El 2011 va a quedar inscrito en la historia como un año memorable en el desarrollo de los movimientos sociales y políticos del mundo. Ha sido casi como un retorno a las cruzadas (en el sentido del involucramiento general de una gran parte de la población en favor de una causa común), los movimientos hippies de los años 60, la lucha por los derechos civiles y de igualdad social (razas, género) de otros tiempos, por poner unos cuantos ejemplos. Y todo no se ha dicho aún: la historia continúa, es algo que se sigue escribiendo día a día pues es mucho lo que queda por ver y hacer todavía.
Más fotos y la fuente al hacer click en la imagen.
Todo comenzó en el Túnez con lo que ha pasado a llamarse la revuelta árabe de primavera y se destaca el papel clave que ha desempeñado la tecnología y las redes sociales en cuanto a la difusión del sentir general, léase twitter, facebook, etc. Es de notar lo difícil que es contener a las multitudes cuando de repente descubren que todos o una gran mayoría de las personas sienten las mismas cosas, esas que por miedo se han mantenido en hermético secreto, a puertas cerradas o compartidas sólo con unos pocos.
No hubo que esperar mucho para que las manifestaciones y demostraciones ocurridas en el Túnez y que culminaron con la renuncia del gobierno, se esparcieran por otros países árabes gobernados por férreas dictaduras y el resultado ya todos lo conocen: igual que una hilera de dominós que caen uno detrás del otro luego que cede el primero, así han caído esos gobiernos (algunos como en el caso de Libia han contado con ayuda y asistencia externa). Y a esa lista de naciones se siguen sumando otras donde la gente ha perdido el miedo y se une para protestar de manera abierta los regímenes que los han dominado por generaciones.
Pero no sólo los países árabes han conocido o sido protagonistas directos de tales demostraciones. En meses pasados vimos a España con un movimiento bautizado con el nombre de "los indignados". Y ha habido su cuota de indignados en muchos otros países. En República Dominicana se ha aprovechado la nueva plataforma de lucha para impulsar el que se destine a la educación lo que la constitución prevee, un 4 por ciento del producto interno bruto. También en Chile se producen protestas de grupos indígenas que hasta este año no se conocía muy bien los problemas por los que atraviesan en ese país, situaciones que denuncian un estado de cosas opresivo y que antes eran mal difundidas y se le daba poca publicidad.
Y en las últimas semanas le ha tocado a New York con su famoso eslogan de Ocupar Wall Street o por sus siglas OWS, donde miles de personas prácticamente han tomado un parque en el bajo Manhattan y han abierto tiendas de campaña para entre muchas otras cosas denunciar la increíble desproporción en la que se reparten los ingresos entre los súper-ricos que representan el 1% de la población del país y el restante 99 por ciento. Copias de esas protestas no han tardado en propagarse como reguero de pólvora a la que se le prende fuego y ya existen distintas versiones a nivel de todo USA llamando la atención hacia lo que es un estado de cosas muy injusto y que trabaja muy a favor de los muy ricos y en contra de la gran mayoría de la población.
Hacer click en la imagen para ver más.
Sin lugar a dudas que todas esas manifestaciones, tanto las de nivel local como internacional, cuentan con mi más ferviente apoyo. Aún así, una reciente entrada en el blog de Paul Krugman me ha hecho reflexionar sobre la diferencia entre ser un defensor y/o partidario de movimientos como estos o ir un poco más lejos y ser un activista. No es lo mismo ni es igual.
Ese día en la tarde estaba lloviendo y vi un reportaje de la ocupación y me he quedado pensando lo que significa realmente integrarse a un movimiento de esta naturaleza. En otras palabras, lo que significa ser un verdadero activista ¡No es un picnic! No, no.Hay días muy fríos, se está casi a la intemperie, a merced de los elementos y debe ser una tarea muy difícil hacer todas esas cosas que hacemos y damos por sentado en la comodidad de nuestras casas. Me imagino el descansar, dormir, asearse, cepillarse los dientes y otras que los que han comido demasiado o tomado muchos líquidos (cerveza) podrán saber de qué estoy hablando. Ellos no son muy bien recibidos por los dueños de negocios en el área.
Me quito el sombrero (si lo tuviera) y gozan de todo mi respeto todas esas personas que no sólo apoyan una causa justa sino que con su presencia y sus acciones están dispuestas a llegar todo lo lejos que sea necesario en la defensa de eso que creen.
Aquí se intercambian ideas. La administración se esfuerza en garantizar a todos los mismos derechos y privilegios.
Friday, October 14, 2011
Wednesday, October 12, 2011
Los sonidos de la mañana
El día de hoy me ha dado con prestarle atención a detalles que en otros momentos no se me hubiera ocurrido tenerlos en cuenta. Son tan banales, casi intrascendentes. Me fui a cepillar los dientes pero no dejé el café haciéndose como en otros días.
He querido oír el sonido que hace el agua caliente cuando a borbotones sube apresurada a mezclarse con el polvo ese que espera paciente para entintarla de su negro marrón.
Me parece atractivo el vapor que emana de esta operación simple, las formas que toma hasta desaparecer. ¿Hacia donde se dirigirán esas gotitas de agua casi invisibles?
Y al fregar las pocas cosas sucias del día anterior, que a mí nunca me parecen pocas, he reparado en el silbido que produce el agua al salir precipitada de la boquilla del grifo. ¿Cómo no me había dado cuenta antes?
También he pelado unos plátanos y los he puesto al fuego en una olla-sartén. Curioso el glu-glu-glu o qué se yo cómo se puede reproducir eso al escribirlo; ese sonido que produce el agua unos minutos más tarde cuando empieza a hervir.
Me pongo a pensar que esos mismos sonidos son los que uno identifica y también echa de menos cuando deja de vivir con otras personas en la casa y en las mañanas cuando estábamos acostados y medio dormidos percibíamos el ajetreo en la cocina, el ruido que producen los platos, las cucharas y los cubiertos al chocar.
Asimismo el trajín con las pailas y los calderos y así una infinidad de pequeños ruiditos que resuenan en el tiempo y que a mí en este momento me parece escucharlos como si hubieran sido preciosas melodías.
He querido oír el sonido que hace el agua caliente cuando a borbotones sube apresurada a mezclarse con el polvo ese que espera paciente para entintarla de su negro marrón.
Me parece atractivo el vapor que emana de esta operación simple, las formas que toma hasta desaparecer. ¿Hacia donde se dirigirán esas gotitas de agua casi invisibles?
Y al fregar las pocas cosas sucias del día anterior, que a mí nunca me parecen pocas, he reparado en el silbido que produce el agua al salir precipitada de la boquilla del grifo. ¿Cómo no me había dado cuenta antes?
También he pelado unos plátanos y los he puesto al fuego en una olla-sartén. Curioso el glu-glu-glu o qué se yo cómo se puede reproducir eso al escribirlo; ese sonido que produce el agua unos minutos más tarde cuando empieza a hervir.
Me pongo a pensar que esos mismos sonidos son los que uno identifica y también echa de menos cuando deja de vivir con otras personas en la casa y en las mañanas cuando estábamos acostados y medio dormidos percibíamos el ajetreo en la cocina, el ruido que producen los platos, las cucharas y los cubiertos al chocar.
Asimismo el trajín con las pailas y los calderos y así una infinidad de pequeños ruiditos que resuenan en el tiempo y que a mí en este momento me parece escucharlos como si hubieran sido preciosas melodías.
Saturday, October 8, 2011
Defensas
No es tan fuerte como parece. Por el contrario, es tan frágil como un molusco que se oculta en su caracol. Y eso mismo ha hecho él. Construirse un gran caparazón alrededor de sí mismo para cubrirse todo el tiempo. Ha sido muy hábil en erigir defensas tan altas que lo protegen de casi cualquier ataque de sus enemigos.
¿Qué enemigos? No veo ninguno.
Y quizás nunca lo hubieron. Si existieron se han ido y los pocos que pudieran quedar, si acaso quedasen, no parecen ensañarse más con él. Todos han quedado en el pasado o quién sabe si en la imaginación.
Si realmente existieron o no, el efecto sin embargo, es el mismo. Los muros altos e inexpugnables persisten, las defensas siguen protegiéndolo sin darse cuenta de que afuera nadie osa derrumbarlos.
¿Acaso lo sabe? Talvez sí pero ya es muy tarde, ya no tiene fuerzas para derribar y romper esas barreras que al paso del tiempo fue creando y que sin querer en vez de darle la libertad terminaron aprisionándolo.
¿Qué enemigos? No veo ninguno.
Y quizás nunca lo hubieron. Si existieron se han ido y los pocos que pudieran quedar, si acaso quedasen, no parecen ensañarse más con él. Todos han quedado en el pasado o quién sabe si en la imaginación.
Si realmente existieron o no, el efecto sin embargo, es el mismo. Los muros altos e inexpugnables persisten, las defensas siguen protegiéndolo sin darse cuenta de que afuera nadie osa derrumbarlos.
¿Acaso lo sabe? Talvez sí pero ya es muy tarde, ya no tiene fuerzas para derribar y romper esas barreras que al paso del tiempo fue creando y que sin querer en vez de darle la libertad terminaron aprisionándolo.
Tuesday, October 4, 2011
Lecciones de física: los precursores del movimiento
Vivir en un mundo de ideas donde las personas se expresan libremente y tienen opiniones sobre las cosas que pueden ser distintas de las de los demás me parece de lo más normal. El que esas opiniones difieran y generen discusiones, controversias y debates de manera civilizada entre los que sostienen puntos de vista diferentes me parece muy normal también.
Parece, sin embargo, que hay mucha gente también que no se siente cómoda en un ambiente de esta naturaleza. Esa gente prefiere otro tipo de sistema en el que las personas no opinan, no dicen nada, sólo ejecutan. En ese orden de cosas para ellos es más fácil el recibir o dar órdenes que deben ser cumplidas al pie de la letra sin importar si las mismas entran en contradicción entre sí o no toman en cuenta los conflictos que generan y que deben ser resueltos antes de poder efectivamente llevarse a cabo.
Cuando una persona del primer grupo entra en contacto prolongado con otra u otras del segundo se genera tensión y mucha, la cual es proporcional al tiempo de exposición a la misma y la particularidad que la origina. Aparentemente esto puede ser algo negativo, pero sí se sabe usar de manera inteligente la misma puede generar efectos muy beneficiosos para quién la sufre.
No hay que olvidar que cuando la tensión esa de la que hablamos llega a un punto crítico va a necesitar una salida, un punto de escape la cual puede usarse de manera positiva para generar movimiento, provocar acción, de la misma manera que el agua en una caldera alimentada por un intenso fuego genera una presión tal en forma de vapor que éste para salir hace cualquier cosa sin importar si en el proceso tiene que mover toneladas de acero en forma de una locomotora.
Hoy mismo, ahora mismo yo siento que soy como el agua dentro de aquella caldera y que ya está alcanzando su punto de ebullición.
Parece, sin embargo, que hay mucha gente también que no se siente cómoda en un ambiente de esta naturaleza. Esa gente prefiere otro tipo de sistema en el que las personas no opinan, no dicen nada, sólo ejecutan. En ese orden de cosas para ellos es más fácil el recibir o dar órdenes que deben ser cumplidas al pie de la letra sin importar si las mismas entran en contradicción entre sí o no toman en cuenta los conflictos que generan y que deben ser resueltos antes de poder efectivamente llevarse a cabo.
Cuando una persona del primer grupo entra en contacto prolongado con otra u otras del segundo se genera tensión y mucha, la cual es proporcional al tiempo de exposición a la misma y la particularidad que la origina. Aparentemente esto puede ser algo negativo, pero sí se sabe usar de manera inteligente la misma puede generar efectos muy beneficiosos para quién la sufre.
No hay que olvidar que cuando la tensión esa de la que hablamos llega a un punto crítico va a necesitar una salida, un punto de escape la cual puede usarse de manera positiva para generar movimiento, provocar acción, de la misma manera que el agua en una caldera alimentada por un intenso fuego genera una presión tal en forma de vapor que éste para salir hace cualquier cosa sin importar si en el proceso tiene que mover toneladas de acero en forma de una locomotora.
Hoy mismo, ahora mismo yo siento que soy como el agua dentro de aquella caldera y que ya está alcanzando su punto de ebullición.
Sunday, October 2, 2011
Ella dice que está feliz: ¿lo está?
"Estoy felizzzzzz" pone A en su estado de Facebook.
¿Lo notan? ¿El énfasis con que lo escribe? Lo que me hace dudar. Igual que ella, mucha gente pone estados que parecen más bien carteles llamativos de esos que uno encuentra por doquier en las tiendas de artículos para regalos: son mensajes sugestivos, provocativos, que lo que hacen es tratar de atraer a los clientes para que se los lleven. Parecen decir en voz alta: "cómprenme, cómprame, soy una ganga, me vendo a precios de descuento".
Hagamos unas cuantas permutaciones de algunos posibles porqués, ella hace eso, yo haría eso, ellos-as ponen estados así en su red social.
1. Se me ocurre que ella realmente está feliz y simplemente quiere que sus amigos y relacionados lo sepan.. ¿Creen eso?
2. Ni está feliz ni lo contrario, diríamos que está neutra. Su estado es de tranquilidad pero estar tranquilo no llama mucho a la atención y prefiere decir, hacer creer que está mejor de lo que lo está. Estar en un estado de euforia siempre es visto como algo que te da puntos a favor y de eso se trata todo esto. Estamos en competencia por mostrar quien puede exhibirse, estar mejor que los demás.
3. Está aburrida, pero ella no puede decir eso. Sus amigos no la van a ver como una gran cosa y no le van a hacer caso. ¿Quién quiere estar al lado de una persona que está aburrida? No ella por supuesto y eso hace que nunca diga nada por el estilo.
4. Se siente fatal...Claro que no va a poner eso. Eso daría mucha pena, ella no quiere que le cojan / le tengan pena. Eso sería humillante. No podría "mirarle la cara" a nadie.
5. Ni ella misma sabe cómo está. Difícilmente se preocupa por saber cómo están sus estados interiores. No obstante sí sabe lo mal que se siente cuando ve a alguien mostrando lo bien que le está yendo en la vida, lo radiante y feliz que se ve. ¿Será eso envidia? No lo sabe pero prefiere y quiere que los demás sientan eso que ella está sintiendo ahora, ese malestar..., qué no daría ella por provocar eso. sííííí....
De seguro deben existir más posibilidades.., pero hoy es Domingo y hay que coger las cosas con calma (no se pueden quemar/utilizar todas las neuronas en analizar un estúpido status de FB).
¿Lo notan? ¿El énfasis con que lo escribe? Lo que me hace dudar. Igual que ella, mucha gente pone estados que parecen más bien carteles llamativos de esos que uno encuentra por doquier en las tiendas de artículos para regalos: son mensajes sugestivos, provocativos, que lo que hacen es tratar de atraer a los clientes para que se los lleven. Parecen decir en voz alta: "cómprenme, cómprame, soy una ganga, me vendo a precios de descuento".
Hagamos unas cuantas permutaciones de algunos posibles porqués, ella hace eso, yo haría eso, ellos-as ponen estados así en su red social.
1. Se me ocurre que ella realmente está feliz y simplemente quiere que sus amigos y relacionados lo sepan.. ¿Creen eso?
2. Ni está feliz ni lo contrario, diríamos que está neutra. Su estado es de tranquilidad pero estar tranquilo no llama mucho a la atención y prefiere decir, hacer creer que está mejor de lo que lo está. Estar en un estado de euforia siempre es visto como algo que te da puntos a favor y de eso se trata todo esto. Estamos en competencia por mostrar quien puede exhibirse, estar mejor que los demás.
3. Está aburrida, pero ella no puede decir eso. Sus amigos no la van a ver como una gran cosa y no le van a hacer caso. ¿Quién quiere estar al lado de una persona que está aburrida? No ella por supuesto y eso hace que nunca diga nada por el estilo.
4. Se siente fatal...Claro que no va a poner eso. Eso daría mucha pena, ella no quiere que le cojan / le tengan pena. Eso sería humillante. No podría "mirarle la cara" a nadie.
5. Ni ella misma sabe cómo está. Difícilmente se preocupa por saber cómo están sus estados interiores. No obstante sí sabe lo mal que se siente cuando ve a alguien mostrando lo bien que le está yendo en la vida, lo radiante y feliz que se ve. ¿Será eso envidia? No lo sabe pero prefiere y quiere que los demás sientan eso que ella está sintiendo ahora, ese malestar..., qué no daría ella por provocar eso. sííííí....
De seguro deben existir más posibilidades.., pero hoy es Domingo y hay que coger las cosas con calma (no se pueden quemar/utilizar todas las neuronas en analizar un estúpido status de FB).
Saturday, October 1, 2011
El poder de las palabras
Lo que produce escuchar unas cuantas palabras dulces y agradables: nostalgia, sí, mucha nostalgia.
Eso fue lo que la señorita sintió momentos antes de partir de ese lugar para siempre; una sensación difusa pero inconfundible, la pena de que extrañaría ese sitio que había sido su ubicación de trabajo por casi tres años; pero también el lugar en el que experimentó el suplicio y el martirio resultantes del indeseable encuentro con la parte desagradable de la convivencia humana.
Así me lo manifestó ella en dos mensajes de texto que mi teléfono recibió a las 12:08 de la mañana del otro día. Yo vine a enterarme alrededor de las 3:00 AM cuando la luz titilante e intermitente del teléfono debe haberme despertado.
Debió haber sido el último huésped del hotel que ella atendió, un señor entrado en años que le dijo con emotiva dulzura que se parecía a Dios porque estaba en todas partes, en especial cuando se la necesitaba. Ella le respondió que el sólo le decía eso porque le había llevado su desayuno temprano y el estaba muy hambriento. A lo que él simplemente asintió.
Ella no pudo menos que sonreírse porque "probablemente esas hayan sido las últimas palabras que yo oiría en ese lugar, y eran bellas palabras".
- "Y sospecho que soy capaz de sentir nostalgia justamente por estos últimos minutos que he pasado con este agradable anciano", continuó ella.
- "Soy débil, tonta e insoportablemente blanda", fue todo el contenido de su último mensaje.
Y por contarme todo esto, no pude evitar el sentirme irremediablemente nostálgico yo también!
Eso fue lo que la señorita sintió momentos antes de partir de ese lugar para siempre; una sensación difusa pero inconfundible, la pena de que extrañaría ese sitio que había sido su ubicación de trabajo por casi tres años; pero también el lugar en el que experimentó el suplicio y el martirio resultantes del indeseable encuentro con la parte desagradable de la convivencia humana.
Así me lo manifestó ella en dos mensajes de texto que mi teléfono recibió a las 12:08 de la mañana del otro día. Yo vine a enterarme alrededor de las 3:00 AM cuando la luz titilante e intermitente del teléfono debe haberme despertado.
Debió haber sido el último huésped del hotel que ella atendió, un señor entrado en años que le dijo con emotiva dulzura que se parecía a Dios porque estaba en todas partes, en especial cuando se la necesitaba. Ella le respondió que el sólo le decía eso porque le había llevado su desayuno temprano y el estaba muy hambriento. A lo que él simplemente asintió.
Ella no pudo menos que sonreírse porque "probablemente esas hayan sido las últimas palabras que yo oiría en ese lugar, y eran bellas palabras".
- "Y sospecho que soy capaz de sentir nostalgia justamente por estos últimos minutos que he pasado con este agradable anciano", continuó ella.
