Sunday, June 13, 2010

Prejuicios

En medio de una conversación con mis hermanas, la menor expresó que le encanta estar en Downtown Manhattan. Estar ahí es como estar en otro mundo, dijo ella. Y yo estuve de acuerdo. Agregué que todas las personas sin importar el color o la raza a la que pertenezcan elevan su nivel en esa parte de New York City. La hermana mayor no lo ve así. Ella dice que "los blanquitos" ciertamente son más corteses pero que en realidad ellos se sienten superiores.

Y se armó la discusión...
La manera como yo lo veo es que no hay manera de presuponer que alguien se siente superior así porque sí, si a la vez quién lo atribuye no se siente inferior. No hay manera de sentir lo que el otro siente. Podemos intuirlo y hasta estar en lo cierto pero es muy difícil que el otro te lo diga pero es mucho más difícil de determinar cuando la otra persona no te da los motivos y por el contrario se comporta de la manera más correcta y amable posible.
Lo extraño para mí es que en Downtown confluyen todas las clases y todas las razas, los visitantes de todas las partes de Estados Unidos y del mundo y sin embargo mi hermana entresacó a "los blancos" (una denominación que le dan de manera despectiva algunos hispanos a la WASP = white, anglo-saxon, protestant).

Oír a mi hermana expresarse así era como estar en presencia de una persona prejuiciada. Un ejemplo de que el prejuicio se da en todas las direcciones. Es muy fácil atribuirle a los otros la manera como nos sentimos y de esa manera poder descalificar sus acciones, aún las más amigables y nobles. El recelo puede estar en nosotros y cuando está presente podemos proyectarlo hacia esas personas de manera inconsciente lo que haría que los rehuyéramos y estos a su vez podrían hacer lo propio pues probablemente les parecerían extrañas nuestras actitudes defensivas, sobretodo cuando no se dan ni existen razones claras y evidentes.

Tal vez sea un buen ejemplo de lo que son las falacias o las profecías de auto-cumplimiento.

Saturday, June 12, 2010

Timidez

¿Qué puedo decir si soy terriblemente tímido para las celebraciones que se podrían hacer en mi nombre? Esa es la pura verdad y en un tiempo hice esfuerzos conscientes muy grandes para tratar de cambiar eso y por lo menos hacerlo llevadero para satisfacer un poco el interés de los demás. Reconozco, sin embargo, que he fallado miserablemente tratando de conseguirlo. Por más que lo pienso, lo razono y trato de procesarlo no he podido sobreponerme ni encontrarle lógica, mi lógica, la que me permitiría manejarlo adecuadamente.

Recientemente cumplí años como todos los años y como todos los mortales y/o todas las cosas que se supone tienen una fecha de origen, un punto de partida. Sólo unas pocas personas lo sabían o lo recordaban pero dentro de mi familia algunos nunca se olvidan y las felicitaciones no se dejan esperar. Con la tecnología ahora recibo llamadas de larga distancia y mensajes de texto que dicho sea de paso estos últimos (esto es un cambio) son muy prácticos para el manejo de las emociones que se suscitan y mis respuestas en consecuencia, aunque menos espontáneas resultan ser más fluidas, mejor pensadas y hasta podrían llevar una pizca de humor.

Reconozco que soy bastante irracional en estos aspectos. Y quién sabe en cuantos más. Soy el primero que salta para promover la celebración de los otros y me interesa sobremanera el bienestar de los demás, sin embargo no soy bueno para hacer los ajustes y verme en primer lugar como el objeto de la atención general con fines puramente festivos. Es probable que sea muy bueno para complacer y absurdamente difícil para dejarme agradar y ser el foco de interés de terceros.
Soy de los que si quisiera podría llegar a cualquier fiesta de esas que se organizan a nivel privado y hacerme dueño de ella pues tengo la habilidad de poder ver el conjunto y descubrir fácilmente dónde están las fallas y corregirlas, dar la mano aquí y allá y resolver uno que otro problema que se presenta. Esa es la verdad, pero no puedo hacerlo en los casos en que la estrella designada del show soy yo, como en ocasión de un cumpleaños y una de las consecuencias resultantes de ese comportamiento es que días como esos me retraigo y mi conducta y actitud hasta podrían parecer hostiles y con razón pues no conozco demasiadas personas que actúen de esa forma.

Agradezco, eso sí, y de manera inmerecida a todas las personas que conociéndome me protegen y aún felicitándome hacen todo lo posible para evitar exponerme de manera pública al horror de ver mi nombre ahí en sitios como Facebook y/o el blog, etc. Es un verdadero honor contar con gente así y por mi parte prometo seguir trabajando el asunto de tal manera que en futuros aniversarios podamos responder de manera más acorde con el sentir de los demás...

Monday, June 7, 2010

Puntos de Intersección

Tiene unos ojos negros muy grandes y un corte de cejas en forma de arco que los agrandan aún más. He llegado al mostrador del Restaurante y hago ademanes de que quiero saludarla con un beso y ella que así lo entiende se acerca. Pego mi boca a una de sus mejillas que están realzadas con un rosadito pálido y le planto el beso como de costumbre. De paso aprovecho para decirle lo bella que está su boca con sus labios carnosos no muy abultados y acentuados por un esmalte brilloso y transparente que le gusta ponerse en los labios. Se sonríe y me muestra sus dientes diciéndome que ellos también lo son y yo agrego los ojos al inventario y con los míos le sugiero otras partes del cuerpo que me atraen y ella halagada pero pretendiendo que se molesta frunce el ceño sin dejar que le abandone una sonrisa en su rostro y se aleja al llamado de otros clientes, del teléfono o del ajetreo que originan todas las órdenes que tiene que preparar y enviar con el señor que en su bicicleta hace los mandados y las entregas.

