Iba en dirección a Valverde Mao, cuando de repente me entró la sensación de estar un poco extraviado. Había dejado la carretera principal y no sabía si iba en la dirección correcta. Me detuve y le pregunté a la primera alma que se me cruzó hacia dónde quedaba la ciudad de Mao. Esta alma resultó ser la de un haitiano, el cual parece que sí me entendió pero yo no le entendí ni un carajo en su mezcla de patois y español. Comprendí, eso sí, el gesto que hizo con el dedo señalándome que la ciudad que buscaba estaba en dirección contraria hacia dónde me dirigía. Un poco más adelante, un señor se asomó al frente de su casa y con él no tuve inconvenientes en entenderlo y hacerme entender. Me dijo, dobla aquí y cuando llegues allá dobla otra vez y estarás en la carretera para llegar a Mao.
Qué suerte tengo!, pensé para mis adentros. Si hubiera caminado un poco más me habría alejado mucho de esa encrucijada. Avisté una estación de gasolina y para estar más seguro decidí entrar y preguntar de nuevo. Tambien decidí echar un poco de gasolina pues aunque tenía suficiente no hay nada más tranquilizador en la vida como tener un tanque lleno de combustible. Antes de llegar a la bomba ya un señor me había pechao y al acercárseme y hacerle las preguntas de rigor, él con una amabilidad y cortesía extraordinarias me dijo con lujo de detalles hasta los minutos (8) que me faltaban para llegar a mi destino. Me echó la gasolina, le extendí cash y me dijo que si quería podía pagar con tarjeta de crédito, que si se me ofrecía otra cosa, etc..etc...,todo ello con una espontaneidad y naturalidad inigualables que no me hicieron dudar ni por un instante que esas cualidades fueran auténticas.
Salí de ahí un poco aturdido y desarmado. No me acordaba de haber visto tal despliegue de entusiasmo por ayudar y servir a otra persona con total desprendimiento, sin esperar nada a cambio.
El camino restante fue una reflexión intensa sobre esos atributos personales y el efecto devastador que causan en nosotros. La cortesía, la gentileza, la atención y la amabilidad son cualidades de las cuales dudo mucho que uno pueda cansarse o hacerse inmune pues su suministro anda escaso en estos tiempos y le confieren un verdadero poder a quiénes se hacen poseedores de ellas.
8 comments:
Dicen que la amabilidad ayuda a desarmar.
Tenemos un paisito servicial, mucho más aun cuando esta gente se da cuenta que vienes del otro lado del charco.
Y tú amas a Mao?
Saludos
Siiii, yo amo a Mao. Que no te quepa la menor duda.
Es una virtud de los dominicanos ser hospitalarios, agradables y colaboradores, en especial con los “extranjeros”
Si yo hubiese estado cerca seguro que iba a comportarme como una dominicanita-cibaeña y hacer lo mismo y quién sabe?
Que bueno que fue un disfrute tu viaje. Lo repetirás pronto?.
Laured, eso suena muy prometedor y tratare de estar cerca en mi proximo viaje. Sentirse vulnerable en esas circunstancias es una experiencia envidiable y muy recomendable. Espero con ansias que llegue el momento de poder repetir la experiencia y el quien sabe!!!!
Es que los dominicanos en su mayoría somos de alma y corazón noble. No solamente los veganos son "buenos todos" (con el perdón de Baakanit) sino también los dominicanos en general jejjeje.
Que se repita pronto la visita y espero que vengas un fin de semana que me toque libre.
Estabas presa Carolin? Cómo es eso de que no estabas libre? ;)
Debiste tomar el fin de semana libre, el distinguido Mr. Ferdinand requería ru presencia.
Como pudiste olvidarte de su Excelencia.
Sigue contando que más viste por esos lados.
Oye, raro es que ese señor no se ofrecio, o mandara un hijo suyo, a montarse en el carro para dejarte "encaminado".
Antes fue asi y todavia hoy lo sigue siendo en gran parte (a pesar de las noticias escandalizadoras).
jajjaaa Baakanit no soy jefa. Coincidencialmente el fin de semana que Fernando estuvo por aquí me tocó trabajar todo el fin de semana ( es que trabajo un fin de semana si y otro no). Así que pensándolo bien estaba presa, pero no para trabajar sino para divertirme jejeje
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