- "Soy débil, tonta e insoportablemente blanda", fue todo el contenido de su último mensaje.
Y por contarme todo esto, no pude evitar el sentirme irremediablemente nostálgico yo también!
Monday, September 26, 2011
Con ese abrazo
Con un abrazo de buenas noches nos despedimos anoche por teléfono luego de finalizar la conversación que puso punto final al recuento habitual de las actividades del día. No es que crea mucho en eso de los abrazos por teléfono ni tampoco en esos que llaman virtuales pero no tenía una mejor alternativa. Cuando fue necesario y pudo haber tenido un efecto real y significativo no pude dárselo, me quedé congelado, sentado a su lado sin saber qué decir ni hacer.
Ella no sabe que al enviarle ese abrazo de despedida, esa fue mi manera de tratar de resarcir el sentimiento de culpa que sentía y no me abandonaba desde la tarde del día anterior, cuando me quedé con los brazos cruzados, inmóvil, sin saber dónde poner los pies o dónde estaba mi cabeza, nada, mientras con sus manos ella trataba en vano de ocultar los sollozos que a borbotones se escapaban de sus ojos y su garganta.
Hay algo en el llanto de una mujer que conmueve y vuelve vulnerable al más osado y valiente de todos los hombres. Yo no soy la excepción y por eso no me quedó más remedio que esperar a que se calmara. Por suerte no le había hecho nada, no me sentía directamente responsable de su estallido repentino pero aún así sentía la necesidad de que debía hacer algo y sin embargo en ese momento no pude.
Me quedé estancado, paralizado por ese desenlace inesperado que siguió a un intercambio de frases aparentemente sin mayor sentido. Fueron unos cuantos minutos los que transcurrieron pero por la tensión reinante sí que parecieron horas.
¿Qué fue lo que me detuvo? Ni yo mismo lo sé. Creo que en el fondo fue ese temor que siempre acecha dentro de nosotros mismos a que la expresión de apoyo y solidaridad pueda no ser apreciada como tal y en cambio sea rechazada o interpretada de manera totalmente inapropiada.. Pero esa es una suposicíon. No lo sé a ciencia cierta y probablemente nunca lo sepa. Parece un esfuerzo en vano, inútil, ese que hacemos por tratar de ponerle palabras a las cosas que ocurren en nuestro interior... Aún así vale la pena tratar de intentarlo cada vez que podamos.
Creo que algo se aclara hurgando en todo ese mar de confusión en el que se convierten los recuerdos cuando tratamos de interpretarlos. De seguro algunas pistas aparecerán y no nos importará mucho el que las mismas sean falsas o no, (con tal de que sean pistas) o bien nos lleven hacia destinos remotos e insospechados . Algo aprenderemos durante el recorrido...
Ella no sabe que al enviarle ese abrazo de despedida, esa fue mi manera de tratar de resarcir el sentimiento de culpa que sentía y no me abandonaba desde la tarde del día anterior, cuando me quedé con los brazos cruzados, inmóvil, sin saber dónde poner los pies o dónde estaba mi cabeza, nada, mientras con sus manos ella trataba en vano de ocultar los sollozos que a borbotones se escapaban de sus ojos y su garganta.
Hay algo en el llanto de una mujer que conmueve y vuelve vulnerable al más osado y valiente de todos los hombres. Yo no soy la excepción y por eso no me quedó más remedio que esperar a que se calmara. Por suerte no le había hecho nada, no me sentía directamente responsable de su estallido repentino pero aún así sentía la necesidad de que debía hacer algo y sin embargo en ese momento no pude.
Me quedé estancado, paralizado por ese desenlace inesperado que siguió a un intercambio de frases aparentemente sin mayor sentido. Fueron unos cuantos minutos los que transcurrieron pero por la tensión reinante sí que parecieron horas.
¿Qué fue lo que me detuvo? Ni yo mismo lo sé. Creo que en el fondo fue ese temor que siempre acecha dentro de nosotros mismos a que la expresión de apoyo y solidaridad pueda no ser apreciada como tal y en cambio sea rechazada o interpretada de manera totalmente inapropiada.. Pero esa es una suposicíon. No lo sé a ciencia cierta y probablemente nunca lo sepa. Parece un esfuerzo en vano, inútil, ese que hacemos por tratar de ponerle palabras a las cosas que ocurren en nuestro interior... Aún así vale la pena tratar de intentarlo cada vez que podamos.
Creo que algo se aclara hurgando en todo ese mar de confusión en el que se convierten los recuerdos cuando tratamos de interpretarlos. De seguro algunas pistas aparecerán y no nos importará mucho el que las mismas sean falsas o no, (con tal de que sean pistas) o bien nos lleven hacia destinos remotos e insospechados . Algo aprenderemos durante el recorrido...
Sunday, September 25, 2011
En dos segundos
Caminamos por las aceras de las calles apretujadas de gente de todas las formas, colores y tamaños imaginables y sin proponérnoslo los ojos no son órganos que nos sirven únicamente para ver. Se convierten en radares y escáners; o talvez son filtros de cristal acuoso por los que atraviesan y se escurren las personas. No sé hacia dónde van pero ellas desaparecen por las hendiduras y los entrelazados de lo que parece ser una red invisible de luces y sombras que se mueven de manera constante y continua en todas direcciones
De vez en cuando, sin embargo, nuestra red parece atrapar una forma, una silueta y por unos pocos segundos y talvez hasta más, parece retenerla en los hilos de un embeleso, de una mirada que se prolonga más allá de lo usual aprovechando el mismo tipo de impunidad que da el observar a través de unos cristales ahumados.
Son cabellos rizados movidos por el viento, piernas torneadas por un magnífico escultor o delicadas figuras que desafían las leyes físicas del equilibrio, no sé, no podría enumerarlas todas pero sí sé que es algo que ocurre de manera automática, sin pensarlo, sin importar qué tan distraído podamos estar por otras cosas.
Sólo bastan unos pocos segundos. En esa brevedad de tiempo suponemos que también nosotros nos deslizamos a través de otras redes, otros cedazos se encargarían de darnos el espacio necesario para diluirnos y escaparnos para siempre, aunque no siempre.
Si tenemos suerte -y quién no la tiene por lo menos una vez en su vida-, podemos pensar que alguna que otra mirada nos deberá retener algún instante más de la cuenta, aunque sea uno muy breve. Y nos consuela mucho el imaginar que por haber estado detenidos ahí en ese lugar inescrutable, casi irreal e indescriptible, podamos producir el mismo placer fugaz que sentimos cuando algo se queda en las mallas transparentes de esa red vista desde este lado del cristal.
De vez en cuando, sin embargo, nuestra red parece atrapar una forma, una silueta y por unos pocos segundos y talvez hasta más, parece retenerla en los hilos de un embeleso, de una mirada que se prolonga más allá de lo usual aprovechando el mismo tipo de impunidad que da el observar a través de unos cristales ahumados.
Son cabellos rizados movidos por el viento, piernas torneadas por un magnífico escultor o delicadas figuras que desafían las leyes físicas del equilibrio, no sé, no podría enumerarlas todas pero sí sé que es algo que ocurre de manera automática, sin pensarlo, sin importar qué tan distraído podamos estar por otras cosas.
Sólo bastan unos pocos segundos. En esa brevedad de tiempo suponemos que también nosotros nos deslizamos a través de otras redes, otros cedazos se encargarían de darnos el espacio necesario para diluirnos y escaparnos para siempre, aunque no siempre.
Si tenemos suerte -y quién no la tiene por lo menos una vez en su vida-, podemos pensar que alguna que otra mirada nos deberá retener algún instante más de la cuenta, aunque sea uno muy breve. Y nos consuela mucho el imaginar que por haber estado detenidos ahí en ese lugar inescrutable, casi irreal e indescriptible, podamos producir el mismo placer fugaz que sentimos cuando algo se queda en las mallas transparentes de esa red vista desde este lado del cristal.
Saturday, September 24, 2011
Pobres de espíritu
Hablábamos de la riqueza el otro día, esa cuyo propósito sirve hacia los fines de la elevación del ego más que a los objetivos primarios de satisfacer necesidades elementales y concretas.
¿Y qué hay que decir acerca de la pobreza? Esa que marca y deja sus huellas por siempre, la que nos persigue toda la vida, mucho más allá de cuando ya no ejerce su influencia nefasta y directa sobre nosotros.
Sí, es triste constatar que ser pobres es una condición que muchas veces no nos abandona nunca aunque hayamos dejado de serlo, aunque por el contrario ya tengamos dinero. No hay cosa peor, más petulante y pretenciosa que esos ricos que antes fueron pobres. La condición de haber vivido de manera miserable deja una huella indeleble o al menos casi imposible de borrar que se manifiesta por las ínfulas de poder, la vanidad exagerada y la ostentación superflua de los bienes materiales acumulados.
Es como si algunas personas nos hubiéramos detenido en el tiempo y hoy al igual que ayer estuviéramos viviendo para responder al dolor que no tener cosas representaba para nosotros. Pero más doloroso aún es creer que los demás comparten nuestro dolor, se identifican con nuestra situación.
Hacer el ridículo, eso es lo que hacemos, pues ni cuenta nos damos que los demás no están interesados en nuestro nuevo estatus, ni en enterarse de los artículos de marca que hemos adquirido, ni cuánto hemos pagado por ellos y si nos hacen algún reconocimiento es sólo para hacernos creer, seguirnos la corriente y así poder continuar con este juego que nos vuelve tontos, ciegos y sordos.
¿Y qué hay que decir acerca de la pobreza? Esa que marca y deja sus huellas por siempre, la que nos persigue toda la vida, mucho más allá de cuando ya no ejerce su influencia nefasta y directa sobre nosotros.
Sí, es triste constatar que ser pobres es una condición que muchas veces no nos abandona nunca aunque hayamos dejado de serlo, aunque por el contrario ya tengamos dinero. No hay cosa peor, más petulante y pretenciosa que esos ricos que antes fueron pobres. La condición de haber vivido de manera miserable deja una huella indeleble o al menos casi imposible de borrar que se manifiesta por las ínfulas de poder, la vanidad exagerada y la ostentación superflua de los bienes materiales acumulados.
Es como si algunas personas nos hubiéramos detenido en el tiempo y hoy al igual que ayer estuviéramos viviendo para responder al dolor que no tener cosas representaba para nosotros. Pero más doloroso aún es creer que los demás comparten nuestro dolor, se identifican con nuestra situación.
Hacer el ridículo, eso es lo que hacemos, pues ni cuenta nos damos que los demás no están interesados en nuestro nuevo estatus, ni en enterarse de los artículos de marca que hemos adquirido, ni cuánto hemos pagado por ellos y si nos hacen algún reconocimiento es sólo para hacernos creer, seguirnos la corriente y así poder continuar con este juego que nos vuelve tontos, ciegos y sordos.
Sunday, September 18, 2011
Escepticismo
En ocasiones me entran muchas dudas del mensaje real que está detrás de lo que las personas expresamos. ¿Queremos decir lo que realmente decimos o las palabras tienen poco que ver con lo que realmente sentimos, con el significado que está implícito en ellas?
Es un verdadero dilema, pues si no estamos seguros del mensaje real que está oculto, ¿cómo podemos responder de manera apropiada al mismo?
¿Y quién alguna vez en su vida no ha sido culpable de haber cometido el pecado de decir una cosa cuando en realidad siente otra totalmente distinta? Y si juzgamos por nuestra condición, ¿cuántas veces hemos sido víctimas de lo mismo? De que nos expresen algo sólo para hacernos sentir bien pero de hecho quién nos dice eso piensa y siente de manera completamente diferente.
Con razón somos tan escépticos!
Es un verdadero dilema, pues si no estamos seguros del mensaje real que está oculto, ¿cómo podemos responder de manera apropiada al mismo?
¿Y quién alguna vez en su vida no ha sido culpable de haber cometido el pecado de decir una cosa cuando en realidad siente otra totalmente distinta? Y si juzgamos por nuestra condición, ¿cuántas veces hemos sido víctimas de lo mismo? De que nos expresen algo sólo para hacernos sentir bien pero de hecho quién nos dice eso piensa y siente de manera completamente diferente.
Con razón somos tan escépticos!
Saturday, September 17, 2011
Sácame de tu listado
Quiero compartirles la experiencia que tuve en días pasados con una persona que apareció de improviso enviándome emails a mi cuenta de Gmail. A diferencia de otros, que los filtros de 'spam' detectan fácilmente, este se coló de manera directa a mi buzón...
Antes, ya me había enviado otro (no recuerdo si fue más de uno) pero lo dejé pasar. En el último que recibí, mi nivel de tolerancia para tonterías parece que andaba muy bajo y para evitar que siguiera mandándome cosas o exáltandome con la alerta del teléfono haciéndome creer que era algo bueno, decidí pedirle que parara de seguir haciendo eso.
Antes, por si las moscas hice un poco de investigación en FB. Los resultados dieron negativos lamentablemente. Voy a omitir el nombre de la persona y parte del correo que revosó mi paciencia por ser irrelevante a los propósitos de esta entrega. Juzguen por ustedes mismos-as.
Spammer:
La universidad iberoamericana UNIBE realizará la conferencia
“REGIMEN ECONÓMICO CONSTITUCIONAL EN REPÚBLICA DOMINICANA”
Dictada por el destacado abogado Eduardo Jorge Pratz, autor del manual “Derecho Constitucional”, volúmenes I y II.
En el Marco del inicio del diplomado en Derecho de la Competencia, Competencia Desleal y Dumping.
Esperamos contar con el apoyo de sus medios.
Fernando:
¿Quién eres tu? Porqué me mandas spam? No te conozco y ni siquiera vivo en la República Dominicana..Por favor sácame de tu lista ..
Spammer:
(manda otro email dando instrucciones -otra cuenta de email- dónde quiere recibir las respuestas a su mensaje de Spam).
Por favor escribirme mejor a: ......
Fernando: (dirigido esta vez a la cuenta que con preferencia quiere que le respondan)
Te decía en otro email que por favor pararas de mandarme Spam. No te conozco, creo que tu tampoco a mí, asi que no le veo ningún sentido a que me escribas sin yo haberlo solicitado y mucho menos de cosas que no me interesan. Gracias!
Spammer:
Lamento mucho que le lleguen estos correos que son de interés para medios de comunicación y personas vinculadas a los mismos. Lamento los inconvenientes, procederé a buscarlo e eliminarlo de mi lista.
Sea feliz, bendiciones.
Fernando:
No sé si seré feliz o no cuando deje de escribirme pero de dos cosas estoy seguro. Primero, que no necesito de sus bendiciones (ahora todo el mundo se cree un enviado del Señor y con derecho a andar bendiciendo a diestra y siniestra) y segundo que me voy a sentir muuuuucho mejor!
Spammer:
jajjajaja. Listo. Deje de responder mis mensajes entonces, Dios.
Un beso para ud.
Antes, ya me había enviado otro (no recuerdo si fue más de uno) pero lo dejé pasar. En el último que recibí, mi nivel de tolerancia para tonterías parece que andaba muy bajo y para evitar que siguiera mandándome cosas o exáltandome con la alerta del teléfono haciéndome creer que era algo bueno, decidí pedirle que parara de seguir haciendo eso.
Antes, por si las moscas hice un poco de investigación en FB. Los resultados dieron negativos lamentablemente. Voy a omitir el nombre de la persona y parte del correo que revosó mi paciencia por ser irrelevante a los propósitos de esta entrega. Juzguen por ustedes mismos-as.
Spammer:
La universidad iberoamericana UNIBE realizará la conferencia
“REGIMEN ECONÓMICO CONSTITUCIONAL EN REPÚBLICA DOMINICANA”
Dictada por el destacado abogado Eduardo Jorge Pratz, autor del manual “Derecho Constitucional”, volúmenes I y II.
En el Marco del inicio del diplomado en Derecho de la Competencia, Competencia Desleal y Dumping.
Esperamos contar con el apoyo de sus medios.
Fernando:
¿Quién eres tu? Porqué me mandas spam? No te conozco y ni siquiera vivo en la República Dominicana..Por favor sácame de tu lista ..
Spammer:
(manda otro email dando instrucciones -otra cuenta de email- dónde quiere recibir las respuestas a su mensaje de Spam).
Por favor escribirme mejor a: ......
Fernando: (dirigido esta vez a la cuenta que con preferencia quiere que le respondan)
Te decía en otro email que por favor pararas de mandarme Spam. No te conozco, creo que tu tampoco a mí, asi que no le veo ningún sentido a que me escribas sin yo haberlo solicitado y mucho menos de cosas que no me interesan. Gracias!
Spammer:
Lamento mucho que le lleguen estos correos que son de interés para medios de comunicación y personas vinculadas a los mismos. Lamento los inconvenientes, procederé a buscarlo e eliminarlo de mi lista.
Sea feliz, bendiciones.
Fernando:
No sé si seré feliz o no cuando deje de escribirme pero de dos cosas estoy seguro. Primero, que no necesito de sus bendiciones (ahora todo el mundo se cree un enviado del Señor y con derecho a andar bendiciendo a diestra y siniestra) y segundo que me voy a sentir muuuuucho mejor!
Spammer:
jajjajaja. Listo. Deje de responder mis mensajes entonces, Dios.
Un beso para ud.
Monday, September 5, 2011
I want money
Warren Buffett es uno de los hombres más ricos del mundo. Si no lo es en estos momentos es porque hace unos años donó la mitad de su fortuna a la fundación que dirige Bill Gates y su esposa Melinda.
Hago la observación porque la vida de Buffett ha sido escudriñada completamente desde todos los ángulos y casi en todos sus más mínimos e íntimos detalles. Deben haber muy pocos de esos ángulos que no hayan sido tomados en consideración.. De todos esos uno que destaca es el de su frugalidad, la simpleza de sus hábitos de vida.
Este hombre que es y ha sido una máquina de hacer dinero, sin embargo, es muy parco para gastarlo. Él no es un gran consumidor, no lleva, ni nunca ha llevado un estilo de vida lujoso, ostentoso ni extravagante.
Y entonces yo me hago la pregunta: ¿cuál es el punto? ¿para qué tener tanto dinero? ¿cuál es el propósito de acumular tanta fortuna? ¿Para qué sirve tener tanta riqueza si en el propósito de conseguirla se va toda la vida y al final no se disfruta como debería disfrutarse? Porque me da trabajo creer que producir dinero por el gusto, por el simple hecho de producirlo pueda convertirse en un placer en sí mismo comparable a aquellos que el cuerpo y los sentidos llegan a proporcionarnos.
A veces las cosas no son tan simples como parecen. Los motivos humanos no siempre les son claros ni a sus propios protagonistas... El dinero significa poder..y este es embriagante. Está también la lucha de los egos, de quién es quién...
Pero al final y con un poco de suerte, cuando nos llega la hora o cuando analizamos el sentido de la existencia, nos damos cuenta de que nada es nada en la vida y que mucho de esto por lo que hemos luchado incansablemente es pura vanidad y entonces, entonces....
Monday, August 29, 2011
Un fiasco
Algo que supuestamente se aprende desde muy temprano en la vida es que las cosas casi nunca salen como uno quiere. Como el Viernes que jugué la Lotto y pude acertar escasamente a uno de los números.
¡Hmmm! ¿Creo que he traído un mal ejemplo? Lo sé, pero suena más divertido utilizando éste que quizás otro. ¡Qué mejor ejemplo de cosas que no salen "como uno quiere" aún haciendo el mejor esfuerzo o el mínimo (en el caso de sacarse la lotería)! No obstante, el que no se dé aquello que queremos, generalmente no provoca un problema mayor. Es esperable hasta cierto punto y quizás por eso no produce la mayor frustración en el común de la gente.