Es toda una rutina y al mediodía no hay mucho espacio físico ni mental para escuchar las alabanzas que despiertan sus atributos físicos en medio del arroz y las habichuelas rojas y blancas, las arvejas, la carne y el pescado, el pollo al horno o al caldero y quién sabe cuántas cosas más que hay que ofrecer a los parroquianos atraídos por la comida que debe servir para saciar el hambre que casi a todos y por coincidencia a la misma hora los impulsa a llamar por teléfono o dirigirse hacia allí a ejecutar sin mucha sofistificación el ritual del almuerzo.

O quizás y me equivoco y sí hay tiempo y el espacio se crea porque no sé cómo y nos volvemos magos y hacedores de tiempo y hay una sola brecha que me permite un pequeño atrevimiento más. Los ojos hablan y ella se queja de mi sonrisa que esconde algo según ella, una mezcla de malicia que no lo es tal sino una manifestación de un estado de gozo interno que se activa por la anticipación de lo que se va a decir después sin haberlo realmente dicho de antemano.

Le digo que antes no me atrevía pero que ahora sí; que si estuviéramos solos le robaba un beso y que con su hermosa boca sus besos debían saber riquísimos. Y mientras le digo esas cosas le aprieto la mano que ha colocado encima del mostrador y ella que se le nota la prisa se la deja apretar y acalorada me mira sonriendo y casi cortándome los ojos por ponerla en una situación tan incómoda y con premura se queja en voz alta de mí, que en realidad no es una queja sino una manera de salvar la cara y aprovecha así y se retira a atender sus otros quehaceres.

Todo lo anterior forma parte de un juego que se repite día a día con una que otra pequeña variante. No nos lleva a ninguna parte pero aceptamos gustosamente el jugarlo (al menos yo). A veces hasta incluye una que otra escena de celos si otra persona me atiende pues asume que yo no quise esperarla, pero lo que sí la pone realmente molesta y no lo puede ocultar es cuando pido órdenes para llevar y hasta se niega a tomarla diciendo que su turno ha finalizado, algo que ese día era cierto pero que siendo de otro modo aceptaría sin ningún regañadiente.

La realidad es que somos dos polos totalmente opuestos y debido a nuestra formación y nuestros gustos que son totalmente distintos, si hubiera habido la posibilidad de una vida en conjunto, a excepción de la comida y el sexo que son nuestros puntos en común, esa vida, sería un completo infierno....Y ahora que lo escribo pienso: ¿sexo y comida no son más que suficientes?
En todo caso cuando yo quería y estaba dispuesto ella no lo estaba y ahora que para mí todo es un juego no sé si realmente ella quisiera  pero yo veo lo que nos separaría y nos diferencia con mucho más claridad y precisión y a la larga pienso que esas cosas nos habrían desbordado, nos hubieran arropado y opacado todo lo que inicialmente nos atrae y produce el acercamiento entre nosotros..

De todas maneras el punto aquí es demostrar que a pesar de las diferencias los seres humanos siempre podemos encontrar puntos en los que nos entendemos, nos comprendemos y  podemos estar en total acuerdo. Ella y yo por razones diferentes tenemos una hora y un lugar determinados donde ambos estamos de acuerdo, nuestras líneas confluyen y por ende se vuelve nuestro punto de encuentro. Es ahí dónde nuestras lineas o nuestras coordenadas se interconectan. Fuera de ahí esas líneas no tienen otra manera de conectarse y se alejan para volver a re-encontrarse otro día a la misma hora y en el mismo lugar de siempre.

Sunday, June 6, 2010

El arte de sintonizar

Unos se van pero otros-as más vienen y se suman con nuevos ánimos, nuevos bríos y nuevas energías. Le respondo aquí a un comentario de Raymunde quién muy gentilmente comenta en el post titulado "la felicidad es relativa". Vale decir que ella es muy enigmática y misteriosa, juega muy bien con las palabras lo que demuestra que es muy inteligente, es también encantadora y sus razonamientos son las más de las veces muy provocativos.

Veamos su comentario:
"El otro día, por mucho que esté de acuerdo contigo en la teoría, fallé en la práctica: al igual que tú, fui de visita, aunque yo fui a ver a mi hermana. No me fue posible hacerle comprender que lo único que necesitaba era un poco de paz, de calma, y no su avalancha de preguntas destinadas de hacerme sentir cómoda. 
Supongo que la comprensión depende también del estado de ánimo de uno. Y el mío el día de la visita a mi hermana estaba por los suelos. Y ella no lo vio.
Se llama empatía y los huéspedes y los anfitriones deberían compartirlo :) ".

Es muy frustrante cuando situaciones de este tipo ocurren, digo yo. Me pasa a mí de vez en cuando. Cuando nuestras condiciones particulares no siempre son visibles para los demás y nuestros interlocutores no se destacan precisamente por saber descifrar nuestros estados internos. Y es difícil expresarnos en esas condiciones o mejor dicho poder transmitir al otro por lo que estamos pasando. El esfuerzo que los demás hacen para tratar de agradarnos no hace otra cosa más que agravar la condición por la que atravesamos.
Sin embargo no quiere decir que del otro lado las cosas anden mejores. Errar el tiro desconcierta. No saber qué hacer también frustra. Y el no hacer nada como solución no siempre es la más fácil de hacer de todas las soluciones. Casi de manera natural todas las personas nos sentimos impulsadas siempre a querer hacer algo o a tratar de ejecutar una acción destinada a producir un efecto tendente a aliviar el malestar que percibimos. 
No todo el mundo desarrolla la habilidad de tomar en cuenta que el silencio y la comprensión que de él puede emanar puede ser de mucha ayuda y hasta podríamos agradecerlo más pues nos sentimos menos invadidos. De hecho, si lo que quisiéramos fuera hablar y el hacerlo no nos resultara algo difícil de hacer para salir de nuestro estado de deploro, de seguro que ya lo hubiéramos tratado.
En fin, una cosa es tratar de ser empático y otra muy diferente es el de conseguirlo. Pero aunque no siempre se logra el hacer coincidir la comprensión en tiempo y espacio idénticos, cuando existe el verdadero interés y hay demasiadas cosas en juego, sí es posible al menos hacer las revisiones de lugar. 
Si las mismas se hacen con todo el detalle y cuidado necesarios, ellas permitirían con el paso del tiempo afinar las percepciones de las partes involucradas y podrían producir un mejor entendimiento sin tanto esfuerzo en vano pues tanto receptores como emisores podrían compartir o estar sintonizados en la misma frecuencia... (sonó al final como una clase de física). 
¡Al menos, eso creo yo!

