La señora le pidió a Frank que le hiciera el favor de buscarle unas cosas que estaban en Manhattan y el dijo que sí. Para hacerlo utilizó el carro de mi hermana. Cuando llegó al sitio no encontró donde aparcar el vehículo y lo dejó en doble parqueo mientras subía al tercer o cuarto piso de un edificio a buscar las cosas.
Cuando bajó, encontró que la policía — que tampoco duerme en New York — ya le había dejado un regalito: una multa de 115 dólares por estacionarse mal.
Se podía apreciar la inconformidad de mi hermana al contar esa historia de lo que había pasado. El enojo aún persistía y con suficiente razón. Sin haber hecho nada malo, ella era la perjudicada, a final de cuentas, por ser dueña del vehículo y responsable ante la ley de pagar el ticket en cuestión.
Ante la eventualidad, la señora le dio el dinero de la multa a mi hermana y ella lo cogió porque estimaba que nada de ello hubiera ocurrido si la necesidad no se le hubiera presentado a la doña y esta le pidiera a Frank que fuera a Manhattan a resolverle su asunto.
No estuve de acuerdo y así se lo hice saber. Esa señora no lo mandó a parquear doble en caso de no encontrar un espacio libre. Esa fue una mala elección de quién conducía el vehículo, en este caso Frank y él y sólo él debería pagar por ello.
Los errores y las imprudencias pueden tener consecuencias negativas y cuando uno decide hacerle un favor a alguien — igual como si uno estuviera haciendo algo para sí mismo — ello no exime a uno de las reglas y los deberes que debemos cumplir en la ejecución de la tarea que tenemos entre manos.
Si la policía nos agarra en un exceso de velocidad porque vamos tarde al trabajo, es nuestra culpa, no del trabajo que no nos ha mandado a infringir las leyes de tránsito. Pueden sumarse muchas otras causas y circunstancias que podemos sacar de la manga y decir que fue por esto o aquello la razón por la que íbamos tarde y ni aún así se justifica el que si la policía nos para, le tenemos que echar la culpa a cualquiera de esas circunstancias.
Es una práctica más generalizada de la cuenta el uno no querer asumir las culpas o las responsabilidades de las cosas y querer buscar culpables en los otros, como si uno fuera un títere que no tiene poder de decisión para determinar lo que es correcto o no, o cuál es el mejor curso de acción que se debe emprender ante una eventualidad.
Si nos ponemos a analizar, es este mismo tipo de razonamiento de echarle la culpa a los demás y no a nosotros mismos, el que está detrás de expresiones como: "él o ella me provocó"; "él me asustó y por eso..."; "las mujeres no deben vestirse así provocando que las violen"; "me insultó y por eso lo maté".
Culpabilizar a los otros (culpabilizar a la víctima), de una acción originada por nosotros, no nos lleva en ninguna buena dirección. Aceptar nuestra cuota parcial o total de responsabilidad en los resultados ya sean estos buenos o malos, sí. En fin, you know what I mean!
Aquí se intercambian ideas. La administración se esfuerza en garantizar a todos los mismos derechos y privilegios.
Saturday, March 30, 2013
Wednesday, March 27, 2013
Conversión
Y mi última conversión no tiene nada que ver con religión, sino con comida. El año pasado les informaba que había dejado la carne, la leche y los huevos. En esta ocasión no se trata de eso aunque guarda una estrecha relación. Ambas decisiones están conectadas con aprender a comer mejor y de manera más saludable.
Es emulando la frase: deja que la comida sea tu medicina y la medicina sea tu comida (atribuida a Hipócrates).
Ahora me he convertido a los jugos y no a todos los tipos, sino a los de vegetales mayormente. De preferencia a la combinación amplia de todos ellos sin distinción: apio, ajíes morrones, jengibre, col, cilantro, pepino, ajo, zanahoria, manzana, remolacha junto con sus hojas, perejil, etc.
Debo confesar que sólo he dejado la carne en teoría. Aunque he reducido mucho su consumo, en realidad lo único que he dejado es la leche y sus productos derivados y ahora como huevos de manera muy escasa. De paso he dejado de comer pan, arroz y este año he consumido muy poco alcohol. Esto último me vino caído del cielo pues igual como dije en otra entrada, no me lo había propuesto.
Tiene que ser que libé mucha bebida el año pasado y debo haber llegado a un punto de saturación y saciedad. Ya el cuerpo no quiere más. Por eso quizás no me ha hecho falta ...
Un converso que se precie de serlo, en la materia esta de los jugos, debe agenciarse a como dé lugar una máquina para hacerlos, un extractor, pues de lo contrario corre el riesgo de no hacerlo de la manera debida o de quedar en bancarrota comprando los jugos en la calle. Los jugos son caros.
Es bueno también conseguirse un buen asesor para en caso de necesidad, asesorarse, obviamente. Yo tengo la mía, una asesora en este caso, muy buena, por cierto, por suerte ...
Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras no basta que yo lo diga. Es mucho mejor si presento la prueba de lo que digo y para ello los dejo con dos reproducciones del antes y después. A juzgar por ustedes mismos.
Es emulando la frase: deja que la comida sea tu medicina y la medicina sea tu comida (atribuida a Hipócrates).
Ahora me he convertido a los jugos y no a todos los tipos, sino a los de vegetales mayormente. De preferencia a la combinación amplia de todos ellos sin distinción: apio, ajíes morrones, jengibre, col, cilantro, pepino, ajo, zanahoria, manzana, remolacha junto con sus hojas, perejil, etc.
Debo confesar que sólo he dejado la carne en teoría. Aunque he reducido mucho su consumo, en realidad lo único que he dejado es la leche y sus productos derivados y ahora como huevos de manera muy escasa. De paso he dejado de comer pan, arroz y este año he consumido muy poco alcohol. Esto último me vino caído del cielo pues igual como dije en otra entrada, no me lo había propuesto.
Tiene que ser que libé mucha bebida el año pasado y debo haber llegado a un punto de saturación y saciedad. Ya el cuerpo no quiere más. Por eso quizás no me ha hecho falta ...
Un converso que se precie de serlo, en la materia esta de los jugos, debe agenciarse a como dé lugar una máquina para hacerlos, un extractor, pues de lo contrario corre el riesgo de no hacerlo de la manera debida o de quedar en bancarrota comprando los jugos en la calle. Los jugos son caros.
Es bueno también conseguirse un buen asesor para en caso de necesidad, asesorarse, obviamente. Yo tengo la mía, una asesora en este caso, muy buena, por cierto, por suerte ...
Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras no basta que yo lo diga. Es mucho mejor si presento la prueba de lo que digo y para ello los dejo con dos reproducciones del antes y después. A juzgar por ustedes mismos.
Monday, March 25, 2013
Vivir en sí mismo como si no hubiera mañana
"Dónde quiera que vayas ahí estarás" reza más o menos el título de un libro sobre meditación escrito por Jon Kabat-Zinn (Where ever you go, there you are).
Y es la pura verdad. Donde quiera que vayamos nos acompañamos a nosotros mismos, vamos con todos nuestros problemas, esperanzas, ilusiones, frustraciones y fracasos. Podemos olvidarnos por un momento, distraernos, pensar que no existen, que ha desaparecido del todo ese hilo conductor que nos une con lo que nos ha marcado, pero no es así. Por más que queramos no podemos escapar a nuestra esencia, a eso que somos y que en el fondo y en el momento menos esperado puede empezar a aflorar, resurgir, resucitar.
Es una realidad el que no podemos escapar de nosotros mismos y que tampoco le damos la mayor importancia al momento, a lo que nos está pasando aquí y ahora. Hacemos muchas cosas de manera automática, sin pensar que la vida es eso, la vida son esas cosas, ellas son la vida, y en suma constituyen y forman nuestra historia.
De lo que se trata es de estar plenamente conscientes de que todas esas sensaciones internas y externas que experimentamos, todas esas acciones que ejecutamos día a día, ellas componen nuestra existencia. Al final de cuentas, no hay otra cosa, eso es todo y no hay porqué tratar de romperse la cabeza intentando encontrarle sentido o lógica a eso que está ahí, en primera fila sin tener que rebuscar o complicarlo todo.
Si lo viéramos así quizás, no hoy o ahora, sino en cada momento de la vida no desperdiciaríamos tanto el tiempo en actividades inútiles, discusiones sin sentido o en la espera de lo que o quién no va a llegar.
Y todo esto es preferible decirlo con las palabras de Anaïs Nin quien lo expresa de manera muy lúcida y coherente en una de las partes de su diario dónde habla del significado de la vida tal y como lo recoge Maria Popova en esta entrada:
The secret of a full life is to live and relate to others as if they might not be there tomorrow, as if you might not be there tomorrow. It eliminates the vice of procrastination, the sin of postponement, failed communications, failed communions. This thought has made me more and more attentive to all encounters. meetings, introductions, which might contain the seed of depth that might be carelessly overlooked. This feeling has become a rarity, and rarer every day now that we have reached a hastier and more superficial rhythm, now that we believe we are in touch with a greater amount of people, more people, more countries. This is the illusion which might cheat us of being in touch deeply with the one breathing next to us. The dangerous time when mechanical voices, radios, telephones, take the place of human intimacies, and the concept of being in touch with millions brings a greater and greater poverty in intimacy and human vision.
Traduzco de manera libre:
El secreto de una vida plena es vivir y relacionarse con los demás como si ellos no fueran a existir mañana, como si uno no fuera a existir mañana. Eso elimina el mal hábito de procrastinar, el pecado de posponer, las comunicaciones fallidas y las comuniones que fracasan. Este pensamiento me ha hecho ser más y más atenta a todos los tipos de encuentros, reuniones, introducciones, que podrían contener la semilla de profundidad y que de otro modo podríamos pasar por alto de manera descuidada. Este sentimiento se ha vuelto una rareza, y mucho más raro cada día ahora que hemos alcanzado un ritmo de vida más superficial y apresurado, ahora que creemos que estamos en contacto con una mayor cantidad de personas, más gente, más países. Esta es la ilusión que podría engañarnos y prevenirnos de estar profundamente en contacto con la persona que respira al lado de uno. [Este es] El tiempo peligroso en el que las voces mecánicas, los radios, los teléfonos toman el lugar de las intimidades humanas y el concepto de estar en contacto con millones trae consigo más y mayor pobreza en lo que son la intimidad y la visión humanas.
Anaïs Nin dijo esto hace más de medio siglo y no supo hasta que punto sus ideas estarían vigentes hoy día. Su profecía se cumple al pie de la letra y ante lo dicho por ella creo que no hay nada más que agregar.
Y es la pura verdad. Donde quiera que vayamos nos acompañamos a nosotros mismos, vamos con todos nuestros problemas, esperanzas, ilusiones, frustraciones y fracasos. Podemos olvidarnos por un momento, distraernos, pensar que no existen, que ha desaparecido del todo ese hilo conductor que nos une con lo que nos ha marcado, pero no es así. Por más que queramos no podemos escapar a nuestra esencia, a eso que somos y que en el fondo y en el momento menos esperado puede empezar a aflorar, resurgir, resucitar.
Es una realidad el que no podemos escapar de nosotros mismos y que tampoco le damos la mayor importancia al momento, a lo que nos está pasando aquí y ahora. Hacemos muchas cosas de manera automática, sin pensar que la vida es eso, la vida son esas cosas, ellas son la vida, y en suma constituyen y forman nuestra historia.
De lo que se trata es de estar plenamente conscientes de que todas esas sensaciones internas y externas que experimentamos, todas esas acciones que ejecutamos día a día, ellas componen nuestra existencia. Al final de cuentas, no hay otra cosa, eso es todo y no hay porqué tratar de romperse la cabeza intentando encontrarle sentido o lógica a eso que está ahí, en primera fila sin tener que rebuscar o complicarlo todo.
Si lo viéramos así quizás, no hoy o ahora, sino en cada momento de la vida no desperdiciaríamos tanto el tiempo en actividades inútiles, discusiones sin sentido o en la espera de lo que o quién no va a llegar.
Y todo esto es preferible decirlo con las palabras de Anaïs Nin quien lo expresa de manera muy lúcida y coherente en una de las partes de su diario dónde habla del significado de la vida tal y como lo recoge Maria Popova en esta entrada:
The secret of a full life is to live and relate to others as if they might not be there tomorrow, as if you might not be there tomorrow. It eliminates the vice of procrastination, the sin of postponement, failed communications, failed communions. This thought has made me more and more attentive to all encounters. meetings, introductions, which might contain the seed of depth that might be carelessly overlooked. This feeling has become a rarity, and rarer every day now that we have reached a hastier and more superficial rhythm, now that we believe we are in touch with a greater amount of people, more people, more countries. This is the illusion which might cheat us of being in touch deeply with the one breathing next to us. The dangerous time when mechanical voices, radios, telephones, take the place of human intimacies, and the concept of being in touch with millions brings a greater and greater poverty in intimacy and human vision.
Traduzco de manera libre:
El secreto de una vida plena es vivir y relacionarse con los demás como si ellos no fueran a existir mañana, como si uno no fuera a existir mañana. Eso elimina el mal hábito de procrastinar, el pecado de posponer, las comunicaciones fallidas y las comuniones que fracasan. Este pensamiento me ha hecho ser más y más atenta a todos los tipos de encuentros, reuniones, introducciones, que podrían contener la semilla de profundidad y que de otro modo podríamos pasar por alto de manera descuidada. Este sentimiento se ha vuelto una rareza, y mucho más raro cada día ahora que hemos alcanzado un ritmo de vida más superficial y apresurado, ahora que creemos que estamos en contacto con una mayor cantidad de personas, más gente, más países. Esta es la ilusión que podría engañarnos y prevenirnos de estar profundamente en contacto con la persona que respira al lado de uno. [Este es] El tiempo peligroso en el que las voces mecánicas, los radios, los teléfonos toman el lugar de las intimidades humanas y el concepto de estar en contacto con millones trae consigo más y mayor pobreza en lo que son la intimidad y la visión humanas.
Anaïs Nin dijo esto hace más de medio siglo y no supo hasta que punto sus ideas estarían vigentes hoy día. Su profecía se cumple al pie de la letra y ante lo dicho por ella creo que no hay nada más que agregar.
Friday, March 1, 2013
Un día en el hospital
A todos nos toca un día, de lo que sea, haciendo cualquier cosa o en el hospital como me sucedió a mí este Martes recién pasado y no como visitante o invitado especial sino como paciente común y corriente.
Es la segunda vez en algo más de 8 años. Y casi por el mismo problema. Aquella vez para reparar una hernia inguinal (de la ingle) en el lado derecho. En esta ocasión, otra hernia pero del otro lado, el izquierdo.
Es bueno recalcar que las hernias se reparan, no se sacan como mucha gente supone y cree. Una debilidad en la musculatura lisa que rodea los intestinos o cualquier otro órgano interno, provoca algún agujero a través del cual los mismos se escabuyen y esa es la protuberancia que uno puede notar a simple vista.
Inicialmente una hernia no representa una emergencia y es una cirugía que puede hacerse de manera laparóscopica, que es un procedimiento poco invasivo y generalmente se realiza de manera ambulatoria. No te internan: te dejan ir el mismo día si no hay complicaciones.
La primera operación que me hicieron de ese tipo me dejó 3 hoyitos que casi han desaparecido ya. Esta segunda me ha dejado 4 y espero que no sólo desaparezcan, sino que no hayan más por los próximos 15 o 20 años.
Todo salió según el librito. Llegué al hospital a las 6:00 AM y a las 3:00 PM estaba de vuelta en la casa. No me dio mareos como la primera vez. Pude caminar sin demasiada dificultad y el dolor o no era muy intenso o fue amortiguado perfectamente por la anestesia y los calmantes que me administraron.
Me llamó la atención la cantidad de gente por la que tuve que pasar antes y después de la cirugía (incluyendo el cirujano y sus asistentes). Fueron más de 20, sin mentir, y no, no creo estar exagerando.
La nota alegre y divertida la puso una enfermera que ya casi cuando me iba se acercó a mi cubículo (no recuerdo el motivo) y se quedó extasiada al mirar mis brazos, que ¡qué hermosos eran!, que si hacía ejercicios, porque tengo muchas venas que aparecen y desaparecen con mucha facilidad.
Con razón dicen que la belleza es subjetiva y depende de los ojos que la miren, porque yo particularmente no les encuentro nada de atractivos ni tienen a mi parecer, nada especial que les pueda llamar la atención a nadie. Pero parece que estoy equivocado, y no, tampoco es la primera vez que me equivoco.
¡Ah! Hoy, luego de 3 días en la casa me sentí tan bien que hasta fui a trabajar. Sin contratiempos: todo bien, más o menos normal.
Es la segunda vez en algo más de 8 años. Y casi por el mismo problema. Aquella vez para reparar una hernia inguinal (de la ingle) en el lado derecho. En esta ocasión, otra hernia pero del otro lado, el izquierdo.
Es bueno recalcar que las hernias se reparan, no se sacan como mucha gente supone y cree. Una debilidad en la musculatura lisa que rodea los intestinos o cualquier otro órgano interno, provoca algún agujero a través del cual los mismos se escabuyen y esa es la protuberancia que uno puede notar a simple vista.
Inicialmente una hernia no representa una emergencia y es una cirugía que puede hacerse de manera laparóscopica, que es un procedimiento poco invasivo y generalmente se realiza de manera ambulatoria. No te internan: te dejan ir el mismo día si no hay complicaciones.
La primera operación que me hicieron de ese tipo me dejó 3 hoyitos que casi han desaparecido ya. Esta segunda me ha dejado 4 y espero que no sólo desaparezcan, sino que no hayan más por los próximos 15 o 20 años.
Todo salió según el librito. Llegué al hospital a las 6:00 AM y a las 3:00 PM estaba de vuelta en la casa. No me dio mareos como la primera vez. Pude caminar sin demasiada dificultad y el dolor o no era muy intenso o fue amortiguado perfectamente por la anestesia y los calmantes que me administraron.
Me llamó la atención la cantidad de gente por la que tuve que pasar antes y después de la cirugía (incluyendo el cirujano y sus asistentes). Fueron más de 20, sin mentir, y no, no creo estar exagerando.
La nota alegre y divertida la puso una enfermera que ya casi cuando me iba se acercó a mi cubículo (no recuerdo el motivo) y se quedó extasiada al mirar mis brazos, que ¡qué hermosos eran!, que si hacía ejercicios, porque tengo muchas venas que aparecen y desaparecen con mucha facilidad.
Con razón dicen que la belleza es subjetiva y depende de los ojos que la miren, porque yo particularmente no les encuentro nada de atractivos ni tienen a mi parecer, nada especial que les pueda llamar la atención a nadie. Pero parece que estoy equivocado, y no, tampoco es la primera vez que me equivoco.