Pero vayamos a ejemplos más concretos. Del tipo que parezcan y suenen reales, como cuando el tren no llega a tiempo por una causa desconocida, o la estación está sucia y parece que quisiéramos que estuviera limpia, obviamente (¿pero de quién es la culpa? No mía). Talvez hasta hasta hace mucho frío y añoramos el calorcito que hace en la casa (tampoco es mía la culpa). Y que tal si me equivoco y doy una dirección mal a un amigo(a) de mi amigo(a) (es mi culpa, lo sé, pero ¿quién no se equivoca de vez en cuando?: no hay que hacer mucho alboroto por ello si el problema puede resolverse -como de hecho se resolvió- con mucha facilidad). Pues ocurre que, como en todo, hay gente que reacciona de manera muy diferente a estos eventos. Pero muy diferente. Como estos ejemplos, hubieron bastantes otros, y hasta pena me daría enumerarlos a todos. Estos sólo fueron la punta del iceberg.
El que existan diferentes maneras de percibir la realidad no es algo que debe producir nada de asombro. Lo que sí produce asombro es la manera de reaccionar de alguna gente. Tan educada que parece, pero no. Hay gente que no digiere, no procesa, le cae muy mal el mundo tal y como es, porque no es de la manera como ellos quieren. Y lo lamentable de todo es que es casi imposible detener la reacción en cadena que provocan. Se hace muy difícil no reaccionar a la reacción. Las emociones son contagiosas.
Sin embargo hay gente como Woody Allen que se da cuenta de que en la vida la perfección no existe -Grace tiene la cita muy bien seleccionada en un apartado de su blog- y por eso personas como Allen recurren al arte para asegurarse de que al menos ahí las cosas salgan con el grado de perfección que ameritan.
Existe otro tipo de gente que no sabe reconocer la diferencia entre lo que es el arte y lo que es la realidad... La confunden, la utilizan como escape y en esa huida estrepitosa confunden también a todos aquellos que se encuentran a su alrededor. Porque he de decir que yo he sido uno de los confundidos y sin darme cuenta he confundido la obra con el autor(a), he creído que lo que hacía interesante la obra podría extrapolarse a quién la producía y a más de 8 meses de la experiencia todavía no logro recuperarme del fiasco que para mí ha sido caer en tal estado de confusión.
¡Hmmm! ¿Creo que he traído un mal ejemplo? Lo sé, pero suena más divertido utilizando éste que quizás otro. ¡Qué mejor ejemplo de cosas que no salen "como uno quiere" aún haciendo el mejor esfuerzo o el mínimo (en el caso de sacarse la lotería)! No obstante, el que no se dé aquello que queremos, generalmente no provoca un problema mayor. Es esperable hasta cierto punto y quizás por eso no produce la mayor frustración en el común de la gente.
El que existan diferentes maneras de percibir la realidad no es algo que debe producir nada de asombro. Lo que sí produce asombro es la manera de reaccionar de alguna gente. Tan educada que parece, pero no. Hay gente que no digiere, no procesa, le cae muy mal el mundo tal y como es, porque no es de la manera como ellos quieren. Y lo lamentable de todo es que es casi imposible detener la reacción en cadena que provocan. Se hace muy difícil no reaccionar a la reacción. Las emociones son contagiosas.
Sin embargo hay gente como Woody Allen que se da cuenta de que en la vida la perfección no existe -Grace tiene la cita muy bien seleccionada en un apartado de su blog- y por eso personas como Allen recurren al arte para asegurarse de que al menos ahí las cosas salgan con el grado de perfección que ameritan.
Existe otro tipo de gente que no sabe reconocer la diferencia entre lo que es el arte y lo que es la realidad... La confunden, la utilizan como escape y en esa huida estrepitosa confunden también a todos aquellos que se encuentran a su alrededor. Porque he de decir que yo he sido uno de los confundidos y sin darme cuenta he confundido la obra con el autor(a), he creído que lo que hacía interesante la obra podría extrapolarse a quién la producía y a más de 8 meses de la experiencia todavía no logro recuperarme del fiasco que para mí ha sido caer en tal estado de confusión.
Sunday, August 14, 2011
Mary Poppins y otras divagaciones
Ayer en la mañana cogí el tren para ir a Downtown. Claudia, mi sobrina de 16 años pero a quién también la hacemos pasar como hija postiza (cuando me conviene y para ver lo que se siente) se ha pasado las vacaciones con nosotros, hmmm!, más con mi hermana Clara que conmigo (Am I a little jealous? Lo negaré), y como éstas se le terminan en pocos días había urgencia por conseguir las entradas para despedirla en grande con una obra de Broadway.
Acordamos ir a ver Mary Poppins pues aunque hay otros musicales en escena que serían más de mi gusto y ella los podría manejar bien (decidimos de antemano que era preferible un musical), esta obra es un clásico y no hay manera de equivocarse seleccionándola pues ya tiene cinco años ininterrumpidos presentándose de manera exitosa y continua. De paso, al ir directo a la ventanilla del teatro, me he ahorrado alrededor de 70 dólares con los descuentos que uno consigue por ahí y los cargos que he evitado pagar a compañías como Ticketmaster por el servicio que cobran por enviar las boletas a nuestras casas, etc.
Todo un éxito el viaje y de vuelta con las entradas debía cambiar del tren 2 al tren 4 en la estación de la 149 y Grand Concourse. Sólo me quedaba alrededor de una o dos paradas más cuando el conductor nos anuncia que debido a reparaciones que se llevan a cabo en la zona, otro tren que también conecta en una de las estaciones estaba fuera de servicio y que un Bus gratis estaría afuera esperando para realizar el transporte entre los segmentos entrecortados.
No sé porqué pero me chocó oír la palabra "gratis". Pensé en su relatividad...sí, era gratis para quién fuera en esa dirección. No aplicaba a mí que iba en otra dirección. Pensé que en ese momento estando debajo de la plataforma todos los trenes eran gratis, miles de destinos hacia los que nos podíamos dirigir, horas y horas moviéndonos de un lugar a otro sin tener que pagar un centavo más por ello.
Tener un destino, un lugar hacia el cual dirigirse era lo que hacía la diferencia, el que fuera gratis era algo secundario e irrelevante... De ahí me llegó la idea de que debe ser lo mismo con la vida.., hacemos un recorrido en ella y con ella, se habla de que lo que importa es el viaje pero parece que debemos tener algún objetivo, alguna meta en particular, un lugar hacia dónde ir porque aunque ella sea gratis, si no se tiene algo claro, algo concreto y definido, una parada específica en la cual debemos quedarnos, es igual que montarse en el Metro sin saber qué hacer ni hacia dónde ir... No, no, eso parece no tener ningún sentido...
Acordamos ir a ver Mary Poppins pues aunque hay otros musicales en escena que serían más de mi gusto y ella los podría manejar bien (decidimos de antemano que era preferible un musical), esta obra es un clásico y no hay manera de equivocarse seleccionándola pues ya tiene cinco años ininterrumpidos presentándose de manera exitosa y continua. De paso, al ir directo a la ventanilla del teatro, me he ahorrado alrededor de 70 dólares con los descuentos que uno consigue por ahí y los cargos que he evitado pagar a compañías como Ticketmaster por el servicio que cobran por enviar las boletas a nuestras casas, etc.
Todo un éxito el viaje y de vuelta con las entradas debía cambiar del tren 2 al tren 4 en la estación de la 149 y Grand Concourse. Sólo me quedaba alrededor de una o dos paradas más cuando el conductor nos anuncia que debido a reparaciones que se llevan a cabo en la zona, otro tren que también conecta en una de las estaciones estaba fuera de servicio y que un Bus gratis estaría afuera esperando para realizar el transporte entre los segmentos entrecortados.
No sé porqué pero me chocó oír la palabra "gratis". Pensé en su relatividad...sí, era gratis para quién fuera en esa dirección. No aplicaba a mí que iba en otra dirección. Pensé que en ese momento estando debajo de la plataforma todos los trenes eran gratis, miles de destinos hacia los que nos podíamos dirigir, horas y horas moviéndonos de un lugar a otro sin tener que pagar un centavo más por ello.
Tener un destino, un lugar hacia el cual dirigirse era lo que hacía la diferencia, el que fuera gratis era algo secundario e irrelevante... De ahí me llegó la idea de que debe ser lo mismo con la vida.., hacemos un recorrido en ella y con ella, se habla de que lo que importa es el viaje pero parece que debemos tener algún objetivo, alguna meta en particular, un lugar hacia dónde ir porque aunque ella sea gratis, si no se tiene algo claro, algo concreto y definido, una parada específica en la cual debemos quedarnos, es igual que montarse en el Metro sin saber qué hacer ni hacia dónde ir... No, no, eso parece no tener ningún sentido...
Sunday, July 31, 2011
Resistencia al cambio
A pesar de todas las dificultades, todos los retos, las desigualdades y los problemas que encontramos en el mundo de hoy, comparado con los otros, el de otras épocas, éste, el que nos ha tocado vivir es el mejor de todos los mundos.
No sé porqué tanta gente se siente tan amenazada, pierde la perspectiva y así lo grita a los cuatro vientos. ¿Será que no le gustan los cambios o les marea la rapidez con que se mueven las cosas?
Aunque siempre hay espacio para mejorar, hoy día vivimos en la mejor de las épocas. A pesar de sus detractores, algunos muy ilustrados por cierto, ellos parecen reeditar la perenne controversia de aquellos que se resisten al cambio y se aferran a sus tiempos de juventud en el que creyeron que fueron felices. No puedo evitar pensar que no es más que otra versión de la nostálgica frase aquella repetida hasta el cansancio de que 'todo tiempo pasado fue mejor' ("la música de ahora no sirve, la de antes, esa sí era música"; "ya no hay letras en las canciones" y así sucesivamente). Bah!
Para no ir más lejos lean el artículo que motiva este post aquí.
Lo cierto es que no hay nada que temer... Con la tecnología es natural que el cerebro cambie. So what? De hecho hasta pensar produce cambios en el mismo. Lo mismo ocurre con la terapia y esa es la idea, producir cambios, hacer nuevas conexiones, crear nuevos circuitos, dónde sean más necesarios dependiendo de las necesidades. Ya no es necesario tener una gran memoria llena con mucho contenido sino el poder recordar dónde se encuentra eso que puede tener relevancia para una actividad o tarea determinada. Por lo menos eso leí yo en esta entrada de Mind Hacks.
Pienso que en algunos casos lo que mucha gente siente es un poco de celos. Si, celos del hecho de que la información ya no es un monopolio de unos pocos y de que como nunca antes es ahora accesible a todo aquél que quiera acceder a ella. Es más difícil el mantener la exclusividad, ser una élite, ser el único portador de la verdad y ahora más que nunca es necesario compartirla. No todo el mundo está preparado para ese tipo de cambios.
No sé porqué tanta gente se siente tan amenazada, pierde la perspectiva y así lo grita a los cuatro vientos. ¿Será que no le gustan los cambios o les marea la rapidez con que se mueven las cosas?
Aunque siempre hay espacio para mejorar, hoy día vivimos en la mejor de las épocas. A pesar de sus detractores, algunos muy ilustrados por cierto, ellos parecen reeditar la perenne controversia de aquellos que se resisten al cambio y se aferran a sus tiempos de juventud en el que creyeron que fueron felices. No puedo evitar pensar que no es más que otra versión de la nostálgica frase aquella repetida hasta el cansancio de que 'todo tiempo pasado fue mejor' ("la música de ahora no sirve, la de antes, esa sí era música"; "ya no hay letras en las canciones" y así sucesivamente). Bah!
Para no ir más lejos lean el artículo que motiva este post aquí.
Lo cierto es que no hay nada que temer... Con la tecnología es natural que el cerebro cambie. So what? De hecho hasta pensar produce cambios en el mismo. Lo mismo ocurre con la terapia y esa es la idea, producir cambios, hacer nuevas conexiones, crear nuevos circuitos, dónde sean más necesarios dependiendo de las necesidades. Ya no es necesario tener una gran memoria llena con mucho contenido sino el poder recordar dónde se encuentra eso que puede tener relevancia para una actividad o tarea determinada. Por lo menos eso leí yo en esta entrada de Mind Hacks.
Pienso que en algunos casos lo que mucha gente siente es un poco de celos. Si, celos del hecho de que la información ya no es un monopolio de unos pocos y de que como nunca antes es ahora accesible a todo aquél que quiera acceder a ella. Es más difícil el mantener la exclusividad, ser una élite, ser el único portador de la verdad y ahora más que nunca es necesario compartirla. No todo el mundo está preparado para ese tipo de cambios.
Friday, July 29, 2011
El valor de las personas
En estos últimos días he estado un tanto ensimismado, muy ocupado en descubrir y extraer esos secretos de la realidad que estando a simple vista nos eluden porque nuestra atención está fragmentada o dirigida hacia otras direcciones. He estado observando y analizando, reexaminando los hechos con nuevos ojos para llegar a la conclusión de qué es lo que es importante en la vida.
De esas observaciones fue fácil el darnos cuenta que las personas y no las cosas son lo más importante. Sin embargo es aquí donde se presenta el primer conflicto. Tenemos la capacidad de convertir todo en cosas. Hasta los seres humanos podemos transformarlos en objetos y hay que hacer entonces grandes esfuerzos para no cosificarlos, sobretodo en verano cuando la poca ropa hace casi imposible el que nos fijemos en otras cualidades que no sean los elementos visibles y aparentes que saltan a la vista sin que hagamos un mínimo de esfuerzo.
¿Se dan cuenta? Es una tarea muy difícil en verdad. Categorizamos a los demás no por sus cualidades intrínsecas y abstractas sino por el contrario, por lo que vemos; convertimos a las personas en cosas y ellas a su vez hacen lo mismo con nosotros basados en detalles superfluos como la altura, el color, el peso, el sexo, la edad, la simetría de los cuerpos y cosas así.
En segundo lugar, fruto de mis investigaciones he podido comprobar que el verdadero valor de las personas está directamente relacionado con la calidad de la interacción que mantienen con el entorno, la manera como se comunican con éste y las emociones y sentimientos que suscitan en sus interlocutores independientemente de otros méritos que las personas en cuestión podamos exhibir y reclamar como pruebas de valía.
La gramática y la ortografía no sirven de nada si la persona no sabe comportarse. Lo mismo los PHDs, los doctorados o haber escrito muchos libros no nos libran de ser considerados como patanes, si no mejoramos, si no logramos mejorar la existencia de las otras personas que existen a nuestro alrededor. Si por el contrario, pues, los demás se sienten miserables y ciudadanos de segunda categoría en nuestra presencia entonces nuestro valor como individuos, nuestro valor como seres humanos se deteriora en la misma proporción y no somos mejores sino peores personas..., aunque creo que todo el mundo ya sabe eso, ¿lo sabemos?
De esas observaciones fue fácil el darnos cuenta que las personas y no las cosas son lo más importante. Sin embargo es aquí donde se presenta el primer conflicto. Tenemos la capacidad de convertir todo en cosas. Hasta los seres humanos podemos transformarlos en objetos y hay que hacer entonces grandes esfuerzos para no cosificarlos, sobretodo en verano cuando la poca ropa hace casi imposible el que nos fijemos en otras cualidades que no sean los elementos visibles y aparentes que saltan a la vista sin que hagamos un mínimo de esfuerzo.
¿Se dan cuenta? Es una tarea muy difícil en verdad. Categorizamos a los demás no por sus cualidades intrínsecas y abstractas sino por el contrario, por lo que vemos; convertimos a las personas en cosas y ellas a su vez hacen lo mismo con nosotros basados en detalles superfluos como la altura, el color, el peso, el sexo, la edad, la simetría de los cuerpos y cosas así.
En segundo lugar, fruto de mis investigaciones he podido comprobar que el verdadero valor de las personas está directamente relacionado con la calidad de la interacción que mantienen con el entorno, la manera como se comunican con éste y las emociones y sentimientos que suscitan en sus interlocutores independientemente de otros méritos que las personas en cuestión podamos exhibir y reclamar como pruebas de valía.
La gramática y la ortografía no sirven de nada si la persona no sabe comportarse. Lo mismo los PHDs, los doctorados o haber escrito muchos libros no nos libran de ser considerados como patanes, si no mejoramos, si no logramos mejorar la existencia de las otras personas que existen a nuestro alrededor. Si por el contrario, pues, los demás se sienten miserables y ciudadanos de segunda categoría en nuestra presencia entonces nuestro valor como individuos, nuestro valor como seres humanos se deteriora en la misma proporción y no somos mejores sino peores personas..., aunque creo que todo el mundo ya sabe eso, ¿lo sabemos?
Sunday, July 10, 2011
El "marco" lo es todo
"Framing" es una palabra que no tiene un equivalente o una traducción fácil, simple y económica del inglés al español. Es la impresión que me da a mí. Siento que no transmite el mismo significado cuando lo llevo de un idioma al otro. Podemos intentar traducirla diciendo que es algo como 'encuadrar', 'encuadramiento' o talvez como "enmarcar" "poner un marco a", etc..
Saber 'enmarcar' las cosas es una de las características relevantes de la inteligencia emocional. Esa habilidad de poder reformular hasta las peores situaciones con el objetivo de verlas bajo una nueva perspectiva, observarlas bajo una nueva luz. Pues bien, ese rasgo del control personal es crucial para poder avanzar en la vida. Ya lo dice Penelope Trunk en un reciente post: succesful people reframe bad situations (la gente exitosa le pone otro marco -reenmarca- las situaciones difíciles). Dicho sea de paso ella es muy buena para analizar cosas, aunque a veces dudo que lo sea tanto para aplicar el fruto de esos análisis hacia sí misma (lo cual desde un punto de vista lógico no le quita ningún mérito).
El otro día me vi en la obligación de tener que hacer uso de la estrategia. No me quedaba de otra a menos que pretendiera buscar trabajo en otra compañía o les señalara a los jefes míos en sus propias caras (no una buena estrategia) las incongruencias de las cosas que me estaban pidiendo que hiciera. Pero no, de repente la claridad vino a mi mente y pude darme cuenta a tiempo de que estaba reaccionando emocionalmente a una situación que desde mi punto de vista estaba fuera de toda lógica... Sin embargo en la vida todo es parte de un juego. No importa lo que yo crea sino lo que ellos crean y ese era el papel que yo debía jugar... En vez de reaccionar a los eventos yo debía adelantarme a ellos.
De estar por debajo me puse por encima... Hacerlos creer, seguirles la corriente, hacer lo que ellos pedían era/es en el fondo lo más recomendable aún cuando a final de cuentas yo tenía (otra idea, pensaba y pienso otra cosa) y todavía tengo la razón. ¿Qué tanto me cuesta darles la satisfacción de hacerles creer que estoy de acuerdo en sus planteamientos? Luego de analizarlo y repensarlo varias veces, pues llegué a la conclusión de que "no mucho" y eso ya fue suficiente. Eso me bastó para continuar hacia adelante y dejar de darle importancia a lo que sólo es un juego, otro, uno más, de los muchos que jugamos...
