difícil separarse de alguna gente. Corremos el riesgo de crear "vacíos" que son difíciles de llenar de un día para otro. En otras palabras, los beneficios de estar con esa gente van más allá del placer y el dolor que ellas tienen la capacidad de provocarnos ...

Thursday, August 31, 2017

Planeando el 2018

Ya comencé a pensar lo que voy a hacer en el 2018.

Puede parecer un poco adelantado o extemporáneo porque apenas estamos a finales de Agosto pero no lo es porque aunque la mayoría de nosotros espera el último mes del año para hacer resoluciones (que al fin y al cabo la mayoría no se cumplen), la realidad es que en Diciembre estamos muy ocupados con las actividades y fiestas de fin de año y no nos queda mucho tiempo para hacer planes serios de cómo quisiéramos se desenvolviera el año entrante.

En mi caso, y dejando de lado que quiero seguir trabajando de la misma manera que lo he estado haciendo los últimos 4 años, se me ha ocurrido el deseo de viajar a un país distinto cada mes del año. ¿Podré hacerlo? ¿Contaré con los recursos y el tiempo libre para poder lograrlo? O por el contrario aún contando con los recursos y con el tiempo de poder hacer esos viajes queda siempre la pregunta de si no me cansaré de ellos o si ello afectaría mucho el tipo de trabajo que realizo.

Como en todas las cosas, el tiempo es el que manda. El tiempo es el que dirá finalmente y dependiendo de los ánimos y las circunstancias habrá que ajustar los objetivos en medio del camino.

Por ahora me parece muy tentadora la idea y de sólo pensar en ella, la cabeza me da vueltas de la emoción.

Pero no me gusta quedarme solamente en planes y proyectos. Trato en la medida de lo posiblede concretar mis ideas, de plasmarlas lo más rápido posible. Por eso y por lo pronto ya tengo asegurado el primer viaje en Enero.

Para Enero del 2018 y con el objetivo primordial de combatir el frío del invierno en Nueva York, mi primer destino del año lo será la isla de Guadalupe ..., ya el boleto de avión está comprado.

Los otros países, los otros destinos en los meses subsiguientes, pues no sé; ya veremos, dependerá de las oportunidades que se presenten. Lo que sí sé es que la lista es larga (una lista mental) y faltará mucho tiempo y dinero para quitar o tachar todos los nombres que están en ella.
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