Sentir forma parte de la naturaleza humana. O al menos es una parte importante de lo que consideramos es inherente a un ser humano. Sentidos, sensación, sentimientos, etc., son algunas de las palabras que me vienen a la memoria y que son miembros del mismo grupo al que pertenece sentir.
De todo esto me interesa prestarle atención a eso que llamamos sentimientos. Es difícil describirlos pero es fácil asumir que todo el mundo sabe de qué se trata pues es casi imposible imaginarse a alguien que no los haya experimentado alguna vez o que haya reaccionado de algún modo u otro a la sensación o conjunto de sensaciones que invade(n) nuestro cuerpo y nuestra mente en su presencia.
Lo que sentimos en algunas circunstancias es agradable, bueno, glorioso. En otras es todo lo contrario: es horrible, incómodo, molesto, doloroso y puede ser hasta indescriptible pues puede ser una combinación de sensaciones entremezcladas. Dejemos de lado aquéllos en los que nos sentimos bien pues nadie se queja de eso, y concentrémonos en esos últimos que nos provocan todas esas sensaciones desagradables.
Lo más importante de notar es que nosotros no controlamos los sentimientos o las emociones que se suscitan en su presencia. Ellos y ellas nos descubren por sorpresa, nos dicen quiénes somos y de la manera cómo sin saberlo estamos hechos o nos vamos construyendo. Una cosa de notar sin embargo es que aunque no los controlamos sí podemos modular el tipo de respuesta que le damos a ellos. En otras palabras, si bien ni yo ni nadie es responsable directo de lo que siente en un momento dado, nuestra reacción particular al sentimiento puede hacer toda la diferencia en minimizar los efectos dañinos que podríamos causar bajo su influencia.
Hacer eso no es lo más común, sin embargo. Las personas generalmente acusamos a quiénes están más cerca de nosotros de ser las responsables de provocar tal o cual malestar, tal o cual sensación, molestia, estado de ánimo, como si ellas supieran de antemano lo que estaban provocando, o peor, como si ellas estuvieran dentro nuestro para saber qué cosas debían decirse o no, hacerse o no.
Usual es también el cómo organizamos la vida alrededor de uno o varios sentimientos; la manera cómo organizamos nuestras acciones alrededor de algo que no queremos sentir por lo incómodo que es y lo arrastramos toda la vida, haciendo cosas para opacarlo, minimizar sus efectos, descartarlo y al final nunca contrastamos el sentimiento en sí o el conjunto de ellos y por no experimentarlo(s) en su plenitud o huir de él (o de ellos) nos quedamos haciendo lo que podría llamarse aprendizaje por evitación que no es otra cosa que todo lo que hacemos para evitar confrontar eso que creemos nos produciría dolor, inconformidad, displacer o qué se yo.
Dicen por ahí que no es lo mismo oír hablar del diablo que ver el diablo llegar. Lo contrario también es cierto. Vivir con la amenaza del peligro y nunca enfrentarlo puede ser más peligroso que el peligro mismo. Ya lo dijo Franklin Delano Roosevelt el presidente #32 de los Estados Unidos en su primer discurso inaugural (fue reelegido dos veces): the only thing we have to fear is fear itself (a lo única cosa que debemos tenerle miedo es al miedo mismo).
La envidia, el rencor, el miedo, el orgullo, veamos, ¿qué es ese sentimiento que podemos llamar orgullo, o envidia u odio? Atrevernos a experimentar la sensación pura de cada uno de estos estados emocionales es el punto en cuestión y hacerlo no es el fin del mundo. A final de cuentas nos pasamos la vida hablando de cosas que no conocemos bien pues nos negamos a sentirlas en toda su fuerza... Por experiencia propia muchas de esas sensaciones desaparecen cuando decidimos desenmascararlas, quitarles su misterio, nos decidimos a sentirlas plenamente y con plena consciencia de ellas, sin oponerles ninguna resistencia pero sin dejarnos llevar por el impulso para actuar, ese impulso que muchas veces nos destruye o destruye las cosas a nuestro alrededor...
Ya está comprobado: el diablo no siempre es tan fiero como lo pintan...., cuando se evita un sentimiento que tiene el poder de provocarnos malestar, dolor e inconformidad no hacemos otra cosa más que perpetuar el poder devastador que ejerce sobre nosotros y con ello posponer la resolución que nos liberaría de manera adecuada, eficaz y de una vez para siempre.
Aquí se intercambian ideas. La administración se esfuerza en garantizar a todos los mismos derechos y privilegios.
Sunday, January 9, 2011
Saturday, January 1, 2011
Dos expresiones populares
No sé porqué me ha dado por acordarme de dos expresiones que en un tiempo eran muy populares en la República Dominicana. Eran muy interesantes antes y lo son aún más ahora en la era digital, la era del internet, de las redes sociales, de los blogs, de la comunicación y el comercio electrónicos, cuando más que nunca los intercambios entre las personas se realizan a través de la expresión escrita, de manera mucho más indirecta que cuando dos personas sostienen una simple conversación por teléfono o participan de una reunión personal.
El que me lleguen a la mente esas frases debe responder quizás a alguna situación en la que mi cerebro ha estado trabajando o tal vez eventos recientes han servido como factores desencadenantes para que me vinieran así de repente.
Esas expresiones son: "punta-e-lapi no mata a nadie" (la punta del lápiz no mata a nadie) y "hoja-e-papel coge-'to" (la hoja de papel coge todo).
¿Qué significan? Bueno, creo que la primera servía y sirve para referirse a la facilidad con la que las personas aceptamos el coger cosas 'fiadas', aceptamos adquirir cosas a crédito. Hay que recordar que antes de existir los sistemas de anotación modernos todas las transacciones eran procesadas de manera manual, de manera escrita, a puro golpe de lápiz o bolígrafo y asentadas en cuadernos o libros hechos para tales fines. Y todo lo que cogíamos prestado o comprábamos sin dinero iba a parar a ese libro o cuaderno a manera de un número escrito con tinta o carbón.
Con el tiempo la punta del lápiz no ha dejado de existir completamente sino que ha evolucionado. La manera como se ofrece el crédito se ha metamorfoseado y tiene ahora otras variantes, más llamativas y atractivas pero igual tratan de persuadirnos a gastar y consumir mucho más de lo que tenemos (y hasta lo que no tenemos). Ahora está el plástico, las tarjetas de crédito, el dinero virtual y su contrapartida las deudas virtuales. Es verdad que no matan esas deudas pero igual pueden ponernos en apuros y aprietos.
La segunda expresión es un poco más sofisticada y se refiere al poder engañoso que posee lo que escribimos, la cosa escrita, la escritura. Podemos poner, asentar en un papel (o la pantalla de una PC) cosas sin en realidad sentirlas o expresar realidades muy ajenas a las que son las nuestras como cuando nos proyectamos describiendo nuestra realidad como quisiésemos que fuera no como en realidad es. Igual de acertado podría decirse que podemos disfrazar los hechos, embellecerlos y acomodarlos a nuestro modo, para que así parezcan tener mejor sentido o puedan encajar mejor de acuerdo a alguna lógica o algún estado de cosas.
Ciertamente que tiene su mérito tener todo el tiempo del mundo para expresar las cosas de la mejor manera posible pero al mismo tiempo le quita la espontaneidad del momento, la emoción que transmite estar en presencia de algo, en el mismo instante en que ese algo está ocurriendo y la sensación está a flor de piel, el intercambio es oral, intuitivo, casi sin pensar lo que se dice ni cómo se dice y se mueve vertiginosamente en todas direcciones.
Mirar la foto de una reunión familiar no nos produce el mismo efecto como participar, estar dentro de dicha reunión.
Tener eso en cuenta, pues, nos ayuda a estar alerta y nunca olvidar que por más Facebooks, mensajes de textos o emails que haya en la vida, nada sustituye el intercambio directo con las personas, el diálogo frente a frente, las discusiones amigables o las rutinas propias de verse las caras, oírse las distintas inflexiones de voz, el roce que se da entre los individuos cuando están juntos o la agradable sorpresa que da el oler una nueva fragancia en esa(s) otra(s) persona(s) con la que compartimos.
Es como una advertencia de que todas las nuevas tecnologías no deberían ser otra cosa más que una aproximación a la realidad o por lo menos, es a lo que deberían dirigirnos, pero no son ella. A lo sumo serían como su reflejo pero por más esfuerzos que hagamos no podemos sustituir la una por la otra.
No hay nada que sustituya a la cosa como la cosa en sí: la cosa misma. Ninguna representación alcanzará nunca el efecto o tendrá el poder que produce la actuación original... Hablar de un beso no es lo mismo que dar o recibir uno...
Tuesday, December 28, 2010
The price of freedom
Todas las cosas tienen un precio. La libertad es una de ellas. No hay nada mejor que hacer lo que uno quiere y cuando uno quiere. Pero hay costos (de todo tipo: materiales, emocionales, sentimentales) envueltos en ella por los que hay que pagar tarde o temprano. Y a veces estos son bastante altos.
Tan altos pueden ser los costos que puede no haber ganancias. Puede que lo que deje sean pérdidas. Si los beneficios superan los inconvenientes valdría la pena despreciar esos riesgos pero la advertencia es válida de que bien podría no ser así. Por eso la libertad no es recomendable para todo el mundo.
La razón se debe a que nunca se puede tener todo al mismo tiempo. Para conseguir algo tenemos que abandonar, rechazar o dejar algo. La libertad no es una excepción. Sólo si asumimos esto como parte de la ecuación podremos sopesar mejor lo que ganamos y/o lo que perdemos al obtenerla. Sabríamos, o al menos intentaríamos saber, si estamos hechos para ella, si ella está hecha para nosotros.
