Renuncié de Facebook. ¡Me salí! Bueno, no del todo..., casi.
No he cancelado la cuenta...todavía no, pero lo estoy pensando.
Tampoco he dejado de entrar aunque ya no con la misma frecuencia de antes. Lo hago quizás una o dos veces por día, sin embargo he dejado de postear desde hace más de tres meses.
Siento como una especie de liberación luego de haber tomado esta decisión.
Para mí en los últimos años FB se ha convertido más en una carga que un entretenimiento.
Cada vez me resultaba más difícil manejar las asimetrías, los falsos amigos, la obligación de darle "like" o "me gusta" a entregas por deber u familiaridad en vez de por identificación o belleza.
No puedo mantener la hipocresía por mucho tiempo y ese es el juego que se juega en muchas de estas publicaciones de las redes sociales. El aspecto relacional de los intercambios te hace darle "like" a entregas que en realidad no te gustan o no te interesan. Se siente uno como rata de laboratorio o paloma de Skinner dándole a una palanca para recibir una recompensa o mantener una relación...
Y Facebook hace de todo para mantenerte engatusado, cautivo y siempre viniendo por más. El objetivo es tratar de mantenerte interesado creando cosas, inventando algoritmos, manipulando tu ego o haciendo que todos lo realcemos con el objetivo de venderte al mejor postor.
Facebook pasó de ser un medio para convertirse en un fin. No es un instrumento para conectar personas o desarrollar ideas. El fin es volverte adicto explotando tus vulnerabilidades y debilidades y de esa manera aprisionarte o encarcelarte psicológicamente para luego bombardearte con los anuncios y la propaganda de todo tipo proveniente de cualquiera que esté dispuesto a pagar por ella. No hay una discriminación real para su aceptación y como ha quedado evidenciado, los usuarios de Facebook no tenemos mecanismos para rechazarla. La propaganda es una parte esencial de la red social y no hay muchos miramientos de las consecuencias y los efectos que la misma puede causar.
Lo lamentable de todo esto es que en vez de unir y sacar la mejor parte de nosotros, en realidad, FB divide y saca nuestra peor parte. Descubrimos con horror que el odio, el racismo y la intolerancia son motivos que aglutinan a la gente y la incentivan a escoger bandos y Facebook es un vehículo ideal para promover estas adherencias.
Con cada me gusta, cada like que damos, cada grupo que nos unimos o identificamos y con cada entrega que compartimos vamos creando un perfil psicológico de nosotros que a la larga sin la existencia de una barrera moral que impida el abuso, se convierte en un arma de doble filo que puede y será usada para manipularnos en cualquier dirección por todo aquel que esté dispuesto a pagar por el acceso a nuestra información.
Y hay más pero lo dejamos hasta aquí por hoy...
No he cancelado la cuenta...todavía no, pero lo estoy pensando.
Tampoco he dejado de entrar aunque ya no con la misma frecuencia de antes. Lo hago quizás una o dos veces por día, sin embargo he dejado de postear desde hace más de tres meses.
Siento como una especie de liberación luego de haber tomado esta decisión.
Para mí en los últimos años FB se ha convertido más en una carga que un entretenimiento.
Cada vez me resultaba más difícil manejar las asimetrías, los falsos amigos, la obligación de darle "like" o "me gusta" a entregas por deber u familiaridad en vez de por identificación o belleza.
No puedo mantener la hipocresía por mucho tiempo y ese es el juego que se juega en muchas de estas publicaciones de las redes sociales. El aspecto relacional de los intercambios te hace darle "like" a entregas que en realidad no te gustan o no te interesan. Se siente uno como rata de laboratorio o paloma de Skinner dándole a una palanca para recibir una recompensa o mantener una relación...
Y Facebook hace de todo para mantenerte engatusado, cautivo y siempre viniendo por más. El objetivo es tratar de mantenerte interesado creando cosas, inventando algoritmos, manipulando tu ego o haciendo que todos lo realcemos con el objetivo de venderte al mejor postor.
Facebook pasó de ser un medio para convertirse en un fin. No es un instrumento para conectar personas o desarrollar ideas. El fin es volverte adicto explotando tus vulnerabilidades y debilidades y de esa manera aprisionarte o encarcelarte psicológicamente para luego bombardearte con los anuncios y la propaganda de todo tipo proveniente de cualquiera que esté dispuesto a pagar por ella. No hay una discriminación real para su aceptación y como ha quedado evidenciado, los usuarios de Facebook no tenemos mecanismos para rechazarla. La propaganda es una parte esencial de la red social y no hay muchos miramientos de las consecuencias y los efectos que la misma puede causar.
Lo lamentable de todo esto es que en vez de unir y sacar la mejor parte de nosotros, en realidad, FB divide y saca nuestra peor parte. Descubrimos con horror que el odio, el racismo y la intolerancia son motivos que aglutinan a la gente y la incentivan a escoger bandos y Facebook es un vehículo ideal para promover estas adherencias.
Con cada me gusta, cada like que damos, cada grupo que nos unimos o identificamos y con cada entrega que compartimos vamos creando un perfil psicológico de nosotros que a la larga sin la existencia de una barrera moral que impida el abuso, se convierte en un arma de doble filo que puede y será usada para manipularnos en cualquier dirección por todo aquel que esté dispuesto a pagar por el acceso a nuestra información.
Y hay más pero lo dejamos hasta aquí por hoy...