Saturday, June 5, 2010

Sobre el amor y sus secuelas

Hablando con una amiga surgió el tema del amor. Es tanto lo que se dice y habla de la grandiosidad del sentimiento y las emociones que se experimentan bajo su influjo que muchas veces pasamos por alto lo apáticos y desinteresados que podemos llegar a ser con los individuos que antes amábamos hasta la muerte o la locura, una vez desaparece el interés y dejamos de estar bajo la invisible influencia de su poder.

Tienen razón los que dicen que es uno de los sentimientos más excelsos y que somos capaces de los mayores sacrificios por las personas amadas. Sin embargo este no es un sentimiento altruísta. En la mayoría de los casos las personas quieren y exigen reciprocidad en las mismas cantidades y proporciones de como se dan.

Cuando no ocurre de la manera como lo queremos el sentimiento puede muy bien metamorfosearse y convertirse en otra cosa mucho más parecida a su contrario y en vez de constructivo puede volverse -en el peor de los casos- muy destructivo y hasta extremadamente peligroso.

Me surgen preguntas que como en el buen estilo socrático ni yo mismo conozco las respuestas.
¿Podría existir algún sentimiento superior al amor que no sea egoísta, no exija reciprocidad y que no quiera si y sólo si se quiere de vuelta? ¿Puede llamarse amor a ese sentimiento de entrega que se da sin esperar nada a cambio, no pone condiciones y encuentra en la entrega su propia recompensa? ¿Si eso no es amor o es otra clase de amor, cómo podríamos llamarle a eso de tal manera que no nos confundiéramos con el otro en el que hay una mezcla de sentimientos de posesión física de la cosa amada con experiencias de transformación casi mística y espiritual? ¿Podría el uno transformarse en el otro y viceversa?

Tuesday, June 1, 2010

Los niños de la calle

El arte no debe servir sólo para transmitir belleza. Puede y tiene que ser también un vehículo a través del cual se denuncie todo lo malo que hay en el mundo.

Unas cuantas imágenes de Pedrito Guzmán en dónde se refleja la pobreza material y espiritual en la que vive la población más vulnerable y que sufre más esa condición de injusticia como lo son los niños y una canción de Patxi Andión han sido suficientes para estremecernos y hacer secundarias otras preocupaciones, existenciales o de cualquier tipo, que pudiéramos tener.

La realidad es tan dura, pero más aún es el cómo nosotros nos alejamos de ella para no sentir el peso de nuestra propia culpa. Real o imaginaria, de manera directa o por omisión y más que todo por darle la espalda  e ignorarla nosotros también somos culpables como los que más al no hacer nada por cambiar el actual estado de cosas que permite situaciones como la que experimentan los niños y los adultos cuando les falta lo más esencial para vivir y desarrollarse de manera mínima y adecuada.

De repente nos sentimos que hemos sido y somos muy egoístas y que el no tener suficiente sexo, la preocupación por el final que tarde o temprano nos espera, el derrame de petróleo en el golfo de México y/o el calentamiento de la tierra son problemas muy secundarios y que pasan a un segundo o tercer planos.

Hay tantas cosas a las que prestarle atención y tanto que resolver para que podamos vivir una existencia moralmente digna que nuestros problemas se vuelven de repente ínfimos ante la urgencia y la inmediatez de tener hambre o vivir desnudo sin más pecado que el haber nacido en el lugar y la familia equivocada.

Wednesday, May 26, 2010

La felicidad es relativa

Ya no podía más con la vergüenza y el otro día fui a visitar a la mamá de unos amigos míos de mucho tiempo atrás. Hacía un par de semanas que alarmada me había llamado porque no había podido verme en 2 o 3 viajes previos que había hecho a NY.

No bien hube llegado y cruzamos unas cuantas palabras me preguntó que si había comido. La verdad es que no lo había hecho pero tampoco había ido con el propósito de quedarme a comer. Estaba mucho más interesado en el intercambio cordial y el trato cortés con que siempre nos habíamos tratado.

Por su parte ella insistió y en cuestión de segundos inició los preparativos para darme de comer. En pocos instantes ya había servido café, arroz, habichuelas, carne, ensalada y hasta una cerveza estaba lista para mí en la mesa de la cocina. Cuando hubo concluído con todo eso se retiró a la sala del apartamento a ver la televisión.

Le reclamé que volviera para la cocina pues yo había ido a verla a ella y no a ponerla a hacer oficios. Me respondió que se había ido para que yo pudiera comer tranquilo.

Entonces la entendí. A partir de ahí todo fue más fácil. Parece que la felicidad de alguna gente no está donde uno cree que debe estar. La de ella en relación conmigo no estaba subordinada a hablarme, ni a verme. Tampoco a los intercambios de palabras, a las conversaciones que podían suscitarse entre nosotros. Ella era más feliz sintiéndose útil y/o haciendo lo que creía me hacía sentir más cómodo a mí. En otras palabras, ella era más feliz sirviéndome.

Con mi prolongada ausencia de los últimos meses, le había quitado la oportunidad de que ella me sirviese y por tanto le había quitado la oportunidad de que ella se sientiese de valor. Como muchas personas, pero como madre en particular su razón de ser es el servicio. Quitándole eso también le estaba quitando el derecho de ser feliz a su modo.