Por lo pronto mis números no están rojos...y aún si lo estuvieran ..., hey, hum-mm pues habría que ver!
Tan altos pueden ser los costos que puede no haber ganancias. Puede que lo que deje sean pérdidas. Si los beneficios superan los inconvenientes valdría la pena despreciar esos riesgos pero la advertencia es válida de que bien podría no ser así. Por eso la libertad no es recomendable para todo el mundo.
La razón se debe a que nunca se puede tener todo al mismo tiempo. Para conseguir algo tenemos que abandonar, rechazar o dejar algo. La libertad no es una excepción. Sólo si asumimos esto como parte de la ecuación podremos sopesar mejor lo que ganamos y/o lo que perdemos al obtenerla. Sabríamos, o al menos intentaríamos saber, si estamos hechos para ella, si ella está hecha para nosotros.
Por lo pronto mis números no están rojos...y aún si lo estuvieran ..., hey, hum-mm pues habría que ver!
Monday, December 27, 2010
Hacer lo mismo
Puedo imaginar, sí, creo que puedo adivinar lo que piensa(n), puedo pensarlo y hasta puedo ir más lejos. Puedo responder a eso que piensa(n), reaccionar antes que haya(n) dicho nada, sin que antes haya salido una palabra de su(s) boca(s), mucho antes de que supiera(n) que yo ya sabía.
No es necesario que hable; que ellos o ellas hablen. Las palabras que yo diga o ellos digan sobrarían, sobretodo cuando las utilizamos para encubrir verdades, para acallar otras y para desviar la atención hacia otras realidades, importantes quizás para otros pero no tanto para mí.
No es un juego. Creo que lo he hecho posible. El pensar lo que piensa(n) que yo pienso que ellos-as piensa(n) que yo pienso... No es muy complicado. Me he pasado toda la vida haciendo eso. Y al final de todo, a final de cuentas me sale fácil, sin mucho esfuerzo. Por eso no me asombra. ¿Porqué habría de asombrarme?
Puedo sentir también. Lo que siente(n), cuándo lo siente(n) y hasta el cómo y dónde. Pero no se lo puedo decir. La asustaría. Los asustaría. Prefiero callar. Hay un goce secreto en eso. Es mi goce. El goce de saber y no hablar, el de no decir.
Aprendí eso de los dioses. Ellos miran, ellos oyen pero no dicen nada. Sólo observan y dejan que todo siga su curso. Qué todo siga a su ritmo como si ellos no existieran. Y yo hago lo mismo.
No es necesario que hable; que ellos o ellas hablen. Las palabras que yo diga o ellos digan sobrarían, sobretodo cuando las utilizamos para encubrir verdades, para acallar otras y para desviar la atención hacia otras realidades, importantes quizás para otros pero no tanto para mí.
No es un juego. Creo que lo he hecho posible. El pensar lo que piensa(n) que yo pienso que ellos-as piensa(n) que yo pienso... No es muy complicado. Me he pasado toda la vida haciendo eso. Y al final de todo, a final de cuentas me sale fácil, sin mucho esfuerzo. Por eso no me asombra. ¿Porqué habría de asombrarme?
Puedo sentir también. Lo que siente(n), cuándo lo siente(n) y hasta el cómo y dónde. Pero no se lo puedo decir. La asustaría. Los asustaría. Prefiero callar. Hay un goce secreto en eso. Es mi goce. El goce de saber y no hablar, el de no decir.
Aprendí eso de los dioses. Ellos miran, ellos oyen pero no dicen nada. Sólo observan y dejan que todo siga su curso. Qué todo siga a su ritmo como si ellos no existieran. Y yo hago lo mismo.
Saturday, December 25, 2010
Morning Coffee
Una vez más el olor del café invade el aire de la cocina y sus alrededores; invade la mañana y todos los sentidos. Es más que un olor, es un aroma con el que me tropiezo luego de haberme lavado los dientes y la sensación se transmite hacia todo el cerebro; en segundos me arropa, me asedia y cuerpo y mente dejan de ser una dualidad para convertirse en uno. Es júbilo, es euforia y recién ahora me doy cuenta que el café es más que una bebida aromática. Es también un estado mental: un estado de ánimo, es casi la felicidad....
He podido descubrir la fuente mágica de donde emanan los efluvios también mágicos que alteran mis sentidos.
He podido descubrir la fuente mágica de donde emanan los efluvios también mágicos que alteran mis sentidos.
Wednesday, December 22, 2010
Ni contigo ni sin ti
Armas de fuego en manos de hombres que están envueltos en problemas sentimentales y/o maritales y uno que otro antecedente en el que algunos de ellos se suicidan con la misma arma con la que le han quitado la vida a sus parejas parecen ser los elementos básicos que componen una especie de cóctel trágico cuya recurrencia ha motivado el que uno de mis hermanos me haya llamado desde Santo Domingo para pedir mi opinión al respecto.
"Ni contigo ni sin ti" parece ser el lema que resume la manera de proceder de estos individuos que como si no fuera poco acabar con la existencia de otro ser humano acaban con la de ellos mismos añadiendo más dramatismo y horror para aquellos que quedan y tienen que presenciar con pena e impotencia la desaparición a destiempo y al mismo tiempo de dos seres queridos.
Al parecer los crímenes pasionales han aumentado desproporcionadamente en 'Dominican Republic' los últimos años siendo siempre las mujeres las que llevan la peor parte y según una reseña de EFE que me envía Alexis (no tengo link), supera incluso la cantidad de muertes que por esta causa ocurre en países que como España tiene una población 4 veces mayor. Y en la misma fuente la procuradora adjunta para asuntos de la mujer, Roxana Reyes dice que República Dominicana ocupa el sexto lugar en el mundo en el que más hombres se suicidan luego de matar a sus parejas. Para ser un país tan pequeño esa estadística es escalofriante.
¿A qué podrían atribuirse esos fenómenos? La situación es compleja y quizás sea bueno verla por partes. En primer lugar está el problema de las armas y la facilidad con la que cualquier persona allí puede adquirir y portar una. A eso se añaden las sanciones no muy fuertes con que se castiga a quienquiera que sea sorprendido portando una arma de manera ilegal; en general las consecuencias no son graves y si el acusado tiene algo de dinero pues puedes salirse con la suya sobornando a cualquier empleado, policía o juez corrupto (de esos hay muchos en el país).
Independientemente de la naturaleza de los conflictos y de quiénes sean los participantes, el porte de un arma de fuego es lo que en inglés se podría llamar como un "game changer" o un elemento determinante que cambia el equilibrio del juego... Una pelea de cualquier tipo, verbal, a trompadas y hasta a pedradas termina cuando los que pelean se cansan o alguien viene a separarlos. Nadie quiere separar a nadie cuando uno de los contendientes está armado. Hay que destacar que en cualquier tipo de disputa la carga de adrenalina puede ser la misma pero con un arma de fuego (un cuchillo puede ser también una arma muy peligrosa) una persona se convierte en asesino que no lo sería si no poseyera ninguna. Tener una arma hace la diferencia y la facilidad para obtenerlas y portarlas -aún a escondidas, agrava el problema.
Otro aspecto a considerar tiene que ver con el sentido de posesión o el sentido de propiedad que está arraigado en ciertas culturas y se extiende hacia las personas con las que se mantiene una relación. ¿Qué tanto se creen dueños de ellas?; ¿qué tanto se creen que les pertenecen las personas con las que se involucran?; ¿se piensa que son suyas hasta el punto de decidir por ellas mismas o por el contrario ellos-as sí pueden tomar sus propias decisiones y en eso va incluido el poder dejarlos-las si así lo quisiesen y cuando lo quisiesen? Y asociado con esto se podría hablar de lo pobre que es la educación (formal e informal) en cuanto a enseñar a manejarse adecuadamente desde un punto de vista relacional y no sólo de contenidos. El sentido de propiedad crea jerarquías, un tipo de relación vertical donde una parte da las órdenes y la otra debe obedecerlas. Los roles que se le atribuyen a uno u otro sexo y que pueden ser asumidos por ambas partes reafirmarían el entramaje de los intercambios.
Creo que es en tiempos de crisis (moral, corrupción, pobreza, drogas), sobretodo económicas cuando se revelan los problemas, los roles se confunden y hasta pudieran revertirse y las partes podrían no estar cumpliendo con las reglas que gobiernan la dinámica social y que no por no haber estado escritas no dejan de ser menos válidas y entonces vienen los conflictos y los malentendidos. La falta de experiencia para manejarse en terrenos desconocidos donde los papeles atribuídos a unos y a otros pueden estar invertidos pueden producir mucha frustración que genera casi siempre violencia tanto física como verbal y esta no es otra cosa más que una respuesta inadecuada para resolver las fricciones interpersonales.
No hay que olvidar que aprendemos por observación y no hace mucho tiempo era casi normal que los padres se creyeran propietarios y dueños de sus hijos e hijas, que les pegaran cuando les daba la gana y por la más mínima cosa o cuando ellos no obedecían a sus mandatos (de eso queda mucho todavía). Por extensión eso mismo ocurre en algunas parejas: creerse dueño del otro parece dar derecho al maltrato y al castigo de ese otro cuando supuestamente el o ella no actúa como debería hacerlo. Pero a diferencia de un niño que no tiene capacidad para responder de igual a igual, un cónyuge no siempre está dispuesto a soportar ningún maltrato y como consecuencia el resultado es una pelea que escala, se le va de las manos a los contrincantes y en el peor de los casos es causa de la muerte de quién es más débil físicamente hablando.