Saber 'enmarcar' las cosas es una de las características relevantes de la inteligencia emocional. Esa habilidad de poder reformular hasta las peores situaciones con el objetivo de verlas bajo una nueva perspectiva, observarlas bajo una nueva luz. Pues bien, ese rasgo del control personal es crucial para poder avanzar en la vida. Ya lo dice Penelope Trunk en un reciente post: succesful people reframe bad situations (la gente exitosa le pone otro marco -reenmarca- las situaciones difíciles). Dicho sea de paso ella es muy buena para analizar cosas, aunque a veces dudo que lo sea tanto para aplicar el fruto de esos análisis hacia sí misma (lo cual desde un punto de vista lógico no le quita ningún mérito).
El otro día me vi en la obligación de tener que hacer uso de la estrategia. No me quedaba de otra a menos que pretendiera buscar trabajo en otra compañía o les señalara a los jefes míos en sus propias caras (no una buena estrategia) las incongruencias de las cosas que me estaban pidiendo que hiciera. Pero no, de repente la claridad vino a mi mente y pude darme cuenta a tiempo de que estaba reaccionando emocionalmente a una situación que desde mi punto de vista estaba fuera de toda lógica... Sin embargo en la vida todo es parte de un juego. No importa lo que yo crea sino lo que ellos crean y ese era el papel que yo debía jugar... En vez de reaccionar a los eventos yo debía adelantarme a ellos.
De estar por debajo me puse por encima... Hacerlos creer, seguirles la corriente, hacer lo que ellos pedían era/es en el fondo lo más recomendable aún cuando a final de cuentas yo tenía (otra idea, pensaba y pienso otra cosa) y todavía tengo la razón. ¿Qué tanto me cuesta darles la satisfacción de hacerles creer que estoy de acuerdo en sus planteamientos? Luego de analizarlo y repensarlo varias veces, pues llegué a la conclusión de que "no mucho" y eso ya fue suficiente. Eso me bastó para continuar hacia adelante y dejar de darle importancia a lo que sólo es un juego, otro, uno más, de los muchos que jugamos...
Wednesday, July 6, 2011
Introspección
Hacer introspección, eso es lo que hay que hacer para entenderse. Y es mejor tratar de no construir nada hasta que no hayamos hecho algo así por el estilo. No entiendo porqué no la practicamos más a menudo. Generalmente las personas buscamos la solución de los problemas afuera o creemos que son los demás que deben solucionar sus conflictos, sus contradicciones; ellos, siempre ellos, pero nunca nosotros.
Pero qué tal si es de la otra manera, o sea que somos nosotros los que tenemos que cambiar..., somos nosotros los que debemos revisar la legitimidad de esas emociones y de esos sentimientos que nos embargan y nos sobrecogen. ¿Y porqué culpabilizar a los demás de provocar cosas que son sólo nuestras?
Me sorprendo cada día más cuando oígo gente que todavía no ha superado esa etapa infantil de creer que todos estamos conectados y que lo que sentimos es el resultado directo de un esfuerzo deliberado del otro y de los otros para que así sea.
Pero qué tal si es de la otra manera, o sea que somos nosotros los que tenemos que cambiar..., somos nosotros los que debemos revisar la legitimidad de esas emociones y de esos sentimientos que nos embargan y nos sobrecogen. ¿Y porqué culpabilizar a los demás de provocar cosas que son sólo nuestras?
Me sorprendo cada día más cuando oígo gente que todavía no ha superado esa etapa infantil de creer que todos estamos conectados y que lo que sentimos es el resultado directo de un esfuerzo deliberado del otro y de los otros para que así sea.
Sunday, July 3, 2011
Picture imperfect
Wednesday, June 29, 2011.
Hoy hacía mucho calor. Suficiente como para extrañar un poco el invierno o el aire acondicionado de los negocios que visitaba. Es que mi vehículo no tiene refrigeración desde el año pasado. Fui para que le cambiaran la bomba de agua y cuando lo entré al taller el aire funcionaba. Una semana más tarde cuando lo encendí ya no enfriaba sino que tiraba aire caliente. No puedo afirmar de manera rotunda que los mecánicos lo dañaron pero estoy casi seguro que fueron ellos quiénes lo hicieron -aunque se denegaron- pues nada relevante pasó mientras tanto como para que yo pudiera atribuirlo a otra causa. No sólo ocurre con los mecánicos y todas esas personas que reparan cosas y te arreglan algo. Ellos resuelven un problema pero corres siempre el riesgo de que te dañen o te creen otro. Los médicos y los dentistas (que no son médicos, según lo dicho en Seinfeld) también son así.
No tener aire acondicionado en un carro en NY no es un inconveniente tan grave como podría parecer. El calor sólo dura tres meses y el recuerdo del invierno sirve de contrapeso para apreciar un poco el intenso calentón que nos invade por algunos días. Tener un vehículo sí que a veces es una incomodidad mayor en esta ciudad porque es frecuente el que escaseen los espacios libres para estacionar, no tienes un lugar dónde dejarlo y no puedes aunque quisieras, ponértelo en la cabeza. Si no fuera porque lo necesito para trabajar ya hace rato que me hubiera desecho de él. Los fines de semana no lo uso y si salgo en las noches trato de no llevármelo a menos que sea absolutamente necesario pues nunca se sabe si le da deseos a uno de tomarse un trago y no vaya la policía a sorprenderte o que tengas un accidente con algo de alcohol en el sistema, pues te daña tu suerte y tu vida peor que si hubieras roto una docena de espejos: adiós trabajos decentes, adiós seguros y no se diga tu reputación una vez tengas un DWI o DUI en tu récord.
Me alejo del tema y lo que quiero decir con la observación inicial es que necesitamos los contrastes, necesitamos que las cosas no salgan como uno quiere que salgan para poder apreciar cuándo así ocurren. ¿Qué valor podrían tener los eventos, los hechos, cuando todo nos sale como queremos, todo sale como a pedir de boca? Creo que los opuestos deben existir para darle sentido a nuestras elecciones, para justificar las decisiones que tomamos en una dirección o en otra y para poder apreciar las diferencias.
Nadie debería pasar hambre o sed pero es innegable que el agua y el alimento tienen un sabor muy diferente cuando estamos sedientos o nos morimos por un plato de comida. Todo el mundo quisiera que las cosas encajaran de la misma manera como encajan las piezas de un rompecabezas, pero si así fuera no habría lugar para el esfuerzo, para la lucha en conseguir que las cosas sean mejores, no habría lugar para la búsqueda de mejores alternativas a las que tenemos, no habría lugar para el cambio.
Y en cambio se me ocurre que quizás es perfecto el que haya cosas imperfectas, que no todo sea como se quiere, que a cada rato uno se encuentre con cosas absurdas y que haya entonces lugar para la existencia de extravagancias, de los sin sentidos, las faltas ortográficas y todas esas cosas que nos sobresaltan y asaltan nuestros sentidos dentro y fuera de nosotros mismos. No es un trabalenguas, ni es un contrasentido el que quizás sea correcto, que la imagen que vemos del mundo sea imperfecta..., así debe ser, es la perfección el que veamos las cosas de manera incompleta, inacabada para que nos pongamos a trabajar en la dirección que nos parezca más apropiada.
Hoy hacía mucho calor. Suficiente como para extrañar un poco el invierno o el aire acondicionado de los negocios que visitaba. Es que mi vehículo no tiene refrigeración desde el año pasado. Fui para que le cambiaran la bomba de agua y cuando lo entré al taller el aire funcionaba. Una semana más tarde cuando lo encendí ya no enfriaba sino que tiraba aire caliente. No puedo afirmar de manera rotunda que los mecánicos lo dañaron pero estoy casi seguro que fueron ellos quiénes lo hicieron -aunque se denegaron- pues nada relevante pasó mientras tanto como para que yo pudiera atribuirlo a otra causa. No sólo ocurre con los mecánicos y todas esas personas que reparan cosas y te arreglan algo. Ellos resuelven un problema pero corres siempre el riesgo de que te dañen o te creen otro. Los médicos y los dentistas (que no son médicos, según lo dicho en Seinfeld) también son así.
No tener aire acondicionado en un carro en NY no es un inconveniente tan grave como podría parecer. El calor sólo dura tres meses y el recuerdo del invierno sirve de contrapeso para apreciar un poco el intenso calentón que nos invade por algunos días. Tener un vehículo sí que a veces es una incomodidad mayor en esta ciudad porque es frecuente el que escaseen los espacios libres para estacionar, no tienes un lugar dónde dejarlo y no puedes aunque quisieras, ponértelo en la cabeza. Si no fuera porque lo necesito para trabajar ya hace rato que me hubiera desecho de él. Los fines de semana no lo uso y si salgo en las noches trato de no llevármelo a menos que sea absolutamente necesario pues nunca se sabe si le da deseos a uno de tomarse un trago y no vaya la policía a sorprenderte o que tengas un accidente con algo de alcohol en el sistema, pues te daña tu suerte y tu vida peor que si hubieras roto una docena de espejos: adiós trabajos decentes, adiós seguros y no se diga tu reputación una vez tengas un DWI o DUI en tu récord.
Me alejo del tema y lo que quiero decir con la observación inicial es que necesitamos los contrastes, necesitamos que las cosas no salgan como uno quiere que salgan para poder apreciar cuándo así ocurren. ¿Qué valor podrían tener los eventos, los hechos, cuando todo nos sale como queremos, todo sale como a pedir de boca? Creo que los opuestos deben existir para darle sentido a nuestras elecciones, para justificar las decisiones que tomamos en una dirección o en otra y para poder apreciar las diferencias.
Nadie debería pasar hambre o sed pero es innegable que el agua y el alimento tienen un sabor muy diferente cuando estamos sedientos o nos morimos por un plato de comida. Todo el mundo quisiera que las cosas encajaran de la misma manera como encajan las piezas de un rompecabezas, pero si así fuera no habría lugar para el esfuerzo, para la lucha en conseguir que las cosas sean mejores, no habría lugar para la búsqueda de mejores alternativas a las que tenemos, no habría lugar para el cambio.
Y en cambio se me ocurre que quizás es perfecto el que haya cosas imperfectas, que no todo sea como se quiere, que a cada rato uno se encuentre con cosas absurdas y que haya entonces lugar para la existencia de extravagancias, de los sin sentidos, las faltas ortográficas y todas esas cosas que nos sobresaltan y asaltan nuestros sentidos dentro y fuera de nosotros mismos. No es un trabalenguas, ni es un contrasentido el que quizás sea correcto, que la imagen que vemos del mundo sea imperfecta..., así debe ser, es la perfección el que veamos las cosas de manera incompleta, inacabada para que nos pongamos a trabajar en la dirección que nos parezca más apropiada.
Sunday, June 26, 2011
Préstame tu paraguas!
El otro día estaba lloviendo y qué casualidad, estaba yo-viendo-el-agua-caer cuando decido cruzar la calle y entrar ahí donde venden donuts, café y que sé yo cuantas cosas más. No voy a comprar sino a vender porque ellos son clientes. Una vez dentro como casi siempre, me coloqué de espaldas a la pared en el extremo opuesto a la línea imaginaria que se forma frente a la caja registradora. Cuando una de las chicas de detrás del mostrador se desocupa, pues me dice lo que necesita. No tengo que hablar. Sólo hace contacto visual conmigo y en pocos minutos ya está.
¿Y saben qué? Era mi día de suerte. Delante de mí está siendo atendida por una de las muchachas una chica de cuerpo atlético, cabellos rizados y color un tanto trigueño. Qué placer es poder mirarla, contemplarla impunemente mientras está de espaldas. No obstante quiero que se voltee para mirarle la cara. Parece que me escuchó pues al terminar la transacción no se marchó de inmediato y en cambio se volvió y se acercó al área donde yo estaba. Jaja! Belleza normal, muy natural, sin elementos externos visibles para realzarla. Ahí fue que noté que se preparaba a abrir un paraguas y fue el momento que aproveché para con mucho atrevimiento pedirle que me lo prestara.
Y no lo van a creer. Ella sin inmutarse, me lo dio. Yo me quedé sin habla porque no esperaba realmente que se desprendiera de él. Hasta comencé a sentirme culpable y tartamudeando le dije que no, que sólo estaba jugando, que ella lo necesitaba igual o más que yo.
Como respuesta ella comenzó a abrir su bolso y de él extrajo otro paraguas, más chiquito que el que me había dado, abrió la puerta y se lanzó hacia la calle al encuentro con la lluvia que no había dejado de caer dejándome a mí todo confundido y un poco avergonzado. ..Con gusto la hubiera acompañado con o sin paraguas... sí que me hubiera ido con ella...
Las chicas de detrás del mostrador que estuvieron observando todo, comenzaron a reírse y hacer bromas: que debí haberme ido detrás de ella, que yo esto y aquéllo..blah, blah, bla..
¿Y saben qué? Era mi día de suerte. Delante de mí está siendo atendida por una de las muchachas una chica de cuerpo atlético, cabellos rizados y color un tanto trigueño. Qué placer es poder mirarla, contemplarla impunemente mientras está de espaldas. No obstante quiero que se voltee para mirarle la cara. Parece que me escuchó pues al terminar la transacción no se marchó de inmediato y en cambio se volvió y se acercó al área donde yo estaba. Jaja! Belleza normal, muy natural, sin elementos externos visibles para realzarla. Ahí fue que noté que se preparaba a abrir un paraguas y fue el momento que aproveché para con mucho atrevimiento pedirle que me lo prestara.
Y no lo van a creer. Ella sin inmutarse, me lo dio. Yo me quedé sin habla porque no esperaba realmente que se desprendiera de él. Hasta comencé a sentirme culpable y tartamudeando le dije que no, que sólo estaba jugando, que ella lo necesitaba igual o más que yo.
Como respuesta ella comenzó a abrir su bolso y de él extrajo otro paraguas, más chiquito que el que me había dado, abrió la puerta y se lanzó hacia la calle al encuentro con la lluvia que no había dejado de caer dejándome a mí todo confundido y un poco avergonzado. ..Con gusto la hubiera acompañado con o sin paraguas... sí que me hubiera ido con ella...
Las chicas de detrás del mostrador que estuvieron observando todo, comenzaron a reírse y hacer bromas: que debí haberme ido detrás de ella, que yo esto y aquéllo..blah, blah, bla..
Saturday, June 18, 2011
Tras la búsqueda de las emociones perdidas
El miércoles pasado mientras hacía el recorrido habitual de ese día no encontré muchas cosas que llamaran mi atención. Nada estaba ocurriendo ni bueno ni malo como para distraerme de la rutina habitual y reflexionando sobre ello me llegaron a la mente algunas ideas.
Si de manera natural la vida no nos ofrece cosas que le den sabor y color a nuestra realidad, entonces tenemos que hacer algo, un esfuerzo, lo que sea por ir tras esas cosas que le dan emoción y sentido a nuestro existir.
Por eso fue que sin pensarlo dos veces decidí comprar un ticket para ir a ver el Domingo anterior el avance de una ópera que va a estrenar la filarmónica de NY en los próximos días: The cunning little vixen de Leos Janácek. Eso fue en The Jerome L Greene Space, una especie de estudio que tiene la estación de música clásica WQXR en Soho.
Bueno, la reflexión la hice después de haber visto "el preview" (es tan fácil arreglar el pasado, ¿ven?, no lo es tanto si intentamos proyectarnos hacia el futuro), pero mirando en retrospectiva el razonamiento es perfectamente válido y aplicable a la idea de que uno tiene que ser pro-activo y no esperar que las cosas nos lleguen de manera fortuita sino que hay que ir a buscarlas (las que se suponen buenas). Y es primordial tratar de maximizar nuestras experiencias sensoriales, cambiarlas en la medida de lo posible de negativas a positivas, que para eso estamos en el mundo, o si no que me lo vuelvan a explicar pues no concibo el sufrimiento como parte de la ecuación.
Pues lo especial, interesante y agradable de asistir a eventos de esa naturaleza que se desarrollan en un espacio bastante pequeño es que se tiene un contacto de primera mano, casi íntimo con los productores y actores que participan en la obra. Lo que dicen puede y de hecho influye en una mejor apreciación del contenido y significado de la misma. Por ejemplo, no es una obra de niños como a simple vista puede parecer (por los personajes) ...el autor intenta reflejar el adulto que existe en todo niño y el niño que está presente en todo adulto.
Y lo que más me gustó fue escuchar y conocer de cerca a Alan Gilbert el director de la filarmónica, una persona que inspira confianza y parece ser uno de nosotros, sin afectaciones de ningún tipo...y no quiero dejar de lado las interpretaciones que por suerte WQXR las acaba de subir y puedo compartir esta que se la voy a dedicar a Grace. Y espero que todos me hagan caso y aprovechen este fin de semana para ir en la búsqueda de eso que haga un "click" dentro de nosotros...¿De acuerdo? Intentaré, por mi parte, hacer lo propio.. Ya les contaré...
Si de manera natural la vida no nos ofrece cosas que le den sabor y color a nuestra realidad, entonces tenemos que hacer algo, un esfuerzo, lo que sea por ir tras esas cosas que le dan emoción y sentido a nuestro existir.
Por eso fue que sin pensarlo dos veces decidí comprar un ticket para ir a ver el Domingo anterior el avance de una ópera que va a estrenar la filarmónica de NY en los próximos días: The cunning little vixen de Leos Janácek. Eso fue en The Jerome L Greene Space, una especie de estudio que tiene la estación de música clásica WQXR en Soho.
Bueno, la reflexión la hice después de haber visto "el preview" (es tan fácil arreglar el pasado, ¿ven?, no lo es tanto si intentamos proyectarnos hacia el futuro), pero mirando en retrospectiva el razonamiento es perfectamente válido y aplicable a la idea de que uno tiene que ser pro-activo y no esperar que las cosas nos lleguen de manera fortuita sino que hay que ir a buscarlas (las que se suponen buenas). Y es primordial tratar de maximizar nuestras experiencias sensoriales, cambiarlas en la medida de lo posible de negativas a positivas, que para eso estamos en el mundo, o si no que me lo vuelvan a explicar pues no concibo el sufrimiento como parte de la ecuación.
Pues lo especial, interesante y agradable de asistir a eventos de esa naturaleza que se desarrollan en un espacio bastante pequeño es que se tiene un contacto de primera mano, casi íntimo con los productores y actores que participan en la obra. Lo que dicen puede y de hecho influye en una mejor apreciación del contenido y significado de la misma. Por ejemplo, no es una obra de niños como a simple vista puede parecer (por los personajes) ...el autor intenta reflejar el adulto que existe en todo niño y el niño que está presente en todo adulto.
Y lo que más me gustó fue escuchar y conocer de cerca a Alan Gilbert el director de la filarmónica, una persona que inspira confianza y parece ser uno de nosotros, sin afectaciones de ningún tipo...y no quiero dejar de lado las interpretaciones que por suerte WQXR las acaba de subir y puedo compartir esta que se la voy a dedicar a Grace. Y espero que todos me hagan caso y aprovechen este fin de semana para ir en la búsqueda de eso que haga un "click" dentro de nosotros...¿De acuerdo? Intentaré, por mi parte, hacer lo propio.. Ya les contaré...
Wednesday, June 15, 2011
Filosofías de vida
Dice Olga María que se ha sentido como si estuviera en un verdadero café al pasar por aquí. Me alegro que haya sido así pues "creo" que esa ha sido la razón de existir de un lugar como éste desde el principio. Contar con un espacio en el que se puedan compartir cosas, intercambiar ideas, al estilo de como se hace en un café al aire libre o bien dentro del mismo, sin ser al aire libre porque podría hacer frío, estar nevando o quizás esté lloviendo y ¿porqué no?, porque ya no queden lugares disponibles en las aceras. Lo que no cambia es el bullicio de la gente, el tintineo de las cucharas y los cubiertos al sumergirse en los platos y las humeantes tazas o pozuelos llenos con los aromáticos brebajes que los caracterizan. Si no nos distrajéramos tanto podríamos notar sin mucho esfuerzo las figuras geométricas indescriptibles en las que el vapor se convierte de manera caprichosa al salir de las tazas y de los recipientes que se usan para llenarlas hasta el tope.
