Ya casi me puedo considerar un viajero consuetudinario. El casi es la palabra clave. Aunque no sé si todavía me queda grande la etiqueta, el ir de país en país o de una ciudad a la otra se ha convertido en una especie de juego, en algo que me excita pero que no me altera demasiado los nervios o las hormonas del estrés lo cual es un buen síntoma.
Inicialmente tenía pensado ir a Barcelona lo cual era casi como una especie de obligación. Un turista que se respete no puede resistirse a la tentación de visitar ciudades como París, Madrid, Roma, Londres, New York o Barcelona entre otras grandes ciudades del mundo.
Ahora bien, ya que estaría en Barcelona porqué no salirme un poco de la rutina y aprovechar la ocasión para conocer otras ciudades españolas. Habiendo tantas opciones, la decisión de escoger dónde ir quedó resuelta cuando me plantée aprovechar la ocasión para tomarme un café (o una cerveza) con Carolina con quién he compartido tanto aquí en el blog como en Facebook.
De esa manera fue como Valladolid entró a formar parte del escenario.
Introducir otra ciudad al destino inicial tiene sus retos y genera una serie de cambios que hay que ponderar y añadir a la logística inicial del viaje, como por ejemplo, qué medio de transportación utilizar tomando en cuenta la eficiencia y el costo (Omio es un app que me facilitó las cosas por ese lado); buscar otro hotel para pasar por lo menos 2 noches y también debía preparar un nuevo itinerario de los sitios a visitar pues no tenía la menor idea de lo que podía encontrar allí.
Por experiencia, sólo necesito un punto de partida, a manera de palanca (para mover el mundo), y desde ahí preguntando uno llega a Roma (que por coincidencia fue el nombre del hotel donde me hospedé). Por suerte no fue necesario esforzarme mucho en esa dirección pues ese punto de partida me lo proporcionó Carolina quién de manera muy entusiasta y ayudada por Luis (su compañero) me preparó no un punto sino una hoja con suficientes recomendaciones de lugares para un recorrido de por lo menos dos o tres días.
Llegué desde New York al Aeropuerto El Prat de Barcelona en la mañana del 4 de Abril y desde ahí tomé el Aerobús hacia el centro. Sabía que tenía que quedarme en la plaza Cataluña desde dónde mi hotel localizado en Sant Antoni estaba a menos de 15 minutos. En relación al costo, distancia y a la facilidad de transporte desde el aeropuerto hay que decir que Barcelona es una de las ciudades más amigables (friendly) del mundo. Hice uso del Aerobús en 4 ocasiones y no me puedo quejar de ninguna de ellas pues el servicio es excelente: muy rápido y eficiente.
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| Plaza Cataluña |
Barcelona es una gran ciudad y está llena de turistas por todos lados. No le dediqué todo el tiempo que se merecía porque lo dividí con Valladolid. Mas, tuve tiempo de recorrer sus calles, La Rambla, La plaza de Colón, El arco de Triunfo, La casa Batlló (Gaudí), El museo de Picasso, la ciudad gótica y pude admirar de cerca la grandiosidad de La Sagrada Familia (Gaudí) entre otras cosas. Sustrayendo el tiempo que me tomaron los viajes internos me pasé 3 días yendo de un lugar a otro de Barcelona tanto degustando de la comida, en especial las tapas como disfrutando de las cervezas de la región. Vale mencionar que Sant Antoni tiene unos lugares muy acogedores.
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| Plaza Colón |
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La Sagrada Familia
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En Cuanto A Valladolid la experiencia fue mucho más significativa. Aunque no es una ciudad ni muy grande ni muy chica, conserva el encanto y la acogida de los pueblos pequeños. Tanto en los bares y los cafés cuando la gente se entera que eres un visitante se nota el esfuerzo por entretenerte y agradarte y hacerte la vida más fácil y llevadera. Es un lugar más apartado y apacible que digamos Madrid o Barcelona, con mucha tradición religiosa y en el que te encuentras con grandes sorpresas como El Museo Nacional de Escultura y La Casa Cervantes.
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| Plaza Mayor de Valladolid |
Debo señalar que el punto culminante del viaje a Valladolid fue haberme encontrado con Carolina quién me ayudó bastante en la segunda parte de mi recorrido; me introdujo al Penicilino, un café muy original frecuentado por estudiantes y gente bohemia (como yo), y me llevó a conocer el Museo Nacional de Escultura donde se exhibe una muy importante colección de piezas valiosísimas en su mayoría de carácter religioso, la cual lamentamos no haber podido ver de manera completa.