Creo que es en tiempos de crisis (moral, corrupción, pobreza, drogas), sobretodo económicas cuando se revelan los problemas, los roles se confunden y hasta pudieran revertirse y las partes podrían no estar cumpliendo con las reglas que gobiernan la dinámica social y que no por no haber estado escritas no dejan de ser menos válidas y entonces vienen los conflictos y los malentendidos. La falta de experiencia para manejarse en terrenos desconocidos donde los papeles atribuídos a unos y a otros pueden estar invertidos pueden producir mucha frustración que genera casi siempre violencia tanto física como verbal y esta no es otra cosa más que una respuesta inadecuada para resolver las fricciones interpersonales.
No hay que olvidar que aprendemos por observación y no hace mucho tiempo era casi normal que los padres se creyeran propietarios y dueños de sus hijos e hijas, que les pegaran cuando les daba la gana y por la más mínima cosa o cuando ellos no obedecían a sus mandatos (de eso queda mucho todavía). Por extensión eso mismo ocurre en algunas parejas: creerse dueño del otro parece dar derecho al maltrato y al castigo de ese otro cuando supuestamente el o ella no actúa como debería hacerlo. Pero a diferencia de un niño que no tiene capacidad para responder de igual a igual, un cónyuge no siempre está dispuesto a soportar ningún maltrato y como consecuencia el resultado es una pelea que escala, se le va de las manos a los contrincantes y en el peor de los casos es causa de la muerte de quién es más débil físicamente hablando.
Y el fenómeno del suicidio posterior a la muerte de la compañera no es tan difícil de explicar. Está en la literatura por todas partes y no necesariamente quien se suicida tiene que ser el autor o la persona responsable del fallecimiento de la otra. ¡Cuánta gente no sufre de depresión cuando se acaba una relación! La vida deja de tener sentido cuando existe el apego hacia un tercero y ese o esa deja de estar para siempre, desaparece de por vida. Sólo hay que agregar un poco de culpa por haber sido el o la causante de la muerte de ese tercero y ya completamos el cuadro.... Y no hay que olvidar lo dicho anteriormente. Aprendemos por observación y sólo basta que hayamos leído, visto en la literatura, el cine y la TV o presenciado a alguien hacer algo semejante para que eso forme parte de nuestro repertorio de respuestas al que acudiremos sin demora cuando se nos presente una situación similar o parecida.
Tuesday, December 21, 2010
Escenario
Este es el escenario.
Me acaban de decir que mañana 22 de Diciembre se celebra en España una importante lotería por lo cual ella podría convertirse en millonaria. No me lo dijo pero no hay que ser un genio para suponer o intuir que esta amiga compró por lo menos un ticket. Claro, no todas las asociaciones son buenas pero esta se cae de la mata.
Si ella fuera la agraciada en ganarse la millonada yo me alegraría mucho aunque no me diera un céntimo. Claro, me alegraría más si compartiera parte de su buena fortuna conmigo. El orgullo tampoco tiene que ser ciego o llegar a los extremos y si ella demostrara algo de buena voluntad haciéndome un obsequio porqué habría yo de rechazarlo.
Ahora bien, yo le propuse que comprara otro ticket para mí, con su dinero y que estableciera que ese nuevo boleto era mío. La cuestión es, si ese último, no el de ella fuera el que saliera premiado, ¿me lo diría?, ¿me daría ella el dinero o por el contrario me haría trampa, no me diría la verdad y se quedaría con todo?
La otra pregunta que yo me hago es si en caso de que ella decidiera ser honesta, confiaría ella que una vez me hayan entregado la fortuna yo compartiría parte o la mitad del valor ganado con ella. O suponiendo que yo le diga de antemano que siendo el afortunado no compartiría con nadie, ni con ella, ¿continuaría ella tratando de ser honesta?
Situaciones de este tipo, reales o ficticias nos revelan la verdadera naturaleza de nosotros mismos. El tipo de respuestas que les damos identifica quiénes en realidad somos y los verdaderos sentimientos que mueven nuestras acciones...
¡Deséenme suerte!
Me acaban de decir que mañana 22 de Diciembre se celebra en España una importante lotería por lo cual ella podría convertirse en millonaria. No me lo dijo pero no hay que ser un genio para suponer o intuir que esta amiga compró por lo menos un ticket. Claro, no todas las asociaciones son buenas pero esta se cae de la mata.
Si ella fuera la agraciada en ganarse la millonada yo me alegraría mucho aunque no me diera un céntimo. Claro, me alegraría más si compartiera parte de su buena fortuna conmigo. El orgullo tampoco tiene que ser ciego o llegar a los extremos y si ella demostrara algo de buena voluntad haciéndome un obsequio porqué habría yo de rechazarlo.
Ahora bien, yo le propuse que comprara otro ticket para mí, con su dinero y que estableciera que ese nuevo boleto era mío. La cuestión es, si ese último, no el de ella fuera el que saliera premiado, ¿me lo diría?, ¿me daría ella el dinero o por el contrario me haría trampa, no me diría la verdad y se quedaría con todo?
La otra pregunta que yo me hago es si en caso de que ella decidiera ser honesta, confiaría ella que una vez me hayan entregado la fortuna yo compartiría parte o la mitad del valor ganado con ella. O suponiendo que yo le diga de antemano que siendo el afortunado no compartiría con nadie, ni con ella, ¿continuaría ella tratando de ser honesta?
Situaciones de este tipo, reales o ficticias nos revelan la verdadera naturaleza de nosotros mismos. El tipo de respuestas que les damos identifica quiénes en realidad somos y los verdaderos sentimientos que mueven nuestras acciones...
¡Deséenme suerte!
Monday, December 13, 2010
Un Regalo
Debo compartir a través de las imágenes este regalo precioso que me ha traído recientemente una amiga muy querida y apreciada desde Perú. Ella estuvo por la ciudad de Ayacucho en fechas recientes y se quedó prendada por el magnífico trabajo artesanal que desarrollan los artistas en esas regiones al crear con materiales muy simples estas escenas idílicas que nos transportan irremediablemente a ese mundo de sueños que está latente ahí en alguna parte de todos nosotros a pesar de todos los esfuerzos que hacemos por hacerlo desaparecer.
Sunday, November 28, 2010
Cuadros
Es ilusoria tanto la anhelada felicidad a la que aspiramos como injustas las imágenes de pesadilla que nos hacemos de las miserias que nos pueden aguardar en la vida.
Ni el primer cuadro es tan promisorio como aparenta ni el segundo es tan desgraciado como se pinta. Y en ocasiones el conocimiento fortuito de la segunda nos enseña a apreciar mejor la llegada de la primera si es que nos toca la suerte de encontrarnos en algún momento con ella.
Entonces no puedo evitar pensar que no habría porqué temer tanto el advenimiento de esos tropiezos con los que la vida nos depara hasta el punto de evitar correr algunos riesgos pues el aprendizaje que podríamos obtener de esas enseñanzas nos debería servir para contar con mejores elementos para evaluar y disfrutar mejor las situaciones que el azar nos puede traer.
En serio, podemos hacer recorridos mentales e imaginarios de lo que consideramos debería hacernos personas llenas de dicha, personas felices y contentas. ¿No hemos hecho ese esfuerzo? Si no lo hemos hecho (¿será un esfuerzo?), podemos hacer el intento de observar y ver los resultados en terceros.
En mi caso yo lo he hecho y debo decir que en algunos casos lo que me produce es decepción, lo que me dan ganas es de bostezar. Todo es tan aburrido. ¡Siii!! Porque lo que ocurre es que la felicidad se compone en realidad de momentos felices y a partir de allí todo es rutina. Exacto. Nada de excitación. Por eso tanta gente se refugia digamos en, ¿los deportes?, la ficción o cualesquiera de los otros medios de entretenimiento (las telenovelas para muchos-as) con tal de contrarrestar el tedio que se apodera de todos luego de vivir la cresta de la ola, la cúspide de esos momentos de éxtasis que no son tantos, más bien son cortos y efímeros.
Y no le recomiendo a nadie ensayar con imaginarse situaciones penosas y terribles. Esas vienen solas o están ahí todo el tiempo. ¿Quién no las ha vivido? ¿Quién no ha experimentado esas pesadillas de la realidad o de la mente? Los ejemplos sobran. La vida puede ser una versión no menos aterradora para muchos. Por eso la necesidad de práctica es casi irrelevante. Lo importante quizás sea el vivir esas realidades sin evitarlas, vivirlas hasta el cansancio pues también es cierto, también es verdad que transcurrido cierto tiempo nos acostumbramos a todo: a lo doloroso y a lo trágico. Pasados varios días dejamos de sentir esas emociones tan intensas y sobrecogedoras que amenazan con nuestra estabilidad física y mental.
Porque todo ello en realidad forma parte de nuestro proceso natural de adaptación y sobrevivencia..., afortunadamente (o lamentablemente si de felicidad hablamos)!
Ni el primer cuadro es tan promisorio como aparenta ni el segundo es tan desgraciado como se pinta. Y en ocasiones el conocimiento fortuito de la segunda nos enseña a apreciar mejor la llegada de la primera si es que nos toca la suerte de encontrarnos en algún momento con ella.
Entonces no puedo evitar pensar que no habría porqué temer tanto el advenimiento de esos tropiezos con los que la vida nos depara hasta el punto de evitar correr algunos riesgos pues el aprendizaje que podríamos obtener de esas enseñanzas nos debería servir para contar con mejores elementos para evaluar y disfrutar mejor las situaciones que el azar nos puede traer.