Monday, May 24, 2010

Memoria de largo plazo

La memoria de largo, muy largo plazo no es tan necesaria en las grandes ciudades. La realidad cambia de manera tan constante y acelerada y hay tantas cosas a las que prestar atención que sólo es suficiente con que te acuerdes en donde dejaste tu carro la noche anterior... y alguna que otra cosa de mayor o menor importancia. Lo demás es irrelevante, ¿será así?

Saturday, May 22, 2010

Para liberar la mente

Acostumbrado al machismo de República Dominicana me sorprendí mucho cuando supe que Enerio Rodríguez Arias no manejaba el carro de su casa. Y probablemente no sabe y no creo que haya estado interesado nunca en aprender.

¡Qué el profesor Enerio no conducía vehículos de motor!

Eso sí que era una novedad y más que una sorpresa, algo muy inusual en un país del tercer mundo. Su esposa era quien lo llevaba desde su casa a la universidad y de vuelta lo recogía cuando terminaba sus clases para llevarlo de regreso a ella. Me tocó en varias ocasiones hacer el recorrido de vuelta con ellos pues muchas veces lo ayudaba a administrar exámenes a sus estudiantes. Me dejaban en el Parque Independencia desde dónde era mucho más fácil para mí conseguir transporte de vuelta para mi casa ubicada en la parte alta de Santo Domingo.

La explicación que daba Enerio para no aprender a conducir y creo talvez habérsela oído a él mismo o a alguno de sus seguidores más cercanos en alguna ocasión, era algo parecido como que su mente no podía estar preocupada con detalles tan mundanos como esos que tenían que ver con el manejo y mantenimiento de un vehículo.

Hay que destacar que conocer y compartir con Enerio Rodríguez Arias es una experiencia casi religiosa. El se graduó de Doctor en filosofía en la UASD cuando todavía existía ese título en la academia y lo hizo con los máximos honores. Fue enviado a estudiar psicología a la UNAM (México) e hizo lo mismo allá. Se graduó Summa Cum Laude. Me contaron que hubo gente que lo invitó y trató de convencerlo a venir a Estados Unidos pero parece que de manera particular y los compromisos contraídos con la universidad impidieron que semejante cosa ocurriera. Latin es probablemente su segundo idioma y el Inglés aunque nunca lo he oído hablarlo todos sabemos que lo lee, lo escribe y lo traduce con perfección asombrosas.

En fin, el cerebro de Enerio es excepcional y se desenvuelve en un nivel de abstracción sumamente alto. Puedes hacerle cualquier pregunta de filosofía, lógica o de psicología por poner un ejemplo (en su amplia área de conocimientos el lo sabe casi todo y lo desborda) y su respuesta siempre te deslumbrará pues el puede, con la mente prodigiosa que tiene, poner esa pregunta en su justa perspectiva y generar todas las respuestas atinentes a esa cuestión no sólo a lo largo de la historia sino al estado del conocimiento actual. No kiddind! Con él aprendí a que si quieres convertirte en un experto en un área sólo tienes que seguir las referencias y las referencias de las referencias. O adquirir los libros citados en los libros que lees y así sucesivamente. En poco tiempo vas a saber tanto como la persona de quién tomaste la idea inicial que despertó tu atención.

Ante todo lo dicho anteriormente no sé porqué tuvo que tomarme tanto tiempo el dejar de lado los sentimientos de culpa que me producía y por fin me decidí a agarrar toda la ropa sucia que nunca había tenido la costumbre de llevar a lavar y/o planchar y en vez de hacerlo yo mismo en la lavandería, pues acepté la oferta de dejar que ellos lo hicieran al precio de 89 centavos por cada libra. Un precio verdaderamente barato si lo comparamos con la cantidad de cosas en las que uno gasta por encima de 20 y 30 dólares. Ir al cine, a un bar, una cena, etc.

¡Y qué bueno que lo hice! Aunque siempre existe el riesgo de que se pierda algo, la verdad es que nadie está contando. La economía de tiempo tanto mental como real es grandiosa y la comodidad de ver la ropa doblada como nunca yo podría hacerlo supera con creces los probables inconvenientes que podrían haber al confiarle a terceros cosas que uno tenía por costumbre hacer. Y la mente entonces puede seguir dedicada al nivel de abstracción que se quiera sin distraerse o estar preocupada por las interrupciones propias que conlleva vivir una vida en esta época moderna. Pero con un poco más de suerte podría hasta llegar a parecerse a la de Enerio. ¡Qué más podría uno pedir!

Espero, eso sí, que al liberar la mente de estas y otras obligaciones, esta no se encumbre tanto que entonces tenga problemas para hacerla bajar y así pueda atender a otras necesidades ineludibles también para la convivencia y el buen desenvolvimiento con el resto de los congéneres, con los demás miembros de la misma especie.

Wednesday, May 19, 2010

Los caminos de la vida

Uno de estos próximos días se van a cumplir 3 años que se inició esta aventura de escribir un blog. Y ya no hay vuelta para atrás. Decidimos quemar las naves y adentrarnos en la espesura dentro de este terreno de exploración de la existencia en donde somos testigos de sus miserias y desventuras pero que incluyen también las bonanzas y alabanzas que encontramos en el recorrido y estamos en esto ya, repetimos, de manera definitiva.

La vida, sin avisarnos, nos lleva por caminos que nos son totalmente insospechados en sus inicios. El otro día Daniel se encontró con Jan Paul Olsen, uno de mis amigos de la universidad del que la distancia, los vientos contrarios y otras circunstancias me habían separado al igual que con el resto del grupo donde crecí de manera espiritual e intelectual.

La tecnología ayuda mucho en estos tiempos y hábilmente Daniel (mi hermano) hizo una llamada y el resultado ha sido varias conversaciones posteriores dónde nos hemos puesto al día de lo acontecido en los últimos años. Jan Paul ahora es profesor de la universidad y lo ha sido por más de 20 años. ¡Cómo pasa el tiempo! Y me decía que al igual que un amigo suyo que no anticipaba que en su caso el se dedicara al mundo académico y la docencia, tampoco él pudo imaginarse nunca que yo pudiera estar fuera de eso  y por el contrario dedicado más al mundo de las ventas y los negocios. El me veía con más inclinación hacia la academia y no voy a negar que en un tiempo yo también.