¡Ah! Hoy, luego de 3 días en la casa me sentí tan bien que hasta fui a trabajar. Sin contratiempos: todo bien, más o menos normal.
Sunday, February 24, 2013
Reciprocidad en las redes
Y esta entrega va para desahogarme ...
Me da muchísima "cuerda" o "pique" como diríamos en Dominicana cuando una persona por una razón o la otra le pasa por encima, atropella y se salta las normas de la reciprocidad y la cortesía elementales.
Podría ser por ignorancia, porque uno nunca sabe con exactitud que es lo que pasa en la mente del otro y hay que darle por eso el beneficio de la duda. No por ello, sin embargo, deja uno de sentir el malestar.
La cuerda es con una tipa que es amiga mía en Facebook. Ella tiene una cuenta en Twitter y lo descubrí porque sus 'posts' salen publicados simultáneamente en ambas redes. Traté como es natural de seguirla allí pero su cuenta tenía el candadito indicándome con ello de que su acceso era restringido y había que pedir autorización para poder seguirla.
Mi política en esos casos es no seguir a nadie en esas condiciones. Sólo los sigo si la persona comienza a seguirme primero o si nos seguimos mutuamente antes de poner la restricción. Tengo más de un caso así.
En días pasados me llegó casualmente una invitación por Hotmail - no sé cómo llegó ahí porque no tengo asociado ese email con Twitter-, de esta persona invitándome a seguirla y yo de pendejo pues lo hice teniendo que esperar el proceso de ser aceptado como si estuviera solicitando un trabajo o un préstamo.
El caso es que a mí realmente no me interesaba seguirla. Sus contenidos no me llaman a la atención ni agregan nada relevante a mi vida. Me pareció, no obstante descortés rechazar su invitación pues es alguien conocido a nivel de hablar por teléfono y además hemos compartido en persona en más de una ocasión.
¡Adivinen! La tipa aceptó que yo la siguiera (¡qué gran honor!) pero ella no fue capaz de seguirme a mí. De eso hace ya varios días y de ahí viene mi descontento.
¿Y quién se cree ella que es? ¿Qué me está queriendo decir con eso? Soy bueno para seguirla pero no a la inversa. Me le acerco por una invitación que ella misma (supuestamente) me manda, me acepta pero al mismo tiempo no cree que debe seguirme a mí.
Eso no me parece muy justo y por lo tanto muy pronto, en unos días, dejaré de seguirla. La gente, si no sabe, tiene que aprender a comportarse. Los buenos modales, ante todo.
Me da muchísima "cuerda" o "pique" como diríamos en Dominicana cuando una persona por una razón o la otra le pasa por encima, atropella y se salta las normas de la reciprocidad y la cortesía elementales.
Podría ser por ignorancia, porque uno nunca sabe con exactitud que es lo que pasa en la mente del otro y hay que darle por eso el beneficio de la duda. No por ello, sin embargo, deja uno de sentir el malestar.
La cuerda es con una tipa que es amiga mía en Facebook. Ella tiene una cuenta en Twitter y lo descubrí porque sus 'posts' salen publicados simultáneamente en ambas redes. Traté como es natural de seguirla allí pero su cuenta tenía el candadito indicándome con ello de que su acceso era restringido y había que pedir autorización para poder seguirla.
Mi política en esos casos es no seguir a nadie en esas condiciones. Sólo los sigo si la persona comienza a seguirme primero o si nos seguimos mutuamente antes de poner la restricción. Tengo más de un caso así.
En días pasados me llegó casualmente una invitación por Hotmail - no sé cómo llegó ahí porque no tengo asociado ese email con Twitter-, de esta persona invitándome a seguirla y yo de pendejo pues lo hice teniendo que esperar el proceso de ser aceptado como si estuviera solicitando un trabajo o un préstamo.
El caso es que a mí realmente no me interesaba seguirla. Sus contenidos no me llaman a la atención ni agregan nada relevante a mi vida. Me pareció, no obstante descortés rechazar su invitación pues es alguien conocido a nivel de hablar por teléfono y además hemos compartido en persona en más de una ocasión.
¡Adivinen! La tipa aceptó que yo la siguiera (¡qué gran honor!) pero ella no fue capaz de seguirme a mí. De eso hace ya varios días y de ahí viene mi descontento.
¿Y quién se cree ella que es? ¿Qué me está queriendo decir con eso? Soy bueno para seguirla pero no a la inversa. Me le acerco por una invitación que ella misma (supuestamente) me manda, me acepta pero al mismo tiempo no cree que debe seguirme a mí.
Eso no me parece muy justo y por lo tanto muy pronto, en unos días, dejaré de seguirla. La gente, si no sabe, tiene que aprender a comportarse. Los buenos modales, ante todo.
La duda siempre quedará
En estos días como casi siempre, ocurren cosas, se superponen historias, se suceden acontecimientos que no son del todo nuevos. La vida está hecha de repeticiones.
Eventos similares ocurren todos los días, en todas partes y a todas horas, los cuales pueden cobrar o no notoriedad dependiendo de los actores que participan en ellas.
Sin quitarle importancia a ningún evento porque creo que todos tienen igual valor, quiero llamar la atención de dos casos que resuenan con bastante fuerza en los medios de comunicación. Situaciones de este tipo son espejos que permiten reflejar nuestra naturaleza de manera fidedigna.
Uno es la muerte de la modelo sudafricana Reeva Steenkamp a manos de su novio el famoso atleta olímpico y para-olímpico Oscar Pistorius a quién se le ha apodado con el nombre de Blade Runner por la prótesis que usa a manera de zapatos para correr.
El otro caso que me llama la atención es el de Jodi Arias a quién se le acusa de dar una muerte horrenda a quién fuera su novio y amante, Travis Alexander. Le propinó 27 puñaladas, además de dispararle con una arma de fuego y prácticamente degollarlo, cortándole la garganta casi de oreja a oreja.
¿Qué resentimiento tan grande puede guardar una persona para ensañarse así contra el cuerpo de alguien? Me imagino que mucho antes de llegar a la cuenta de 27, el tipo debe de haber estado muerto si no es que lo estaba antes a consecuencia del balazo recibido.
Va a ser muy difícil por no decir imposible, determinar con certeza las circunstancias que provocaron la muerte de estas personas. No hay testigos. Estamos a merced de lo que los victimarios digan y/o las evidencias en su contra que puedan salir a relucir en los juicios respectivos.
El hecho es que hay dos personas muertas y hágase "justicia" o no, el daño causado es irreversible, irreparable. Estas personas no volverán a vivir. Y la duda siempre quedará de si lo que se dijo allí, en la corte, fue la verdad.
Creo que cualquiera puede matar a otro-a en defensa propia y/o en un momento de locura. Ahora bien, si como se especula también ambas muertes fueron premeditadas y existen indicios en el caso de Pistorius de que este era muy celoso y controlador, estas cosas yo no las puedo entender fácilmente.
Se me hace difícil racionalizar la persona celosa que con una actitud posesiva y controladora pretenda obligar al otro-a a estar con él o con ella.
¿Qué mérito tiene el hacer que alguien esté con uno por intimidación, miedo o chantaje?
Hay que estar en los zapatos del otro-a para poder entender cosas como esas pero en mi caso yo lo veo siempre como un defecto en el razonamiento, una incapacidad en el procesamiento de la información y mi recomendación en situaciones parecidas, la mejor solución que puedo dar es que hay que salirse de ellas a como dé lugar.
Hay que tratar de romper el marco (de cualquier lado del marco en que nos encontremos), hay que tratar de poner pies en polvorosa y de ese modo tratar de ver la realidad desde otras perspectivas, en lo que las pasiones, que son siempre malas consejeras, se enfrían.
Cualquier mente fría y calmada puede ver con claridad que hay mucho mejores soluciones que quitarle la vida a otra persona o que se la quiten a uno, porque nunca se sabe ...
Eventos similares ocurren todos los días, en todas partes y a todas horas, los cuales pueden cobrar o no notoriedad dependiendo de los actores que participan en ellas.
Sin quitarle importancia a ningún evento porque creo que todos tienen igual valor, quiero llamar la atención de dos casos que resuenan con bastante fuerza en los medios de comunicación. Situaciones de este tipo son espejos que permiten reflejar nuestra naturaleza de manera fidedigna.
Uno es la muerte de la modelo sudafricana Reeva Steenkamp a manos de su novio el famoso atleta olímpico y para-olímpico Oscar Pistorius a quién se le ha apodado con el nombre de Blade Runner por la prótesis que usa a manera de zapatos para correr.
El otro caso que me llama la atención es el de Jodi Arias a quién se le acusa de dar una muerte horrenda a quién fuera su novio y amante, Travis Alexander. Le propinó 27 puñaladas, además de dispararle con una arma de fuego y prácticamente degollarlo, cortándole la garganta casi de oreja a oreja.
¿Qué resentimiento tan grande puede guardar una persona para ensañarse así contra el cuerpo de alguien? Me imagino que mucho antes de llegar a la cuenta de 27, el tipo debe de haber estado muerto si no es que lo estaba antes a consecuencia del balazo recibido.
Va a ser muy difícil por no decir imposible, determinar con certeza las circunstancias que provocaron la muerte de estas personas. No hay testigos. Estamos a merced de lo que los victimarios digan y/o las evidencias en su contra que puedan salir a relucir en los juicios respectivos.
El hecho es que hay dos personas muertas y hágase "justicia" o no, el daño causado es irreversible, irreparable. Estas personas no volverán a vivir. Y la duda siempre quedará de si lo que se dijo allí, en la corte, fue la verdad.
Creo que cualquiera puede matar a otro-a en defensa propia y/o en un momento de locura. Ahora bien, si como se especula también ambas muertes fueron premeditadas y existen indicios en el caso de Pistorius de que este era muy celoso y controlador, estas cosas yo no las puedo entender fácilmente.
Se me hace difícil racionalizar la persona celosa que con una actitud posesiva y controladora pretenda obligar al otro-a a estar con él o con ella.
¿Qué mérito tiene el hacer que alguien esté con uno por intimidación, miedo o chantaje?
Hay que estar en los zapatos del otro-a para poder entender cosas como esas pero en mi caso yo lo veo siempre como un defecto en el razonamiento, una incapacidad en el procesamiento de la información y mi recomendación en situaciones parecidas, la mejor solución que puedo dar es que hay que salirse de ellas a como dé lugar.
Hay que tratar de romper el marco (de cualquier lado del marco en que nos encontremos), hay que tratar de poner pies en polvorosa y de ese modo tratar de ver la realidad desde otras perspectivas, en lo que las pasiones, que son siempre malas consejeras, se enfrían.
Cualquier mente fría y calmada puede ver con claridad que hay mucho mejores soluciones que quitarle la vida a otra persona o que se la quiten a uno, porque nunca se sabe ...
Sunday, February 17, 2013
En la búsqueda de la mente perdida
¿Saben qué? Sin ser una meta o habérmelo propuesto de manera específica, yo, Fernando, he parado de tomar. No quiere decir que me haya vuelto un abstemio... Mi interés ha sido el de reducir a un mínimo la ingesta de alcohol con el fin de contrarrestar los desagradables efectos secundarios del día siguiente, llámese resaca y/o los dolores de cabeza que siempre acompañan cuando se toma mucho o ingiero cerveza (no importa la cantidad).
No preví, sin embargo, el que mi cuerpo se fuera a acostumbrar de manera tan rápida a estar sin nada de bebida en el sistema. No me ha estado haciendo falta. Debe estar relacionado con los cambios que he estado implementando en los últimos años pues como ya he dicho he ido cambiando mis hábitos de alimentación y nutrición por otros nuevos, en este caso, mucho más saludables.
Me ha costado mucho trabajo deshacerme de algunos alimentos como la carne pero sí he logrado aumentar grandemente la ingestión de vegetales y he suprimido casi por completo los huevos, el azúcar y la leche.
En el 2007 me propuse algo similar, un mes y medio antes de la juramentación para la ciudadanía. Dizque el diablo tienta (dice mi mamá) y no quería que fuera a ocurrir algo o que la policía me parara de manera casual y por coincidencia estuviera yo bajo la influencia del alcohol. En esa ocasión me sentí de maravillas pero una vez pasó el evento retomé mi rutina habitual como a los dos meses.
Pero en esta ocasión existe una nueva razón que se suma a las anteriores para querer tratar de disminuir el consumo de bebidas alcohólicas: quiero tener la mente que tenía antes. Siento que la perdí al entrar a la universidad, después de mudarme del campo para la Capital. Y quiero tener esa mente de nuevo, la que me permitió aprender Francés en mi casa, escuchando a RFI, la emisora internacional de Francia. Añoro volver a tener el cerebro prodigioso que tenía, el que me hizo posible que aprendiera a leer solo, sin profesor y sin ir a la escuela (le hacía preguntas a mi hermano mayor), el mismo que me permitió leer todo, absolutamente todo lo que cayó en mis manos y en las ajenas, con una voracidad insaciable dónde los únicos límites los impusieron la falta de recursos y la escasez de libros.
Creo que tengo ahora una idea más clara de qué fue lo que pasó y los factores que contribuyeron al descarrilamiento de ese tren. Lo importante es que esos factores no existen ya y por lo tanto es muy posible que aplicando los correctivos de lugar se puedan revertir los daños causados.
Por lo pronto debo confesar que algunas cosas están saliendo mejor de lo esperado.
Saturday, February 16, 2013
Sin saberlo nos controlan
Hace más de un mes dejé de utilizar el buscador de Google. Ahora utilizo Bing pero no estoy tan seguro de que este último no esté ejecutando el mismo tipo de acciones que me hicieron salir corriendo de las garras del primero.
¿A que tipo de acciones me refiero? Nada más y nada menos que al recuento y registro que hace Google (y no sólo Google sino también los demás buscadores -incluyendo a Facebook) de todos los lugares y sitios de Internet que yo visito y como quien no quiere la cosa, arreglárselas para presentarme en las páginas posteriores, duplicados de las cosas y/o los artículos a los que le había prestado interés en las páginas previas.
Si por alguna razón has 'clickeado' o le has puesto atención a una camisa específica de Jos A Bank o te has interesado en un artículo de Vitacost, esas mismas cosas te las presentan sin ningún tipo de sutileza, anunciadas en las márgenes de las nuevas páginas que visites desde ese momento en adelante.
A menos que te des cuenta y pongas algún tipo de correctivo.
Así de repente, un buen día fue como para volverme loco tratando de averiguar cómo lo hacían y a partir de qué momento comenzaron a hacerlo. Tuve que andar mucho en los controles del navegador Chrome para desactivar algunas cosas que de manera consciente nunca activé, cosas que probablemente pusieron ahí en una de esas actualizaciones que con bastante frecuencia ellos hacen.
Porque eso hacen los todopoderosos motores de búsqueda con Google a la cabeza. Ellos te estudian basados en las clases de preguntas que haces, las cosas que buscas, los lugares que frecuentas, los objetos a las que les prestas atención por el número de clicks que le das y así se hacen dueños de tu mente pues con cada tecla que pulsas te das más a conocer y ya casi adivinan lo que quieres.
Todo esto genera mucha suspicacia y con razón. Un artículo recientemente titulado "The Searchers" (Los buscadores), toca de manera profunda el tema y llama especialmente la atención de que Google (y los demás motores de búsqueda) ya no hacen una investigación 'hacia afuera' tratando de satisfacer las necesidades de quién busca o investiga sino que la hacen 'hacia adentro' intentando presentar una respuesta a la medida, basada en lo que saben de antemano del individuo. A partir del conocimiento previo que ya poseen de las personas, extraído de las inferencias que pueden hacer por sus conductas anteriores, intentan suplirle lo que consideran la persona necesita o anda buscando.
La realidad es que la verdadera búsqueda, la verdadera exploración es encontrarse con lo que no se está esperando, lo nuevo, lo desconocido... No avanzamos cuando se nos sirve el mismo platillo, visitamos los mismos sitios, recorremos territorios ya explorados o repetimos las mismas experiencias.
Y parece que la tendencia creciente es hacia este tipo de manipulación en todos los niveles. Existen compañías que al igual que Google analizan la inmensa cantidad de información digital que a diario producimos, estudian nuestros hábitos de navegación, investigan todos los rastros que vamos dejando y a través de espiarnos con las "galletitas" esas (cookies) pretenden servirse de ello para los fines que mejor les parezca, ya sea, para cosas inofensivas como tratar de vendernos algún producto pero también para influenciarnos políticamente o darnos a la carta la serie o película que supuestamente nos interesa ver.
"House of Cards", la nueva serie que acaba de producir y sacar al aire Netflix es el resultado directo de ese tipo de conocimientos que las empresas pueden extraer y generar a partir de la información que sin saberlo, nosotros les proporcionamos. Esta compañía ha creado una serie 'original' a la carta, creada en base a toda la información que han logrado acumular de qué es lo que le gusta a la gente.
Lo mismo puede esperarse de los gobiernos. Teniendo a su disposición todos los datos de las cosas que le interesan o no a la gente es difícil que se resistan y no traten de sacarle provecho, que no los usen con el propósito de controlar a sus ciudadanos y si fuera necesario privarlos de su libertad cuando los mismos presenten algún tipo de riesgo o peligro al status quo.
La ironía es que cuando supuestamente la tecnología debería salvarnos y darnos más libertad, parece que nos lleva por el camino contrario y en vez de liberarnos, nos aprisiona, nos pone más a merced de todos los que tienen el poder de controlarla para hacer con ello lo que les venga en gana.
¿A que tipo de acciones me refiero? Nada más y nada menos que al recuento y registro que hace Google (y no sólo Google sino también los demás buscadores -incluyendo a Facebook) de todos los lugares y sitios de Internet que yo visito y como quien no quiere la cosa, arreglárselas para presentarme en las páginas posteriores, duplicados de las cosas y/o los artículos a los que le había prestado interés en las páginas previas.
Si por alguna razón has 'clickeado' o le has puesto atención a una camisa específica de Jos A Bank o te has interesado en un artículo de Vitacost, esas mismas cosas te las presentan sin ningún tipo de sutileza, anunciadas en las márgenes de las nuevas páginas que visites desde ese momento en adelante.
A menos que te des cuenta y pongas algún tipo de correctivo.
Así de repente, un buen día fue como para volverme loco tratando de averiguar cómo lo hacían y a partir de qué momento comenzaron a hacerlo. Tuve que andar mucho en los controles del navegador Chrome para desactivar algunas cosas que de manera consciente nunca activé, cosas que probablemente pusieron ahí en una de esas actualizaciones que con bastante frecuencia ellos hacen.