En serio, podemos hacer recorridos mentales e imaginarios de lo que consideramos debería hacernos personas llenas de dicha, personas felices y contentas. ¿No hemos hecho ese esfuerzo? Si no lo hemos hecho (¿será un esfuerzo?), podemos hacer el intento de observar y ver los resultados en terceros.
En mi caso yo lo he hecho y debo decir que en algunos casos lo que me produce es decepción, lo que me dan ganas es de bostezar. Todo es tan aburrido. ¡Siii!! Porque lo que ocurre es que la felicidad se compone en realidad de momentos felices y a partir de allí todo es rutina. Exacto. Nada de excitación. Por eso tanta gente se refugia digamos en, ¿los deportes?, la ficción o cualesquiera de los otros medios de entretenimiento (las telenovelas para muchos-as) con tal de contrarrestar el tedio que se apodera de todos luego de vivir la cresta de la ola, la cúspide de esos momentos de éxtasis que no son tantos, más bien son cortos y efímeros.
Y no le recomiendo a nadie ensayar con imaginarse situaciones penosas y terribles. Esas vienen solas o están ahí todo el tiempo. ¿Quién no las ha vivido? ¿Quién no ha experimentado esas pesadillas de la realidad o de la mente? Los ejemplos sobran. La vida puede ser una versión no menos aterradora para muchos. Por eso la necesidad de práctica es casi irrelevante. Lo importante quizás sea el vivir esas realidades sin evitarlas, vivirlas hasta el cansancio pues también es cierto, también es verdad que transcurrido cierto tiempo nos acostumbramos a todo: a lo doloroso y a lo trágico. Pasados varios días dejamos de sentir esas emociones tan intensas y sobrecogedoras que amenazan con nuestra estabilidad física y mental.
Porque todo ello en realidad forma parte de nuestro proceso natural de adaptación y sobrevivencia..., afortunadamente (o lamentablemente si de felicidad hablamos)!
Thursday, November 25, 2010
Subtextos, juegos, realidades
La chica estaba claramente jugando con el dependiente de la tienda cuando le propuso que si salían juntos ella le pagaría todos los gastos.
¡O talvez no estaba jugando!
Ella fue un poco más lejos y más específica cuando le abundó que no sólo le pagaría los gastos sino que le daría el dinero para que fuera él quién pagara la cuenta de ambos.
En medio del intercambio ella pausó y con la mirada se dirigió hacia mí que estaba a unos pocos pasos de ella en actitud expectante, se sonrió un poco y me hizo una especie de guiño con los ojos.
En el fondo me intrigaba el que quizás todo era cierto y el hecho de expresarlo en forma abierta y delante de todo el mundo a manera de una broma era una cortina de humo para distraer, un modo más fácil de expresar una verdad difícil de darle salida bajo otras circunstancias. Decir las cosas como si fuera un chiste, de manera graciosa es el vehículo perfecto para expresar verdades que nos resultarían difíciles de articular.
No lo sé. Lo que sí quedó claro para mí fueron los subtextos implicados, esas sutiles formas de comunicación que revelan las reglas sociales ocultas pero subyacentes en los intercambios sociales entre las personas. Me impresionó el conocimiento de ella de esas convenciones y su disposición a utilizarlas de manera indirecta en su favor.
Lo que para muchos podía ser una desventaja, no lo era para ella que tenía la astucia de hacer una oferta que lo protegería a él, le salvaría la cara y de ahí no sólo su sacrificio en querer pagar, sino el detalle de ante los demás hacerlo parecer como la persona responsable de hacerlo. Hasta de eso ella estaba consciente y dispuesta, de que había que cuidarle su ego con tal de eliminar cualquier obstáculo que le impidiera aceptar salir con ella.
Lástima que tuve que salir a destiempo de la tienda sin poder satisfacer mi curiosidad por descubrir las otras piezas del rompecabezas o el tipo de desenlace que se avecinaba.
¡O talvez no estaba jugando!
Ella fue un poco más lejos y más específica cuando le abundó que no sólo le pagaría los gastos sino que le daría el dinero para que fuera él quién pagara la cuenta de ambos.
En medio del intercambio ella pausó y con la mirada se dirigió hacia mí que estaba a unos pocos pasos de ella en actitud expectante, se sonrió un poco y me hizo una especie de guiño con los ojos.
En el fondo me intrigaba el que quizás todo era cierto y el hecho de expresarlo en forma abierta y delante de todo el mundo a manera de una broma era una cortina de humo para distraer, un modo más fácil de expresar una verdad difícil de darle salida bajo otras circunstancias. Decir las cosas como si fuera un chiste, de manera graciosa es el vehículo perfecto para expresar verdades que nos resultarían difíciles de articular.
No lo sé. Lo que sí quedó claro para mí fueron los subtextos implicados, esas sutiles formas de comunicación que revelan las reglas sociales ocultas pero subyacentes en los intercambios sociales entre las personas. Me impresionó el conocimiento de ella de esas convenciones y su disposición a utilizarlas de manera indirecta en su favor.
Lo que para muchos podía ser una desventaja, no lo era para ella que tenía la astucia de hacer una oferta que lo protegería a él, le salvaría la cara y de ahí no sólo su sacrificio en querer pagar, sino el detalle de ante los demás hacerlo parecer como la persona responsable de hacerlo. Hasta de eso ella estaba consciente y dispuesta, de que había que cuidarle su ego con tal de eliminar cualquier obstáculo que le impidiera aceptar salir con ella.
Lástima que tuve que salir a destiempo de la tienda sin poder satisfacer mi curiosidad por descubrir las otras piezas del rompecabezas o el tipo de desenlace que se avecinaba.
Tuesday, November 16, 2010
Downtown
Digamóslo de esta manera: New York City o si lo prefieren La Ciudad de Nueva York tiene cinco condados que son Manhattan, El Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island. Pero hay que hacer una aclaración, olvídense de todo lo demás y piensen que New York es en realidad Manhattan y específicamente El Downtown (dentro de los dos ríos que forman la isla de Manhattan, el Downtown es la parte más baja).
Es verdad que es a través de Queens por donde llega casi todo el mundo utilizando sus 2 aeropuertos, La Guardia y el J. F. Kennedy (JFK); en el Bronx está el Yankee Stadium y los parques Zoológico y el Botánico y también es donde yo vivo (algo sumamente importante); Brooklyn quiere competir con Manhattan en cuanto a tradición, bares y cultura pero se queda muy corto, y Staten Island, pues la verdad no sé que hay de interés ahí en ese condado excepto que está cerca de la Estatua de la libertad y se llega a través del ferry en la parte baja de Manhattan o por el Verrazano Bridge que la une con Brooklyn.
Y continuando pues decía que en realidad, New York, la ciudad, para diferenciarla del estado, es Manhattan y no todo Manhattan sino específicamente el Downtown. Ahí está todo: lo atractivo, lo bello, lo interesante del mundo con toda su energía y entusiasmo, el misticismo de sus iglesias, el liberalismo, los bares, restaurantes, teatros, las luces y los Night Clubs con su actitud abierta ante la vida. Si en algún lugar existe la libertad es ahí: se refleja en las caras, en las expresiones, en la forma de moverse la gente.
Sí señor y es tan fácil aprender a manejarse dentro de sus límites y la diversidad que te arropa tan grande; cinco minutos son más que suficientes para sentirse que no eres extranjero y que perteneces o eres de ahí y le puedes dar rienda suelta a la imaginación y nada que hagas ya es extraño pues todo tiene cabida en ese lugar.
Nadie se pierde en esta parte del mundo y aún si no sabes donde estás ya has llegado a donde ibas o hubieras querido ir. ¿Para qué estar en alguna otra parte? Pero si lo deseas y estás interesado en los detalles, sólo hay que saber que la quinta avenida (5th Avenue) divide el este del oeste y con las calles numeradas sólo tienes que saber el número hacia la que te diriges y la Avenida que la corta y ya está. Para todo lo demás y para saber que las cosas no han cambiado mucho a través de los años y que el espíritu se mantiene intacto, sólo hay que oir esta canción de Petula Clark que lo dice mejor que nadie a pesar del tiempo que hace desde la primera vez que la cantó, lo que significa estar en Downtown.
Es verdad que es a través de Queens por donde llega casi todo el mundo utilizando sus 2 aeropuertos, La Guardia y el J. F. Kennedy (JFK); en el Bronx está el Yankee Stadium y los parques Zoológico y el Botánico y también es donde yo vivo (algo sumamente importante); Brooklyn quiere competir con Manhattan en cuanto a tradición, bares y cultura pero se queda muy corto, y Staten Island, pues la verdad no sé que hay de interés ahí en ese condado excepto que está cerca de la Estatua de la libertad y se llega a través del ferry en la parte baja de Manhattan o por el Verrazano Bridge que la une con Brooklyn.
Y continuando pues decía que en realidad, New York, la ciudad, para diferenciarla del estado, es Manhattan y no todo Manhattan sino específicamente el Downtown. Ahí está todo: lo atractivo, lo bello, lo interesante del mundo con toda su energía y entusiasmo, el misticismo de sus iglesias, el liberalismo, los bares, restaurantes, teatros, las luces y los Night Clubs con su actitud abierta ante la vida. Si en algún lugar existe la libertad es ahí: se refleja en las caras, en las expresiones, en la forma de moverse la gente.