Mmmm, si se fijan hago uso con mucha frecuencia de la palabra 'creo' y debo entonces aclarar que esa palabra a veces transmite un mensaje diferente al que se desea transmitir. La gente no acostumbrada al lenguaje científico (parece un poco pretencioso y lo es) ve en ello inseguridad o indecisión. Pero nada podría estar más lejos de la realidad. Al igual que 'pienso' o expresiones similares como 'me parece' y otras del mismo estilo, ellas reflejan la forma como debe verse el mundo si se toma como válida una aproximación científica, dónde no existe certeza de nada y a lo más que se puede llegar es a cierto grado de veracidad en términos probabilísticos, nunca a una certeza absoluta, nunca a una verdad irrevocable.
Esos elementos de certeza absoluta y veracidad a toda prueba es la marca indiscutible de las religiones y todo lo que se le parezca. Fue lo que me hizo desencantarme del Psicoanálisis (y también sus paradojas como bien lo expresa una caricatura que leí hace un tiempo en dónde un personaje le dice al otro: si le dices al psiquiatra que odias a tu madre es malo pero si le dices que la amas es peor). Igual hizo que me alejara del Marxismo.
¿Alguien ha leído literatura de izquierda y descubierto la manera como sus seguidores citan al Capital de Marx? De la misma manera, casi, como lo hacen los que escriben textos religiosos, como la utilizan los que citan la Biblia en el caso de los que son cristianos (o cualquier otro texto 'sagrado' para los de otras religiones) y versículo por versículo. Pero lo mismo se ha hecho también con Freud (que me perdonen sus seguidores) y aunque es innegable su aportación al desarrollo de las ideas psicológicas, el sistema Freudiano (Freud rehizo o reformuló sus teorías varias veces) es casi una Biblia. Es un sistema cerrado y no admite refutaciones. Por lo tanto no encaja en una idea de la ciencia donde la duda y el escepticismo deben primar con tal de evitar convertirse en un dogma, una secta u otra forma de religión.
Y ya creo que me perdí pues este post no iba inicialmente de epistemología ni de filosofía de las ciencias ni nada parecido. La intención iba más bien para quejarme de la gente que se queja tanto del mundo y de sus imperfecciones sin darse cuenta que quizás son ellas las que deberían tratar de adaptarse a él, cambiar la forma de pensar para tratar de entender porqué las cosas son como son y no como quisiéramos que fuesen. Si realmente queremos cambiar al mundo debemos plantearnos seriamente qué nos hace pensar que debe ser de la manera como nosotros lo vemos y no de la manera como lo ven los otros, como lo ven los demás por más inconformidad que ello nos provoque. Vivir en un constante disgusto con la realidad que nos circunda y exteriorizarlo de la forma menos constructiva posible no por ello nos da la razón y aparte de eso (suponiendo que la tuviéramos), tampoco nos hace las personas más agradables de este mundo y eso al final de cuentas es quizás lo más importante para la convivencia armoniosa con esas personas que nos rodean y que de alguna forma nos aprecian y llenan los espacios vacíos de nuestras vidas.
Mmmm, si se fijan hago uso con mucha frecuencia de la palabra 'creo' y debo entonces aclarar que esa palabra a veces transmite un mensaje diferente al que se desea transmitir. La gente no acostumbrada al lenguaje científico (parece un poco pretencioso y lo es) ve en ello inseguridad o indecisión. Pero nada podría estar más lejos de la realidad. Al igual que 'pienso' o expresiones similares como 'me parece' y otras del mismo estilo, ellas reflejan la forma como debe verse el mundo si se toma como válida una aproximación científica, dónde no existe certeza de nada y a lo más que se puede llegar es a cierto grado de veracidad en términos probabilísticos, nunca a una certeza absoluta, nunca a una verdad irrevocable.
Esos elementos de certeza absoluta y veracidad a toda prueba es la marca indiscutible de las religiones y todo lo que se le parezca. Fue lo que me hizo desencantarme del Psicoanálisis (y también sus paradojas como bien lo expresa una caricatura que leí hace un tiempo en dónde un personaje le dice al otro: si le dices al psiquiatra que odias a tu madre es malo pero si le dices que la amas es peor). Igual hizo que me alejara del Marxismo.
¿Alguien ha leído literatura de izquierda y descubierto la manera como sus seguidores citan al Capital de Marx? De la misma manera, casi, como lo hacen los que escriben textos religiosos, como la utilizan los que citan la Biblia en el caso de los que son cristianos (o cualquier otro texto 'sagrado' para los de otras religiones) y versículo por versículo. Pero lo mismo se ha hecho también con Freud (que me perdonen sus seguidores) y aunque es innegable su aportación al desarrollo de las ideas psicológicas, el sistema Freudiano (Freud rehizo o reformuló sus teorías varias veces) es casi una Biblia. Es un sistema cerrado y no admite refutaciones. Por lo tanto no encaja en una idea de la ciencia donde la duda y el escepticismo deben primar con tal de evitar convertirse en un dogma, una secta u otra forma de religión.
Y ya creo que me perdí pues este post no iba inicialmente de epistemología ni de filosofía de las ciencias ni nada parecido. La intención iba más bien para quejarme de la gente que se queja tanto del mundo y de sus imperfecciones sin darse cuenta que quizás son ellas las que deberían tratar de adaptarse a él, cambiar la forma de pensar para tratar de entender porqué las cosas son como son y no como quisiéramos que fuesen. Si realmente queremos cambiar al mundo debemos plantearnos seriamente qué nos hace pensar que debe ser de la manera como nosotros lo vemos y no de la manera como lo ven los otros, como lo ven los demás por más inconformidad que ello nos provoque. Vivir en un constante disgusto con la realidad que nos circunda y exteriorizarlo de la forma menos constructiva posible no por ello nos da la razón y aparte de eso (suponiendo que la tuviéramos), tampoco nos hace las personas más agradables de este mundo y eso al final de cuentas es quizás lo más importante para la convivencia armoniosa con esas personas que nos rodean y que de alguna forma nos aprecian y llenan los espacios vacíos de nuestras vidas.
Saturday, June 4, 2011
Té, café, conversaciones y otros rituales
Una taza de café o mejor dos, hechas por un servidor y luego seguidas por otras de té, un Awake de mi despensa para variar y quién sabe con que termino, pero mientras tanto, dejemos que los fluidos se mezclen en el cerebro para ver qué sale. ¿Han visto esa película "The curious case of Benjamin Button"? En ella, esa escena de preparación del té en la cocina del hotel en Mummark, la madrugada de un día cualquiera cuando está empezando la aventura entre la inglesa y el personaje de Benjamin.., ahí lo importante del té como ritual y por extensión de todos los rituales.
Ellos, los ritos, le dan sentido a las cosas. No por ellos en sí mismos, sino porque proporcionan un marco para la realización de nuestras actividades más elementales. Son las excusas perfectas que posibilitan los encuentros y los diálogos que en ellos se suscitan.
Y hablando de diálogos "Mind Hacks" se hace eco de una discusión radial en la que se cuestiona la naturaleza humana como un ente cambiante, no fijo, partiendo del creciente aumento de nuestra interacción/interrelación con las computadoras y su manera de influir en el estilo de nuestra comunicación.
Me resulta simpático pues si algo no me disgusta y por eso las prefiero en caso de poder elegir son las conversaciones cara a cara, por su aspecto de informalidad, caracterizado por la total transparencia y espontaneidad en los modos de expresión, donde no se ensayan las respuestas y lo dicho, dicho está de manera oral y también no verbal, esta última forma especialmente importante cuando los contenidos se contradicen entre sí.
Conozco gente que le gustaría cambiar los estilos de conversación de los del tipo que se dan "cara a cara" a formas parecidas o estructuradas a como las que ocurren en el mundo digital, con claras pausas y/o un perfecto orden y alineamiento de los temas tratados. ¡Oh no! ¡Qué horror! Así no es como las mentes y los cerebros se hablan y/o se comunican. Está bien en una obra de teatro, en una película o en los libros pues el formato obliga a hacer eso. En una conversación de la manera como debe de ser (lo más natural posible) las voces de los hablantes se sobre-superponen, las palabras se atropellan las unas con las otras y no existen lo que se llaman reglas claras de quién habla o quien escucha. Se puede hablar y escuchar al mismo tiempo. Eso es posible con una economía de tiempo asombrosa y sin necesidad de llamar la atención o de coartar la libre expresión de nadie. A la larga es algo así como un ejercicio de adaptación donde todo el que desea participar coge el ritmo adecuado sin que se generen problemas mayores. Claro, siempre que se quiera pues no dudo de esos-as que siempre oponen resistencia a todo sin comprender que lo que es fácil para nosotros no necesariamente lo es para los otros y que el mundo no debe o tiene que ser una extensión de nosotros mismos, ni debe estar hecho a nuestra imagen o semejanza...ni a la imagen o semejanza de nadie.
Y llego al punto que ocupa mi mente al iniciar la entrega de hoy de que nuestras vidas siempre giran alrededor de asuntos no resueltos y cómo nuestras conversaciones gravitan en torno a esos asuntos y los reflejan de una forma más o menos directa. Lo que me sorprende es descubrir los mismos motivos que son comunes a gente común, en gente que no es tan común y que uno supondría que deberían ser más conscientes de sí mismos pero no es así y eso es lamentable. El orgullo, la vanidad, los egos superinflados y cosas así se metamorfosean y se manifiestan en quiénes menos tu esperas. Con más refinamiento se puede ver y a veces sin ninguno, eso es lo que deprime.
Parece que nos pasa a todos cuando nos creemos miembros de un grupo especial o miembros de una élite a la que sólo los elegidos pueden entrar. Me ha pasado en reuniones de escritores a las que de manera fortuita he asistido (sirviendo de acompañante) dónde los asistentes te valoran dependiendo de si eres uno de ellos o no. Miran con desdén a su alrededor, furtivamente o por encima del hombro inquiriendo por las credenciales. Sucede en todas partes. Lo mismo puede observarse en los grupos de profesionales de cualquier orden o secta, ya se llamen psicólogos o médicos, ingenieros, abogados o arquitectos... Las mismas cosas, las mismas inconsistencias en todos lados. Últimamente me encontré con algo así como "nosotros los artistas ..." invocando implícitamente una categoría especial o superior y al leer eso casi me dieron ganas de vomitar... Sí, los humanos tenemos la tendencia a olvidar fácilmente hacia dónde vamos, cuál es nuestro destino y qué hacemos cuando eliminamos los desechos de nuestros cuerpos.
Creo que necesito algo agridulce para terminar..., otro té me vendría bien; Passion, esta vez y así podré dirigirme bien en dirección hacia las calles. Mucha claridad y bastante sol..Oh! me llevaré la cámara por lo que pueda aparecer...en el camino.
À tout à l'heure!
Ellos, los ritos, le dan sentido a las cosas. No por ellos en sí mismos, sino porque proporcionan un marco para la realización de nuestras actividades más elementales. Son las excusas perfectas que posibilitan los encuentros y los diálogos que en ellos se suscitan.
Y hablando de diálogos "Mind Hacks" se hace eco de una discusión radial en la que se cuestiona la naturaleza humana como un ente cambiante, no fijo, partiendo del creciente aumento de nuestra interacción/interrelación con las computadoras y su manera de influir en el estilo de nuestra comunicación.
Me resulta simpático pues si algo no me disgusta y por eso las prefiero en caso de poder elegir son las conversaciones cara a cara, por su aspecto de informalidad, caracterizado por la total transparencia y espontaneidad en los modos de expresión, donde no se ensayan las respuestas y lo dicho, dicho está de manera oral y también no verbal, esta última forma especialmente importante cuando los contenidos se contradicen entre sí.
Conozco gente que le gustaría cambiar los estilos de conversación de los del tipo que se dan "cara a cara" a formas parecidas o estructuradas a como las que ocurren en el mundo digital, con claras pausas y/o un perfecto orden y alineamiento de los temas tratados. ¡Oh no! ¡Qué horror! Así no es como las mentes y los cerebros se hablan y/o se comunican. Está bien en una obra de teatro, en una película o en los libros pues el formato obliga a hacer eso. En una conversación de la manera como debe de ser (lo más natural posible) las voces de los hablantes se sobre-superponen, las palabras se atropellan las unas con las otras y no existen lo que se llaman reglas claras de quién habla o quien escucha. Se puede hablar y escuchar al mismo tiempo. Eso es posible con una economía de tiempo asombrosa y sin necesidad de llamar la atención o de coartar la libre expresión de nadie. A la larga es algo así como un ejercicio de adaptación donde todo el que desea participar coge el ritmo adecuado sin que se generen problemas mayores. Claro, siempre que se quiera pues no dudo de esos-as que siempre oponen resistencia a todo sin comprender que lo que es fácil para nosotros no necesariamente lo es para los otros y que el mundo no debe o tiene que ser una extensión de nosotros mismos, ni debe estar hecho a nuestra imagen o semejanza...ni a la imagen o semejanza de nadie.
Y llego al punto que ocupa mi mente al iniciar la entrega de hoy de que nuestras vidas siempre giran alrededor de asuntos no resueltos y cómo nuestras conversaciones gravitan en torno a esos asuntos y los reflejan de una forma más o menos directa. Lo que me sorprende es descubrir los mismos motivos que son comunes a gente común, en gente que no es tan común y que uno supondría que deberían ser más conscientes de sí mismos pero no es así y eso es lamentable. El orgullo, la vanidad, los egos superinflados y cosas así se metamorfosean y se manifiestan en quiénes menos tu esperas. Con más refinamiento se puede ver y a veces sin ninguno, eso es lo que deprime.
Parece que nos pasa a todos cuando nos creemos miembros de un grupo especial o miembros de una élite a la que sólo los elegidos pueden entrar. Me ha pasado en reuniones de escritores a las que de manera fortuita he asistido (sirviendo de acompañante) dónde los asistentes te valoran dependiendo de si eres uno de ellos o no. Miran con desdén a su alrededor, furtivamente o por encima del hombro inquiriendo por las credenciales. Sucede en todas partes. Lo mismo puede observarse en los grupos de profesionales de cualquier orden o secta, ya se llamen psicólogos o médicos, ingenieros, abogados o arquitectos... Las mismas cosas, las mismas inconsistencias en todos lados. Últimamente me encontré con algo así como "nosotros los artistas ..." invocando implícitamente una categoría especial o superior y al leer eso casi me dieron ganas de vomitar... Sí, los humanos tenemos la tendencia a olvidar fácilmente hacia dónde vamos, cuál es nuestro destino y qué hacemos cuando eliminamos los desechos de nuestros cuerpos.
Creo que necesito algo agridulce para terminar..., otro té me vendría bien; Passion, esta vez y así podré dirigirme bien en dirección hacia las calles. Mucha claridad y bastante sol..Oh! me llevaré la cámara por lo que pueda aparecer...en el camino.
À tout à l'heure!
Friday, June 3, 2011
Pasatiempo
¿De qué lo quieres?
Tengo un montón para escoger.
Si se te hace difícil decidir, mis sugerencias no se hacen esperar.
Tengo alguno que otro favorito.
Hoy día se me hace difícil elegir entre Organic Chai, Passion o un Earl Gray.
Awake no se queda atrás y si no un Lemon Lift podría ayudar.
Si no está lo que buscas, hum, sólo avísame y ya verás que muy pronto allí lo tendrás!
Tengo un montón para escoger.
Si se te hace difícil decidir, mis sugerencias no se hacen esperar.
Tengo alguno que otro favorito.
Hoy día se me hace difícil elegir entre Organic Chai, Passion o un Earl Gray.
Awake no se queda atrás y si no un Lemon Lift podría ayudar.
Si no está lo que buscas, hum, sólo avísame y ya verás que muy pronto allí lo tendrás!
Monday, May 30, 2011
Es común
Es común esto, vamos por la calle y a nuestro paso nos encontramos con decenas de personas que se nos cruzan en las aceras. Es común también que de manera inconsciente aprendamos a esquivarlas. No sabemos cómo pero nos hacemos expertos en ignorarlas, en evitarlas, en especial aquellas, a las que tenemos miedo de hacer contacto visual, tenemos miedo de que descubran en nuestros ojos el desagrado que nos provocan.
Es lo que pasa cuando estamos en las áreas circundantes al Lincoln Hospital dónde parecen confluir todas las personas repudiadas y echadas a un lado, todas las personas marginadas por la vida y la sociedad.
Nadie mira a esta gente. Es difícil mirarlos. Andan sucios, desarrapados, son malolientes y al hablar se nota la falta de aseo y de dientes en sus bocas. Todo el mundo tiene temor de que al prestarles un poco de atención, se aferren a esa pequeña ventana que se les abre y traten de aprovecharla como si fuera una tabla de salvación. Es fácil adivinar lo que quieren. Ellos parecen pedir y piden todo aquello que les ha sido negado y que se les ve necesitan con suma urgencia. En sus caras se refleja la falta de afecto y de cariño, la ausencia de amor y la falta de comprensión que sufren.
Sin temor a equivocarnos ellos se conforman con recibir un poco de dinero que es el reforzador universal, la moneda que en cierto modo podría ilusoriamente representar todo eso que les hace falta.
Pero todos tenemos prisa. No hay tiempo para detenernos. Apenas si podemos dirigir una escasa mirada a nuestro alrededor para percatarnos de que a nuestra derecha hay un cuerpo tendido en el suelo adosado a la pared y que parece haber pasado la noche ahí.
Y son las 7:30 de la mañana y yo también debo irme. Yo también tengo prisa.
Es lo que pasa cuando estamos en las áreas circundantes al Lincoln Hospital dónde parecen confluir todas las personas repudiadas y echadas a un lado, todas las personas marginadas por la vida y la sociedad.
Nadie mira a esta gente. Es difícil mirarlos. Andan sucios, desarrapados, son malolientes y al hablar se nota la falta de aseo y de dientes en sus bocas. Todo el mundo tiene temor de que al prestarles un poco de atención, se aferren a esa pequeña ventana que se les abre y traten de aprovecharla como si fuera una tabla de salvación. Es fácil adivinar lo que quieren. Ellos parecen pedir y piden todo aquello que les ha sido negado y que se les ve necesitan con suma urgencia. En sus caras se refleja la falta de afecto y de cariño, la ausencia de amor y la falta de comprensión que sufren.
Sin temor a equivocarnos ellos se conforman con recibir un poco de dinero que es el reforzador universal, la moneda que en cierto modo podría ilusoriamente representar todo eso que les hace falta.
Pero todos tenemos prisa. No hay tiempo para detenernos. Apenas si podemos dirigir una escasa mirada a nuestro alrededor para percatarnos de que a nuestra derecha hay un cuerpo tendido en el suelo adosado a la pared y que parece haber pasado la noche ahí.
Y son las 7:30 de la mañana y yo también debo irme. Yo también tengo prisa.
Friday, May 27, 2011
Ultimátum
Me han dado un ultimátum esta tarde. Ni bien he podido disfrutar la cerveza que con tanto entusiasmo he pedido luego de almorzar. Acabé temprano de trabajar pero ha sido una semana de mucha labor. No saben con cuanta anticipación había estado esperando la llegada del fin de semana. El Lunes 30 es día festivo en los Estados Unidos pues se celebra el Memorial Day (último Lunes del mes de mayo), un día dedicado a honrar a todos los caídos en las numerosas guerras en las que ha participado esta nación.