Porque eso hacen los todopoderosos motores de búsqueda con Google a la cabeza. Ellos te estudian basados en las clases de preguntas que haces, las cosas que buscas, los lugares que frecuentas, los objetos a las que les prestas atención por el número de clicks que le das y así se hacen dueños de tu mente pues con cada tecla que pulsas te das más a conocer y ya casi adivinan lo que quieres.
Todo esto genera mucha suspicacia y con razón. Un artículo recientemente titulado "The Searchers" (Los buscadores), toca de manera profunda el tema y llama especialmente la atención de que Google (y los demás motores de búsqueda) ya no hacen una investigación 'hacia afuera' tratando de satisfacer las necesidades de quién busca o investiga sino que la hacen 'hacia adentro' intentando presentar una respuesta a la medida, basada en lo que saben de antemano del individuo. A partir del conocimiento previo que ya poseen de las personas, extraído de las inferencias que pueden hacer por sus conductas anteriores, intentan suplirle lo que consideran la persona necesita o anda buscando.
La realidad es que la verdadera búsqueda, la verdadera exploración es encontrarse con lo que no se está esperando, lo nuevo, lo desconocido... No avanzamos cuando se nos sirve el mismo platillo, visitamos los mismos sitios, recorremos territorios ya explorados o repetimos las mismas experiencias.
Y parece que la tendencia creciente es hacia este tipo de manipulación en todos los niveles. Existen compañías que al igual que Google analizan la inmensa cantidad de información digital que a diario producimos, estudian nuestros hábitos de navegación, investigan todos los rastros que vamos dejando y a través de espiarnos con las "galletitas" esas (cookies) pretenden servirse de ello para los fines que mejor les parezca, ya sea, para cosas inofensivas como tratar de vendernos algún producto pero también para influenciarnos políticamente o darnos a la carta la serie o película que supuestamente nos interesa ver.
"House of Cards", la nueva serie que acaba de producir y sacar al aire Netflix es el resultado directo de ese tipo de conocimientos que las empresas pueden extraer y generar a partir de la información que sin saberlo, nosotros les proporcionamos. Esta compañía ha creado una serie 'original' a la carta, creada en base a toda la información que han logrado acumular de qué es lo que le gusta a la gente.
Lo mismo puede esperarse de los gobiernos. Teniendo a su disposición todos los datos de las cosas que le interesan o no a la gente es difícil que se resistan y no traten de sacarle provecho, que no los usen con el propósito de controlar a sus ciudadanos y si fuera necesario privarlos de su libertad cuando los mismos presenten algún tipo de riesgo o peligro al status quo.
La ironía es que cuando supuestamente la tecnología debería salvarnos y darnos más libertad, parece que nos lleva por el camino contrario y en vez de liberarnos, nos aprisiona, nos pone más a merced de todos los que tienen el poder de controlarla para hacer con ello lo que les venga en gana.
Saturday, January 26, 2013
Invasión personal
Se imaginan escribir un diario por 26 años seguidos. Eso hizo Virginia Woolf desde el 1915 hasta 1941, año de su muerte. 26 tomos dejó y tanta prolijidad hace que nos sintamos muy precarios y avergonzados ante lo que nos cuesta escribir más de una entrega semanal en este blog.
Hay que apurar el paso pues las neuronas no dejan nunca de trabajar y son muchas las ideas, muchos los puntos de vista y las opiniones propias que tenemos sobre el mundo y lo que en él acontece, que por desidia dejamos pasar y necesitan ser expresadas y compartidas.
De manera particular me pregunto el porqué me enfurecen tanto las actualizaciones con motivos religiosos (hay de otros tipos también) que hace la gente en plataformas como las de Facebook.
Debe ser porque la gente prácticamente se desnuda con algunas entregas y no todo el mundo refleja una buena imagen al estar "en cueros".
Puede ser también porque se siente como una invasión personal, es como si entraran de manera inesperada a tu casa, sin pedir permiso, cada uno de esos 'estatuses' donde se comparte de manera íntima el sentir real de alguien.
¿Qué necesidad tengo yo de enterarme de la oración que hace alguien? ¿Y qué necesidad tiene la otra persona de hacerla explícita y hacerme partícipe de su agradecimiento, devoción y entrega al "altísimo"?
Para colmo me da mucha risa y me pregunto, ¡cómo puede ser la gente tan tonta de creerse y proyectar todas esas imágenes antropomórficas de lo que es Dios, los ángeles, la vida en el cielo, etc., proyecciones todas creadas sin mucha imaginación y siempre hechas a imagen y semejanza de los seres humanos y la vida terrenal!
Lo extraño del caso es que las personas en vivo, de carne y hueso, no son tan insoportables cuando nos las encontramos en la calle, en fiestas o en el trabajo y compartimos e intercambiamos impresiones del mundo y sus afanes.
Hay que apurar el paso pues las neuronas no dejan nunca de trabajar y son muchas las ideas, muchos los puntos de vista y las opiniones propias que tenemos sobre el mundo y lo que en él acontece, que por desidia dejamos pasar y necesitan ser expresadas y compartidas.
De manera particular me pregunto el porqué me enfurecen tanto las actualizaciones con motivos religiosos (hay de otros tipos también) que hace la gente en plataformas como las de Facebook.
Debe ser porque la gente prácticamente se desnuda con algunas entregas y no todo el mundo refleja una buena imagen al estar "en cueros".
Puede ser también porque se siente como una invasión personal, es como si entraran de manera inesperada a tu casa, sin pedir permiso, cada uno de esos 'estatuses' donde se comparte de manera íntima el sentir real de alguien.
¿Qué necesidad tengo yo de enterarme de la oración que hace alguien? ¿Y qué necesidad tiene la otra persona de hacerla explícita y hacerme partícipe de su agradecimiento, devoción y entrega al "altísimo"?
Para colmo me da mucha risa y me pregunto, ¡cómo puede ser la gente tan tonta de creerse y proyectar todas esas imágenes antropomórficas de lo que es Dios, los ángeles, la vida en el cielo, etc., proyecciones todas creadas sin mucha imaginación y siempre hechas a imagen y semejanza de los seres humanos y la vida terrenal!
Lo extraño del caso es que las personas en vivo, de carne y hueso, no son tan insoportables cuando nos las encontramos en la calle, en fiestas o en el trabajo y compartimos e intercambiamos impresiones del mundo y sus afanes.
Friday, January 25, 2013
Ideas sueltas
Es preciso contrarrestar algunos planteamientos erróneos que se cuelan por ahí sin que se le hagan las debidas aclaraciones y correcciones de rigor.
La idea de pecado es un buen ejemplo. Hay que recordar que algo es pecaminoso dentro de cierto marco, dentro de cierto contexto, las más de las veces de carácter religioso.
Si una persona se considera fuera de ese marco entonces la palabra o la acción por la que se peca deja de tener sentido. Estaría fuera de lugar toda conversación en la que el elemento pecado saliera a relucir.
Es bueno también precisar que no se debe confundir algo que es caracterizado como pecaminoso (para algunos) con algo que es ilegal. Podría serlo pero no necesariamente.
Lo importante es poder discernir y no dejarse chantajear por la idea de pecado o aceptar que algo es conducente a pecar sin percatarnos que al responder al agravio de alguna manera estamos aceptando el marco teórico que sirve de base a su enunciación.
No importa que un acto sea agradable o desagradable a nuestros ojos. Es el marco bajo el cual se pretende juzgar tildándolo de ser un pecado o no lo que determina la presencia y la aceptación de premisas ocultas.
Otro tópico de interés es el ateísmo. Considero innecesaria la constante negación que hacen los ateístas de la existencia de Dios. No veo el porqué la insistencia en negar algo que no existe. ¿Para qué hablar de ello? Con su afán se vuelven tan fanáticos como los mismos fanáticos que pretenden combatir.
El hacer referencia de manera incesante hacia algo que es inexistente de alguna manera le da validez al discurso contrario. Es como hacerle el juego al otro bando. La existencia de esa contraparte o de esa resistencia activa no consigue otra cosa que reforzar y radicalizar la posición de los que sí son creyentes.
Llama también la atención la falta de independencia que exhiben las personas en cuanto a tener ideas por sí mismas. Atacan una posición bajo una coyuntura y dejan de atacarla bajo otra. La misma posición. Y entonces uno se pregunta, ¿dónde está la consistencia?
La idea de pecado es un buen ejemplo. Hay que recordar que algo es pecaminoso dentro de cierto marco, dentro de cierto contexto, las más de las veces de carácter religioso.
Si una persona se considera fuera de ese marco entonces la palabra o la acción por la que se peca deja de tener sentido. Estaría fuera de lugar toda conversación en la que el elemento pecado saliera a relucir.
Es bueno también precisar que no se debe confundir algo que es caracterizado como pecaminoso (para algunos) con algo que es ilegal. Podría serlo pero no necesariamente.
Lo importante es poder discernir y no dejarse chantajear por la idea de pecado o aceptar que algo es conducente a pecar sin percatarnos que al responder al agravio de alguna manera estamos aceptando el marco teórico que sirve de base a su enunciación.
No importa que un acto sea agradable o desagradable a nuestros ojos. Es el marco bajo el cual se pretende juzgar tildándolo de ser un pecado o no lo que determina la presencia y la aceptación de premisas ocultas.
Otro tópico de interés es el ateísmo. Considero innecesaria la constante negación que hacen los ateístas de la existencia de Dios. No veo el porqué la insistencia en negar algo que no existe. ¿Para qué hablar de ello? Con su afán se vuelven tan fanáticos como los mismos fanáticos que pretenden combatir.
El hacer referencia de manera incesante hacia algo que es inexistente de alguna manera le da validez al discurso contrario. Es como hacerle el juego al otro bando. La existencia de esa contraparte o de esa resistencia activa no consigue otra cosa que reforzar y radicalizar la posición de los que sí son creyentes.
Llama también la atención la falta de independencia que exhiben las personas en cuanto a tener ideas por sí mismas. Atacan una posición bajo una coyuntura y dejan de atacarla bajo otra. La misma posición. Y entonces uno se pregunta, ¿dónde está la consistencia?
Sunday, January 20, 2013
Los afectos
Estoy pensando en las fuerzas que impulsan la actividad de los seres humanos en el mundo. Lo que hace que nos movamos de un lado a otro, recorramos grandes distancias, nos mudemos de país en país y sin pensarlo dos veces nos traslademos hacia lugares insospechados.
En la presencia de estas fuerzas, hacemos obras grandiosas que pueden parecer grandes sacrificios pero en realidad no requieren ningún esfuerzo, pues son cosas que se hacen por gusto y por placer.
No me refiero al dinero ni siquiera al petróleo que es el combustible que enciende los motores de la modernidad.
No son cosas tangibles ni materiales, en su mayoría, las que nos propulsan a alterar nuestros estados de movimiento o inercia.
Son más bien las intangibles, las inmateriales, las no visibles, las que nos proveen la chispa y el carburante necesarios para iniciar y mantener el viaje.
Me refiero a las pasiones, los sentires, esas emociones que cohesionan el ser y lo convierten en una sola entidad altamente funcional y productiva.
Sobretodo me refiero a los afectos. Todos los tipos.
En su presencia todo es posible, cercano, accesible, alcanzable.
En su ausencia todo es difícil, lejano, imposible, inalcanzable.
En la presencia de estas fuerzas, hacemos obras grandiosas que pueden parecer grandes sacrificios pero en realidad no requieren ningún esfuerzo, pues son cosas que se hacen por gusto y por placer.
No me refiero al dinero ni siquiera al petróleo que es el combustible que enciende los motores de la modernidad.
No son cosas tangibles ni materiales, en su mayoría, las que nos propulsan a alterar nuestros estados de movimiento o inercia.
Son más bien las intangibles, las inmateriales, las no visibles, las que nos proveen la chispa y el carburante necesarios para iniciar y mantener el viaje.
Me refiero a las pasiones, los sentires, esas emociones que cohesionan el ser y lo convierten en una sola entidad altamente funcional y productiva.
Sobretodo me refiero a los afectos. Todos los tipos.
En su presencia todo es posible, cercano, accesible, alcanzable.
En su ausencia todo es difícil, lejano, imposible, inalcanzable.
Saturday, January 19, 2013
Me cuesta mucho trabajo
Les voy a hacer una confesión.
Me cuesta mucho trabajo disfrutar de algo a lo que no le veo futuro. Llámese esto un trabajo, una relación amistosa, una relación amorosa o cualquier otra cosa.
Mi expectativa inicial al entrar en cualquier actividad o empresa de cierta envergadura, es siempre que voy a durar mucho tiempo, aún si el asunto tiene corta duración o sólo sobrevive una noche o talvez un día. Busco y espero siempre que ese algo pueda ser duradero.
Si de antemano sé o descubro que hay escollos u obstáculos que se interponen para que esa relación a largo plazo -de lo que sea- no tenga muchas probabilidades de éxito, se marchita mi interés y se me hace muy difícil continuar.
La frustración que produce el encontrar ciertas barreras que parecen infranqueables, cosas que parecen imposibles de superar o solucionar me paralizan y con mucha frecuencia a la menor oportunidad busco la primera puerta que se abre para salir.
Se me hace muy cuesta arriba recorrer un camino que de antemano veo no me lleva a un destino deseado. Hago proyecciones, elaboro teorías con los datos y los elementos que tengo a mi disposición en esos momentos y si los resultados no van en la dirección que creo deben ir las cosas no le veo sentido a quedarme ahí varado. Prefiero seguir adelante pero en otra dirección.
Puedo disfrutar de una relación casual, donde uno se deja llevar por el momento y las circunstancias y dónde no hay ningún tipo de compromiso pero tengo que no haber pensado en ello, tengo que haberme abandonado a los sentidos exclusivamente, pues si me pongo a pensar, dejo de encontrarle placer pues veo todo como una pérdida de tiempo.
Por otro lado, el saber que algo va a terminar, que algo que me gusta va a acabar, me arruina el momento y hago como el general Argentino (no logro acordarme de si es una historia real o ficticia que leí o me contaron) que en medio de la batalla le traen un vaso de agua y prefiere tirarla pues si no hay agua para todos y si la sed los va a arrasar de todos modos, el quiere adelantarse a eso y en vez de esperar, en vez de dilatar la llegada del mal, el sale a su encuentro.
Hasta hace poco tiempo no me había puesto a cuestionar la validez de manejarse en base a premisas como las enunciadas anteriormente. Y de repente otras ideas han surgido dentro de mi cabeza.
¿Y qué tal si yo estuviera equivocado? En mi trabajo anterior yo sólo pensaba durar 3 meses y sin embargo por circunstancias que no vienen al caso señalar, me pasé más de 6 años. Y desde hace casi un año he vuelto a trabajar en el área de la cual me salí tiempo atrás, pues estando fuera descubrí que me produce más satisfacciones que las que he derivado de mi trabajo previo.
Talvez, si no le ponemos restricciones, debería ocurrir lo mismo en las otras esferas de la vida. Debería preocuparme menos por encontrar la situación ideal que no existe y vivir más la actual que sí existe y es la que está ahí en frente nuestro todos los días.
Nada es estático. Uno cambia, las personas cambian, las circunstancias cambian
¿Quién dice que lo que hoy no es ideal no puede evolucionar para serlo y viceversa?
La meta final-final no es agradable y todos la conocemos y llega de todos modos sin proponérnosla. No hay que salir a su encuentro. Por el contrario hay que tratar de demorarla lo más que se pueda.
Mientras ese final no deseado llega, lo más juicioso parece ser hacer que las cosas funcionen con lo que se tiene a mano. Sin buscar soluciones fáciles. Y sobretodo, sin preocuparnos tanto hacia donde nos llevará ese tren que llamamos vida.
Al final de cuentas, controlamos menos de lo que creemos podemos controlar. Es la conclusión a la que he podido llegar en estos últimos días. Y creo que llegaré a otras más.
Sunday, January 13, 2013
El suicidio de Aaron Swartz. ¿Qué podemos hacer?
Todas las muertes duelen. Al menos eso creo yo. A alguna gente más que a otra, claro está. Y dependiendo de las circunstancias, unas se sienten con mayor intensidad que otras.
El suicidio es una de esas muertes que más impactan. Es como si fuera un accidente. Es algo inesperado que no da tiempo a reaccionar hasta que ya es muy tarde.
El dolor es más pronunciado si quién decide quitarse la vida es una persona joven, brillante: casi un genio. Además un activista social, alguien que se preocupa por el bien común, la libertad colectiva, el bienestar general de todos y que contribuye con acciones y hechos a hacer de este mundo uno mejor.
Si lo que llevó a esta persona a tomar esa decisión fue la persecución injusta, hasta cierto punto provocada por el ensañamiento del estado y del sistema judicial en contra de ella por un crimen que no provocó víctimas, entonces el sentimiento de dolor e impotencia es más profundo.
Estoy hablando de Aaron Swarts que a estas alturas todo el mundo debe saber quién es y quién se suicidó el pasado viernes 11 de Enero.
Gran parte del día de ayer y parte del de hoy me la he pasado leyendo sobre su vida y su obra, su legado y sobretodo las abrumadoras muestras de afecto, amor y cariño que no han dejado de manifestarse a través de todos los medios de comunicación.
Y me queda la duda, me queda la pregunta de si Aaron sabía que el iba a provocar todo eso, si el sabía que iba a ser extrañado tanto. Y de haberlo sabido, de haberlo sentido, si eso habría podido ser suficiente, si eso habría podido evitar que se suicidara.
Son interrogantes que me hago una y otra vez: ¿qué cosas puede hacer uno para prevenir el suicidio de alguien? ¿Cómo saber que se ha hecho todo lo que es posible antes de que sea demasiado tarde?
Es fácil lamentar lo que ya ha ocurrido... Llorar, afligirse, acusar el gobierno son todas cosas válidas que podemos hacer, pero ninguna de esas podrá devolver la vida a esta persona tan apreciada y tan querida.
¿Cuántos más como él (o quizás sea una ella) existen por ahí y de alguna manera nosotros tenemos en nuestras manos el poder de evitar que lleguen a tomar una solución tan extrema?
¿En realidad tenemos ese poder? Y si lo tenemos, ¿qué podemos hacer?
El suicidio es una de esas muertes que más impactan. Es como si fuera un accidente. Es algo inesperado que no da tiempo a reaccionar hasta que ya es muy tarde.
El dolor es más pronunciado si quién decide quitarse la vida es una persona joven, brillante: casi un genio. Además un activista social, alguien que se preocupa por el bien común, la libertad colectiva, el bienestar general de todos y que contribuye con acciones y hechos a hacer de este mundo uno mejor.
Si lo que llevó a esta persona a tomar esa decisión fue la persecución injusta, hasta cierto punto provocada por el ensañamiento del estado y del sistema judicial en contra de ella por un crimen que no provocó víctimas, entonces el sentimiento de dolor e impotencia es más profundo.