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| En El Penicilino |
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San Onofre (hacia 1500)
Madera Policromada |
No sólo fue el recorrido con Carol lo que más nos entusiasmó sino la conversación que se desarrolló a través de este como en los sitios a los que fuimos, como en los viejos tiempos de los blogs. Se habló y se abarcó de todo: antropología, psicología, filosofía, redes sociales, experiencias de trabajo, etc. Creo que nos faltó tiempo para tocar a profundidad todos los temas.
Y como todas las cosas, se hizo tarde, muy tarde y nos tuvimos que despedir en la mitad de la noche y de igual manera este post ya se hace largo y hay también que darle fin que no necesariamente es el fin porque todo queda inconcluso y todo sigue hasta la próxima entrada, visita, encuentro...
2 comments:
Y estuvo genial! mágico encuentro! Por un lado me resultaba por momentos muy familiar nuestra conversación y también con matices nuevos; los que se quedaban por el camino cuando la comunicación no es presencial. Me pareció que te amoldabas muy bien a lo que Pucela o yo misma pudiera ofrecerte, sin presiones por el tiempo o lo que pudiéramos compartir.
Recuerdo que pasando un rato en un post de este blog del café de Fernando o en el de "las txikicosas", comentamos lo del "teletransporte" entre risas, y que no me pareció nada, pero nada descabellado que algún día nos encontraríamos en NY o todavía más posible en España... ¡ y así ha sido!. ES una sensación paradójica, entre esperada y sorprendente a un mismo tiempo.
Me encantó pasar un rato contigo, aunque el tiempo nos tocara bastante desapacible. También que disfrutaras de cosas de Valladolid, mi ciudad de acogida, como el Museo Nacional de Escultura, o el txoko del Penicilino. Viniendo de la cosmopolita Nueva York y de la especial Barcelona, me resultaba un poco difícil :-)
La próxima, quizá sea en Nueva York o en algún otro lugar, o de nuevo en España, ¡quién sabe!
P.D. el proyecto en tu tierra natal me pareció estimulante y muy inteligentemente pensado.
P.D 2. Hace muchos años, con 15 o 16, me escribía cartas llenas de dibujos y pequeños presentes con una chica inglesa, gracias a la cuál, aprendí a defenderme en inglés a nivel escrito. Cuando fui de aur-pair a Irlanda con 22, Allison vino a conocerme de Inglaterra a Irlanda. El encuentro estuvo genial!. Y me dejó la sensación de que estas cosas pueden ocurrir: cartearte con alguien o algo parecido, y encontrarte años después para seguir la conversación pero ya hablando cara a cara. :-))
Muchas gracias Carolina por este comentario y por la acogida que me diste en Valladolid. Creo que nuestro encuentro pasó mucho mejor de lo esperado porque fuimos poco a poco retomando el hilo de las cosas y entrando en "calor" con los innumerables temas que tenemos para compartir (a pesar del frío que hacía).
Debo confesar que inicialmente no tenía muy buenos augurios. El día de mi llegada a Valladolid, la tardecita del viernes 5 de Abril casi al anochecer y hasta pasada la medianoche me fui a recorrer los bares de los alrededores y comí (tapée) y bebí demasiado. El día siguiente Sábado 6, el que habíamos quedado de reunirnos estaba funcionando a un 80%. Por suerte y a medida que fue pasando el día las cosas mejoraron bastante y ya sabes el resto.
De mi parte fue encantador lograr este encuentro. La pasé divino. Valladolid es un encanto de ciudad y la gente parece muy receptiva y acogedora. No tengo quejas.
La moraleja de todo esto es algo que tengo bien claro en la vida y es aprendido quizás de la manera como me gano la vida (las ventas). Aunque la suerte es un factor importante que nunca se puede desdeñar, la mayoría de las veces para que las cosas ocurran hay que provocarlas. Y por esa razón es que hoy puedo decir con satisfacción que al no dejarlo al azar y tomar la decisión de visitar tu ciudad es que tuve el placer de conocerte y compartir contigo todo ese tiempo (hasta la madrugada) y que la impresión de ese cara a cara es mucho mejor que todas las interacciones digitales anteriores independientemente de que ellas fueran las precursoras de nuestra reunión allí.
La vida evoluciona y nosotros con ella. Si la oportunidad de encontrarnos de nuevo se vuelve a presentar no dejaré de aprovecharla para continuar y/o actualizar los temas que nos ocupan porque ya está muy claro que es mejor en persona, face to face que a través de medios como este por más atractivos o llamativos que parezcan.
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