Para los que trabajan en ventas como yo, el que haya un día libre en la semana significa el tener que comprimir en cinco las visitas que habitualmente les hacemos a los clientes en 6, o sea, la semana normal más el día de fiesta. Significa aumentar en una o dos horas diarias el horario habitual para tratar de cubrir ese día. Yo trato de al tercer día estar completo con el día adelantado. Pero eso cansa y los 2 días restantes aunque hago el horario de un día normal me siento un tanto hastiado física y mentalmente.
Por eso se puede entender fácilmente el estado de excitación que se siente de que sea Viernes. Son tres días libres que hay por delante y la idea es comenzar a 'celebrar', creando y preparando el ambiente desde temprano. Y así lo estaba haciendo cuando por mitad de la que sería la primera y última cerveza recibí la llamada con el ultimátum. A partir de ahí ni deseos me dieron de comprar más bebidas y se fue a la porra el sopor y el letargo con que estaba contando y que estaba tratando de inducir previo a irme a dormir la siesta.
- Es la última vez que te vuelvo a invitar para la parrillada en mi casa.
A esas palabras siguieron otras diciéndome que supuestamente algunas personas querían verme por ahí. Se trata supuestamente de ex-compañeros de trabajo de ella y míos cuando todos trabajábamos para la misma compañía hace unos años atrás. No quiso decirme quién o quiénes pero como no lograba convencerme me llamó altanero. La verdad es que esas personas ni siquiera están en mi Facebook lo que quiere decir que no son realmente mis amigas ni son para nada interesantes aunque no vayan a creer por eso que todos los amigos que tengo allí sean interesantes, pero es la idea.
El punto es que por cuestiones de trabajo veo gente a diario y mucha (no precisamente atractiva), entonces es justo que un día de asueto pues prefiera juntarme con personas que me inspiren y que no me aburran. Decir eso aunque sea de manera diplomática y envuelta pues no cae bien y el resultado ha sido que me han pronosticado el cómo he de terminar mi vida. Qué no le sorprenda a nadie: voy a terminar solo, olvidado, sin ninguna compañía. Eso me dijeron.
La verdad es que los chantajes y los ultimátums no funcionan bien conmigo o yo no funciono bien con ellos. Cuando me dijeron eso se me quitaron todos los deseos de comer parrillada y/o cualquier otra cosa que pudiera agregarse al menú if you know what I mean...
Para los que trabajan en ventas como yo, el que haya un día libre en la semana significa el tener que comprimir en cinco las visitas que habitualmente les hacemos a los clientes en 6, o sea, la semana normal más el día de fiesta. Significa aumentar en una o dos horas diarias el horario habitual para tratar de cubrir ese día. Yo trato de al tercer día estar completo con el día adelantado. Pero eso cansa y los 2 días restantes aunque hago el horario de un día normal me siento un tanto hastiado física y mentalmente.
Por eso se puede entender fácilmente el estado de excitación que se siente de que sea Viernes. Son tres días libres que hay por delante y la idea es comenzar a 'celebrar', creando y preparando el ambiente desde temprano. Y así lo estaba haciendo cuando por mitad de la que sería la primera y última cerveza recibí la llamada con el ultimátum. A partir de ahí ni deseos me dieron de comprar más bebidas y se fue a la porra el sopor y el letargo con que estaba contando y que estaba tratando de inducir previo a irme a dormir la siesta.
- Es la última vez que te vuelvo a invitar para la parrillada en mi casa.
A esas palabras siguieron otras diciéndome que supuestamente algunas personas querían verme por ahí. Se trata supuestamente de ex-compañeros de trabajo de ella y míos cuando todos trabajábamos para la misma compañía hace unos años atrás. No quiso decirme quién o quiénes pero como no lograba convencerme me llamó altanero. La verdad es que esas personas ni siquiera están en mi Facebook lo que quiere decir que no son realmente mis amigas ni son para nada interesantes aunque no vayan a creer por eso que todos los amigos que tengo allí sean interesantes, pero es la idea.
El punto es que por cuestiones de trabajo veo gente a diario y mucha (no precisamente atractiva), entonces es justo que un día de asueto pues prefiera juntarme con personas que me inspiren y que no me aburran. Decir eso aunque sea de manera diplomática y envuelta pues no cae bien y el resultado ha sido que me han pronosticado el cómo he de terminar mi vida. Qué no le sorprenda a nadie: voy a terminar solo, olvidado, sin ninguna compañía. Eso me dijeron.
La verdad es que los chantajes y los ultimátums no funcionan bien conmigo o yo no funciono bien con ellos. Cuando me dijeron eso se me quitaron todos los deseos de comer parrillada y/o cualquier otra cosa que pudiera agregarse al menú if you know what I mean...
Sunday, May 22, 2011
Biología vs historia
Vamos con las nuevas teorías. No sé si saldrán igual de claras (o turbias) como las veo yo en mi cabeza pero al menos vamos a intentarlo. Varias ideas, varios elementos y situaciones se han conjugado para que me mueva en este mundo especulativo en el que me entretengo deambulando y trasteando. ¡Veamos!
¿De dónde venimos, dónde estábamos antes de nacer? ¿Y hacia dónde vamos cuando la muerte llegue a alcanzarnos? Aparentemente vamos y/o venimos del mismo lugar. Fue la respuesta que se dio a sí misma y a su padre cuando tenía 4 años la hija del famoso psicólogo norteamericano John Gottman, según refiere él mismo en una interesantísima presentación que hizo el pasado mes de Abril.
Recientemente he visto con deleite las películas Pride and Prejudice y Sense and Sensibility inspiradas en las obras con los mismos títulos de Jane Austen y en dónde sobresale mucho la situación social de discriminación y desventaja en la que se desenvolvía la mayoría de las mujeres hace sólo un par de siglos.
También conversábamos el otro día con Odd-Bu y entre los varios temas que tratamos hablábamos de los convencionalismos, las reglas y creencias que especialmente castigan la expresión de nuestros deseos más íntimos en las relaciones interpersonales. Explicaba yo que no debíamos sentirnos culpables por las cosas que sentíamos pues ellas vienen con la biología y no son fruto de nuestro libre albedrío y por tanto nosotros no las controlamos e independientemente de que la sociedad tiene "reglamentaciones" (no escritas las más de las veces) sobre cómo supuestamente debemos expresar y darle cabida a nuestras pulsiones internas otra cosa era tratar de negar o ignorar la presencia de ellas.
Hacíamos hincapié en que la naturaleza juega trucos con nosotros y que no tiene mucho valor hacer alarde o demostración de cosas cuando en realidad lo que hacemos viene predeterminado de antemano en forma de un patrón casi inequívoco. No hay mérito ni descrédito alguno pues dadas las circunstancias todos venimos programados para actuar de una manera u otra.
La última pieza del rompecabezas la proporciona Karl Popper de quién me acordé por su libro "La miseria del historicismo (The Poverty of Historicism)" en la que este critica el tratar de predecir hechos futuros en base a lo ocurrido en el pasado o de que existirían ciertas leyes sociales de naturaleza tal que podríamos crear, acelerar o frenar el avance de los sucesos históricos. Para Popper los hechos históricos son eventos únicos y a partir de la reconstrucción que podemos hacer de la historia (verdadera o falsa), ello no nos garantiza, porque no la hay, la posibilidad de poder predecir lo que va a ocurrir en el futuro.
De la misma manera que aunque podemos reconstruir los elementos determinantes o los factores decisivos que incidieron en el resultado de un juego de pelota, soccer o baloncesto luego que ha terminado, no podemos pronosticar esos mismos resultados antes de comenzar el partido o durante el desarrollo del mismo. Igual no tiene sentido la identificación que solemos hacer con las personas de nuestro sexo o del sexo contrario de otros tiempos. No hay relación, no tienen nada que ver con nosotros pues el sexo es algo que nosotros no escogemos. Es algo con lo que venimos por casualidad y con lo que tenemos que lidiar: reaccionamos a él de manera fisiológica y cultural pero existe ya una condición anterior que escapa de nuestras manos. No podemos decidirlo para nuestros descendientes como tampoco pudieron hacerlo nuestros padres para con nosotros.
Digámoslo de otro modo. Podría ser una suerte o una desventaja dependiendo del tiempo y la cultura en la que nos haya tocado nacer el pertenecer a uno u otro sexo pero es algo fortuito dónde no hay intención en la escogencia de ningún caso individual. Por tanto, el vanagloriarnos o sentirnos víctimas, parte de un grupo (como si fuéramos un gremio) y/o culpabilizar al otro bando (sin importar cuál fuere) al identificarnos con las desventuras sobretodo las de otros tiempos es sencillamente infortunado e irracional.
Sólo tenemos que imaginarnos el futuro y pensar en todas esas personas que todavía no han nacido y que invariablemente pertenecerán a uno u otro sexo y se desarrollarán dentro de una cultura u otra y ya verán que como en todas las cosas todo es cuestión de suerte: habrá gente que estará condenada desde antes de nacer y otra que por el contrario tendrá todo de manera mucho más fácil sin haber tenido nada que ver con ese resultado.
En conclusión mi postura me lleva a formular que sería muy bueno si todos pudiéramos romper con el pasado, romper con la historia, aceptar y sobretodo, sintonizar, escuchar a la condición con la que venimos (cualesquiera que sea) y tratar de sacarle el mayor provecho posible dependiendo no sólo de los recursos de que dispongamos, la cultura que hayamos escogido y nos haya tocado vivir sino también de lo que sea legal y permisible ahí donde nos encontremos.
¿De dónde venimos, dónde estábamos antes de nacer? ¿Y hacia dónde vamos cuando la muerte llegue a alcanzarnos? Aparentemente vamos y/o venimos del mismo lugar. Fue la respuesta que se dio a sí misma y a su padre cuando tenía 4 años la hija del famoso psicólogo norteamericano John Gottman, según refiere él mismo en una interesantísima presentación que hizo el pasado mes de Abril.
Recientemente he visto con deleite las películas Pride and Prejudice y Sense and Sensibility inspiradas en las obras con los mismos títulos de Jane Austen y en dónde sobresale mucho la situación social de discriminación y desventaja en la que se desenvolvía la mayoría de las mujeres hace sólo un par de siglos.
También conversábamos el otro día con Odd-Bu y entre los varios temas que tratamos hablábamos de los convencionalismos, las reglas y creencias que especialmente castigan la expresión de nuestros deseos más íntimos en las relaciones interpersonales. Explicaba yo que no debíamos sentirnos culpables por las cosas que sentíamos pues ellas vienen con la biología y no son fruto de nuestro libre albedrío y por tanto nosotros no las controlamos e independientemente de que la sociedad tiene "reglamentaciones" (no escritas las más de las veces) sobre cómo supuestamente debemos expresar y darle cabida a nuestras pulsiones internas otra cosa era tratar de negar o ignorar la presencia de ellas.
Hacíamos hincapié en que la naturaleza juega trucos con nosotros y que no tiene mucho valor hacer alarde o demostración de cosas cuando en realidad lo que hacemos viene predeterminado de antemano en forma de un patrón casi inequívoco. No hay mérito ni descrédito alguno pues dadas las circunstancias todos venimos programados para actuar de una manera u otra.
La última pieza del rompecabezas la proporciona Karl Popper de quién me acordé por su libro "La miseria del historicismo (The Poverty of Historicism)" en la que este critica el tratar de predecir hechos futuros en base a lo ocurrido en el pasado o de que existirían ciertas leyes sociales de naturaleza tal que podríamos crear, acelerar o frenar el avance de los sucesos históricos. Para Popper los hechos históricos son eventos únicos y a partir de la reconstrucción que podemos hacer de la historia (verdadera o falsa), ello no nos garantiza, porque no la hay, la posibilidad de poder predecir lo que va a ocurrir en el futuro.
De la misma manera que aunque podemos reconstruir los elementos determinantes o los factores decisivos que incidieron en el resultado de un juego de pelota, soccer o baloncesto luego que ha terminado, no podemos pronosticar esos mismos resultados antes de comenzar el partido o durante el desarrollo del mismo. Igual no tiene sentido la identificación que solemos hacer con las personas de nuestro sexo o del sexo contrario de otros tiempos. No hay relación, no tienen nada que ver con nosotros pues el sexo es algo que nosotros no escogemos. Es algo con lo que venimos por casualidad y con lo que tenemos que lidiar: reaccionamos a él de manera fisiológica y cultural pero existe ya una condición anterior que escapa de nuestras manos. No podemos decidirlo para nuestros descendientes como tampoco pudieron hacerlo nuestros padres para con nosotros.
Digámoslo de otro modo. Podría ser una suerte o una desventaja dependiendo del tiempo y la cultura en la que nos haya tocado nacer el pertenecer a uno u otro sexo pero es algo fortuito dónde no hay intención en la escogencia de ningún caso individual. Por tanto, el vanagloriarnos o sentirnos víctimas, parte de un grupo (como si fuéramos un gremio) y/o culpabilizar al otro bando (sin importar cuál fuere) al identificarnos con las desventuras sobretodo las de otros tiempos es sencillamente infortunado e irracional.
Sólo tenemos que imaginarnos el futuro y pensar en todas esas personas que todavía no han nacido y que invariablemente pertenecerán a uno u otro sexo y se desarrollarán dentro de una cultura u otra y ya verán que como en todas las cosas todo es cuestión de suerte: habrá gente que estará condenada desde antes de nacer y otra que por el contrario tendrá todo de manera mucho más fácil sin haber tenido nada que ver con ese resultado.
En conclusión mi postura me lleva a formular que sería muy bueno si todos pudiéramos romper con el pasado, romper con la historia, aceptar y sobretodo, sintonizar, escuchar a la condición con la que venimos (cualesquiera que sea) y tratar de sacarle el mayor provecho posible dependiendo no sólo de los recursos de que dispongamos, la cultura que hayamos escogido y nos haya tocado vivir sino también de lo que sea legal y permisible ahí donde nos encontremos.
Tuesday, May 17, 2011
Siempre es hoy
"El pasado es el presente y el futuro también".
¿Habían ustedes oído hablar de eso? Probablemente sí, pero no con tanta economía de palabras y de manera tan simple y comprensible para todo el mundo como nos lo han dejado entender fácilmente el grupo comandado por Pichiplayas y Grace cuando en una reunión y emulando el mejor espíritu de las tradiciones griegas llegaron a tan importante conclusión en un improvisado y también bastante kilométrico diálogo (es la única parte que se puede entender bien pues se la pasan haciendo chistes y riéndose).
Así son las cosas en esta vida. Para conseguir una onza de oro hay que remover muchas toneladas de tierra y lodo o en su defecto cedacear mucha arena para poder encontrar la pepita deseada.
Ciertamente los chicos tienen razón. Lo único que existe es el hoy pero debemos aclarar que el hoy de hoy está íntimamente relacionado con el hoy que vivimos ayer y más aún con el hoy que viviremos mañana.
Esto no es un trabalenguas. Se llega fácilmente a esta conclusión al prestar atención y observar lo que ocurre con nuestros cuerpos luego de una noche intensa entregados al placer y al desenfreno de los sentidos. No hablo de mí necesariamente. Ya quisiera yo hablar de mí en una situación de este tipo, pero aunque no hable de mí no es difícil imaginarlo.
Nuestro presente de ahora siempre estará directamente relacionado de manera muy proporcional a la intensidad con que hayamos disfrutado nuestro presente en el ayer y de igual modo la manera cómo estoy haciendo uso de mi presente hoy determinará cómo me sentiré en el presente de mañana.
Sin menos confusión: todo es un préstamo y todo se paga. El cómo me siento hoy ha dependido siempre de lo que hice en el presente de ayer y cómo me voy a sentir en el presente o el hoy de mañana es dependiente de lo que hago o dejo de hacer en estos momentos.
Por eso hay que cogerlo suave y no desesperarse, lo que quiere decir esperar un poco más para poder enterarse de las nuevas teorías que estoy en proceso de desarrollar.
¿Habían ustedes oído hablar de eso? Probablemente sí, pero no con tanta economía de palabras y de manera tan simple y comprensible para todo el mundo como nos lo han dejado entender fácilmente el grupo comandado por Pichiplayas y Grace cuando en una reunión y emulando el mejor espíritu de las tradiciones griegas llegaron a tan importante conclusión en un improvisado y también bastante kilométrico diálogo (es la única parte que se puede entender bien pues se la pasan haciendo chistes y riéndose).
Así son las cosas en esta vida. Para conseguir una onza de oro hay que remover muchas toneladas de tierra y lodo o en su defecto cedacear mucha arena para poder encontrar la pepita deseada.
Ciertamente los chicos tienen razón. Lo único que existe es el hoy pero debemos aclarar que el hoy de hoy está íntimamente relacionado con el hoy que vivimos ayer y más aún con el hoy que viviremos mañana.
Esto no es un trabalenguas. Se llega fácilmente a esta conclusión al prestar atención y observar lo que ocurre con nuestros cuerpos luego de una noche intensa entregados al placer y al desenfreno de los sentidos. No hablo de mí necesariamente. Ya quisiera yo hablar de mí en una situación de este tipo, pero aunque no hable de mí no es difícil imaginarlo.
Nuestro presente de ahora siempre estará directamente relacionado de manera muy proporcional a la intensidad con que hayamos disfrutado nuestro presente en el ayer y de igual modo la manera cómo estoy haciendo uso de mi presente hoy determinará cómo me sentiré en el presente de mañana.
Sin menos confusión: todo es un préstamo y todo se paga. El cómo me siento hoy ha dependido siempre de lo que hice en el presente de ayer y cómo me voy a sentir en el presente o el hoy de mañana es dependiente de lo que hago o dejo de hacer en estos momentos.
Por eso hay que cogerlo suave y no desesperarse, lo que quiere decir esperar un poco más para poder enterarse de las nuevas teorías que estoy en proceso de desarrollar.
Monday, May 16, 2011
Encontré mis llaves
Encontré mis llaves perdidas hoy. No tuve que correr el gran riesgo de ir a perderme a un mundo alternativo o universo paralelo (como ha sugerido Daniel) para encontrarlas. Una de las cajeras de una sucursal de la cadena de farmacias Duane Reade las recogió cuando las dejé allí en el mostrador el Lunes pasado.
Suelo hacer eso, deshacerme de las cosas que tengo en las manos para tenerlas libres y así poder firmar el libro de visitas. Pero tiendo a veces a distraerme y olvidar esas cosas y dejarlas atrás.
Pensé que quizás las había puesto ahí en el mostrador pero cuando regresé unos momentos más tarde ese mismo día, como parte de mi recorrido a la inversa tratando de recuperarlas, encontré mucha gente haciendo fila para pagar y al no verlas donde se suponía debían estar no quise molestar a la misma persona que hoy al preguntarle me mostró lo que alguien dejó y efectivamente eran ellas.
¡Qué suerte tengo! No creo que sea esa suerte de principiante ni tampoco sea la de contrincante. Pero está bien para variar.
Lo curioso del caso es que no siento la gran emoción por haber hallado las benditas llaves. La satisfacción o la alegría que debería sentir por haberlas encontrado no son proporcionales al descontento y al malestar sufridos en el momento de haberlas perdido.
Suelo hacer eso, deshacerme de las cosas que tengo en las manos para tenerlas libres y así poder firmar el libro de visitas. Pero tiendo a veces a distraerme y olvidar esas cosas y dejarlas atrás.