Estoy hablando de Aaron Swarts que a estas alturas todo el mundo debe saber quién es y quién se suicidó el pasado viernes 11 de Enero.
Gran parte del día de ayer y parte del de hoy me la he pasado leyendo sobre su vida y su obra, su legado y sobretodo las abrumadoras muestras de afecto, amor y cariño que no han dejado de manifestarse a través de todos los medios de comunicación.
Y me queda la duda, me queda la pregunta de si Aaron sabía que el iba a provocar todo eso, si el sabía que iba a ser extrañado tanto. Y de haberlo sabido, de haberlo sentido, si eso habría podido ser suficiente, si eso habría podido evitar que se suicidara.
Son interrogantes que me hago una y otra vez: ¿qué cosas puede hacer uno para prevenir el suicidio de alguien? ¿Cómo saber que se ha hecho todo lo que es posible antes de que sea demasiado tarde?
Es fácil lamentar lo que ya ha ocurrido... Llorar, afligirse, acusar el gobierno son todas cosas válidas que podemos hacer, pero ninguna de esas podrá devolver la vida a esta persona tan apreciada y tan querida.
¿Cuántos más como él (o quizás sea una ella) existen por ahí y de alguna manera nosotros tenemos en nuestras manos el poder de evitar que lleguen a tomar una solución tan extrema?
¿En realidad tenemos ese poder? Y si lo tenemos, ¿qué podemos hacer?
Friday, January 11, 2013
¿Quién controla la bestia?
Hoy tuve una pequeña discusión amistosa con un compañero de trabajo. Mientras hablábamos por teléfono me contaba que en esos momentos le acababa de cruzar por el frente, una muchacha con unas licras muy ajustadas.
A su juicio eso era una provocación. Ella no debía vestirse así. Si alguien se ponía de fresco, ella era la culpable, ella se lo buscaba... que su esposa no se atrevería a salir así de la casa, a la calle y más cosas en el mismo orden.
Lo paré en medio de la conversación y le dije que ella podía vestirse como le diera la gana y que eso no significaba que nadie tuviera derecho a propasarse.
Para mí su forma de ver las cosas implicaba que las mujeres debían pensar o saber la manera como piensan los hombres y que en todo caso eran ellas quiénes debían protegerlos vistiéndose de manera que no despertaran ningún deseo malsano de decirle cosas de mal gusto o el manosearlas como sugirío él estaban ellas expuestas al usar ese tipo de vestimenta.
¡Increíble! Lo que uno tiene que oir. Esta es una persona con la que hablo todos los días y que me llama para cada cosa y así es como piensa, así es como ve la realidad en cuanto a la relación y el intercambio entre los sexos.
Ya que no salía a relucir en la conversación, tuve que recordarle que como hombres el problema de controlarnos era nuestro, no necesariamente de las mujeres.... Esfuerzo inútil: no lo convencí. Diplomáticamente me dijo que respetaba mis opiniones pero que no estaba de acuerdo.
Ante la sorpresa que me dió escuchar el punto de vista de este individuo debo reconocer que no todo el mundo ha tenido la suerte que he tenido yo de haber convivido siempre rodeado de mujeres: amigas, familiares, compañeras de estudio y de trabajo, lo cual me da cierta ventaja para conocer la realidad del segundo sexo (o el primero dependiendo de donde o quién empiece a contar).
Asimismo creo que por la misma razón anterior me paso de ser super controlado y atiendo menos a mis pulsiones y presiones internas que a algunas señales externas. Debido a eso también, en más de una ocasión he perdido oportunidades de tener sexo, alguna que otra gente ha confundido mi orientación sexual y hasta reprimido sexual me han llamado.
No obstante, prefiero dar todas esas señales falsas y no a la inversa de comportarme como un cretino o un imbécil que no sabe diferenciar la bestia que todos llevamos dentro y sobre quién recae el control que debemos ejercer sobre ella.
A su juicio eso era una provocación. Ella no debía vestirse así. Si alguien se ponía de fresco, ella era la culpable, ella se lo buscaba... que su esposa no se atrevería a salir así de la casa, a la calle y más cosas en el mismo orden.
Lo paré en medio de la conversación y le dije que ella podía vestirse como le diera la gana y que eso no significaba que nadie tuviera derecho a propasarse.
Para mí su forma de ver las cosas implicaba que las mujeres debían pensar o saber la manera como piensan los hombres y que en todo caso eran ellas quiénes debían protegerlos vistiéndose de manera que no despertaran ningún deseo malsano de decirle cosas de mal gusto o el manosearlas como sugirío él estaban ellas expuestas al usar ese tipo de vestimenta.
¡Increíble! Lo que uno tiene que oir. Esta es una persona con la que hablo todos los días y que me llama para cada cosa y así es como piensa, así es como ve la realidad en cuanto a la relación y el intercambio entre los sexos.
Ya que no salía a relucir en la conversación, tuve que recordarle que como hombres el problema de controlarnos era nuestro, no necesariamente de las mujeres.... Esfuerzo inútil: no lo convencí. Diplomáticamente me dijo que respetaba mis opiniones pero que no estaba de acuerdo.
Ante la sorpresa que me dió escuchar el punto de vista de este individuo debo reconocer que no todo el mundo ha tenido la suerte que he tenido yo de haber convivido siempre rodeado de mujeres: amigas, familiares, compañeras de estudio y de trabajo, lo cual me da cierta ventaja para conocer la realidad del segundo sexo (o el primero dependiendo de donde o quién empiece a contar).
Asimismo creo que por la misma razón anterior me paso de ser super controlado y atiendo menos a mis pulsiones y presiones internas que a algunas señales externas. Debido a eso también, en más de una ocasión he perdido oportunidades de tener sexo, alguna que otra gente ha confundido mi orientación sexual y hasta reprimido sexual me han llamado.
No obstante, prefiero dar todas esas señales falsas y no a la inversa de comportarme como un cretino o un imbécil que no sabe diferenciar la bestia que todos llevamos dentro y sobre quién recae el control que debemos ejercer sobre ella.
No tengo tiempo
Un amigo me manda un texto con un enlace de un video de dos horas en YouTube, diciéndome que cuando tenga tiempo debo verlo porque me aclarará lo que está pasando en el mundo hoy.
Para convencerme me pone que no lo voy a lamentar pero me chantajea al agregarle que si no lo veo soy yo el que se lo pierde.
Debo decirlo aquí porque por respeto y consideración no se lo puedo decir en su propia cara:
Pues lo siento mucho amigo, pero no tengo tiempo. Además sé por donde vas y creo que no me vas a convencer con tus argumentos o los que tomas prestados.
En las últimas elecciones votaste y defendiste a Romney, crees que la gente que recibe asistencia pública son el principal problema de este país y eres un defensor de la NRA (National Rifle Association) y la tenencia irrestricta de armas de fuego.... y esas son sólo muestras de la forma de pensar tuya.
Para colmo eres de los que cree que los niños que mataron en la masacre de Sandy Hook se convirtieron en ángeles y ahora están en un lugar mejor porque están en el cielo.
Oye, pero eso sí que es una aberración, cuánto sin sentido está detrás de creer algo así, porque la derivación lógica de hacer ese razonamiento es que le han hecho un favor a estos niños.
Imagínate que a los 8 años ya yo había descubierto que algo semejante era ilógico e irracional pues si todos los niños cuando mueren van al cielo (lugar del que nadie tiene pruebas reales de su existencia pero que supuestamente es ideal para vivir eternamente) entonces morir a una temprana edad era una bendición, no había razón para llorar o lamentar sus muertes. Había que morir joven decía yo, entonces.
Además, el día primero de Enero nos mandaste a la mierda por FB (y que sabíamos quiénes éramos) porque no te hicimos mucho caso con tus mensajitos de navidad, cumpleaños, etc., etc.
Y la verdad es, que nos tienes harto. A mí en particular que me dan tres pitos la navidad, el año nuevo y demás fiestas del día del padre, Thanskgiving, blah, blah.
Para más decirte, creo que tienes una idea muy equivocada de mí. Ni siquiera el día de mi cumpleaños lo celebro. Con eso te digo todo ...
Para convencerme me pone que no lo voy a lamentar pero me chantajea al agregarle que si no lo veo soy yo el que se lo pierde.
Debo decirlo aquí porque por respeto y consideración no se lo puedo decir en su propia cara:
Pues lo siento mucho amigo, pero no tengo tiempo. Además sé por donde vas y creo que no me vas a convencer con tus argumentos o los que tomas prestados.
En las últimas elecciones votaste y defendiste a Romney, crees que la gente que recibe asistencia pública son el principal problema de este país y eres un defensor de la NRA (National Rifle Association) y la tenencia irrestricta de armas de fuego.... y esas son sólo muestras de la forma de pensar tuya.
Para colmo eres de los que cree que los niños que mataron en la masacre de Sandy Hook se convirtieron en ángeles y ahora están en un lugar mejor porque están en el cielo.
Oye, pero eso sí que es una aberración, cuánto sin sentido está detrás de creer algo así, porque la derivación lógica de hacer ese razonamiento es que le han hecho un favor a estos niños.
Imagínate que a los 8 años ya yo había descubierto que algo semejante era ilógico e irracional pues si todos los niños cuando mueren van al cielo (lugar del que nadie tiene pruebas reales de su existencia pero que supuestamente es ideal para vivir eternamente) entonces morir a una temprana edad era una bendición, no había razón para llorar o lamentar sus muertes. Había que morir joven decía yo, entonces.
Además, el día primero de Enero nos mandaste a la mierda por FB (y que sabíamos quiénes éramos) porque no te hicimos mucho caso con tus mensajitos de navidad, cumpleaños, etc., etc.
Y la verdad es, que nos tienes harto. A mí en particular que me dan tres pitos la navidad, el año nuevo y demás fiestas del día del padre, Thanskgiving, blah, blah.
Para más decirte, creo que tienes una idea muy equivocada de mí. Ni siquiera el día de mi cumpleaños lo celebro. Con eso te digo todo ...
Wednesday, January 2, 2013
Libertad de expresión
La frase con la que se titula esta entrega de hoy no era el tema de lo que quería escribir originalmente.
No puedo, sin embargo, dejar pasar por alto el asunto en cuestión pues me acaban de invitar a firmar una petición para pedir la prohibición en Facebook de un grupo que se piensa formar allí con el nombre de "Fundación Rafael Leonidas Trujillo Molina" (no sé si ya está formado y tampoco me interesa).
Y yo no estoy de acuerdo con la petición. No estoy de acuerdo con que se quiera prohibir semejante cosa. Por más repulsivo que a mí personalmente me parezca, creo que es primordial el derecho que tienen las personas de expresarse libremente.
Hasta tanto estas personas no cometan ningún delito o no atenten contra algún derecho "legal" de los demás, no veo el porqué se les deba tratar de impedir su deseo.
Aglutinarse en torno a la memoria de quién fuera un líder sanguinario y opresor como lo fue el extinto dictador es parte de las libertades a que se hacen merecedoras esa gente, precisamente por haber desaparecido la era atroz de esa figura a la que pretenderían reivindicar.
Es un gusto que desapruebo, pero no son tan irracionales como podrían parecer, las razones por las que algunas personas decidirían crear una agrupación como tal.
No debemos olvidar que ayer al igual que hoy, mucha gente se benefició del status quo en aquel entonces. Los regímenes totalitarios no existen en el vacío.
La dictadura trujillista, igual que en esta época el régimen del PLD, se sostuvo con el apoyo de mucha gente que con su silencio se hizo partícipe y cómplice de todas las atrocidades que se produjeron durante ese horrendo, oscuro y largo período de nuestra historia.
Esas personas de alguna manera propiciaron el que la ocurrencia de las mismas se prolongara por tanto tiempo.
Igualito que ahora.
Pero independientemente de cúan ruín pueda parecer una agrupación, ni cuán espúreos puedan ser los motivos que existan detrás de su formación, no se le pueden quitar a quiénes están detrás de ella, los mismos derechos de cuya inexistencia en otros tiempos nos hemos quejado, derechos que personas como esas nos hubieran negado.
En tal caso, ¿en qué estaríamos? ¿Qué hemos aprendido? ¿Acaso no estaríamos haciendo lo mismo, no estaríamos reproduciendo lo que ellos hubieran hecho en una situación similar? ¿A qué le tenemos miedo, en realidad?
No se puede enseñar tolerancia exhibiendo una conducta intolerante.
Las conquistas deben mantenerse a pesar de todo y a toda costa. Dentro de ese costo está incluída la repugnancia que llegamos a sentir cuando nos enteramos de la existencia de grupos como estos.
No puedo, sin embargo, dejar pasar por alto el asunto en cuestión pues me acaban de invitar a firmar una petición para pedir la prohibición en Facebook de un grupo que se piensa formar allí con el nombre de "Fundación Rafael Leonidas Trujillo Molina" (no sé si ya está formado y tampoco me interesa).
Y yo no estoy de acuerdo con la petición. No estoy de acuerdo con que se quiera prohibir semejante cosa. Por más repulsivo que a mí personalmente me parezca, creo que es primordial el derecho que tienen las personas de expresarse libremente.
Hasta tanto estas personas no cometan ningún delito o no atenten contra algún derecho "legal" de los demás, no veo el porqué se les deba tratar de impedir su deseo.
Aglutinarse en torno a la memoria de quién fuera un líder sanguinario y opresor como lo fue el extinto dictador es parte de las libertades a que se hacen merecedoras esa gente, precisamente por haber desaparecido la era atroz de esa figura a la que pretenderían reivindicar.
Es un gusto que desapruebo, pero no son tan irracionales como podrían parecer, las razones por las que algunas personas decidirían crear una agrupación como tal.
No debemos olvidar que ayer al igual que hoy, mucha gente se benefició del status quo en aquel entonces. Los regímenes totalitarios no existen en el vacío.
La dictadura trujillista, igual que en esta época el régimen del PLD, se sostuvo con el apoyo de mucha gente que con su silencio se hizo partícipe y cómplice de todas las atrocidades que se produjeron durante ese horrendo, oscuro y largo período de nuestra historia.
Esas personas de alguna manera propiciaron el que la ocurrencia de las mismas se prolongara por tanto tiempo.
Igualito que ahora.
Pero independientemente de cúan ruín pueda parecer una agrupación, ni cuán espúreos puedan ser los motivos que existan detrás de su formación, no se le pueden quitar a quiénes están detrás de ella, los mismos derechos de cuya inexistencia en otros tiempos nos hemos quejado, derechos que personas como esas nos hubieran negado.
En tal caso, ¿en qué estaríamos? ¿Qué hemos aprendido? ¿Acaso no estaríamos haciendo lo mismo, no estaríamos reproduciendo lo que ellos hubieran hecho en una situación similar? ¿A qué le tenemos miedo, en realidad?
No se puede enseñar tolerancia exhibiendo una conducta intolerante.
Las conquistas deben mantenerse a pesar de todo y a toda costa. Dentro de ese costo está incluída la repugnancia que llegamos a sentir cuando nos enteramos de la existencia de grupos como estos.
Tuesday, January 1, 2013
En el 2013
Una parte importante de la continuidad es el poder fijar nuestras metas y objetivos a largo plazo, no a corto plazo.
Lo cual no es una tarea fácil pues nos obliga a resistir y rechazar las distracciones del camino en miras de algo que no sabemos a ciencia cierta si existe o si lograremos algún día alcanzar.
Encontrar el balance perfecto sería la solución ideal a ese problema anterior. Disfrutar de las bonanzas del recorrido mientras se trabaja a largo plazo en la consecución de una meta deseada, parece ser la respuesta más apropiada.
En otras palabras, si nuestra meta final es disfrutar del sexo dentro de una relación estable (por poner un ejemplo cualquiera), una en la que los lazos afectivos y sentimentales predominen, no por eso debemos desaprovechar las oportunidades de disfrutar del mismo cuando las circunstancias nos son favorables.
Aunque sólo sea de manera transitoria, no definitiva.
El temor existe, sin embargo, de que por estar persiguiendo o atendiendo a urgencias inmediatas y temporales perdamos de vista nuestro objetivo principal, la meta mayor y de más largo plazo.
O peor, que alguien con potencial para ser una meta duradera nos descarte de manera definitiva por estar nosotros entretenidos en asuntos efímeros o de corta duración.
Lo cierto es que desde hace bastante tiempo, desde antes de llegar a los Estados Unidos para ser más precisos, he sabido que otros objetivos diferentes a los sentimentales y afectivos no vale la pena perseguir.
La vida es corta y una vez las necesidades elementales son resueltas todo lo demás es una distracción para alcanzar la felicidad, si es que existe acaso algo con un nombre así.
Ante la perspectiva de la muerte que se yergue incólume en cada recodo del trayecto por la vida y como recompensa final a todos nuestros esfuerzos, pocas cosas resisten un análisis profundo y real de lo que vale o merece la pena comprometerse.
Para mí lo material es secundario. Únicamente los sentimientos como algo que deja huella en la existencia es lo que cuenta y queda.
Por eso se hace tan difícil disfrutar de algo que de antemano uno sabe que no va a durar o que uno cree que es transitorio y temporal. ¡Vaya ironía porque de hecho, todo es temporal!
Talvez esté equivocado y lo pasajero puede convertirse en algo prolongado, duradero y firme.
No lo sé con certeza y son de las cosas que con prioridad me interesa explorar y trabajar más a fondo en el 2013.
Lo cual no es una tarea fácil pues nos obliga a resistir y rechazar las distracciones del camino en miras de algo que no sabemos a ciencia cierta si existe o si lograremos algún día alcanzar.
Encontrar el balance perfecto sería la solución ideal a ese problema anterior. Disfrutar de las bonanzas del recorrido mientras se trabaja a largo plazo en la consecución de una meta deseada, parece ser la respuesta más apropiada.
En otras palabras, si nuestra meta final es disfrutar del sexo dentro de una relación estable (por poner un ejemplo cualquiera), una en la que los lazos afectivos y sentimentales predominen, no por eso debemos desaprovechar las oportunidades de disfrutar del mismo cuando las circunstancias nos son favorables.
Aunque sólo sea de manera transitoria, no definitiva.
El temor existe, sin embargo, de que por estar persiguiendo o atendiendo a urgencias inmediatas y temporales perdamos de vista nuestro objetivo principal, la meta mayor y de más largo plazo.
O peor, que alguien con potencial para ser una meta duradera nos descarte de manera definitiva por estar nosotros entretenidos en asuntos efímeros o de corta duración.
Lo cierto es que desde hace bastante tiempo, desde antes de llegar a los Estados Unidos para ser más precisos, he sabido que otros objetivos diferentes a los sentimentales y afectivos no vale la pena perseguir.