El viernes pasado cuando iba de camino a una fiesta "loca" organizada en cuestión de horas a través de facebook por una artista francesa (Soko) encontramos en la salida del Brooklyn-Queens Express Way (BQE) un señor con apariencia de estar entre sus treinta y cuarenta años todo desaliñado, vistiendo harapos, faltándole varios dientes y pidiendo dinero para comer a todos lo vehículos que se veían obligados a parar por la luz roja del semáforo.

En ese momento pensé que en un tiempo esa persona no era así; en un pasado no muy lejano el tenía todos sus dientes y probablemente la ropa que usaba era limpia. Imaginé las múltiples cosas que debieron haber pasado en su vida para haberlo llevado hasta donde el estado deplorable en que se encontraba ahora. Y quién sabe si talvez me equivoco y ahora está mejor que como estaba antes. Sí, ¿quién sabe?

Cuando se tiene un blog y se tiene la suerte de encontrarse con viejos amigos, uno los dirige hacia él para entre otras cosas ahorrarse palabras y mostrarle lo que se ha estado haciendo. Hice lo mismo con Jan Paul y parece que como resultado de lo que ha visto el no ha perdido las esperanzas de que yo todavía pudiera volver al mundo del que él me veía formando parte de manera estrecha e indisoluble.

Me parece que el tiempo es siempre quien tiene la última palabra pero ciertamente me veo más cerca de ese mundo del que creo nunca me he separado que de aquel representado por aquella persona sin hogar y desposeída de todo el orgullo y la dignidad que deberían ser inherentes en la vida de todos los seres humanos.

Sin exagerar y para eso los contrastes son buenos, creo que aún dedicado a otras actividades desligadas del trabajo intelectual, si se tiene la actitud y se crea la disciplina apropiada, esas otras actividades pueden muy bien servir y ayudar en proporcionar el material adecuado (y el dinero) para ver la vida en su justa perspectiva y bajo un ángulo más humilde, más real y desprovisto de todo los apasionamientos y engreimientos que pululan en algunos círculos académicos y de los que yo de ninguna manera he querido ni quiero formar parte.

Sunday, May 16, 2010

Negativos

Si no te llamo es porque no te necesito me contestó él cuando al llamarlo por teléfono la semana pasada le pregunté si iba a ordenar de nuevo el producto que nosotros le suplimos...

Con su respuesta él se economizaba de tener que hacer una llamada en caso de que no me necesitara pero al mismo tiempo abría un circuito en mi cerebro que no se cerraba de manera autómatica. Por el contrario, se quedaba abierto y de esa manera su respuesta era cualquier otra cosa menos económica para mí.

El dejaba de ese modo mis neuronas activadas y muy bien podía quedarme esperando todo el día sin que el estuviera en falta pues sus parámetros eran muy indefinidos, muy oscuros y no detallaban cuánto era lo prudente que yo debía esperar para que el circuito se cerrara o mis neuronas se desactivaran en ese respecto.

Con su respuesta no hizo más que acordarme las clases de procesos cognoscitivos en dónde se demostraba lo difícil que es para el cerebro manejar los cuestiones (resolución de problemas) cuando se incluyen varios negativos, etc.. Y claro está, a éstas se añade también la incertidumbre...

Saturday, May 15, 2010

Defragmentar dijo ella

Leí en el blog Pedacito de Luna que a su autora le encanta defragmentar aromas, los aromas de la gente. Para ella eso se ha convertido en una afición. A mí en cambio lo que me encanta es defragmentar las expresiones de la gente. Me interesa sobretodo defragmentar los verdaderos significados detrás de sus gestos independientemente de las palabras que podrían usarse para disfrazar los sentimientos o las emociones que los producen y que se cuelan de manera subrepticia sin el consentimiento de sus dueños. Porque lo que la gente dice, lo que decimos no siempre es de fiar. Y no es de fiar porque se hable mentiras sino porque no siempre se dice la verdad. Es difícil hablar cuando se está en medio de una emoción intensa sin importar cuál sea la naturaleza de ella. Las reglas sociales nos imponen que debemos guardar las apariencias y por eso no siempre decimos lo que verdaderamente pensamos y sentimos sobre las cosas, aún en aquellos casos en que parezca inocuo el decirlas.

Ya lo dijo Sheila como comentario en la entrega titulada Icebergs refiriéndose a lo que no se ve en una situación determinada y de la que no podemos hablar porque "debemos acallar, porque 'no es prudente' expresarlas, o puede ser inconsciente, sin percatarnos qué nos motiva a actuar, sentir o decir ciertas cosas". Ella muy acertadamente agrega que "la cultura nos ha construído de un modo tal que es más lo que no expresamos con palabras que lo que decimos con ellas".

Debo decir que yo desconfío de ellas y tomo lo que se dice siempre con un grano de sal. Es paradójico sin embargo el que sean precisamente palabras las que usemos para decir que desconfiamos de las palabras, de las que se dicen oralmente y de las que se utilizan de manera escrita. Y no es que haya que desconfiar del todo pero ellas no deben tener valor en sí mismas hasta tanto no podamos contrastarlas con los hechos, pues los hechos y sólo ellos deberían ser los últimos jueces en determinar el valor de verdad de lo que se dice o lo que nos dicen.

Pero más que todo hay que desconfiar de lo que se escribe, del lenguaje escrito en contraposición del lenguaje oral que con el avance tecnológico de los últimos años ha perdido terreno como medio de intercambio cotidiano y le ha cedido el paso a los correos electrónicos y/o de mensajería de textos. En manos hábiles se puede decir lo que no se siente y hacerlo pasar como si realmente se sintiera. Es mucho más fácil escribir un "te amo" a una persona a través de un mensaje escrito que decirlo como parte de un intercambio verbal. Nos podemos robar cosas que encontramos por ahí y hacerlas pasar como que son nuestras apoyándonos en la ignorancia de nuestra audiencia. En una conversación en vivo las personas no ensayan las respuestas y lo que se dice bueno o malo casi siempre es producto de una reacción auténtica de lo que se siente en el momento.