Sí señor y es tan fácil aprender a manejarse dentro de sus límites y la diversidad que te arropa tan grande; cinco minutos son más que suficientes para sentirse que no eres extranjero y que perteneces o eres de ahí y le puedes dar rienda suelta a la imaginación y nada que hagas ya es extraño pues todo tiene cabida en ese lugar.
Nadie se pierde en esta parte del mundo y aún si no sabes donde estás ya has llegado a donde ibas o hubieras querido ir. ¿Para qué estar en alguna otra parte? Pero si lo deseas y estás interesado en los detalles, sólo hay que saber que la quinta avenida (5th Avenue) divide el este del oeste y con las calles numeradas sólo tienes que saber el número hacia la que te diriges y la Avenida que la corta y ya está. Para todo lo demás y para saber que las cosas no han cambiado mucho a través de los años y que el espíritu se mantiene intacto, sólo hay que oir esta canción de Petula Clark que lo dice mejor que nadie a pesar del tiempo que hace desde la primera vez que la cantó, lo que significa estar en Downtown.
Sunday, November 7, 2010
Malos ejemplos
Algunas cosas que no deben hacerse ningún día ni bajo ninguna circunstancia: levantarse de la cama, ir directamente al computador, abrir la página de FB y otras diez más que quedaron a medio cerrar de la noche anterior, hacer café, tomárselo (mi hermana mayor se cepilla después de tomarlo para quitarse la mancha que supuestamente le queda. Yo podría intentar hacer lo mismo) y posponer el cepillarse los dientes para más tarde.
¿Saben porqué? Ese más tarde puede llegar bastante tarde en el día, casi en la noche. Se nos puede olvidar y ni siquiera un baño supercaliente al mediodía nos lo recordaría, el que no nos hemos cepillado, lo cual como pueden comprender es algo completamente imperdonable.
Fueron tantas las cosas que le introdujimos al cerebro que el pobre no pudo manejar la sobrecarga y quizás si pudo pero entonces no nos envió las señales adecuadas en forma tal que nos hicieran ver lo inapropiado que era posponer el sagrado ejercicio de la higiene bucal.
¡Dios mío, qué mal ejemplo le estamos dando a los demás! Por suerte rectificar es una buena cosa y parte de la redención debe venir de la admisión del pecado, de la aceptación de la culpa por haber infringido alguna regla básica y razonable (debe ser una ley) de la sanidad humana elemental.
¿Saben porqué? Ese más tarde puede llegar bastante tarde en el día, casi en la noche. Se nos puede olvidar y ni siquiera un baño supercaliente al mediodía nos lo recordaría, el que no nos hemos cepillado, lo cual como pueden comprender es algo completamente imperdonable.
Fueron tantas las cosas que le introdujimos al cerebro que el pobre no pudo manejar la sobrecarga y quizás si pudo pero entonces no nos envió las señales adecuadas en forma tal que nos hicieran ver lo inapropiado que era posponer el sagrado ejercicio de la higiene bucal.
¡Dios mío, qué mal ejemplo le estamos dando a los demás! Por suerte rectificar es una buena cosa y parte de la redención debe venir de la admisión del pecado, de la aceptación de la culpa por haber infringido alguna regla básica y razonable (debe ser una ley) de la sanidad humana elemental.
Thursday, October 28, 2010
Para no morir de aburrimiento
La vida tal y como es parece ser algo tediosa. Todos hemos visto la increíble cantidad de cosas que los humanos inventamos para entretenernos y no morirnos del aburrimiento.
Tener dinero y/o fama no quiere decir estar mejor protegido y darle a nadie mayor ventaja contra el 'mal' que el resto de los mortales. Es más, para algunas personas, poseer estas se convierte en una especie de maldición en vez de una salvación. Un ejemplo reciente lo constituye enterarnos del último incidente en el que se vio envuelto Charlie Sheen ('two and a half men', entre otros).
Guardando las distancias, hace unos años yo me vi en una situación en la que me di cuenta que por el camino en que iban las cosas, ellas no presagiaban nada bueno. No tener muchos compromisos y en cambio tener dinero sobrante para gastar en bares y clubes casi todas las noches no eran cosas que ayudaban mucho a llevar una vida organizada o cultivar el intelecto. Mucho menos a realzar el espíritu.
Algunas señales me estaban indicando y alertando que de no parar la iba a pasar muy mal. Y decidí entonces que la mejor manera de hacerlo, el parar, era haciendo un cambio y limitando la cantidad de dinero de que podía disponer. Y lo hice de tal manera que me sobraba pero no tanto como para vivir de fiesta en fiesta todos los días.
No mucho tiempo después vino la crisis económica de la que todos hemos disfrutado bastante los últimos años y a la larga el resultado ha sido que lo que pareció bueno en aquel tiempo ha sido la peor inversión que yo hubiera podido hacer.
Pero eso no se veía venir ni remotamente, así que hoy no podemos juzgar retrospectivamente esas acciones nuestras en base a información que no poseíamos en aquel entonces, o sea, de la que sí disponemos ahora. La debacle económica que sobrevino y que nos ha arropado nos cogió casi a todos por sorpresa.
No obstante lo menos que hemos hecho ha sido quejarnos. Y por varias razones. Haber canalizado más de una tercera parte de los ingresos en inversiones que lo que nos han dejado es cuantiosas pérdidas a corto y quién sabe si hasta largo plazo, vuelvo y repito, ello pudo, si señor, habernos salvado la vida.
Y la existencia de "la esquina de Fernando" se la debemos también a esas malas inversiones. Con algo debíamos entretenernos luego de que los hábitos hubieran sufrido tan drásticos cambios casi de la noche a la mañana. No hay que ser un genio para con cierta sobriedad y una computadora personal pues terminar haciendo lo que muchos ya habían estado haciendo: escribir blogs.
Las experiencias y contenidos que se generan por vivir en una ciudad como NY nunca faltan...y muchas de esas pueden relatarse. Sólo hacía falta encontrar las palabras adecuadas y claves que sirvieran para igualar la intensidad de los sentimientos que las mismas producían. Con el tiempo y la práctica nos hemos acercado bastante a lograr ese objetivo.
Creo que esta puede relatarse. Decían las leyendas que lo único que servía para curar a las personas que sufrían picadas de arañas era la música.. A mí no me ha picado ninguna pero conozco a alguien que sí le picó una y qué suerte que mañana Viernes voy a ver a Christina Pluhar que sabe mucho de estas cosas y tambíén sabe tocar la música que la cura, ésa y también los otros males del cuerpo y del espíritu.
¡Vaya las cosas que tenemos que hacer por los amigo-as, para entretenernos y para no morir aplastados en medio del tedio y la rutina!
¡Vaya las cosas que tenemos que hacer por los amigo-as, para entretenernos y para no morir aplastados en medio del tedio y la rutina!
Saturday, October 9, 2010
El contagio de las emociones
A las 6:50 de la mañana de este Viernes leí en su blog que ella estaba triste e inmediatamente yo también me puse triste.
No lo supe en ese momento sino horas más tarde cuando me preguntaba a mí mismo a qué se debía ese sentimiento mezcla de melancolía e infelicidad (como si me faltara algo) que me embargaba y me hacía caminar desanimado y mucho más despacio que de costumbre.
Me puse a recordar y me di cuenta que esa información era la culminación de toda una semana en la que predominaron los motivos tristes. Ir a ver la obra de Himmelweg el pasado fin de semana (Way to Heaven: sobre un campo de concentración Nazi construído con el propósito expreso de engañar y encubrir el mal trato dado por los alemanes a los judíos), fue el primero de los ingredientes con que comenzó a prepararse el escenario.
Luego, en la mitad de la semana me conmovió sobremanera enterarme que una amiga, se había pasado todo el día anterior llorando. Saber las razones particulares por las que lo hacía nunca es lo más relevante para mí bajo esas circunstancias aunque siempre podemos intuirlo.
El sufrimiento de otro ser humano, sobretodo cuando es muy poco lo que se puede hacer para aliviarlo, nos deja con una sensación doble que es una mezcla de impotencia y desconsuelo. ¿Qué podríamos hacer para tratar de quitarnos ese incómodo sentimiento de parálisis y a la vez tratar de servir de algo para ayudar a la otra persona a mitigar su aflicción? No mucho lamentablemente. Por lo menos así parece.
Con la lectura de ayer Viernes se completaron todos los ingredientes necesarios para darle a la fórmula su real efecto debilitante.
Y ese malestar no nos abandonó durante todo el día.
Es increíble el poder de contagio que tienen algunas emociones. Sin embargo no siempre ocurre así con todas. En otras palabras, no hay simetría entre unas y otras. La felicidad o la euforia de un amigo/a o ser querido podrían ser un buen ejemplo.
Ellas no nos proveen de un poder energizante tan grande que sea equivalente al que en proporción inversa nos sustraen, nos quitan esas emociones y sentimientos de dolor que presenciamos en aquellas personas con las cuales nos une algún lazo de tipo emocional y sentimental.
¿Porqué la capacidad para sufrir las desgracias y desventuras ajenas tiene que ser mayor que nuestra capacidad de disfrutar la felicidad y el bienestar de las personas que están a nuestro alrededor?
¡No sé a cuales propósitos sirve esa asimetría: por lo pronto yo no la siento nada bien!
No lo supe en ese momento sino horas más tarde cuando me preguntaba a mí mismo a qué se debía ese sentimiento mezcla de melancolía e infelicidad (como si me faltara algo) que me embargaba y me hacía caminar desanimado y mucho más despacio que de costumbre.