La vida es corta y una vez las necesidades elementales son resueltas todo lo demás es una distracción para alcanzar la felicidad, si es que existe acaso algo con un nombre así.
Ante la perspectiva de la muerte que se yergue incólume en cada recodo del trayecto por la vida y como recompensa final a todos nuestros esfuerzos, pocas cosas resisten un análisis profundo y real de lo que vale o merece la pena comprometerse.
Para mí lo material es secundario. Únicamente los sentimientos como algo que deja huella en la existencia es lo que cuenta y queda.
Por eso se hace tan difícil disfrutar de algo que de antemano uno sabe que no va a durar o que uno cree que es transitorio y temporal. ¡Vaya ironía porque de hecho, todo es temporal!
Talvez esté equivocado y lo pasajero puede convertirse en algo prolongado, duradero y firme.
No lo sé con certeza y son de las cosas que con prioridad me interesa explorar y trabajar más a fondo en el 2013.
Monday, December 31, 2012
Continuidad
De eso se trata todo, de continuar, de seguir, de avanzar, darle continuidad a las cosas, a los proyectos, a la vida.
Las paradas son necesarias y un cambio de año no es más que eso. Una pausa en el camino, una pausa en el andar, un marcador en el tiempo arbitrario que nos hemos inventado los humanos para descansar, para comenzar un nuevo período y proseguir la ruta marcada.
Es todo parte de un ciclo porque todo se mueve así, en ciclos, en períodos, en estaciones y al final vamos a repetir todo a menos que cambiemos de curso, de objetivos, de perspectivas, de destino.
Y todo pasa y al mismo tiempo todo vuelve. Y cuando vuelve quizás no seamos los mismos, quizá hayamos cambiado.
Y ojalá hayamos cambiado para bien o hayamos encontrado algo en el camino por qué cambiar o por quién cambiar.
Bienvenido 2013!
Desde ya vislumbramos que en su recorrrido nos pondrás a prueba más de una vez. Pero no importa, nos gustan los retos y vemos estos como oportunidades para volvernos mejores personas.
Creo que estaremos preparados para enfrentarlos y si no, haremos lo que sea necesario para ponernos a la altura de las circunstancias.
Las paradas son necesarias y un cambio de año no es más que eso. Una pausa en el camino, una pausa en el andar, un marcador en el tiempo arbitrario que nos hemos inventado los humanos para descansar, para comenzar un nuevo período y proseguir la ruta marcada.
Es todo parte de un ciclo porque todo se mueve así, en ciclos, en períodos, en estaciones y al final vamos a repetir todo a menos que cambiemos de curso, de objetivos, de perspectivas, de destino.
Y todo pasa y al mismo tiempo todo vuelve. Y cuando vuelve quizás no seamos los mismos, quizá hayamos cambiado.
Y ojalá hayamos cambiado para bien o hayamos encontrado algo en el camino por qué cambiar o por quién cambiar.
Bienvenido 2013!
Desde ya vislumbramos que en su recorrrido nos pondrás a prueba más de una vez. Pero no importa, nos gustan los retos y vemos estos como oportunidades para volvernos mejores personas.
Creo que estaremos preparados para enfrentarlos y si no, haremos lo que sea necesario para ponernos a la altura de las circunstancias.
Wednesday, December 26, 2012
Asignaturas pendientes
¿Qué hubiera pasado si el mundo se hubiese acabado el 21 de Diciembre del 2012? Por lo pronto no hubiera escrito esta entrada ni nadie hubiera tenido la oportunidad de leerla.
Aunque fuera tonto el suponer que el mundo iba a finalizar ese día, no lo es el hacer suposiciones en base a si de repente el mundo se nos acabase a nosotros. De hecho el mundo se termina para cada persona que muere a cada instante por cualquier circunstancia.
Hacer ejercicios de este tipo nos ayuda a establecer prioridades y nos señala el camino hacia donde dirigirnos. ¿Qué es lo que realmente importa en este mundo? ¿Estamos preparados para lo que puede ocurrir en cualquier momento? ¿Qué cosas tenemos pendientes y quisiéramos resolver antes de partir definitivamente?
Son preguntas obligadas para quiénes no le gusten las sorpresas y debemos hacérnoslas a la menor brevedad posible. Y si está a nuestro alcance, debemos también tratar de darles una respuesta satisfactoria lo más rápido que se pueda.
Es un tema que exploramos con mucha frecuencia una amiga y yo. Antes de mudarme a New York, creí haber resuelto todos los problemas de este tipo y supuestamente estaba preparado para todo, hasta para lo peor.
En los últimos tiempos no estoy tan seguro. Uno se encariña con ciertas cosas, con el cuerpo, con la vida y sobretodo se convierte en una víctima de los afectos que por doquier se manifiestan en una u otra dirección.
Tuesday, December 25, 2012
Festividades
Por una noche nos olvidamos de quién es cada cual como diría el cantor. Por una noche podemos dejar atrás nuestras tristezas e imperfecciones. Por unas cuantas horas podemos dejar a un lado nuestros dramas particulares y nuestras insatisfacciones con la realidad y con la vida.
De alguna manera, al estar juntos, la suma de los parciales nos completa y nos hacen sentir parte de una colectividad más grande. No nos sentimos seres fragmentados. Al unir las partes somos un todo. Eso es la Nochebuena o Thanksgiving o el año nuevo para los que tienen suerte y se dejan arrastrar por el ritual y la fuerza de la tradición.
No está mal! Eso es la felicidad aunque el efecto sea efímero. El encantamiento es parecido al del cuento aquel. Dura hasta la medianoche, talvez algo más. Unas cuantas horas más, pero no más! ...
De alguna manera, al estar juntos, la suma de los parciales nos completa y nos hacen sentir parte de una colectividad más grande. No nos sentimos seres fragmentados. Al unir las partes somos un todo. Eso es la Nochebuena o Thanksgiving o el año nuevo para los que tienen suerte y se dejan arrastrar por el ritual y la fuerza de la tradición.
No está mal! Eso es la felicidad aunque el efecto sea efímero. El encantamiento es parecido al del cuento aquel. Dura hasta la medianoche, talvez algo más. Unas cuantas horas más, pero no más! ...
Friday, December 14, 2012
No podemos negar el futuro
Hay problemas técnicos si queremos eliminar el futuro así por así. Porque hasta ahora ese es el lugar dónde se resuelven las insatisfacciones del hoy en día. La existencia del futuro es lo que nos permite atacar todo aquello que nos agobia en el diario vivir y que nos da fuerzas para luchar y seguir hacia adelante.
Por eso no podemos negarlo así, sin más. Si lo eliminamos de golpe y porrazo, a dónde se irían todas las esperanzas, todos los sueños y todas esas expectativas de una vida mejor que son las que nos hacen la vida llevadera y alimentan nuestros desvelos y esfuerzos cotidianos.
El futuro puede ser un constructo, un lugar en nuestra mente. Talvez no exista como entidad pero es necesario para nuestra supervivencia.
Sin él nuestra vida deja de tener sentido y se vuelve vacía y miserable. Talvez sea esa la "fe" que hay que tener y sea parecida a aquella de la que hablan los creyentes. Esa creencia de que todo va a ser mejor y por eso nos movemos. Porque si creyéramos que todo va a ser peor entonces no nos queda de otra que tirar la toalla.
Y viene la pregunta entonces de qué sería el presente. El presente no es más que la conjugación de todos los futuros anteriores que ya hemos vivido y que forman parte de nuestra experiencia y a la vez son parte de nuestro pasado.
Muy interesante el que tanto el pasado como el futuro tienen como hilo conductor el presente. Ninguno existe en su ausencia.
Por eso no podemos negarlo así, sin más. Si lo eliminamos de golpe y porrazo, a dónde se irían todas las esperanzas, todos los sueños y todas esas expectativas de una vida mejor que son las que nos hacen la vida llevadera y alimentan nuestros desvelos y esfuerzos cotidianos.
El futuro puede ser un constructo, un lugar en nuestra mente. Talvez no exista como entidad pero es necesario para nuestra supervivencia.
Sin él nuestra vida deja de tener sentido y se vuelve vacía y miserable. Talvez sea esa la "fe" que hay que tener y sea parecida a aquella de la que hablan los creyentes. Esa creencia de que todo va a ser mejor y por eso nos movemos. Porque si creyéramos que todo va a ser peor entonces no nos queda de otra que tirar la toalla.
Y viene la pregunta entonces de qué sería el presente. El presente no es más que la conjugación de todos los futuros anteriores que ya hemos vivido y que forman parte de nuestra experiencia y a la vez son parte de nuestro pasado.
Muy interesante el que tanto el pasado como el futuro tienen como hilo conductor el presente. Ninguno existe en su ausencia.
Thursday, December 13, 2012
El futuro es el presente ... postergado!
Qué el futuro no existe se ha convertido casi como un clichet. Lo único aceptado como existente y real lo sería el presente. Lo cual es verdadero y falso al mismo tiempo. Si el futuro no existiese, el presente sería eterno y las cosas no cambiarían y como ya sabemos las cosas sí cambian. Tampoco haríamos nada para alterar nuestro estado actual.
Creo que de alguna manera el futuro es una especie de presente postergado que se construye en base a otros presentes y que es a la vez diferente de lo que vivimos y disfrutamos ahora, para así diferenciarlo en relación con esos otros tiempos que vislumbramos y que se experimentarían de manera distinta de como lo experimentamos ahora.
Además, parece ser que en el presente nunca estamos totalmente conformes.
Y por eso nos sacrificamos en cambiarlo. Por eso hacemos cosas ahora que nos resultan pesadas y odiosas con tal de que en otro ahora, en otro presente más lejano en el tiempo las cosas sean mejor que lo que lo son hoy y ahora. Al menos eso creemos. Esa es nuestra esperanza y eso nos mueve.
La paradoja es que todo ese sacrificio y todo ese esfuerzo que hacemos no siempre produce resultados tan satisfactorios como los que esperábamos. Porque al momento de evaluar esos resultados ya no somos los mismos, hemos cambiado.
Y aún así no nos queda de otra que seguir alterando nuestro presente en miras de un presente futuro que sentará las bases para más de lo mismo.
Hasta que nos damos cuenta que todo es parte de un juego en el que nunca ganaremos ... Los mejores tiempos los hemos dejado atrás y los seguiremos dejando ... Todo es parte de un gran esquema para decepcionarnos.
Creo que de alguna manera el futuro es una especie de presente postergado que se construye en base a otros presentes y que es a la vez diferente de lo que vivimos y disfrutamos ahora, para así diferenciarlo en relación con esos otros tiempos que vislumbramos y que se experimentarían de manera distinta de como lo experimentamos ahora.
Además, parece ser que en el presente nunca estamos totalmente conformes.
Y por eso nos sacrificamos en cambiarlo. Por eso hacemos cosas ahora que nos resultan pesadas y odiosas con tal de que en otro ahora, en otro presente más lejano en el tiempo las cosas sean mejor que lo que lo son hoy y ahora. Al menos eso creemos. Esa es nuestra esperanza y eso nos mueve.
La paradoja es que todo ese sacrificio y todo ese esfuerzo que hacemos no siempre produce resultados tan satisfactorios como los que esperábamos. Porque al momento de evaluar esos resultados ya no somos los mismos, hemos cambiado.
Y aún así no nos queda de otra que seguir alterando nuestro presente en miras de un presente futuro que sentará las bases para más de lo mismo.
Hasta que nos damos cuenta que todo es parte de un juego en el que nunca ganaremos ... Los mejores tiempos los hemos dejado atrás y los seguiremos dejando ... Todo es parte de un gran esquema para decepcionarnos.
Desencanto
A veces las personas no sabemos con claridad qué es lo que queremos pero sí sabemos con certeza lo que no queremos. Es un tema de conversación recurrente en El Café.
Ocurre con las comidas, con las bebidas y también con la gente. Pruebas un plato y no tienes que saborearlo mucho para darte cuenta si no te gusta, de que no es lo que quieres. Te tomas un vaso de cerveza, por poner un ejemplo y de inmediato sabes si es lo que andas buscando. En caso de que no sea así, de inmediato lo pones a un lado.
De igual manera pueden existir cosas en el trato con las personas que producen mucho desencanto. A la más mínima exposición con ellas sabes que no vas a poder tolerarlas por mucho tiempo. Qué si sigues no podrás tener una paz duradera.
Como cuando la gente no entiende que estás indispuesto, no es tu mejor día y esa gente insiste que sí debes hacer tal cosa porque ellas sí la harían, independientemente de que hayas dejado claro que no tienes el deseo, te sientes mal o no es lo que quieres hacer.
Pero bueno, ¿y seremos locos? ¿Y quién se cree fulano o fulana de tal para decidir por mí lo que quiero o no quiero hacer?
Lo que hace sentir bien (o cómodo) a alguien no necesariamente tiene que hacerme sentir bien a mí (y viceversa).
En detallitos así es que la gente se pierde. Querer imponer nuestros gustos o querer que los demás sientan lo que nosotros sentimos es un grave error.
¿Porqué no podemos respetar el deseo de los demás cuando ese deseo es un derecho elemental que les asiste?
Es tan elemental ese derecho y de tanto sentido común que cuando uno ve a alguien queriendo transgredirlo uno se da cuenta que no vale la pena continuar, no vale la pena hacer nada. Es mejor dejar las cosas ahí donde estaban ... ¡Todo lo demás sale sobrando!
Ocurre con las comidas, con las bebidas y también con la gente. Pruebas un plato y no tienes que saborearlo mucho para darte cuenta si no te gusta, de que no es lo que quieres. Te tomas un vaso de cerveza, por poner un ejemplo y de inmediato sabes si es lo que andas buscando. En caso de que no sea así, de inmediato lo pones a un lado.
De igual manera pueden existir cosas en el trato con las personas que producen mucho desencanto. A la más mínima exposición con ellas sabes que no vas a poder tolerarlas por mucho tiempo. Qué si sigues no podrás tener una paz duradera.
Como cuando la gente no entiende que estás indispuesto, no es tu mejor día y esa gente insiste que sí debes hacer tal cosa porque ellas sí la harían, independientemente de que hayas dejado claro que no tienes el deseo, te sientes mal o no es lo que quieres hacer.
Pero bueno, ¿y seremos locos? ¿Y quién se cree fulano o fulana de tal para decidir por mí lo que quiero o no quiero hacer?
Lo que hace sentir bien (o cómodo) a alguien no necesariamente tiene que hacerme sentir bien a mí (y viceversa).
En detallitos así es que la gente se pierde. Querer imponer nuestros gustos o querer que los demás sientan lo que nosotros sentimos es un grave error.
¿Porqué no podemos respetar el deseo de los demás cuando ese deseo es un derecho elemental que les asiste?
Es tan elemental ese derecho y de tanto sentido común que cuando uno ve a alguien queriendo transgredirlo uno se da cuenta que no vale la pena continuar, no vale la pena hacer nada. Es mejor dejar las cosas ahí donde estaban ... ¡Todo lo demás sale sobrando!
Sunday, December 2, 2012
¡Líbrame Señor!
¡Qué el glamour se va con los años, lo sabemos todos bastante bien, pero no todo el mundo está dispuesto a aceptarlo con la misma resignación!. Y se entiende, pues no hay nada glamoroso en envejecer. Es el destino al que sin excepción vamos si no morimos antes a causa de una enfermedad incurable o a consecuencia de un accidente.
No importa la clase social a la que pertenezcamos, el color de la piel, el sexo, la raza o el lugar de origen, a todos nos pasará lo mismo.
Es un hecho, sin embargo, que algunas personas envejecen con más gracia que otras. Esas se ajustan mejor tanto física como emocionalmente a esta ley de la vida.
No precisamente es el caso de este señor de 60 años (según su propia confesión) que se nos unió en la conversación que sosteníamos el otro día en la barra de Manolo Tapas. Fue uno de esos Viernes sociales a los que yo acudo regularmente a entretenerme en ese lugar. La persona con la que el señor compartía parece que se había marchado ya.
Muy agradable, muy educado y muy atento el Míster y trabaja, según nos confió, en la parte administrativa del Departamento de Educación de la ciudad de NY. Es divorciado, vive solo y sus hijos ya son mayores de edad.
Todo iba muy bien hasta que se sentaron dos chicas a su derecha. Ellas, probablemente menos de 30 años y si no, escasamente por encima y no se veían para nada mal.
Inmediatamente las muchachas llegaron, ese hombre cambió, el tipo se transformó. Hizo un giro de 180 grados y en vez de darle la cara al grupo, nos dio la espalda y le hizo frente a las chicas de una manera tal que no podía quitarles la vista de encima.
Nos desentendimos de él y unos minutos más tarde, un vaso se desparramó en el mostrador por culpa de una de las señoritas recién llegadas y me pregunto si no sería que se puso nerviosa de tener al tipo al lado con los ojos fijos en ellas tratando sin el menor disimulo de llamar su atención.
Hasta yo salí salpicado de la bebida que contenía el vaso y aunque no duré mucho tiempo ahí después del incidente me quedé pensando en cómo alguien puede perder la cabeza de esa manera, sobretodo porque era visible que ellas no estaban interesadas en hablar con él, algo que parece, el no percibía.
La verdad es que me dio mucha pena observar eso y si fuera creyente le pediría a Dios (así dice mi mamá) que me librara de que con los años yo pudiera caer en tal grado de locura, pues tenía algo de enfermizo la manera como ese señor se volvió loco mirando y tratando de abordar a las jovencitas.
No importa la clase social a la que pertenezcamos, el color de la piel, el sexo, la raza o el lugar de origen, a todos nos pasará lo mismo.
Es un hecho, sin embargo, que algunas personas envejecen con más gracia que otras. Esas se ajustan mejor tanto física como emocionalmente a esta ley de la vida.
No precisamente es el caso de este señor de 60 años (según su propia confesión) que se nos unió en la conversación que sosteníamos el otro día en la barra de Manolo Tapas. Fue uno de esos Viernes sociales a los que yo acudo regularmente a entretenerme en ese lugar. La persona con la que el señor compartía parece que se había marchado ya.
Muy agradable, muy educado y muy atento el Míster y trabaja, según nos confió, en la parte administrativa del Departamento de Educación de la ciudad de NY. Es divorciado, vive solo y sus hijos ya son mayores de edad.
Todo iba muy bien hasta que se sentaron dos chicas a su derecha. Ellas, probablemente menos de 30 años y si no, escasamente por encima y no se veían para nada mal.
Inmediatamente las muchachas llegaron, ese hombre cambió, el tipo se transformó. Hizo un giro de 180 grados y en vez de darle la cara al grupo, nos dio la espalda y le hizo frente a las chicas de una manera tal que no podía quitarles la vista de encima.