Porque de manera personal nosotros no seamos capaces de hacer o decir ciertas cosas no significa que otros no sean o no son capaces de hacer otras cosas totalmente diferentes. Las palabras dependiendo de quién las diga y al igual que teorías pueden ser engañosas, vacías y desprovistas de todo significado hasta tanto los hechos las confirmen o las desmientan.

Me parece que yo no las necesito tanto y que de vez en cuando puedo prescindir de ellas. Dos experiencias recientes me confirmaron mi susceptibilidad o debilidad personal para apoyarme más en las sutiles expresiones, gestos y posturas de los demás que en lo que pudiera oírse o averiguarse apoyándose en expresiones verbales. Una fue al asistir a un show de un comediante. A la vez que lo miraba a él y escuchaba lo que decía no dejaba de prestar atención a todas las personas que estaban en mi campo visual y por lo que ellas reflejaban podía imaginarme sus estados internos y hasta cómo estaba la relación con las personas que les acompañaban. La otra fue al servir de guía a una joven para subir al edificio Empire State. Para mí su cara de alegría y felicidad lo decía todo. No tenía que preguntar. Era como un libro abierto. Las palabras sobraban y no era necesario que dijera nada de como se sentía pues en su expresión todo estaba dicho ya.

Thursday, May 13, 2010

Muchas opciones

Pensé que tener gustos diversos y preferencias de todo tipo en materia de bebidas alcohólicas me hacía una persona adaptable y fácil de complacer en ese terreno. Me equivoqué y las cosas no se quedaron ahí. Parece que conmigo ella experimentó una variante de lo que se conoce por ahí cómo el síndrome del comprador. Ése no es otro que los síntomas, el estrés que se experimenta cuando se tienen demasiadas opciones y la elección resulta difícil pues hay que escoger y no se sabe qué o cuál.

Me lo explicó de la siguiente manera. Si yo le hubiese preguntado cuál perfume le gustaba más había uno y sólo uno; qué cuál bebida era su favorita y tenía una por encima de todas y así sucesivamente. Según su punto de vista ella era fácil de complacer. En cambio yo no lo era pues conmigo no se sabía lo que me gustaba ya que todo dependía de las circunstancias: de la hora, la ocasión, el estado de ánimo, el día, etc... Claro, que estaba exagerando.

Al preguntarme, ella quería encontrar éso que me produciría la máxima emoción, quería ir sobre lo seguro sin tener que hacer malabares en su cabeza tratando de averiguar qué era eso. Probablemente se sentía en desventaja al no encontrar algo concreto con lo que poder conplacerme. Y eso la hacía sentir frustrada. Pero ella no podía entender que para mí contaba más la intención que el objeto en sí. Después de un tiempo y cuando se han probado muchas cosas bajo diferentes condiciones, ellas determinan más que todo el bienestar que nos van a producir. Su manera de ver las cosas también refleja el temor y la resistencia que la gente tiene a probar cosas nuevas con el riesgo de que puedan cambiar como consecuencia de encontrar alternativas mejores a las que ya habían conocido.

Su punto de vista podría tener también implicaciones políticas si lo extrapolamos a sistemas sociales dónde no existen muchas opciones. Probablemente no sintamos el síndrome del comprador en esas sociedades pero la experiencia nos ha demostrado que la infelicidad que se experimenta por no tener "suficientes" alternativas para escoger es muchas veces superior al estrés que sufrimos por tener demasiadas. Y en todo caso está algo que se llama 'libertad' que alguien puede preferir independientemente de los sufrimientos que ella nos pueda ocasionar.

Wednesday, May 12, 2010

La Nota

Finalmente él me entrega la nota. Un papelito con el número de ella que promete ser esa brújula o el inicio del camino que llevaría al placer y a la lujuria.

Es carne de primavera que se abre al viento y a la esperanza sin pensar en el caluroso verano venidero o el lejano frío invernadero. Es carne directa que busca atajos, es carne sin versos, un papel casi en blanco, poca mancha y sin tinta en espera de aquél que dibuje casa de dulces y chocolate en medio de ese bosque túrgido que luce despoblado aún de fieras y colmillos puntiagudos o de exploradores malévolos e insensatos.

¿Y quién no siente en sus venas hervir las ganas inmensas de vivir la aventura, sentir la sangre convertirse en vino e ir a explorar más allá de las uvas frescas esparcidas en la pradera?

Ella en su mirada, en su sonrojo se ofrece gustosa al viajero y promete saciar la sed y el hambre a ese que parece ser un caminante hambriento sediento de pan y descanso en ese oasis perdido en mitad de lo que parece ser una meta ilusoria, no menos incierta y desconocida.

Tuesday, May 11, 2010

Defensas

Soy de los que cree que de manera general el ser humano es intrínsecamente bueno y que nunca hace daño de manera adrede a menos de que sea provocado. Para hacer daño, sobretodo a otro ser humano y sin ninguna aparente justificación tendría que denigrarlo y/o imaginarse las peores cosas de ese otro ser humano hasta el punto de no considerarlo como tal. Sólo basta oír las historias de masacres que se han sucedido a través de la historia para entender cómo los perpetradores de ellas le encuentran sentido al mal que le ocasionan a sus víctimas. Sucedió con los Nazis en contra de los judíos, los americanos con los vietnamitas y los comunistas y los dominicanos con los haitianos en el 1937.

Otra cosa muy distinta ocurre cuando nos agreden. La autodefensa es un mecanismo incorporado en nuestros genes que nos ayudan a defendernos, a luchar ya sea enfrentándonos o huyendo y escapando de lo que consideramos un ataque real o imaginario. Porque el ataque muchas veces puede estar sólo en nuestras cabezas y por eso no deja de sentirse tan real como si de verdad fuera dirigido con ese propósito.