Me puse a recordar y me di cuenta que esa información era la culminación de toda una semana en la que predominaron los motivos tristes. Ir a ver la obra de Himmelweg el pasado fin de semana (Way to Heaven: sobre un campo de concentración Nazi construído con el propósito expreso de engañar y encubrir el mal trato dado por los alemanes a los judíos), fue el primero de los ingredientes con que comenzó a prepararse el escenario.
Luego, en la mitad de la semana me conmovió sobremanera enterarme que una amiga, se había pasado todo el día anterior llorando. Saber las razones particulares por las que lo hacía nunca es lo más relevante para mí bajo esas circunstancias aunque siempre podemos intuirlo.
El sufrimiento de otro ser humano, sobretodo cuando es muy poco lo que se puede hacer para aliviarlo, nos deja con una sensación doble que es una mezcla de impotencia y desconsuelo. ¿Qué podríamos hacer para tratar de quitarnos ese incómodo sentimiento de parálisis y a la vez tratar de servir de algo para ayudar a la otra persona a mitigar su aflicción? No mucho lamentablemente. Por lo menos así parece.
Con la lectura de ayer Viernes se completaron todos los ingredientes necesarios para darle a la fórmula su real efecto debilitante.
Y ese malestar no nos abandonó durante todo el día.
Es increíble el poder de contagio que tienen algunas emociones. Sin embargo no siempre ocurre así con todas. En otras palabras, no hay simetría entre unas y otras. La felicidad o la euforia de un amigo/a o ser querido podrían ser un buen ejemplo.
Ellas no nos proveen de un poder energizante tan grande que sea equivalente al que en proporción inversa nos sustraen, nos quitan esas emociones y sentimientos de dolor que presenciamos en aquellas personas con las cuales nos une algún lazo de tipo emocional y sentimental.
¿Porqué la capacidad para sufrir las desgracias y desventuras ajenas tiene que ser mayor que nuestra capacidad de disfrutar la felicidad y el bienestar de las personas que están a nuestro alrededor?
¡No sé a cuales propósitos sirve esa asimetría: por lo pronto yo no la siento nada bien!
Sunday, October 3, 2010
Curry on the way to Heaven!
Hay respuestas que aparecen así de improviso cuando menos uno se las espera. El otro día Bu-Pichiplayas me dejó intrigado con la comida hindú y el hecho de que ella no se encontrara con ningún restaurante que sirviera ese tipo de platos cuando ella estuvo de vacaciones en New York.
La verdad es que no me había picado tanto la curiosidad por la comida india hasta que ella y Sophie estuvieron conversando sobre el tema en The Bridge.
Ya sabía yo que la base de su cocina es el condimento Curry pero en realidad no estaba tan interesado en ella porque me gusta mucho la comida jamaiquina y ellos, los jamaiquinos, son expertos haciendo comida con Curry y con ellos aprendí a apreciarla. Para los que no lo saben el Jerk chicken que ellos hacen es sencillamente divino (como ejemplo de algo bueno, no que el condimento base en el Jerk Chicken sea Curry).
Ayer Sábado tomé el tren para ir a ver la obra "Way to Heaven" al Repertorio Español y al desmontarme del tren 4 en la parada de Lexington con la calle 28 comencé a ver algunos restaurantes con títulos indios. Aunque la verdad es que no presté tanta atención porque pensé que iba a llegar tarde.
Por suerte no fue así y llegamos con mucho tiempo de adelanto (cosa rara en mí), para ver la tal obra que nos sorprendió muchísimo por la fuerza y el impacto del tema que trata y de la que vamos a hablar más en detalle en el otro blog.
Por ahora lo que me interesa mostrar es que a la salida del teatro y en dirección a tomar el tren de regreso y ya sin ningún tipo de presión por llegar a alguna parte pude entonces descubrir una concentración enorme de restaurantes hindúes en el área comprendida entre las calles 27 y 28 a todo lo largo de Lexington Avenue en Downtown Manhattan.
Me sentí tentado por entrar y quedarme a probar pero al final decidí por irme a la casa no sin antes pedir para llevar una orden en uno de esos lugares que tenían un servicio algo parecido a un buffet.
Y tenían toda la razón las chicas. Esa comida es realmente deliciosa. No es tan agradable a la vista y cualquiera puede disuadirse fácilmente de comerla con esos nombres rarísimos que tienen pero la pura verdad es que esos sabores distintos donde se puede apreciar el curry, el gengíbre y la base sobre la que esos ingredientes se vierten, ya sean en vegetales (berengena) o carne (de pollo), le hacen la boca agua hasta el más exigente de los mortales.
La verdad es que no me había picado tanto la curiosidad por la comida india hasta que ella y Sophie estuvieron conversando sobre el tema en The Bridge.
Ya sabía yo que la base de su cocina es el condimento Curry pero en realidad no estaba tan interesado en ella porque me gusta mucho la comida jamaiquina y ellos, los jamaiquinos, son expertos haciendo comida con Curry y con ellos aprendí a apreciarla. Para los que no lo saben el Jerk chicken que ellos hacen es sencillamente divino (como ejemplo de algo bueno, no que el condimento base en el Jerk Chicken sea Curry).
Ayer Sábado tomé el tren para ir a ver la obra "Way to Heaven" al Repertorio Español y al desmontarme del tren 4 en la parada de Lexington con la calle 28 comencé a ver algunos restaurantes con títulos indios. Aunque la verdad es que no presté tanta atención porque pensé que iba a llegar tarde.
Por suerte no fue así y llegamos con mucho tiempo de adelanto (cosa rara en mí), para ver la tal obra que nos sorprendió muchísimo por la fuerza y el impacto del tema que trata y de la que vamos a hablar más en detalle en el otro blog.
Por ahora lo que me interesa mostrar es que a la salida del teatro y en dirección a tomar el tren de regreso y ya sin ningún tipo de presión por llegar a alguna parte pude entonces descubrir una concentración enorme de restaurantes hindúes en el área comprendida entre las calles 27 y 28 a todo lo largo de Lexington Avenue en Downtown Manhattan.
Me sentí tentado por entrar y quedarme a probar pero al final decidí por irme a la casa no sin antes pedir para llevar una orden en uno de esos lugares que tenían un servicio algo parecido a un buffet.
Y tenían toda la razón las chicas. Esa comida es realmente deliciosa. No es tan agradable a la vista y cualquiera puede disuadirse fácilmente de comerla con esos nombres rarísimos que tienen pero la pura verdad es que esos sabores distintos donde se puede apreciar el curry, el gengíbre y la base sobre la que esos ingredientes se vierten, ya sean en vegetales (berengena) o carne (de pollo), le hacen la boca agua hasta el más exigente de los mortales.
Wednesday, September 29, 2010
Hay días...
Ya saben, hay días que lo menos que nos sentimos es estar orgullosos de nosotros mismos.
Para no ir muy lejos, el jueves de la semana pasada me sentí así. Eran alrededor de las 2 de la tarde y hacía mucho calor. Todavía no había almorzado y sólo me faltaban unos cuantos clientes que visitar para terminar mi día de labores, cuando en dirección hacia mí se acercaba un señor muy mayor con mala pinta que parecía más que un desamparado un vicioso de esos que deambulan por las calles pidiendo menudo al primero que le pase por el lado.
Si se imaginan que no estaba de humor para algún tipo de intercambio con el sujeto, están en lo correcto. Ponerse a la defensiva es algo natural. Los movimientos y los gestos que se hacen para evadir a las personas salen de manera casi automática. Se comienza con la expresión que probablemente se endurece, se rehuye la mirada y se altera el curso de nuestra trayectoria haciendo un ligero cambio de dirección.
No hay que ser muy perspicaz para entender el mensaje que se ha querido transmitir. A menos que la otra persona esté muy necesitada; o ella haya perdido sus habilidades para detectar esas sutilezas de la vida social, especialmente en un ambiente urbano.
El rechazo puede también sufrirse de manera tan sistemática en la vida o en algunas etapas de ella que hasta podría perder su efecto y el poder discriminativo que debería surtir en algunos individuos.
En fin, sea la que fuere la razón, el señor en cuestión no descifró mis señales muy bien y de todos modos alterando él mismo sus movimientos se movió hacia mí, al mismo tiempo que me hablaba. El tipo no me dejó otra alternativa que enfrentarlo y al hacerlo me dio mucha vergüenza: con un papel en sus manos lo único que el quería era preguntarme por una dirección.
Y el pobre hombre estaba en frente de ella, sólo que no estaba en la puerta y la entrada correctas. Me devolví sobre mis pasos con él unos cuantos metros y yo mismo abrí la puerta y lo introduje a la recepcionista en una oficina que parecía ser de recursos humanos de la ciudad de NY que presumiblemente prestan algún tipo de asistencia a personas como él...
¡Cuántas veces por estar a la defensiva habremos dejado de cumplir con nuestro compromiso de ser mejores seres humanos! ¡Qué vergüenza!
Para no ir muy lejos, el jueves de la semana pasada me sentí así. Eran alrededor de las 2 de la tarde y hacía mucho calor. Todavía no había almorzado y sólo me faltaban unos cuantos clientes que visitar para terminar mi día de labores, cuando en dirección hacia mí se acercaba un señor muy mayor con mala pinta que parecía más que un desamparado un vicioso de esos que deambulan por las calles pidiendo menudo al primero que le pase por el lado.
Si se imaginan que no estaba de humor para algún tipo de intercambio con el sujeto, están en lo correcto. Ponerse a la defensiva es algo natural. Los movimientos y los gestos que se hacen para evadir a las personas salen de manera casi automática. Se comienza con la expresión que probablemente se endurece, se rehuye la mirada y se altera el curso de nuestra trayectoria haciendo un ligero cambio de dirección.