Nos desentendimos de él y unos minutos más tarde, un vaso se desparramó en el mostrador por culpa de una de las señoritas recién llegadas y me pregunto si no sería que se puso nerviosa de tener al tipo al lado con los ojos fijos en ellas tratando sin el menor disimulo de llamar su atención.
Hasta yo salí salpicado de la bebida que contenía el vaso y aunque no duré mucho tiempo ahí después del incidente me quedé pensando en cómo alguien puede perder la cabeza de esa manera, sobretodo porque era visible que ellas no estaban interesadas en hablar con él, algo que parece, el no percibía.
La verdad es que me dio mucha pena observar eso y si fuera creyente le pediría a Dios (así dice mi mamá) que me librara de que con los años yo pudiera caer en tal grado de locura, pues tenía algo de enfermizo la manera como ese señor se volvió loco mirando y tratando de abordar a las jovencitas.
Tuesday, November 27, 2012
Y tu qué harías?
Yleana, la vecina del tercer piso, no pudo haberlo dicho mejor el otro día, al expresar la dificultad con la que se enfrentan los amigos de sexos opuestos que se gustan (o al menos uno de ellos tiene sentimientos por el otro y también puede ser aplicable a amigos y amigas del mismo sexo en caso de que por lo menos uno esté interesado más allá de la amistad en el otro u otra).
Ella me decía que todo es muy confuso y ambiguo. Los gestos de afecto y cariño entre amigos pueden tener más de una forma de interpretación. No necesariamente es una muestra de interés físico, la cercanía y las expresiones de ternura y afección. Pero sí podrían serlo. Sin embargo el temor a equivocarse o el miedo de cometer un error imperdonable que pudiera dar al traste con la relación parecería ser el deterrente principal que impide el que se avance en alguna dirección.
Nadie se atreve a dar un paso en falso o moverse hacia un espacio comprometedor. La retirada tampoco parece ser una opción deseable y viable en situaciones de este tipo. Jugársela el todo por el todo es muy riesgoso. Puedes ganar pero también puedes perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos, si tus intereses no son correspondidos o compartidos.
Toda esa iluminación provino a consecuencia de haberse tomado unos cuantos tragos de ron mezclados con no recuerdo qué y mientras nos dedicábamos a la dichosa tarea de diseñar los preparativos de una fiesta en mi apartamento.
Hace dos meses de eso, sin embargo, y todavía estoy esperando el día y la hora en que la grandiosa fiesta se va a celebrar.
Ella me decía que todo es muy confuso y ambiguo. Los gestos de afecto y cariño entre amigos pueden tener más de una forma de interpretación. No necesariamente es una muestra de interés físico, la cercanía y las expresiones de ternura y afección. Pero sí podrían serlo. Sin embargo el temor a equivocarse o el miedo de cometer un error imperdonable que pudiera dar al traste con la relación parecería ser el deterrente principal que impide el que se avance en alguna dirección.
Nadie se atreve a dar un paso en falso o moverse hacia un espacio comprometedor. La retirada tampoco parece ser una opción deseable y viable en situaciones de este tipo. Jugársela el todo por el todo es muy riesgoso. Puedes ganar pero también puedes perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos, si tus intereses no son correspondidos o compartidos.
Toda esa iluminación provino a consecuencia de haberse tomado unos cuantos tragos de ron mezclados con no recuerdo qué y mientras nos dedicábamos a la dichosa tarea de diseñar los preparativos de una fiesta en mi apartamento.
Hace dos meses de eso, sin embargo, y todavía estoy esperando el día y la hora en que la grandiosa fiesta se va a celebrar.
Monday, November 26, 2012
Mi Caricatura
No hay mejor manera de conocer a una persona o en su defecto, a sí mismo, que a través de la acentuación de sus rasgos salientes, esos que la caracterizan y la definen como la que se puede lograr a través de una caricatura.
Es irónico que esos rasgos no sean tan apreciables en una perfecta copia como lo sería quizás en una fotografía. Precisamente es la deformación la que contribuye a resaltar eso que estando ahí no era tan apreciable para mucha gente, incluída la persona poseedora de dichos atributos.
Se me ha criticado más de una vez el que yo me río mucho al hablar, muchas veces, sin esperar terminar una idea y más aún cuando la risa es inapropiada o no se corresponde con la seriedad del tema de la conversación que se lleva entre manos.
La semana pasada me encontré un caso extremo de alguien que se ríe superlativamente más que yo y peor aún, lo que me estaba contando era una historia más bien triste, deprimente y la risa dadas las circunstancias me pareció un tanto macabra. Escuchar a esta muchacha producía una sensación algo dolorosa.
En un momento de la conversación hasta pensé pararla y decirle que lo que me contaba no era para reírse, pero me contuve. He preferido dejar eso para cuando tenga más confianza con ella o para hacerlo en una próxima ocasión, si es que por casualidad hay una nueva ocasión. Uno nunca sabe.
Para mí fue como mirarme no en mi propio espejo sino en uno de esos cóncavos y convexos que producen la mayor de las deformaciones dependiendo del ángulo en el que uno se mire.
He encontrado una caricatura de mi mismo y si antes no le presté suficiente atención a lo que me habían dicho, ahora sí, pues he quedado bastante espantado de la imagen que me ha devuelto el espejo.
Es irónico que esos rasgos no sean tan apreciables en una perfecta copia como lo sería quizás en una fotografía. Precisamente es la deformación la que contribuye a resaltar eso que estando ahí no era tan apreciable para mucha gente, incluída la persona poseedora de dichos atributos.
Se me ha criticado más de una vez el que yo me río mucho al hablar, muchas veces, sin esperar terminar una idea y más aún cuando la risa es inapropiada o no se corresponde con la seriedad del tema de la conversación que se lleva entre manos.
La semana pasada me encontré un caso extremo de alguien que se ríe superlativamente más que yo y peor aún, lo que me estaba contando era una historia más bien triste, deprimente y la risa dadas las circunstancias me pareció un tanto macabra. Escuchar a esta muchacha producía una sensación algo dolorosa.
En un momento de la conversación hasta pensé pararla y decirle que lo que me contaba no era para reírse, pero me contuve. He preferido dejar eso para cuando tenga más confianza con ella o para hacerlo en una próxima ocasión, si es que por casualidad hay una nueva ocasión. Uno nunca sabe.
Para mí fue como mirarme no en mi propio espejo sino en uno de esos cóncavos y convexos que producen la mayor de las deformaciones dependiendo del ángulo en el que uno se mire.
He encontrado una caricatura de mi mismo y si antes no le presté suficiente atención a lo que me habían dicho, ahora sí, pues he quedado bastante espantado de la imagen que me ha devuelto el espejo.
Thursday, November 22, 2012
Aguafiestas
El otro día estábamos en una actividad-fiesta-celebración que organizó la compañía en la que yo trabajo. Se desarrolló en Queens en un centro de entretenimiento grandísimo que tiene de todo: bar, toro mecánico, mesas de ping pong, billar y otras amenidades.
La estábamos pasando divino y un grupo nos fuímos a las mesas de billar. Mi amiga JB dijo que no sabía jugar y me ofrecí a enseñarle. No que yo sepa mucho de eso pero le sé poner la mano a un taco y de vez en cuando meto una bola de suerte. Conozco la mécanica, la física del juego (redundante), la teoría si se quiere, pero me falta la práctica.
Todo iba muy bien. JB aprende rápido y para ponerse más cómoda ella, de repente, se quitó el jacket con el que andaba. Esa acción puso inmediatamente en alerta a uno de mis compañeros que estaba jugando en la mesa de al lado, quién, no pudiendo evitar ocultar su admiración por lo bien dotada que lucía mi compañera de juego, hasta se ofreció a ayudarla a mejorar el tiro.
Ese fue el momento preciso en que entró VL, otra compañera de trabajo que se alarmó al ver la escena, le daría envidia lo que estaba pasando, todos esos ojos clavados en los "activos" de JB. Inmediatamente vociferó algo como WOW y se acercó a la mesa para alertarle en voz baja y al oído lo que estaba provocando.
¡Qué aguafiestas la tipa esta! Es lo que en inglés se llama una "cockblocker".
No obstante, mi amiga no le hizo ningún caso y siguió jugando como si nada hubiera estado ocurriendo. Qué yo sepa, ella no hizo nada para evitar que la siguiéramos mirando ni tampoco nos prestó la más mínima atención para ver si la estábamos observando.
La vi de nuevo recientemente y creo que vamos a volver a jugar pool uno de estos días ...
La estábamos pasando divino y un grupo nos fuímos a las mesas de billar. Mi amiga JB dijo que no sabía jugar y me ofrecí a enseñarle. No que yo sepa mucho de eso pero le sé poner la mano a un taco y de vez en cuando meto una bola de suerte. Conozco la mécanica, la física del juego (redundante), la teoría si se quiere, pero me falta la práctica.
Todo iba muy bien. JB aprende rápido y para ponerse más cómoda ella, de repente, se quitó el jacket con el que andaba. Esa acción puso inmediatamente en alerta a uno de mis compañeros que estaba jugando en la mesa de al lado, quién, no pudiendo evitar ocultar su admiración por lo bien dotada que lucía mi compañera de juego, hasta se ofreció a ayudarla a mejorar el tiro.
Ese fue el momento preciso en que entró VL, otra compañera de trabajo que se alarmó al ver la escena, le daría envidia lo que estaba pasando, todos esos ojos clavados en los "activos" de JB. Inmediatamente vociferó algo como WOW y se acercó a la mesa para alertarle en voz baja y al oído lo que estaba provocando.
¡Qué aguafiestas la tipa esta! Es lo que en inglés se llama una "cockblocker".
No obstante, mi amiga no le hizo ningún caso y siguió jugando como si nada hubiera estado ocurriendo. Qué yo sepa, ella no hizo nada para evitar que la siguiéramos mirando ni tampoco nos prestó la más mínima atención para ver si la estábamos observando.
La vi de nuevo recientemente y creo que vamos a volver a jugar pool uno de estos días ...
Monday, November 19, 2012
Soy libre, no tengo TV por Cable
Finalmente, después de meses y meses de pensarlo y re-pensarlo, tomé la decisión de suspender el servicio de TV por cable en mi casa. Hoy hace ya cuatro días que estoy sin ese servicio. Todavía no he tenido tiempo de sopesar lo tanto que me ha hecho falta o no. Por lo pronto es como quitarme un peso de encima.
Porque la verdad es que no veo casi televisión. A pesar de eso, tomar la decisión no fue nada fácil. Uno se acostumbra a saber que está ahí, que la tiene en caso de necesidad aunque ella pase más tiempo apagada que prendida.
A veces se paga más por la disponibilidad del servicio que por el uso que se le da. Para en el caso de que de repente a uno le entre el deseo de ver algo, la enciende, más por el hábito y la costumbre que por el mismo deseo de obtener información y entretenimiento.
¿Acaso la TV sirve para algo más?
Hasta ahora he podido satisfacer esas necesidades de otras maneras. Y parece que ha sido así desde hace bastante tiempo. Ya era tiempo, entonces, de que me hubiera dado cuenta o de que hubiera hecho algo al respecto. Era como botar dinero a la basura y el dinero no se debe botar a la basura, así por así.
Ni aunque fuéramos ricos y no lo somos sino todo lo contrario: somos muy pobres!
Porque la verdad es que no veo casi televisión. A pesar de eso, tomar la decisión no fue nada fácil. Uno se acostumbra a saber que está ahí, que la tiene en caso de necesidad aunque ella pase más tiempo apagada que prendida.
A veces se paga más por la disponibilidad del servicio que por el uso que se le da. Para en el caso de que de repente a uno le entre el deseo de ver algo, la enciende, más por el hábito y la costumbre que por el mismo deseo de obtener información y entretenimiento.
¿Acaso la TV sirve para algo más?
Hasta ahora he podido satisfacer esas necesidades de otras maneras. Y parece que ha sido así desde hace bastante tiempo. Ya era tiempo, entonces, de que me hubiera dado cuenta o de que hubiera hecho algo al respecto. Era como botar dinero a la basura y el dinero no se debe botar a la basura, así por así.
Ni aunque fuéramos ricos y no lo somos sino todo lo contrario: somos muy pobres!
Sunday, November 18, 2012
Apoyo la resistencia al "Paquetazo" Dominicano
Una acción, no una imagen, vale más que mil palabras. Ya lo decía José Martí que "la mejor forma de decir es hacer". Por eso ayer me uní al grupo que se decidió a protestar "El paquetazo" frente al consulado Dominicano en Nueva York desde las 9:00AM hasta la 1:00 PM.
Llegué alrededor de las 11:30 AM y permanecí como una hora, pues tenía otros compromisos de por medio. En lo que estuve ahí me alegré por el orden, la espontaneidad, las consignas que se lanzaron y el entusiasmo de un público de todas las edades pero en especial por el componente joven y muy joven que no le tuvo miedo al frío y se hizo presente y se manifestó decididamente en contra de las medidas impositivas e impopulares que afectan sobretodo a la clase media y los más pobres en la República Dominicana.
Debo resaltar la alegría que me dio encontrarme con Sonia Tejada y Sara Pérez protestando. Ellas, dejando de lado sus obligaciones particulares, se sumaron a esta demostración de respaldo a los sectores que rechazan el aumento significativo de la carga impositiva de los dominicanos, mientras sus líderes viven una vida de lujo y despilfarro, irrespetando los derechos humanos y haciendo leyes que sólo los benefician a ellos mismos.
De igual significación, vale destacar el hecho de que tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo y en especial en la República Dominicana, las dominicanos están despertando de lo que parece haber sido un sueño o una anestesia que le hubiesen administrado.
Su descontento no busca ser canalizado a través de los partidos políticos tradicionales, sino a través de protestas como estas, espontáneas, utilizando los medios sociales y sin que haya dinero de por medio para participar en ellas.
Sólo el bien común, la lucha en contra de las injusticias y la búsqueda del bienestar colectivo es lo que parece ser la motivación que los une a todos que como en el resto del mundo ejercen su derecho a quejarse de las cosas que los afectan y que están mal en la sociedad.
Llegué alrededor de las 11:30 AM y permanecí como una hora, pues tenía otros compromisos de por medio. En lo que estuve ahí me alegré por el orden, la espontaneidad, las consignas que se lanzaron y el entusiasmo de un público de todas las edades pero en especial por el componente joven y muy joven que no le tuvo miedo al frío y se hizo presente y se manifestó decididamente en contra de las medidas impositivas e impopulares que afectan sobretodo a la clase media y los más pobres en la República Dominicana.
Debo resaltar la alegría que me dio encontrarme con Sonia Tejada y Sara Pérez protestando. Ellas, dejando de lado sus obligaciones particulares, se sumaron a esta demostración de respaldo a los sectores que rechazan el aumento significativo de la carga impositiva de los dominicanos, mientras sus líderes viven una vida de lujo y despilfarro, irrespetando los derechos humanos y haciendo leyes que sólo los benefician a ellos mismos.
De igual significación, vale destacar el hecho de que tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo y en especial en la República Dominicana, las dominicanos están despertando de lo que parece haber sido un sueño o una anestesia que le hubiesen administrado.
Su descontento no busca ser canalizado a través de los partidos políticos tradicionales, sino a través de protestas como estas, espontáneas, utilizando los medios sociales y sin que haya dinero de por medio para participar en ellas.
Sólo el bien común, la lucha en contra de las injusticias y la búsqueda del bienestar colectivo es lo que parece ser la motivación que los une a todos que como en el resto del mundo ejercen su derecho a quejarse de las cosas que los afectan y que están mal en la sociedad.
Sunday, November 11, 2012
Tarde de perros
Una tarde de pesadilla de la que no me quiero acordar, fue la que pasé el Sábado siguiente al paso de Sandy, el huracán-tormenta que descarriló el tren de vida de los newyorkinos y acabó por descarrilarme a mí cuando por tratar de conseguir gasolina me quedé sin gasolina en medio de una autopista de New Jersey.
Como oyen: mi odisea comenzó alrededor de la una y media de la tarde cuando decidido a hacer algo para conseguir el carburante, salí para la calle. Primero fui al banco pues estaba seguro de que iba a necesitar cash pues a nadie le venderían con tarjetas de débito ni crédito. En el camino alcancé a ver una fila enorme que daba vueltas a una manzana y cruzaba varias calles.
Me apresuré, conseguí el dinero y di la vuelta rápidamente y me puse en la cola e igual que yo, así hizo mucha gente detrás de mí para después de 2 horas venir la policía con altoparlantes a decirnos que teníamos que movernos de ahí porque no había gasolina en esa estación que debía suplirnos del combustible.
Ellos, los policías, nos indicaron hacia donde debíamos dirigirnos y yo me decidí por la bomba de la 181 St y Amsterdam en dónde con asombro nos dimos cuenta que la fila llegaba hasta más allá de la 190 St. No nos quedaba de otra y yo al igual que otros nos dispusimos a seguir el orden. Al rato y cuando habíamos avanzado algunos metros, llegó un taxista que nos dijo que él había llenado en New Jersey por Palisades y que eso no estaba lejos y que sólo nos tomaría unos 15 minutos llegar ahí.
A mí y a otros dos, nos pareció tentadora esa opción y como ya sabía donde quedaba Palisades y ante la perspectiva de pasarme 3 horas sin saber si conseguiría llegar a tiempo antes de que la gasolina acabara, pues decidí arriesgarme al igual que los dos que me siguieron.
Pero no contábamos con que al cruzar el puente George Washington Bridge la primera salida que era la de Palisades iba a estar cerrada (por la policía) y tuvimos que tomar otra salida que nos llevaba paralelo a la Palisades pero sin poder abordarla hasta que recorrimos un buen trecho. Podíamos ver la fila de vehículos abasteciéndose de combustible del otro lado. Cuando se presentó finalmente la opción debimos decidir si coger hacia el Norte o el Sur y uno del grupo señaló hacia el Norte y sin pensarlo mucho así hicimos cuando en realidad debimos haber cogido hacia el Sur.
¡Craso error! Así, en vez de acercarnos a la estación, nos fuímos alejando sin poder volver hacia atrás hasta que cansado de correr y temiendo lo peor pude dar la vuelta (¿un giro ilegal?) utilizando una pequeña entrada que se abríó en medio de la isleta que divide la autopista. Así comencé a retroceder junto a otro del grupo que hizo lo mismo que yo, pero no por mucho tiempo. El carro comenzó a fallar y no me quedó más remedio que coger la derecha de la pista para tomar el paseo o el carril de servicio y detenerme lo más pegado de la orilla de la vía.