Pensé que quizás las había puesto ahí en el mostrador pero cuando regresé unos momentos más tarde ese mismo día, como parte de mi recorrido a la inversa tratando de recuperarlas, encontré mucha gente haciendo fila para pagar y al no verlas donde se suponía debían estar no quise molestar a la misma persona que hoy al preguntarle me mostró lo que alguien dejó y efectivamente eran ellas.
¡Qué suerte tengo! No creo que sea esa suerte de principiante ni tampoco sea la de contrincante. Pero está bien para variar.
Lo curioso del caso es que no siento la gran emoción por haber hallado las benditas llaves. La satisfacción o la alegría que debería sentir por haberlas encontrado no son proporcionales al descontento y al malestar sufridos en el momento de haberlas perdido.
Thursday, May 12, 2011
El menú de hoy
Un café que se respete debe entretener al público y además de los consabidos estimulantes que se presume deben forman parte de la dieta y el menú habitual, debe ofrecer música también. No toda clase de música, sin embargo, porque a un café se viene a pensar, conversar y a pasar un buen rato y algo muy escandaloso podría no ser apropiado para los espíritus sensibles.
Ya saben, mucho ruido y podríamos ahuyentar las mejores ideas (con lo huidizas que son) y a la gente que le gusta irse muy lejos en sus pensamientos y no queremos eso, queremos en cambio atraer a pensadores finos y almas nobles que enriquezcan con sus aportaciones este espacio.
Aunque también podemos sacar un tiempo y un espacio para alguna que otra extravagancia musical pues como dice el eclesiastés (y ese lo escribió un hombre muy sabio) hay un tiempo para todo.
Pero bueno, es una típica mañana de primavera soleada y luminosa en New York, hace un tiempo delicioso y al momento de escribir esto saboreamos un café negro. Con estados de ánimo elevados previo a darle unas vueltas a la pista no hay mejor selección para conservar y energizar el día que este dúo de músicos que acaba de hacer su presentación en otro café, el de mi emisora favorita: WQXR
Ya saben, mucho ruido y podríamos ahuyentar las mejores ideas (con lo huidizas que son) y a la gente que le gusta irse muy lejos en sus pensamientos y no queremos eso, queremos en cambio atraer a pensadores finos y almas nobles que enriquezcan con sus aportaciones este espacio.
Aunque también podemos sacar un tiempo y un espacio para alguna que otra extravagancia musical pues como dice el eclesiastés (y ese lo escribió un hombre muy sabio) hay un tiempo para todo.
Pero bueno, es una típica mañana de primavera soleada y luminosa en New York, hace un tiempo delicioso y al momento de escribir esto saboreamos un café negro. Con estados de ánimo elevados previo a darle unas vueltas a la pista no hay mejor selección para conservar y energizar el día que este dúo de músicos que acaba de hacer su presentación en otro café, el de mi emisora favorita: WQXR
Wednesday, May 11, 2011
Despistes
El otro día perdí las llaves de la casa y del vehículo. No vayan a creer que primero perdí unas y luego perdí la otra. Estaban todas juntas en el mismo llavero. Tampoco crean que la pérdida creó un problema mayor. Llevo o mejor dicho llevaba siempre una copia de la llave del carro en la cartera y tenía unas copias de las llaves de la casa dentro del carro. El verdadero propósito de sacarle réplicas a esas llaves era para cuando se presentaran situaciones de ese tipo, ¿no?
La llave del carro a cada rato se me queda dentro (eso me recuerda que debo sacar otra copia muy pronto) pero era la primera vez que las perdía de manera definitiva sin saber dónde las había dejado.
Inicialmente me preocupé bastante y traté de visitar todas las tiendas a las que había entrado antes para ver si por casualidad las había dejado en una de ellas y en el caso de que así hubiera ocurrido que alguien las hubiese visto y guardado por si aparecía luego el dueño, o sea, yo.
En la cuarta y última tienda que visité antes de rendirme le pregunté por ellas a un dependiente de origen árabe. Su país de origen es el Túnez y desde hacía rato no paraba de escuchar la emisión en Francés de Radio Francia Internacional (conozco el sonido de RFI a leguas) y estaba muy pegado a su receptor de onda corta el cual curiosamente era parte integral de su pequeño teléfono celular.
El árabe con una sonrisa a medias que le dibujaba la cara me respondió que no, que no las había visto y con cierta ironía en la expresión agregó que yo siempre andaba extraviando cosas. Talvez le desagradaba un poco el que yo lo estuviera interrumpiendo. Ciertamente, dos o tres semanas atrás al ir a comprar un sándwich en una tienda de Subway yo había olvidado en el mostrador la carpeta con la que usualmente ando.
En una ocasión lo que olvidé fue el aparato de la compañía donde se guardan y registran los nombres y las órdenes que hacen los clientes y ese sí que cuesta bastante caro sin hablar de todos los inconvenientes que me podría traer (hace menos de dos años ya perdí un teléfono de la compañía). Me vine a enterar como media hora después y cuando ya me había movido de la zona donde me encontraba antes. Por suerte un cliente me lo tenía guardado pero tuve que hacer el recorrido de nuevo, esta vez a la inversa, pues no sabía dónde exactamente se me había quedado.
Luego del señalamiento del árabe me quedé pensando y sin darme cuenta le di la mejor respuesta que se me pudo ocurrir para explicar el porqué extraviaba cosas. Es que yo pienso mucho y mi mente vuela, se distrae y se va lejos hacia un nivel de abstracción muy alto, fue lo que dije.
Hasta yo quedé satisfecho con esa respuesta y al salir de la tienda dejé de preocuparme, no sentí más la necesidad de seguir buscando las dichosas llaves pues si la razón por la que olvidaba cosas era debido a que perdía la noción del tiempo, del espacio y de lo que estaba haciendo por estar ensimismado en un mundo de ideas y abstracciones pues bien valía la pena correr el riesgo de perder una que otra llave de vez en cuando.
La llave del carro a cada rato se me queda dentro (eso me recuerda que debo sacar otra copia muy pronto) pero era la primera vez que las perdía de manera definitiva sin saber dónde las había dejado.
Inicialmente me preocupé bastante y traté de visitar todas las tiendas a las que había entrado antes para ver si por casualidad las había dejado en una de ellas y en el caso de que así hubiera ocurrido que alguien las hubiese visto y guardado por si aparecía luego el dueño, o sea, yo.
En la cuarta y última tienda que visité antes de rendirme le pregunté por ellas a un dependiente de origen árabe. Su país de origen es el Túnez y desde hacía rato no paraba de escuchar la emisión en Francés de Radio Francia Internacional (conozco el sonido de RFI a leguas) y estaba muy pegado a su receptor de onda corta el cual curiosamente era parte integral de su pequeño teléfono celular.
El árabe con una sonrisa a medias que le dibujaba la cara me respondió que no, que no las había visto y con cierta ironía en la expresión agregó que yo siempre andaba extraviando cosas. Talvez le desagradaba un poco el que yo lo estuviera interrumpiendo. Ciertamente, dos o tres semanas atrás al ir a comprar un sándwich en una tienda de Subway yo había olvidado en el mostrador la carpeta con la que usualmente ando.
En una ocasión lo que olvidé fue el aparato de la compañía donde se guardan y registran los nombres y las órdenes que hacen los clientes y ese sí que cuesta bastante caro sin hablar de todos los inconvenientes que me podría traer (hace menos de dos años ya perdí un teléfono de la compañía). Me vine a enterar como media hora después y cuando ya me había movido de la zona donde me encontraba antes. Por suerte un cliente me lo tenía guardado pero tuve que hacer el recorrido de nuevo, esta vez a la inversa, pues no sabía dónde exactamente se me había quedado.
Luego del señalamiento del árabe me quedé pensando y sin darme cuenta le di la mejor respuesta que se me pudo ocurrir para explicar el porqué extraviaba cosas. Es que yo pienso mucho y mi mente vuela, se distrae y se va lejos hacia un nivel de abstracción muy alto, fue lo que dije.
Hasta yo quedé satisfecho con esa respuesta y al salir de la tienda dejé de preocuparme, no sentí más la necesidad de seguir buscando las dichosas llaves pues si la razón por la que olvidaba cosas era debido a que perdía la noción del tiempo, del espacio y de lo que estaba haciendo por estar ensimismado en un mundo de ideas y abstracciones pues bien valía la pena correr el riesgo de perder una que otra llave de vez en cuando.
El mismo río
He visto la película 'Pride and Prejudice' dos veces, entre el Domingo y el Lunes recién pasado, lo que es todo un acontecimiento pues no acostumbro mirar 2 veces una misma película (por esa idea tonta de que podría ser una pérdida de tiempo ver algo más de una vez cuando deberíamos aprovecharlo tratando de conseguir otra cosa que supere la anterior). La realidad es que no siempre o casi nunca se tiene tanta suerte de encontrar en un mismo día algo que sobrepase la impresión que películas como esa dejan en mortales como yo.
Ese film es excelente desde el principio hasta el fin. Y por la escena final surge este post ya que casualmente comentaba con una amiga (cómplice) lo aburrido y hasta molesto que llega a ser, escuchar a alguien repetir la misma expresión (aunque sea de cariño) una y otra vez. En esa última escena los protagonistas ensayan los términos apropiados con el que se dirigirán el uno al otro dependiendo de cual sea el tipo de circunstancias en la que se encuentren..
A ella no le gusta "My Dear" porque le recuerda que así es como su padre acostumbra dirigirse a su madre cuando ella lo asedia con sus incesantes quejas o su cambiante estado de humor (interesante cómo sabiendo el significado real de las palabras preferimos en cambio el uso de otras por la contaminación que provoca escucharlas previamente en ciertos contextos).. y entonces pienso en esta amiga que cuando está en buenas conmigo me dice "mi amor" por aquí, 'mi amor por allá' y no se cansa de hacer lo mismo hasta que mi nombre no se vuelve a escuchar jamás.
No dejo de reconocer sus buenas intenciones pero me cuesta muchísimo trabajo oírla cuando se pone así de melosa y lo que quisiera realmente es escaparme, quisiera estar en otra parte para estar a salvo de tanta "dulzura" repetida.
Y no es que no me gusten un poco las majaderías, al contrario, pero las disfruto cuando tienen buen gusto, no sobreabundan, no se convierten en un cliché, etc., etc., que ahí es que está la belleza, en la creatividad, en no ser repetitivos (se imaginan un beso, el mismo beso siempre, ufff), en no ser el mismo río que pasa todo el tiempo por el mismo lugar.
Ese film es excelente desde el principio hasta el fin. Y por la escena final surge este post ya que casualmente comentaba con una amiga (cómplice) lo aburrido y hasta molesto que llega a ser, escuchar a alguien repetir la misma expresión (aunque sea de cariño) una y otra vez. En esa última escena los protagonistas ensayan los términos apropiados con el que se dirigirán el uno al otro dependiendo de cual sea el tipo de circunstancias en la que se encuentren..
A ella no le gusta "My Dear" porque le recuerda que así es como su padre acostumbra dirigirse a su madre cuando ella lo asedia con sus incesantes quejas o su cambiante estado de humor (interesante cómo sabiendo el significado real de las palabras preferimos en cambio el uso de otras por la contaminación que provoca escucharlas previamente en ciertos contextos).. y entonces pienso en esta amiga que cuando está en buenas conmigo me dice "mi amor" por aquí, 'mi amor por allá' y no se cansa de hacer lo mismo hasta que mi nombre no se vuelve a escuchar jamás.
No dejo de reconocer sus buenas intenciones pero me cuesta muchísimo trabajo oírla cuando se pone así de melosa y lo que quisiera realmente es escaparme, quisiera estar en otra parte para estar a salvo de tanta "dulzura" repetida.
Y no es que no me gusten un poco las majaderías, al contrario, pero las disfruto cuando tienen buen gusto, no sobreabundan, no se convierten en un cliché, etc., etc., que ahí es que está la belleza, en la creatividad, en no ser repetitivos (se imaginan un beso, el mismo beso siempre, ufff), en no ser el mismo río que pasa todo el tiempo por el mismo lugar.
Sunday, May 1, 2011
Algo es algo!
Me proponía correr por quince minutos y corrí once. Creo que no estuvo nada mal. Para alguien que como ejercicio sólo camina porque eso es parte del trabajo (recorrer tiendas) y teniendo en cuenta que no lo había hecho desde comienzos del verano pasado eso ya es un gran progreso.
Le di tres vueltas a la pista de atletismo y honestamente pensé que habían pasado los quince minutos, pero no, sólo fueron once (diez y medio, pero me gusta redondear). Pensé darle otra vuelta pero después dije que estaba bien pues era mejor dejarlo todo ahí y no correr el riesgo de que me diera ese dolor que se siente en la boca del estómago y en el que uno cree sin mentir que se va a morir...
Entre las ideas que me vinieron a la cabeza para justificar el no haber completado el objetivo, estuvo la racionalización de que lo importante no es el cómo se comienza una tarea sino el cómo se termina. Es algo parecido a como cuando uno se deja llevar del gusto y come o toma más de la cuenta y entonces luego vienen las consecuencias y las lamentaciones por no haber parado a tiempo.
Ya podrán ustedes juzgar basado en la foto que me tomé al terminar la faena.
Le di tres vueltas a la pista de atletismo y honestamente pensé que habían pasado los quince minutos, pero no, sólo fueron once (diez y medio, pero me gusta redondear). Pensé darle otra vuelta pero después dije que estaba bien pues era mejor dejarlo todo ahí y no correr el riesgo de que me diera ese dolor que se siente en la boca del estómago y en el que uno cree sin mentir que se va a morir...
Entre las ideas que me vinieron a la cabeza para justificar el no haber completado el objetivo, estuvo la racionalización de que lo importante no es el cómo se comienza una tarea sino el cómo se termina. Es algo parecido a como cuando uno se deja llevar del gusto y come o toma más de la cuenta y entonces luego vienen las consecuencias y las lamentaciones por no haber parado a tiempo.
Ya podrán ustedes juzgar basado en la foto que me tomé al terminar la faena.
Thursday, April 28, 2011
¿Para qué sirven los deportes?
Me he estado haciendo esta pregunta desde hace bastante tiempo. En serio ¿para qué sirven los deportes? No me refiero a aquéllos, los pocos en los que decidimos incursionar, los pocos en los que somos actores y parte del juego mismo, más bien estoy pensando en ésos que nos quedamos mirando embobados frente a la televisión o en algún estadio,.... un momento, en los estadios no, porque allí vamos a emborracharnos, vamos a tomar cerveza al aire libre y no precisamente a ver los equipos jugar y al final poco importa si el equipo nuestro gana o pierde.
Estamos hablando de los deportes profesionales donde nosotros sólo somos participantes de manera lejana y vicaria y ya sea en un bar o donde ocurre de manera más frecuente, en nuestras casas, seguimos a un equipo X pegados a la televisión o la radio en el caso en que vayamos en nuestros carros y vivimos cada momento, nos retorcemos al compás de las jugadas sobretodo cuando no se nos dan, maldecimos a los jugadores por no actuar conforme a nuestras expectaciones, fallan un tiro o cometen algún error.
Qué es eso cuando de manera enfermiza nos identificamos con un equipo y un deporte y en vez de entretenernos lo que hacemos es sufrir de estrés, como si fuéramos nosotros los que estuviéramos jugando, participando de manera directa o ganando la millonada que estos tipos se ganan por hacer sus peripecias y acrobacias. Hey, es sólo un juego, no es una cosa de vida o muerte y porqué hemos de vivirlo como si en ello hubiéramos invertido todos nuestros ahorros.
Son de las cosas que mientras más la analizo más me hacen cuestionar la racionalidad de este modo de vida, este estilo social, este apego sin sentido. Al final de cuentas quien hace las jugadas no soy yo, ni siquiera un amigo, un familiar o alguien que conozca de cerca que hiciera valedera mi identificación con un conjunto o deporte cualquiera. Lo mismo con la boda real esa. ¡Qué locura!
El saber que las neuronas espejos (mirror neurons) que todos llevamos en nuestros cerebros son las responsables de esa identificación que hacemos con las figuras deportivas y las celebridades en sentido general, no me ayuda mucho a justificar el que dejemos de vivir nuestras vidas y las sustituyamos con el contenido de lo que hacen todos esos pendejos dentro y fuera del terreno de juego.
(Hmmm, estoy pensando que no es precisamente para pensar que tenemos la cabeza cuando sin cuestionar aceptamos como buena y válida locuras colectivas como estas).
Estamos hablando de los deportes profesionales donde nosotros sólo somos participantes de manera lejana y vicaria y ya sea en un bar o donde ocurre de manera más frecuente, en nuestras casas, seguimos a un equipo X pegados a la televisión o la radio en el caso en que vayamos en nuestros carros y vivimos cada momento, nos retorcemos al compás de las jugadas sobretodo cuando no se nos dan, maldecimos a los jugadores por no actuar conforme a nuestras expectaciones, fallan un tiro o cometen algún error.
Qué es eso cuando de manera enfermiza nos identificamos con un equipo y un deporte y en vez de entretenernos lo que hacemos es sufrir de estrés, como si fuéramos nosotros los que estuviéramos jugando, participando de manera directa o ganando la millonada que estos tipos se ganan por hacer sus peripecias y acrobacias. Hey, es sólo un juego, no es una cosa de vida o muerte y porqué hemos de vivirlo como si en ello hubiéramos invertido todos nuestros ahorros.
Son de las cosas que mientras más la analizo más me hacen cuestionar la racionalidad de este modo de vida, este estilo social, este apego sin sentido. Al final de cuentas quien hace las jugadas no soy yo, ni siquiera un amigo, un familiar o alguien que conozca de cerca que hiciera valedera mi identificación con un conjunto o deporte cualquiera. Lo mismo con la boda real esa. ¡Qué locura!
El saber que las neuronas espejos (mirror neurons) que todos llevamos en nuestros cerebros son las responsables de esa identificación que hacemos con las figuras deportivas y las celebridades en sentido general, no me ayuda mucho a justificar el que dejemos de vivir nuestras vidas y las sustituyamos con el contenido de lo que hacen todos esos pendejos dentro y fuera del terreno de juego.
(Hmmm, estoy pensando que no es precisamente para pensar que tenemos la cabeza cuando sin cuestionar aceptamos como buena y válida locuras colectivas como estas).
Thursday, April 21, 2011
It takes two to tango
Y ya que entramos en el tema porqué no seguirlo, lo de la obediencia y la sumisión, cosas que a simple vista parecen buenas en medio de la prisa que vivimos hoy en día pero que a la larga no sirven para protegernos adecuadamente contra los abusos de que podemos ser víctimas si no somos lo suficientemente críticos de lo que pasa y nos aturde a cada momento en este mundo de "infortunios (me gusta el tono trágico que tiene esta palabra).
A pesar de lo cómodo que pueda ser para otros, el ser pasivos y estar de acuerdo todo el tiempo con terceros no es una cosa muy buena, es un estado indeseable y no recomendable para la libertad de expresión del ser y de las ideas.
Poder decir, decidir y actuar de acuerdo a lo que pensamos debe ser un derecho no sólo de nosotros, sino también de nuestros interlocutores y debe ser algo digno de celebrarse (recomendarse) el que los demás aprendan a defender sus posiciones. Es más, me produce mucha emoción, alegría y satisfacción el ver cuando las personas utilizando razones y argumentos válidos aprenden a no dejarse avasallar y aplastar y son capaces, sin perder el respeto, de presentar sus puntos de vista sin el temor de sentirse coartados, reprendidos o castigados.