No hay que ser muy perspicaz para entender el mensaje que se ha querido transmitir. A menos que la otra persona esté muy necesitada; o ella haya perdido sus habilidades para detectar esas sutilezas de la vida social, especialmente en un ambiente urbano.
El rechazo puede también sufrirse de manera tan sistemática en la vida o en algunas etapas de ella que hasta podría perder su efecto y el poder discriminativo que debería surtir en algunos individuos.
En fin, sea la que fuere la razón, el señor en cuestión no descifró mis señales muy bien y de todos modos alterando él mismo sus movimientos se movió hacia mí, al mismo tiempo que me hablaba. El tipo no me dejó otra alternativa que enfrentarlo y al hacerlo me dio mucha vergüenza: con un papel en sus manos lo único que el quería era preguntarme por una dirección.
Y el pobre hombre estaba en frente de ella, sólo que no estaba en la puerta y la entrada correctas. Me devolví sobre mis pasos con él unos cuantos metros y yo mismo abrí la puerta y lo introduje a la recepcionista en una oficina que parecía ser de recursos humanos de la ciudad de NY que presumiblemente prestan algún tipo de asistencia a personas como él...
¡Cuántas veces por estar a la defensiva habremos dejado de cumplir con nuestro compromiso de ser mejores seres humanos! ¡Qué vergüenza!
Tuesday, September 21, 2010
Tu expresión lo dice todo
Este sábado caminando por Houston Street me dirigía a ver una presentación de Cyrille Aimée, una de las más prometedoras jazzistas contemporáneas del medio; perdón del mundo (ella tiene una voz magnífica: como de terciopelo!) cuando ensimismado en mis pensamientos me sacaron de ellos dos jovencitas que me pararon para pedirme una dirección.
- El 'Este' de la Primera Avenida, si mal no recuerdo, fue lo que me preguntaron (la pregunta era incorrecta porque la Primera avenida no tiene Este pero sí está en el lado Este de la ciudad). Les indiqué la cantidad de bloques (manzanas) aproximados que tenían que cruzar para llegar y casi inmediatamente después me puse a pensar que para que ellas se sintieran en confianza de acercárseme a preguntar debía haber algo en mi rostro, alguna señal en mi expresión les debió indicar que yo era de confianza.
Y eso me gustó.
En nuestras caras, en nuestros rostros se refleja mucho más información de la que somos conscientes que estamos transmitiendo. Y a la vez también estamos recibiendo algo similar, porque de manera inconsciente estamos reaccionando todo el tiempo a las expresiones de los demás y ellas son las claves para tomar nuestras decisiones sobre a quién pedirle ayuda o no en un momento de necesidad como en el caso de esas chicas.
Hay días en los que no es raro el que mucha gente nos escoja en la calle para que les tiremos fotos con sus cámaras por poner un ejemplo o que nos pregunten cosas y se nos acerquen personas y/o niños en particular que no se resistan a buscarnos el lado en caso de que les sea posible y permitido hacerlo. Este sábado pasado parece que era uno de esos días para mí..., por suerte, porque produce cierta, no, no, produce mucha satisfacción el inspirar esas cosas en los demás... ¿No les parece?
El truco, si es que existe alguno, sería la sustracción de algunas expresiones defensivas y/o ofensivas de nuestros rostros que de la única manera que se consiguen es cuando realmente las eliminamos o no las tenemos en nuestras mentes y nos dejamos llevar y dejamos que las cosas pasen, que fluyan, sin tratar de intervenir, a la manera de un estado contemplativo parecido al estilo de cómo sugieren los budistas que debe ser la forma como se afronte y se viva en el mundo... No siempre se consigue eso, pero cuando lo tenemos, lo tenemos y es envidiable sentirse así..., como flotando por el mundo.
¡Y me gusta esta expresión de Cyrille de total compromiso hacia lo que está haciendo!
- El 'Este' de la Primera Avenida, si mal no recuerdo, fue lo que me preguntaron (la pregunta era incorrecta porque la Primera avenida no tiene Este pero sí está en el lado Este de la ciudad). Les indiqué la cantidad de bloques (manzanas) aproximados que tenían que cruzar para llegar y casi inmediatamente después me puse a pensar que para que ellas se sintieran en confianza de acercárseme a preguntar debía haber algo en mi rostro, alguna señal en mi expresión les debió indicar que yo era de confianza.
Y eso me gustó.
En nuestras caras, en nuestros rostros se refleja mucho más información de la que somos conscientes que estamos transmitiendo. Y a la vez también estamos recibiendo algo similar, porque de manera inconsciente estamos reaccionando todo el tiempo a las expresiones de los demás y ellas son las claves para tomar nuestras decisiones sobre a quién pedirle ayuda o no en un momento de necesidad como en el caso de esas chicas.
Hay días en los que no es raro el que mucha gente nos escoja en la calle para que les tiremos fotos con sus cámaras por poner un ejemplo o que nos pregunten cosas y se nos acerquen personas y/o niños en particular que no se resistan a buscarnos el lado en caso de que les sea posible y permitido hacerlo. Este sábado pasado parece que era uno de esos días para mí..., por suerte, porque produce cierta, no, no, produce mucha satisfacción el inspirar esas cosas en los demás... ¿No les parece?
El truco, si es que existe alguno, sería la sustracción de algunas expresiones defensivas y/o ofensivas de nuestros rostros que de la única manera que se consiguen es cuando realmente las eliminamos o no las tenemos en nuestras mentes y nos dejamos llevar y dejamos que las cosas pasen, que fluyan, sin tratar de intervenir, a la manera de un estado contemplativo parecido al estilo de cómo sugieren los budistas que debe ser la forma como se afronte y se viva en el mundo... No siempre se consigue eso, pero cuando lo tenemos, lo tenemos y es envidiable sentirse así..., como flotando por el mundo.
¡Y me gusta esta expresión de Cyrille de total compromiso hacia lo que está haciendo!
Cyrille Aimée at The Cupping Room Cafe
Tuesday, September 14, 2010
La semana de la moda en New York
Es la semana de la moda en NY. Desde el 9 hasta el 16 de Septiembre se celebra aquí uno de los mayores eventos a nivel mundial en lo que a moda se refiere. Es la presentación de las colecciones de primavera y verano para el año venidero.
No se puede negar que la moda llama mucho la atención del público. Tanto para alabarla como para denostar de ella por su mundo de artificialidad, de culto exagerado a la apariencia física y externa.
Este año la celebración principal se muda a los espacios del Lincoln Center, The Metropolitan Opera y sus alrededores y todas las preguntas que uno puede hacerse con relación a eventos de esta naturaleza ya Slate las ha contestado en este artículo que aunque del 2005 conserva todavía toda su frescura (en inglés lamentablemente). No tiene caso repetirlas aquí.
De todas maneras y en contraposición a la celebración de un evento en el que se enaltece exageradamente lo externo del ser humano (no es que haya tampoco que menospreciar del todo la apariencia física) he pensado que sería bueno también si se celebrara otro evento en el que se destacara no lo exterior sino lo interior de la humanidad, como por ejemplo un desfile en el que se valoren los mejores sentimientos, las mayores bondades, los mayores altruismos y así sucesivamente.
Creo que no es difícil imaginarse en qué dirección voy...
Veo un mayor inconveniente sin embargo: carecemos de los órganos apropiados con los que podríamos apreciar tales cualidades. Con los que contamos hasta ahora sólo podemos ver lo que ya estamos viendo... ¡Qué pena!
No se puede negar que la moda llama mucho la atención del público. Tanto para alabarla como para denostar de ella por su mundo de artificialidad, de culto exagerado a la apariencia física y externa.
Este año la celebración principal se muda a los espacios del Lincoln Center, The Metropolitan Opera y sus alrededores y todas las preguntas que uno puede hacerse con relación a eventos de esta naturaleza ya Slate las ha contestado en este artículo que aunque del 2005 conserva todavía toda su frescura (en inglés lamentablemente). No tiene caso repetirlas aquí.
De todas maneras y en contraposición a la celebración de un evento en el que se enaltece exageradamente lo externo del ser humano (no es que haya tampoco que menospreciar del todo la apariencia física) he pensado que sería bueno también si se celebrara otro evento en el que se destacara no lo exterior sino lo interior de la humanidad, como por ejemplo un desfile en el que se valoren los mejores sentimientos, las mayores bondades, los mayores altruismos y así sucesivamente.
Creo que no es difícil imaginarse en qué dirección voy...
Veo un mayor inconveniente sin embargo: carecemos de los órganos apropiados con los que podríamos apreciar tales cualidades. Con los que contamos hasta ahora sólo podemos ver lo que ya estamos viendo... ¡Qué pena!
Friday, September 10, 2010
Hoy es Viernes
Hoy es Viernes. Cierto! Y la temperatura es muy agradable como recordándonos que el verano se acaba y que el Otoño se acerca ya. El medidor del termómetro ha comenzado a descender desde las alturas en que se encontraba hace unos días. Por la ventana que no está completamente cerrada se cuela una brisita suave, muy reconfortante al contacto con la piel. Lo más llamativo no es sin embargo lo que impacta los sentidos, sino lo que no lo hace: el silencio. ¡Me encanta este resultado! Es increíble como un factor físico de esta naturaleza puede afectar tanto la conducta de la gente. Es como si con el ligero cambio de clima las personas pudieran dormir mejor o aquietar las pulsiones que los hacen moverse desordenadamente, hacer ruido y andar en las calles. Hasta el tránsito parece haberse detenido.