La otra persona se detuvo y conversamos rápidamente, revisamos las opciones, pero me di cuenta que no podía hacer nada y le dije que se fuera, que trataría de ver cómo me las arreglaba. Con mucha pena que se le reflejó en el rostro, el tipo se fue y yo inmediatamente me puse a pensar lo qué podía hacer.
¡Qué sensación más incómoda esa, la de sentirse indefenso, impotente, sin un curso claro de acción y en medio de no se sabe dónde con todos esos vehículos pasándote por el lado a gran velocidad!
¿A quién acudir? ¿A quién pedir ayuda? Generalmente he estado del lado de quién ofrece la ayuda no de quién la recibe y para mí ese era un terreno un tanto desconocido.
No obstante en pocos minutos me di cuenta de que sólo mi hermana más pequeña, que es una de las personas con quién me siento más cómodo abriéndome y contándole mis cosas era la que me podía ayudar pues ella tenía el tanque de su vehículo lleno y si estaba libre vendría inmediatamente en mi auxilio... Así lo hice y de inmediato ella pensó cancelar la visita que le hacía a una amiga que acababa de dar a luz en el hospital pero le dije que ya que estaba ahí que fuera a verla porque yo no iba para ninguna parte y que podía esperar.
No contaba con lo desesperante que es esperar. Ni con que se estaba poniendo bastante frío y sólo podía acurrucarme dentro del carro para conservar calor. Logísticamente no era tan fácil para mi hermana conseguir un envase con gasolina (eso no es tan común ni necesario), un embudo para echarla y sería una proeza conseguir la dichosa gasolina ya fuera vendida o prestada.
Es en momentos así que descubres lo vulnerable que eres y te imaginas las muchas otras cosas que pudiste haber hecho para no haber caído ahí... Y así llegó la noche y como no tienes nada que hacer te recuestas del lado del asiento del pasajero hasta que de repente percibes las luces azules y rojas detrás de ti y que te señalan la presencia de un carro policial de los que patrullan las autopistas.
Pocas veces he podido alegrarme tanto de ver a un policía. Por fin había algo que podía hacerse que no era mucho tampoco. Llamar a una grúa que me acercaría a un punto con mejor accesibilidad para hacer mi rescate posterior un poco más fácil. Porque no me podía quedar ahí dónde estaba, en campo abierto, en medio de la nada.
Se hicieron los arreglos de lugar ..., lo que me costó bien caro. Ya en el destino final me acomodé como pude y con muchísimo esfuerzo traté de calmarme y relajarme pues era la mejor alternativa que tenía a mi alcance. ¿Qué otra cosa podía hacer?
Y parece que funcionó porque en la espera creo que perdí la noción del tiempo transcurrido y hasta me sorprendí cuando sonó el teléfono avisándome mi hermana que había llegado luego que finalmente y haciendo muchísimos malabares logró conseguir que le regalaran 2 galones de gasolina.
Tuesday, October 30, 2012
El dolor ajeno redime
Uno puede tratar de vivir su vida de la mejor manera posible, tratando de hacer el menor roce con las crueldades de la realidad, buscando siempre maximizar el placer y reducir al mínimo el dolor y el sufrimiento. Se puede construir una vida así y hacerlo constituye una opción tan válida como cualquier otra si ello no te da mayores problemas.
Pero sí te puede causar problemas. Porque tarde o temprano la realidad te alcanza y vas a darte cuenta de que tu vida es finita, de que no puedes escabullirte tan fácil del dolor personal, del dolor ajeno o el sufrimiento colectivo. A ese modo de vida, a esa existencia, le faltan cosas y aunque trates de llenarlas con todo lo que tienes a mano, ni siquiera la imaginación es capaz de encontrar eso que crees es lo que necesitas para proveer tu vida de algún significado valioso.
Hasta que un día lo descubres de manera fortuita y accidental, sin andarlo buscando pero forzado por las circunstancias. Quieres saber porqué eres tan vulnerable en presencia de ciertos eventos a los que se te hace muy difícil darle la espalda y te animas a interrogarte del porqué te conectas de manera tan profunda y unilateral con algunas cosas, con algunas personas sin importar si las acabas de conocer, apenas las conoces o las conoces de mucho tiempo atrás.
Al principio crees que todo ello puede explicarse a través de la empatía. Más no parece suficiente. Uno puede ponerse en el lugar de los demás y entender la posición de ellos y ellas sin crear ningún vínculo fuerte y poderoso. Tiene que haber una mejor explicación que dé cuenta de tales vínculos y ataduras. Y hasta ahora no he encontrado una respuesta mejor que pensar que eres de esas personas que se solidariza con el dolor ajeno hasta el punto de llegar a sentirlo como si fuera tu propio dolor y te crees en el deber de hacer todo lo que sea necesario y está a tu alcance para tratar de aliviarlo.
¿Sería ésta en último término una manera de tratar de aliviar el propio dolor? ¿No hay una especie de egoísmo o interés particular envuelto aquí? No lo sé y tratar de responder la pregunta conlleva resolver un dilema de tipo moral. No salir nunca en auxilio de nadie porque en definitiva no es el otro que importa sino uno mismo, parece algo cuestionable también.
Lo cierto es que me he puesto a pensar mucho en el poder redentor que podemos encontrar en el dolor y el sufrimiento de los seres humanos. No fue hasta que fui cuestionado al respecto que pude descubrir la férrea conexión que puede establecerse entre un individuo y un extraño que se acaban de conocer pero a quién las aflicciones, los sufrimientos y los pesares del primero pueden absorber al segundo hasta el punto de identificarlos como si fueran suyos.
Y quizás sea debido a ese poder transformador tan grande que provoca compenetrarse con los problemas de otros seres humanos que al principio nos rehusamos, rehuimos abrazar causas nobles, esas que implican estar del lado de quién sufre las desdichas y los sinsabores de la vida, por temor quizás a cambiar, por miedo a sus efectos devastadores y por la clase de adhesión que podrían ocasionar. Hasta que por alguna u otra circunstancia no lo podemos eludir más y lo aceptamos sin pensar, porque quizás en ese momento no vemos mejor alternativa, o tal vez por una inclinación natural a la aventura y a dejarnos llevar hacia nuevos e insospechados territorios.
Y quizás ahí está otra paradoja de la vida. Las mismas cosas que asustarían a unos son las que atraerían a otros que no siempre se dejan intimidar por los obstáculos y las dificultades que pudieran encontrar a su paso.
Pero sí te puede causar problemas. Porque tarde o temprano la realidad te alcanza y vas a darte cuenta de que tu vida es finita, de que no puedes escabullirte tan fácil del dolor personal, del dolor ajeno o el sufrimiento colectivo. A ese modo de vida, a esa existencia, le faltan cosas y aunque trates de llenarlas con todo lo que tienes a mano, ni siquiera la imaginación es capaz de encontrar eso que crees es lo que necesitas para proveer tu vida de algún significado valioso.
Hasta que un día lo descubres de manera fortuita y accidental, sin andarlo buscando pero forzado por las circunstancias. Quieres saber porqué eres tan vulnerable en presencia de ciertos eventos a los que se te hace muy difícil darle la espalda y te animas a interrogarte del porqué te conectas de manera tan profunda y unilateral con algunas cosas, con algunas personas sin importar si las acabas de conocer, apenas las conoces o las conoces de mucho tiempo atrás.
Al principio crees que todo ello puede explicarse a través de la empatía. Más no parece suficiente. Uno puede ponerse en el lugar de los demás y entender la posición de ellos y ellas sin crear ningún vínculo fuerte y poderoso. Tiene que haber una mejor explicación que dé cuenta de tales vínculos y ataduras. Y hasta ahora no he encontrado una respuesta mejor que pensar que eres de esas personas que se solidariza con el dolor ajeno hasta el punto de llegar a sentirlo como si fuera tu propio dolor y te crees en el deber de hacer todo lo que sea necesario y está a tu alcance para tratar de aliviarlo.
¿Sería ésta en último término una manera de tratar de aliviar el propio dolor? ¿No hay una especie de egoísmo o interés particular envuelto aquí? No lo sé y tratar de responder la pregunta conlleva resolver un dilema de tipo moral. No salir nunca en auxilio de nadie porque en definitiva no es el otro que importa sino uno mismo, parece algo cuestionable también.
Lo cierto es que me he puesto a pensar mucho en el poder redentor que podemos encontrar en el dolor y el sufrimiento de los seres humanos. No fue hasta que fui cuestionado al respecto que pude descubrir la férrea conexión que puede establecerse entre un individuo y un extraño que se acaban de conocer pero a quién las aflicciones, los sufrimientos y los pesares del primero pueden absorber al segundo hasta el punto de identificarlos como si fueran suyos.
Y quizás sea debido a ese poder transformador tan grande que provoca compenetrarse con los problemas de otros seres humanos que al principio nos rehusamos, rehuimos abrazar causas nobles, esas que implican estar del lado de quién sufre las desdichas y los sinsabores de la vida, por temor quizás a cambiar, por miedo a sus efectos devastadores y por la clase de adhesión que podrían ocasionar. Hasta que por alguna u otra circunstancia no lo podemos eludir más y lo aceptamos sin pensar, porque quizás en ese momento no vemos mejor alternativa, o tal vez por una inclinación natural a la aventura y a dejarnos llevar hacia nuevos e insospechados territorios.
Y quizás ahí está otra paradoja de la vida. Las mismas cosas que asustarían a unos son las que atraerían a otros que no siempre se dejan intimidar por los obstáculos y las dificultades que pudieran encontrar a su paso.
Wednesday, September 12, 2012
Amigos con derechos
Recientemente le propuse a una amiga que acababa de separarse de su pareja de cinco años que fuéramos amigos más que amigos, "amigos con derechos" y me dijo que no.
Una semana antes, sin embago, me había manifestado que quería conseguirse a alguien como yo, alguien con quién poder hablar y conversar de cualquier cosa, cuando le sugerí que se buscara una persona con el propósito exclusivo de tener una relación física en lo que aparecía algo mejor que la satisfaciera.
"El cuerpo había que disfrutarlo mientras se pudiera, mientras se llevara gusto (y cuando los otros llevaran gusto también)", era mi teoría. Y en su caso, ella debía aprovechar eso ahora, cuando el deseo de la carne todavía existía y no ha desaparecido de ella la llama que le da vida.
Mi amiga sufre de atraer personas indeseables y cae con frecuencia en relaciones abusivas en las que siempre sale perdiendo tanto económica como emocionalmente, por no decir agobiada, herida y maltratada en más de un sentido.
Ella se sentía feliz y contenta de poder estar soltera de nuevo y poder salir y hacer lo que quisiera.
Luego de mi propuesta duró como dos semanas sin hablarme. Después de ese intervalo ya todo ha vuelto a la normalidad. El Viernes pasado celebramos su cumpleaños que cayó a mediados de la semana.
Me preguntó que cuándo iba a visitarla a su casa . . . me quedé pensando: no estoy tan seguro de que quiera hacer eso ya!
Tuesday, September 4, 2012
Es más fácil querer
Estaba hablando con la muchacha de la óptica y ahora no recuerdo de qué era la conversación. Lo que sí sé es que de repente, en medio del intercambio de ideas, se me prendió el bombillito en la cabeza. Pude comprender y así se lo dije, que era más fácil querer que dejarse querer. Porque no todos los quereres son iguales ni fáciles de soportar para cualquier persona.
¿Tendrá esto alguna relación con aquello de que hay amores que matan? Puede ser . . .
Como ejemplo le puse el amor de algunas madres hacia sus hijos, pero no es exclusivo de ellas. Amor cargado de miedos y temores por cosas remotas que pudieran pasarle a ellos. Y cómo para controlar esos sentimientos ellas pudieran escoger el camino más fácil que sería controlar el movimiento de los últimos, tratando de tenerlos siempre a la vista sin perderlos por un instante aún a costa de la libertad y la independencia de ellos.
Querer, en cambio, parece ser un sentimiento, tal vez una emoción, que es como un impulso. Se quiere y ya. Con razón o sin ella, el querer va hacia adelante, transita, se mueve hacia una dirección ... El que ese querer sea correspondido o no, son otras quinientas.
El ser querido parece entrañar otros compromisos, otras responsabilidades que no siempre quién es su objeto está dispuesto a afrontar, pues los unos y las otras podrían atentar contra su libertad y su sentido de independencia.
¿Tendrá esto alguna relación con aquello de que hay amores que matan? Puede ser . . .
Como ejemplo le puse el amor de algunas madres hacia sus hijos, pero no es exclusivo de ellas. Amor cargado de miedos y temores por cosas remotas que pudieran pasarle a ellos. Y cómo para controlar esos sentimientos ellas pudieran escoger el camino más fácil que sería controlar el movimiento de los últimos, tratando de tenerlos siempre a la vista sin perderlos por un instante aún a costa de la libertad y la independencia de ellos.
Querer, en cambio, parece ser un sentimiento, tal vez una emoción, que es como un impulso. Se quiere y ya. Con razón o sin ella, el querer va hacia adelante, transita, se mueve hacia una dirección ... El que ese querer sea correspondido o no, son otras quinientas.
El ser querido parece entrañar otros compromisos, otras responsabilidades que no siempre quién es su objeto está dispuesto a afrontar, pues los unos y las otras podrían atentar contra su libertad y su sentido de independencia.
Wednesday, August 29, 2012
Gustar
Hay días que nadie se fija en ti. Hay otros que todo el mundo te mira. Ocurre que cuando más te miran andas con la mejor ropa, la más reluciente o la que parece más cara. O te has recién bañado y hueles bien porque te has puesto el mejor perfume.
Hacerse el tonto y cerrar los ojos para no mirar el mundo como realmente es, no paga. O dicho de otro modo, sí pagamos un precio, no el que queremos, por ser idealistas y no plegarnos a la realidad pura y simple.
¿Porqué diablos nos resistimos a hacer esto todos los días? Es lo que yo no entiendo.
El mundo nuestro no es sencillamente el mundo en el que viven los demás. Valoramos otras cosas en las personas y quizás por eso nos resistimos con vehemencia a hacer las cosas que nos harían más agradables a los ojos de ellos.
Sin embargo parece que a todos nos gusta gustar. Aunque la mayoría de las veces sea por razones diferentes de aquellas por las que quisiéramos ser apreciados.
Pero al final de cuentas me pregunto, si eso tiene alguna importancia, el que uno guste por una razón diferente a la que nosotros querramos. De algún modo siempre queremos al otro-a por las razones equivocadas.
¿Es correcto querer exigir simetría?
Hacerse el tonto y cerrar los ojos para no mirar el mundo como realmente es, no paga. O dicho de otro modo, sí pagamos un precio, no el que queremos, por ser idealistas y no plegarnos a la realidad pura y simple.
¿Porqué diablos nos resistimos a hacer esto todos los días? Es lo que yo no entiendo.
El mundo nuestro no es sencillamente el mundo en el que viven los demás. Valoramos otras cosas en las personas y quizás por eso nos resistimos con vehemencia a hacer las cosas que nos harían más agradables a los ojos de ellos.
Sin embargo parece que a todos nos gusta gustar. Aunque la mayoría de las veces sea por razones diferentes de aquellas por las que quisiéramos ser apreciados.
Pero al final de cuentas me pregunto, si eso tiene alguna importancia, el que uno guste por una razón diferente a la que nosotros querramos. De algún modo siempre queremos al otro-a por las razones equivocadas.
¿Es correcto querer exigir simetría?
Thursday, August 9, 2012
Le gustó mi música
Fue inmensa la alegría y satisfacción que sentí cuando el muchacho (23 o 24 años) que vende "Tennis" (¿falsificados?)en la esquina de Saint Nicholas y la calle 180 de Washington Heights en Manhattan me dijo que le había gustado mucho la música que escuchó en el radio de mi carro.
Tanto así que se aprendió de memoria la frecuencia de la emisora y no me dio oportunidad a dudar pues me la recitó de inmediato en voz alta. Le gustó tanto que la grabó inmediatamente en el radio de su vehículo. Y me contó que el día anterior por poco hasta se cruza una luz roja por ir ensimismado escuchando la música que salía de los altavoces.
Lo curioso de este caso es que la estación que este joven escuchó en mi carro no es una estación de música de rock o de reggaeton, ni siquiera de merengue, o rap. Nada parecido a eso, no es nada de lo que él habitualmente escucha. En esa emisora sólo se oía música barroca o clásica: música de Bach, Beethoven o talvez Haydn y Mozart, quién sabe.
Todo ocurrió porque el se ofreció a mudarme el carro de sitio, algo que acepté y para hacerlo el tuvo que darle la vuelta completa a la manzana para aprovechar el valioso espacio que se abrió en la esquina mencionada más arriba.
No me lo dijo de manera inmediata. Lo supe al tercer día de haberme mudado el carro. Parece que no pudo contenerse más. Supuestamente el sabía que una emisora como esa existía en el dial pero no sabía dónde con exactitud. Aparentemente su madre tiene predilección por este tipo de música. Y quizás de ahí le viene el gusto.
La ironía de todo esto es que usualmente no ando haciendo públicas mis preferencias en asuntos de música con todo el mundo (ni de muchas otras cosas) sobretodo cuando las mismas difieren mucho de la de los demás (no soy de los que le gusta alardear sin ninguna buena razón). Cuando volví a manejar el carro sentí cierta incomodidad porque me di cuenta que el volumen del radio estaba muy alto: había queda expuesto.
Pero parece que uno se equivoca. El buen gusto no es exclusivo ni pertenece a una élite... Todo depende de la exposición y si esta se da, entonces estaría en todas partes y podría ser un atributo de cualquiera, hasta de quién menos uno lo espera.
Tanto así que se aprendió de memoria la frecuencia de la emisora y no me dio oportunidad a dudar pues me la recitó de inmediato en voz alta. Le gustó tanto que la grabó inmediatamente en el radio de su vehículo. Y me contó que el día anterior por poco hasta se cruza una luz roja por ir ensimismado escuchando la música que salía de los altavoces.
Lo curioso de este caso es que la estación que este joven escuchó en mi carro no es una estación de música de rock o de reggaeton, ni siquiera de merengue, o rap. Nada parecido a eso, no es nada de lo que él habitualmente escucha. En esa emisora sólo se oía música barroca o clásica: música de Bach, Beethoven o talvez Haydn y Mozart, quién sabe.
Todo ocurrió porque el se ofreció a mudarme el carro de sitio, algo que acepté y para hacerlo el tuvo que darle la vuelta completa a la manzana para aprovechar el valioso espacio que se abrió en la esquina mencionada más arriba.
No me lo dijo de manera inmediata. Lo supe al tercer día de haberme mudado el carro. Parece que no pudo contenerse más. Supuestamente el sabía que una emisora como esa existía en el dial pero no sabía dónde con exactitud. Aparentemente su madre tiene predilección por este tipo de música. Y quizás de ahí le viene el gusto.