Las circunstancias particulares por las que hemos atravesado en la vida podrían habernos hecho quizás más sensibles para percibir amenazas dónde otros no las ven. Y las circunstancias mías, las que me hacen sentir amenazado, podrían no tener sentido o ser increíblemente absurdas para los demás. Y viceversa. No por ello, sin embargo, son menos legítimas.

Esa discrepancia o esa asimetría entre lo que yo percibo como amenazante y lo que los otros perciben como amenazante hace que muy a menudo nosotros y los demás estemos respondiendo a señales de peligro dónde en realidad nunca las ha habido pero sobretodo que ambas partes se estén descalificando por los motivos que suscitan esos caldeados estados de alerta.

Es difícil predecir también el momento cuando somos nosotros que provocamos el que se disparen los mecanismos de defensa de un tercero o desde fuera se provoca el que se disparen los nuestros. Aunque existe el sentido común no siempre este nos ayuda a reconocer los puntos sensitivos nuestros y los ajenos. Las personas no tenemos un manual en nuestras caras que podamos leer e intercambiar con todas las personas con las que interactuamos y aún si se pudiera, hay cosas que ni nosotros sabemos o recordamos que nos molestan o el porqué nos sobresaltan y nos damos cuenta sólo en el momento en que algo inesperado nos hace o los hace reaccionar.

Con todo lo dicho se entiende que la tentación sea fuerte para nosotros y los demás de tratar de tirar la toalla y de desistir el seguir intentando encontrar puntos de vista compartidos con aquéllos-as que provocan las más agudas reacciones de autodefensa en nosotros. Pero hasta que no logremos entender los mecanismos que subyacen a éstas nada nos aseguraría que las mismas no se presentarán de nuevo con nuevos actores o que nosotros no las vamos a reproducir en otras personas. 

Por eso y aunque la frustración a veces alcance niveles intolerables, la razón es también un mecanismo que forma parte de la naturaleza humana y debe imponerse para buscarle solución a los impasses que ocurren entre los intercambios humanos. El abandono, el retiro o el dejar de insistir en buscar vías de convivencia más pacíficas y armoniosas aunque no dejan de ser soluciones atrayentes, nos parecen, al igual que como un ejemplo arbitrario, el suicidio, una respuesta muy fácil y hasta podría ser un tanto cobarde, si no se han agotado antes otras posibilidades ante las dificultades con que nos presenta la vida.

Saturday, May 8, 2010

Conversaciones

La vida está hecha de conversaciones y algunas son como éstas.

En un tono de broma pero quizás me lo estaba diciendo en serio una prima me dice:

- Fernando, cuando usted tenga tiempo dedíqueme un poco a mí.
- Lo mismo le digo. Cuando usted tenga tiempo acuérdese que yo existo.
- Usted sabe que soy una mujer muy ocupada. Yo soy una familia de 5 y no me sobra tiempo para nada.
- Pues debería saber que yo soy una familia de 1 y el tiempo tampoco me alcanza. Quisiera hacer tantas cosas y al final pues siempre dejo muchas sin completar.

                                                      ____________

Se me acerca el empleado quien es hijo o sobrino de la dueña del restaurante en dónde almuerzo y sin prestar atención por la razón que lo dice, él me señala:

- ¿Verdad que es mucho mejor estar feliz? Es más agradable tener siempre una sonrisa en el rostro. Una gente que tiene mala cara o que parece enojada todo el tiempo, eso no es bueno.
- Es que eso es una defensa. Hay gente muy sensible y que no quiere que la molesten o que se molestan por todo lo que la gente le dice. Entonces ponen esa cara y de esa manera se protegen. Nadie las va a molestar.
- Oh, no había pensado en eso. Entonces quiere decir que eso es como una máscara que ellos se ponen.
- Efectivamente.

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Ayer en la mañana mientras recorría parte de Manhattan me hablaba a mí mismo, es decir, pensaba a la vez que miraba la sorprendente y enigmática dinámica de la ciudad que se mueve 'sin control' en todas direcciones. Todo tiene lugar en medio de un día increíblemente azul, muy soleado y brillante que ayuda a tener claridad en la mente y en los pensamientos.

- Todo funciona a la manera de relojes. Sí, así es. Todos funcionamos como si fuéramos relojes. Pero no todos estamos sincronizados a la misma hora. Algunos están atrasados y por eso tratan de ir más de prisa. Otros, como yo en el día de hoy, cosa rara, estamos adelantados y por eso podemos ir un poco más despacio y también por eso podemos darnos cuenta de lo hermoso que está el día y también podemos ser lo suficientemente precavidos para cederle el paso a aquéllos que están atrasados y que por más que lo intentan no logran equipararse con los demás relojes.

Informalidad en el vestir + Picasso

El fin de semana pasado un amigo que estaba de visita en NY y yo fuimos a ver una exposición de Picasso en el Metropolitan Museum of Art o el Met como más comúnmente se le conoce.

A los newyorkinos muy pocas cosas nos llaman la atención. El, sin embargo y sin hacer mucho esfuerzo pudo observar la informalidad en el vestir que caracteriza a los habitantes de esta ciudad y por extensión a todos los que la visitan que se contagian de inmediato con la libertad y comodidad que proporciona la ropa casual y/o calzado deportivo que no tienen otro propósito que el de permitir movernos de un lado a otro de la manera más rápida y cómoda posible.

En realidad nadie se fija. Nadie está pendiente de nadie y por consiguiente a nadie le importa lo que la otra persona está usando o lo que yo estoy usando.
"Si fuera en el Teatro Nacional [de Santo Domingo], ninguna de estas personas entraría con 'tennis' o con jeans", me dijo. "Las personas hacen mucho énfasis en la apariencia cuando no tienen nada dentro de la cabeza" agregó mi amigo.