Bueno, miro en el reloj de la PC que son las 6:57 AM. Tal vez esa sea la razón de tanta tranquilidad y lo que percibo no sea más que una percepción equivocada de la realidad. No hay escuela y eso puede también ser un factor que influya. Pero me gusta pensar que el cambio de clima es una de las razones para que la gente se calme un poco. Quizás también sea yo que con el cambio de clima pueda ver las cosas de otra manera.
¡Qué importancia tiene! Lo que sí importa es que con el cambio de estación se inicia la temporada de música, de buena música en la ciudad. Y anoche hice algo insólito: compré un ticket con casi dos meses de antelación. Es algo fuera de serie porque usualmente y fuera del trabajo que lo veo como una constante, no siempre sé lo que voy o quiero hacer dentro de un par de días.
¡Esperen!, por favor, antes de congratularme. No todo el mundo disfruta realmente de esta música. No es bachata, no es merengue, salsa, bolero y mucho menos reggaeton. Tampoco es rock, jazz o música country.
Es Christina Pluhar y L'Arpeggiata.
Decidan por ustedes mismos si soy más digno de lástima que de envidia (me tengo pena: ¡qué desperdicio de vida!) por haber desarrollado gustos de este tipo.
Bueno, miro en el reloj de la PC que son las 6:57 AM. Tal vez esa sea la razón de tanta tranquilidad y lo que percibo no sea más que una percepción equivocada de la realidad. No hay escuela y eso puede también ser un factor que influya. Pero me gusta pensar que el cambio de clima es una de las razones para que la gente se calme un poco. Quizás también sea yo que con el cambio de clima pueda ver las cosas de otra manera.
¡Qué importancia tiene! Lo que sí importa es que con el cambio de estación se inicia la temporada de música, de buena música en la ciudad. Y anoche hice algo insólito: compré un ticket con casi dos meses de antelación. Es algo fuera de serie porque usualmente y fuera del trabajo que lo veo como una constante, no siempre sé lo que voy o quiero hacer dentro de un par de días.
¡Esperen!, por favor, antes de congratularme. No todo el mundo disfruta realmente de esta música. No es bachata, no es merengue, salsa, bolero y mucho menos reggaeton. Tampoco es rock, jazz o música country.
Es Christina Pluhar y L'Arpeggiata.
Decidan por ustedes mismos si soy más digno de lástima que de envidia (me tengo pena: ¡qué desperdicio de vida!) por haber desarrollado gustos de este tipo.
Saturday, September 4, 2010
Cosas que pasan
Las cosas pasan. Un señor va manejando su taxi y se le estrella a otro que va delante sin más ni más. Por suerte iba a poca velocidad y su automóvil, no el del otro, fue el que sufrió las peores consecuencias. A simple vista no parecía que hubiesen lesiones físicas en las personas que iban dentro de los vehículos. Aunque nunca se sabe. No siempre en este tipo de percances los daños causados podrían ser únicamente físicos. También los hay del tipo emocional y psicológico y esos no son tan fácilmente reconocibles para el observador casual.
Son las 9:00 de la mañana y no llueve, el día está claro y todos están esperando que cambie el semáforo de rojo a verde. Cuando lo hace, todo el mundo se pone en movimiento y no me imagino qué le estuvo pasando por la cabeza al conductor de atrás para así de repente chocar a quien le quedaba al frente.
Déjame pensar. Una distracción podría ser la respuesta más probable. ¿De qué tipo? No lo sé, pero puedo especular. No veo una mejor manera para rellenar los vacíos que quedan cuando es casi imposible saber a ciencia cierta lo que ocurrió. ¿Se imaginan tener el tiempo y la energía para querer averiguar las razones de todas las cosas que ocurren a nuestro alrededor?
Porque deben saber cuán importante es para mí el no dejar cabos sueltos. Y especulando es la única manera que tengo para poder atarlos. Mi bienestar, mi cordura están en juego y no es broma. Hay gente que puede vivir con eso, con ideas inconclusas, pero yo no. Tengo que darle una especie de cierre a todas las cosas que despiertan mi atención..., aunque sea de manera temporal para salir del paso o inventándome alguna que otra explicación sin importar lo estúpida que resulte ser. Es para que dejen de perturbarme o preocuparme más tarde y cuando menos lo espere (como en los sueños).
Creo que las pesadillas tienen algo que ver con eso. Y debo estar en el camino correcto pues dejé de tener pesadillas hace ya muchos años.
Con el tiempo y la práctica se hace automático el hacer esos ejercicios mentales hasta el punto que ni yo mismo soy consciente de que los estoy haciendo. Pero parece que siempre hago algo por el estilo, como en este caso.
Se me ocurre que ese taxista se durmió unas centésimas de segundo. Quizás por cansancio. Porque tal vez hasta tiene dos trabajos y pasó la noche anterior conduciendo y todavía a esa hora de la mañana no le había dado el merecido descanso que al cuerpo es aconsejable darle (y quizás sí iba para su casa a descansar).
Y es cierto que muchas personas abusamos de los límites que nos impone nuestra envoltura, pero no es recomendable hacerlo en actividades que exigen mucho de nuestra atención como esa de conducir. Sin embargo la renta es cara, los costos de vivir son muy altos y hay que pagar. Y se paga de una manera o de otra pero nunca lo podemos evitar. Como en este caso.
Otra razón puede ser que estaba hablando por teléfono y la conversación lo absorbió tanto, o le produjo tal impacto que sin querer sus pies, sus manos y todo en él se crispó y sin darse cuenta pisó el acelerador y el resultado ya lo sabemos...¡Boom!... ¡La vida es tan complicada a veces!
Por ser tan complejo el vivir y para sobrellevar una existencia digna necesitamos también de actividades que nos desconecten del día a día. Y lo podemos hacer de muchísimas formas. Hasta una hermosa visión en nuestro campo de mira es capaz de distraernos. La música podría provocarnos el mismo efecto. Pero cualquier distracción a la hora y el momento inadecuados puede provocar resultados desastrosos.
Siento, no obstante, que debo descartar estas últimas posibilidades como las responsables de que tuviera lugar ese pequeño accidente. Quedan sobre el tapete muchas más pero por ahora quedo conforme, mi mente está en paz, con las enunciadas en primer lugar...
Son las 9:00 de la mañana y no llueve, el día está claro y todos están esperando que cambie el semáforo de rojo a verde. Cuando lo hace, todo el mundo se pone en movimiento y no me imagino qué le estuvo pasando por la cabeza al conductor de atrás para así de repente chocar a quien le quedaba al frente.
Déjame pensar. Una distracción podría ser la respuesta más probable. ¿De qué tipo? No lo sé, pero puedo especular. No veo una mejor manera para rellenar los vacíos que quedan cuando es casi imposible saber a ciencia cierta lo que ocurrió. ¿Se imaginan tener el tiempo y la energía para querer averiguar las razones de todas las cosas que ocurren a nuestro alrededor?
Porque deben saber cuán importante es para mí el no dejar cabos sueltos. Y especulando es la única manera que tengo para poder atarlos. Mi bienestar, mi cordura están en juego y no es broma. Hay gente que puede vivir con eso, con ideas inconclusas, pero yo no. Tengo que darle una especie de cierre a todas las cosas que despiertan mi atención..., aunque sea de manera temporal para salir del paso o inventándome alguna que otra explicación sin importar lo estúpida que resulte ser. Es para que dejen de perturbarme o preocuparme más tarde y cuando menos lo espere (como en los sueños).
Creo que las pesadillas tienen algo que ver con eso. Y debo estar en el camino correcto pues dejé de tener pesadillas hace ya muchos años.
Con el tiempo y la práctica se hace automático el hacer esos ejercicios mentales hasta el punto que ni yo mismo soy consciente de que los estoy haciendo. Pero parece que siempre hago algo por el estilo, como en este caso.
Se me ocurre que ese taxista se durmió unas centésimas de segundo. Quizás por cansancio. Porque tal vez hasta tiene dos trabajos y pasó la noche anterior conduciendo y todavía a esa hora de la mañana no le había dado el merecido descanso que al cuerpo es aconsejable darle (y quizás sí iba para su casa a descansar).
Y es cierto que muchas personas abusamos de los límites que nos impone nuestra envoltura, pero no es recomendable hacerlo en actividades que exigen mucho de nuestra atención como esa de conducir. Sin embargo la renta es cara, los costos de vivir son muy altos y hay que pagar. Y se paga de una manera o de otra pero nunca lo podemos evitar. Como en este caso.
Otra razón puede ser que estaba hablando por teléfono y la conversación lo absorbió tanto, o le produjo tal impacto que sin querer sus pies, sus manos y todo en él se crispó y sin darse cuenta pisó el acelerador y el resultado ya lo sabemos...¡Boom!... ¡La vida es tan complicada a veces!
Por ser tan complejo el vivir y para sobrellevar una existencia digna necesitamos también de actividades que nos desconecten del día a día. Y lo podemos hacer de muchísimas formas. Hasta una hermosa visión en nuestro campo de mira es capaz de distraernos. La música podría provocarnos el mismo efecto. Pero cualquier distracción a la hora y el momento inadecuados puede provocar resultados desastrosos.
Siento, no obstante, que debo descartar estas últimas posibilidades como las responsables de que tuviera lugar ese pequeño accidente. Quedan sobre el tapete muchas más pero por ahora quedo conforme, mi mente está en paz, con las enunciadas en primer lugar...
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