La ironía de todo esto es que usualmente no ando haciendo públicas mis preferencias en asuntos de música con todo el mundo (ni de muchas otras cosas) sobretodo cuando las mismas difieren mucho de la de los demás (no soy de los que le gusta alardear sin ninguna buena razón). Cuando volví a manejar el carro sentí cierta incomodidad porque me di cuenta que el volumen del radio estaba muy alto: había queda expuesto.
Pero parece que uno se equivoca. El buen gusto no es exclusivo ni pertenece a una élite... Todo depende de la exposición y si esta se da, entonces estaría en todas partes y podría ser un atributo de cualquiera, hasta de quién menos uno lo espera.
Wednesday, July 11, 2012
Un llamado equivocado
En días pasados se celebraron elecciones primarias en el partido demócrata para elegir un candidato al congreso en representación de un distrito de Manhattan. Dos contendientes luchaban arduamente por la posición. Por un lado un candidato etiquetado como "negro" o "afroamericano" que si tratamos de ser justos sería más bien mixto según un recuento que el mismo hace de uno de sus progenitores. Hay que decir que ese candidato mantenía (y mantiene) el puesto por más de 40 años.
Por el otro lado teníamos el retador, un candidato de ascendencia hispana, de hecho nacido en la República Dominicana y que por una redistribución de ese distrito que incluía ahora a sectores dominados por latinos, parece que tenía un chance real de disputarle el puesto al otro contendiente.
Y ahí viene el motivo de la controversia. El día de las elecciones un grupito estaba repatiendo volantes en la esquina de una calle y una señora que formaba parte del mismo me preguntó que si ya había votado. Le contesté que no, que no estaba interesado. Ella me replicó diciendo: ¡qué pena! ...
Esa expresión me puso un poco furioso. Furia contenida pero funia. Me dieron ganas de ripostar y lo hice pero no creo que me oyera pues ella también estaba realmente molesta y los demás del grupo le instaron a no hacerme caso ... y yo que quería que lo hiciera para entablar una discusión.
La realidad es que yo vivo en El Bronx y ese distrito no me pertenecía para votar. Pero aún perteneciendo no podría hacerlo en unas elecciones dónde la raza, la procedencia y el color de la piel eran los elementos determinantes para elegir y decidir la suerte de dos candidatos... Todas esas cosas, al igual que el sexo no se adquieren por mérito personal, se nace con ellas, no es posible cambiarlas ni hacer una determinación sobre algo que está por encima del accionar de cada uno de nosotros.
El segundo aspecto que quiero resaltar lo representa la intolerancia que manifiestan las personas cuando sus puntos de vista no coinciden con los de ellos....... Le di pena a esa mujer porque mis puntos de vista eran contrarios a los suyos. Ella asumió que por el hecho de ser latino e hispano mi voto era seguro a favor del candidato que era latino, hispano y por demás dominicano.
Y mi pregunta es, ¿dónde están los principios, los argumentos y las razones? ¿No están estos por encima de todo y de todos?
Por el otro lado teníamos el retador, un candidato de ascendencia hispana, de hecho nacido en la República Dominicana y que por una redistribución de ese distrito que incluía ahora a sectores dominados por latinos, parece que tenía un chance real de disputarle el puesto al otro contendiente.
Y ahí viene el motivo de la controversia. El día de las elecciones un grupito estaba repatiendo volantes en la esquina de una calle y una señora que formaba parte del mismo me preguntó que si ya había votado. Le contesté que no, que no estaba interesado. Ella me replicó diciendo: ¡qué pena! ...
Esa expresión me puso un poco furioso. Furia contenida pero funia. Me dieron ganas de ripostar y lo hice pero no creo que me oyera pues ella también estaba realmente molesta y los demás del grupo le instaron a no hacerme caso ... y yo que quería que lo hiciera para entablar una discusión.
La realidad es que yo vivo en El Bronx y ese distrito no me pertenecía para votar. Pero aún perteneciendo no podría hacerlo en unas elecciones dónde la raza, la procedencia y el color de la piel eran los elementos determinantes para elegir y decidir la suerte de dos candidatos... Todas esas cosas, al igual que el sexo no se adquieren por mérito personal, se nace con ellas, no es posible cambiarlas ni hacer una determinación sobre algo que está por encima del accionar de cada uno de nosotros.
El segundo aspecto que quiero resaltar lo representa la intolerancia que manifiestan las personas cuando sus puntos de vista no coinciden con los de ellos....... Le di pena a esa mujer porque mis puntos de vista eran contrarios a los suyos. Ella asumió que por el hecho de ser latino e hispano mi voto era seguro a favor del candidato que era latino, hispano y por demás dominicano.
Y mi pregunta es, ¿dónde están los principios, los argumentos y las razones? ¿No están estos por encima de todo y de todos?
Wednesday, July 4, 2012
Indecisión
No quiero olvidar lo que hablamos porque me pareció muy importante y por eso lo voy a escribir aquí.
Tienes que tomar una decisión, se atrevió a decirme. "Llámalo un ultimátum si quieres y qué sea lo que sea, qué pase lo que tenga que pasar".
Y no paró de hablar: "En caso de que las cosas no salgan como quieras, podrás al menos salir con cierta dignidad. De lo contrario, si te quedas ahí esperando, la vida tomará una decisión por ti de todos modos y no precisamente a tu favor, lo cual te dolerá mucho más".
A todo esto yo permanecí callado reflexionando profundamente en sus palabras.
Tienes que tomar una decisión, se atrevió a decirme. "Llámalo un ultimátum si quieres y qué sea lo que sea, qué pase lo que tenga que pasar".
Y no paró de hablar: "En caso de que las cosas no salgan como quieras, podrás al menos salir con cierta dignidad. De lo contrario, si te quedas ahí esperando, la vida tomará una decisión por ti de todos modos y no precisamente a tu favor, lo cual te dolerá mucho más".
A todo esto yo permanecí callado reflexionando profundamente en sus palabras.
Tuesday, June 26, 2012
Todos podemos aprender de Lebron
Finalmente Lebrón James tiene un anillo de campeón. Por varios años se le había bautizado como el mejor jugador de basketball de la NBA (que es casi como decir el mejor jugador del mundo) pero hasta esta temporada el equipo (que sólo han sido dos) con el que había jugado no se había coronado campeón.
Y eso se le cuestionaba... En los juegos de equipo es costumbre restarle méritos a un jugador excepcional si la franquicia a la que pertenece no gana un título mientras ese jugador está con ella.
Hoy leo un titular que dice "lo que los negros pueden aprender de los logros de Lebron James". Y no sé porqué, pero este titular no me gustó. Eso de categorizar a las personas por el color, por su procedencia, por su estatus social, nada de eso me gusta. Leí el artículo y lo que dice de Lebron es generalizable a cualquier persona en sus mismas condiciones ya sea blanca, negra, roja, amarilla y hasta verde.
Creo que lo que el ha logrado es fruto de su asombrosa herencia genética y el esfuerzo personal que ha dedicado para desarrollar esas aptitudes físicas innatas y es aplicable no sólo a él sino a todo ser humano sin importar el color de la piel, la nacionalidad o el estrato social en el que se nace.
En lo particular, vengo de una familia de muy escasos recursos económicos, pero nunca me he visto como una persona pobre... Nací en la República Dominicana y por ende soy de procedencia latina, más sin embargo, me siento igual que los de cualquier otra raza o como si hubiera nacido en un país del primer, segundo o tercer mundo. Nunca me he visto a menos..., aunque no voy a negar el que otras personas pudieran haberme percibido a menos. Lo cual no deja de tener su ventaja si nos ponemos a observar.
El punto es que creo que discursos como ese dividen en vez de multiplicar, restan en vez de sumar... Lebron James es una persona extraordinaria, grandiosa, meritoria y punto. Todos podemos aprender de él ... todos.
Monday, June 25, 2012
La felicidad
Es difícil de definir pues cuando la tenemos no tenemos conciencia de que la tenemos, de que la estamos viviendo, de que forma parte de nosotros.
Sí sabemos que la felicidad es una meta cambiante y elusiva. Lo que nos hizo feliz en el pasado difícilmente nos haría feliz ahora y lo que nos hace feliz hoy es casi seguro que no nos hará felices en el futuro.
Como dijimos al principio, es también algo difícil de reconocer. Luego que ha pasado es cuando podemos dar fe y testimonio de que hemos sido felices. En el momento en que está ocurriendo no nos damos cuenta suficiente de que la hemos estado viviendo.
Tampoco es muy duradera. Una vez alcanzado eso que creemos nos va a hacer muy felices, descubrimos que ese efecto sólo dura un período de tiempo muy corto. Luego que pasa ese período, ese espejismo, no nos sentimos para nada satisfechos y es cuando tratamos de empezar todo de nuevo.
Y a pesar de ello no nos resistimos a su embrujo y seguimos andando como locos tratando de cortejarla y seducirla.
Sí sabemos que la felicidad es una meta cambiante y elusiva. Lo que nos hizo feliz en el pasado difícilmente nos haría feliz ahora y lo que nos hace feliz hoy es casi seguro que no nos hará felices en el futuro.
Como dijimos al principio, es también algo difícil de reconocer. Luego que ha pasado es cuando podemos dar fe y testimonio de que hemos sido felices. En el momento en que está ocurriendo no nos damos cuenta suficiente de que la hemos estado viviendo.
Tampoco es muy duradera. Una vez alcanzado eso que creemos nos va a hacer muy felices, descubrimos que ese efecto sólo dura un período de tiempo muy corto. Luego que pasa ese período, ese espejismo, no nos sentimos para nada satisfechos y es cuando tratamos de empezar todo de nuevo.
Y a pesar de ello no nos resistimos a su embrujo y seguimos andando como locos tratando de cortejarla y seducirla.
Saturday, June 23, 2012
Ciudadano del mundo
Le dije que me consideraba un ciudadano del mundo y me contestó que entonces mi escenario era más grande que el suyo.
Me quedé pensando que en realidad todos somos ciudadanos del mundo. Sólo basta que quitásemos unas cuantas barreras psicológicas aquí, otras geográficas allá, algunas ideológicas que nos han impuesto y nosotros mismos nos las imponemos y ya somos no sólo ciudadanos del mundo sino parte del mismo universo.
¿Porqué limitarnos y desde ya empezar a reclamar todo lo que es nuestro, reivindicar todo lo que nos pertenece?
Me quedé pensando que en realidad todos somos ciudadanos del mundo. Sólo basta que quitásemos unas cuantas barreras psicológicas aquí, otras geográficas allá, algunas ideológicas que nos han impuesto y nosotros mismos nos las imponemos y ya somos no sólo ciudadanos del mundo sino parte del mismo universo.
¿Porqué limitarnos y desde ya empezar a reclamar todo lo que es nuestro, reivindicar todo lo que nos pertenece?
Sunday, June 10, 2012
Sexo y libre mercado
Me ha estado dando vueltas por la cabeza el uso que se le da al sexo como mercancía, como instrumento de compra y venta, una transacción que dependiendo de las circunstancias sigue las reglas del mercado en cuanto al suministro y satisfacción de una necesidad básica y fundamental del ser humano.
Seríamos ingenuos si creyésemos que esto es sólo un asunto de oferta y demanda. Hay mucho de juego sucio, economía, injusticias y desigualdades sociales entremezclados en todo ello. Sin cuestionar la legalidad o no de la operación, me encuentro difícil participar activamente en el libre comercio del sexo.
Puedo concebir el sexo sin amor pero no puedo concebir el sexo sin besos, sin un poco de romance. No puedo concebir este acto de la unión de dos cuerpos con premura, con prisa, sin no estar apurados, sin que los amantes se toquen de manera prolongada y sin tiempo, sin esas rutinas de exploración y descubrimiento necesarias para conocerse y disfrutarse mutuamente, plenamente ...
Sencillamente no puedo!
Seríamos ingenuos si creyésemos que esto es sólo un asunto de oferta y demanda. Hay mucho de juego sucio, economía, injusticias y desigualdades sociales entremezclados en todo ello. Sin cuestionar la legalidad o no de la operación, me encuentro difícil participar activamente en el libre comercio del sexo.
Puedo concebir el sexo sin amor pero no puedo concebir el sexo sin besos, sin un poco de romance. No puedo concebir este acto de la unión de dos cuerpos con premura, con prisa, sin no estar apurados, sin que los amantes se toquen de manera prolongada y sin tiempo, sin esas rutinas de exploración y descubrimiento necesarias para conocerse y disfrutarse mutuamente, plenamente ...
Sencillamente no puedo!
Monday, June 4, 2012
El nuevo trabajo
Es una espada de dos filos mi nuevo trabajo. Es marketing, es seguro médico, es hablar con mucha gente y es también estar en la calle, en el medio, ver todo lo que ocurre, ser parte del discurrir del diario vivir: todo lo que me gusta.
Es asimismo la posibilidad de hacer mucho dinero aunque todavía no he tenido el tiempo suficiente para hacerlo.
Y también es tratar con una población frágil, envejeciente, agobiada de problemas y cuando no enferma, discapacitada, llena de dolencias.
Es tratar con la decadencia del ser humano, el lugar hacia donde todos vamos si no morimos antes en un accidente, de un cáncer fulminante o cualquier ataque al corazón. Sin hablar de los que deciden terminar todo antes por ser incapaces de soportar el suplicio de la existencia.
Observar eso me aterra, me deprime, me produce sufrimiento. No sé si tomarlo todo con humor o acabar en llantos... bueno, tampoco es para tanto!
Es asimismo la posibilidad de hacer mucho dinero aunque todavía no he tenido el tiempo suficiente para hacerlo.
Y también es tratar con una población frágil, envejeciente, agobiada de problemas y cuando no enferma, discapacitada, llena de dolencias.
Es tratar con la decadencia del ser humano, el lugar hacia donde todos vamos si no morimos antes en un accidente, de un cáncer fulminante o cualquier ataque al corazón. Sin hablar de los que deciden terminar todo antes por ser incapaces de soportar el suplicio de la existencia.
Observar eso me aterra, me deprime, me produce sufrimiento. No sé si tomarlo todo con humor o acabar en llantos... bueno, tampoco es para tanto!
Friday, June 1, 2012
Si supiéramos ...
¿Qué haríamos hoy, qué haríamos esta noche, si supiéramos que mañana es nuestro último día?
El enano de Game of Thrones parece saber lo qué tendría que hacer cuando le pide a su amante que le haga el amor como si el día siguiente fuera el último de su vida... Claro que para decir eso no usó el lenguaje llano e inofensivo que acabo de usar. ¿Se imaginan?
Últimamente me he hecho la pregunta también. No dejo de pensar qué haría si supiera que voy a morir mañana. Y como uno nunca sabe, salen a relucir muchas cosas. Hay tantas cosas irrelevantes o relevantes que se hacen o dejan de hacer o deberían hacerse.... si supiéramos.
El enano de Game of Thrones parece saber lo qué tendría que hacer cuando le pide a su amante que le haga el amor como si el día siguiente fuera el último de su vida... Claro que para decir eso no usó el lenguaje llano e inofensivo que acabo de usar. ¿Se imaginan?
Últimamente me he hecho la pregunta también. No dejo de pensar qué haría si supiera que voy a morir mañana. Y como uno nunca sabe, salen a relucir muchas cosas. Hay tantas cosas irrelevantes o relevantes que se hacen o dejan de hacer o deberían hacerse.... si supiéramos.
Thursday, May 31, 2012
La vida es frágil y precaria
En días pasados dos personas jóvenes, llenas de vida han muerto. Una era la hermana de una compañera de trabajo que se fue de vacaciones a la República Dominicana por una semana y al tercer día, el Domingo 20 de este mes salió disparada por el cristal delantero del vehículo en que viajaba para estrellarse con un camión que venía en dirección contraria.
La otra era una estudiante meritoria y brillante de Yale quién acababa de graduarse Magna Cum Laude y a quién se le auguraba un futuro de escritora más que promisorio y quizás por eso recién había sido contratada por The New Yorker. Un accidente estrepitoso en el vehículo conducido por su novio le provocó la muerte este Sábado que pasó.
La primera tenía 23 años y se estaba mudando de Pennsylvania a New York al apartamento de mi amiga. La segunda sólo contaba con 22 y se aprestaba a mudarse para Brooklyn. No las conocí pero eso no hace que sus muertes sean menos dolorosas para mí. ¡Cuánta vida por delante, cuántos sueños destruidos, cuánta tristeza para todas esas personas que no estaban preparadas para darles el adiós definitivo.
En fin, todo ello me ha hecho pensar mucho en la fragilidad de la vida. En lo precarias que son nuestras existencias, en cómo en un abrir y cerrar de ojos nuestras vidas pueden dejar de existir o tenemos que arreglárnoslas sin esas personas que eran partes de nosotros mismos porque nos habíamos apegado a ellas y eran, son parte de nosotros y nosotros de ellas. Cuesta mucho, duele mucho, recuperarse cuando sin avisar se cortan los hilos invisibles, esos que sin saberlo se nos revelan y nos unen con toda esa gente con la que convivimos.
Me queda una pregunta por hacer: ¿A qué lugar van los sueños truncados, todas esas expectativas creadas, todas esas esperanzas rotas?
La otra era una estudiante meritoria y brillante de Yale quién acababa de graduarse Magna Cum Laude y a quién se le auguraba un futuro de escritora más que promisorio y quizás por eso recién había sido contratada por The New Yorker. Un accidente estrepitoso en el vehículo conducido por su novio le provocó la muerte este Sábado que pasó.
La primera tenía 23 años y se estaba mudando de Pennsylvania a New York al apartamento de mi amiga. La segunda sólo contaba con 22 y se aprestaba a mudarse para Brooklyn. No las conocí pero eso no hace que sus muertes sean menos dolorosas para mí. ¡Cuánta vida por delante, cuántos sueños destruidos, cuánta tristeza para todas esas personas que no estaban preparadas para darles el adiós definitivo.
En fin, todo ello me ha hecho pensar mucho en la fragilidad de la vida. En lo precarias que son nuestras existencias, en cómo en un abrir y cerrar de ojos nuestras vidas pueden dejar de existir o tenemos que arreglárnoslas sin esas personas que eran partes de nosotros mismos porque nos habíamos apegado a ellas y eran, son parte de nosotros y nosotros de ellas. Cuesta mucho, duele mucho, recuperarse cuando sin avisar se cortan los hilos invisibles, esos que sin saberlo se nos revelan y nos unen con toda esa gente con la que convivimos.
Me queda una pregunta por hacer: ¿A qué lugar van los sueños truncados, todas esas expectativas creadas, todas esas esperanzas rotas?
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