Y cuánta razón tiene. Algo que he venido observando desde hace mucho tiempo y que quiero dejar para hablar y hacer de eso una entrega completa.

En cuando a la exposición debo decir que está de lo más interesante. Por primera vez se presenta Picasso en el Met. Debería volver pues fui sin haber comido lo suficiente y eran muchas obras y para los que no somos pintores ni expertos en la materia como dijo mi amigo era evidente el énfasis que hacíamos para apoyarnos en la literatura adyacente a cada cuadro con el objeto de podernos ubicar y entender mejor lo que estábamos mirando.

Un aspecto de la exposición me llamó poderosamente la atención. Era quizás el período llamado cubista que marca uno de las etapas de Picasso como pintor. El experimentaba con los límites de la percepción. Un retrato normal lo descomponía para ver hasta que punto se podía reconocer o no la imagen que había sido el punto de partida. Algo alucinante. Deformar algo hasta el punto de perder todo contacto con lo que había sido la fuente original... Ciertamente una cosa de locos.
Veamos algunas fotos:

Thursday, May 6, 2010

Icebergs

Normalmente no es frecuente el pensar que detrás de los simples intercambios de palabras con los que tratamos de comunicamos todos los días pudieran existir montañas de sentimientos escondidos bajo su superficie. Sin embargo ello es así y el problema que presentan es que a simple vista no son visibles para los ojos comunes y hasta les son un poco difícil de detectar aún para aquellos observadores más adiestrados en esos menesteres. Hay que mirar y mirar bien en detalle eso que nos dicen pues detrás pueden ocultarse innumerables emociones que para el testigo ingenuo no son fácilmente reconocibles.

Y no lo son porque ese observador no quiera reconocerlas sino porque quizás él también esté preocupado por sus propias emociones, las cuales tampoco son tan evidentes para terceros y las que en su intento por mitigarlas pareciera que dejara de prestar la atención debida a la carga emocional subyacente en las expresiones que vienen en sentido contrario.

Y el resultado no puede ser más brutal. Es como asestar una puñalada. Es el diálogo de sordos del que se oye hablar con frecuencia. Sólo lo entiendes cuando te lo dicen y eres parte presencial. Algo se quiebra y se rompe por dentro de la otra persona para sorpresa de ésa que observa que no sabe a que se debe tal resquebrajamiento. ¿Quién le iba a decir a ese observador que al igual que icebergs esas palabras eran la manifestación de una emoción muy profunda y poderosa?

Parecería algo complicado pero no lo es, pues una vez se descubre la parte no visible entonces las palabras cobran nuevo significado y se responde acorde con ese nuevo significado y pasan a un segundo plano todas aquellas respuestas defensivas anteriores. Nuevos intercambios son necesarios para tratar de integrar y recuperar esas áreas desconocidas.

Creo que todo este preámbulo era necesario para relatar la experiencia de alguien quien se sentía en la obligación de agradecer repetidamente favores recibidos y la persona que debía ser la recipiente de esos agradecimientos se resistía tercamente a aceptarlos pues ella consideraba que esa era su obligación y que como tal no merecía ninguna consideración especial. Hay que señalar en defensa de esa segunda persona que ella creció en un ambiente en el que supuestamente las personas deberían hacer siempre lo correcto y que por hacerlo ellas no deberían ser premiadas o recibir otra recompensa que no fuera el sentimiento que produce hacer lo que se considera es apropiado.

Sunday, May 2, 2010

Otros riesgos

"No es lo que dices sino el cómo lo dices", escribe Karen. O dicho de otro modo lo que se dice puede revelar aspectos del lenguaje que van más allá del simple contenido de las palabras expresadas.

La entonación, la manera de hablar y hasta la expresión (los gestos) se convierten todos en fieles marcadores y moduladores del mensaje que se intenta transmitir. Porque el lenguaje, la comunicación no es sólo palabras. Hay mensajes ocultos en ellas, metamensajes y siempre se puede hablar de las claves no verbales como reveladoras más fidedignas del contenido real de lo que se dice.

Y las cosas pueden complicarse aún más. Porque el hablante muchas veces quiere decir una cosa y el recipiente puede interpretar otra y como resultado se podría provocar una crisis de consecuencias insospechables como me cuenta un amigo le pasó a él luego de una conversación telefónica con una persona con la que comenzaba una relación.

Ella lo llama en la noche porque quiere reunirse con él, mas él le responde que está muy cansado y se va a acostar. No bien han transcurrido unas pocas horas se despierta sobresaltado al escuchar que lo llaman a gritos desde la calle. Y no es otra voz que la de ella muy contrariada y en medio del llanto, quién no se sabe si sintiéndose abandonada , celosa e imaginándose que quizás estaba con otra, no le creyó lo que él le dijo y se le aparece allí todo confusa y hasta sangrando por querer entrar a la casa en medio de la obscuridad y tratando de sortear los alambres de púas que hacen más difícil el acceso a la propiedad...

Tuesday, April 27, 2010

Tentación

Pensando yo que sería tan tentador tratar de encontrar siempre gente que te entienda y que a su vez tu puedas entender o en el peor de los casos que aún no existiendo tal comprensión ambas partes hicieran el máximo esfuerzo por entenderse.

Sería genial tratar de conseguir eso con todas las personas que nos rodean: amigos/as, personas involucradas emocionalmente con nosotros, familiares, etc.

En el otro extremo la dificultad existiría cuando las personas no se entienden, no te entienden a ti, ni tu las entiendes a ellas, ni ellas entre sí y tu tratas y ellos tratan y ni haciendo el máximo esfuerzo se logra el objetivo de comprensión deseado que hiciera la existencia llevadera.

La vida sería una maravilla si se pudiera lograr siempre lo primero y por todos los medios se pudiera evitar lo segundo.

Nada nos aseguraría sin embargo que no estaríamos creando otro problema todavía mayor. Quién sabe si entoces nuestra lucha estaría dirigida a desesperadamente tratar de encontrar maneras de cómo evitar el aburrimiento.
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