Acabo de ver una serie de televisión en Amazon Prime que me ha conmocionado bastante debido a la brutal crudeza de los puntos y situaciones allí presentadas. Se llama FLACK y por el momento, el título no me evoca nada pero sólo bastaron ver unos cuantos minutos del primer episodio para quedar atrapado y pegado al televisor hasta que lo terminé y pasé al siguiente y al siguiente y así sucesivamente hasta que finalicé la temporada completa ... Bueno, no exactamente pero es la idea.
La serie gira en torno a Robyn, un personaje interpretado por Anna Paquin quien es mejor conocida por hacer de co-estrella en la serie de vampiros True Blood de HBO. Robyn es una de las ejecutivas principales en la agencia de relaciones públicas donde trabaja y como su nombre sugiere, está a cargo del manejo de la imagen pública de varios clientes de la agencia, en especial cuando los mismos se encuentran en dificultades y/o tienen problemas difíciles de resolver.
De entrada, el trabajo de una agencia de relaciones públicas no despierta mucho interés o suspicacia pero cuando nos adentramos en la serie y vemos las cosas que se hacen tras bastidores, nos damos cuenta de que este trabajo se presta para cosas inimaginables desde la óptica de la gente común. Descubrimos que lo que se dice de una persona, lo que sale en los diarios y la TV es muy diferente a lo que la persona hace o es en la realidad, lo cual raya muchas veces en la ilegalidad cuando no en lo extravagante, raro e inusual.
Aunque la serie es una ficción, una caricatura de la realidad donde se resaltan casos muy extremos, bien sabemos por la experiencia de los últimos años que la línea que divide a la una de la otra es difusa, o peor, inexistente. Relaciones públicas se convierte así en un trabajo de maquillaje o ocultación de la realidad para hacerla aparecer bajo otra óptica, otra interpretación y en su nombre se cometen muchas barbaridades.
Los relacionistas públicos o en Flack, que son todas mujeres, ellas son agentes o ejecutivas muy inteligentes, que conocen de manera intuitiva la naturaleza humana, no tienen los menores escrúpulos y son capaces de inventarse toda clase de argucias y artimañas con tal de hacer quedar bien a los clientes sin importar las consecuencias colaterales que sus acciones acarrean.
Es una serie bien hecha y todos los personajes son adorables, aún a pesar de decir o hacer las cosas más horribles y cuestionables. Además de Robyn, me encantó Eve y Caroline. Eve es brillante, desinhibida, arrogante, elitista. Ella dice cosas como estas: "la clase social es sólo un problema para los que no la tienen. A mí, sólo no me gusta la gente aburrida"; "... Y yo no quiero gastar el poco tiempo que me queda en este planeta olvidado por Dios en conversaciones triviales".
Caroline, en cambio, hace el papel de la jefa de la agencia y su actuación es más que espectacular. Ella representa la inversión de valores y la degradación moral que conlleva dirigir una empresa de este tipo. Su carisma y la elocuencia de sus palabras epitomizan con drástica claridad el bajo mundo de las agencias de relaciones públicas:
"No me importa si ustedes mienten, o mandan a la cárcel a gente inocente, o andan por la calle pateando las muletas de niños enfermos de polio, siempre y cuando ustedes estén en control. Esto estaba fuera de control y eso me preocupa. No somos una máquina tragamonedas. Nosotros no halamos la palanca y miramos hacia donde van a caer los carretes. Mis chicas no son manipuladas por periodistas. Ellos son los monos. Nosotros trituramos el órgano. ¡Ahora lárguense!"
Y para terminar de estropearlo todo no podemos olvidarnos de Robyn, quién representa a una mujer complicada, en conflicto con sus emociones y sentimientos porque no sabe lo que quiere, pero a la vez es audaz, inteligente y atrevida quién a pesar de sus problemas siempre encuentra la manera de salir adelante. Veamos lo que dice en esta intervención suya:
"Somos bolsas de carne coleccionando cosas relucientes para sentirnos mejor que otras bolsas de carne. Eso es todo. ¿Qué más quieren ustedes? ¿Felicidad? Bueno, tengo una idea para ustedes; la única felicidad que existe en este mundo es la felicidad que ustedes asumen todos los demás tienen, entonces, por favor, por una vez en sus vidas consentidas y emocionalmente atrofiadas, decídanse a tomar una decisión de manera tal que yo pueda mandar a la mierda a la prensa y todos podamos bebernos un puto trago!"