Y es algo muy conocido por los dirigentes en los ámbitos deportivos. Al tratar de moldear la conducta de sus jugadores nóveles ellos tienen mucho cuidado en no quitarles toda esa agresividad con la que llegan, todo ese empuje que le provee la juventud, su corta vida, pues ella también es necesaria, casi imprescindible para alcanzar el éxito en su desempeño posterior. La idea es que en el caso de la agresividad, esta no se salga fuera de lugar y se pueda encauzar de manera que resulte en algo beneficioso para todo el conjunto.
Por tiempos y creo que el paralelismo es válido, a mí me ha tocado servir como figura paterna a uno que otro sobrino y sobrina. Cuando se presentan conflictos veo como algo muy saludable cuando se me enfrentan (sin importar que tan grandes o pequeños sean) y contrariamente a desautorizarlos, trato en la medida de lo posible, de animarlos a encontrar fallas en mis argumentos y a convencerme de lo contrario, en los casos de que alguno no se sienta conforme con cierto resultado, o con alguna decisión tomada ... Mi teoría es que porque lo diga yo (u otra persona cualquiera: con autoridad o sin ella) no necesariamente tiene que ser cierto o tener yo la razón. Más aún, si ellos me prueban que sus argumentos tienen mas valor que los míos con cualquier cosa, sin importar lo simple que pueda parecer, estoy siempre dispuesto a cambiar de opinión, a darles la razón y a apoyarlos en la dirección de ellos.
Quitarles la oportunidad y el derecho de defenderse no es mi plan en ninguno de mis intercambios. Accedo gustoso a aceptar la derrota pues al final de cuentas lo importante no es ganar la pelea sino defender la verdad y a quién en grado mayor sea poseedor de ella sin importar al final de qué lado se incline la balanza.
Y ya que nos hemos adentrado un poco al terreno de las relaciones humanas hay que destacar un elemento que según mi apreciación debe ser primordial en las relaciones entre las personas. Toda transacción interpersonal debería descansar sobre la idea de que la gente, sí sí, las personas, eso es lo que es importante, lo verdadero, lo único, lo imprescindible; en cambio, los objetos, las cosas materiales no deberían interponerse o no deberían ser para nada importantes, no debería ser lo que prime o llame la atención en la relación entre ellos.
No obstante y como en todas las cosas, no basta con que una sola persona crea eso; una no es suficiente, como en todo, se necesitan dos para bailar un tango..
A pesar de lo cómodo que pueda ser para otros, el ser pasivos y estar de acuerdo todo el tiempo con terceros no es una cosa muy buena, es un estado indeseable y no recomendable para la libertad de expresión del ser y de las ideas.
Poder decir, decidir y actuar de acuerdo a lo que pensamos debe ser un derecho no sólo de nosotros, sino también de nuestros interlocutores y debe ser algo digno de celebrarse (recomendarse) el que los demás aprendan a defender sus posiciones. Es más, me produce mucha emoción, alegría y satisfacción el ver cuando las personas utilizando razones y argumentos válidos aprenden a no dejarse avasallar y aplastar y son capaces, sin perder el respeto, de presentar sus puntos de vista sin el temor de sentirse coartados, reprendidos o castigados.
Y es algo muy conocido por los dirigentes en los ámbitos deportivos. Al tratar de moldear la conducta de sus jugadores nóveles ellos tienen mucho cuidado en no quitarles toda esa agresividad con la que llegan, todo ese empuje que le provee la juventud, su corta vida, pues ella también es necesaria, casi imprescindible para alcanzar el éxito en su desempeño posterior. La idea es que en el caso de la agresividad, esta no se salga fuera de lugar y se pueda encauzar de manera que resulte en algo beneficioso para todo el conjunto.
Por tiempos y creo que el paralelismo es válido, a mí me ha tocado servir como figura paterna a uno que otro sobrino y sobrina. Cuando se presentan conflictos veo como algo muy saludable cuando se me enfrentan (sin importar que tan grandes o pequeños sean) y contrariamente a desautorizarlos, trato en la medida de lo posible, de animarlos a encontrar fallas en mis argumentos y a convencerme de lo contrario, en los casos de que alguno no se sienta conforme con cierto resultado, o con alguna decisión tomada ... Mi teoría es que porque lo diga yo (u otra persona cualquiera: con autoridad o sin ella) no necesariamente tiene que ser cierto o tener yo la razón. Más aún, si ellos me prueban que sus argumentos tienen mas valor que los míos con cualquier cosa, sin importar lo simple que pueda parecer, estoy siempre dispuesto a cambiar de opinión, a darles la razón y a apoyarlos en la dirección de ellos.
Quitarles la oportunidad y el derecho de defenderse no es mi plan en ninguno de mis intercambios. Accedo gustoso a aceptar la derrota pues al final de cuentas lo importante no es ganar la pelea sino defender la verdad y a quién en grado mayor sea poseedor de ella sin importar al final de qué lado se incline la balanza.
Y ya que nos hemos adentrado un poco al terreno de las relaciones humanas hay que destacar un elemento que según mi apreciación debe ser primordial en las relaciones entre las personas. Toda transacción interpersonal debería descansar sobre la idea de que la gente, sí sí, las personas, eso es lo que es importante, lo verdadero, lo único, lo imprescindible; en cambio, los objetos, las cosas materiales no deberían interponerse o no deberían ser para nada importantes, no debería ser lo que prime o llame la atención en la relación entre ellos.
No obstante y como en todas las cosas, no basta con que una sola persona crea eso; una no es suficiente, como en todo, se necesitan dos para bailar un tango..
Sunday, April 17, 2011
Obediencia es la clave
¡Ah! Es sorprendente la cantidad de personas que ama y supuestamente se lleva bien con los animales pero sin embargo no tiene el mismo éxito cuando se trata de llevarse bien con la gente.
Se ven tan tiernos todas esos individuos cuando los encontramos a ellos y a ellas en las calles arrastrando sus perritos o sus perrazos con las sogas que les amarran a sus cuellos.
Para explicar esto me ha parecido muy atractivo el señalamiento que hace uno de los personajes del film "The Jane Austen Book Club" tratando de entender la razón por la que la mujer que le interesaba siempre encontraba una manera de esquivar o rechazar sus avances hacia ella.
Decía él que ella lo que quería era que la obedecieran y esa era la razón por la que ella tenía perros... ¡Vaya que sí que los animales son muy obedientes (en especial cuando están bien entrenados)! A diferencia de los humanos que muchas veces son contestatarios, desobedientes, malcriados, no hacen lo que se les dice que hagan y para colmo hacen, a veces, lo que les viene en gana. ¡Jaja!, no son nada predecibles esos bichos.
Este tema podría generar una que otra controversia porque conozco también gente que se lleva bastante bien con unos y con otros. Y para ser justos también conozco de algunos que no soportan para nada animales en sus cercanías. Mi mamá, por ejemplo, no le gustan los perros, los detesta y si los ve por casualidad husmeando en el patio de la casa los espanta, los acarrea con un palo hasta que se alejan.
Se ven tan tiernos todas esos individuos cuando los encontramos a ellos y a ellas en las calles arrastrando sus perritos o sus perrazos con las sogas que les amarran a sus cuellos.
Para explicar esto me ha parecido muy atractivo el señalamiento que hace uno de los personajes del film "The Jane Austen Book Club" tratando de entender la razón por la que la mujer que le interesaba siempre encontraba una manera de esquivar o rechazar sus avances hacia ella.
Decía él que ella lo que quería era que la obedecieran y esa era la razón por la que ella tenía perros... ¡Vaya que sí que los animales son muy obedientes (en especial cuando están bien entrenados)! A diferencia de los humanos que muchas veces son contestatarios, desobedientes, malcriados, no hacen lo que se les dice que hagan y para colmo hacen, a veces, lo que les viene en gana. ¡Jaja!, no son nada predecibles esos bichos.
Este tema podría generar una que otra controversia porque conozco también gente que se lleva bastante bien con unos y con otros. Y para ser justos también conozco de algunos que no soportan para nada animales en sus cercanías. Mi mamá, por ejemplo, no le gustan los perros, los detesta y si los ve por casualidad husmeando en el patio de la casa los espanta, los acarrea con un palo hasta que se alejan.
Friday, April 15, 2011
Detalles
La vida está llena de detalles y son estos los que hacen la verdadera diferencia en darle sentido y significado a la manera como vivimos nuestra existencia en el mundo, al modo como nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás seres -reales o imaginarios-, que pueblan nuestras realidades.
Wednesday, April 13, 2011
Sharing is not always caring!
Otra cosa que estaba pensando y que se me ocurre cada vez que oigo música que es super-agradable y super-placentera y que le provoca a uno toda clase de sensaciones y sentimientos indescriptibles en el cuerpo y la mente, es que es un desperdicio si no se tiene con quien compartirla.
En esos momentos quisiera que todas las personas que sé les gusta ese tipo de música pudieran estar escuchando y sintiendo lo mismo que yo y experimentaran ese mismo tipo de emociones que yo experimento.
Tengo la impresión de que los seres humanos en ese sentido estamos "hard wired" o predispuestos para compartir cosas y no es de extrañar que esa sea la razón por la que otras personas con gustos musicales distintos a los nuestros (horrendos) quieran también hacer lo mismo y sin contar con nuestro permiso quieran hacernos partícipes de las emociones que los sobrecogen subiendo el volumen de sus radios o reproductores de sonido a todo lo alto que les es posible.
¿Quién les habrá dicho que a mí y a los otros tiene que gustarnos el mismo tipo de música que a ellos? Lo lamentable del caso es que hay que prepararse muy bien para la ocasión pues primero la gente no entiende y segundo ya casi está aquí la estación de las temperaturas altas que parecen ser el detonante que desencadena el que todo el mundo decida desatar los infernales ruídos que son el componente básico de sus característicos gustos musicales.
En fin esta no es más que una manera de ser proactivos pero en realidad no hay mucho que temer. Ya hemos sobrevivido antes ataques a la cordura similares y es probable que aún contemos con las herramientas necesarias para soportar la próxima temporada que ya está a la vuelta de la esquina.
Descubrimiento
Puede decirse que acabo de confirmar un descubrimiento asombroso. Bueno, talvez estoy exagerando un poco, no es del todo tan fuera de serie pero para mí es como si hubiera descubierto la fórmula del agua. No que el hecho de que sepamos que el agua está hecha de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno la haga más o menos mojada.... Algo parecido pasa con mi descubrimiento. El mundo no se hace más o menos infeliz de lo que es porque yo haya descubierto algo semejante pero sí me produce mucha satisfacción el saber que no es lo mismo escuchar una música en mi casa que escuchar la misma música en el carro o en cualquier otro lugar.
Pues sí, ese es mi maravilloso hallazgo. Nada del otro mundo. Me ha extrañado el cómo es posible que la misma música pueda producirme efectos totalmente distintos dependiendo de dónde la estoy escuchando. ¿Porqué cuando voy en un vehículo siento como si anduviera en el aire escuchando una música como ésta y no siento lo mismo cuando intento reproducirla en la casa?.... ¡Oh no! He escogido un mal ejemplo: esta me gusta en cualquier parte... Pero el otro día estaba escuchando el concierto para violin de Beethoven "in D major op 61" (no es que sea un experto en música, es que si algo me gusta sé la hora en la que la tocaron y busco el título de la interpretación en el listado de canciones de la emisora; muy fácil todo), al momento en que lo escuchaba me pareció genial, maravilloso algo excepcional. Grande fue mi desilusión cuando al llegar a la casa e intentar reproducirlo no sentí lo mismo, no pude conseguir el mismo resultado que había experimentado unos momentos antes.
Deben saber que mi aproximación a la música es la misma que a la pintura tal y como probablemente yo lo adapté y robé de un curso de Francés que tomaba hace mucho tiempo. El método o el curso se llamaba "Le Français et la Vie" y en una de las lecciones el maestro trataba de explicar como debía interpretarse la pintura abstracta al estilo de Picasso: La peinture c'est comme la musique, tu l'aimes ou tu ne l'aimes pas". Haciendo la conversión para la música, mi actitud es siempre tratar de evitar el prejuicio (excepto si es Ricardo Arjona) y no me importa quién canta una canción o de qué se trata. Sencillamente la oigo, si me gusta me gusta, si no me gusta no me gusta y ya está.
Al fondo el Yankee Stadium que es como decir estar en mi casa, mi territorio
Pues sí, ese es mi maravilloso hallazgo. Nada del otro mundo. Me ha extrañado el cómo es posible que la misma música pueda producirme efectos totalmente distintos dependiendo de dónde la estoy escuchando. ¿Porqué cuando voy en un vehículo siento como si anduviera en el aire escuchando una música como ésta y no siento lo mismo cuando intento reproducirla en la casa?.... ¡Oh no! He escogido un mal ejemplo: esta me gusta en cualquier parte... Pero el otro día estaba escuchando el concierto para violin de Beethoven "in D major op 61" (no es que sea un experto en música, es que si algo me gusta sé la hora en la que la tocaron y busco el título de la interpretación en el listado de canciones de la emisora; muy fácil todo), al momento en que lo escuchaba me pareció genial, maravilloso algo excepcional. Grande fue mi desilusión cuando al llegar a la casa e intentar reproducirlo no sentí lo mismo, no pude conseguir el mismo resultado que había experimentado unos momentos antes.
Deben saber que mi aproximación a la música es la misma que a la pintura tal y como probablemente yo lo adapté y robé de un curso de Francés que tomaba hace mucho tiempo. El método o el curso se llamaba "Le Français et la Vie" y en una de las lecciones el maestro trataba de explicar como debía interpretarse la pintura abstracta al estilo de Picasso: La peinture c'est comme la musique, tu l'aimes ou tu ne l'aimes pas". Haciendo la conversión para la música, mi actitud es siempre tratar de evitar el prejuicio (excepto si es Ricardo Arjona) y no me importa quién canta una canción o de qué se trata. Sencillamente la oigo, si me gusta me gusta, si no me gusta no me gusta y ya está.
Al fondo el Yankee Stadium que es como decir estar en mi casa, mi territorio
Wednesday, April 6, 2011
Viaje al futuro ...no exactamente!
¿Podrían ustedes creerlo? Me acaba de pasar la cosa más rara del mundo. Me acabo de levantar de la cama porque me pareció que tocaban el timbre de la puerta de la calle y saben qué, son las 6:06 de la tarde pero yo he creído que eran las 6:06 de la mañana. Pero hubiera podido jurar que sí era de mañana y en mi desconcierto no he podido entender porqué la alarma de mi teléfono no ha sonado o peor, que yo no la haya puesto al acostarme. Inmediatamente he ido a cepillarme los dientes pues sólo tengo unos pocos minutos para reportarme (por tel.) al trabajo. No satisfecho con todo he prendido la TV y la caja del cable (que no están sincronizadas y trabajan cada una por separado) y es la que me ha dado la hora aquélla.
Hay algo que no funciona bien. Está un poco nublado afuera y por la ventana miro hacia la calle y no puedo realmente decidir si es temprano o tarde del día. Para colmo el canal de TV está dando anuncios y de inmediato no me dice nada que me saque de las dudas. La pregunta que me hago es cómo pude haber dormido más de 12 horas. Recuerdo que regresé a la casa a las 2:37 PM. Traje comida de fuera y preparé una ensalada y después de comer y de reportar alrededor de las 3:30 los resultados del día, me acosté a dormir en el cuarto oscuro. Pues hay dos habitaciones y aunque una tiene el doble del tamaño de la otra, lo que las hace diferentes en realidad es el nivel de oscuridad que poseen cuando se cierran las puertas (que conste: no tengo problemas de dormir con las ellas abiertas).
En la habitación pequeña hay una cortina roja gruesa que absorbe toda la claridad que viene desde la ventana. Cuando se apaga la luz todo queda en las más espesas tinieblas (no importa que sea de día o de noche). Esa habitación es ideal para dormir y últimamente me he estado quedando ahí más a menudo. Lo que me resulta difícil de creer es que haya dormido tantas horas corridas sin haberme despertado. O que el sueño de unas dos horas en esa habitación haya sido tan profundo de hacerme creer que hayan pasado tantísimas horas...
(Esa luz que se ve a ambos lados de la cortina es producto del flash de la cámara)
No saben cuán grande ha sido mi alegría cuando pasados los anuncios en la TV veo aparecer al tipo que da las noticias de las 6 de la tarde. A pesar de que con eso se despejan todas las dudas acerca de cuál es la hora real, no por ello deja de persistir en mi mente un poco la confusión y ahora necesito tiempo para poder procesar todo y reajustarme y así encontrar el equilibrio que por unos minutos he sentido perdido, fuera de lugar.
¿Será esto el preludio de la añorada locura? En todo caso se siente algo así como una especie de asombro y maravilla al mismo tiempo. Es como viajar hacia el futuro en la máquina del tiempo y de algún modo volver hacia atrás, pero esta vez hacia el presente.. Me parece una idea fantástica seguir haciendo experimentos en el cuarto oscuro. ¿Quién sabe si hay fuerzas ocultas en él que me transportan hacia mundos alternos (ahí te veré Pichiplayas) y dimensiones desconocidas? Yupi!!!!!
Hay algo que no funciona bien. Está un poco nublado afuera y por la ventana miro hacia la calle y no puedo realmente decidir si es temprano o tarde del día. Para colmo el canal de TV está dando anuncios y de inmediato no me dice nada que me saque de las dudas. La pregunta que me hago es cómo pude haber dormido más de 12 horas. Recuerdo que regresé a la casa a las 2:37 PM. Traje comida de fuera y preparé una ensalada y después de comer y de reportar alrededor de las 3:30 los resultados del día, me acosté a dormir en el cuarto oscuro. Pues hay dos habitaciones y aunque una tiene el doble del tamaño de la otra, lo que las hace diferentes en realidad es el nivel de oscuridad que poseen cuando se cierran las puertas (que conste: no tengo problemas de dormir con las ellas abiertas).
En la habitación pequeña hay una cortina roja gruesa que absorbe toda la claridad que viene desde la ventana. Cuando se apaga la luz todo queda en las más espesas tinieblas (no importa que sea de día o de noche). Esa habitación es ideal para dormir y últimamente me he estado quedando ahí más a menudo. Lo que me resulta difícil de creer es que haya dormido tantas horas corridas sin haberme despertado. O que el sueño de unas dos horas en esa habitación haya sido tan profundo de hacerme creer que hayan pasado tantísimas horas...
(Esa luz que se ve a ambos lados de la cortina es producto del flash de la cámara)
No saben cuán grande ha sido mi alegría cuando pasados los anuncios en la TV veo aparecer al tipo que da las noticias de las 6 de la tarde. A pesar de que con eso se despejan todas las dudas acerca de cuál es la hora real, no por ello deja de persistir en mi mente un poco la confusión y ahora necesito tiempo para poder procesar todo y reajustarme y así encontrar el equilibrio que por unos minutos he sentido perdido, fuera de lugar.
¿Será esto el preludio de la añorada locura? En todo caso se siente algo así como una especie de asombro y maravilla al mismo tiempo. Es como viajar hacia el futuro en la máquina del tiempo y de algún modo volver hacia atrás, pero esta vez hacia el presente.. Me parece una idea fantástica seguir haciendo experimentos en el cuarto oscuro. ¿Quién sabe si hay fuerzas ocultas en él que me transportan hacia mundos alternos (ahí te veré Pichiplayas) y dimensiones desconocidas? Yupi!!!!!
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